Как дикий зверь, крадущийся в ночи, Слежу за той, кому безмерно верил, С безумной целью, чтобы уличить В предательстве, в неверности, в измене. И всякий раз, когда не находил Для подозрений обоснованной причины, Себе неоднократно говорил, Что слежка недостойна для мужчины. Но ревность затаённая в груди, Питаясь одержимым недоверием, Не оставляет

Conversaciones Con Mi Abuela Materna

Conversaciones Con Mi Abuela Materna Juan Mois?s De La Serna Aquel d?a me hab?an invitado a una conferencia, era en una sala en la primera planta de un gran edificio al lado del colegio donde me hab?a formado. Para m? aquello era una alegr?a, volver por aquel barrio en el que hab?a pasado buena parte de mi infancia. Si bien ahora viv?a en otro barrio, por lo que este me quedaba relativamente retirado, de ah? que me sintiese a gusto por volver a verlo. Momentos antes de la conferencia, y una vez localizado el local donde se iba a impartir me dirig? a mi escuela, la cual no hab?a cambiado demasiado, salvo por unos azulejos que hab?an puesto en la parte de fuera de la entrada del edificio que reflejaban la vida de su fundador. Una vez frente a la puerta reviv? parte de mi historia all? parado, los momentos buenos que hab?a pasado en aquella instituci?n de la que por cierto me hab?an nombrado responsable de las llaves. Conversaciones con mi Abuela Materna Juan Mois?s de la Serna Editorial Tektime 2021 “Conversaciones con mi Abuela Materna” Escrito por Juan Mois?s de la Serna 1? edici?n: marzo 2021 © Juan Mois?s de la Serna, 2021 © Ediciones Tektime, 2021 Todos los derechos reservados Distribuido por TekTime https://www.traduzionelibri.it No se permite la reproducci?n total o parcial de este libro, ni su incorporaci?n a un sistema inform?tico, ni su transmisi?n en cualquier forma o por cualquier medio, sea ?ste electr?nico, mec?nico, por fotocopia, por grabaci?n u otros medios, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracci?n de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del C?digo Penal). Dir?jase a CEDRO (Centro Espa?ol de Derechos Reprogr?ficos) si necesita fotocopiar o escanear alg?n fragmento de esta obra. Puede contactar con CEDRO a trav?s de la web www.conlicencia.com o por el tel?fono en el 91 702 19 70 / 93 272 04 47. Pr?logo Aquel d?a me hab?an invitado a una conferencia, era en una sala en la primera planta de un gran edificio al lado del colegio donde me hab?a formado. Para m? aquello era una alegr?a, volver por aquel barrio en el que hab?a pasado buena parte de mi infancia. Si bien ahora viv?a en otro barrio, por lo que este me quedaba relativamente retirado, de ah? que me sintiese a gusto por volver a verlo. Momentos antes de la conferencia, y una vez localizado el local donde se iba a impartir me dirig? a mi escuela, la cual no hab?a cambiado demasiado, salvo por unos azulejos que hab?an puesto en la parte de fuera de la entrada del edificio que reflejaban la vida de su fundador. Una vez frente a la puerta reviv? parte de mi historia all? parado, los momentos buenos que hab?a pasado en aquella instituci?n de la que por cierto me hab?an nombrado responsable de las llaves. Dedicado a mis padres ?NDICE CAP?TULO I. LA CONFERENCIA7 CAP?TULO III. LA DESCARNACI?N29 CAP?TULO IV. JUICIO PERSONAL53 CAP?TULO V. PURIFICACI?N65 CAP?TULO VI. BAJAR A AYUDAR77 CAP?TULO VII. COMUNICACI?N PARA AYUDAR93 CAP?TULO VIII. HISTORIA DEL NIETO115 CAP?TULO IX. DIFICULTADES COTIDIANAS129 CAP?TULO X. RESUMEN Y CONCLUSIONES137 CAP?TULO I. LA CONFERENCIA >>>>>>>LA NIETA<<<<<<< Aquel d?a me hab?an invitado a una conferencia, era en una sala en la primera planta de un gran edificio al lado del colegio donde me hab?a formado. Para m? aquello era una alegr?a, volver por aquel barrio en el que hab?a pasado buena parte de mi infancia. Si bien ahora viv?a en otro barrio, por lo que este me quedaba relativamente retirado, de ah? que me sintiese a gusto por volver a verlo. Momentos antes de la conferencia, y una vez localizado el local donde se iba a impartir me dirig? a mi escuela, la cual no hab?a cambiado demasiado, salvo por unos azulejos que hab?an puesto en la parte de fuera de la entrada del edificio que reflejaban la vida de su fundador. Una vez frente a la puerta reviv? parte de mi historia all? parado, los momentos buenos que hab?a pasado en aquella instituci?n de la que por cierto me hab?an nombrado responsable de las llaves. No recuerdo muy bien c?mo sucedi? pero deb? de caerle bien al jefe de estudios, el cual me hab?a encargado la apertura de las clases por la ma?ana, para lo cual deb?a de dirigirme a su despacho media hora antes de empezar las clases para, despu?s de rezar en el patio todos en fila un padre nuestro y una salve, me dirig?a a abrir cada una de las aulas para que pudiesen entrar los alumnos que se agolpaban a la puerta. Ah, por cierto, era una escuela religiosa en donde se trataba de formar tanto la mente como el esp?ritu de sus estudiantes, al menos esa era la m?xima del fundador. Pero bueno, volviendo a lo que estaba contando, regres? a la sala donde se iba a dar la conferencia, este era un local de negocios reconvertido en centro cultural por unos amigos que se juntaban semanalmente para escuchar a los ponentes que all? acud?an. La din?mica que segu?an me result? curiosa, el ponente daba una conferencia normalmente los jueves por la tarde, con una duraci?n de una hora m?s lo que llevase el turno de preguntas del p?blico y de r?plicas por parte del conferenciante. Aquella reuni?n era totalmente gratuita para los asistentes pero para los que realmente les hubiese interesado el contenido de la misma con posterioridad ten?an la opci?n de realizar un curso de formaci?n intensivo de dos o tres d?as, es decir, viernes y s?bado; o viernes, s?bado y domingo. Eso s? este curso ya era pagando y de alguna forma era lo que hab?a ganado el conferenciante con aquello, sabiendo que si no ten?a clientela no ganar?a nada, pero tampoco perder?a m?s que el tiempo, pues el resto de los gastos los ten?a cubiertos por la propia asociaci?n, lo que inclu?a el desplazamiento hasta la ciudad, la estancia y la comida, aunque esta pernoctaci?n sol?a realizarse en la casa de alguno de la asociaci?n. >>>>>>>LA CONFERENCIA<<<<<<< ?Tradicionalmente la familia ha estado compuesta por una pareja, un hombre, una mujer, unos hijos y los abuelos. ?stos ?ltimos pod?an ser los padres de ?l o de ella. »Hoy en d?a el concepto de familia ha sufrido profundas modificaciones, encontr?ndonos incluso a personas individuales criando a hijos propios o adoptados. En ?ste reajuste, los abuelos en muchas ocasiones han sido separados del ?mbito familiar, viviendo de forma independiente. »Lo que hace que aquella tranquilidad y sabidur?a, acumulada por los a?os, que aportaban a la familia no est? presente en la actualidad. Dej?ndonos influir cada vez m?s por personas con las que nos relacionamos en el trabajo o en los lugares de ocio, ajenas a la familia, que con mayor o menor acierto aportan su opini?n sobre temas que en la mayor?a de las ocasiones no han vivido en carne propia. >>>>>>>LA NIETA<<<<<<< Entiendo que estas palabras dichas ante otro tipo de foro hubiese resultado bastante provocativo e incluso alguno hubiese saltado a discutir aquellas afirmaciones, pero de la veintena de asistentes nadie dijo nada y siguieron escuchando. No es la primera vez que he visto acabar de repente una conferencia cuando alg?n asistente se ha sentido ofendido por las palabras del conferenciante y en vez de tratar de escuchar y enterarse de lo que estaba intentando transmitir sal?an de la sala, o se dedicaban a interrumpir y tratar de ridiculizar las palabras dichas. Sobre todo lo he visto cuando se tratan algunos temas como son el g?nero o las religiones, temas considerados espinosos por la sensibilidad de algunas personas al respecto, que lejos de respetar la opini?n de otros tratan de imponer su criterio al resto, sin atender a razones, ni siquiera quieren dialogar, simplemente tienen una postura y no se le puede sacar de ah? a dicha persona. >>>>>>>LA CONFERENCIA<<<<<<< ?As? compa?eras de trabajo sin hijos, aconsejan a madres primerizas sobre lo que deben o no de hacer. O amigos sin pareja que realizan recomendaciones sobre lo que hacer para superar los problemas de los primeros a?os de convivencia de una pareja. »Un papel que anta?o realizaban los abuelos con sus hijos, con los que se llegaba a establecer un verdadero v?nculo de apoyo y ayuda mutua. Hoy en d?a nuestros abuelos han quedado relegados a las tareas de cuidado y atenci?n de los nietos, cuando estos no est?n en el colegio. »Esa convivencia todav?a les permite no s?lo darles caprichos a los ni?os sino ofrecerles otra forma diferente de vida, una forma llena de historias, secretos y sentidos. »De entre los dos abuelos cobra especial importancia la figura de la abuela, que es la donante de cari?o y que en algunos casos ese cari?o puede cambiar la vida del nieto. >>>>>>>LA NIETA<<<<<<< Aquellas palabras me hicieron recordar mi propia infancia, aquella en la que mis abuelos, los padres de mi madre, jugaron un papel relevante, mientras que por parte de mi padre, mi abuelo hab?a fallecido en un accidente de tr?fico mucho antes de que yo naciese, por lo que no le hab?a conocido, y a mi abuela por parte de padre, ?nicamente la ve?a una vez al a?o, ya que viv?a casi al otro lado del pa?s, lo que hac?a por aquel entonces que el desplazamiento fuese de d?as entre la ida y la vuelta, por lo que ?nicamente se pod?a realizar cuando mi padre tuviese como m?nimo una semana libre para aquella visita. >>>>>>>LA CONFERENCIA<<<<<<< ?A la larga los beneficios que pueden ofrecer los abuelos, por su experiencia y conocimiento acumulado son mayores que los roces y dificultades que puedan provocar, no s?lo para el nieto sino para el resto de la familia. »Quiz?s uno de los momentos m?s dram?ticos para los nietos es el fallecimiento de sus abuelos, ya que estos por la edad y los achaques del tiempo deben de abandonar ?sta vida. »En esos momentos, sobre todo si el hijo de la pareja es peque?o, se le dice que ha ido a un lugar mejor, en donde descansa y reposa. Seg?n las creencias de la pareja le informar?n de la existencia de un lugar despu?s de ?sta vida, donde se sigue viviendo con otra forma, otra naturaleza, desde donde velan por nosotros, cuid?ndonos tal y como hab?an hecho en vida. Pero a veces los propios adultos incluso en el momento que lo est?n explicando a su hijo, por dentro est?n dudando de que tal posibilidad exista. >>>>>>>LA NIETA<<<<<<< Hablando del fallecimiento de los abuelos record? lo que le sucedi? a mi abuelo por parte de madre, ?l era un gran hombre, al que admiraba mucho, hab?a empezado a estudiar matem?ticas cuando tuvo que abandonar sus estudios por culpa de la guerra civil, una situaci?n tr?gica de mi pa?s que dividi? en armas a hermanos contra hermanos y que llev? a muchos a emigrar. En el caso de mi abuelo, le pill? justamente en la universidad, un d?a, seg?n me coment?, unos militares sac?ndolos de las aulas, dijeron a todos los estudiantes puestos en fila, que o bien cog?an las armas y combat?an o ser?an muertos all? mismo. Esta es una de tantas an?cdotas que me lleg? a contar mi abuelo de la guerra, de la cual por cierto, no quer?a hablar demasiado por lo doloroso que hab?a resultado, pero a la vez no quer?a que se olvidase su historia de ah? que me lo narrase. Bueno, luego volver? sobre eso, lo que quer?a compartir era aquel d?a en concreto que me hab?an avisado sobre que mi abuelo hab?a sufrido un accidente casero. No tardamos ni una hora en llegar desde que mi madre nos llev? a la casa de mis abuelos, ellos viv?an en un piso a las afueras de la ciudad, en una zona residencial, y cuando llegamos estaban sacando a mi abuelo en camilla hacia una ambulancia. Mi madre que era la que nos hab?a tra?do pregunt? sobre a d?nde se lo llevaban, y subi? hacia el piso r?pidamente para ver lo que hab?a sucedido y sobre todo para saber c?mo se encontraba mi abuela. Esta era una pareja de las antiguas, como se puede decir actualmente, que hab?an vivido m?s de cincuenta a?os juntos, y aunque la convivencia no era perfecta, se respetaban y se quer?an. Con ellos conviv?a el hijo menor que les ayudaba con las tareas de la casa, encarg?ndose de la compra y de hacerles la comida a diario, pero no sol?a estar con ellos por la ma?ana, adem?s y como ayuda para sus tareas, sol?a venir una vez a la semana una se?ora para hacer la limpieza del piso. CAP?TULO II. HISTORIA DE LA ABUELA >>>>>>>LA ABUELA<<<<<<< Es ya tarde, todos en la casa se han ido a acostar y no puedo conciliar el sue?o. El d?a de hoy ha sido especialmente intenso, pues se han reunido alrededor de mi mesa toda la familia, mis dos hijos, con sus mujeres y sus hijos, mis nietos, y los hijos de estos, mis biznietos. A pesar de conservarme muy bien, pues mis amistades no me echaban m?s de setenta a?os, la realidad es bien diferente. Mis huesos han tenido que soportar muchos a?os de trabajo, tanto en el campo como en la casa. Desde que puedo recordar, he tenido que ayudar en las distintas labores del hogar. Al principio era como un juego y luego, poco a poco se fue convirtiendo en obligaci?n, para pasar al final a ser una gran losa para m?, pues me ha limitado mucho en la vida, impidi?ndome realizar aquello que quer?a. Cuando era joven tuve muchas aspiraciones, pero un matrimonio a muy temprana edad dio al traste con todos mis planes, pues a partir de ese momento la cocina y yo fuimos uno. Adem?s pronto empec? a tener mis hijos lo que hizo imposible pensar en otro asunto que no fuese su cuidado y crianza. ?stos a pesar de ser mis mayores alegr?as tambi?n me dieron los mayores quebraderos de cabeza. Las tareas que conllevaba el cuidarlos y atenderlos eran numerosas, procurando siempre que estuviesen bien arreglados para ir a clase, tener la comida hecha para cuando volviesen o realizar la limpieza de la ropa para que estuviese preparada de un d?a para otro. Todo ello se convirti?, en su momento, en la m?s pesada de mis cargas, ya que escasamente me dejaba tiempo para m?, en cambio ahora… tengo todo el tiempo libre del mundo. Con una asistente que se encarga de todas las labores de la casa, pr?cticamente me lo hace ella todo, salvo limpiar el polvo de los portafotos de lo que me encargo personalmente. ?sta es una labor muy simple pero me gusta mirar las fotos y ver en ellas a mi familia, mi gran familia. Por la que me he desvivido y a la cual he entregado todo mi tiempo, mi esfuerzo y mi amor. Tambi?n de ella he recibido mucho, tanto en aspectos positivos y memorables, como en desgracias que quisiera poder olvidar. Entre los acontecimientos m?s dolorosos que he vivido han sido la p?rdida de dos de mis hijos, uno al poco de nacer y otro a los tres a?os, y por supuesto, la p?rdida de mi hijo mayor. Pero ?ste ?ltimo, gracias al Cielo, tuvo la dicha de haber podido disfrutar de una vida plena, por lo menos durante los cuarenta a?os que vivi?, antes de que un c?ncer de p?ncreas le arrebatase la vida. Es su ausencia la que he echado especialmente en falta en el d?a de hoy. Bueno y tambi?n la de su mujer, de la cual no he tenido noticias desde que falleci? mi hijo, de cuya relaci?n no hab?a tenido descendencia. En total nos hemos reunido nueve personas, sin contarme a m?. Siete adultos, entre hijos, nueras, nietos y esposas de mis nietos, y dos bisnietos a?n peque?os. Mi marido, por desgracia, ya hace a?os que dej? de estar a mi lado, aunque s?, y as? le siento, que siempre est? conmigo, y es quien me consuela y apoya cuando me encuentro sola en casa. Aqu? han estado mis dos hijos, los que han sobrevivido al paso de los a?os con sus mujeres y mis tres nietos. Uno del segundo, que ahora es el mayor, y dos del siguiente, un chico y una chica, de ella son mis dos revoltosos bisnietos, que no han parado quietos en todo el d?a, comprensible para su corta edad, de uno y tres a?os. Mi nieta, es mi preferida, entre todos ya que es con quien mejor me llevo, aunque apenas nos podemos ver, pues vive en otra ciudad. Todos se han reunido hoy alrededor de mi mesa para celebrar mi cumplea?os, ese momento, que a pesar de ser insignificante, pues el sol sale y se pone como en el resto de los d?as, en ?ste se celebra la conmemoraci?n de mi nacimiento; la venida a ?ste mundo, hace ya m?s de noventa a?os. Estaba pensando en la suerte que hab?a tenido al poderlos tener a todos reunidos a pesar de sus muchas y m?ltiples obligaciones, mientras me levant? para ir a la cocina a por un vaso de agua. A pesar de mi gran familia, estoy acostumbrada a vivir sola en casa, pues la muchacha que me asiste ?nicamente viene unas horas para fregar, barrer y limpiar. Aunque a medio d?a siempre suele aparecer uno de mis hijos que a veces trae comida preparada, y tras comer conmigo se va para atender sus m?ltiples ocupaciones. Por la tarde, suelo quedar con alguna amiga, a la que voy a visitar a su casa o viene a la m?a para charlar y tomar caf?. As? van sucedi?ndose los d?as sin que se produzca ning?n sobresalto en mi vida, pero tampoco lo necesito. Ya tuve quince a?os y tambi?n treinta, y los viv? y disfrut? intensamente, y ahora tengo que adecuar mi modo de vida a mis posibilidades y a mi edad. Por suerte la memoria no me ha fallado todav?a, es cierto, que a veces se me olvida en qu? d?a vivo, incluso puede que en alguna ocasi?n no recuerde si he desayunado o no por la ma?ana, pero estos son aspectos sin trascendencia. Lo que de verdad es importante est? intacto, los recuerdos de la vida, mi familia y las amistades que he tenido, aquellos lugares en los que he vivido o visitado, tantas y tantas actividades que he realizado, eso permanece y me hace sentir que he disfrutado de una vida plena. Las tardes lluviosas, en que no me decido a salir y cuando s? que mis amigas no van a poder venir, me gusta coger los portarretratos y mirar las fotos, repasando cada una de ellas, cerrando los ojos para volver a vivir lo que me sucedi? en ese momento, recordando con qui?n estaba, c?mo me sent?a,… reviviendo las muchas experiencias positivas que me regalaron mis hijos, desde sus primeros pasos, pasando por sus juegos en la calle y sus nervios con las primeras parejas,… hasta ahora, en que cada uno vive en su casa con su familia. Todos y cada uno de esos insignificantes detalles que una madre va guardando en su coraz?n cual preciado tesoro y que, aunque parezcan una tonter?a, me alegran el d?a. Soy consciente que cada uno ya es mayor con sus ocupaciones y su vida, pero en el fondo quisiera que compartiesen m?s tiempo conmigo, aunque fuese s?lo permaneciendo sentado junto a m? viendo la televisi?n. No creo que sea mucho pedir por tanto y tanto como que les he dado en esfuerzo y cari?o. No es que me queje, pues ser?a muy ego?sta por mi parte ped?rselo, pero creo que de ?sta forma las tardes se me har?an menos largas. De entre todas aquellas fotos de familia, la que m?s me gusta mirar es el retrato de mi marido, el cual falleci? hace m?s de quince a?os. Al principio no quise ni verlo en foto, por lo que destru? todas las que hab?a en que apareci?semos juntos, pues tal era el dolor de su p?rdida que no quer?a ni recordarle. Con el tiempo ese dolor se fue mitigando, cual rescoldos de una hoguera que se deja apagar, aunque no ha llegado a cicatrizar del todo, pues en algunos momentos, sobre todo cuando me encuentro a solas, a veces me entra una gran pena que me dan ganas de meterme en la cama y llorar durante horas. Las pocas fotos que sobrevivieron de aquellos primeros momentos de rabia y tristeza las guard? en un caj?n que no abr? durante a?os, trascurrido los cuales, y a pesar de lo deteriorada que estaban algunas por el paso del tiempo, las coloqu? en los portarretratos junto con el resto de mis recuerdos familiares. Una de ellas, en que aparec?a mi marido sonriente, la enmarqu? y la puse en la mesilla de noche, de ?sta manera le tendr?a a mi lado cuando me fuese a acostar y as? su recuerdo siempre permanecer?a conmigo. Pero de forma incomprensible para m?, poco a poco las fotos se convirtieron solamente en eso, en fotos, cual postal que recibes sobre lugares que no has visitado. Ellas ahora s?lo conten?an im?genes est?ticas de un pasado, al cual pod?a acceder, cada vez con mayor dificultad, cerrando los ojos tratando de recuperar unos recuerdos que cre?a grabados a fuego en mi memoria, pero de ello ahora ni quedaba rastro de aquel calor. Era mucho lo vivido y me disgustaba pensar que llegar?a un d?a en que no recordase aquello que hab?a acumulado durante tant?simos a?os y que con tanto mimo y esfuerzo hab?a mantenido en mi memoria. A veces me entraban ganas de empezar a hablar y hablar, cont?ndole toda mi vida a alguien, para compartir mis experiencias con todos los matices que todav?a alcanzaba a recordar, para que no se perdiese en el olvido, para que hubiese quien conociese aquello que hab?a sido mi existencia pero ten?a reparos en hacerlo, pues no quer?a que nadie cargase con mis penas, ya que cada cual ya tiene suficiente con su propia vida como para que adem?s alguien tuviese que cargar con la de otro. Todo eso lo pens? de camino a la cocina desde el dormitorio, cuando llegu? a la nevera, cog? la botella de agua y me dispuse a beberme un vaso, a pesar de que contraven?a las recomendaciones de mi m?dico, el cual me hab?a indicado en numerosas ocasiones que no tomase comidas ni bebidas fr?as, pero ?qui?n me lo iba a impedir dentro de mi casa?, adem?s para m? era una costumbre, ya eran muchos a?os haci?ndolo, y si hasta este momento no me ha sentado mal no creo que me vaya a perjudicar ahora. Me serv? un vaso y dej? de nuevo la botella en la nevera. Tras beb?rmelo lentamente, dej? el vaso sobre la encimera e inici? mi camino de regreso a la cama, tanteando aquellas silenciosas paredes que hab?an sido testigos de mi vida entera desde que nos vinimos a vivir aqu? mi marido y yo. Ha sido mi primera y ?nica casa, desde que sal? de vivir con mis padres y me cas?. Aqu? he tenido a uno de mis hijos en un improvisado paritorio, cuando por efectos de una reacci?n al estr?s, de los problemas econ?micos que por aquel entonces sufr?amos, se me adelant? el momento del alumbramiento. Aqu? se produjo la pedida de mano de mi segundo hijo, cuando est?bamos celebrando su cumplea?os y para sorpresa de todos se arrodill? y se lo pidi? a la que era su novia desde hac?a tres a?os. Habr? pasado por este mismo pasillo tantas y tantas veces, cada d?a de mi vida, por lo menos un par, lo que me permite no chocar con el mobiliario el cual ha ido cambiando poco, a medida que el tiempo hac?a mella en ellos. Llegando a la cama, me sent? en el borde recordando lo emotivo que ha sido el d?a de hoy para m?, no s?lo por haberse reunido toda la familia, pues hac?a a?os que no lo consegu?a, sino porque por fin he conocido a la ?ltima incorporaci?n, mi nuevo bisnieto. Debido a su corta edad la madre, mi nieta, hab?a decidido que no realizase ning?n desplazamiento hasta ese d?a. Era su primer viaje y tambi?n la primera vez que le ve?a, era una cosita tan peque?a, tal y como mis hijos hab?an sido y m?ralos ahora, estaban hechos hombres de provecho. Adem?s, y en ?sta ocasi?n, hab?a vuelto a comer pastel, eran ya algunos a?os que llevaba sin probarlo, desde aquella vez que tuve una subida de az?car y me prohibieron que lo comiese. Pero era un d?a especial y todo era alegr?a y jolgorio entre mis hijos, sus esposas, mis nietos y bisnietos. Todos hab?an tra?do un regalo, por peque?o que fuese, eran objetos sin ninguna importancia para m?, pues ten?a todo lo que necesitaba, que cada vez era menos. Lo que era realmente importante para m? es que se hubiesen acordado de la fecha de mi cumplea?os y que hubiesen decidido dejar de lado sus obligaciones diarias para hacer un hueco y compartir ?ste momento conmigo. Era mucha la emoci?n que hab?a vivido ese d?a, extra?amente me sent?a bien, aunque muy cansada. Estaba como nerviosa por todo el jolgorio que se hab?a montado en mi peque?o pero acogedor sal?n, ahora todos estaban acostados, ya que se hab?an quedado en la casa porque hab?amos estado hasta tarde celebrando mi cumplea?os. Llegando a la cama y a pesar de que hab?a tenido antes dificultades en dormir, me acost?, cerr? los ojos y me qued? dormida. >>>>>>>LA CONFERENCIA<<<<<<< En ese momento el conferenciante se qued? en silencio y as? permaneci? por un momento, mirando a mi alrededor pude observar c?mo a alguno de los asistentes se le solt? una l?grima, supongo que habr?a conocido un caso similar y de ah? que hubiese empatizado con la situaci?n descrita. El conferenciante que durante el tiempo que hab?a permanecido callado se hab?a sentado, se levant? y continu? con aquella emotiva charla: ?Hasta aqu? el que puede ser el relato de los ?ltimos tiempos de una persona, pero ?qu? hay m?s all?? ?qu? sucede despu?s? ?y si alg?n familiar que ha dejado el cuerpo f?sico pudiese regresar a comunicarse con nosotros? ?y si nuestra abuela materna quisiese ayudarnos? Otra vez hizo un silencio forzado, como esperando a ver la reacci?n del p?blico el cual permanec?a inm?vil atento a cada gesto del conferenciante, casi hipnotizado por sus palabras. ?Esto es posible y en el curso de fin de semana se te va a ense?ar c?mo hacerlo, si ?stas dispuesto para ello, ?nicamente debes de creer. >>>>>>>LA NIETA<<<<<<< Ahora me dicen que puedo comunicarme con mi abuela materna, la verdad es que no s? c?mo hacerlo ni si ser? ?til para m?. Ella era de otra ?poca, en la que no hab?a todos los avances tecnol?gicos de ahora. Adem?s, viv?a con sus tiempos, con la mentalidad de aquellos a?os, muy alejados de los m?os actuales, ?c?mo me va a aconsejar? ?y sobre qu??, todo lo que me puede decir estar? anticuado. S?lo pensar que le pida consejo para elegir vestuario me produce risa, no me imagino volviendo a vestir aquellos trajes anticuados y pasados de moda que se usaban entonces, adem?s, tuvimos nuestras diferencias, pues era muy exigente con mi madre y eso lo he vivido desde peque?a. Al principio no le daba importancia y lo ve?a normal, pero a medida que fui creciendo iba viendo que no era bueno para mi madre y hasta tuve que enfrentarme varias veces con ella para frenar ese trato que consideraba inapropiado entre adultos. Nuestra relaci?n no ha sido siempre buena, es m?s, tal es as? que me enter? de su muerte a las pocas semanas de producirse, pues estaba de viaje de trabajo y hasta que no regres? nadie me dijo nada. Ni siquiera me dio tiempo a despedirme para decirla cu?nto la quer?a y sobre todo para pedirla disculpas. Con el tiempo me he dado cuenta que las personas van cambiando a medida que pasan los a?os, as? van adoptando posturas m?s inflexibles que les da seguridad a ellas y as? hablan desde la experiencia de los a?os y corrigen sobre todo a sus hijos como si estos no supiesen suficientemente lo que han de hacer con su vida en cada momento. Esto es lo que pienso ante aquella posibilidad de hablar con mi abuela materna que comenta el conferencista y adem?s, ?por qu? con ella? ?por qu? no lo puedo hacer con mi abuela paterna?, con la que s? que me llevaba bien. A?n me acuerdo cuando iban mis hermanos y yo misma a verla a su casa en que todo era una fiesta llena de risas, es con la que me he llevado mejor de las dos, ?por qu? no puedo hablar con ella? ?o por qu? no con alguno de mis dos abuelos? No lo veo justo, quiz?s me puede proporcionar igual o m?s informaci?n alguno de mis dos abuelos que mi abuela materna, al fin y al cabo ellos han sido los que han tenido que resolver los problemas de trabajo y de dinero cuando se han presentado, ?y qui?n mejor para ayudarme y aconsejarme que alguien que durante su vida ha resuelto muchos problemas? Adem?s, parto de la posibilidad de que puedo hablar con mi abuela materna, tal y como indica el conferenciante, pero ?c?mo va a ser eso?, ella est? muerta y enterrada, tal y como fue su voluntad. Ahora no sabr?a casi c?mo era su rostro, apenas la recuerdo vagamente, quiz?s si la viese en fotos me ser?a m?s f?cil visualizarla. Pero ?c?mo era? ?qu? dec?a? ?c?mo se expresaba?, todo eso ya pertenece al pasado, apenas puedo recuperar trazos de memoria de episodios compartidos con ella, pero lo que s? recuerdo bien, son aquellos momentos de felicidad mutua y otros en que re?imos. Recuerdo sobre todo las sensaciones de esos momentos, aunque no tengo tan claro el motivo por el que se produjeron, y por cierto, ?para qu? necesito ayuda? ?y en qu?? Mi vida est? bien, cierto que no es perfecta y que podr?a ser mejor, pero ahora mismo no tengo grandes problemas para necesitar que alguien me venga a ayudar. Quiz?s pueda comunicarme, no lo s?, pero ahora no tengo necesidad. Adem?s, no s? qu? sacar?a con ello, quiz?s se trate de un esfuerzo por mi parte del que no obtendr? ning?n beneficio o si lo hay no s? si ser? bueno o no para m?. Todas estas y otras cuestiones m?s me estaba planteando a medida que el conferenciante hablaba sobre esa posibilidad de que el nieto puede comunicarse con su abuela materna, pero ?c?mo podr?a ser posible? Конец ознакомительного фрагмента. Текст предоставлен ООО «ЛитРес». Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию (https://www.litres.ru/pages/biblio_book/?art=64616802&lfrom=688855901) на ЛитРес. 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