Êàê ïîäàðîê ñóäüáû äëÿ íàñ - Ýòà âñòðå÷à â îñåííèé âå÷åð. Ïðèãëàøàÿ ìåíÿ íà âàëüñ, Òû ñëåãêà ïðèîáíÿë çà ïëå÷è. Áàáüå ëåòî ìîå ïðèøëî, Çàêðóæèëî â âåñåëîì òàíöå,  òîì, ÷òî ñâÿòî, à ÷òî ãðåøíî, Íåò æåëàíèÿ ðàçáèðàòüñÿ. Ïðîãîíÿÿ ñîìíåíüÿ ïðî÷ü, Ïîä÷èíÿþñü ïðè÷óäå ñòðàííîé: Õîòü íà ìèã, õîòü íà ÷àñ, õîòü íà íî÷ü Ñòàòü åäèíñòâåííîé è æåëàííîé. Íå

Yo Soy

Yo Soy Aldivan Teixeira Torres Trece histoiras. Un so?ador, un joven y dos arc?ngeles en busca de la verdad. ?Qu? tienen en com?n un depresivo, un ped?filo, un abortista, un drogadicto, un jugador profesional, cient?ficos, criminales, un sex?logo, un esquizofr?nico y un discapacitado? Trece historias. Un so?ador, un joven y dos arc?ngeles en busca de la verdad. ?Qu? tienen en com?n un depresivo, un ped?filo, un abortista, un drogadicto, un jugador profesional, cient?ficos, criminales, un sex?logo, un esquizofr?nico y un discapacitado? Ambos buscan reflexionar sobre sus acciones, sus caminos futuros junto al vidente, un ser revolucionario y especial, en un gran viaje por el nordeste de Brasil. Declarando ser el hijo de Dios, promete escuchar a todos, aconsejarles y dar consejos valiosos sobre c?mo reanudar la vida mostrando su personalidad y la de su padre a lo largo del tiempo. La meta m?s grande de todas es despertar el yo interior de cada una de ellas y, alcanzando este milagro, la verdad finalmente ser? revelada. ”Yo soy” tambi?n representa un grito de libertad frente a las convenciones sociales como Jes?s lo hizo en el pasado. ”El ”Yo soy” muestra de esta manera c?mo el ser humano es en esencia, lo cual est? en desacuerdo con aquellos que est?n acostumbrados a juzgar a los dem?s. Un libro que invita a la reflexi?n y que promete muchas reflexiones y emociones. Aldivan Teixeira Torres Yo soy Yo soy Aldivan Teixeira Torres Yo soy __________ Por: Aldivan Teixeira Torres, ©2018-Aldivan Teixeira Torres Todos los derechos reservados. E-mail:[email protected] Traductor: Arturo Juan Rodr?guez Sevilla Rese?a: Aldivan Teixeira Torres __________ Este libro, incluyendo todas sus partes, est? protegido por derechos de autor y no puede ser reproducido, revendido o transferido sin el permiso del autor. Calificaciones acad?micas: licenciatura en Matem?ticas con especializaci?n en la misma ?rea. __________ Breve biograf?a: Aldivan Teixeira Torres, nacido en Arco verde (Brasil), cre? la serie El vidente, las series Los hijos de la luz, y tambi?n ha publicado libros de poes?a y guiones. Su carrera literaria comenz? a finales de 2011 con la publicaci?n de su primera obra rom?ntica Opposing forces. Por razones que no han trascendido, dej? de escribir s?lo para reanudar su carrera en la segunda mitad de 2013. Desde entonces no ha parado. Espera que su escritura contribuya a la cultura pernambucana y brasile?a, despertando el placer de la lectura en aquellos que a?n no tienen el h?bito. Su lema es: "Por la literatura, la igualdad, la fraternidad, la justicia, la dignidad y el honor del ser humano para siempre". Dedicatoria Dedico este trabajo a todos los esp?ritus iluminados y luchadores que han tenido el valor de enfrentarse a los dictados sociales y difundir sus creencias y visiones del mundo. En especial, a los estigmatizados por la sociedad que est?n siendo juzgados constantemente. Para ellos tengo un mensaje: "Yo soy" cree en ti. Agradecimientos Primero, a mi buen Dios que me considera su hijo. A mis padres y familiares, que siempre est?n presentes en los momentos buenos y malos. A mis amigos, compa?eros de trabajo, conocidos, vecinos y aquellos que han formado parte de mi vida. A mis lectores que siempre me alaban. Finalmente, agradezco a todos los que creen en la literatura brasile?a. "Jes?s estaba dici?ndole a los jud?os que hab?an cre?do en ?l: Si permanec?is en mi palabra, ser?is mis verdaderos disc?pulos y conocer?is la verdad y la verdad os liberar?. Ellos respondieron: Somos descendientes de Abraham y nunca fuimos esclavos de nadie; ?c?mo es que dices "ser?s libre"? Jes?s contest?: En verdad os digo que todos los que pecan son esclavos del pecado. El esclavo no se queda en casa todo el tiempo; el hijo, sin embargo, se queda siempre all?. Si, entonces, el hijo te libera, ser?s verdaderamente libre. S? que sois descendientes de Abraham, pero trat?is de matarme, porque mi palabra no os penetra. Hablo de lo que vi junto con mi padre y vosotros hac?is lo que hab?is o?do de vuestro padre. Ellos respondieron: Nuestro padre es Abraham. Jes?s les dijo: Si fuerais hijos de Abraham, har?ais la obra de Abraham. Ahora, sin embargo, trat?is de matarme, a m? que he predicado la verdad que he o?do de Dios; Abraham no hizo esto. Est?is haciendo el trabajo de vuestro padre. Ellos respondieron: No nacimos de la fornicaci?n; s?lo tenemos un padre que es Dios. Jes?s les dijo: Si Dios fuera vuestro padre, entonces me amar?ais, porque yo soy de Dios y vengo de ?l: yo no vengo de m? mismo, sino que ?l me ha enviado. ?Por qu? no entend?is mi idioma? ?Por qu? no pod?is o?r mi palabra? Sois del diablo que es vuestro padre y quer?is satisfacer los deseos de vuestro padre. ?l ha sido un asesino desde el principio y no persisti? en la verdad, porque la verdad no est? con ?l; diciendo mentiras, habla de s? mismo, porque es un mentiroso y padre de las mentiras. Yo, sin embargo, que digo la verdad, no cre?is en m?. ?Qui?n de vosotros me acusa de pecar? Si digo la verdad, ?por qu? no me cre?is? El que es de Dios, escucha la palabra de Dios. No escuch?is porque no sois de Dios. Los jud?os respondieron: ?Quiz?s no hemos hablado bien diciendo que eres samaritano y que est?s pose?do por el diablo? Jes?s contest?: No tengo ning?n demonio, pero glorifico a mi padre y vosotros me deshonr?is. No busco mi gloria; hay alguien que busca y juzga. En verdad, en verdad os digo, los que observan mi palabra nunca ver?n la muerte. Entonces los jud?os dijeron: Ahora sabemos que tienes un demonio. Abraham muri?, y tambi?n los profetas; y t? dices: Si alguien guarda mi palabra, nunca saborear? la muerte. ?Por casualidad eres m?s grande que nuestro padre Abraham, que muri?? ?Y los profetas que murieron? ?Qui?n pretendes ser? Jes?s respondi?: Si me glorifico a m? mismo, mi gloria no vale nada; el que me glorifica es mi padre que dec?s que es vuestro Dios y a quien no conoc?is; yo, sin embargo, lo conozco. Si dijera que no lo conozco, ser?a como vosotros, un mentiroso. Pero lo conozco y cumplo su palabra. Tu padre Abraham se regocij? al ver mi d?a; lo vio y fue feliz. Entonces los jud?os le dijeron: ?No tienes ni cincuenta a?os y has visto a Abraham? Jes?s les dijo: En verdad, en verdad os digo que antes de que existiera Abraham, yo soy". (Juan, 31-58) Introducci?n "Yo soy" se presenta como un reto, un atrevimiento, frente a una sociedad muchas veces atrasada y conservadora. El primer gran pensador que enfrent? este paradigma fue un jud?o llamado Jesucristo hace unos dos mil a?os. Declar?ndose hijo de Dios y afirmando su "Yo soy", rompi? las estructuras entonces existentes. Inspirado por este ejemplo, este libro da un grito de libertad que todo ser humano debe experimentar. No somos lo que dicen los dem?s, y muchas veces somos la personalidad que creamos. Debemos ser nosotros mismos con la verdad desnuda y cruda. Sigui?ndolo, despertaremos nuestro verdadero "Yo soy" y esto nos liberar? para siempre de nuestros propios miedos. "Yo soy" tambi?n pone en contradicci?n las reglas, la falsa moral, los prejuicios, la intolerancia y el orgullo. S?lo cuando encontremos nuestro eje principal definiremos nuestras prioridades y la mejor manera de realizarlas. El libro plantea preguntas relevantes sobre la correlaci?n e intercorrelaci?n de las relaciones. Finalmente, "Yo soy" es una obra primordial que debe ser le?da a la luz de la sociedad actual y si conseguimos trasladar el argumento a nuestra vida, resolveremos nuestros propios fracasos y descubriremos que no hay mayor felicidad en el mundo que estar junto a nuestros amigos, a nuestros maestros, a nuestra creencia y a nuestro Dios. Con ellos somos m?s fuertes, y nos transformaremos en defensores, propagadores y protectores de las cosas buenas. Hazlo. S? un ap?stol de buena voluntad, de la verdad, del Padre y practica siempre el amor. Un abrazo y buena lectura. NOTAS PARA EL EDITOR: «Sirviente» como «disc?pulo», etc. Psicograf?a Era el d?a uno de enero de 2015, una ma?ana agitada, oscura, sombr?a, tormentosa, a pesar de ser el comienzo del nuevo a?o, en un cierto lugar del interior de Pernambuco, donde, descansando en una reci?n comprada cama box, se encontraba el glamuroso vidente, el viejo so?ador que hab?a conquistado la cueva de la desesperaci?n y su fuego. Entre pesadillas conflictivas que lo despiertan varias veces durante la noche, se debate incansablemente en busca de signos que alumbren una mayor realizaci?n de sus sue?os m?s profundos. Sin embargo, ninguno parec?a muy prometedor. Exactamente a las tres de la madrugada se despierta del ?ltimo sue?o de la noche, se levanta de la cama y se acerca a su escritorio donde est?n su cuaderno, su impresora, los libros, el cable para conectarse a Internet, formularios y otros documentos. Se sienta en la silla, abre el caj?n, saca un bol?grafo y un papel. El esp?ritu de Yahv? lo agita y luego comienza a psicografiar: "Se acerca una nueva era y en estos nuevos tiempos quiero darte, hijo m?o, todo el honor, la gloria y el ?xito que mereces. Yo act?o de esta manera porque t? eres el ?nico en la tierra que me entiende, que me escucha y que es completamente obediente. Por lo tanto, te digo: Toma tu saco, tu bast?n, tu cruz y s?gueme. No te preocupes por lo que est?s dejando atr?s ni por lo que suceder? despu?s, porque todo ha sido planeado desde el principio de los tiempos. Quiero, a trav?s de ti, tocar el coraz?n de las personas, hacerlas reflexionar y que tomen un nuevo rumbo en sus turbulentas vidas. De nuevo, tengo la intenci?n de buscar a los pecadores, pues como dice el viejo dicho: Quien necesita un m?dico es quien est? enfermo. A los que creen, les prometo vida eterna y un lugar especial en nuestro reino. A quienes lo repudien, se les quitar? el nombre del libro de la vida, porque los que no reconocen al hijo que pueden ver, mucho menos reconocer?n al padre que no ven. Estos ?ltimos no merecen el polvo de tus pies. No tengas miedo, siempre estar? contigo dirigi?ndote internamente. No hay secretos entre nosotros y mi gracia te proteger?. Busca una se?al." El vidente deja de escribir. Recoge el peri?dico y se preocupa. ?Qu? iba a pasar? A cada momento, la gigantesca rueda en la que se ha transformado su vida se vuelve m?s interesante. Ya ha congregado las fuerzas opuestas, ha comprendido profundamente su noche oscura del alma, ha vuelto a visitar el pasado, ha descifrado el c?digo de Dios y ahora est? ante m?s demandas. El cansancio es intenso y decide volver a dormirse. Est? seguro de que no podr? dormir, pero al menos puede descansar su cuerpo fatigado. Y as? lo hace: guarda el papel en el caj?n del escritorio, se levanta de la silla y en cuatro pasos se desploma sobre la cama. Ahora, s?lo hab?a que esperar al amanecer para tomar las medidas necesarias. Hasta entonces, aprovecha para una reflexi?n interior sobre s? mismo, su misi?n y sus desaf?os, sus c?rculos sociales y sus respectivas necesidades, sus compromisos, la batalla diaria; y trata de prever los matices del destino, cada vez m?s asombrosos. Pero lo m?s importante es que todo permanec?a en paz y al ritmo esperado. Su estrella pronto brillar?a. Y as?, el tiempo pasa. Cuando el despertador suena exactamente a las cinco de la ma?ana, salta de la cama, se viste, grita de alegr?a porque es fiesta, va a la estanter?a, coge el cable de la radio y lo conecta. En el mismo estante elige uno de sus CDs favoritos y lo reproduce. Escucha tres canciones, se desnuda, coge champ?, jab?n, cepillo, pasta de dientes, crema y navaja de afeitar, la toalla envuelta alrededor de su cuerpo menesteroso, delgado y sudoroso. Al salir de la habitaci?n, pasa por dos salones y al final del pasillo entra en el ba?o. Cerrando la puerta detr?s de ?l, se quita la toalla, pone los objetos personales en el lavabo y comienza los procedimientos necesarios. Con cuidado se salpica un poco de agua en la cara y aplica la crema. Ahora tiene la oportunidad de analizar su aspecto externo. Su cara est? negra y azul como resultado de restregarla constantemente contra la almohada durante la noche anterior. Al ser vanidoso, inmediatamente comienza a afeitarse para sentirse joven lo antes posible. A medida que se afeita, se rasura el bigote, la piel se vuelve suave, a pesar de algunos cortes causados por no prestar atenci?n. Nada serio. Cuando termina, se mete bajo la ducha, la abre y el contacto con el agua fr?a despierta sus emociones m?s profundas. Todo va encajando en su vida, haciendo cada vez m?s interesante su destino. Aunque a?n no se ha dado cuenta, se siente plenamente seguro de s? mismo y capaz de volver a ganar. Est? dispuesto a ir hasta el fondo en busca de la se?al mencionada por su padre en el mensaje psicogr?fico de hace un momento. Incluso aunque no tenga ni idea de por d?nde empezar. El vidente cierra la ducha. Se pone jab?n hasta en el ?ltimo rinc?n del cuerpo y lo lava una vez m?s. Con la exfoliaci?n de la piel, ahora es m?s f?cil eliminar completamente las impurezas corporales, espirituales y psicol?gicas que de vez en cuando le afligen. Aprovecha para concentrarse en la limpieza, dejando sus pensamientos para otro momento. Entre champ? y jab?n y m?s agua fr?a, termina de ba?arse en quince minutos. Vuelve al lavabo, se cepilla los dientes blancos, haci?ndolos brillar. Ahora est? listo para un d?a libre y qui?n sabe, quiz? interesante en su vida casi mon?tona. Se siente confiado, recoge la toalla, se seca, se viste y sale del ba?o; por el mismo camino regresa a su habitaci?n. En este momento, todos en la casa est?n despiertos y amablemente desean buenos d?as a aquellos con los que se encuentran y son correspondidos r?pidamente a pesar de que no es lo usual. En la habitaci?n, se pone ropa sencilla pero limpia. Luego se dirige a la cocina ubicada al final del pasillo. Pasando por los mismos lugares que antes, llega all?, va a la mesa y se sienta en una silla vac?a. En este punto huele el caf? y los huevos fritos que est? preparando su amable hermana. Los otros comienzan a llegar haciendo el lugar m?s animado, con las habituales contradicciones familiares. A continuaci?n se sirve el desayuno, que consta de huevos, panecillos y galletas. Mientras comen, mantienen una conversaci?n sobre temas cotidianos, noticias regionales, deportes, pol?tica, religi?n y relaciones, y cada uno tiene la oportunidad de dar su opini?n. Todo es muy agradable. Una vez terminado el desayuno, el vidente se despide y regresa a su habitaci?n. All? comienza a empacar su mochila, s?lo los art?culos necesarios para el uso. Su objetivo es salir y empezar a buscar la se?al mencionada por su padre. Con todo listo, sale de la habitaci?n, pasa por el sal?n, dice el ?ltimo adi?s y cruza la puerta. Va a seguir su intuici?n. Afuera, se dirige hacia el este, lugar de una vista peculiar. En el camino, se encuentra a dos personas, las saluda y sigue adelante, porque no hay tiempo que perder. El desaf?o exige una decisi?n. En cinco minutos ya est? en el campo contiguo a la escuela del pueblo. Camina un rato y en un momento dado todo parece cambiar: el suelo tiembla, el cielo se oscurece y se acerca la sombra negra de la aflicci?n. Fue como el sue?o que tuvo hace dos a?os. Desde dentro de la sombra tres hombres salen y se acercan. Con una sonrisa enga?osa, agarran por la fuerza al vidente de ambos lados y lo aproximan al interior de la sombra. Cada vez m?s cerca, el hijo de Dios entiende que ser?a su perdici?n entrar en la sombra y lucha por liberarse. Sin embargo, sus esfuerzos son in?tiles, ya que est? en desventaja, son tres contra uno. Sin salida, la soluci?n es pedirle ayuda a su padre a trav?s de la siguiente oraci?n llamada Oraci?n de Liberaci?n: "Te invoco, Dios de los ej?rcitos, para que me rescates en este momento de desesperaci?n. He aqu? que los malhechores se apoderaron de mi alma y de mi cuerpo tratando de llevarme a la perdici?n. Estoy atascado. As? que, te lo ruego, padre m?o, resc?tame, mu?strame tu poder y ll?vate a todos los malhechores. Te ruego en nombre de tu plan, tu bondad y tu amor insondable. Lib?rame para que pueda dignificar tu nombre ante los otros. Que as? sea". Tan pronto como termina de rezar la oraci?n, la situaci?n cambia por completo: una gran luz se acerca, se para frente a los hombres y de su interior salen dos ?ngeles fuertes. Uriel y Rafael, viejos conocidos suyos. Agarran a los hombres y con una agilidad espectacular los arrojan de vuelta a la sombra. Despu?s, soplan un fuerte viento que los env?a al Seol, el gran abismo. ?Hecho! Ahora el vidente est? a salvo. M?gicamente, Renato tambi?n llega, formando el incre?ble cuarteto de la aventura anterior. Despu?s de los saludos habituales, empiezan a hablar. –Oh, qu? bueno que est?is aqu?, amigos m?os, encantado de volver a veros ?dice el vidente. –Estamos aqu? por la voluntad de tu padre. Agrad?cele a ?l ?responde Rafael. –Tambi?n es un placer para nosotros. (Uriel) –Estoy muy contento, compa?ero. (Renato) –?C?mo es que est?s aqu?, Renato? (El vidente) –La se?ora guardiana me dio vuestras coordenadas. Subray? la importancia astral de este momento. Es como si se tratara de un reinicio de todo lo construido hasta ahora ?explica. –?Caramba! Primero el mensaje de mi padre y ahora todos vosotros est?is aqu? presentes. ? Ser? una nueva aventura, Rafael? (Divino) –Precisamente. Hemos venido a ayudarte en la continuaci?n de tu trabajo. (Rafael) –De acuerdo. ?Cu?l es el primer paso? (El vidente) –Depende de ti decidir. S?lo entonces encontrar?s las respuestas. (Uriel) La respuesta de Uriel es razonable. Como ser humano, es libre de elegir el mejor camino e intuitivamente sabe que esa es la elecci?n correcta. Su padre es maravilloso y se expresa a trav?s de ?l y eso es lo que los ?ngeles reconocen. Tras un breve an?lisis, toma una decisi?n y se lo cuenta a sus amigos: –Muy bien. Lo he decidido. La experiencia en Sodoma mostr? la direcci?n de mi verdadera misi?n: busco a los pecadores y su liberaci?n de la oscuridad. Quiero llevarlos a mi reino donde tendr?n paz, abundancia, justicia y felicidad si me aceptan como rey y hermano. "Yo soy" os invita a un viaje. –Estoy a tu disposici?n. Desde el comienzo, soy tu brazo derecho e izquierdo de cualquier trabajo. (Renato) –Te acompa?ar? y te proteger? de cualquier mal. (Uriel) –Siempre ser? tu consejero. (Rafael) –Gracias a todos. Seguidme. (El vidente) Dicho esto, se ponen en marcha. La siguiente parada ser? la casa del vidente, adonde van a buscar comida, ropa y dinero para los gastos del viaje. La suerte est? echada. En el camino tienen la oportunidad de hablar un poco y disfrutar del comienzo del a?o nuevo en el pueblo. La tierra de Aldivan y Renato era un lugar tranquilo y agradable para vivir, lleno de gente culta, educada y hospitalaria. Este reinicio de sus vidas era prometedor. Arcoverde Un poco m?s tarde, el grupo alcanza su objetivo. Con la ayuda del vidente, empacan las maletas, se re?nen y parten hacia el primer destino. Pasan por el centro del pueblo, toman la carretera principal y a unos cien metros ya est?n al lado de la carretera BR-232. Esperan un rato, hablando animadamente de los planes del viaje. Veinte minutos m?s tarde, llega el autob?s, se suben a ?l y comienza un viaje de veinte kil?metros, hacia la capital del interior, la bella, querida e importante Arcoverde. En el coche, un combi de quince plazas de color gris oscuro, tratan de mantenerse distra?dos, ya sea charlando con otros pasajeros, escuchando m?sica o incluso disfrutando del encantador paisaje provincial t?pico del interior del noreste brasile?o. Sin duda uno de los lugares m?s bellos del mundo. A velocidad media, recorren la distancia en veinte minutos, se bajan en la parada del autob?s, se despiden, pagan el pasaje y contin?an la caminata a pie por las principales avenidas de la ciudad. Con la ayuda de los ?ngeles, la primera parada elegida es la Catedral de la Liberaci?n. Suben las escaleras, entran en la zona principal y se arrodillan ante el altar sagrado. Hay otras personas alrededor, pero cada uno tiene la libertad de decir sus propias oraciones en una comuni?n perfecta e individual con el creador. Cuando terminan las oraciones, algo llama la atenci?n de los miembros del grupo: una mujer joven y rubia, de 1,75 m de altura, mejillas sonrosadas, piernas y brazos gruesos, cuerpo delgado, con un pantal?n de peto rosa, que no pod?a dejar de llorar. Deciden acercarse a la infeliz criatura y hablar con ella: –?En qu? puedo ayudarla, se?orita? ?Alg?n problema? (El vidente) –No. Nada que te concierna. (Jovencita) –No le hable as?. S?lo quiere ayudar. (Rafael) –Le ruego me disculpe. Es que no entiendo el repentino inter?s de los extra?os por m?. (Jovencita) –Yo lo entiendo. ?C?mo te llamas? (El vidente) –Rafaela Ferreira. ?Y t?? –Mi nombre es Rafael Potester. –Mi nombre es Uriel Ikiriri. –Me llamo Renato. –Soy Aldivan Teixeira Torres, tambi?n conocido como el hijo de Dios, Divino o vidente. Quiero decirte, al margen de lo que suceda, que hay una soluci?n para todo. Basta con que tengas m?s confianza en ti misma, en el padre y en m?. Estoy aqu? para ayudarte. Rafaela queda asombrada. ?Qui?n es ese loco que se considera el hijo de Dios? En su mente perturbada, nada ni nadie puede ayudarla, y su destino es la perdici?n o el primer puente que encuentre para saltar. Esas palabras, a pesar de haberla tocado, no significan nada ante su dolor privado. Ella decide entonces mostrarse firme y dif?cil. –?Est?s bromeando! ?Quieres que crea que eres divino? No me hagas perder el tiempo. –?En serio? Te pareces a esa chica joven que jugaba con su mu?eca y se escond?a en la sacrist?a de la iglesia con sus amigos. En ese momento su ingenuidad y su fe eran espejos para otras personas. Ahora, sin embargo, entiendo la oscuridad de tu alma y me siento preocupado. ?No quieres mi ayuda? No vayas a arrepentirte cuando todo est? perdido ?dijo el hijo de Dios. –Te recomiendo sinceramente que lo escuches. Despu?s de haberlo conocido, mi vida ha cambiado de tal manera que ya no puedo vivir sin ?l. Tiene palabras de vida. (Renato) –Aldivan es un ser extraordinario. Ning?n poder, s?mbolo, ente o confesi?n es m?s fuerte que su amor por las personas. Siempre esc?chalo. (Rafael) –No existo sin ?l. (Uriel) Rafaela se queda sin palabras. Es ciertamente incre?ble, sumado a que su fe y devoci?n no le permiten creer en milagros. Los cinco all? frente al Todopoderoso, sus problemas que no dejan de martillearle la cabeza, la promesa de un extra?o que se llama a s? mismo hijo de Dios y conoce su pasado. ?Qu? est? pasando? ?Puede ser un complot del destino para socavar todav?a m?s su miseria? ?O qui?n sabe si puede ser su salvaci?n? En su mente, esta ?ltima hip?tesis es la que menos probabilidades tiene. Despu?s de un r?pido an?lisis de la situaci?n, decide ponerlos a prueba a ver ad?nde lleva toda esta locura. –De acuerdo. Dejar? que me ayudes. ?Cu?l es el primer paso? –V?monos de aqu?. Afuera te lo explicar? mejor. (El vidente) Todos obedecen al l?der del equipo. Saliendo de la matriz de Liberaci?n, caminan unos metros hacia el sur y giran a la derecha en la avenida principal del centro. En el camino, el vidente habla. –Rafaela, ?podr?as presentarnos a tu familia? Vives en el barrio de San Crist?bal, ?no? –S?. No hay problema. Los ?ltimos tres meses he estado viviendo con mis padres, despu?s de que mi compromiso se rompi? ?responde ella cada vez m?s impresionada. –Lo s?. Lo s?. Aprovecharemos para comer algo. ?Ten?is hambre, chicos? (El vidente) –Tengo. (Renato) –No tengo hambre. Pero te acompa?ar?. (Rafael) –Ni siquiera preguntas si la chica est? de acuerdo. ?Gandul! (Uriel) –No hay ning?n problema. Mis padres son muy hospitalarios. (Rafaela) –Gracias. (El vidente) La caminata contin?a. M?s adelante, vuelven a girar a la derecha y esperan en la esquina al primer autob?s que vaya hacia el barrio. Mientras esperan, permanecen en silencio. Cinco minutos despu?s llega el autob?s. Nuestros estimados personajes se suben a bordo y reanudan el viaje por el lado oeste de la ciudad de Arcoverde. A una velocidad normal y frente a un tr?fico ca?tico, llegan a la parada m?s cercana a la residencia de su nueva amiga en diez minutos. Pagan los pasajes, se bajan y caminan otros cien metros. Est?n frente a un modesto edificio de mamposter?a de diez metros de largo y cinco de ancho, casa estilosa, con una pared corta al frente. Rafaela toma la iniciativa y llama a la peque?a puerta de entrada, que da acceso a una peque?a habitaci?n. Llama una vez y no pasa nada. En el segundo intento, escuchan pasos y esperan a ser atendidos. De la casa sale un hombre fuerte, peque?o, de piel clara, con vaqueros, camisa de punto, sombrero de cuero y chanclas. Viendo a su hija acompa?ada por los chicos, se sorprende y con vehemencia dice: –Hija, ?qu? est? pasando? ?Qui?nes son estas personas? –Son mis amigos, padre. Vinieron conmigo de visita. ?Est? todo bien? (Rafaela) –Ok. Disculpe los malos modales. Me llamo Antonio Ferreira ?y vosotros? –Soy Aldivan Teixeira Torres. –Soy Renato –Mi nombre es Rafael Potester. –Y yo soy Uriel Ikiriri. –El placer es m?o. Si?ntanse c?modos, vamos a entrar. (Antonio) –Gracias. (El vidente) –?Est? mi madre aqu?? (Rafaela Ferreira) –S?. En el sal?n. ?Vamos? (Antonio) Todos aceptan la invitaci?n asintiendo con la cabeza. Pasan por el vest?bulo, entran en el sal?n, y se sientan unos en el sof? de cinco plazas y otros en sillas. Gildete, la madre de Rafaela es presentada a los visitantes. Entonces empiezan a hablar. –Bien, se?ora Gildete y don Antonio, conocimos a Rafaela por casualidad, cuando est?bamos rezando. D?ganme, ?cu?ndo empezaron los problemas? (El vidente) –No sabemos exactamente cu?ndo, pero sospechamos que lo peor ocurri? debido a la ruptura del compromiso. A partir de entonces, perdi? las ganas de vivir. (Gildete) –Creo que fue justamente as?. (Antonio) –Yo lo entiendo. Es realmente muy dif?cil. (El vidente) –?Ha visto a un especialista? (Rafael) –S?. Sin resultados claros. (Gildete) –En mi desesperaci?n, incluso consult? a un sacerdote santo. (Antonio) –Ya os he dicho que nada ni nadie puede ayudarme. Son tercos. (Rafaela) –No hables as?. Nada es imposible. (Renato) –Ella est? deprimida, hombre. Es normal sentirse as?. (Uriel) –Oh, perd?name, Rafaela. (Renato) –No es culpa tuya. ?Qu? hacer, Dios m?o? Me siento perdida y sin posibilidades de seguir adelante. ?Qu? m?s podr?a pasar? (Rafaela) –La respuesta que buscas est? en mi padre. Cuando estaba en la noche oscura del alma ?un per?odo oscuro en el que me alej? de Dios? ?l me busc? y con gran amor me salv? de la perdici?n. ?l puede hacer m?s por ti, a trav?s de m?. Por eso, les pido permiso a tus padres y a ti, para que me dejen intentar ayudarte. (El vidente) –No lo s?. Aunque me asusta, conf?o en que… –?Qu? debo hacer, pap? y mam?? ?pregunta Rafaela. –No tenemos nada que perder. Con lo poco que hemos hablado, he comprendido la grandeza del coraz?n de este hombre. Tengo fe. (Gildete) –?Qu? tiene en mente? (Antonio) –Conozca a su hija, y a trav?s de su conocimiento podr? ayudarla. Tambi?n quiero que ella venga con nosotros en un corto viaje. (El vidente) –Por m?, est? bien. Sin embargo, mant?nganos al d?a. (Antonio) –Si est?is de acuerdo, yo tambi?n lo estoy. Voy a intentarlo. (Rafaela) –Gracias por tu confianza. (El vidente) –?Quieren algo de comer o beber? (Gildete) –Agua para m?. (El vidente) –Quiero jugo. (Renato) –Lo que sea. (Rafael) –Gracias. (Uriel) –Si me disculpan… (Gildete) Gildete se levanta, se revuelve el pelo y con pasos firmes se dirige a la cocina. En unos pocos pasos llega all? y comienza a preparar algunos bocadillos. Mientras esperan, la conversaci?n contin?a animada en el sal?n, en relaci?n con otros temas. Cuando termina de preparar la comida, la anfitriona llama a todos a la mesa de la cocina, donde todo estaba bien organizado. Responden a la llamada y durante veinte minutos siguen interactuando, en un ambiente de paz, tranquilidad y uni?n, como si fueran una gran familia, lo cual tiene algo de verdad, pues todos ellos forman parte de la gran familia llamada humanidad. Finalmente, Rafaela va a hacer las maletas para emprender el largo viaje. Un viaje a?n no definido e imprevisto que podr?a cambiar el futuro del mundo entero. Espera y ver?s. Ipojuca (Arcoverde) Con la ayuda de sus nuevos amigos, Rafaela termina de prepararse y el grupo abandona la casa. Afuera, el vidente para un taxi con destino al primer lugar que le viene a la mente. El lugar elegido es Ipojuca, en el municipio de Arcoverde. Se suben al auto y parten hacia all?. Pasan por el barrio de San Crist?bal, llegan al centro, pasan Boa Vista y al final de la avenida principal se desv?an hacia el pueblo. En este punto todos est?n atentos y expectantes. "Las l?neas del destino est?n siendo trazadas incluso sin que ellos sean conscientes de ello. Ciertamente les esperaba el ?xito". En el camino, tratan de divertirse de la mejor manera posible con risas, chistes, chismes y alboroto. S?lo el vidente est? muy serio y pensativo. Al menos en apariencia. Y as?, los quince kil?metros que los separaban del pueblo pasan r?pida y relajadamente. Llegan al pueblo, con s?lo una carretera principal y unas pocas casas aqu? y all?. Piden al conductor que pare frente a la peque?a iglesia local, toman su n?mero de tel?fono, le dicen adi?s, le pagan y se bajan. Observan c?mo el coche desaparece en el horizonte y deciden deambular por all?. Es entonces cuando habla el vidente: –Siento que todo est? cambiando. Por fin voy a encontrar mi destino, encantar? al p?blico y resolver? muchos conflictos. ?Vosotros lo cre?is, hermanos? (El vidente) –S?, t? eres el hombre ?le alab? Renato. –Gracias. (El vidente) –Todo el mundo tiene la capacidad de alcanzar el ?xito. Sin embargo, muchos son desviados por los acontecimientos del destino y se rinden. S? que este no es tu caso y te admiro por ello. (Rafael) –Rafael, yo no soy Superman. Soy humano, y estoy muy orgulloso de ello. Soy como cualquier otra persona normal, con miedos, frustraciones, decepciones, ansiedades, preocupaciones y muchos problemas. Todo conspira para el fracaso, pero no acepto la derrota. He decidido luchar hasta el final y llamo a mis hermanos a la confluencia en mi padre: "Yo soy" os ama y a trav?s de m? puede curar tus heridas. Basta con creer en Yahv?, en mi nombre y en el de mi Hermano Superior. ?Ten fe! (El vidente) – ?Ens??ame! He perdido la esperanza y no s? d?nde encontrarla. (Rafaela Ferreira) El vidente se emociona. All?, a su lado, hay       una hermana sufriente, luchadora, llena de rasgu?os de la vida ingrata. Comprende bien su situaci?n y sus dolores, y por su propia experiencia sabe que no va a ser f?cil manejarlos o incluso curarlos. Compasivo, se acerca a la muchacha y le da un fuerte abrazo, la besa en la cara y le murmura algo al o?do. El mensaje la tranquiliza. Despu?s, con una se?al, les pide a los otros que lo acompa?en. El grupo cruza el pueblo a pie, entra en el bosque y poco despu?s se detiene frente a una higuera. Entonces el vidente habla de nuevo: –Como en otro tiempo un ?rbol como este salv? mi vida, quiero salvarte de la oscuridad y del pecado. Haced un c?rculo tom?ndoos de las manos. Ellos obedecen. El vidente se acerca y toca a su nueva amiga. Las fuerzas de los dos corazones se encuentran como una primera toma de presentaci?n desde el comienzo: "Era el uno de enero de 1990. Un nuevo d?a comenzaba, sol apacible y moderado en el amado Arcoverde. M?s exactamente en el barrio de San Crist?bal, cerca de la universidad local, la pareja de Gildete y Antonio Ferreira acababa de llegar del hospital donde hab?a nacido su hermoso beb?. Como era la primera y probablemente la ?ltima hija, debido a complicaciones durante el parto, estaba siendo sobreprotegida por ambos. Fue la materializaci?n del amor mutuo de la pareja, despu?s de cinco a?os de idas y venidas. La ni?a era una criatura encantadora y parec?a sonre?rles, aunque probablemente no pod?a verlos. Despu?s de abrazarla fuertemente, la madre hizo una profec?a: ?Mi hija ser? feliz aunque sufra los caprichos del destino. Siento que algo especial va a pasar en su vida. El padre, ateo, le dio importancia al mensaje; pero la madre, cat?lica, lo asumi? como el camino hacia el destino. Ella cre?a devotamente que era especial. De com?n acuerdo eligieron el nombre de Rafaela, y as? fue bautizada la semana siguiente en la iglesia del barrio. Despu?s la vida continu? normalmente. Poco a poco, Rafaela fue creciendo, gateando y luego caminando en su primer a?o de vida. En ese aprendizaje tropez?, se cay?, se lastim? y finalmente gan?. Estas etapas la acompa?ar?an en cualquier proyecto y con un poco de dedicaci?n, agallas y fe, ganar?a. "Todo ser humano est? predispuesto a triunfar. Sin embargo, la mayor?a se rinde a la primera dificultad. Para ellos, dice "Yo soy": T? eres capaz, y nada es imposible para los que creen en Dios. Por lo tanto, persiste en tus sue?os de que en un momento u otro el milagro suceder?". Despu?s del primer a?o, poco a poco, la ni?a fue conquistando su espacio y siendo consciente de su existencia. En ese momento comienza la fase del por qu? y los padres deben esforzarse mucho para que quede conforme o al menos calmarla. El mundo no es un tema exacto sino una infinidad de inc?gnitas que ni siquiera los adultos entienden bien. Por lo tanto, no hab?a respuesta para todo. De esta etapa hasta los ocho a?os, lo m?s dif?cil fue la separaci?n indefinida de un amigo de la escuela, que se mudaba a Sao Paulo. Rafaela pas? d?as y noches de luto y se puso tan triste que tuvieron que consultar a un m?dico. Su salvaci?n vino de su abuelo paterno, Gracinha, quien fue muy bueno esclareciendo la situaci?n. Tuvieron varias sesiones hasta que se recuper? parcialmente. Consigui? reiniciar su vida, pero las cicatrices permanecieron. Podr?amos decir que ese hecho caus? su primera crisis de depresi?n y que la enfermedad se mantuvo manifiesta. Por fortuna ese no fue el final". El primer destello termin?. El vidente separa la mano de su amiga, se mantiene pensativo, como analizando la situaci?n y, s?lo alg?n tiempo despu?s, habla. –Te entiendo, Rafaela. Dejas que tus dolores te controlen, y a veces te sientes perdida, confundida y desesperada. Sin embargo, te garantizo que no es el fin. Debemos entregarnos al poder infinito del padre y seguir adelante. Como dice el viejo dicho: No hay un solo pelo que caiga sin su consentimiento. –?Qui?nes sois? Nunca nadie me habl? tan profundamente. (Rafaela) –Es el hijo de Dios, Rafa. En ?l, el padre se complace. (Renato) –Aldivan es uno de los pocos seres en el universo que emite luz pura. Ni siquiera los ?ngeles se comparan con ?l. (Rafael) –Yo soy su protector especial. Fui creado especialmente junto con ?l. (Uriel) –Yo soy a quien la gente rechaz? y humill? hace siglos. Yo soy tambi?n la luz del sol, la brisa fresca de la ma?ana, el deseo m?s profundo del so?ador. A ?ste que te habla se le conoce como "Yo soy", el que libera, sana y gu?a a los que quieren conocer al padre. (El vidente) –?Caramba! ?No tengo palabras! En cierto punto, estaba en contrici?n y dolor ante el Todopoderoso en la catedral de la liberaci?n. Luego te conoc? y ahora estoy aqu? en el pueblo de Ipojuca con un hombre que conoce mi vida, mi futuro y que se llama a s? mismo hijo de Dios, con un joven inteligente y sabio y dos seres que parecen ser de otro mundo. ?Podr?a ser un sue?o, un delirio o, como ?ltima posibilidad, una realidad fant?stica dif?cil de creer? (Rafaela) –Entonces t?came y confirma lo que tu fe no permite ?dijo el vidente extendiendo sus manos. Rafaela Ferreira duda. ?Deber?a hacerlo? Bueno, es la ?nica opci?n para quitarle la duda que corroe su coraz?n. Es entonces cuando, con el ?ltimo coraje que le queda, avanza tres pasos y toca con sus delicadas y finas manos el brazo del hijo de Dios. Como compensaci?n por el buen gesto, la pellizca, lo que la hace gritar de dolor. ?S?! Ella est? completamente segura ahora de que ?l es real y de que la forma en que ha hablado puede llevarla por caminos que ella a?n no conoce. Al final del contacto, el vidente habla: –Volvamos a la zona urbana del pueblo. El tiempo apremia. El grupo se pone de acuerdo y se alejan de donde estaban (el comienzo del bosque) y regresan por el mismo camino. En este momento hay una completa comuni?n de sentimientos entre ellos. Pase lo que pase, lo enfrentar?n juntos en busca de un objetivo mayor. El mundo los espera. En veinte minutos convulsos, frente al calor, las piedras, las espinas afiladas, la soledad interior y lo imprevisible, llegan al pueblo. En una reuni?n r?pida, deciden buscar un restaurante o una cafeter?a porque tienen sed y hambre. Mirando aqu? y all? y preguntando a los lugare?os, encuentran un simple bar llamado Enchantment bar. El establecimiento consta de una sola zona, mostrador y estanter?as, y un espacio con mesas y sillas. Adem?s de comida preparada, tienen bebidas, alimentos y utensilios de cocina. Los fines de semana ofrecen barbacoa y platos regionales por encargo. Como a?n no es la hora de comer hay mesas y sillas vac?as, se sientan y eligen algunos de los platos disponibles en el men?, como la mandioca con carne seca, barata, de buen gusto y regional. Piden y mientras esperan, charlan. –?De d?nde sois? (Rafaela Ferreira) –Soy de Arcoverde. Soy un tipo que cree en el trabajo, en las personas y sobre todo en las fuerzas benignas que me acompa?an. (El hijo de Dios) –Soy de la monta?a de Ororub?, en la regi?n de Mimoso. All?, mi madre adoptiva, la guardiana de la monta?a sagrada, y yo vivimos con dignidad, bondad y en completa comuni?n con la naturaleza. (Renato) –Yo soy uno de los siete arc?ngeles que est?n siempre en la presencia de Dios, sin embargo, tengo una misi?n especial aqu? en la tierra junto con vosotros y espero estar a la altura de las expectativas de la fuerza creadora. (Rafael) –Yo tambi?n soy un ?ngel con el ?nico objetivo de cuidar de mi amo y se?or, el hijo de Dios. Se lo agradezco al padre. (Uriel) –Nac? y crec? en Arcoverde. A pesar de ser extra?os, algo me dice que conf?e en ti. Muchas gracias por interesarse por m?. (Rafaela Ferreira) –Tranquila, amiga. Estamos aqu? para ayudarte. (El vidente) –Gracias. (Rafaela) –?Y a qu? te dedicas, Rafaela? (Renato) –S?lo estoy estudiando. Pero debo admitir que ahora no tengo ganas de hacer nada. (Rafaela) –Debe ser la enfermedad. (Renato) –?Qu? enfermedad? S?lo estoy deprimida. (Rafaela) –Esto que tienes se llama depresi?n. Si no se trata adecuadamente, puede llevar a la locura o incluso al suicidio. (Rafael) –Era exactamente en lo que estaba pensando cuando apareciste: saltar del primer puente. No quiero sufrir m?s. (Rafaela) –Dios no lo permitir?a, ni yo tampoco, porque te queremos, Rafaela. La soluci?n a tus problemas est? en mi padre y en mi nombre. ?Lo crees? (El vidente) –?Ah, muy bien! ?Haz un milagro para que pueda creerlo! (Rafaela) –Si se lo permitieran, lo har?a, Rafaela, por amor a ti. Pero piensa bien: ?estar aqu? no es un milagro? ?Cu?nto tiempo hace que no hablas honestamente con un c?rculo de amigos? (El hijo de Dios) –Visto as?, tienes raz?n. (Rafaela) –El tiempo de los grandes milagros ya ha pasado. Estamos en la era de la apostas?a, donde el materialismo y el ego?smo del ser humano son preponderantes. S? feliz por la oportunidad que est?s teniendo ahora. (Uriel) –Ok. Perdona mi falta de educaci?n y la tentaci?n. (Rafaela) –No te preocupes. Estoy preparado para entenderte. (El vidente) Llega la comida. A partir de ese momento, el silencio s?lo es roto por los lugare?os que comienzan a llegar. El grupo pasa unos treinta minutos en total armon?a, disfrutando del almuerzo y al final, piden algo de beber. Despu?s, piden la cuenta, abandonan el lugar y vuelven a llamar al conductor que los ha dejado all?. Esperan veinte minutos m?s, y con la llegada del taxi, parten hacia el amado Arcoverde. El destino los espera. Riacho do meio (Arcoverde) Durante el corto viaje entre Ipojuca y Arcoverde no pasa nada anormal. Se mantienen distra?dos la mayor parte del tiempo con interacciones y vistas. Ni siquiera parece que cada uno est? viviendo un drama personal: el vidente, que no se hab?a establecido como el artista que merec?a ser, Rafael y Uriel porque a?n no han cumplido su misi?n, Renato por no ser eficiente todav?a y, finalmente, Rafaela Ferreira, que se enfrenta a una grave crisis de depresi?n. Al menos, ninguno de ellos ha perdido la fe por completo. Todav?a hay esperanza, y esto es algo que Aldivan suele enfatizar. En este ambiente tranquilo, regresan a la capital de Pernambuco, bajan del taxi en las cercan?as del barrio de Bela Vista. Son las doce y media, y se quedan esperando el autob?s en una de las carreteras. Mientras esperan, aprovechan para tomar un poco de sol y escuchar m?sica que viene de cerca. Todo era perfecto. La m?sica se detiene, llega el autob?s, se suben a ?l, una bestia azul, y contin?an el viaje. A una velocidad normal, llegan a la carretera que ahora est? muy transitada. Son diecis?is kil?metros m?s hasta el pueblo de Riacho do Meio, donde el vidente y sus amigos van a visitar a un amiga. Como de costumbre, aprovechan la oportunidad en el veh?culo para hacer amistad con otros pasajeros y con el conductor. Todos ellos son buenos conocedores de la zona por hacer ese viaje con frecuencia. Desde noticias generales hasta pol?tica y religi?n, los temas son bien discutidos, y todos se r?en. Qu? bueno es vivir, tener amigos, charlar y olvidar las preocupaciones por un tiempo. Esto es extremadamente importante para la salud mental de todos. Y as?, avanzan por la carretera, bajando por la monta?a, pasan por el sitio Quince y alg?n tiempo despu?s llegan al pueblo que se encuentra en el l?mite entre Arcoverde y Pesqueira. Se bajan cerca de un huerto de anacardos, pagan el pasaje, se despiden, toman el camino y se dirigen a la peque?a aldea. Con unos pasos m?s, llegan a la ?nica calle y avanzan a la derecha hasta llegar al quincuag?simo edificio, una casa estilosa, de 8x4 m, puerta y ventana de cedro, con un peque?o espacio delante. El vidente entonces comienza a golpear y a gritar: –?Lady Eulalia! Estoy aqu?! Al mismo tiempo se escucha el sonido de pasos y desde el interior de la modesta casa, llega una se?ora blanca de mediana edad, delgada, bronceada, de 1,65 m de altura. Ella sale con una sonrisa en la cara reconociendo al ni?o que conoci? en otro tiempo, en la estaci?n de autobuses y que le hizo creer que era importante. Qu? bueno es eso, piensa para s? misma. Entonces ella dice: –Aldivan, ?est?s aqu?? ?Y qui?nes son esas personas que est?n contigo? –S?, soy yo, lady Eulalia. Estos son mis compa?eros de aventura. Son Renato, Rafael, Uriel y Rafaela ?dijo el hijo de Dios se?alando a cada uno de ellos. –Oh, encantada de conoceros. Bienvenidos. ?Por favor, entrad! –Gracias. (Todos) Aceptando la invitaci?n, entran a la peque?a casa de mamposter?a. La casa consta de un ?nico sal?n, comedor, dormitorio, cocina y ba?o. En el sal?n se sienten como en casa en un sof? de cinco plazas y una silla. La anfitriona es la primera en hablar: –Muy bien, estaba pensando en ti, hijo m?o. Cuando nos conocimos por primera vez, tus palabras me hicieron mucho bien. Hoy en d?a, estoy tranquila, viviendo de mi pensi?n. De vez en cuando, mis nietos me visitan y cuando eso sucede es una fiesta. –Qu? bien que pude ayudarte de alguna manera. Traje a esta jovencita aqu? (se?alando a Rafaela) para que teng?is una charla. Sufre de depresi?n. (El vidente) –Ser? un placer para m?. ?C?mo est?s Rafaela? (Eulalia) –Estoy sobreviviendo, gracias. (Rafaela). –La conocimos en la iglesia de la Liberaci?n, en Arcoverde. Ella despert? nuestra atenci?n. (Rafael) –?Por qu?? –Expl?caselo, hermano. (Rafael) –Estaba llorando y se sent?a perdida. (Uriel) –As? que decidimos ayudarla. (A?adi? Renato) –Eso demuestra la grandeza de vuestros corazones. Os admiro. Pero, ?podr?ais explicar la raz?n de todo esto? (Eulalia) –Eso tambi?n lo pido yo. (Prosigue Rafaela) –Mi padre me llam? a la misi?n. De alguna manera, estoy ligado a Rafaela y ella a m?. Somos almas hermanas desde el principio y no escatimar? esfuerzos para ayudarla. De cualquier manera, siempre lo hago, lo merezca la persona o no ?explic? el hijo de Dios. –Gracias. (Rafaela) –Es realmente honorable. ?Felicitaciones! Dime, compa?era, ?cu?nto tiempo hace que te sientes as?? (Eulalia) –No estoy muy segura. Ya he pasado por muchas crisis, aparentemente por cosas banales. Debo admitir que si no fuera por el hijo de Dios que me rescat?, estar?a muerta, probablemente saltando de un puente. (Rafaela) –No hables as?. Eres joven, tienes muchas razones para vivir y tienes mucha suerte. As? que, ?sonr?e! (Eulalia) –Es lo que siempre le estamos enfatizando. (Rafael) –"De hecho, no es el fin. Veo buenos tiempos, de recogimiento espiritual, de descubrimientos y de felicidad". Palabra de Yahv?. (Uriel) –Am?n. ?Ay?dame Se?or! (Rafaela) –?l est? ayudando, amiga m?a. ?Ten fe! (El hijo de Dios) –?Yo lo creo! (Renato) –Yo tambi?n lo creo. ?Ens??ame! (Rafaela) El vidente se pone de pie, se acerca a la joven y le da un gran abrazo. Apoyando la cabeza en el pecho de su se?or, hermano y amigo, es consciente de que ning?n mal vendr? a ella. Esta creencia la calma, y la emoci?n del momento la hace llorar. El hijo de Dios se agacha y seca delicadamente sus l?grimas. En este momento se promete a s? mismo, a su padre y a todo el universo, que en su reino futuro no habr? lugar para el sufrimiento, el dolor o incluso la muerte. En ella, los humanos estar?n completamente felices y adorar?n a su padre en el monte Sion. A diferencia de los reinos humanos, habr? igualdad de derechos y las personas no ser?n prejuzgadas por el color de su piel, raza, religi?n, elecci?n sexual o cualquier otra raz?n. Todos ser?n hijos del mismo padre. Cuando se da cuenta de que Rafaela se ha calmado, termina el abrazo y se vuelve a sentar. La anfitriona habla de nuevo: –?Quer?is algo de beber o comer? –Gracias, lady Eulalia. Nos vamos. ?No es as?, chicos? (El vidente) –S?. (Los otros est?n de acuerdo) –Muchas gracias por la charla y la hospitalidad. (El vidente) –De nada, ven de visita cuando quieras. Buena suerte, Rafaela. Que Dios te bendiga. (Eulalia) –Gracias, se?ora, por sus palabras de consuelo. (Rafaela) Todos se abrazan y finalmente se despiden. Se dirigen a la puerta y salen a la calle. Despu?s de caminar unos metros, Rafaela se acerca a su amado y le dice: –?Estoy lista! T?came! El hijo de Dios sonr?e. Lleva mucho tiempo esper?ndolo. Delicadamente, se acerca y estira el brazo tocando el vestido de ella. Inmediatamente, ella siente una fuerza misteriosa que la cura y descubre sus secretos m?s ?ntimos. "Toma dos": "Rafaela sigui? creciendo r?pidamente: la dulce ni?a, inteligente e inquisitiva, se convirti? en una muchacha con las mismas cualidades. En la vida familiar mantuvo una buena relaci?n con sus padres, y en la vida social se mantuvo activa, asistiendo a los principales eventos y siendo respetada por sus valores y su forma de ser. En el aspecto intelectual, destac? en su clase, aprobando la escuela primaria y secundaria con honores. Sin embargo, ese mal presentimiento permaneci? en su interior s?lo esperando el momento adecuado para emerger de nuevo. Es un fen?meno recientemente descubierto, pero que existe desde el principio de los tiempos, habiendo obtenido en los ?ltimos tiempos el estatus de enfermedad. Sus s?ntomas m?s comunes son: tristeza profunda, sentimiento de culpa, dificultad para dormir y concentrarse, baja autoestima e ideas suicidas. Rafaela Ferreira sinti? la mayor?a de ellos en su crisis. El segundo evento para iniciar de nuevo la enfermedad, fue el examen de admisi?n a la universidad. Despu?s de un a?o de intensa preparaci?n, Rafaela realiz? varias pruebas en universidades p?blicas de la capital. Los resultados salieron simult?neamente un mes despu?s, y ella hab?a suspendido todos. Esto le caus? una gran conmoci?n, incluso a pesar de las pocas posibilidades. Deja que te explique: por ser pobre, Rafaela siempre hab?a asistido a escuelas gubernamentales b?sicas, donde la ense?anza era de un nivel m?s bajo que en las escuelas privadas. A pesar de que era inteligente, ese hecho era indiscutible. El otro factor importante fue la falta de material de estudio durante la preparaci?n del examen. Sin embargo, con todo en su contra, esperaba algo bueno o un milagro, y el fracaso total fue un shock, aunque era lo m?s probable. A partir de entonces, pas? dos semanas en casa, aislada y sufriendo hasta que un compa?ero de escuela la visit?, quien tambi?n hab?a reprobado los mismos ex?menes. En una charla honesta, se consolaron mutuamente y se prometieron seguir adelante. Al final, eran j?venes, y por fallar los ex?menes no iban a calificarlos para siempre como incompetentes. No hay fracaso ni ?xito definitivo. La vida estaba llena de altibajos, y el secreto de la felicidad consist?a en creer siempre en una salida. Ambos reiniciaron sus vidas" El vidente quita la mano. ?Cu?nto ha sufrido esta joven! No es justo para ella ni para nadie vivir con tantos fracasos y dolor. Es entonces cuando, con una mirada penetrante, se pone frente a ella y al grupo, y declara: –S? mejor que nadie lo que est? sufriendo. En mi infancia, viv? la pobreza a diario, la incomprensi?n, la sumisi?n y la injusticia humana. En mi adolescencia, para no herir a mis familiares, cre? una personalidad y por consiguiente no viv? la vida en plenitud. Tiempo despu?s, llegu? al extremo de la oscuridad y la criminalidad. Fue en ese momento cuando el padre actu? y me rescat?. Hoy soy un hombre renacido, honesto y feliz. ?Hay alg?n secreto? Es muy f?cil. Tomad vuestras cruces, renegad del mundo, entregaos a la fuerza viva del universo, a la que normalmente llamamos Dios. ?l es el ?nico que nos entiende completamente. ?l te est? llamando ahora para que entres en su reino. En ?l no habr? miseria, dolor, sufrimiento o injusticia. Este reino no terminar?. –S?. El camino est? abierto para todos, justos o pecadores. (Rafael) –Grandes y peque?os se reunir?n en el monte Si?n y adorar?n al padre y a los hijos. Ser? un tiempo de paz y felicidad. (Uriel) –?Cu?ndo ser? eso? (Renato) –La fecha est? marcada desde el principio de los tiempos, pero pertenece al Todopoderoso. El d?a vendr? como el ladr?n en la noche y, sin embargo, es necesario estar preparado ?recomienda el hijo de Dios. –?Qu? debo hacer para entrar en el reino del padre? (Rafaela Ferreira) –Algunas cosas son necesarias. Trabajo, fe, humildad, caridad, tolerancia, paciencia, perd?n y sobre todo amor. Quien no conoce esto ?ltimo, no tiene la esencia de Dios. (El hijo de Dios). –Gracias por compartir esto con nosotros, amigo Aldivan. (Dijo Rafaela, terminando la charla). El grupo sigui? adelante hacia la carretera, al lado de la BR-232. Sin m?s pre?mbulo, cubren la distancia en unos ocho minutos. Esperan a que llegue el autob?s, lo que les lleva otros cuarenta minutos. S?lo hay seis kil?metros para llegar al inicio de Cara?bas y pasan tan r?pido que no hubo tiempo para conocer a otros pasajeros. Bajan, se despiden, pagan el pasaje, cruzan la carretera y comienzan el ascenso en forma de curva. En este punto todo parece cambiar. Cara?bas (Arcoverde) El suelo desaparece bajo sus pies. Los ?ngeles act?an r?pidamente y sostienen a los humanos. Aun as?, una poderosa fuerza los empuja hacia el abismo a gran velocidad. En cuesti?n de segundos, caen en un espacio oscuro, fr?o y desierto. ?Qu? pueden hacer? ?D?nde van a terminar? En este momento, la esperanza y la fe de todos se ven sacudidas, pues est?n agonizantes sin ser rescatados. El tiempo pasa, y siguen cayendo. En un tiempo imposible de medir, tal es su percance, pueden ver el final: a la derecha una cruz, y a la izquierda una inmensa oscuridad; en el centro Seol, lleno de esp?ritus malignos atormentados. A medida que se acercan, el choque de las fuerzas opuestas se hace enorme, como hace cinco a?os, en la primera aventura de la serie "El vidente". Justo antes de estrellarse contra el suelo, el hijo de Dios, inspirado por el Esp?ritu Santo, comienza a recitar la siguiente oraci?n: "Padre, te pido que act?es. Estamos en profunda contrici?n, desdicha y peligro y no tenemos a nadie a quien recurrir. Recu?rdanos ahora tal como recordaste y te compadeciste de No? y de los esclavos israelitas. Ruego por tu amor, comprensi?n y por la misericordia de la bendita cruz que nos ha liberado del pecado y abierto las puertas a la vida eterna. Am?n". A casi un mil?metro de la ca?da, la fuerza de atracci?n ces?. Los ?ngeles voltearon sus alas y comenzaron a volar de nuevo. Comenzaron el camino de regreso a la velocidad de la luz. En seguida, salen del abismo y este desaparece sin dejar rastro. Como por arte de magia, se encuentran en la ascensi?n en zigzag de Cara?bas, justo al principio. Rafaela no se contuvo: –?Dios m?o! ?Qu? fue eso? –Era una ilusi?n causada por una poderosa mente maligna. Si no fuera por la oraci?n del vidente, estar?amos perdidos ?explic? Rafael. –?C?mo, Aldivan? ?De d?nde te viene la inspiraci?n? (Rafaela Ferreira) –Lo explicar?. A trav?s del fen?meno de la comuni?n, Yahv? y yo estamos entrelazados de tal manera que mis palabras se convierten en las suyas. No hay diferencia. (Aldivan) –?Incre?ble! Nunca escuch? nada parecido. Aunque puede parecer una blasfemia, lo creo. (Rafaela) –Qu? buena amiga, est?s empezando a comprender la grandeza de este coraz?n que un d?a conquistar? el mundo. (Renato) –No existo sin ?l (Uriel) –Gracias a todos y especialmente a mi amigo el arc?ngel Uriel Ikiriri. En los momentos m?s dif?ciles de mi vida, ha sido una herramienta del Todopoderoso que me ha apoyado y liberado. No tengo m?s que decir. Soy el ?nico humano que conoce a su ?ngel guardi?n, que conoce su propio futuro y que penetra en el alma humana. Estoy bendecido. (El vidente) –Me gustar?a ser como t?. (Dice Rafaela en tono melanc?lico) –No quieras serlo. Cada ser humano es bello por sus propias caracter?sticas. Dios te ama tal como eres y s?lo espera un s? para actuar en tu vida. (El vidente) –Lo entiendo. Disc?lpame. (Rafaela) –No te preocupes. Yo te entiendo. (El hijo de Dios) –Gracias. (Rafaela) –Continuemos entonces. Todav?a queda un largo camino por recorrer. (Aldivan) El grupo obedece. La caminata contin?a. Unos metros despu?s, giran la curva y siguen adelante. En el camino, se encuentran con dos coches privados que salen del pueblo, algunos jinetes y un ciclista. Como son corteses, los saludan y contin?an caminando. A poca distancia, aparecen las primeras casas y la pendiente se allana. El vidente se detiene, al igual que los dem?s, y aprovecha para hablar con sus compa?eros de aventura: –?Veis todo este lugar? Es un terreno espl?ndido con caracter?sticas peculiares, esto es un poco de la caatinga del interior. Todos los d?as durante un a?o, sud? caminando por aqu?. Sin embargo, eso no me hizo menos digno. Por el contrario, me sent?a honrado de desempe?ar mi papel como asistente administrativo en la secretar?a de la escuela. –Nunca he trabajado. Pero entiendo lo que dices. De hecho, es bueno ser ?til, lo que no soy ahora. (Rafaela) –No hables as?. Tienes una hermosa familia que te ama y al padre espiritual tambi?n. Ahora, nos tienes como amigos. ?Lo ves? No eres in?til. Eres importante para los que te rodean. (Aldivan) –Tus palabras…, me emocionan… (Rafaela Ferreira solloza) Todos se emocionan. Instintivamente, se acercan y la abrazan. Le ponen tanto ?nfasis que Rafaela se siente sofocada. Por primera vez en mucho tiempo, se siente completamente amada, lo que es medicina sagrada para su problema de depresi?n. Cuando se calma, se separan de nuevo, y la conversaci?n contin?a durante un rato m?s: –?As? es como debe ser! Somos un gran equipo con un objetivo com?n: desentra?ar los complejos entresijos del excitante destino. ?Estamos contigo, vidente! (Renato) –Gracias. ?Puedo confiar en vosotros tambi?n, mis queridos arc?ngeles? (Aldivan) –?Siempre! Tu padre Yahv? nos gu?a en todo momento. Es su voluntad. (Rafael) –"En la noche m?s oscura, cuando todos digan que no, cuando no haya salida, te rescatar?. En ese momento, mostrar? una camino luminoso, claro y viable. A partir de entonces, la felicidad reinar? en tu vida porque yo soy Yahv?, el verdadero Dios. Palabra de Yahv?". (Uriel) –Eso me pas? a m?. Conmovedor. (El vidente) –As? es como me siento. Cuenta conmigo para cualquier cosa. (Uriel) –Gracias. Cuenta conmigo tambi?n. Aldivan) –?Podemos continuar? El tiempo apremia, es casi de noche. (Se?ala Rafael) –S?, v?monos. (El vidente) El paseo se reanuda. Recorren r?pidamente y a ritmo constante los quinientos metros que los separan del pueblo. Pasean por las primeras calles y giran a la derecha, otros cincuenta metros m?s adelante llegan a una residencia de estilo chalet, de 6x13 m, con un patio delante y al lado un garaje lateral, de mamposter?a lisa y enlucida con paredes blancas pintadas, con el n?mero treinta y cinco escrito en una placa de madera. Cuando se acercan a la puerta, llaman y esperan a que alguien les conteste. Aparece una joven rubia, de estatura mediana y mejillas sonrosadas, llamada Jackeline. La misma de la aventura anterior, "El Encuentro de Dos Mundos". Ella dice: –?Eres t?, vidente? ?Cu?nto tiempo! –S?. Estoy en mi quinta saga de la serie El Vidente. Y t?, ?c?mo has estado? (El hijo de Dios) –Bien. ?Qui?nes son estas personas que est?n contigo? (Jackeline) –Son mis amigos, Rafael, Uriel y Rafaela Ferreira. A Renato ya lo conoces. (Aldivan) –S?, por supuesto. Encantado de conoceros, chicos. (Jackeline) –Un placer. (El resto, simult?neamente) –Disculpad mis modales, por favor, entrad. (Jackeline) –Gracias. (El vidente) El grupo entra junto con Jackeline y, como sus padres est?n de viaje, ella act?a como anfitriona. Se sientan en el sof? de siete plazas del sal?n. Eran exactamente las seis de la tarde y aprovech? para invitarlos. –?Y si vamos a la cocina? Deb?is tener hambre. –Un poco. ?Qu? opin?is, muchachos? (El hijo de Dios) –Estoy de acuerdo. (Renato) –Yo tambi?n. (Rafaela) –Vamos. (Rafael) –S?. (Uriel) Aceptada la invitaci?n, dejan la entrada, van por el pasillo y llegan a la cocina. Se sientan alrededor de la mesa principal, mientras Jackeline prepara t? y galletas para la merienda. Habr?a preparado una cena pero no hab?a tiempo y tampoco esperaba visitas. Cuando todo est? listo, ella les sirve y el vidente aprovecha la oportunidad para hablar. –Mira, quiero pedirte un favor, Jack. ?Podr?as acogernos esta noche? Ya es tarde, y no tenemos conocidos aqu?. –No te preocupes. Tengo camas y colchones disponibles para todos. Ser? un placer ?dijo ella. –Gracias. ?Sigues trabajando como enfermera? (Aldivan) –S?, ?y t? en tu gran aventura como escritor? (Jackeline) –S?. Me encanta mi trabajo. La gente como Rafaela me inspira a continuar. (Aldivan) –?Qu? te pasa, querida? (Jackeline) –Me siento un poco desganada y triste por algunas cosas. (Rafaela) –Entiendo. Est?s deprimida. Has hecho una excelente elecci?n al elegir acompa?arlo. Aldivan tiene palabras de vida. (Jackeline) –Y t?, Renato, ?c?mo est?s? Has crecido. (Jackeline) –Bueno. Este a?o termino los estudios de medicina y deseo continuar estudiando en la facultad. Ya he tenido algunos coqueteos… ?dijo el joven. –Jajaja ?riendo? ?Muy bien! ?Y t?, Aldivan? ?Ya has encontrado el amor? (Jackeline) –Todav?a no, pero lo estoy buscando. Qui?n sabe si alg?n d?a lo pueda encontrar. De todas formas, aparte de eso, soy un hombre realizado y feliz en mi carrera y trabajo. (Aldivan) –Es verdad. Si hay una persona que es feliz y lo merece, ese ser se llama Aldivan Teixeira Torres, y no lo digo porque es mi protegido. Mi juicio es imparcial. (Uriel Ikiriri) –Aldivan es la rosa entre espinas. Entre los humanos no hay nadie como ?l. Su grandeza es tan grande que Dios lo considera como su hijo. (Rafael) –Estoy orgulloso de ser su compa?ero de aventura. (Renato) –Y yo de tenerlo como amigo. (Jackeline) –Lo mismo digo. (Rafaela) –Gracias a todos. Vosotros, junto con toda la humanidad, sois importantes para m?, ?aunque a veces no lo merezc?is! (El hijo de Dios) Todos se acercan a Aldivan y lo abrazan. En ese momento m?gico, se sientes como verdaderos hijos de Dios, amados y protegidos. El abrazo dura el tiempo suficiente para que se sienta el calor humano. Despu?s, rompen el abrazo y siguen tomando el t? y las galletas. Cuando terminan salen de la cocina, regresan a la sala de estar y se dedican a otras actividades. Entre ellas ver la televisi?n, escuchar buena m?sica en la radio y charlar. Esto los mantiene entretenidos hasta la hora de acostarse, siendo exactamente a las diez de la noche. Buenas noches a todos. Mimoso (Pesqueira) La noche y el amanecer pasan sin sobresaltos y finalmente el d?a comienza. Uno a uno, los miembros del grupo se despiertan y la anfitriona tambi?n. Mientras esta ?ltima prepara el desayuno, los otros se turnan para ba?arse en el ?nico ba?o. Como son muchos, se apresuran y terminan en una hora. Despu?s, se dirigen a la cocina y all?, para deleite de todos, el desayuno est? listo. Se sientan alrededor de la mesa y como la noche anterior, Jackeline les sirve r?pidamente. En un ambiente acogedor y tranquilo, disfrutan de las delicias t?picas del interior noreste, como la yuca con carne seca, el cusc?s, la tapioca y los panecillos. Todo preparado por las manos de nuestra amiga Jackeline. Al mismo tiempo, aprovechan la oportunidad de conocerse mejor. –Felicitaciones, Jack. ?Con qui?n aprendiste a cocinar tan bien? (El vidente) –Gracias. Con mi madre. Ella es una excelente cocinera ?responde Jackeline. –?Me das la receta despu?s? El aderezo es realmente excelente. (Rafaela) –Por supuesto. No hay secreto. Es s?lo poner los ingredientes en la cantidad correcta. (Jackeline) –Ok. (Rafaela) –?Qu? has estado haciendo desde que nos separamos? (Renato) –Vida sencilla, como siempre. Con mi trabajo de funcionaria, las tareas dom?sticas y de viaje en vacaciones, porque nadie est? hecho de acero. ?Qu? hay de los libros? ?Has tenido mucho ?xito ya? –Estamos haciendo un buen trabajo. Los frutos, los cosecharemos m?s tarde. (Renato) –?Muy bien! (Jackeline) –?Muy bien, Jackeline! Eres el ejemplo de una persona que sabe c?mo disfrutar de la vida. ?Refl?jate en ella, Rafaela! (El vidente) –Por supuesto que s?. Ya se ha ganado mi admiraci?n. (Rafaela) –Gracias. ?Y vosotros, Rafael y Uriel, cu?ndo entrasteis en la vida del vidente? (Jackeline) –Siempre fuimos parte de su vida, pero s?lo recientemente Dios nos permiti? revelarnos. Somos arc?ngeles y estamos siempre en la presencia de Dios ?explica Rafael. –?Arc?ngeles? ?Aqu? en la tierra? ?C?mo es posible? ?Y por qu?? (Pregunta la incr?dula Jackeline) –Simplemente, yo soy el ?ngel guardi?n espec?fico de Aldivan, soy un Ikiriri, y fui creado junto con ?l. Estamos viviendo tiempos importantes y decisivos y nuestra presencia es necesaria aqu? en la tierra. (Uriel) –Genial. Me gustar?a tener la oportunidad de conocer a mi ?ngel. Creo que eso cambiar?a mi vida completamente. (Jackeline) –Yo tambi?n. (Rafaela Ferreira) –Estamos en todas partes. Cada persona de una manera u otra est? en contacto con su ?ngel. S?lo es necesario prestar atenci?n a las se?ales. (Rafael) –?Por ejemplo? (Jackeline) –?Has o?do alguna vez esa voz interior que te gu?a y te aconseja? Los humanos lo llaman intuici?n. (Rafael) –S?. En cierta medida, s?. (Jackeline) –Yo tambi?n. Varias veces. Aunque a veces algunas voces nos influencian mal. (Rafaela) –En ese caso son mensajeros, tambi?n conocidos como demonios. Pertenecen a las tinieblas, act?an en los puntos d?biles de la persona, sirven a los prop?sitos del se?or de las tinieblas. (Uriel) –Fue lo que me pas? a m?. Esas voces casi me llevan a la perdici?n. Sin embargo, en el momento que m?s lo necesitaba, las fuerzas de la bondad se hicieron presentes y me liberaron. (Aldivan) –Es exactamente lo que necesito ahora. Necesito esa fuerza restauradora para seguir adelante, viviendo con expectativas. ?Ens??ame, hijo de Dios! (Rafaela Ferreira) El hijo de Dios se emociona y se pone de pie, frente a todos. Rafaela es otra persona angustiada, desesperada y perdida, que est? pidiendo a gritos ayuda y, con su experiencia, ?l sabe lo doloroso que es sentirse solo en la vida. Por un momento, mira hacia su interior y espera una respuesta de su padre que tanto lo ama. Sabe que si lo pide, le escuchar?, porque en ?l Yahv? Dios encontr? su placer. Con voz segura y firme, dice a sus amigos: –Hermanos m?os, tened fe en m?. Dios Yahv? es omnipotente, omnipresente y omnisciente, y aun teniendo tantos atributos, nos ama como a ni?os. La ?nica condici?n es que sigamos sus mandamientos escritos en la Biblia y actualizados en el bestseller El c?digo de Dios. Lo dem?s sucede en consecuencia. –Yo quiero. ?C?mo puedo entrar en el reino de Dios? (Rafaela Ferreira) –Nuestro reino es el reino de la justicia, la paz y el amor y est? abierto a todos. Mi misi?n ahora es buscar gente, difundir el mensaje de Dios y esperar que se propague por s? mismo. T? eres parte de ese proyecto. ?Aceptas? (El hijo de Dios) –S?. (Rafaela Ferreira) –Entonces, de ahora en adelante, t? eres la primera ap?stol. Necesitamos once m?s para completar el equipo. Bienvenida. (El vidente) –Gracias. (Rafaela) –Yo tambi?n quiero. (Renato) –?Y nosotros? (Jackeline) –Vosotros sois parte de otro plan. Mis ap?stoles son todos aquellos que necesitan mi ayuda urgente, especialmente los pecadores ?explic? el hijo de Dios. –Seg?n la tradici?n, hay doce que se convertir?n en millones. (Rafael) –Que se cumpla la profec?a. (Uriel) –Gracias a todos. (El vidente) Dicho esto, el vidente se retir? de la mesa y todos siguieron comiendo. Despu?s de la comida, finalmente se despiden, toman sus maletas y se van de la casa. Ahora, hacia Mimoso-Pesqueira, un pueblo a unos doce kil?metros de donde est?n. Es all? donde todo comienza. Al llegar a la calle, intentan disfrutar de los ?ltimos minutos en la maravillosa tierra de la querida Cara?bas, llamada sugestivamente Carabais en el libro El encuentro entre dos mundos y en Las fuerzas opuestas, el misterio de la cueva. La raz?n del cambio de nombre fue la preservaci?n de este lugar m?gico, rodeado de belleza, pero ahora esto no es tan importante. "Yo soy" est? dispuesto a revelarse en la persona de Aldivan Teixeira Torres. Caminan por el centro, giran a la izquierda y siguen la ?ltima calle en direcci?n a la carretera asfaltada que les lleva de nuevo al borde de la carretera BR-232. Cuando ya est?n a una distancia segura y nadie les ve, Rafaela dice: –?Estoy lista! ?T?came, hijo de Dios! Aldivan no contesta. Mientras los dem?s esperan su reacci?n, ?l se acerca a su primera ap?stol y la abraza gentilmente. Despu?s, se aleja, se concentra y estira el brazo de nuevo, hasta tocar la punta de su cabello. En ese momento, el suelo tiembla, la oscuridad de la revelaci?n llega a todos ellos y abre acceso otra parte de la historia de su querida amiga: "Rafaela sigui? adelante con su vida despu?s del fracaso del examen de admisi?n. Dej? temporalmente de matricularse en la facultad para no enfrentar las dificultades y concentrarse en las tareas dom?sticas y en los espor?dicos eventos sociales. Sin saberlo, era all? donde estaba el peligro. En una de esas salidas conoci? a Marciano Fonseca, un joven de cuarenta a?os que dec?a ser soltero. Empezaron una relaci?n, con algunas visitas a su casa. Con el tiempo, la relaci?n se volvi? s?lida, hicieron el amor por primera vez y luego Rafaela le pidi? conocer a su familia, para comprometerse. A partir de ese momento, todo cambi?. Marciano Fonseca pr?cticamente desapareci? y, cuando aparec?a, pon?a excusas poco convincentes a las demandas de su novia. Desencantada, Rafaela sospech? y presion? a?n m?s. Fue entonces cuando ?l explot? y confes? todo: era un hombre casado con hijos y no pod?a comprometerse. Nada ten?a sentido despu?s de este profundo enga?o que ella sufri?. Fue entonces cuando conoci? a este grupo encantador, liderado por el vidente que le prometi? ayudarla. El comienzo de una nueva historia". El vidente quita la mano y con una sonrisa exclama: –?Vamos hermanos! Ya no hay lugar para la tristeza. Lo pasado, pasado est?. Ahora os prometo un gran compromiso con vuestras causas. Acompa?adme al destino, ap?stol y amigos. Nadie dice nada, el vidente comienza a caminar de nuevo e instintivamente todos le obedecen y le siguen. Empiezan a bajar por la curva de Cara?bas. Por la ma?ana el sol no es muy fuerte. Revisitando paisajes conocidos, tocando con la punta de los pies ese lugar encantador, avanzan por las curvas del destino. De buen humor, el kil?metro y medio de distancia se hace muy corto. Y as?, lo recorren en veinte minutos. Al borde de la carretera, esperan a que llegue un autob?s. Afortunadamente, uno viene pronto, suben y en cuesti?n de minutos se encuentran en el centro de Mimoso. Bajan, pagan el pasaje y se despiden. Comienza una nueva historia. El grupo avanza, pasa la plaza de Joaquim de Brito, gira a la derecha, sigue recto y llega al centro. Pasan unas cuantas casas del lado derecho y se detienen en el n?mero veinte. Llaman a la puerta. En un instante, abre una mujer alta, rubia, guapa, de cuerpo normal, con gafas de sol, gorra, sandalias, bermudas blancos, camisa de punto y bragas azules que se ven a trav?s de la ropa con transparencias. Con una sonrisa cautivadora, empieza a hablar: –?Dios m?o! ?El vidente, Renato y sus compa?eros en mi casa! ?Qu? honor! ?En qu? puedo ayudaros? –?Hola, Bernadete Sousa! ?Todo bien? Mis amigos y yo te pedimos permiso para tener una charla contigo. He o?do que no est?s bien. (El vidente) –Oh, gracias. ?Por favor, entrad! La anfitriona entra seguida de los visitantes. Con seis habitaciones (dos dormitorios, sal?n, ba?o, cocina y comedor), es una t?pica casa de tama?o mediano. Se instalan en el sal?n, amueblado con un sof?, estanter?as, equipo de sonido y una peque?a mesa. Est? decorado con cuadros, cortinas y estatuillas hasta el ?ltimo mil?metro. Con un poco de esfuerzo caben en el sencillo pero mullido sof?. Entonces comienza la conversaci?n: –?Y t?, Aldivan? ?No me presentas a tus amigos? (Bernadete) –S?, por supuesto. Te ruego me disculpes. Esta es Rafaela Ferreira, una amiga de Arcoverde, estos dos son Rafael y Uriel?, dice se?alando a cada uno de ellos. (El hijo de Dios) –Encantada de conoceros. Bienvenidos todos. (Bernadete) –Gracias. (Los otros, simult?neamente) –?C?mo est?s? (El vidente) –Ya lo sabes, a?n no me he recuperado. Todo es muy reciente. (Bernadete) –?Qu? ha ocurrido? ?Cu?l es su problema, maestro? (Rafaela) –Bernadete Sousa fue v?ctima de una violaci?n. Como consecuencia, qued? embarazada y, bajo la presi?n de sus padres, que quer?an verla casada y virgen, se fue de casa y tuvo un aborto. Esto sucedi? hace tres d?as. (El hijo de Dios) –Lo siento mucho. (Rafaela) –Gracias. (Bernadete) –Hemos venido aqu? para invitarte a hacer un viaje con un destino indefinido. –?Con qu? objetivo? (Bernadete) –Para mostrarte a Dios. (Uriel) –No lo s?. Dios parece haberme olvidado, porque permiti? que esa bestia me violara. Desde entonces, mi vida se ha convertido en un infierno y yo no lo merec?a ?dijo Bernadete con amargura. –?No repitas eso! Mi padre nunca permite que sucedan cosas malas. No podemos hacer a Dios responsable de las acciones de una parte delincuente de la humanidad. Yo lo vi. Yo estaba all?, al principio de todo. Dios hizo un acuerdo con el universo, que ?l no interferir?a con nada que sucediera. Esto es una consecuencia del libre albedr?o ?explic? el hijo de Dios. –Entonces, ?a qui?n debo hacer responsable?, ?al destino? Expl?camelo, por favor. (Bernadete) –El destino es tambi?n una fuerza creadora. Tampoco puedo hacerlo responsable, porque nosotros somos responsables, en gran medida, de nuestra felicidad. (El vidente) –Entonces no s? qu? decir. (Bernadete) –Fue una fatalidad. Debe ser superada para que contin?es tu vida con la cabeza bien alta. (Rafael) –En cuanto al aborto, te entiendo. (Renato) –?De verdad, Renato? Eso no es lo que hace la mayor?a de la gente. Ya he sido juzgada y condenada por ellos. (Bernadete) –Lo s?. Pero no soy como el resto del mundo. (Renato) –Qu? bueno. Gracias. (Bernadete) –?Qu? piensas, hijo de Dios? (Uriel) –La vida para m? y para mi padre es sagrada, sea cual sea la situaci?n. Pero me enviaron aqu? para decir que no condeno. Estoy aqu? para llamarte a mi confluencia e iluminar la oscuridad de tu pecado con mi luz y la de mi padre, ?aceptas? (El vidente) –S?, no s? c?mo, pero te necesito, a tu persona. Tus palabras me llenan de esperanza y expectativas. ?Qu? debo hacer? (Bernadete) –?nete a Rafaela y convi?rtete tambi?n en mi ap?stol. Pronto haremos un interesante y enriquecedor viaje por este mundo. ?Te parece bien? (El vidente) Bernadete piensa un momento. ?ltimamente, su vida se reduce a su trabajo como sirvienta municipal y su dolor privado. Todo parec?a perdido hasta este momento. ?Ser?a un error aceptar la propuesta? Ella no lo sabe, pero por lo poco que sabe de Aldivan, ?l es digno de confianza, un s?mbolo de tenacidad, agallas y lucha. Sus dudas se disipan. –?Quiero! Parecer? una locura, pero creo que es mi ?nica oportunidad. ?Cu?ndo nos vamos? (Bernadete) –Ahora mismo. (El hijo de Dios) –Espera un momento. Necesito tiempo para ba?arme y hacer las maletas. (Bernadete) –Est? bien. (Aldivan) Bernadete se va a prepararse para el viaje. Mientras, la conversaci?n contin?a animada en el sal?n sobre otros temas. Alg?n tiempo despu?s, la anfitriona vuelve al sal?n y, estando todo listo, se marchan. Salen, cierran la puerta con llave y vuelven a la calle. Pasan por el centro, giran una esquina y se dirigen a la peque?a capilla de San Sebasti?n. All? hacen una parada. El vidente aprovecha para decir: –Renato, ?te acuerdas? Fue aqu? donde comenzaron nuestras aventuras, un loco viaje a trav?s del tiempo. Tuve una experiencia en el desierto, me enfrent? a fantasmas y hombres endemoniados, luch? en la batalla final y sobreviv?. ?Mira! Nada es imposible para los que creen en Dios. –S?, lo recuerdo, compa?ero. Yo era s?lo un ni?o entonces, y con mi ayuda equilibramos las fuerzas opuestas, resolvimos las injusticias y ayudamos a alguien a encontrarse a s? mismo. ?Fue incre?ble! (Renato) –Y ahora recuerdo nuestro encuentro en Arcoverde. Qu? bueno fue haber aceptado su invitaci?n. Cada minuto me siento mejor y con m?s esperanza. (Rafaela Ferreira) –Yo estaba ante Dios rogando por el ?xito de ambos ?revel? Rafael. –Y yo fui el ?ngel que te ayud? en la batalla final. (Uriel Ikiriri) –?Dios m?o! ?Nunca lo sospech?! (El vidente) –S?. En ese momento todo deb?a ser un secreto, por tu propio bien. (Uriel) –?Misterios del universo! (Exclam? Renato) –?As? es! (El vidente) –?Yo tambi?n quiero ser parte de tu vida! Estoy afligida por las circunstancias y s?lo te tengo a ti. ?Ay?dame, hijo de Dios! ?implora Bernadete. Aldivan se emociona de nuevo. Frente a ?l hay otra mujer que sufre, afectada por las circunstancias y la maldad humana. Sabe muy bien lo que es eso. En numerosas ocasiones, hab?a sido violado corporal y espiritualmente por la escoria humana. A pesar de todo, perdon? las infamias y las ofensas, aunque no lo merecieran. Como su hermano y padre, amaba a todos, amigos y enemigos. Porque si s?lo ama a sus amigos, ?qu? m?rito tiene? ?No lo hacen tambi?n los paganos? "Sed perfectos como el padre y sus hijos, que dan sol y lluvia a los justos y a los malvados, indistintamente". Cargado de este sentimiento, se acerca a la muchacha, le sonr?e, estira el brazo y le toca suavemente la cara con la punta de los dedos. En esas fr?giles y bien dibujadas curvas, puede ver un poco del interior de esa criatura, en una visi?n r?pida: "Fue una noche clara, pac?fica y con poco movimiento en el pueblo de Mimoso, a mediados de noviembre de 2014. Bernadete acababa de salir de misa y, al ser la ?nica cat?lica de la familia, caminaba sola. Al inicio de su regreso a casa fue interceptada por un desconocido que le pregunt? c?mo llegar a la casa de su primo, detr?s de la carretera. Tratando de ser educada, ella le explic? en detalle c?mo llegar all?, pero el extra?o parec?a muy confundido. Al final de la explicaci?n, le pregunt? si ella pod?a ir con ?l y mostrarle personalmente el camino. Muy ingenua y sintiendo l?stima, Bernadete acept? la propuesta y se fue con ?l a la calle trasera. Pasaron por el centro, giraron hacia el sur, y en cuanto estuvieron solos, el hombre la agarr?, la amordaz? con cinta adhesiva para que no gritara y la llev? a una parcela vac?a. All? la agredi? sexualmente. Al terminar, la golpe? y amenaz? con matarla si ella lo denunciaba. Despu?s desapareci? hacia la carretera para que no lo atraparan. Ah? empez? la desgracia de Bernadete. Ahora ella hab?a sido deshonrada y marcada para siempre por un extra?o, quien, en su opini?n, fue enviado por el diablo. Sin embargo, lo peor estaba por llegar". El vidente, en estado de shock, quita la mano. ?Qu? cosa! Este es un ejemplo m?s de lo lejos que ha llegado la maldad humana. Si no fuera por sus constantes oraciones, seguramente el mundo y la humanidad ya no existir?an. Lleno de compasi?n, abraza a la ap?stol, se aleja un poco y dice: –?Puedo ver! Todo lo que puedo decir es que a mi lado no te pasar? nada. Mi padre nos ha prometido a m? y a mis seguidores felicidad, ?xito y seguridad. –?Y qu? debo hacer? ?C?mo alcanzar ese nivel de seguridad? (Bernadete Sousa) Aldivan se vuelve hacia ella y hacia los dem?s. Lleno del esp?ritu santo, habla: –Rezas as?: "Padre eterno, se?or de los ej?rcitos espirituales y carnales, te ruego paz, tranquilidad, alegr?a, felicidad y tu protecci?n en la tierra. Te ruego que dondequiera que vaya, mis pies caminen hacia el ?xito, la felicidad y la santidad. Lib?rame de malhechores, calumniadores, secuestradores, sicarios, balas perdidas, estafadores y cualquier tipo de criminal. Lib?rame de las fuerzas espirituales que se oponen a las m?as, por ejemplo los demonios, las bestias espirituales, los poderes espirituales y todos sus trucos, como la magia negra, los hechizos y la brujer?a. Que las puertas infernales no se acerquen, no me venzan, ni prevalezcan en mi vida. Finalmente, que nada malo me pase a m?, ni a mi familia ni a ninguno de los que me acompa?an. Te ruego la misericordia de la cruz, de las siete mil v?rgenes, de los esp?ritus puros, de los ?ngeles, de los elegidos y de todas las fuerzas benignas. Dios m?o, no me abandones nunca. Am?n." –?Con qu? frecuencia debemos orar? (Rafaela Ferreira) –Todos los d?as, porque los enemigos esperan buscando un s?lo resbal?n nuestro. Cuando vayas a orar, ve a tu cuarto y habla cari?osamente con el padre. Prometo que, a quienes reciten esta oraci?n con fe convencida, no les faltar? nada y obtendr?n protecci?n espiritual y predilecci?n de Dios. No os rind?is, hermanos. Nuestra fuerza est? en la oraci?n. (El hijo de Dios) –Gracias. (Bernadete Sousa) –De nada. ?Nos vamos, Rafael? (El vidente) –S?, vamos… ?respondi?. El grupo sigue caminando en direcci?n norte, hacia la carretera que da acceso a la carretera BR-232. Pr?ximo destino: Pesqueira, la tierra de la gracia y la uni?n. En el camino se encuentran con conocidos y extra?os, y por cortes?a saludan a todos. En este momento todo conspira a favor y es necesario que contin?en siguiendo sus propios valores. Como todo en Mimoso est? cerca, en diez minutos el grupo llega a la carretera y, por casualidad, pasa un autob?s vac?o. Se suben, una bestia de color gris de quince asientos. Cuando est?n listos, el viaje se reanuda. A lo largo del camino, tienen la oportunidad de admirar la naturaleza salvaje, pasando por los pueblos de Novo Cajueiro, Riacho Fundo e Ipanema. Despu?s de este punto, quedan catorce kil?metros por recorrer. En el trayecto tratan de entretenerse de la mejor manera posible. Llegando a Pesqueira, se bajan en el centro, frente a la catedral de Santa ?gueda. Desde all?, se dirigen hacia el autob?s de Cimbres, que est? a pocas cuadras y cerca de la estaci?n de autobuses local. Deambulando por las calles, haciendo paradas estrat?gicas, el equipo del vidente llama la atenci?n por dondequiera que pasa. Juntos, dan la impresi?n de ser un solo cuerpo en busca de una realizaci?n mutua, adem?s de estar protegidos contra eventuales ataques. ?Qu? bandido se arriesgar?a a enfrentarse a ellos? Incluso desarmados, saben demasiado bien c?mo defenderse. Cada vez hace m?s calor. Aumentan el ritmo, acortando la distancia que los separa del destino. Cada segundo es importante en la vida de aquellos que tienen prisa por triunfar y ser felices. As?, sin mayores contratiempos, llegan a la parada del autob?s. Son exactamente las diez de la ma?ana y tienen que esperar un rato para que se ocupen los asientos, con siete pasajeros m?s. Cuando est?n listos, entran en el combi verde, con las ventanas laterales rotas, y comienzan el viaje. Cruzan el centro, suben por el barrio del Tanque de Agua, y toman una carretera asfaltada pero en mal estado. Subiendo por una pendiente empinada, un camino estrecho y sinuosas curvas, el combi llega a la cima de la monta?a y toma la parte plana. Esto es un alivio para todos. Ahora es una distancia corta. Los trece kil?metros restantes se recorren en una carretera casi sin tr?fico, porque es el comienzo del a?o 2015, en el mes de enero. De repente oscurece, nubes negras cubren el cielo, pero es una falsa alarma. La sequ?a que ya dura tres a?os promete perpetuarse por un tiempo m?s, lo que es una l?stima para todos. Un poco m?s adelante, m?s curvas que son f?cilmente manejadas por el experimentado conductor, llamado Toledo. Nada parece asustarlos ahora, aparte de sus miedos internos. Quince minutos m?s tarde, el viaje termina, y el veh?culo los deja en el centro del pueblo, en la esquina de la plaza y justo enfrente de la iglesia de Nuestra Se?ora de las Monta?as. Al descender, pagan el pasaje, se despiden y comienzan a caminar. Nuevas perspectivas aparecen. El pueblo de Cimbres fue un lugar hist?rico, uno de los primeros en ser descubierto por los portugueses en sus incursiones al interior del estado de Pernambuco. No se desarroll? debido a las dificultades de transporte que supon?a la monta?a, pero ha llegado a ser sede del Senado del Municipio, cuya influencia se extendi? por todo el interior, parte de Bah?a, Para?ba y Alagoas. ?Cu?l es la raz?n por la que el vidente los ha llevado all?? Un lugar que ahora es un ?rea ind?gena, perteneciente a la naci?n Xucuru, despu?s de largos a?os de lucha y derramamiento de sangre con los terratenientes locales. La respuesta nadie la sabe. El vidente recorre la calle principal del pueblo y sus amigos lo acompa?an sin hacer preguntas. Lo hacen por respeto a ?l y por la seguridad que transmite con sus palabras, su afecto, su trato y su presencia. Parece que ese hombre sabe el momento adecuado para todo, encaj?ndolos perfectamente. En esto reside su sabidur?a, inteligencia, dignidad, ternura y su valor como hijo de Dios. Algo indiscutible, en efecto. Cruzan todo el pueblo y se acercan al cementerio local. A cada paso, el hijo de Dios parece nervioso e inc?modo. ?Qu? pretende? Sea lo que sea debe ser algo muy importante, para ir hasta all?, un lugar inh?spito y aterrador. Llegan y, como es de d?a, est? abierto a los visitantes. Entran en el recinto de los muertos, caminan entre las tumbas y se detienen frente a una. En este momento, l?grimas incontenibles caen por el rostro del hijo de Dios y todos se emocionan. Luego dice: –Os traje aqu? por una raz?n: para mostrar mi gloria y mi humanidad. Antes de ser hijo de Dios, yo era humano y, como cualquier otro, soportaba mis dolores y sufrimientos. Estamos frente a la tumba de mi padre, que muri? cuando yo ten?a s?lo quince a?os. A pesar de que hab?a sido un padre distante, estricto y a veces insensible, debo reconocer que era muy trabajador, honesto y consciente de sus obligaciones. Yo fui el ?nico hijo al que le permiti? estudiar y gracias a mis esfuerzos me considero un gran hombre. Estoy seguro de que ?l vio mi ?xito, y por eso no quer?a que me convirtiera en agricultor. ?Mejor as?! Que en buen lugar descanse. (El hijo de Dios) –Lo hace, y es por tu ayuda. Tus oraciones constantes y tu devoci?n diaria suavizan su dolor y sufrimiento. (Rafael) –Yahv? Dios te ama mucho y puede hacer cualquier cosa por ti. (A?adi? Uriel) –S?, ya lo s?. Su gracia est? siempre conmigo. (El hijo de Dios) –Yo tambi?n he sufrido, maestro. La separaci?n de quien yo consideraba mi amor fue como morir. (Rafaela Ferreira) –Mi mayor dolor fue la p?rdida de mi hijo. Las circunstancias me hicieron perderlo, pero no fue f?cil. (Bernadete Sousa) –Mi dolor fue perder a mi madre y descubrir que mi padre era un borracho. Hoy en d?a mi familia es Dios padre, el guardi?n y t?. (Renato) –?Lo s?, hermanos m?os! Lo que ofrezco a trav?s del poder de Yahv? es protecci?n, alivio y la expectativa de una nueva vida. No estoy ofreciendo la utop?a, s? que ten?is sufrimientos que no se olvidan aunque pase el tiempo. (Aldivan) –?Entonces t?came, hijo de Dios! Viaja a trav?s de mi historia ?le pide Bernadete Sousa. El hijo de Dios sonr?e y se seca las l?grimas. Es la invitaci?n que estaba esperando para actuar. Con una se?al, llama a la ap?stol, ella se acerca a ?l y, apoy?ndose en la l?pida de su padre, ?l la toca por segunda vez, cerca de sus pechos. Entonces la visi?n aparece instant?neamente en su mente pura y sagrada: "Bernadete volvi? a su vida normal, a su trabajo como funcionaria municipal, a sus relaciones sociales y familiares. Sin embargo, alrededor de un mes despu?s comenz? a sospechar que algo en su cuerpo no estaba bien: su menstruaci?n se hab?a retrasado y comenz? a sentirse indispuesta y con n?useas. Su madre, por experiencia, sospech? el embarazo y le pidi? a su hija que comprara un test. Entonces eligieron un d?a libre de obligaciones y fueron a la ciudad a comprarlo, porque en el pueblo no hab?a farmacia. All? compraron el test de embarazo, se encargaron de otras cosas en la ciudad y luego regresaron a casa. Al llegar, Bernadete fue a su habitaci?n y, siguiendo las instrucciones, hizo la prueba y el resultado fue positivo. ?La joven casi se cay? de espaldas! En una mezcla de asco y disconformidad, maldijo al hombre que la hab?a violado por haberla puesto en una situaci?n tan terrible. ?Y ahora? ?Qu? iba a hacer con su vida? Sali? de la habitaci?n y se lo dijo a su madre que, aunque fue comprensiva al principio, exig?a explicaciones. Temerosa, la joven decidi? abrirse y contar lo ocurrido. La reacci?n de su madre no fue la mejor. La llam? ingenua por escuchar a un extra?o y le dijo que ahora era la verg?enza de la familia. Concluye diciendo que lo mantendr?a en secreto por un tiempo pero que la mejor soluci?n era el aborto. Como respuesta, Bernadete arm? un esc?ndalo, pero la madre se tap? los o?dos. No hab?a raz?n para aceptar el deshonor de tener una madre soltera en la familia. Ella tendr?a que aceptarlo. Un mes despu?s, abort? en una cl?nica privada. Justo antes, dej? la casa de sus padres y decidi? vivir sola. Ahora, ella estaba buscando respuestas para su dolor infinito. ?Podr?a ser que ella tuviera derecho a una nueva oportunidad y al perd?n de Dios? Lo poco que sab?a de Aldivan, el hijo de Dios, hac?a que creyera en ?l piadosamente. Ella fue una v?ctima m?s de las circunstancias, del destino y de los estereotipos que sustentan la falsa moral. Porque el nombre de las buenas costumbres, de los pobres, los negros, los homosexuales, los indios, las prostitutas, las madres solteras y otras minor?as eran despreciados y prejuzgados, incluso por las personas m?s cercanas. En realidad, lo que todos quer?an, incluso los m?s conservadores, era tener el valor de salir del armario y por eso prefer?an criticar en lugar de entender las razones de los dem?s". Al final del contacto, Aldivan se aleja y, como si leyera su mente, le dice: –?Se ha ido, hermana, tu dolor y el m?o! ?Prosigamos la caminata! –?S?, maestro! (Bernadete Sousa) Con una se?al, el vidente llama a todos, y juntos salen del l?gubre cementerio. En ese momento se sienten hambrientos, y se dirigen al centro para buscar un lugar de comida preparada. Con la ayuda de algunos lugare?os, encuentran un sitio a unos pocos pasos. Es un peque?o snack bar, con algunas mesas y sillas. Est? tranquilo, encuentran una mesa vac?a y se sientan. Miran el men? de la mesa, lo estudian un rato y todos se ponen de acuerdo en pedir cusc?s de pollo cuando llega el camarero. Ahora s?lo queda esperar. Mientras esperan a que est? la comida, charlan: –?Qu? les parece el viaje hasta ahora, chicos? A m? me est? encantando. (El vidente) –A m? me est? haciendo bien dejar mi peque?o mundo y respirar aire fresco. Mi enfermedad lo requiere. ?Muchas gracias por invitarme, Aldivan! (Rafaela Ferreira) –?Ni lo menciones, querida! (El vidente) –Yo tambi?n quiero darte las gracias. La experiencia contigo es excelente. (Bernadete Sousa) –?Nada en absoluto! Te agradecemos tu presencia. (El vidente) –Estoy aprendiendo todo el tiempo, compa?ero. Pronto ser? completamente iluminado por tu gran alma. (Renato) –?T? tambi?n me ense?as, Renato! Puedo ver en ti al joven que fui hace a?os. Cr?eme, puedo ver un futuro glorioso para ti. (Aldivan) –?Lo deseo! (Renato) –El ciclo contin?a inexorablemente. Al final, el deseo de muchos corazones se har? realidad. (Rafael) –En este camino nos enfrentaremos a obst?culos, p?rdidas, luchas internas, los lazos del destino y a la fragilidad de nuestra propia mente. Pero si seguimos el hilo conductor correcto, tenemos grandes posibilidades de ?xito. (Uriel Ikiriri) –Lo creo, amigos. He estado en peores situaciones antes y he salido victorioso. Juntos tenemos la fuerza de Yahv? padre, que es una legi?n, y ciertamente tenemos condiciones para triunfar. ?Confiad en m?! (El hijo de Dios) Todos parecen de acuerdo. El camarero llega con el pedido y todos empiezan a servirse en sus platos. Inmediatamente empiezan a comer, y la conversaci?n se enfr?a. Educadamente se concentran en la comida. Treinta minutos despu?s terminan, piden algo de beber y lo toman r?pido. A la se?al, se levantan, pagan la cuenta y se van del bar. Fuera, en las calles del centro, mientras caminan, el vidente vuelve a hablar. –Acabo de tener una idea. ?Qu? tal una visita al santuario de Nuestra Se?ora de las Gracias, en sierra del guarda, no muy lejos? –A m? me parece bien. ?Qu? os parece, chicos? (Renato) –Ir? a donde quiera que vayas, mi se?or y maestro. (Rafaela Ferreira) –Como dice el viejo dicho, si estamos bajo la lluvia nos mojaremos. S?, v?monos. (Bernadete Sousa) –?Excelente idea! ?Vamos, hermano? (Rafael) –S?. ?Est? escrito! (Uriel) –Muy bien. Intentemos encontrar un taxi. (El vidente) Y as? hacen. Preguntando a algunos lugare?os, encuentran un taxista en la calle trasera. Cruzan la calle hacia el sur, pasan diez casas a la derecha y llegan a la casa. Golpean dos veces en la puerta principal y son atendidos por un se?or panzudo, algo molesto o inc?modo, con un par de sandalias de playa, bermudas rotas y sin camiseta. Al estar rodeado de extra?os, dice: –?Qu? quieren, caballeros? –Tenemos entendido que usted es taxista. ?Podr?a llevarnos a la sierra del guarda? (El vidente) –Por supuesto. ?Cu?nto pueden pagar? (Taxista) –Cincuenta d?lares. ?Le parece bien? (El vidente) –No hay problema. Espera un momento. Voy a por el coche. (Taxista) –De acuerdo. (El vidente) El taxista Klebson Barbosa llega en pocos pasos al garaje. All? se mete en su potente combi negro modelo 2015, arranca y se detiene en la salida, cierra el garaje y llama a sus clientes. Uno por uno se suben al coche y cuando todos est?n dentro, se van. La distancia hasta el santuario es de aproximadamente tres kil?metros, y la cubren r?pidamente debido a la alta velocidad del veh?culo. En un abrir y cerrar de ojos abandonan el pueblo, toman el camino principal de tierra y, en direcci?n oeste, llegan al santuario emplazado en la monta?a. El conductor detiene el coche en el borde del gran sendero, bajan y arreglan con Klebson Barbosa para que les espere, ya que ser? una visita r?pida. Entonces empiezan a subir las escaleras que conducen a la cima. Los visitantes siguen subiendo y a cada escal?n, la emoci?n es mayor. Fue all?, en el siglo pasado, donde la virgen se apareci? a dos ni?os inocentes. La misma que se hab?a aparecido varias veces en la peculiar vida del vidente. Algo dentro de ?l le dice que ser? una otra gran experiencia para ser vivida en un momento verdaderamente importante. Son seis personas movidas por sus propias ansiedades que viv?an una situaci?n delicada. Todo se reduce a la esperanza prometida por el hijo de Dios, esto les hace avanzar a?n m?s. Cubren un cuarto, despu?s la mitad, y se acercan al final del camino. Finalmente lo completan y se sit?an frente al santuario. Mientras unos rezan, otros admiran la belleza de la monta?a. Emocionado, el vidente dice: –Hermanos m?os, estamos en un lugar sagrado. Aqu? reside la gracia de Mar?a, Madre de Jes?s. A trav?s de esta bendita mujer, puedo decir que fui sanado y bendecido por Dios. Mar?a es ejemplo de coraje, determinaci?n y fe para los cristianos y todas las dem?s confesiones. Qu? bueno es tenerte como amiga, Mar?a. (El vidente) –?C?mo es ella? (Renato) –Una persona dulce. Comprensiva, educada y respetuosa. Y adem?s muy humilde, a pesar de su grandeza. (El vidente) –?Genial! A m? tambi?n me gustar?a conocerla. (Renato) –Yo tambi?n. (Rafaela Ferreira) –Lo mismo digo. (Bernadete Sousa) –Ya la conoc?is, hermanos. Mar?a est? representada en cualquier mujer sencilla y sufriente de este inmenso lugar a trav?s del fen?meno de la comuni?n. (Aldivan) –Exactamente. Por cada buena acci?n, ella se presenta m?s en la vida privada de las mujeres. (Rafael) –A pesar de no ser una diosa, es un ejemplo de comportamiento para todos ?a?ade Uriel. El vidente baja la cabeza y reza una oraci?n en privado. Al rato, estira el brazo y toca el icono situado en la cueva de la monta?a. Entonces tiene una visi?n privada de luz. Despu?s, aparta el brazo y hablar de nuevo: –?Qu? grande es Dios, nuestro padre! Eleva a los humildes, a los pobres y a los discriminados. Prefiere buscar a los pecadores porque ellos son los que necesitan ser redimidos. En nuestro reino no habr? dolor ni sufrimiento, ni injusticias, ni desigualdad. Todos adorar?n al padre y a los hijos en el Monte Sion. (El hijo de Dios) –?Am?n! (Bernadete Sousa) –?Gloria! (Uriel) –?Qu? hacemos ahora, maestro? (Rafaela Ferreira) –Volvemos a la aldea. El tiempo apremia. (Aldivan) –Est? bien. (Renato) –?Vamos! (Rafael) Los miembros del grupo comienzan a bajar las escaleras del santuario. En este momento, el ambiente es pac?fico y tranquilo, a pesar de todas las expectativas involucradas en la aventura. ?Qu? les espera? ?Alcanzar?n el objetivo final? Las respuestas llegar?n a medida que se desarrollen los acontecimientos y es algo de lo que no hay que preocuparse ahora. Como Jes?s ense??: basta a cada d?a su propio mal. En el camino aprovechan para admirar la belleza local, un paisaje desconocido situado en el interior del noreste brasile?o. Con sus cactus, piedras, monta?as escarpadas, vegetaci?n rara, espinosa, t?pica de la caatinga; y su gente hospitalaria crean una uni?n de elementos ?nica, digna de admiraci?n. Un poco de Brasil, gigantesco por naturaleza. Al final de las escaleras, descansan un rato. Cuando est?n listos, suben al coche aparcado en el lateral. Todos dentro, salen a buena velocidad. Atravesando los lugares ya conocidos, entre monta?as, ?rboles a la orilla de la carretera y el tr?fico de personas y veh?culos, llegan a salvo al pueblo. Como son casi las dos de la tarde, hablan con el conductor y para que los lleve a Pesqueira, donde pasar?n la noche. As?, abandonan el pueblo, toman la carretera asfaltada y comienzan el peligroso descenso por la monta?a. Mientras Klebson trata de sortear el camino sinuoso, los pasajeros tratan de divertirse de la mejor manera posible, charlando, leyendo libros, escuchando m?sica e incluso aprendiendo del silencio. El grupo, compuesto por dos mujeres, dos ?ngeles y dos hombres, ya se ha fortalecido lo suficiente como para comprenderse los unos a los otros a pesar de que cada uno es un mundo particular. Uno de los objetivos, la comuni?n, va muy bien, fruto de su dedicaci?n y esfuerzo. Prosiguen su viaje, para conocer a nuevas personas que necesitan ayuda y cambiar sus vidas. Como el vidente ense?a, todo es posible para los que creen en Dios, y nadie es un caso perdido: basta con creer en su nombre, el de su padre; y la oscuridad del conocimiento ser?a iluminada por su gran luz. Todo se encamina hacia la realizaci?n de sus ideas. Recorren una por una y a buena velocidad las etapas f?sicas, transitando los puntos relevantes. Las dificultades causadas por el camino angosto y eventuales sorpresas en el camino, son compensadas por la fe y la dedicaci?n a la causa por parte de todos. Merecen ser felicitados. Exactamente veinte minutos despu?s de salir del pueblo hist?rico, llegan a la monta?a de Ororub?, desde donde se puede ver el conjunto de las casas de Pesqueira. Amada tierra, pueblo de industria, uni?n y gracia, que bendice a sus hijos. Junto con Arcoverde, donde el hijo de Dios tiene sus casas preferidas, pues es all? donde todo ha comenzado. Ahora, poco queda para llegar a la sede central y estos ?ltimos minutos son decisivos en la vida de todos. Hablan un poco con el conductor, antes de despedirse. Klebson Barbosa ya ha marcado la vida de todos, aunque su papel es secundario. Esto pasa porque el hijo de Dios y sus amigos no diferencian entre las personas. Como Yahv?, est?n abiertos a hacer amigos y aceptan a cualquiera. Es as? como, en armon?a y complicidad, llegan al centro de la sede municipal. Amablemente, Klebson Barbosa los deja en la puerta de la posada, se despiden, pagan el pasaje y finalmente se bajan. Llevando su equipaje, entran       al lugar, hacen cola en la recepci?n y despu?s de registrarse, se dirigen a sus habitaciones. En el Sunray Inn descansan el resto de la tarde y se re?nen por la noche. Esto es muy necesario porque la fatiga ya se evidencia en sus cuerpos y en sus fr?giles mentes. Hasta la noche. La tarde pasa r?pido. Hacia las seis, se despiertan casi a la vez y uno a uno se dirigen al comedor. All? se ponen en la cola de autoservicio, llenan los platos y cuando terminan, buscan un lugar tranquilo para sentarse y comer. Como no hay mucha gente, encuentran el lugar perfecto en la segunda mesa a la derecha. Comienzan a comer. Entre cucharadas, interact?an entre s?, aumentando su empat?a. Pero a?n queda un largo camino por recorrer. Despu?s de veinticinco minutos terminan la cena, y juntos se dirigen al ?rea de recepci?n. All? juegan, ven la televisi?n, escuchan m?sica, cuentan chistes y entablan amistad con los dem?s hu?spedes. As? pasan unas cuatro horas. M?s tarde, se despiden y se dirigen a sus habitaciones para tratar de dormir. Al d?a siguiente, otras sorpresas prometen aparecer. Sigan a continuaci?n, lectores. Pesqueira El nuevo d?a amanece intenso. El sol sale, inundando el ambiente con sus poderosos rayos. Como contraste, sopla una brisa suave y fresca que ayuda a despertarlos y relajarlos. Pero no hay tiempo que perder. Los ?ngeles se levantan temprano y, con el permiso del due?o, van a llamar a los otros para desayunar. Uno por uno, salen de sus habitaciones, se re?nen y se dirigen al comedor. Llegan r?pidamente y, como en la noche anterior, se sirven ellos mismos. Cuando terminan, van a desayunar tranquilamente en una mesa cercana, en esa hermosa y prometedora ma?ana. Se encuentran en una atm?sfera de paz y guerra al mismo tiempo. Deja que te explique: paz por haber cumplido fielmente el calendario hasta ahora y guerra interna por no tener certezas concretas sobre los pr?ximos acontecimientos del futuro. Aparte de estar ansiosos, tienen un deseo creciente de controlar su destino, lo que en la mayor?a de los casos no es posible, causando frustraci?n en ellos. Pero nada es para siempre. La gran virtud que poseen es el optimismo y eso ayuda a enfrentar cualquier situaci?n, incluyendo las discusiones entre ellos. Una de ellas ocurre a la hora del desayuno, pero Rafaela con su autoridad logra controlarla. Una discusi?n tonta entre mujeres sobre la importancia de cada una. Afortunadamente se resuelve. Terminaron el desayuno precipitadamente y en una r?pida asamblea, eligen un lugar al que ir, regresan a sus habitaciones, empacan las maletas, salen de nuevo, pagan la estad?a, se despiden y abandonan el lugar. El "Yo soy" de cada uno, dentro de ellos, grita para ser escuchado y resuena en sus mentes. Desde el centro, se dirigen en direcci?n este con destino a uno de los extremos de la ciudad. Por el camino se encuentran con conocidos y extra?os y se enfrentan al ca?tico tr?fico al cruzar las calles. Pero no se desaniman. Poco a poco, pasan por puntos importantes, como la avenida que baja a la estaci?n de autobuses o el convento de los franciscanos y llegan a la avenida de Recife, giran a la izquierda hacia la unidad de Pesqueira IFPE. Ahora cada paso es decisivo porque se acercan al destino. Caminando unos doscientos metros se detienen frente a una casa abandonada. A la se?al del vidente, todos se acercan, pasan la entrada, acceden a la zona exterior y en este punto habla el hijo de Dios: –Hermanos m?os, estoy frente a un s?mbolo de mi pasado. En 2002, estaba de paso por aqu? y escuch? de mis amigos una siniestra historia sobre este lugar, que inclu?a asesinatos, justicia, espiritualidad y miedo. El tiempo ha pasado, pero aun as? no he olvidado la historia. Mi objetivo ahora es obtener una explicaci?n de lo que sucedi? ?finaliz? el vidente. Tan pronto como dice eso, todo parece cambiar. Misteriosamente, la puerta se cierra detr?s de ellos. Nubes oscuras cubren parcialmente el sol y se oyen gritos dentro de la casa, asustando a los humanos. Rafael les habla: –?C?lmate, Guardi?n! Perdona a nuestro amigo por su curiosidad. Prometemos irnos inmediatamente y dejarte en paz. Haciendo una se?al, Rafael llama a Uriel y juntos agarran a los humanos y vuelan sobre las paredes. En unos segundos est?n afuera. Se alejan, y luego el ?ngel les explica: –?A?n no es el momento, hijo de Dios! A?n no est?s listo. (Rafael) –No lo entiendo. ?Por qu? no? (el hijo de Dios) –No nos preguntes a nosotros. Es lo mejor que podemos hacer ahora ?intervino Uriel. –Muy bien. (El hijo de Dios) –?Cu?l es el siguiente paso, Rafael? (Renato) –Continuemos el viaje ?responde. –Est? bien. (Renato) –?Espero que tengamos suerte! (Rafaela Ferreira) –?Ojal?! (El vidente) –Estoy lista, Aldivan. ?Podr?as tocarme? (Bernadete Sousa) –Lo estaba esperando, mi sierva. (El vidente) Aldivan se acerca a su ap?stol. Afectuosamente, estira su brazo y esta vez toca la punta de sus dedos. La suavidad de su piel lo hace vibrar y tener una visi?n de su futuro: "Bernadete est? tomando una taza de t? en casa, reclinada en una silla del sal?n. A sus cincuenta a?os, recuerda los principales acontecimientos de su ajetreada vida: la crianza de sus padres, su crecimiento junto con sus amigos en el pueblo de Mimoso, el paso de la adolescencia, la violaci?n, el aborto y la promesa de un joven de que todo podr?a cambiar. Animada por sus palabras, acept? su invitaci?n para viajar por el mundo y descubri? realmente un padre y un hijo dispuestos a hacer cualquier cosa por ella. Le demostraron mucho amor y como recompensa ella decidi? dedicarse al pr?jimo en el asilo cercano. Adem?s, difund?a su mensaje a todos los que la conoc?an. A trav?s de estas obras, ella descubri? la verdadera felicidad y est? segura de su acogida en el reino de Dios cuando parta de la vida terrestre. Hab?a encontrado su "Yo soy" interior y entend?a el "Yo soy" del padre a trav?s de su hijo llamado vidente, Divino, Aldivan Teixeira Torres, y un tipo excepcional adem?s de otros adjetivos. El universo y las fuerzas benignas conspiraban para su ?xito y era s?lo eso lo que ella deseaba para aquel que cambi? su vida. ?Bendito sea ?l! Se repite internamente. Con una sonrisa en la cara, se levanta de la silla y va a hacer sus tareas dom?sticas y cuidar de su gato Tobit, el ?nico compa?ero en su casa. Y la vida continuar?a…" El vidente retira la mano despu?s de la visi?n. Abraza de nuevo a la ap?stol y con una se?al le pide a ella y a los dem?s que vayan con ?l. El silencio revela mucho m?s que si hubiera hablado y Bernadete lo entiende. No todo puede tener una respuesta y lo importante es comprometerse con la misi?n actual. ?Siempre adelante! El grupo, caminando a buena velocidad, baja del barrio del Prado hacia el centro. Gira en la avenida de Recife, sigue recto unos cientos de metros, giran en otra esquina y siguen la avenida principal del barrio. Al mismo ritmo cubren el camino a la estaci?n de autobuses en quince minutos. Avanzan un poco por el edificio de una sola planta y compran las entradas en la taquilla. Despu?s se sientan en la sala de espera. Esperan m?s de treinta minutos a que llegue el autob?s. Uno por uno, entran y se sientan en los asientos vac?os. Cuando todos los pasajeros est?n dentro, el autob?s sale. En el corto viaje, lo ?nico que hacen es descansar frente a tantas preocupaciones. Saben que, independientemente de lo que pase, ya merecen ser felicitados por su compromiso, dedicaci?n y entusiasmo con sus causas. Sin embargo, quieren y sue?an con m?s. De esta manera llegan a su siguiente parada en diez minutos: el pueblo de Sanhar?. Cargando sus pesadas maletas, bajan del autob?s a un lado de la carretera y siguen a pie hasta el centro de la ciudad. Con su conocimiento de la ciudad, el vidente busca una posada que pueda alojarlos a todos. La encuentran en pocos minutos. Sanhar? ha cambiado poco desde que trabaj? all? durante dos meses como empleado de la administraci?n, en la sede del municipio. Ha crecido, se nota, pero no ha cambiado la sensaci?n de lugar tranquilo y acogedor. Conocida como la ciudad del queso y la leche, el nombre deriva de una abeja negra que vive en esta zona, su nombre significa en lengua ind?gena enojada o alterada. Datos de 2014: superficie: 256 km?; poblaci?n: 24 556 habitantes; IDH: 0,603. Est?n frente a la peque?a posada, un modesto edificio, de estilo chalet, con una gran entrada asfaltada. Haciendo acopio de intrepidez, entran en el establecimiento, hablan con el propietario y resuelven lo b?sico. Despu?s, van a relajarse un poco. Por la tarde les esperan nuevas emociones. Cada uno intenta disfrutar del descanso matutino en sus respectivas habitaciones, equipadas con aparatos de ?ltima generaci?n: unos duermen, otros ven la televisi?n, otros escuchan m?sica o leen libros. Estos raros momentos en un viaje agotador y exigente son como un b?lsamo para sus cuerpos fatigados. A la hora del almuerzo se encuentran de nuevo y comen juntos. Aprovechan para precisar los siguientes detalles del viaje. Treinta minutos despu?s deciden salir. El objetivo del vidente es presentarles a alguien especial. Desde el centro se dirigen en direcci?n sur, cruzando las calles del peque?o lugar, y dos cuadras despu?s, llegan a una casa de mamposter?a de tama?o mediano, alrededor de 6x14 m, con jard?n y piscina, amurallada por delante. Tocan en la puerta principal una sola vez e inmediatamente alguien viene a atenderlos. Es un hombre de unos cincuenta a?os de edad, bajo, barrigudo, de cuerpo redondo, ojos marrones, pelo negro y piel blanca. Con una expresi?n indignada, habla mientras se acerca: –?Qu? quieren, caballeros? –Soy yo, Osmar. ?No te acuerdas? Trabaj? contigo en la prefectura. (El hijo de Dios) Osmar mira a Aldivan de arriba a abajo, y al final sonr?e. ?C?mo olvidar al so?ador que en las horas de ocio del trabajo escrib?a su libro porque no ten?a un ordenador? Numerosas veces sinti? admiraci?n por ?l, un muchacho entonces, all? por el 2007. Avanza unos pasos hacia ?l y le da un gran abrazo. Aldivan hace lo mismo y ambos viven intensamente el momento del reencuentro. Son dos almas hermanas y compa?eras que perdieron contacto debido a las circunstancias de la vida. Despu?s del abrazo, Osmar se aparta el pelo largo del hombro y comienza a hablar de nuevo: –Y estos, ?son tus amigos? –S?. (Aldivan) –Los amigos de Aldivan tambi?n son mis amigos. Por favor, pasen. La casa es suya. (Osmar) –Gracias. (Rafael, en nombre del grupo) Osmar vuelve a entrar en la casa y los dem?s lo siguen. Pasan por un peque?o sal?n, un pasillo y llegan a la sala de estar, amueblada con estantes, sof?, sillas y mesa, alfombra de piel en el suelo, cuadros y otros adornos en las paredes y cortinas persas. Todo bien ordenado y de buen gusto. Algunos se sientan en el sof? y otros en las sillas. Tocando una campana, llama a la criada que trae t?, jugo, bebidas fr?as, cerveza, vino, frutas, pasteles y galletas para los visitantes. Una vez que ha servido la criada, ?sta queda dispensada. Osmar y los dem?s tienen la oportunidad de iniciar una conversaci?n que promete ser decisiva. –?Por qu? tengo el honor de la visita a mi casa del so?ador que aspira a ser escritor? –Ya no aspiro m?s, Osmar. Me dedico a la escritura como trabajo y entretenimiento, ya no puedo vivir sin ella. (El vidente) –?Excelente! ?Me alegro por ti! ?Est?s de paso? (Osmar) –Estamos en un viaje a la playa. Buscando nuevas historias. (Rafael) –Tambi?n est?s invitado a participar ?dice el vidente con voz firme. –No s?…, estoy muy confundido. (Osmar tartamudeando) –Lo s?. Puedo sentirlo. (El hijo de Dios) –?Tienes algo que contarnos? (Uriel) Osmar se queda callado por un momento. ?Podr? confiar en gente a la que apenas conoce? ?C?mo podr?an ayudarlo? Estas y otras preguntas pertinentes le rondan su mente inquieta. Repentinamente, decide arriesgarse. –S?, tengo algo que contaros. Pero antes d?ganme algo m?s sobre ustedes. ?C?mo se llaman, hermosas muchachas? (Osmar) –Mi nombre es Rafaela Ferreira. Soy de Arcoverde y en la actualidad estoy atravesando una grave depresi?n. –Soy Bernadete Sousa. Tuve un aborto poco despu?s de ser violada. El hijo de Dios me est? ayudando a pasar por estos tiempos dif?ciles. –Un placer. Mi nombre es Osmar Pontes. Estoy desempleado en este momento, viviendo de lo que ahorr? de mi trabajo. –Un placer tambi?n. (Las dos mujeres simult?neamente) –?Desempleado? ?Has dejado la prefectura? (El hijo de Dios) –S?, tuve algunos problemas all? que me obligaron a marcharme. Pero estoy bien econ?micamente, no te preocupes. Cuando llegue a la edad de retirarme, pedir? mi jubilaci?n. (Osmar) –Mejor as?. (El hijo de Dios) –?Y cu?les son sus nombres, j?venes amigos? (Osmar) –Soy Uriel Ikiriri, el ?ngel guardi?n de Aldivan. –Soy Rafael Potester, uno de los siete arc?ngeles de Dios al igual que mi hermano Uriel. –Mi nombre es Renato y soy el principal compa?ero de aventura del vidente. Juntos formamos parte de la serie del mismo nombre, que ya tiene cuatro obras. –?Incre?ble! ?Estoy sin palabras! Tus amigos son extraordinarios. Esta serie del vidente va a ser muy comentada. ?Podr?as hablarme un poco de tus obras, Aldivan? (Osmar) –Son cuatro romances, una nouvelle, una colecci?n de cuentos, un libro de sabidur?a, dos poemarios y un gui?n basado en el primer romance. Los cuatro romances forman la serie del vidente. El primer t?tulo es Fuerzas Opuestas, el comienzo de la saga. En resumen, viaj? a Mimoso en busca de realizar mis sue?os en una monta?a que promet?a ser sagrada. All? conoc? a la se?ora guardiana, un ser lego y misterioso que me ayud? a superar los desaf?os y obtener permiso para entrar en la cueva. Con determinaci?n y coraje los cumpl? todos, entr? en la cueva, enfrent? m?s obst?culos, los venc? de nuevo y me convert? en el vidente, un ser omnisciente a trav?s de sus visiones. Despu?s, sal? de la cueva, volv? a encontrarme con la se?ora guardiana y junto con Renato fuimos enviados al viejo Mimoso con el objetivo de corregir injusticias, ayudar a alguien a encontrarse a s? mismo y unir las Fuerzas opuestas que estaban en desequilibrio. Durante treinta d?as hicimos un trabajo maravilloso, y volvimos de Mimoso m?s experimentados y triunfantes. Paramos por un tiempo debido a otros compromisos. El segundo t?tulo, La noche oscura del alma, trata de lo siguiente: la vida nos hace vivir d?as oscuros y miserias que desear?amos que no fuesen reales. La noche oscura del alma es la continuaci?n de "El vidente". Yo, que soy el protagonista, regres? a la monta?a en busca de respuestas para un per?odo perturbado de mi vida, momentos en los que me olvid? de Dios, de mis principios y me perd? en el pecado. En la Monta?a entr? en contacto con dos seres celestiales, que me condujeron al conocimiento. Sin embargo, estaba profundamente ligado a los siete pecados cardinales y, a pesar de la experiencia adquirida, mis problemas no se resolvieron, entonces tuvimos que hacer un viaje a la Isla Perdida, sede del reino de los ?ngeles. El libro es un pasaje lleno de peligros, piratas, una gran aventura en el mar que plantea reflexiones y preguntas, como si es posible que un criminal se rehabilite despu?s de haberse sumergido completamente en la oscuridad. Y una vez hecho esto, ?podr? encontrar paz para sus cr?menes? ?Podr? perdonarse a s? mismo? ?Podr? encontrar la felicidad? ?O eso son s?lo ilusiones, una pausa para una noche a?n m?s oscura? Vale la pena comprobarlo. En cuanto al tercero, el romance titulado El encuentro entre dos mundos, es una historia en forma de flashback. Es un gran viaje que nos involucra, una vez m?s, a Renato y a m?. Se divide en dos partes situadas en el pasado y en el presente respectivamente, tratando de mostrar la importancia de la batalla para la consecuci?n de nuestros ideales, sean cuales sean. En la primera parte viajamos al sitio de Fund?o, en las afueras de Cimbres-Pesqueira, para tratar de encontrar a los responsables de una rebeli?n en el pasado. Con su ayuda, nos entrenamos hasta dominar la co-visi?n, clave para el desarrollo de la historia. Una vez preparados, nos sometimos a ella y viajamos al noreste de principios del siglo XX, tiempos de opresi?n, injusticias, prejuicios y hambruna. Por todas partes observamos ejemplos de los conflictos civiles de aquella ?poca, especialmente por un grupo que participa activamente en la historia. Sin embargo, ?podr?amos conseguir un ?xito absoluto en nuestros objetivos? ?Desenmascaramos a las ?lites? ?O fracasamos? ?Y es posible llegar a la tan esperada confluencia entre mundos enfrentados, en relaci?n a las clases sociales, las opiniones, los estereotipos y el amor? Merec?a la pena averiguarlo. En la segunda parte emprendimos un nuevo viaje con el objetivo de terminar nuestro trabajo y lograr el milagro que necesit?bamos. Esta vez fuimos a Cara?bas en busca de un segundo personaje del pasado y cuando lo encontramos, nos sometimos a un nuevo entrenamiento. Una vez preparados, se revel? la segunda parte de la historia. En ella, el lector se enfrentaba a las siguientes preguntas: ?Hasta qu? punto la cuesti?n social interfiere con el ?xito? ?Es viable persistir incluso despu?s de varios fracasos? ?Vale la pena privarse del amor por prejuicios, sin siquiera intentarlo? ?Alguien que tiene un don puede considerarse especial o est? loco? Todo esto y mucho m?s se encuentra en la historia del Divino, alguien en busca del destino y del ?xito que todos merecemos. Finalmente, entre los romances, el c?digo de Dios es el cuarto. La historia comienza cuando Phillipe Andrews, el auditor de una granja marcada por la tragedia, comienza a cuestionar la raz?n de su desgracia, enfad?ndose e indign?ndose. Por un golpe de suerte, encuentra un libro y un autor, y decide buscarlo. Al encontrarlo, decide hacer un viaje a un desierto lejano con ?l, su compa?ero de aventuras, donde supuestamente se encontrar?an con Dios y resolver?an sus problemas. En el comienzo del viaje encuentran dos gu?as por el camino que los llevan al lugar deseado, el desierto de Cabrob?. Pasan a trav?s de diez pueblos en el desierto, teniendo interesantes charlas con los respectivos hu?spedes, y de repente Dios comienza a hablar a trav?s de los gu?as respondiendo a preguntas cruciales. Todo lo que se va revelando contribuye en la elaboraci?n del "testamento", un c?digo dado por Dios y nunca descifrado en la historia humana o angelical. ?Y entonces? ?Crees que Dios puede revelarse en situaciones extremas? ?O es s?lo un delirio de todos los involucrados? Lee el C?digo de Dios, un libro dirigido especialmente a aquellos que han perdido la fe en Dios y saca tus propias conclusiones. El libro de la sabidur?a recopila m?ximas de gran iluminaci?n del padre, con cuentos que aluden a par?bolas de base moral sobre el reino de Dios y su sabidur?a. Los de poes?a tratan sobre el amor y la regi?n interior del noreste. En cambio, la nouvelle se remonta a los tiempos del cristianismo primitivo, tiempos de batalla, opresi?n y persecuci?n ?finaliz? el hijo de Dios. –Genial. ?Los comprar? todos! M?s tarde puedes contarme c?mo hacerlo. (Osmar) –Bien. Gracias. (El hijo de Dios) –?Y qu? hay de tu problema? ?Est?s listo para revelarlo? (Rafael) La pregunta directa hace que nuestro anfitri?n se quede fr?o de nuevo. Estos amigos son realmente atrevidos. A pesar de ello, decide tender su mano, pues por ahora no tiene a nadie a quien recurrir. ?Que sea la voluntad de Dios! –Soy un hombre deplorable, amigos. Ca? profundamente en la corrupci?n corporal y material. ?No soy digno de compasi?n! (Osmar) –?C?lmate, debe haber una soluci?n, amigo! (Renato) –Lo que es imposible a los ojos de los hombres es posible para Dios. (Uriel) –Yo tambi?n siento lo mismo. Cuando mi novio me dej?, me sent? la peor mujer del mundo. (Rafaela Ferreira) –Cuanto mayor sea la derrota, mayor ser? la gracia. (Rafael) –Yo tambi?n pens? que mi caso no ten?a remedio ni perd?n, cuando abort?. Sin embargo, poco a poco, estoy conociendo a un ser llamado Aldivan Teixeira Torres y ?l puede entenderme completamente. En ?l tengo un padre y un hermano. (Bernadete Sousa) Osmar analiza todas las declaraciones de los amigos. ?Podr?a ser el vidente la persona adecuada para confiarle su problema? ?Podr?a ser que le diera alguna esperanza a pesar de ser un monstruo? No hab?a descubierto este lado fraternal suyo cuando lo conoci?, y como en este momento se siente desesperado, vale la pena intentarlo. –?Qui?n eres, vidente? (Osmar) –Soy un profundo conocedor del alma humana y alguien que en este momento te quiere a su lado. Prometo dedicaci?n a tu causa. (El vidente) –No lo s?… No me aceptar?as si supieras lo que… Las palabras no salen de la boca de Osmar, tal es el miedo y la desconfianza que siente. Viendo a su amigo atormentado, el hijo de Dios habla: –?Si supiera que estafaste a la prefectura y que ten?as preferencias sexuales por menores de edad? No me importa. S?lo s? que est?s enfermo y que necesitas tratamiento urgente. Te ofrezco el medio de mi padre para mover tu alma de las tinieblas a la luz. Porque no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores aguerridos, esos s? necesitan mi ayuda. (Aldivan) Osmar se emociona. ?C?mo lo sabe? ?C?mo puede entenderlo? En ning?n momento de su vida, nadie se hab?a acercado a ?l para consolarlo y apoyarlo, s?lo las manos y los dedos acusadores se?al?ndolo y juzg?ndolo constantemente. Realmente Aldivan no es un ser com?n. –Gracias. (Osmar) –?Y entonces, Osmar? ?Viajamos? (Rafael) –S?. Me has convencido. Espera un momento. (Osmar) Osmar se levanta de la silla y va a su habitaci?n. All?, comienza a empacar r?pidamente sus maletas. Quince minutos m?s tarde est? listo, sale de la habitaci?n, se re?ne con sus amigos, deja la administraci?n de la casa a sus empleados y finalmente se va con ellos. El mundo espera sus pr?ximas acciones. Afuera, despu?s de haber caminado unos metros, el vidente vuelve a hablar. –Te sugiero que nos muestres un poco de tu ciudad. ?Te parece bien? –Excelente. Seguidme… ?dijo. El grupo atraviesa la zona sur y vuelve al centro de la ciudad. En este momento, est?n totalmente concentrados y decididos a divertirse en ese humilde y tranquilo pueblo. Bajo la gu?a del anfitri?n, tres cuadras y varios cruces m?s tarde, llegan a la casa de cultura de la ciudad. Por casualidad, esta tarde hay un espect?culo p?blico. Entran en el modesto edificio de mamposter?a, estrecho, en mal estado de conservaci?n, pero muy bonito y el lugar exacto del evento. Junto con otras personas, tienen la oportunidad de ver una actuaci?n de los Bacamarteiros. El espect?culo consiste en movimientos r?tmicos coordinados por un sargento. El sonido del xaxado est? compuesto por el acorde?n de ocho bajos, la zabumba de cuero curtido y el tri?ngulo. En cuanto a los trajes, los miembros del espect?culo llevan ropa azul de algod?n, bufanda en el cuello y estuche de balas de Flandes. Los comandantes llevan estrellas en los hombros y sombrero, adem?s de bastones o paraguas. Durante unos treinta minutos disfrutan la actuaci?n, que termina con el disparo de las armas de fuego. Por suerte nadie resulta herido. Salen del centro cultural y vuelven al paseo por las calles de la ciudad. A los pocos metros, Aldivan vuelve a hablar: –?Qu? m?s nos puedes ense?ar de tu ciudad, Osmar? –S?ganme, caballeros ?dice ?l. –Vamos, chicos ?dice Rafael. –Seguro ?estuvo de acuerdo Renato Los miembros del grupo acompa?an al anfitri?n y despu?s de cruzar unas cuantas calles por el centro, se encuentran con un gran pabell?n. Al acercarse, como la puerta est? entreabierta, se dan cuenta de que es un lugar de ensayo musical, porque el lugar est? lleno de instrumentos musicales y artilugios relacionados con la m?sica. Ante las miradas interrogantes de los visitantes, Osmar aclara: –Esta es la sede de la sociedad Santa Cecilia, patrimonio cultural del pueblo. Por casualidad, es hora de su ensayo. Entremos, amigos. Aceptando la invitaci?n, los amigos de Osmar entran en la zona que para muchos es sagrada, debido a la m?sica. Como es de esperar, cinco m?sicos est?n afinando sus instrumentos, saludan al p?blico presente y comienzan a tocar una hermosa sinfon?a. Inmersos en la serena melod?a de la m?sica, cada uno siente en su interior algo de la magia del momento. A trav?s del sonido se pueden ver a ellos mismos, Rafaela siente el alivio de sus dolores, Bernadete Sousa se siente esperanzada, Renato piensa en un futuro prometedor, Rafael recuerda su adoraci?n por el Todopoderoso, Uriel su devoci?n por su protector y, por ?ltimo, el m?s so?ador de todos ellos, recuerda los obst?culos, los fracasos, las victorias y los amores no correspondidos. Antes de ser "Yo soy" era un humano normal y la m?sica que se interpretaba en ese momento era el "Yo sin ti". Incluso sin tener nada que ver con la presente actuaci?n, le martilleaba la cabeza la esperanza creciente de un d?a encontrar a alguien que lo quiera y de hecho lo ame como se lo merece. ?Est? escrito! La sinfon?a termina. Esto causa una tormenta de aplausos de los siete amigos. Con humildad, los m?sicos bajan del escenario y saludan a cada uno de ellos. Se presentan y charlan un rato, comentando sus prop?sitos. All?, todos merecen la felicidad completa, porque esto es lo que Yahv? ha creado para los humanos. Despu?s de un tiempo, los m?sicos vuelven a su trabajo y los dem?s deciden volver a la posada. Osmar incluido, un hombre desequilibrado y enfermo, que paga por sus pecados. ?Realmente tiene alguna oportunidad de reiniciar su vida? ?O es un caso perdido? No te pierdas las siguientes escenas. El grupo llega a la posada. Despu?s del papeleo para acomodar a Osmar, se dirigen a la cocina, y junto a otros hu?spedes se sirven la comida disponible para la cena. Pasan veinte minutos comiendo, hablando y en silencio. Una vez que terminan de cenar, comienzan otras actividades durante la noche: mirar la televisi?n, admirar el cielo estrellado y, finalmente, rezar. Exactamente a las diez en punto, deciden todos irse a dormir, porque est?n muy cansados del viaje. Y as? lo hacen. Cada uno en su respectivo dormitorio trata de olvidar las preocupaciones y sumergirse en su propio mundo de sue?os. En ese momento, el "Yo soy" de todos era muy activo. Buenas noches a todos, hasta el pr?ximo cap?tulo. Belo Jardim Pasa la noche y llega el amanecer, entre sue?os y pesadillas para nuestros estimados personajes. Pronto comienza el d?a y ellos se sienten supervivientes. Uno por uno se levantan, se ba?an, se cepillan los dientes, se ponen ropa limpia y van a desayunar al comedor de la posada. El objetivo es prepararse para la siguiente etapa del viaje. Se re?nen en el comedor como una gran familia. Se sirven tapioca, panecillos integrales, galletas, cereales, yogurt, frutas y jugos, seg?n las preferencias de cada uno. Mientras comen, la conversaci?n fluye relajadamente: –?C?mo te sientes amigo m?o, est?s mejor? (El vidente) –S?. S?lo estar contigo me hace m?s feliz. (Osmar) –Qu? bien. Cuenta con nosotros para cualquier cosa. (El vidente) –Gracias. (Osmar) –?Cu?l era su cargo en la prefectura? (Renato) –Yo era uno de los jefes de mi sector. Todos los proyectos ten?an que pasar por mi tamiz. (Osmar) –Grandes poderes, grandes responsabilidades. Le entiendo y nunca aceptar? ese tipo de posici?n. (Renato) –Yo tampoco. ??Pero me dijo que so?aba con altas remuneraciones?! (El vidente) –S?, pero no quiero ser el jefe de nada. Ya he tenido bastantes problemas con la jerarqu?a. Todav?a acarreo marcas de la ?poca con mi padre. (Renato) –Entiendo. (El vidente) –?Cu?l era el problema, Renato? (Osmar) –Era muy autoritario y me maltrataba a diario. As? que me escap? de casa y una se?ora me adopt? ?explica Renato. –Lo siento mucho. Tengo la sensaci?n de que yo tambi?n he sentido algo parecido. (Osmar) –El problema con el poder es que muchos humanos est?n tan fascinados con ?l que no pueden ver nada m?s. (Rafael) –Creo que eso es lo que me pas? a m?. (Osmar) –Entonces, despu?s de haber pasado por tal experiencia, ?qu? les aconsejar?a a otras personas que probablemente se encuentren en la misma situaci?n? (Bernadete Sousa) –?Qui?n soy yo para dar consejos? Pero estar?a bien que las instituciones impartieran una formaci?n completa que incluyera la gesti?n del entorno, los problemas pr?cticos, la ?tica y la administraci?n. Debo admitir que me faltaba un poco de visi?n directa y sustancial. (Osmar) –Y tu otro problema, ?c?mo empez?? (Rafaela Ferreira) –No lo s? muy bien. S?lo s? que eso me estaba pasando. (Osmar) –Yo te entiendo. El pecado es como un animal que nos observa diariamente esperando el m?s m?nimo resbal?n. Si no estamos en completa comuni?n con el padre, caemos en la tentaci?n y el pecado. Osmar, ?quieres que te toque? As? podr?a conocerte mejor. (El hijo de Dios) –?Tocarme? ?C?mo funciona eso? (Osmar) –?l es el vidente y a trav?s del tacto puede ver nuestro pasado, presente y futuro, sintiendo nuestras congojas m?s ?ntimas. Es como un bautizo ?explica Rafaela Ferreira. –Oh, muy bien. Con gusto, amigo. (Osmar) Aldivan se levanta y se acerca a su querido amigo. En este momento m?gico, tiene la sensaci?n de que algo importante est? a punto de suceder al rozar su piel contra la de su compa?ero. Cuando alcanza la distancia suficiente, estira el brazo y toca la peque?a barriga. Entonces la historia se revela: "Osmar era el jefe de la secci?n financiera del municipio de Sanhar?. Como jefe era responsable, estricto y autoritario, cada una de estas caracter?sticas m?s que la anterior. Desde un espectacular inicio del dominio del sector urbano, comenz? a caer en la contradicci?n y la corrupci?n. Empezaron a surgir propuestas fraudulentas a la ley, y ?l comenz? a aceptar sobornos. En cada uno de ellos, la oscuridad se consolidaba y expand?a dentro de su ser. En una hermosa ma?ana de febrero de 2007, el s?ptimo d?a para ser exactos, recibi? en su oficina a los nuevos empleados de la prefectura. Uno de ellos se llamaba Aldivan, un aspirante a escritor cuyo mayor objetivo era conquistar el mundo. Desde el momento en que se conocieron, entablan una amistad. Los d?as pasaban entre trabajo, actividades sociales y ocio. En el trabajo, como jefe comprensivo, permite que Aldivan escriba su primer libro en los descansos. Qu? especial era ese muchacho, a pesar de toda su humildad a?n cre?a en un mundo mejor, lo que no era su caso. Permaneci? metido en la corrupci?n y permiti? que sus demonios internos actuaran en las ocasiones en que tuvo relaciones con menores. Dos meses despu?s se separaron porque Aldivan no pod?a conciliar el trabajo, la distancia y los estudios en la universidad. Fue una l?stima, porque qui?n sabe qu? podr?a haber cambiado con la convivencia, al haber tenido a alguien tan valioso a su lado. Sin embargo, as? estaba escrito. El tiempo pas? y los cr?menes continuaron cometi?ndose, fueron investigados y descubiertos. Adem?s de perder su puesto en la prefectura, fue encarcelado durante alg?n tiempo. Despu?s de su puesta en libertad, regres? a casa y comenz? a vivir de sus ahorros. Como ya era bastante viejo y hab?a amasado una buena cantidad de dinero, decidi? no buscar trabajo y comenz? su vida de ermita?o, con unos pocos amigos y sus empleados. Hasta que, en un hermoso d?a, ocurri? el reencuentro con Aldivan y sus amigos, con la esperanza de un cambio en su vida y el perd?n del padre. Acept? una invitaci?n para participar en un viaje con la esperanza de cosechar los resultados al final". El vidente quita la mano y con mirada satisfecha comienza a hablar: –Estamos aqu? para ayudarte, Osmar. No prometemos ?xito inmediato ni felicidad porque eso es una utop?a, pero s? una gran dedicaci?n a tus causas. Aqu? somos hermanos, amigos y c?mplices. ?Tranquil?zate! –Gracias, maestro. De ahora en adelante, ser? tu ap?stol m?s comprometido. ?Hacia el ?xito, hermanos! (Osmar) –?Am?n! (Renato) –?Bienvenido al equipo! (Rafaela Ferreira) –?Tus penas son nuestras penas tambi?n! (Bernadete Sousa) –?Cuenta conmigo, humano! (Uriel) –?Que Yahv? padre bendiga este pacto! (Rafael) –?Maktub! Viajemos, el tiempo apremia. (Concluy? Aldivan) Los dem?s obedecen y se dirigen a sus respectivas habitaciones para hacer las maletas. Una vez que todo est? listo, se vuelven a encontrar y salen a la calle. Desde el centro donde se encuentran hasta la estaci?n de autobuses hay quince minutos a pie, y los recorrieron sin incidentes. Esperan un rato hasta que llega el autob?s y luego se suben a ?l. Parten hacia la ciudad de Belo Jardim, a menos de quince kil?metros en l?nea recta. Sin embargo, por carretera son unos treinta kil?metros, y tardan treinta minutos. Mientras tanto, aprovechan para charlar y hacer amistad con otros pasajeros. Al final del viaje han discutido diferentes objetivos y dado distintas opiniones, como en los estados de derecho democr?ticos. Todos saben lo bueno que es ser ?nico. Al llegar al pueblo, el transporte los deja en la carretera y desde all? contratan un taxi que los lleva a una modesta y barata posada. Se llama "Cielo Azul". Se registran all? y quedan en el ?rea principal en treinta minutos, para poder descansar un poco. El vidente tambi?n hace una misteriosa llamada telef?nica. Se re?nen a la hora convenida y en el lugar acordado. Forman un c?rculo y el vidente es el primero en hablar: –Amigos m?os, tengo una sorpresa para vosotros. Est?is a punto de conocer a una persona fenomenal y… Antes de que pueda terminar, Aldivan es interrumpido por el sonido de unos pasos en direcci?n a ?l. Es un hombre negro y robusto, de unos treinta a?os de edad, forjado por las fuerzas de la naturaleza, las piernas, los brazos y el vientre firmes y fuertes. En cuesti?n de segundos, se acerca y se coloca a su lado. Aldivan entonces explica: –Este es Manoel Pereira, el popular Maneco, lo conoc? en una de mis aventuras en un fin de semana fat?dico. Estaba en el gueto, junto con criminales, vendiendo y consumiendo drogas. ?C?mo est?s, amigo m?o? –Estoy igual que antes. ?Y t?? –Me he convertido en escritor y te propongo una alianza. (Aldivan) –?Qu?? Buenos d?as, chicos. Un placer conoceros a todos. ?C?mo os llam?is? (Manoel Pereira) –Mi nombre es Bernadete Sousa. Soy de Mimoso y he hecho un aborto. –Soy Rafaela Ferreira, de Arcoverde, y estoy deprimida. –Soy Osmar, de Sanhar?, un estafador y ped?filo. –Renato, compa?ero inseparable de aventuras del vidente. –Rafael Potester, ?ngel de primera magnitud. –Uriel Ikiriri, ?ngel guardi?n del vidente. –Quiero cambiar tu vida a trav?s de mi fuerza y la de mi padre. Seguimos creyendo en ti. (El hijo de Dios) –?C?mo? Ya no tengo vida. Todo en m? gira en torno a las drogas, la delincuencia, la perversidad y la falsedad. Ya no soy humano, soy un demonio ?se lamenta Manoel Pereira. –Conozco tu vida y tus sentimientos y te digo que todav?a hay esperanza. Te garantizo que todo lo que has hecho quedar? atr?s, si me conf?as tus problemas. ?Basta decir que s?, y el Dios de lo imposible actuar?! (Aldivan) Manoel Pereira piensa un poco. ?Qu? est? diciendo este loco? ?Es el pobre muchacho desarmado a quien hab?a intentado asaltar en el gueto? ?Es el que pidi? misericordia cuando estaba a su merced haci?ndole sentir l?stima de su miseria? ?C?mo podr?a ayudarlo ahora? Con mirada de desd?n, pregunta: –?Qu? tienes para ofrecer? –Quiero mostrar un mundo nuevo, junto a otras personas que tambi?n tienen problemas, y juntos descubriremos lo que Dios exige de nosotros. La clave del ?xito es la uni?n y la comprensi?n y no la encontrar?s en ning?n sitio. El mundo s?lo te ofrece vicio, corrupci?n y muerte, mientras que yo, mi padre y mis amigos te ofrecemos vida, felicidad, conocimiento y, sobre todo, amor. El amor que nunca has experimentado. (El hijo de Dios) Las palabras de Aldivan act?an como una alerta. Ciertamente, tiene raz?n. El mundo nunca le ofreci? nada bueno y, como no puede ver otra salida, toma una decisi?n. –Est? bien. ?Cu?ndo empezamos? –Ahora mismo. ?D?nde est?n tus maletas? (Aldivan) –No tengo nada. Me robaron todo. (Manoel) –Te prestar? algo de ropa. No te preocupes. (Osmar) –Gracias. (Manoel) –Yo tambi?n. No te faltar? nada. (El vidente) –Muy bien. (Manoel) –Bienvenido. (Renato) –Has tomado la decisi?n correcta. (Rafaela Ferreira) –Mi hermano y yo te protegeremos de cualquier cosa. (Rafael) –Deja que Dios te ilumine. (Uriel) –Sugiero un paseo con nuestro amigo como gu?a. (Bernadete Sousa) –Claro, con gusto. (Manoel) –V?monos de aqu?. (El hijo de Dios) Todos obedecen, se dirigen a la salida, cruzan la puerta y salen a la calle. ?Qu? les espera en esa ciudad salvaje? En el gueto Los miembros del grupo caminan por el centro, hacia el sur. En este momento, el tr?fico es bastante intenso, con tr?nsito de coches todo el tiempo. Cruzan una, dos, tres avenidas con grandes dificultades en cada cruce, incluso con el sem?foro en rojo. Aun as?, se enfrentan a todo de buen humor. ?Qu? los impulsa? Entre las principales razones est?n la camarader?a, la amistad, la sed de conocimiento y la empat?a mutua. Es as? porque son m?s que hermanos, son compa?eros en todo momento, formando el equipo de la serie El vidente, la mayor serie de literatura de todos los tiempos, que est? en su cuarta etapa. Todo lo que han vivido antes ha servido de base para el momento presente, donde la dedicaci?n y la fe son las l?neas maestras. ?Podr?n fracasar? S?. Pero no dejan que el miedo sea mayor que el coraje y la esperanza. Podr?n perder, pero no antes de haberlo intentado. En este momento el grupo est? compuesto por el hijo de Dios, Renato, los dos arc?ngeles, una mujer deprimida, una abortista, un ped?filo. Toda la miseria humana estaba presente y continuamente descansaba sobre el pecho de Dios esperando las respuestas. Y avanzar?an a?n m?s. Con la cabeza alta, cruzan una avenida m?s y siguen derecho por la calle Humberto Siqueira, en el barrio de Boa Vista. Al final de la carretera hay un peque?o gueto, formado por unas pocas casas. Manoel los lleva al lugar donde consum?a y traficaba con drogas. Afortunadamente, cuando llegan no hay nadie all?. Entonces ?l dice: –Aqu? est? mi baluarte de soledad y miseria. ?Sabes lo que es luchar y sufrir al mismo tiempo? As? me sent?a cuando suministraba droga a padres de familia. –Lo s?, hermano. Piensa en todo eso como un pasado que no va a volver. Mi padre y yo tenemos los brazos abiertos para recibirte. (El hijo de Dios) –Tengo muchas ganas de creerlo, pero… (Manoel) –?Tienes dudas? Es comprensible. (Rafael) –No dudes. Aldivan puede hacer lo que dice. Lo s? porque lo conozco desde que era un beb?. (Uriel) –Puedo hablar de mi experiencia a su lado. Lo conozco desde hace cinco a?os y en ning?n momento he percibido malicia en ?l. Si hay alguien de confianza, se llama Aldivan Teixeira Torres: el odio, el ego?smo, la vanidad, la falsedad, la rabia, el orgullo, el lujo… son desconocidos para ?l. (Renato) –Conoc? a Aldivan y a los dem?s en Arcoverde, en la catedral de la Liberaci?n. En mi dolor, percib? su gran coraz?n, a pesar de que al principio me negu? a aceptarlo. (Rafaela Ferreira) –Conozco a Aldivan desde hace tiempo. ?Qui?n no conoce en la regi?n las aventuras del vidente? Se ha convertido en un s?mbolo de perseverancia y dedicaci?n a todos. Aldivan, incluso en su grandeza, muestra su maravilloso coraz?n d?ndonos la bienvenida como amigos. Act?a as? porque conoce muy bien la miseria humana, ya que la ha sentido ?l mismo. Tiene mi confianza. (Bernadete Sousa) –Lo que recuerdo de Aldivan en el momento en que nos conocimos es su dedicaci?n y creencia en sus objetivos. Un gran so?ador que nunca desesper? por no haber alcanzado el nivel merecido. (Osmar) –?Lo ves, hermano? No tengas miedo. Todo ha quedado atr?s, y mi ?nico objetivo es verte feliz, libre del vicio. ?Me aceptas? (El hijo de Dios) –S?. Quiero ser tu ap?stol y conocerte mejor. (Manoel Pereira) –?Muy bien! Perm?teme ver un poco de ti. (El hijo de Dios) –Con gusto, maestro. (Manoel Pereira) Aldivan da unos pasos y se pone a su lado, y tan pronto lo toca, el mundo parece detenerse. Aparece la visi?n: "Manoel naci? en el seno de una familia de clase media que viv?a en el centro de Belo Jardim. Sus queridos padres lo acogieron con los brazos abiertos, d?ndole desde peque?o toda la ternura y ayuda material. El ni?o creci? a pasos agigantados. Comenz? a caminar, a hacer las primeras travesuras y a integrarse en el ambiente social. Era un chico educado y tranquilo, pero muy curioso. Este ?ltimo rasgo fue el que siempre lo caracteriz?. ?Ser?a su salvaci?n o su perdici?n?" Êîíåö îçíàêîìèòåëüíîãî ôðàãìåíòà. Òåêñò ïðåäîñòàâëåí ÎÎÎ «ËèòÐåñ». Ïðî÷èòàéòå ýòó êíèãó öåëèêîì, êóïèâ ïîëíóþ ëåãàëüíóþ âåðñèþ (https://www.litres.ru/pages/biblio_book/?art=57160071&lfrom=688855901) íà ËèòÐåñ. Áåçîïàñíî îïëàòèòü êíèãó ìîæíî áàíêîâñêîé êàðòîé Visa, MasterCard, Maestro, ñî ñ÷åòà ìîáèëüíîãî òåëåôîíà, ñ ïëàòåæíîãî òåðìèíàëà, â ñàëîíå ÌÒÑ èëè Ñâÿçíîé, ÷åðåç PayPal, WebMoney, ßíäåêñ.Äåíüãè, QIWI Êîøåëåê, áîíóñíûìè êàðòàìè èëè äðóãèì óäîáíûì Âàì ñïîñîáîì.
Íàø ëèòåðàòóðíûé æóðíàë Ëó÷øåå ìåñòî äëÿ ðàçìåùåíèÿ ñâîèõ ïðîèçâåäåíèé ìîëîäûìè àâòîðàìè, ïîýòàìè; äëÿ ðåàëèçàöèè ñâîèõ òâîð÷åñêèõ èäåé è äëÿ òîãî, ÷òîáû âàøè ïðîèçâåäåíèÿ ñòàëè ïîïóëÿðíûìè è ÷èòàåìûìè. Åñëè âû, íåèçâåñòíûé ñîâðåìåííûé ïîýò èëè çàèíòåðåñîâàííûé ÷èòàòåëü - Âàñ æä¸ò íàø ëèòåðàòóðíûé æóðíàë.