Растоптал, унизил, уничтожил... Успокойся, сердце, - не стучи. Слез моих моря он приумножил. И от сердца выбросил ключи! Взял и, как ненужную игрушку, Выбросил за дверь и за порог - Ты не плачь, Душа моя - подружка... Нам не выбирать с тобой дорог! Сожжены мосты и переправы... Все стихи, все песни - все обман! Где же левый берег?... Где же - прав

«Hab?a Una Vez», Cuentos De Los Zaza

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«Hab?a Una Vez», Cuentos De Los Zaza Olivier Aymar Olivier Aymar naci? en 1960. Es doctor en Historia, con especializaci?n en la historia de los kurdos y los zazas. El autor presenta ocho cuentos tradicionales que tratan de la benevolencia, la bondad, la valent?a, la compasi?n, entre otros valores. Ocho peque?as historias inici?ticas a trav?s de las cuales diferentes personajes ser?n llevados a superarse a s? mismos y a resaltar su fuerza, valent?a y a comportarse como verdaderos h?roes de tiempos antiguos y m?ticos. Olivier Aymar «Hab?a una vez», cuentos de los zaza cuentos Traducci?n del franc?s por Elizabeth Garay 1  Introducci?n (#u80ea5735-fc64-59e0-a378-d22e9be1b6dd) 2  Un rey (#u7ae6441c-1cae-5a23-a57b-8f60613126c7) 3  Un pastor (#u6135c208-7e98-56ec-92b0-1158258ced43) 4  Un hermano y una hermana (#u51947ef7-bbc2-5fe2-a923-74d86a9dcecd) 5  Syamed (#u12c1b054-229f-5d2b-a9a8-9a22393ace66) 6  Dos hermanas (#u0fa41a52-a984-5258-b2ad-6909a6637425) 7  Un padre y sus tres hijas (#uf02a78fc-23fe-5abc-84a8-bb15e4133943) 8  Un hombre y sus dos mujeres (#ue814fb85-5cdd-5f43-9e9c-c55fd1d5002f) 9  Un rey y un ladr?n (#u26335757-78f7-51fe-96dc-6e723622f758) Introducci?n Si bien los zaza no son conocidos por la mayor?a de las personas, ellos existen. Los zaza son descendientes de las civilizaciones de Anatolia y Mesopotamia. Sus antepasados son a su vez los sumerios, los hattis, los hititas, los louvitas, los hurritas, los partes y los sas?nidas. Tras la invasi?n del Imperio sas?nida en el a?o 634 d.C., la tierra de los zaza fue objeto de sucesivas invasiones de ?rabes, sely?cidas, mongoles, Genghis Khan y Tamerl?n, persas y turcos. A partir de 1514, el pueblo zaza fue diezmado por los sultanes otomanos y los kurdos. Desde esa fecha, el pueblo zaza ha sido borrado de la historia, y su cultura, idioma, etnia y su propia historia se han atribuido a los kurdos que combatieron mano a mano con las autoridades turco—otomanas hasta 1940. Los cuentos que leer?s en este libro relatan parte de la cultura oral del pueblo zaza . Un rey Un d?a, un rey re?ne a sus tres hijas y pregunta a su hija mayor: — ?Cu?nto me amas, hija m?a? Su hija le responde: — Padre, te amo como al az?car. El rey queda tranquilo. Piensa que esto es bueno ya que significa que ella lo ama mucho. Se dirige a su siguiente hija: — T?, hija m?a, ?cu?nto me amas? — Te amo como a la miel. El rey est? muy contento, cree que esto es muy bueno porque ella tambi?n lo quiere mucho. Cuando le llega el turno de la hija menor, ella le responde: — Padre, te quiero tanto como amo la sal. El rey no esperaba tal respuesta. Y se siente ofendido. Al creer que es amado como la sal, es decir, nada, se retira a su habitaci?n y comienza a pensar en encontrar una soluci?n a esta ofensa. Despu?s de un tiempo, decide enviar a su hija "malvada" lejos de su corte. Llama a dos de sus sirvientes y les dice: Tomen a mi hija menor y entr?guenla al hombre m?s perezoso del pa?s. A la ma?ana siguiente, los dos sirvientes toman a la joven y se marchan con la esperanza de encontrar al hombre m?s perezoso del pa?s. En el camino, ven a un hombre tumbado bajo un ?rbol de d?tiles con la boca abierta, esperando que los d?tiles caigan por s? solos. Los dos sirvientes se detienen y comentan entre ellos que no podr?n encontrar un hombre m?s perezoso que este. Lo llaman: — ?Oye, t?! ?Puedes o?rnos? — S?, ?qu? quieren de m?? — Te traemos a una de las hijas del rey para que te cases con ella. El hombre responde: — Muy bien, ac?rquenla. As? que los dos sirvientes dejan a la chica con este hombre y regresan al palacio. El hombre perezoso se llama Memet. Es tan perezoso que rara vez se levanta de su cama. Todas las ma?anas, mientras est? acostado, su madre lo lleva a la sombra de un ?rbol de d?tiles. Por la noche, ella lo regresa a casa. Esto hab?a estado ocurriendo durante mucho tiempo. La nueva esposa se rebela contra la situaci?n de su marido. Le dice a su suegra: — ?Qu? es este asunto de llevarlo y traerlo de vuelta, ma?ana y noche? La suegra responde: — ?Qu? quieres que haga, hija m?a? El buen Se?or me ha dado un hijo perezoso, y solo puedo soportar. La hija del rey se pone a pensar. Cree que no puede seguir as? para siempre y que tendr? que encontrar una soluci?n. Esa misma noche, le dice a su marido: — Mi querido esposo, sabes que para vivir, tendr?s que ir a trabajar. De lo contrario, pronto no tendremos nada que comer. El marido le responde: — Pero querida, no s? c?mo trabajar. — ?Est? bien, ya aprender?s! Primero, comprar?s una cuerda, luego ir?s al mercado de Les Halles a ofrecerte como cargador. Eso no requiere ning?n entrenamiento. El marido no insiste. A la ma?ana, compra una cuerda y llega al mercado de Les Halles. Un hombre lo llama: — Oye t?, ?eres cargador? Memet corre hacia el hombre: — ?S?, se?or? — Lleva estos costales de harina a mi casa. Buscar? a otros cargadores para que lleven el resto de la mercanc?a. — Muy bien se?or, dijo Memet y de inmediato se pone a trabajar. Mientras que el hombre buscaba a otros cargadores, Memet iba y ven?a varias veces y se las arregl? para llevar ?l solo, todos los costales. Cuando el hombre regresa con otros dos cargadores, ya no hab?a nada m?s para llevar. As?, le pregunta a Memet d?nde est? la carga. — ?Ya la llev? toda a su casa, se?or! A los otros dos cargadores no les agrada este reci?n llegado que les est? robando todo el trabajo. Deciden advertir a todos los dem?s cargadores. De inmediato se re?nen para encontrar una soluci?n. Deciden, por unanimidad, pagar a Memet una suma de dinero a condici?n de que deje de trabajar como cargador. Entonces van a ver a Memet y le dicen: — Te daremos una suma de dinero si dejas de trabajar aqu? como cargador. Memet, encantado, acepta la propuesta. Toma el dinero y se va a casa. Cuando llega con su esposa, saca el dinero y le dice: — Cari?o, mira cu?nto he ganado hoy. Al ver todo este dinero, ganado en un solo d?a, su esposa est? feliz y asombrada. Le pregunta a su esposo: — ?C?mo lograste ganar tanto dinero en un solo d?a? El marido responde: — Me lo dieron los otros cargadores para que ya no trabaje en el mismo lugar. Muy feliz con el ?xito de su marido, le dice: — Est? bien. Dado que ya no puedes trabajar como cargador, ahora lo har?s como obrero en trabajos de construcci?n. A la ma?ana siguiente, Memet va a un sitio de construcci?n, donde el capataz lo contrata inmediatamente como ayudante de alba?il. Memet trabaja todo el d?a, sin quejarse. Cuando el alba?il jefe le pide el mortero, se lo entrega de inmediato, cuando le pide cemento, tambi?n r?pido se lo da. As?, Memet est? haciendo un trabajo que muchos trabajadores ni siquiera podr?an haber hecho. Su dinamismo y su af?n por el trabajo preocupan al resto de los trabajadores del lugar. Creen que si contin?a as?, pronto no habr? m?s trabajo para ellos, y tambi?n llegan a la conclusi?n de que se le deber?a dar algo de dinero para que deje de trabajar como ayudante de la construcci?n. Una vez m?s, Memet, muy feliz, toma el dinero y se va a casa. Al llegar le dice a su esposa: — Cari?o, mira, me volvieron a dar dinero para no trabajar. Su esposa est? muy feliz de que su esposo regrese a casa con mucho dinero, pero no quiere que se quede sin hacer nada. Le dice : — Esta vez te vas a comprar un caballo y vas a trabajar como comerciante ambulante. En los pueblos y las aldeas vender?s dulces, zapatos, calcetines, ropa y otras cosas peque?as. — Muy bien, dijo Memet. A la ma?ana siguiente, Memet va a comprar un caballo y algunas cosas m?s. Luego se pone en marcha hacia pueblos y aldeas. En el camino, llega a un pozo, donde hay muchos otros comerciantes esperando que llegue el agua. Para conseguir agua hay que bajar hasta el fondo del pozo y pedirle al guardia que abra el grifo. Ninguna de las personas en el lugar se atreve a bajar al pozo. Al notar esto, Memet ofrece sus servicios y es inmediatamente atado a una cuerda. Lo llevan hasta el fondo. Al llegar, Memet ve a un anciano y dos mujeres sentados en un div?n. El anciano, al ver a Memet, le pregunta: — ?Que vienes a hacer hasta aqu?, hijo ? Memet le responde : — Vine para abrir el grifo. Arriba hay un grupo de gente en caravanas que esperan el agua. El anciano le explica que para abrir el grifo primero tendr? que responder una pregunta. Si la respuesta es correcta, abrir? el grifo, pero si est? mal, no lo har?. Un poco confundido, Memet dice: — Est? bien, ?cu?l es su pregunta? — Es muy sencilla. Dime cu?l de mis dos esposas me gusta m?s. Avergonzado por esta pregunta, Memet piensa un poco antes de responder: — Depende de su gusto. Ambas son encantadoras. Cualquiera de ellas puede complacerlo sin dificultad. El anciano, satisfecho con esta respuesta, pide a su esposa morena que vaya a buscarle a su visitante una granada del jard?n. La mujer entra al jard?n y regresa con dos granadas. Se las entrega a Memet y le dice: — Si regresas aqu?, tr?eme una bola de estambre. Memet toma las granadas y vuelve a subir. Poco despu?s, el anciano abre el grifo del agua y los comerciantes sacian su sed. Para recompensar a Memet por su buena acci?n, los comerciantes realizan una colecta. Memet env?a inmediatamente a su esposa las dos granadas que estaban llenas de monedas de oro y el dinero que los comerciantes hab?an recolectado. Luego, con uno de los comerciantes llamado Ali, se dirige hacia una aldea. Mientras Ali toma una siesta al pie de un muro, Memet aprovecha para visitar el pueblo. Mientras camina por las calles, ve un buey atado por los cuernos y tirado por un hombre. Memet se acerca al hombre en cuesti?n y le dice t?midamente: — Perdone, se?or, ?ad?nde lleva este buey? — Lo llevo al matadero. — ?Puedo ir con usted?, pregunta Memet. — ?Como quieras! Memet sigue al hombre a una mezquita donde saca sus herramientas, corta la garganta al animal y lo degolla. Luego le dice a Memet: — Acu?state sobre la piel del animal para ver si es lo suficientemente grande. Sin sospechar las intenciones del hombre, Memet obedece. Tan pronto como yace sobre la piel del animal, el hombre lo envuelve y le da una violenta paliza. Memet aterriza en lo alto del minarete de la mezquita. Cuando abre los ojos, se ve a s? mismo en lo alto de un minarete sin escaleras. No encuentra una soluci?n para descender. De repente, escucha una voz. Mirando hacia abajo, ve al hombre que lo lanz? al minarete. Este le dice: — Dime, ?qu? hay ah? arriba? — Memet responde: — ?Hay de todo! Oro, plata, piedras preciosas, seda, etc. El hombre le pregunta: — ?Pero qu? esperas para envi?rmelo? De repente, una cig?e?a se posa en el minarete y le dice a Memet: — No te preocupes, yo te ayudar? a bajar. — ?C?mo me ayudar?s? La cig?e?a le responde: — Bajar? despacio, y t?, me seguir?s poniendo tus pies donde yo ponga los m?os. Esto nos llevar? abajo. Con ciertas dudas, Memet sigue las instrucciones de la cig?e?a. De esta manera, puede llegar hasta abajo con bastante rapidez. Al ver descender a Memet, el hombre huy?. Una vez abajo, Memet se apresura a ver a su compa?ero, Ali. Cuando este lo ve, le pregunta d?nde hab?a estado. Sin entrar en los detalles de su aventura, Memet explica que se hab?a ido a dar un paseo por la aldea. Los dos hombres parten entonces en busca de una posada para pasar la noche. A la ma?ana siguiente, Memet se disfraza y va al lugar donde el d?a anterior hab?a encontrado al hombre que tiraba de un buey. Despu?s de unos minutos de espera, finalmente ve llegar al hombre, tirando por los cuernos a un buey. Memet se le acerca y le dice: — ?Hola se?or! — ?S?? — ?D?nde lleva este buey? — Lo llevo al matadero. — ?Puedo ir con usted? — Si lo deseas. Memet lo acompa?a y llegan al mismo lugar que el d?a anterior. El hombre saca sus herramientas, sacrifica al buey, lo despelleja y le dice a Memet que se acueste sobre la piel para ver si es lo suficientemente grande. Memet le responde: — No s? c?mo acostarme. Ens??eme usted. Acu?stese primero, para que pueda ver c?mo lo hace. Entonces sabr? si yo puedo hacerlo bien. En el momento en que el hombre se acuesta, Memet lo cubre con la piel del animal, azota la piel y el hombre aterriza en el minarete. Memet le grita y le pregunta: — ?Qu? hay all? en lo alto? — Diamantes, oro, piedras preciosas, plata, etc., responde el hombre. — ?Pero qu? esperas para envi?rmelos? El hombre le env?a todo lo que recolecta. Memet llena varios sacos que luego coloca en los lomos de sus caballos y se va para reunirse con su amigo Ali. Cuando los dos hombres dejan la aldea, Memet recuerda a la mujer en el fondo del pozo que quiere una bola de estambre. No quiere irse sin comprarla y le dice a su amigo: — Disculpa Ali, olvid? mi bast?n en la posada, esp?rame aqu?, ir? a buscarlo y volver? enseguida. Ali le responde: — No pasa nada, te comprar? otro bast?n. — No, dijo Memet. Corre al pueblo, compra una bola de estambre y luego se une a Ali. Los dos hombres se dirigen al pozo para buscar agua para ellos y sus caballos. Al llegar al pozo, Memet vuelve a ver a los comerciantes en medio de una discusi?n, para decidir cu?l de ellos deb?a bajar a abrir el grifo. Memet una vez m?s se ofrece a bajar. As?, lo atan a una cuerda y lo bajan al pozo. Al llegar al fondo, Memet saluda al anciano y a sus dos esposas. El anciano le dice: — ?Qu? quieres joven? — Vengo a pedirle que abra el grifo del agua, porque todos los comerciantes tienen sed y est?n esperando all? arriba. Como la vez anterior, el anciano le dice que tiene una pregunta para ?l, si la respuesta es satisfactoria, abrir? el grifo y si no, no lo har?. — Dime, ?cu?l de estas dos mujeres me gusta m?s? Memet responde: — Depende de su gusto. Cualquiera de las dos le puede complacer. Satisfecho con la respuesta, el anciano le dice a su esposa blanca que vaya a buscar dos granadas del jard?n para su invitado. La mujer regresa con cuatro granadas. Memet entrega la bola de estambre a la morena, toma sus granadas y sube a la superficie. All? arriba, los comerciantes tambi?n hacen una colecta de dinero para ?l. Memet toma el dinero, sus granadas, sus bolsas de oro, plata, diamantes y regresa a casa. Al llegar a la entrada de su aldea, ya no reconoce el lugar. Ve que el pueblo ha sufrido muchos cambios. Cuando se fue, el pueblo ten?a pocas casas. Ahora el pueblo ha crecido tanto que parece una ciudad. Memet no puede encontrar su casa y pide a los lugare?os que le indiquen d?nde se encuentra esta. As? es como lo llevan a la puerta de su nueva casa tipo castillo. Se da cuenta de que su esposa ahora vive en un palacio gigantesco y que tiene cien sirvientes trabajando para ella. Gracias a este nuevo tesoro que trae consigo, su esposa se vuelve a?n m?s rica. As?, incluso, logra competir con su padre que la hab?a echado de su corte por la sencilla raz?n de que ella le hab?a dicho que lo amaba como a la sal. Han pasado a?os desde esa historia y su padre la ha olvidado. Para mostrarle a su padre el amor que siempre le hab?a tenido, decide invitarlo a su reino. Cuando el rey recibe el mensaje de esta princesa desconocida, le dice al mensajero que estaba a cargo de entregar la misiva: — Soy un rey y solo viajo con toda mi corte. ?Tu princesa es capaz de alojar a mis hombres? El mensajero de la princesa responde: — Su Alteza, esto no ser? un problema para la princesa. Intrigado por el poder de esta princesa desconocida, el rey acepta la invitaci?n y hace el viaje con su procesi?n. Cuando el rey llega frente al castillo, inmediatamente se da cuenta del poder de esta princesa. Ella lo recibe con todos los honores y lo hace instalar en uno de sus salones. Luego cocina los mejores platillos posibles. Para demostrarle a su padre que amar a alguien como la sal, no era una palabra vac?a, decide cocinar todo sin sal, excepto la sopa. A la hora de la cena, todos se sientan a la mesa. El rey toma su cuchara y comienza a comer, pero solo puede tragar una cucharadita de cada plato. Finalmente, se detiene en la sopa que est? comiendo, sin dejar nada en el cuenco. La princesa le dice: — Su Alteza, ?c?mo es que no ha dejado nada de esta sopa, cuando los mejores platillos del mundo se encuentran en esta mesa? El rey le responde: — De estos platillos no se puede decir que sean buenos, todos carecen de sal. Por eso no pude comerlos. Por otro lado, este plato de sopa ten?a sal y para m? val?a diez veces m?s que todos los dem?s platillos. En ese momento, recuerda la respuesta de su hija que hab?a echado de su reino, pero se abstiene de mencionarlo. Despu?s de la cena, el rey y la princesa comienzan a conversar sobre otras cosas. Entonces el rey se detiene y le dice a la princesa: — Una vez le pregunt? a mis tres hijas cu?nto me quer?an. La m?s joven me dijo que me amaba como a la sal. No hab?a entendido lo que eso quer?a decir. Pens? que era una ofensa a mi rango. As? que la ech? de mi reino. Despu?s de esta experiencia que acabo de tener, ahora entiendo que ella me amaba mucho. Apenas admite su error, su hija revela su verdadera identidad y de inmediato, padre e hija unen sus dos reinos. Se convierten en los m?s poderosos y pasan el resto de sus vidas felices en su tierra. Конец ознакомительного фрагмента. Текст предоставлен ООО «ЛитРес». Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию (https://www.litres.ru/pages/biblio_book/?art=63533146&lfrom=688855901) на ЛитРес. Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.
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