Твоей я не умел сберечь мечты. Аккорды утекли с водою талой. Не суждено. И этой мыслью малой Я утешался, - что со мной не ты. Судьба сжигала за спиной мосты, Тревожило печалью запоздалой, А время прошивало нитью алой Разлук и встреч случайные листы. Отринуть бы десятилетий плен! Смахнуть с чела предсмертную усталость! Тряхнуть... На кон поставить

El Conde De Earlmore

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El Conde De Earlmore Amanda Siemen Las navidades nunca han sido m?s siniestras…?Tendr? Blake alguna oportunidad contra su entrometida hermana, el mu?rdago y la magia de la navidad? Las navidades nunca han sido m?s siniestras… El Conde de Edgemore, Blake Fox, hace lo que le place y ni se le pasar?a por la cabeza el disculparse por ello. Su hermana es su ?nica debilidad. Ladi Minerva. Poco sabe el sobre que, la muy p?cara ,tiene por objetivo el encontrarle pareja y la navidad ofrece la oportunidad perfecta para ello. ?Tendr? Blake alguna oportunidad contra su entrometida hermana, el mu?rdago y la magia de la navidad? Amanda Mariel El Conde De Earlmore EL CONDE DE EARLMORE AMANDA MARIEL Esta es una obra de ficci?n. Los nombres, personajes, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son producto de la imaginaci?n de la autora o se usan de manera ficticia Copyright © 2020 Amanda Mariel Todos los derechos reservados Ninguna parte de este libro puede reproducirse, almacenarse en un sistema de recuperaci?n, o transmitirse de ninguna forma o por ning?n medio, electr?nico, mec?nico, fotocopiado, grabaci?n o de otra manera, sin el permiso del editor Publicado por Tektime TRADUCIDO POR JORGE ALBERTO IGLESIAS JIMENEZ T?TULOS DE AMANDA MARIEL Planes escandalosos Redenci?n escandalosa El Esc?ndalo de la Solitaria Aventura Escandalosa Encantada por el Conde Cautiva Del Capit?n Atra?do por Lady Elianna Georgina, segundo libro de la serie El credo de la dama arquera Josephine, segundo libro de la serie El credo de la dama arquera Su Perfecto Brib?n Una cita bajo la luna Un beso encantador Una Navidad Retorcida Conde de Grayson C?mo besar a un canalla Para mi marido- tu eres mi p?caro reformado favorito. ?Te quiero! AVANT-PROPOS Las navidades nunca hab?an sido m?s p?caras… El conde de Edgemore, Blake Fox, hace lo que le viene en gana y no piensa disculparse por ello. Su ?nico punto d?bil es su hermana, Lady Minerva. Poco sabe el lo que la descarada ha ideado en su cabeza y la navidad ofrece la oportunidad perfecta. ?Tiene Blake alguna posibilidad contra su entrometida hermana, el mu?rdago y la magia de la navidad? CAP?TULO 1 Inglaterra 1816 “Bullocks”, Carstine Greer maldijo por los bajini por haberse torcido el tobillo. Ella se dejo caer al suelo congelado a un lado de la carretera e inhalo profundamente por el dolor que sent?a. Alcanzado a coger el bajo de su vestido ella empez? a arremangarlo para inspeccionar la herida. “Au” ella bufaba mientras trataba de liberar el pie de los confines de su bota. Cada movimiento le mandaba sacudidas de tremendo dolor desde el tobillo hasta la pierna. Ella mir? al camino escarchado culpable de su miseria. Colocando su bota a un lado, Carstine pas? los dedos por la piel hinchada de su tobillo. A pesar del dolor ella sab?a que continuar?a. Carstine se forz? a si misma a mover los dedos del pie y a flexionarlo. Menos mal que no se lo hab?a roto pero le dol?a much?simo. Se hab?a hecho un esguince muy serio, eso seguro. Ella estaba segura de que esto no le hubiera pasado si sus padres le hubieran permitido quedarse en Escocia. ?Por qu? madre hab?a tenido que insistir tanto en que Carstine viniera a Inglaterra? A ella le daba igual la sociedad inglesa, ni ten?a ninguna prisa por casarse. No estaba en contra de buscar marido, pero no ve?a ninguna raz?n por la que ella no pudiera hacer eso en las tierras altas. Un bravo escoces ser?a lo mejor, pens? ella, mientras se pon?a la bota de nuevo con cuidado. El ruido de pisadas de caballos la sac? de su miseria y ella mir? a la carretera cubierta de nieve. Un jinete esta galopando hacia ella a toda velocidad. Ella puedo echar un vistazo al hombre mientras pasaba por su lado, la cola de chaqueta ondeaba al viento, antes de detener su montura y girarse hacia ella. Carstine se qued? observando al jinete descaradamente mientras el jinete se acercaba hacia ella. El era alto y se le notaba que era musculoso y de hombros anchos bajo su chaqueta, ten?a una fuerte mand?bula y unos bonitos ojos azules bajo unas espesas pesta?as. El hombre estaba sentado expertamente a lomos de un caballo enorme de color marr?n. Un bonito esp?cimen, ambos el caballo y su jinete. Carstine esboz? una ligera sonrisa y asinti? al extra?o con la mirada. El hombre tambi?n asinti? como respuesta llamando la atenci?n sobre su tobillo. Sus cejas se arrugaron mientras la inspeccionaba. “Estas herida”. “Si”, asinti? ella y gimi? mientras terminaba de ponerse la bota. “Resbal? en el hielo. Debe de ser un esguince, nada serio” El hombre desmont?. Camin? hacia ella con decididas zancadas. “?Me deja llevarla a su casa?” Carstine sacudi? la cabeza. Ella no era ninguna tonta como para montar a caballo con un extra?o. Menos a?n en un pa?s que no conoc?a. “No voy lejos. Fox Grove esta al doblar la esquina. Puedo llegar”, dijo Carstine. “Tonter?as”, insisti? el, entonces la mir? a los ojos con una sonrisa de seguridad en si mismo. “Blake Fox, Conde de Edgemore a su servicio”. El hizo una reverencia. “Usted debe de ser la nueva criada de la se?ora Minerva. Carstine le mir? entrecerrando los ojos. El hombre se parec?a incre?blemente a la se?ora Minerva. Su tez era m?s clara, pero la forma de almendra de sus ojos y las altas mejillas eran exactamente iguales. Ella se aclaro la garganta. “Es un placer conocerle, se?or, aunque me temo que usted se confunde” “Tonter?as”, el agit? la mano. “Mi hermana me arrancar?a la piel si dejara a su criada en la nieve, encima herida. Venga”, el le ofreci? la mano extendi?ndola. ?Criada? La palabra se repet?a en su mente como el eco, Carstine volvi? a entrecerrar los ojos. ?Qu? era lo que a el le hacia pensar que ella era una criada? Ella mir? su falda mojada y sus zapatos embarrados. Ella podr?a ir un poco desastrada, pero no era un criada. “No sea cabezota”, el se?or Edgemore agit? los dedos de su mano impacientemente. “Venga, le ayudare a subir al caballo.” “No” dijo ella con marcado acento escoc?s. Carstine sacudi? la cabeza. “No cabalgar? con usted”. “Por supuesto que lo har?”. Usted trabaja para mi hermana y por lo tanto es responsabilidad m?a”. El mir? m?s de cerca, la brisa mec?a los mechones dorados que le ca?an casi hasta los hombros. “Se que los escoceses est?is acostumbrados al fr?o, peros se congelara si sigue aqu? por m?s tiempo.” El la cogi? por el brazo y la puso en pie sujet?ndola. “No sea cabezota”. Las mejillas de Carstine se pusieron rojas de rabia. Se apart? e hizo un esfuerzo para ponerse en pie. “Ya le he dicho que no es nada. Su ayuda no es requerida.” El la hab?a insultado y ella no pudo evitar enfadarse. ?Y que ten?a que ver el ser escocesa? ?Acaso pensaba el que era mejor que ella por su herencia? ?Era por eso por el que el inmediatamente pens? que era una sirviente? Carstine ten?a en la punta de la lengua el decirle lo equivocado que estaba. Sin embargo, el pensar en ver como su suficiencia se desmoronar?a cuando ellos fueran debidamente presentados result? demasiado tentador y se trag? sus palabras. El se merec?a una lecci?n y pasar verg?enza, que era lo que le iba a pasar. M?s a?n, ella disfrutar?a a cada momento con su sufrimiento. Una sonrisa se le dibuj? en los labios al imaginarse que eso sin duda superar?a al guapito de cara este. Ella era una chica muy mala. Carstine chill? cuando el conde la ayud? a ponerse en pie y la puso sobre la montura. Le miro, levantando la barbilla desafiante. “No voy a montar con usted”. Ella empez? a bajarse de los lomos del caballo, desliz?ndose hasta el filo de la montura. “No puede obligarme”. Lord Edgemore alcanz? a cogerla por la mu?eca, agarr?ndola por la cintura y coloc?ndola en su lugar. “Me atrever?a a decir que no entiendo cual es su objeci?n. Ni mi importa. Pero no la dejar? congelarse aqu?, ni permitir? que se lesione m?s ese tobillo por continuar andando.” El miro su bota. “Ira a caballo”. “No- “ “Es una orden. El la aup? m?s firmemente en la montura. “Y se lo advierto; No permitir? ninguna discusi?n m?s sobre el asunto”. Carstine dej? escapar u suspiro de irritaci?n. “Entonces yo guiarle al caballo”, ella se?al? a las riendas. “Mientras usted camina” Ella estaba henchida de satisfacci?n cuando Lord Edgemore cogi? las riendas y empez? a guiar al caballo hacia Fox Grove Hall. Este caballero arrogante y presumido podr?a haberla insultado, pero al menos ella se hab?a aprovechado de el. El saber lo que a?n quedaba por venir le hacia mejorar enormemente su estado de animo. Carstine volvi? si atenci?n hacia el campo mientras se relajaba en la montura. Ella pronto se tomar?a cumplida venganza. CAP?TULO 2 Blake Fox, cuarto conde de Edgemore, guio a su caballo de nombre Cruzado y a su enfadada carga por la carretera hasta Fox Grove Hall. El ten?a la intenci?n de llevar a la batalladora, si no guapa mujer hasta la puerta de la sirviente, y despu?s retirarse a su sal?n de billar para tomarse un bien merecido brandy. Estaba calado hasta los huesos. Sin duda la mujer tambi?n estaba sufriendo. Blake no pudo evitar preguntarse si a ella tambi?n le gustar?a el brandi. Si dejaba de estar tan enfadada con el, la invitar?a a tomar una copa. El se atrevi? a lanzar una mirada a la jinete de Cruzado. Ella se sentaba en lo m?s alto de la montura, con los brazos cruzados sobre sus amplios pechos y la cabeza recta. Seg?n su apariencia, ella soportaba el aire helado mejor que lo hac?a el. ?Quiz?s era su enfado lo que la manten?a caliente? El hab?a o?do que la escocesas estaban hechas de otra pasta, aunque nunca se hab?a cre?do los chismes. No cuando los escoceses que el hab?a conocido no se diferenciaban tanto de sus compatriotas ingleses, pero esta mujer… Ella era todo fuego y azufre bajo una bonita figura y ojos cautivadores. La corona de pelo casta?o oscuro creaba el efecto de una aureola en lo alto de su cabeza del diablo, mientras su cara con forma de coraz?n era igualmente enga?osa. El quer?a que fuese suya. El descubri? le dej? boquiabierto y volvi? de nuevo su atenci?n hacia la carretera. Pero entonces ?Por qu? no tendr?a el querer a la muchacha? Era sorprendente y una autentica fiera. Sin duda, la mocosa deb?a de ser muy buena en la cama. Siempre, por supuesto que la pudiera hacer cambiar su opini?n sobre el. Quitarle el deseo de colgarle y tambi?n sus faldas. Blake se gir? para mirarla. “?C?mo se llama?” Ella sonri? maliciosamente como si guardara un secreto, y entonces dijo. “Se?orita Carstine Greer”. “Oh, que bonito nombre para mujer igualmente bonita”. Ella levant? la barbilla un poco m?s, sus brillantes ojos verdes estaban llenos de indignaci?n. A pesar de su aparente disgusto por sus halagos, una peque?a sonrisa dio curv? sus labios. Blake no puedo evitar tomarle el pelo. “Parece que no esta usted acostumbrada a los halagos. Ciertamente es una lastima.” “Todo lo contrario, milord. He tenido que sufrir de m?s floridas alabanzas de las que cualquier dama deber?a soportar.” Carstine le aguant? la mirada, fijamente, pero no totalmente de manera hostil. En ese momento, el se decidi?. La insolente Carstine estar?a en su cama para navidad. Ella le suplicar?a por sus halagos y se morir?a de deseo por sus besos. Ella ser?a suya, y ciertamente, esta ser?a una feliz navidad. Por lo menos una ampliamente placentera. “?Dios m?o!” ?Qu? ha pasado Carstine?” Blake se qued? parado al o?r el agudo sonido de su la voz de su hermana Minerva. El se gir? ligeramente para verla correr hacia ellos. “?Por qu? vas montada en el caballo de Blake? ?estas herida?” Gritaba Minerva mientras corr?a hacia ellos, con sus rizos casta?os agit?ndose con cada zancada. “Resbal? sobre el hielo y me he torcido el tobillo. Un esguince. “No es nada Dinna tranquila.” Contest? Carstine. Blake se gir? hacia un criado que hab?a seguido a Minerva desde la casa y dijo, “Ayude a la mujer a bajar. Ll?vela al piso de abajo y cuide de que este bien atendida.” “?Al piso de abajo! Grit? Minerva de indignaci?n. ?Por qu? la has mandado ah?? Minerva mir? al criado. “El se?or se ha equivocado. Por favor, lleva a Minerva a la habitaci?n de invitados y aseg?rese de que Madre este informada.” “?Habitaci?n de invitados?, Blake levant? una ceja pidiendo explicaciones.” “Si, su habitaci?n de invitados. Carstine es la invitada de Madre. Su pupila, de hecho.” Minerva entrecerr? los ojos al mirarle. ?Qui?n cre?as que era ella? “Piensa que soy su sirvienta, milady” “?Mi sirvienta? Minerva le peg? un manotazo en el brazo. “Ser?s idiota. ?No se pensaste en preguntarle quien era?” La mirada de Blake cambiaba entre Minerva y Carstine. ?La pupila de Madre? ?Por qu? diantres ella no me lo ha dicho? ?Y por que iba vestida como la mujer de un pescadero? El calor le empez? a subirle por la barbilla. Una mezcla de rabia al ser enga?ado y verg?enza por su error recorrieron su cuerpo. El dio un suspiro mientras volv?a su atenci?n hacia Minerva. “Estaba m?s preocupado por su herida que por su identidad”, confes? Blake. “Todo lo contrario”, dijo Carstine mientras el sirviente la llevaba hacia las escaleras. “Fue demasiado prepotente para preocuparse. Intent? cont?rselo, pero no me hac?a caso.” “?Blake!” Minerva le mir? con el ce?o fruncido. Ella mir? con expresi?n dubitativa. Ella le hab?a ganado eso estaba claro. Le hab?a hecho quedar como un idiota y parec?a bastante satisfecha por ello. El estaba seguro de que esa mirada petulante desaparecer?a cuando la tuviera en su cama. “?Esto era la guerra!” Minerva le peg? un codazo devolvi?ndole a la realidad. “Disc?lpate”, le pidi? Minerva. “Muy bien” Blake se gir? hacia Carstine y en tres grandes zancadas, lleg? hasta donde ella se encontraba. M?s que hablar, el cogi? de brazos del criado. Ella inmediatamente puso r?gida en sus brazos, pero no quiso hacer un escandalo. “Le pido disculpas por mi error. D?jeme compensarla llev?ndole a sus aposentos.”. Dijo el en un tono fr?o y plano. “Eso no es correcto en absoluto”, grit? Minerva desde detr?s suya, pero Blake la ignor? mientras llevaba su carga hacia dentro de la casa solariega. El sab?a que estaba siendo incivilizado, pero en ese momento no le importaba. El arreglar?a las cosas despu?s con Minerva. Ahora mismo el ten?a una teor?a que probar. Carstine ten?a que reconocer que el no era un hombre que ella debiera menospreciar. El era el se?or de la casa. Blake sub?a las escaleras de dos en dos, manteniendo firme su agarre en Carstine. El exuberante tacto de su cuerpo entre sus brazos creaba el caos en sus sentidos. Su pulso se incrementaba mientras el deseo le pose?a amenazando con vencer su buen sentido. Por su parte de ella su descaro segu?a inalterado. Su mirada fr?a y cuerpo inerte excepto por el zarandeo causado por el movimiento. Esto solo serv?a para ponerle m?s de los nervios. El caminaba por el rellano, su mirada volaba entra las puertas que se alineaban a ambos lados del pasillo. ?Qu? habitaci?n? El pregunt? entre dientes. “La tercera por la derecha”, contest? Carstine como si no hubiese nada extra?o en la situaci?n. Blake se dirigi? precipitadamente hacia la habitaci?n que ella le hab?a indicado, entonces la empuj? con la cintura antes de entrar. El se dirigi? a la gran cama de doseles. Una vez all?. Una vez all?, el se tom? un momento para acercar la boca a su oreja y susurrar, “Esto no se ha acabado a?n, preciosa”. Antes de que ella pudiera reaccionar la deposit? en la cama si fuera un bulto y se dio la vuelta para marcharse. Como una peque?a y enfadada sombra, Minerva esta detr?s suya le cogi? por el brazo con la mano y tir? de el. “Tenemos que hablar”. Blake permiti? a su hermana sacarle de la habitaci?n, pero una vez que ellos salieron al rellano el retom? el control, llev?ndola hacia la habitaci?n de jugar al billar. El la dejar?a hablar todo lo que ella quisiera. El nunca le negaba nada a Minerva- nunca hab?a podido. Pero mientras ella le llenaba la cabeza con su ch?chara, le se llenar?a el gaznate de buen brandi. Cuando llegaron a la habitaci?n de billar, Blake sujet? la puerta para que Minerva pudiera entrar. “Se buena y s?rveme una copa de Brandi, antes de que me marees la cabeza.” Dijo el mientras se dejaba caer al sof? mas cercano al hogar. Minerva agit? la mano. “No tengo ninguna intenci?n de marearte la cabeza hoy”. Minerva caminaba hacia el aparador de madera macizo. “No a mi hermano favorito”. “Soy tu ?nico hermano”. Contest? Blake arrastrando las palabras. “Por eso no es extra?o que seas mi favorito”. Ella cogi? un decantador de cristal y ech? una cantidad del licor ?mbar en un vaso de cristal. Blake no puedo evitar sonre?r. Minerva sab?a como hacerle re?r, aunque fuera la ultima cosa en el mundo que a el le apeteciera hacer. Ella cruz? la habitaci?n y le entreg? el vaso de cristal antes de sentarse a su lado. El tom? un largo trago disfrutando de la manera en la que el brandi le quemaba por dentro, entonces volvi? su atenci?n hacia ella. “Si no quieres chillarme, ?entonces de que quieres hablar conmigo? “Carstine, por supuesto.” Minerva sonri? con dulzura. Blake suspir?. “En efecto”. Dijo el antes de levantar el vaso de cristal hasta sus labios. El se tem?a que un vaso no ser?a suficiente para satisfacerle. “Parece que vosotros dos hab?is empezado con mal pie”. Dijo ella. “Por decirlo de manera suave”. Blake agit? el licor en su vaso. “Quiero que le des una oportunidad. Demu?strale que lo sientes de verdad y se amable con ella. ME complacer?a que os llevarais bien.” Dijo Minerva con ojos implorantes. “?Y como piensas que voy a conseguir eso? Le pregunt? Blake antes de tomar otro largo trago. Minerva inclin? la cabeza hacia un lado pensativa. Blake se prepar? para lo que pudiera venir. Si el conoc?a a su hermana, y el estaba seguro de hacerlo, ella idear?a un plan de rechupete. Uno que le no tendr?a m?s hacer que seguir si es que deseaba escapar a su ira. Ella sonri? y le rode? el brazo con las manos. “Ya lo tengo”. “Oh ?S??, Blake fingi? un falso entusiasmo, entonces se llev? el vaso de brandi de nuevo a los labios. Sin duda ser?a alg?n tipo de embuste. “La vas a invitar a salir” “?Lo har??” Blake arque? una ceja. Minerva sonri? de oreja a oreja. “Lo har?s. ?Un paseo en trineo quiz?s? Su mirada se volvi? especulativa durante unos instantes, y entonces sonri?. “Si. Un paseo en trineo ser? una manera perfecta de que os conozc?is el uno al otro”. Blake tamborile? los dedos en el brazo del sof?. “?Perfecto?” Eso es algo totalmente disparatado, es lo que el quer?a decir, pero no quiso llegar tan lejos para no enfadar a su hermana. “Si, perfecto”, repiti? Minerva. “Es una manera respetable de que est?is a solas. Eso te permitir? volver a disculparte de nuevo y mostrarle el caballero tan delicioso que puedes ser.” Minerva sonri?. Esta vez el jubilo alcanz? a sus ojos azules color cielo. “Ella es una muchacha esplendida. Si le das una oportunidad, lo veras. Carstine es imposible no gustarle a alguien.” Blake se termin? el vaso antes de volver sui atenci?n hacia Minerva. “Me temo que la suerte esta echada en este caso.” “Tonter?as hermano”, ella se desliz? en el sof? para acercarse m?s a el. “Hazlo por mi. Por mam? tambi?n. Ella no desea que no te guste su invitada. A ella le encanta Carstine, ya sabes.” “Vaya, si que debe de gustarle. No ten?a ni idea.” El respondi? arrastrando las palabras. “Bueno pues si. Resulta que Carstine es la hija de su querida amiga, la se?ora Leticia Greer. Seguramente recordaras a Madre hablar sobre ella.” Blake se qued? pensando, pero no pudo acordarse de ese nombre. “Me temo que no”. Minerva cogi? su vaso y fue hacia el armario. “Eran amigas de la escuela. Leticia es inglesa, pero se cas? con un terrateniente escoc?s. Ella y Madre han estado en seguido en contacto todos estos a?os a pesar de las millas y millas que las separan.” Minerva rot? su mu?eca apret?ndose la mano. “Cuando Leticia escribi? a Madre compartiendo su deseo que Carstine pasara una temporada en Londres, Madre apenas pudo evitar a ofrecerse a encargarse de la chica.” “T?pico de Madre”. Blake acept? el vaso, entonces recorri? con su dedo el filo del vaso de cristal mientras pensaba en lo que Minerva le hab?a dicho. Carstine era una muchacha escocesa de sangre inglesa y la hija de la mejor amiga de su madre. El suspir?. Por mucho que le fastidiara, el tendr?a que intentar arreglar su relaci?n con ella. “De hecho a Madre siempre le ha gustado este tipo de cosas, ?ves por que os deber?ais de llevar bien?” Blake aguanto la mano en el aire con resignaci?n. “Has ganado, querida. No hay necesidad de continuar con esto”. “?Entonces la invitaras a dar un paseo en trineo?” “Tan pronto como se haya curado”, acord? Blake, entonces tom? otro largo trago de su brandi. Llevarse a la cama a la fiera muchacha esta totalmente fuera de todo cuesti?n. El tendr?a que encontrar una manera m?s civilizada de arreglar cuentas con ella. El se llev? el vaso a los labios. No, el tendr?a que olvidarse de su venganza. Tomando otro largo trago, no pudo evitar si no pensar que su anterior predicci?n hab?a sido err?nea. Estas no ser?an unas felices navidades, ni de lejos. Ser?an sin duda, unas irritantes, de hecho. Las mujeres de la casa se encargar?an de ello tan cierto como que caer?a nieve. “?Blake?” “?Te encuentras bien?” “Por supuesto”, el agit? la mano mientras se recostaba en el sof?. “Se bueno y ves a anunciarle la invitaci?n.” Minerva resplandec?a de alegr?a. “Y con placer”. CAP?TULO 3 El coraz?n de Blake se salt? un latido cuando Carstine apareci? en el porche. El antes ya pensaba que era una belleza, pero ahora vestida como una verdadera dama y sin un solo pelo despeinado ella estaba cautivadora. Su mirada recorri? la capucha forrada de piel de su capa color zafiro que le llegaba hasta los pies, sin perderse ni una sola curva o detalle. Sus ojos centelleaban, ten?a los labios rosados y regordetes y ten?a sonrojadas las mejillas, seguramente debido al aire fr?o. El trago saliva para mitigar la sequedad de su garganta mientras ella se acercaba, entonces extendi? su mano. “?Me permite? Carstine le mir? a los ojos, pero no cogi? su mano. “Creo que a?n tiene m?s sapos que tragar antes de que yo consienta ir a ninguna parte con usted”. Su dulce sonrisa daba fe que iba totalmente en serio. Конец ознакомительного фрагмента. Текст предоставлен ООО «ЛитРес». Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию (https://www.litres.ru/pages/biblio_book/?art=57159241&lfrom=688855901) на ЛитРес. 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