Ðóññêèé ÿçûê – àçû ìèðîçäàíèÿ, Ìóäðûé ñîâåò÷èê, öåëèòåëü è ìàã Äóøó ñîãðååò, îáëåã÷èò ñòðàäàíèÿ Îò ìóñîðà â í¸ì îñòà¸òñÿ ëèøü øëàê. Ñ àçîâ íà÷èíàëè è âåäàëè áóêè, Ñìûñëîì âñåãäà íàïîëíÿëèñü ñëîâà, Àçáóêà – ýòî íå òîëüêî çâóêè, Îáðàçû, öåëè, ïîñòóïêè, äåëà. Âåäàé æå áóêâû – ïèñüìà äîñòîÿíèå, Ìóäðîñòü ïîñëàíèé ïðåäêîâ ñëàâÿí, Ãëàãîë Áîæèé äàð – ïîçíà

El C?digo De Dios

El C?digo De Dios Aldivan Teixeira Torres Felipe es un hombre victorioso en todos los aspectos de la vida. Nada m?s puede desear ser feliz hasta que algo terrible suceda. La nueva situaci?n provoca una gran revuelta en su mundo. Perdido, se encuentra por casualidad con el pensamiento de un joven inocente. Sus palabras son tan reconfortantes y optimistas que abren una nueva perspectiva en medio de tanto dolor, y luego se lanza el siguiente reto: ?Podr?a entender la voluntad de Dios y, en consecuencia, descifrar su c?digo? Aldivan Teixeira Torres El C?digo de Dios EL C?DIGO DE DIOS Aldivan Teixeira Torres El c?digo de Dios ____________________________ Por: Aldivan Teixeira Torres ? © 2019-Aldivan Teixeira Torres Traductor: Arturo Juan Rodr?guez Sevilla Rese?a: Aldivan Teixeira Torres Correo electr?nico: [email protected] __________________________________________________________________________________ Este libro, incluyendo todas sus partes, est? protegido por derechos de autor y no puede ser reproducido sin el permiso de Autor, revendido o transferido. Calificaciones acad?micas: Licenciatura en Matem?ticas con especializaci?n en la misma ?rea. ___________________________________________________________________________ ? Breve biograf?a: Aldivan Teixeira Torres, nacido en Arcoverde- PE-Brasil, cre? la serie "El Vidente", la serie hijos de la luz, la poes?a y los guiones. Su carrera literaria comenz? a finales de 2011 con la publicaci?n de su primera obra rom?ntica Fuerzas Opuestas; por cualquier raz?n dej? de escribir reanudando su carrera en el segundo semestre de 2013. Desde entonces nunca ha parado. Espera que su escritura contribuya a la cultura pernambucana y brasile?a, despertando el placer de la lectura en aquellos que a?n no tienen el h?bito. Su lema es "Por la literatura, la igualdad, la fraternidad, la justicia, la dignidad y el honor del ser humano para siempre". Dedicatoria Dedico este trabajo a todos los altruistas, pensadores, fil?sofos, escritores que contribuyeron a la elevaci?n moral de nuestra sociedad. Sin embargo, he notado que hay mucho que hacer en todos los aspectos y por lo tanto tom? la decisi?n de publicar un c?digo dirigido al engrandecimiento de todos. Tambi?n me dedico a la gente com?n de todas las clases que con mucho juego de cintura pueden sobrevivir en un pa?s de buena teor?a, pero no de pr?ctica. Y sobre todo recomiendo la lectura para aquellos que a?n no han encontrado el sentido de la vida ni el conocimiento de las fuerzas benignas del universo que normalmente llamamos Dios. Gracias Agradezco a todos los amantes de la literatura y especialmente a los que acompa?an mi trayectoria personal y la de mi proyecto "El Vidente". No ser?a nada sin ti. Tampoco puedo olvidarme de la familia, los amigos, los parientes, los conocidos, los compa?eros de trabajo que siempre est?n presentes de una forma u otra. Sois parte de m?. Y antes que nada, agradezco al padre creativo que, desde mi nacimiento, me cuid? y me anim? de una manera especial. Se lo debo todo a ?l. En este camino, camin?, intent?, tropec?, pero me inclin? m?s. Es como dice el dicho: "?l no quit? las piedras para que yo pudiera aprender del fracaso y pasar por los procedimientos necesarios para la victoria." De todos modos, gracias a todas las fuerzas visibles e invisibles que me acompa?an. ? "Un esp?ritu de lo alto se derramar? sobre nosotros de nuevo. Entonces el desierto se convertir? en un jard?n y el jard?n ser? considerado un bosque. En el desierto morar? la ley, y la justicia en el jard?n. El fruto de la justicia ser? la paz. De hecho, el trabajo de la justicia resultar? en tranquilidad y seguridad permanentes". (Isa?as 32,15-17). Introducci?n El c?digo de Dios cuenta una aventura de amigos en el desierto y su objetivo final es guiar al lector a una reflexi?n sobre c?mo llevar a cabo su relaci?n con Dios y si ambas partes est?n satisfechas. ? El punto central – la historia de Felipe – nos coloca frente a cuestiones importantes de nuestra fe como creer en Dios incluso en las crisis, dolores y tragedias de la vida. El desarrollo de la historia, las experiencias vividas, las acciones de Yahv? forman un interesante conjunto de elementos que pretenden dar una lecci?n a todos aquellos que, como Felipe, perdieron el camino de la vida, conduci?ndolos a una nueva etapa capaz de darles la fuerza necesaria para seguir viviendo y aprovechando la existencia de la mejor manera posible. Si lo que he escrito ayuda, aunque sea a una sola persona, estoy satisfecho con el trabajo realizado en la elaboraci?n del libro. Buena lectura. El autor. Parte I – Inicio Tragedia ? En la antig?edad hab?a una simple familia de clase media que resid?a en la zona rural del municipio de Arcoverde-Brasil con el apellido Andrade Correia. La familia estaba formada por cinco personas: Philliphe Andrews, el padre; Ang?lica, la madre; Samantha, Constantino y Bartolom?, sus hijos. Durante mucho tiempo, vivieron en paz. Philliphe era el tipo de padre distante, muy apegado al trabajo, que normalmente s?lo prestaba m?s atenci?n a su esposa e hijos los fines de semana. Era poco, pero nadie se quej?, porque era un mal necesario. Todo estaba sucediendo dentro de la normalidad hasta el d?a fatal. Fue al final del a?o escolar, cuando toda la familia se reuni?, empac? sus maletas, subi? al auto y parti? para el fin de semana para alejarse de la monoton?a de la vida cotidiana. Al principio, no pas? nada inusual. Estaban cruzando las barreras de la transitada carretera BR 232 y llegando cerca de Caruaru, al final de una curva, fueron sorprendidos por otro auto que ven?a hacia ellos. Resultado Colisi?n frontal, con los coches saliendo del carril principal. El rescate lleg? r?pido, todos fueron enviados al hospital en la capital de la dureza con la ayuda de los bomberos que son expertos en estado de emergencia cuando llegan all?. Se hicieron los primeros esfuerzos para restaurar su salud y algunos tuvieron que ser remitidos a la UCI. Dentro del hospital, pasaron dos d?as y desafortunadamente el accidente hab?a resultado en fatalidades: Cuatro de la familia Correia y otro de la familia Gouveia, ocupantes del otro veh?culo. Del primero, el ?nico que qued? fue Philliphe. Todav?a no sab?a, por lo tanto, que su estado de salud requer?a atenci?n. Poco despu?s, las heridas se estaban curando, y cuando los m?dicos se dieron cuenta de que estaba bien, le dieron la mala noticia de que hab?a perdido a toda su familia en el tr?gico accidente. La reacci?n pas? de la conmoci?n inicial a la revuelta. ?Y ahora? ?Qu? har?a ?l? Lo primero que hizo fue colaborar en todo lo posible para lograr una recuperaci?n m?s r?pida. El objetivo era alejarse del triste y macabro lugar del hospital. Con una semana de esfuerzo, finalmente fue liberado y lo primero que hizo fue llamar a un taxi. Esper? otros quince minutos a que llegara el conductor, un dosel azul, y a bordo del mismo salud? al conductor e indic? su destino: La estaci?n de autobuses. A su se?al, el coche inmediatamente se fue y se enfrent? a un tr?fico pesado y lleg? en quince minutos al lugar deseado. Philliphe pag? la carrera, se despidi? y baj?. Se dirigi? a la cabina donde le informaron que el pr?ximo autob?s a Arcoverde llegar?a en una hora. Para pasar el tiempo, cruz? la avenida, tom? jugo con pan de queso en la cafeter?a y a?n as? tuvo tiempo de pasar a una peque?a librer?a donde compr? sus revistas favoritas. Despu?s, cruz? la avenida en la direcci?n opuesta y regres? a la estaci?n de autobuses. Compr? el billete y esper? un poco m?s. Al llegar el autob?s con destino a su amado Arcoverde, no perdi? el tiempo, entrando inmediatamente eligiendo uno de los asientos delanteros. Esper? un poco m?s y finalmente arrancaron. Este fue el comienzo del viaje de regreso. Durante el largo viaje, tuvo tiempo para reflexionar sobre el estado actual, convers? con el vecino de sill?n y aprovech? para leer las revistas que hab?a comprado. Cuando se sinti? cansado, tom? una siesta. Tres horas m?s tarde, se despert? con los golpes del coche y se dio cuenta de que estaba cerca de su tierra, el amado Arcoverde de tantas historias. Momentos despu?s, sostiene la maleta, golpea en la cabina del conductor y pide que se detenga. El conductor obedece las paradas de autob?s y finalmente desciende, hacia su lugar (quince metros), cerca de la ciudad del Caribe. Sosteniendo lo que quedaba de las maletas, tarda otros quince minutos en llegar a su casa, y cuando llega, cae exhausto en la cama. Trataba de dormir para aliviar su mente agitada y s?lo se levantaba el otro d?a para darle un destino a su pobre vida. La densa noche en la vida de Philliphe Abajo. Philliphe se despierta, se ba?a, se cambia de ropa, prepara y desayuna (pan con huevos), se cepilla los dientes y se va a la ciudad donde iba a realizar su funci?n p?blica. Su posici?n fue la de auditor fiscal de la finca estatal, de alta jerarqu?a y remuneraci?n, fruto de sus esfuerzos de concurrencia. En veinte minutos en coche, con su propio coche, llega a su lugar de trabajo, el polo de la granja estatal de Arcoverde, un gran edificio de dos pisos. Despu?s de pasar la puerta de entrada, pasa por un pasillo y otra puerta y luego tiene acceso al vest?bulo principal donde se ubican los grupos de trabajo. Saluda gentilmente a sus colegas y se siente reconfortado por el apoyo sobre la tragedia. Se lo agradece y empieza a trabajar duro. Pas? unas ocho horas en el lugar y fuera del trabajo con compa?eros y a su vez no se produjo ninguna anomal?a. Cuando termina sus tareas, se despide, hace lo mismo al sentir lo contrario, va m?s all? de la puerta de entrada y salida, y se dirige al auto que est? estacionado en la calle vecina. Cuando llegaba, se acomodaba en su asiento, encend?a el fuego, y luego proced?a a resolver algunos asuntos pendientes y luego se iba. Toma la avenida principal del centro de la ciudad, se dirige al buen barrio y unos momentos despu?s tiene acceso a la carretera BR 232. Con una velocidad moderada, s?lo se tarda quince minutos en llegar a casa. Mantiene el coche en el garaje, se acerca a la puerta, usa la llave para abrirlo y dentro de la casa va a la cocina y al llegar al lugar toma el almuerzo listo. Calentar la comida en la estufa y alimentar a toda prisa su hambre. Al final del almuerzo, se encargar? de las actividades dom?sticas y del lugar por el resto del d?a. Al principio, decide dormir. En los otros d?as siguientes, la rutina se repite. A pesar de ser completamente normal, su vida hab?a cambiado de pies a cabeza despu?s de la tragedia. Viv?a s?lo del trabajo a casa, lejos de los amigos, de la religiosidad y de s? mismo. De todos modos, ya no cre?a en nada. Psicol?gicamente, Philliphe estaba devastado, hundido en un desierto sin fin. En cada momento se preguntaba: ?Qu? pecado hab?a cometido para caer en tal desgracia? ?Por qu? Dios no hab?a perdonado a su familia? ?Qu? har?a con su vida ahora que estaba solo? ?Hubo alguna posibilidad de recuperaci?n? No importaba cu?nto tiempo pasara, no encontraba soluci?n a sus problemas y la soledad que lat?a cada vez m?s fuerte en su pecho. Viv?a en una noche muy densa donde s?lo hab?a desesperaci?n. ?Adelante, guerrero, no te rindas! El libro El tiempo avanza un poco m?s y el estado mental de Felipe es el mismo: no pod?a hacer frente a los cambios dr?sticos de su vida. Consciente de que nada pod?a cambiar, su inconsciente era incontrolable y hablaba m?s fuerte. Era parte de su personalidad y estaba intr?nsecamente ligada a las influencias de su Maktub. Fue all? donde ocurri? algo interesante e inusual: En la fecha en que cumpli? seis meses de la tragedia, buscando en Internet despu?s de la cena, encontr? un sitio web de una editorial y un libro que realmente llam? su atenci?n porque trataba espec?ficamente de un tema que era un poco la vida des?rtica de sentimientos y esperanzas que viv?a en el momento presente. El t?tulo era "La noche oscura del alma" y el autor se llamaba Aldivan Teixeira T?rres. Instigado, decidi? comprar el libro, haciendo el registro en el sitio web y despu?s de todos los procedimientos que imprimi? el billete porque ser?a una buena oportunidad para aprender y viajar; un poco enriquecedor de sus conocimientos y que sabe c?mo ayudarle a despertar un poco. Esa era la apuesta. Sigui? navegando un poco por Internet, incluyendo redes sociales, sitios de noticias, f?tbol, chat en salas de chat, escuchando m?sica e investigando un poco para ayudar en su vida diaria a su profesi?n. Sin embargo, incluso cuando la sesi?n de navegaci?n hab?a terminado, la cuesti?n del libro no se le escap? de la cabeza. Cansado desde el d?a en que lo hab?an atropellado, se dirigi? al dormitorio para dormir. Se acerc? a la cama y antes de irse a la cama, record? el billete que hab?a impreso. Lo guardaba en su bolso para que no se olvidara de pagarlo el otro d?a. Despu?s del acto, finalmente se relaj?. La noche siguiente, lleg? el amanecer, y alrededor de las seis de la ma?ana, Felipe finalmente se despert?. Como de costumbre, se levant? r?pidamente, se estir?, fue al ba?o, se duch?, volvi? a su habitaci?n, se puso ropa limpia y un zapato de gamuza marr?n que hab?a comprado, fue a la cocina y lleg? all?, hizo huevos con tocino, rellen? el pan a?adiendo cuajada. Luego comi? algo de fruta y qued? satisfecho. Se lav? los dientes, se lav? la cara, fue al ba?o a defecar y, al final del acto, se acerc? al fregadero de la cocina y se lav? las manos. Como era vanidoso, se dirigi? a la habitaci?n y junto al espejo de su armario ten?a enormes ropas, cuid? los ?ltimos detalles, que inclu?an el tratamiento de la cara con cremas, el uso de perfumes finos con fragancia de rosas, y finalmente peinar el cabello que era un poco sibilante. ?Preparados! Ahora pod?a ir al garaje, coger su coche grande e ir a trabajar en su amado Arcoverde. Y eso es lo que hace. A pesar de su descontento con la vida, siempre ha sido responsable con sus compromisos y el trabajo no es una elecci?n, sino una cuesti?n de necesidad. Frente al tr?fico normal en el carril BR 232 y en el ?rea urbana de la ciudad, finalmente llega al trabajo despu?s de quince minutos de esfuerzo. Con gran educaci?n, ingresa a la instituci?n y desea un buen d?a a todos sus colegas de trabajo. No todos son rec?procos, pero no importa. Ya hab?a hecho su parte. Comienza con su trabajo burocr?tico y cuando se le pregunta, se va con el equipo. Con gran profesionalidad y competencia, destaca entre la multitud. Deb?a ser felicitado por su integridad y honor siempre puesto a prueba. Al final de las ocho en punto, golpe? el punto y se fue. Como de costumbre se ocupar? de otros asuntos personales en bancos, instituciones financieras, casas de loter?a, tiendas, etc. Paga el billete para el libro y finalmente se va a casa. Esta vez, encuentra un tr?fico congestionado, pero sin embargo llega a tiempo a casa para ocuparse de los asuntos dom?sticos y pendientes. Ahora estaba solo y absolutamente todo estaba sobre su espalda. Por la noche, todav?a tiene tiempo para acceder a Internet y comprobar la confirmaci?n de pago del libro en la p?gina web. Ahora todo lo que quedaba era esperar y descubrir lo que Aldivan Teixeira T?rres, el vidente, quer?a hacer. Mientras so?aba con la llegada del libro, se fue a dormir a eso de las 11:00 p.m. Un d?a m?s cumplido en una soledad e incomprensi?n profunda. Veinte d?as despu?s Un poco de tiempo se pasa dentro de la normalidad en la vida solitaria de Philliphe entre el trabajo, las actividades sociales, la vida en el hogar, los fines de semana y el ocio. Completando exactamente seis meses y veinte d?as despu?s de la tragedia, viniendo del trabajo, los vecinos le notifican que hay algo para ?l esperando a ser recogido en los correos de la Aldea del Caribe. Inmediatamente, ver? lo que es al salir de su casa. En la ruta corta, cruza la carretera, y sube por el camino de 1,5 km (un kil?metro y medio lleno de curvas) que la separa de la mencionada aglomeraci?n urbana. En el camino, adem?s de encontrar a varios conocidos y saludarlos, tiene la oportunidad de reflexionar, analizar y reflexionar sobre las posibilidades. ?Qu? le esperaba en la oficina de correos? ?Se trataba de una carta de parientes lejanos del Sur que no hab?an o?do durante alg?n tiempo? ?Un cargo? ?O incluso una inesperada declaraci?n de amor? Estas y otras hip?tesis llenaron su mente en ese momento. ?Suficiente! Dice Philliphe por dentro. Reuniendo una fuerza nunca antes vista, recupera la tranquilidad perdida y limpia su mente perturbada. Decide apresurarse, cruza la ?ltima curva y se acerca a las primeras casas. Su ansiedad estaba a punto de terminar. Con otros trescientos metros, entra en la calle principal, gira a la derecha y m?s de cinco casas, llega al edificio donde funcionaba la oficina de correos. Lleno de educaci?n, se excus? al entrar en la habitaci?n y se puso en contacto con el funcionario a cargo, su Xavier, un anciano de unos 60 a?os, blanco, sin afeitar, de vientre ancho, espalda ancha, pelo negro escurrido, mejillas arrugadas, brazos gruesos y firmes, ojos verdes, postura erguida, vestido con camisa de algod?n amarilla, gafas de sol oscuras, gorra, reloj atado, vaqueros, cintur?n de cuero, zapato social negro y calzoncillo marr?n que mostraba un poco, siendo muy conocido en la regi?n. Entonces se inicia el di?logo: – Buenas tardes, Xavier, ?tienes alguna correspondencia para m?? ? -Buenas tardes, Philliphe. Usted tiene un pedido de S?o Paulo enviado por un editor. ?Es un libro? ? -Oh, lo s?. Es un libro. Veamos. Philliphe se acerca, firma un formulario de doble sentido, recoge el paquete y comienza a desenvolverlo. A pesar de su pobre habilidad, pierde poco tiempo en la operaci?n. Una vez retirado todo el papel que involucra la mercanc?a, realiza un r?pido an?lisis del producto y lo presenta al interesado. – Este libro de t?tulo "La Noche Oscura del Alma" me interes? mucho. Por lo tanto, la sinopsis presenta un poco del per?odo en el que nos alejamos de Dios, vivimos en pecado y ense?amos las formas de recuperaci?n. Quiero aprender de ?l y qui?n sabe c?mo superar mi mal momento. (Philliphe) – Entiendo. Muy interesante. ?Qui?n es el autor? – Aldivan Teixeira Torres, vidente com?n o hijo de Dios. – ?Puedo echar un vistazo? – T? puedes. P?nte c?modo. Philliphe entreg? el libro a Xavier, quien lo examin? r?pidamente. Al final regres? y coment?: – Muy buena elecci?n. Yo tambi?n quiero comprar. ?C?mo puedo obtenerlo? – En Internet, en la p?gina web de la editorial que viste. Se realiza un registro y se imprime un ticket. Vale la pena! – Lo tengo. Gracias. ° -… De nada. Ahora tengo que irme. – Nos vemos. – Hasta… En silencio, Philliphe dej? la oficina de correos y regres? de la misma manera. Frente a un poco de sol y polvo, super? los mismos obst?culos que antes. Con treinta minutos de esfuerzo, completa todo el viaje, entra en la casa, pasa por la habitaci?n y el pasillo y llega a la habitaci?n. Se sienta en una silla junto a una peque?a mesa y pacientemente comienza a hojear el libro, que tiene m?s de trescientas p?ginas. Durante dos horas, tiene la oportunidad de viajar un poco y salir de la dura rutina y soledad que la vida le impuso. Le gusta mucho y al final la guarda y promete reanudar la lectura el otro d?a a la misma hora. Despu?s, prepara su cena, se alimenta, va a ver la televisi?n, escucha m?sica, navega un poco por Internet y cuando se cansa, finalmente se va a dormir. Los pr?ximos d?as prometen. La experiencia de Philliphe Pasa otra semana con Philliphe cumpliendo con todas sus obligaciones de trabajo en el sector p?blico, en la obra, en las tareas dom?sticas, en las relaciones profesionales y personales, y en las actividades de ocio. Su vida hab?a sido agitada y solitaria desde que perdi? a sus seres queridos en la tragedia. ? Con la llegada del fin de semana, tuvo m?s tiempo para completar el trabajo pendiente y completar la lectura del libro que lo instigaba cada vez m?s. El domingo lleg? a su fin y concluy? que val?a la pena comprarlo. Con ella hab?a aprendido un poco de la dualidad luz-oscuridad, los pecados mortales de la parte densa de la noche oscura, las luchas, los fracasos y las conquistas de los protagonistas, el valor del perd?n y la posibilidad de recuperaci?n, y sobre todo se asombr? de la sensibilidad del autor. ?C?mo quer?a conocerlo y aprender de ?l! ? Maneja el libro con m?s cuidado y en una de las notas adquiere el contacto de Renato, compa?ero de aventuras del autor del libro. Sin pensarlo mucho, decide internamente buscarlo porque no estaba tan lejos, la Serra do Ororub? en Mimoso-Brasil. El objetivo era pedirle ayuda, conocer al vidente y qui?n sabe c?mo deshacerse de las pesas que siempre hab?a llevado y que se ve?an agravadas por la tragedia que hab?a ocurrido. ?Estaba decidido! Llama a su jefe, le dice que est? de viaje y no sabe cu?ndo volver?. En respuesta, ?l tiene todo su entendimiento y es liberado por 15 d?as. Despu?s, inmediatamente comienza a empacar sus pantalones, shorts, calzoncillos, sandalias, zapatos, camisas, calcetines, gorras, gafas de sol, relojes, art?culos de tocador y su inseparable ?lbum de fotos. Al final, se ocupa de los dem?s detalles, advierte a los vecinos que se ir? y les pide que miren un poco en su casa en su ausencia, cierra la casa y el garaje y se dirige al borde de la carretera Br 232 para tomar el primer camino de abastecimiento a Pesqueira. Como viv?a cerca, r?pidamente lleg? al punto, esper? unos cuarenta minutos y finalmente logr? conducir. Desde all? son s?lo ocho minutos y el conductor amablemente lo deja en el centro, cerca de la plaza del pueblo. ?l baja, paga el billete, da las gracias al conductor y se despide. Comienza a caminar. Cuando se acerca a la primera persona, pide orientaci?n sobre c?mo llegar al monte Ororub?, espec?ficamente en la casa de Renato. Cordialmente, el joven que se acerca a Bernardo da toda la informaci?n necesaria para el primero e incluso se ofrece a acompa?arlo. No queriendo abusar de su buena voluntad, Felipe la rechaza, se da la mano y da las gracias efusivamente. Prefer?a ir solo. Siguiendo sus indicaciones, se adelanta unos metros, gira a la derecha, cruza el puente del canal, camina un poco m?s, entrando en un terreno particular. Ya puede ver la famosa cordillera que muchos consideraban sagrada. Ahora s?lo ten?a que seguir a pie y subir por sus escarpados senderos. En quince minutos, llega al fondo y como no estaba acostumbrado, hace una parada. En ese momento, la expectativa, la ansiedad y la inquietud tomaron proporciones gigantescas con ?l distra?do todo el tiempo envuelto en preguntas. Algunos de ellos lo eran: ?Qu? le esperaba? ?C?mo ser?a Renato? ?Y el guardi?n? ?Existe realmente? Estos y otros problemas s?lo se curar?an con el tiempo y no serv?a de nada que te hicieran da?o. Decide reanudar la caminata. Comienza a subir las peligrosas pendientes y a cada paso se siente m?s decidido y preparado para todo. ?Hacia el futuro! ?l piensa. Aunque sus posibilidades de encontrarlos eran peque?as, ser?a interesante tener una experiencia con Renato y el autor del libro "La Noche Oscura del Alma". Un poco m?s adelante, completa un tercio del ascenso, luego se detiene por cinco minutos, regresando pronto para caminar con m?s vigor. En ese momento, todo comenz? a pesar un poco m?s, incluyendo la maleta que requer?a un mayor esfuerzo. ?Sigue siempre en marcha! Lo repite mentalmente para animarse. La estrategia funciona porque al menos se siente psicol?gicamente m?s tranquilo. Se mueve m?s hacia adelante. Exactamente diez minutos despu?s, completa la mitad. A pesar del cansancio que se reflejaba en el sudor vertido por su cuerpo, no se desanima, manteniendo un ritmo aceptable. Sigue caminando, venciendo piedras, polvo, espinas, enfrentando el sol abrasador, la incredulidad, y corriendo contra el tiempo. ?Y c?mo corri?! Diez pasos adelante siente la fuerza poderosa de la monta?a, sus voces, actuando contra s? misma. Inspirado por la experiencia del vidente, da este paso, celebra su victoria y contin?a su camino. En un momento dado, se da la vuelta y ve la aglomeraci?n urbana de Mimoso en el fondo del valle. ?Qu? hermoso es el paisaje! Se explic? la fuerza, el patriotismo y la pasi?n de la pareja de la serie "El vidente"; la m?s interesante que hab?a conocido en la literatura y que todav?a promet?a mucho. Philliphe sigue caminando, unos minutos m?s tarde entra en la peligrosa curva a pesar del nerviosismo com?n de los que caminan all?, lo supera. ?Preparados! Ahora s?lo quedaban cien metros para llegar a la maravillosa cima de la Sierra de Ororub?. El destino estaba a punto de revelarse. La ruta restante termina en s?lo cinco minutos y antes de dar el ?ltimo paso, el viajero hace una ?ltima parada. Se sent?a como un jugador de f?tbol a punto de lanzar un penalti o como una mujer a punto de dar a luz despu?s de nueve meses de espera. Te lo explico: Su vida hab?a sido una gran rueda de la fortuna, hab?a sido hijo de un alba?il y una criada, y con mucho esfuerzo hab?a terminado la escuela primaria. Hab?a estado en el negocio durante unas diez horas al d?a sin desanimarse. Cinco meses despu?s, hab?a conocido a Ang?lica, se hab?a enamorado y en dos a?os se hab?an comprometido y casado. Con su rica ayuda, hab?a abandonado el oficio, hab?a asistido a una universidad, hab?a participado en concursos, y lo competente que hab?a sido en varios… Actual auditor de la granja del estado. Con la consolidaci?n en el trabajo, compr? un lugar en el ?rea rural de la ciudad y se mud? con su esposa all? porque lo que le gustaba era el aire puro y la tranquilidad. De los frutos del matrimonio surgieron tres hijos. Todo parec?a estar bien hasta el d?a de la tragedia. Hab?a ca?do del cielo al infierno, hab?a perdido completamente su fe, se hab?a rebelado, y ahora estaba sin destino. Ahora estaba all?, despu?s de descubrir el maravilloso mundo de un ser llamado Aldivan Teixeira Torres, autor de la serie El vidente, que prometi? la recuperaci?n a los casos m?s dif?ciles. Fue esto lo que lo motiv? a superar sus l?mites y crey? que Renato, su compa?ero, pod?a ayudarlo en su trayectoria al menos como una flecha. Bueno, fue al menos lo que esperaba. La expectativa aumenta. Philliphe finalmente hace un movimiento y cuando pone su pie en la monta?a, la tierra tiembla, el tiempo se nubla, siente escalofr?os, y una nube de humo cubre toda la cima. Desde dentro de la nube, se acerca una misteriosa anciana. Con cada paso de la misma, el nerviosismo aumenta. ?Qui?n ser?a y qu? quer?a? Estaba a punto de averiguarlo. Al acercarse, el desconocido intenta presentarse e iniciar el di?logo: ? Buenos d?as, Philliphe, soy el esp?ritu de la tierra que habita esta monta?a sagrada. Puedes llamarme tutor. ?En qu? puedo ayudarle? Philliphe se volvi? est?tico. ?Significa que se par? ante la sabia Abigail de la monta?a, la primera mentora del vidente? No pod?a creer que fuera verdad. Reuniendo una fuerza nunca antes vista, puede comunicarse. ? ?Guardi?n? ?Realmente existes? ?C?mo es que me conoces? ? Calma. Entiendo su asombro. Soy yo mismo. He vivido en este lugar durante siglos y tengo muchos misterios. ?Qu? es lo que quieres? ? Quiero hablar con Renato, tu hijo adoptivo. Tal vez pueda ayudarme a resolver algunos problemas. ? Por supuesto, todo es posible. S?ganme y si?ntanse c?modos. Felipe obedece al guardi?n y ambos comienzan a caminar por la misteriosa cima de la monta?a hacia la residencia del ?ltimo. ?Qu? prepar? el destino para ese valiente viajero? Sigamos adelante. Despu?s de veinte minutos a un ritmo r?pido, superando los obst?culos naturales del bosque y girando de lado a lado, finalmente llegan a la humilde caba?a cubierta de paja. Como buena anfitriona, la guardi?n le invita a pasar, acepta, y juntos entran en la casita. Dentro del ?nico palmo, encuentran a Renato sentado en el centro junto a una peque?a mesa y la extra?a dama hace sus presentaciones. – Renato, este es el Sr. Philliphe, un viajero que quiere hablar contigo. Renato se levanta, se acerca y saluda al viajero. ? -Por favor, Renato. ?Qu? es lo que quieres espec?ficamente? ? Soy lector de la serie El vidente que en estos momentos se enfrenta a graves problemas. ?Me ayudar?as? ? Tal vez. ?Qu? te aflige? ? Gracias. Voy a contar brevemente un poco de mi historia. Mi nombre es Philliphe Andrews, alguien que busca la esencia y la verdad. Desde mi nacimiento, por mi humilde origen, me enfrento a prejuicios y muchas dificultades profesionales. Sin embargo, siempre pens? que era posible ganar y por eso insist? en luchar por mis sue?os. De esta manera ardua, trabaj? en el comercio, encontr? el amor, sal? de la pobreza, me compromet?, me cas?, tuve hijos, fui a la universidad y hoy soy un funcionario de alto rango. Sin embargo, una tragedia me persigue y desde entonces no tengo paz. ? ?Qu? tragedia? ? La p?rdida de toda mi familia en un accidente. Las l?grimas caen por la cara arrugada de Philliphe. Hab?a un ejemplo de sufrimiento y lucha constantes. Renato se conmueve y duda en consultar a su madre de coraz?n. ? ?Qu? opinas, madre? ? Su caso es muy complicado. Su coraz?n todav?a est? lleno de amargura y repugnancia por no conformarse a su propio Maktub. Se siente agraviado por Dios y el destino. (Guardi?n) ? ?C?mo esperabas que me quedara? Mi esposa e hijos eran buenas personas que merec?an mejor suerte. ?Qu? hicieron mal para merecer esto? Siempre fui un seguidor de las leyes de Dios y merec?a al menos una protecci?n a la altura para m? y mi familia. ? C?lmate, Philliphe. No te sientas as?. Hay cosas que no tienen explicaci?n. (Renato) ? No puedes juzgar a Dios ni cuestionarlo porque est? muy por encima de ti. ?C?mo puede la vasija de barro enfrentarse al alfarero? (Guardi?n) ? Lo s?. S?lo quer?a entender por qu? todo esto en mi vida. (Philliphe) ? ?D?nde quieres llegar realmente? (Pregunta Renato) ? Tuve el placer de leer el libro "La Noche Oscura del Alma", aprend? un poco sobre la oscuridad, las posibilidades de recuperaci?n, sobre los pecados capitales, sobre la noche m?s oscura, y cuando termin? de leerlo, creci? en m? el deseo de intentarlo, de empezar de nuevo con una mente m?s tranquila y limpia. Quiero entender un poco a Dios, mi destino, c?mo recuperar la felicidad y ganar de nuevo. ?Crees que esto es posible? ? Amigo m?o, con mi larga experiencia adquirida en mis andanzas con el vidente, puedo decir que todo es posible. Simplemente no s? cu?l es el punto de partida porque tambi?n tengo mis dudas m?s all? del deseo de conocer tambi?n a Dios. (Confiesa Renato) ? ?Puedo dar mi opini?n? (Intruso al guardi?n) ? … Por supuesto. (Renato y Philliphe) ? Busca al hijo de Dios, es el ?nico en la tierra que puede encontrar una salida a este caso. (respondi? ella) ? Gran idea. ?Qu? opinas, Philliphe? (Renato) ? Aprobado tambi?n. Mi sue?o es conocerte en persona. (?l reforz?) ? Muy bien. Espera un momento y har? las maletas como precauci?n. Probablemente, estamos ante el comienzo de una nueva saga que promete mucho. (Renato) ? Est? bien. Est? bien. (Philliphe) Renato fue a ocuparse de las maletas y de los ?ltimos detalles de la partida. ?Qu? pasar?a? Otra aventura intrigante se dibuj? entre l?neas. El descenso Con todo listo, Renato se despidi? de su madre adoptiva y junto con Philliphe dejaron la casa. Con unos pocos pasos m?s, toman el camino m?s corto que los llevar?a a su destino. Por el momento, el silencio reina entre los dos alimentando las dudas de ambos que probablemente se curar?an en el encuentro prometido. Comienza la gran traves?a… Con los dos viviendo en momentos completamente diferentes. Mientras uno era preadolescente y por naturaleza entusiasta de las aventuras, el otro era un hombre hecho, de unos cuarenta a?os, dispuesto a aprender, a recuperar valores y a encontrar a un Dios que confesaba no saber ni entender. Lo que los conectaba era la sed mutua de conocimiento y empat?a. M?s adelante, alcanzan la gran piedra y comienzan su descenso. Caminan otros cien metros y a petici?n del visitante hacen una parada para rehidratarse. Renato aprovecha el momento y comienza una conversaci?n: ? -?De d?nde eres t?? ? …yarda de 3 metros, cerca de Arcoverde, ?sabes? ? Lo s?. He estado varias veces en Arcoverde y he estado all?. Realmente me gusta. ? Tambi?n me gustaba estar aqu?. Este valle es muy hermoso con Mimoso al fondo. Entiendo su inspiraci?n y la de su pareja en los libros. ? Gracias. Nuestra regi?n es especial en cada rinc?n. Y la monta?a, ?te gust?? ? -Me has dado mucho, y ahora estoy m?s convencido de lo que quiero. ?Adelante siempre! ? Muy bien, amigo m?o, bien. Es el primer paso hacia el ?xito y la paz deseados. Lo que sea, estamos aqu?. ? Muchas gracias. ?Podemos continuar? ? Por supuesto que s?. Reanudaron su caminata. Manteniendo un ritmo constante, descendieron la empinada cordillera, entre curvas y nostalgia en el estrecho sendero. En quince minutos, llegan al imponente Juazeiro ya en el terreno llano. Se detienen una vez m?s. Suavemente, Felipe le dio un poco de agua y comida a Renato, quien olvid? su cantimplora. Con las fuerzas restauradas, volvieron a caminar los ?ltimos trescientos metros con la imponente aglomeraci?n de Mimoso muy cerca. Ahora quedaba poco. En el resto del camino, entre conversaciones y chistes, superan las ?ltimas barreras que se presentan. El momento es de construcci?n y parece que los dos se dieron cuenta de esto porque no pierden una oportunidad. ?Hacia el futuro y el ?xito! La ruta est? terminada. Frente al bungalow casi destruido por el tiempo, aplauden y de su interior emerge un cabello normal, joven, delgado, de altura media, negro, moreno claro, esbelto y con rasgos que destacan. Pareciendo sorprendido, se comunica. ? Renato, ?est?s aqu?? Como estas? ?Eres t?? ?C?mo te llamas? ? Hola, ?c?mo est?s? Vine en una misi?n importante. Este es Philliphe, uno de sus lectores. El vidente sonri? y se acerc? m?s educadamente y salud? a los dos. ? No hay problema. Sea bienvenido. Un placer, Philliphe, puedes llamarme vidente, hijo de Dios o incluso Aldivan. ? El placer es m?o. He sido tu fan desde siempre. Felipe, todav?a incr?dulo, le dio un largo y duro abrazo. La emoci?n se apoder? de los regalos y el abrazo termin? siendo triple. Eran como si fueran los tres mosqueteros, uno para todos y todos para uno, sin siquiera ser conscientes de ello. Mientras se abrazaban, se alejaron un poco y el vidente habl?: ? Lo siento por el mal camino. Por favor, introduzca. Los dos aceptan la invitaci?n y juntos entran en la casa. Pasan por la entrada, se dan cuenta de que est? vac?a, van a la sala de estar, elogian los muebles y la decoraci?n, el anfitri?n da las gracias y finalmente se sientan en los asientos de los sillones, uno frente al otro. Curioso por naturaleza, el vidente no se detuvo y reanud? la conversaci?n: ? ?Qu? te trajo aqu?? ? Vinimos a pedir su gu?a y ayuda. Philliphe vino a m?, me habl? de sus problemas, y por sugerencia de mi madre vinimos a buscarte. (explic? Renato) ? Ah, lo entiendo. ?Qu? te preocupa, Philliphe? (El hijo de Dios) ? Perd? a toda mi familia en un tr?gico accidente. Ahora quiero entender por qu?, para encontrar a Dios, para reorganizar un poco mi historia. (contest? ?l) ? Interesante. ?Crees que puedo ayudarte? (El Vidente) ? -… Creo que s?. Por tu carisma y talento, eres capaz. (Philliphe) El vidente se emociona, analiza la situaci?n con frialdad y decide ayudar a ese pobre hombre que sufre porque aprendi? en sus peores momentos el valor de un apoyo y de alguien que cree en s? mismo. ?La suerte estaba echada! ? Muy bien. Acepto el desaf?o. ?Qu? sugiere Renato? (Narrador de la fortuna) ? No tengo ni idea. (El chico respondi? sin reacci?n) ? ?C?mo te sientes, Philliphe? (El hijo de Dios) ? Totalmente destruido, rebelado y sin fe ni esperanza. Vivo una noche densa. (Philliphe) ? Una existencia casi des?rtica. (concluy? Renato) ? ?Esto es todo! (gri? el Vidente) ? ?Qu? es eso? (Philliphe) ? -?Qu? tal si vamos al desierto y tratamos de encontrar a Dios? (Vidente) ? Gran idea. (Alab? a Renato) ? …?d?nde estar?a? (Philliphe pregunt?) ? He o?do hablar de un lugar extremadamente inh?spito en el municipio de Cabrob?, en el interior de Pernambuco. El pueblo se llama Desert Crossing y desde all? podremos salir a nuestra aventura, el gigante salvaje del desierto de la ciudad. ?Qu? opinas t?? (Aldivan) ? Por m?, estoy listo. ?Qu? opinas, Philliphe? (Renato) ? … Yo tambi?n. ?Qu? estamos esperando? (Philliphe) ? Bueno, llamar? a mi familia y les dir? que me voy. Adem?s, tengo que empacar. ?Puedes ayudarme? (Narrador de la fortuna) ? S?. (Ambos) Los tres se fueron al dormitorio y juntos comenzaron a empacar la maleta del vidente. Al mismo tiempo que cuidan los detalles, se aprovechan para mejorar la interacci?n del equipo. El clima ahora es agradable a pesar del gran desaf?o que se presenta. Veinte minutos despu?s, terminan sus maletas, dejan el mensaje, cierran la casa. El vidente deja las llaves con el vecino y juntos salen hacia la carretera BR 232. Comenz? otra saga de la serie el vidente que ya hab?a conquistado el coraz?n de muchos. ?Sigue siempre en marcha! El viaje En el camino a la autopista, los viajeros se distraen hablando entre s?, admirando el paisaje que todav?a estaba verde como lo estaba en septiembre del a?o en curso de 2014. La regi?n de Mimoso era realmente hermosa. Pero eran conscientes de que el mundo no s?lo estaba restringido all? y que las aventuras les daban las condiciones para conocer los lugares m?s variados del inmenso pa?s que habitaban. Y esto estuvo muy bien. Con cada nueva experiencia, aumentaban su sed de conocimiento y ampliaban su cultura, que tambi?n estaba influenciada por cada persona que encontraban en el camino. ?Adelante, por literatura y por placer! Era uno de los lemas del equipo. Con este pensamiento en mente, completan el viaje de aproximadamente un kil?metro sin mayores problemas ni sorpresas. Llegaban al borde del carril y tomaban la primera salida hasta la estaci?n de autobuses cercana, Arcoverde. Desde all? tomar?an un autob?s hasta su destino final, Cabrob?. Mientras esperan, se toman el tiempo para escuchar la buena y animada m?sica brasile?a en la radio que Renato no hab?a olvidado traer. La m?sica ayuda a la relajaci?n de todos. Una hora m?s tarde, finalmente pasa un autocargador: Una bestia de color plateado, amplia y espaciosa. Los tres entran y por suerte tienen asientos para que todos puedan sentarse, est?n uno al lado del otro. En la ruta corta, se aprovechan de ser amigables, conocen gente nueva y tienen una buena charla con un conductor y otros pasajeros. Con esto, el tiempo parece ir muy r?pido. Cuando menos se lo esperan, llegan a la ciudad. Como la estaci?n de autobuses estaba lejos del centro (St. Kitts) tienen que esperar la entrega de los pasajeros en cada uno de los puntos hasta que lleguen. En el momento en que esto se materializa, se despiden, pagan el billete y dan las gracias al conductor. Ahora comenz? la segunda parte del viaje, mucho m?s larga y estresante. Philliphe y el vidente se enterar?n de los horarios de los autobuses de Cabrob? mientras Renato espera para sentarse en los bancos. El empleado informa a los dos que el siguiente se va en dos horas. En el reencuentro con Renato, deciden juntos salir un poco, buscar un restaurante y hacer una merienda reforzada. As? que, lo hacen. Salen de la estaci?n de autobuses, cruzan la avenida principal y preguntan c?mo llegar. Algunas personas llegan a un restaurante llamado Sunset, ubicado a una cuadra a la izquierda. Al entrar en el establecimiento, se les dirige a una mesa con sillas que a?n estaba vac?a y se les proporciona un men? para que puedan evaluar qu? pedir. Pasan unos quince minutos en este ejercicio y acaban, por mayor?a de votos, eligiendo una cacerola cocida con cecina de ternera. Llaman al camarero, pasan la petici?n y mientras esperan comienza la conversaci?n. – ?Muy ansioso por tu primer viaje de aventura, Philliphe? (Pregunta al vidente) – Mucho. Sabes, en toda mi vida no ha pasado nada y despu?s de leer tu libro he so?ado con este momento. (Philliphe) – Lo entiendo perfectamente. Mi primera vez, yo tambi?n me sent? as?. (Reportado por Renato) – La primera vez es siempre especial, la mejor de todas. Entonces te vuelves adicto como yo. No puedo vivir quieto en los reinos espiritual y corp?reo. (La Vidente) –Maravilloso. Si s?lo puedo encontrar una soluci?n a mi problema, estoy satisfecho. Tengo que entender que tengo cierta edad. (Observ? a Felipe) –?Te consideras viejo? ?Cu?ntos a?os tienes? (El Vidente) –Alrededor de cuarenta pero he sufrido tanto en mi vida que parece que tengo cincuenta a?os. (Philliphe) –Con los avances de la medicina, es pr?cticamente la mitad de la vida. (Vidente) –Adem?s de eso, la edad es algo en nuestras cabezas. Por ejemplo, tengo quince a?os y soy un loco de treinta a?os. (Renato explic?) –?Brillante, amigo! ?Lo ves, Philliphe? No te preocupes por eso. (Vidente) –Gracias por la fuerza de los dos. Me alivi? un poco el dolor. (Philliphe) Philliphe est? encantado de haber encontrado dos personajes tan guays y diferentes." "Cu?ntos millones no so?aron con estar cara a cara con el super vidente, poderoso de los libros y que amablemente declar? "El hijo de Dios" y cu?ntos otros no quisieron estar con Renato, s?mbolo de superaci?n, que hab?a sido instrumental en todas las aventuras de la serie? ?Adem?s de haber conocido al guardi?n milagroso? Era algo bueno que se hab?a arriesgado, que hab?a buscado su destino en el momento adecuado, y que los dos hab?an comprado su causa. Las l?grimas siguen saliendo de su cara, el vidente y Renato se preocupan, confort?ndolo con un abrazo. Juntos, los tres est?n tranquilos. Unos instantes despu?s, finalmente la comida est? lista y delicadamente servida en los platos de cada uno. Comienza una pausa para la merienda reforzada y todos educadamente comienzan a alimentarse en silencio. Mientras tanto, la gente sale y entra en el restaurante, comienza a sonar una canci?n en el fondo que toca de nuevo los corazones sensibles de los otros tres que incitan a la comunicaci?n. – ?Te gusta la M?sica Popular Brasile?a (MPB), hijo de Dios? (Pregunta Philliphe) – Me gusta. Tengo un gusto ecl?ctico por la m?sica: me gusta la m?sica que tiene letras, calidad y toque hasta el fondo de mi coraz?n. En concreto, me encanta la m?sica internacional con sus principales exponentes (aunque no lo entiendo), el sertanejo, el pop, el rock, el funk, el rom?ntico, el country, el ax?, etc. (La Vidente) – ?Y t?, Renato? (Philliphe) –Me gusta la m?sica sin verg?enza. Kkkkkkk. (Risas, Renato) –?Qu? quieres decir con "kkkk"? (En un ataque de risa, Philliphe) –De doble sentido, malas palabras y en negrita. ?Se meten con mi imaginaci?n! (Renato) – ?Est?s avergonzado, Renato! Vas a rezar para que sea mejor. (Narrador de la fortuna) – No te burles de m?. Puedes ser el hijo de Dios, pero a?n no eres santo. No me obligues a hablar. (dice Renato, enojado) –Cargador, kkkkk. ?Paz, Renato! (Narrador de la fortuna) – Ustedes dos son figuras, ?eh? Realmente en la m?sica hay gusto por todo y todos los estilos tienen que ser respetados. Yo, en particular, soy de los antiguos y me gusta mi peque?o pie de sierra como todo buen sertanejo. Cuando estaba con mi amada Ang?lica, disfrutamos de varios momentos felices juntos escuchando este tipo de m?sica. Sabes, es muy m?gico, inexplicable. (Philliphe) – Lo entiendo. Tambi?n me encanta la m?sica y me despierta demasiados sentimientos diferentes. En realidad, escucho m?sica en todo momento porque me hace mucho bien. (El Vidente) – ?Como el que est? sonando ahora? (Philliphe) –S?, un gran amor imposible. (El Vidente) –No muy bien, amigo. Ya hemos hablado de esto. Sigue tu vida. (Renato) –Es inevitable, Renato. ?Hay alguien que controle el impulso del coraz?n? (El Vidente) – No lo recrimines, Renato. No eres lo suficientemente mayor para esto, pero un d?a lo entender?s. Necesitamos apoyarlo. Cuenta conmigo siempre, amigo m?o. (Philliphe) El vidente es uno m?s que se mueve. Deja de comer, llora hasta que la m?sica se desvanece. Sus colegas lo abrazan y finalmente se cura r?pidamente. Terminan de comer, vuelven a llamar al camarero y esta vez piden algo de beber: Cerveza para Philliphe, soda para Renato y un jugo de guayaba para el ps?quico. Observan el movimiento del establecimiento. Cinco minutos m?s tarde, se sirven las bebidas y luego se rompe el silencio. –Bueno, Philliphe, cu?ntanos un poco m?s sobre ti. ?C?mo es tu rutina, tu d?a a d?a? (La Vidente) – Mi vida ahora se reduce al trabajo, involucrando al sector p?blico, a mi plaza y a mi casa. He estado as? desde que perd? lo que era m?s importante en mi vida, mis hijos y mi esposa. ?Y la tuya? (Philliphe) – Mi vida es agitada. Tambi?n trabajo en el sector p?blico, seis horas al d?a, y cuando llego a casa estudio para concursos y desempe?o mi papel como escritor. Me considero muy hogare?o y cuando salgo a dar un paseo, normalmente los fines de semana, prefiero hacerlo con alguien. (La Vidente) – Mis actividades giran en torno a mis estudios y ayudan a mi madre en casa. Me gusta salir con amigos los fines de semana y coquetear. (Renato) –Adem?s de estas actividades, ?cu?les otras te gustan? (El Vidente) –Me gusta la lectura y la m?sica. Es mi relajaci?n. ?Y t?? (Philliphe) – Mucha m?sica, pel?culas, f?tbol, leer s?lo los fines de semana cuando no estoy muy ocupado. Algunas de las cosas que quer?a cambiar un d?a era tomarme un tiempo para hacer ejercicio y bailar mis debilidades. (El Vidente) – En mi caso, el baile es mi fuerte porque ya particip? en varios concursos con mi coqueteo y gan?. Estudiar tambi?n es bueno porque es mi futuro. (Renato) –?Tu coqueteo? Estoy impresionado por la audacia de este chico a esta edad, vidente. (Philliphe) – Ya no estoy impresionado. Ha hecho cosas m?s deslumbrantes y secretas. ?Lo s? todo! (El Vidente) –?Como qu?? (Desaf?o Renato) – No importa. KKkkk (risas). Philliphe, cambiando de tema, ?y si fracasamos? Quiero decir, si no encontramos lo que quieres en este viaje impredecible? (Interrogado a la vidente) – No puedo creerlo. Por lo poco que s? de ti, eres el ganador en todo lo que haces. Estoy relajado y veamos en qu? resultar? esta locura. (Philliphe) – Muy bien. Philliphe. Sin importar el resultado, sepan que estamos con ustedes para lo que venga. (Renato) – Esto. Amigos siempre. (El vidente completo) El incre?ble d?o de la serie: el vidente se levant? y abraz? al protegido. Formaron un tr?o perfecto listo para luchar por el conocimiento y la revelaci?n necesarios sobre la cuarta saga. Pero, ?qu? estaban buscando realmente? ?Fue el conocimiento de Dios, de sus l?neas escritas en cualquier momento, lo que influy? en los dos tipos de destino? ?O tal vez s?lo el autoconocimiento que sanar?a las heridas de la vida? ?O incluso el sagrado c?digo de Dios, algo nunca antes revelado en la historia de la humanidad? ?O incluso un cruce de los tres? Lo que se sab?a en ese momento era que el dolor de Philliphe era demasiado grande y merec?a una reflexi?n conjunta y una direcci?n posterior. Una nueva vida, por as? decirlo, que busc? y mereci? despu?s de tantas tragedias particulares. Terminan el abrazo, terminan la bebida, llaman al camarero, ?l trae la cuenta, se levantan, van al cajero y pagan. Despu?s, con pasos largos, salen del restaurante y vuelven por el mismo camino hacia la estaci?n de autobuses. En diez minutos, est?n all?, van al mostrador, compran los boletos para Cabrob? y se sientan en los sillones de cemento esperando. Ser?an m?s de treinta minutos de angustia hasta la llegada del conductor. En este intervalo, hablan un poco m?s entre ellos y con otras personas, escuchan m?sica, compran palomitas de ma?z y admiran el tr?fico que en este momento est? muy ocupado. Se turnan en estas actividades hasta la llegada del autob?s que aparece en el tiempo previsto. Se levantan de los sillones de cemento, y con pasos firmes y anchos, se acercan a la unidad bajo el sol abrasador, lo que causa escalofr?os y sudores. Con unos pasos m?s, se suben al coche y, como de costumbre, recogen los asientos delanteros. Se relajan, hablan entre ellos y momentos despu?s, con todos los que est?n dentro, finalmente se les da el primer paso. Hacia el destino de los tres, en otro episodio complicado y desafiante. Comenz? un largo y mon?tono viaje, fatigoso y angustiante, pero inspirador para todos. Por su parte, estaban dispuestos a hacer todo lo posible para lograr el ?xito, resolver sus problemas personales y aprender un poco m?s. Pero eso por s? solo no era suficiente para tener ?xito. Fuerzas desconocidas a?n estaban involucradas en la aventura, la confrontaci?n luz-oscuridad estaba muy presente, el Maktub se escond?a cada vez m?s e involucraba ambos tipos de destino. Todo era cuesti?n de tiempo y tendr?an que esperar. De Arcoverde a Cabrob? ser?an aproximadamente 250 km (200 km) que se podr?an recorrer contando las paradas en aproximadamente cuatro o cinco horas. Comienza la gran traves?a.... Los tres se esfuerzan por pasar el tiempo de la manera m?s c?moda posible. Mientras el vidente aprovecha para leer un buen libro, Philliphe duerme a continuaci?n y Renato habla animadamente con una chica en el otro banco. Su nombre es Michelle Lopes. Veamos c?mo sale nuestro augusto personaje en di?logo. – Hola, ?mi nombre es Renato y el tuyo? – Michelle Lopes. ?De d?nde eres t?? –Vivo en la Sierra de Ororub?, cerca del distrito de Mimoso-Pesqueira-Brasil y t?? –…en Arcoverde de todos modos. ?Cu?ntos a?os tienes? –?Quince y t?? –Dieciocho. Inicio de la Facultad de Pedagog?a. ?Y t?? ?T? tambi?n estudias? –S?. Estoy en el primer a?o de secundaria. Estudio en la ciudad de Pesqueira en el colegio Cristo Rey. – Ah, eso es bueno. ?Muy bien! Veo que es una buena universidad. –…es verdad. Pero es como dice el dicho, quien hace que la universidad sea es el estudiante. –Estoy de acuerdo. Y adem?s de estudiar, ?qu? haces? –Yo apoyo a mi madre en casa, y profesionalmente soy asistente de escritor. Soy un aventurero del c?lebre vidente. –?Oh! Genial. Felicitaciones! ?C?mo es eso? –…es as?. Las oportunidades, las aventuras surgen y nos dedicamos a la resoluci?n de problemas. Ya estamos en el episodio cuatro. – ?Maravilloso! Ten?a curiosidad. ?Podr?a contarme un poco sobre esta experiencia? – S?, por supuesto. En el primer episodio, el objetivo era reunir a las "fuerzas opuestas". Yo y mi colega el vidente, utilizando nuestro arte, hicimos un viaje en el tiempo y cay? en el siglo XX, un Mimoso dominado por coroneles y una bruja mala. Durante treinta d?as, tuvimos la oportunidad de investigar las injusticias, y al recoger los hechos nos dimos cuenta del desequilibrio total de las fuerzas opuestas y del sufrimiento de una joven llamada Christine, dominada por un padre perverso y sanguinario. Despu?s de muchos intentos, llegamos a un acuerdo con la oscuridad, una batalla que decidir?a el destino de todos. Y as?, se hizo. En una gran guerra bajo el control del vidente y de la fuerza celestial, fuimos capaces de derrotar finalmente a la fuerza de las tinieblas y restaurar la paz. Todo ha mejorado, as? que podemos ayudar a Christine a ser verdaderamente feliz. Terminado este trabajo, hicimos el viaje de vuelta a nuestro tiempo y se escribi? el primer t?tulo de la serie con un nombre sugestivo: Fuerzas opuestas. El misterio de la cueva. Un tiempo despu?s, el vidente vino a nosotros en la monta?a lleno de preguntas sobre su noche oscura del alma, cuando se alej? de Dios, se hundi? en el pecado, siendo totalmente dominado por su mensajero y el respectivo poder de las tinieblas. Sin embargo, no todos los esfuerzos pudieron calmarlo. Entonces se sugiri? que hici?ramos un viaje a una isla donde se encontraba el reino de los ?ngeles, donde podr?amos sanar nuestros problemas y encontrar la revelaci?n que se necesitaba. En el camino, abordamos un barco pirata, tuvimos incre?bles aventuras con personas estigmatizadas y a?n as? tuvimos la oportunidad de aprender m?s sobre la noche oscura. Con suerte, despu?s de muchas aver?as, logramos llegar a la isla prometida. Vivimos otras experiencias hasta que obtenemos la revelaci?n prometida. La b?squeda del libro es: ?Podr?a ser que un criminal se recupere en el momento en que se hunde en la noche oscura? ?O es la probable recuperaci?n s?lo un paliativo para una noche a?n m?s oscura? Despu?s de las revelaciones, completamos nuestro trabajo y regresamos a nuestra casa con otra misi?n cumplida. El resultado fue el segundo libro de la serie titulada "La Noche Oscura del Alma". Ya en el tercer libro, ayud? al vidente a reconstruir su propia historia y el desarrollo de sus dones. En el camino, encontramos a un incre?ble maestro de luz llamado ?ngel que nos dirigi? a otra visi?n. Lo que revel? fue un contraste en el noreste a principios del siglo XX, centrado en la lucha de un grupo por la justicia, la igualdad y la libertad de expresi?n. Inspirados por esta historia, finalmente pudimos hacer el v?nculo entre el mundo de la ?poca y el presente, con sus diferencias y similitudes, logrando el milagro del "Encuentro entre los dos mundos", t?tulo de la historia. Y esto es todo. Ahora vamos a encontrarnos de nuevo con un destino inexplicable. – Qu? interesante. Felicidades a los dos. El ?xito seguramente llegar?. –Gracias. ?Qu? te trae por este viaje? – Tengo parientes en Cabrob? y tengo la intenci?n de visitarlos. Hago esto al menos una vez al a?o. – ?Con qui?n vives? – Vivo con mis padres y otro hermano. ?Y t?? –Con mi madre adoptiva. Mi madre biol?gica muri? y mi padre perdi? la guardia porque me pegaba mucho. –Lo siento. Me pregunto qu? tan dura debe haber sido tu infancia. –Muy complicado de hecho. Pero sobreviv?. Agradezco a mi madre y al vidente por haberme apoyado tanto y haber cre?do en m?. – Por cierto, ?est? aqu?? – S?. Es el que est? delante en sill?n. –Gracias. Disc?lpeme. Michelle Lopes se levant?, dio dos pasos adelante y aplaudi? suavemente frente a la vidente concentrada que estaba leyendo un libro interesante. A rega?adientes, desvi? su atenci?n y la enfoc? en la llamativa cara y la silueta de Michelle en jeans, una blusa de algod?n rosa y sandalias. Sonri? y se comunic? suavemente. –S?. ?Qu? quieres, muchacha? –Mi nombre es Michelle Lopes, y al hablar con uno de sus colegas, he escuchado su historia. ?Podr?as darme un abrazo? – Por supuesto. Mi nombre es Aldivan Teixeira Torres. Pero tambi?n soy conocido como un vidente o hijo de Dios. Si?ntete libre. –Gracias. El vidente se levant?, Michele se acerc?, y con un paso adelante el abrazo finalmente lleg?. Aldivan se conmovi? con la amabilidad mostrada por un extra?o. Por eso no se lo esperaba, y con cada momento que pasaba, su sue?o de conquistar el mundo se hac?a m?s palpable. Cuando el abrazo se cerr?, el vidente se sent? y suavemente reanud? la conversaci?n. – Si?ntese aqu?, Sra. Michelle, hablemos un poco, porque a?n nos queda medio camino por recorrer. (Invit? a la vidente) – Gracias. ?No me voy a molestar? – Nada. Para nada, para descansar. Medio vergonzoso, Michelle asinti? y se sent?. Como era delgada, el espacio era suficiente para ella. Al mismo tiempo, el vidente puso el libro en su bolsa para prestar atenci?n a su nuevo amigo. Afortunadamente, no despertaron a Felipe y luego se reanud? la conversaci?n. – Renato me cont? las vicisitudes de usted. Dime, ?c?mo es vivir esto? – Muy guay. Sabes, amo a este se?or. Con cada nueva misi?n completada, me siento m?s preparado para seguir adelante y ganar. –Entiendo. Me siento as? con la pedagog?a, amo a los ni?os y es muy ?til colaborar con su desarrollo. – Por supuesto. Cada uno es parte del engrandecimiento y evoluci?n de la sociedad. T? tambi?n debes ser felicitada. –Gracias. ?Y qu? es lo que escribes para ti? – Algo natural como comer, estudiar o trabajar. Una de mis caras. Y para ti, ?qu? es la ense?anza? – Una pasi?n. A pesar de los grandes desaf?os que nos impone la educaci?n, es reconfortante. – La literatura tambi?n es un reto. Nac? en un pa?s sin mucha tradici?n literaria, con una gran bolsa de pobreza y donde el promedio anual de libros le?dos es de uno por persona. – ?Maldita sea! ?Y esto no te desanima? – De ninguna manera. Cuanto mayor es el desaf?o, mayor es mi voluntad de ganar y dirijo todos mis esfuerzos para hacerlo. – Muy encomiable. Yo tambi?n necesito aprender a ser as?. El problema son los grandes obst?culos en el camino. –No siempre fui as?. Esto es algo que se adquiere s?lo a trav?s de la experiencia. ?Cu?ntos a?os tienes? –?Dieciocho y t?? – Casi treinta y uno. Est? explicado. Tendr?s tiempo suficiente para aprender los caminos del ?xito y la felicidad. – Eso espero. ?Qu? vas a buscar en Cabrob?? –Vamos al pueblo llamado Desert Crossing para encontrarnos. ?Lo conoces? – Nunca he estado, pero he o?do hablar de ?l. Buena elecci?n. Hablan mucho de sus propiedades m?gicas y algunos lo consideran sagrado. Buena suerte. –Gracias. –Bueno, voy a volver a mi esquina. Mucho placer, Aldivan y ?xito en tu paseo. –Deseo lo mismo para ti. – Adi?s. Michelle se levant?, salud? a la vidente con un beso en la cara y se fue. Ella vuelve al lado de Renato que ya estaba molesto por su ausencia. La conversaci?n se desarrolla de nuevo entre los dos sobre varios temas a medida que avanza el autob?s. Cabrob? se acercaba. Alrededor de media hora m?s tarde, finalmente llegan. El autob?s se detiene y todo el mundo baja con sus pesadas maletas. Suavemente, Michelle se despide y s?lo quedan los tres mosqueteros: Renato, el vidente y Philliphe. Juntos, van al punto de llenado que estaba al lado de la estaci?n de autobuses y alquilan uno de los coches. Ponen el equipaje en la maleta, saludan al conductor, suben al coche y finalmente parten. ?Hacia el cruce del desierto! La corta distancia de quince kil?metros es recorrida con mucha emoci?n y energ?a por parte de los miembros del viaje. M?s que ansiosos, estaban contentos con su actitud desapegada hacia la vida. Y que nuevas emociones y conocimiento llenar?an sus almas sedientas. El coche, una furgoneta gris, entra en la calle principal del pueblo y se detiene en el centro, junto a una plaza. El tr?o baja, recoge las maletas, paga el billete, se despide del conductor y all? mismo, en el centro, encuentran un albergue. Con unos pocos pasos, entran en ella e incluso sin haber reservado la estancia, se alojan junto a la propietaria del establecimiento que se llamaba Luiza para los tres. Despu?s de llegar a las bases, descansar?n del largo viaje. ?Qu? les esperaba en esta aventura instigadora? Seguidme, lectores. Dos horas m?s tarde, los viajeros se despiertan simult?neamente. De uno en uno, se levantan de la cama, se ba?an, comen un bocadillo en la cocina, se cepillan los dientes, se juntan y deciden iniciar la gran traves?a que estaba marcada en sus respectivos destinos. Para ello, hacen las maletas y se van del albergue. Recopilando informaci?n, contratan a dos j?venes con experiencia en este tipo de aventura. Son Rafael Potester y Uriel Ikiriri. El grupo se desplaza al gran desierto de Cabrob? con todos los medios necesarios para pasar unos d?as en ese lugar inh?spito. ?Ser?a posible? Aunque parec?a una locura, a los visitantes no parec?a importarles. Al contrario, parec?an bastante animados. En el camino hacia la entrada del desierto, un total de ochocientos metros (800 m), sol?an conocerse mejor y distraer algo de la misi?n que era muy complicada. Siga algunos pasajes. –?Qu? busc?is exactamente en el desierto? (Pregunt? Rafael) –Vemos un poco m?s de nosotros mismos y de la fuerza que nos manda. (Resumi? el vidente) – Todav?a queremos ayudar a nuestro amigo Philliphe en sus asuntos personales. (Cumpliment? Renato) –… Lo tengo. (Rafael) – ?Qu? preguntas ser?an? (Uriel estaba interesado) –Quiero curar mi desesperaci?n que se ha calmado desde que perd? a toda mi familia en un accidente automovil?stico. Quiero entender por qu? todo esto es la mejor manera de agradar a Dios. (explic? Philliphe) –Complicado de hecho. Es como dice el dicho, Dios escribe bien por l?neas torcidas y no nos corresponde a nosotros juzgar. Pero este interrogatorio es interesante, adelante. (Uriel) –Puede contar con nosotros en esta gran aventura. Seremos tus ?ngeles. (Se pronuncia Rafael) – Oh, gracias, lo necesitaremos. (asinti? el vidente) –Me siento m?s relajado. (declar? Renato) –Gracias por el inter?s y estamos a su disposici?n. (Philliphe) –?De d?nde eres t?? (Rafael) – Renato y yo somos de Pesqueira y nuestro amigo Philliphe de Arcoverde. ?Y t?? (La Vidente) – Somos de aqu? y del universo al mismo tiempo. (Contest? misteriosamente Rafael) – No lo entend?. (El vidente verificado) – Ninguno de los dos. (Philliphe reforzado) –?Qu? quieres decir? (Quer?a conocer a Renato, incr?dulo) –Lo que mi colega quiso decir es que todos tenemos un origen divino. Tenemos un nacimiento corp?reo y otro espiritual. ?No es as?, Rafael? (Intervino Uriel) –Exacto. (Rafael) –…eres incre?ble. (el Vidente) –Yo dir?a que fil?sofos. (Philliphe) –O tal vez ?ngeles. (concluy? Renato) – ?Crees en esto, muchacho? (Uriel) –S?. Por todo lo que he vivido, no dudo de nada. (Renato) – Eso es correcto. (Uriel) –Como dije, en cierto modo lo haremos. Y esto es suficiente por ahora. (Rafael) –… Est? bien. (Conformado el curioso Renato) – Continuemos entonces. S?guenos y ten cuidado con los animales venenosos. (Recomienda Uriel) –…Ok. (El Tr?o de visitantes) El grupo se acerc? a?n m?s a la entrada del gran desierto. Con otros cien metros pasaron la valla que divid?a el terreno y comenzaron a caminar por el interesante y m?stico lugar lleno de polvo, piedras y un sol abrasador. ?Qu? les esperaba? Los siguientes cap?tulos prometidos. El primer d?a Calienta un poco m?s. A?n as?, el grupo permanece firme en su prop?sito en esa inmensidad des?rtica. All?, en ese momento, todo estaba en juego y ni siquiera pod?an pensar en fracasar. Sin embargo, no estaba en su poder manipular los designios de Dios, mucho menos el destino que era incontrolable. Completan quinientos metros. En este mismo momento, una brisa fr?a sopla suavizando el calor que sofocaba a todos. Felipe, el m?s maduro, sugiere una pausa y los otros la conceden; por lo tanto, el l?mite de cada uno debe ser respetado. Se toman un descanso para reanudar la conversaci?n. –?Ad?nde quieres llevarnos, a Uriel y a Rafael? (Preguntas de Philliphe) –… Contra tu destino. (Rafael) –?Puedes ser m?s espec?fico? (El Vidente) – Te lo explico. En este desierto, hay diez ciudades espirituales, cada una con un gran experto en las diversas ?reas humanas. Con su ayuda, podemos desvelar el "c?digo de Dios" que encierra la voluntad de lo divino en relaci?n con el comportamiento de las criaturas. Creemos que sus pretensiones ser?n satisfechas. (Uriel) – Espl?ndido. ?Eso es exactamente lo que estamos buscando! (Maravilloso Renato) – ?Todav?a est? lejos de la primera ciudad? (Philliphe) – Calma. Apenas empezamos. (Uriel) –?Podemos continuar? (Rafael) – Por m? est? bien. (La Vidente) –… Yo tambi?n. Ya he descansado bastante. (Philliphe) – ?Entonces, vamos! (Renato consinti?) Luego se reanuda la caminata. Con cada paso, se sent?an m?s seguros y convencidos de lo que quer?an, incluso si el desaf?o era gigantesco. La suerte fue lanzada junto a dos misteriosos j?venes que parec?an ser de otro mundo por la forma en que actuaban. ?Sigue siempre en marcha! El tiempo pasa un poco. Llegamos a las catorce y el grupo fue a comer por segunda vez. Rafael y Uriel toman la tetera de su mochila y la distribuyen amablemente entre sus compa?eros de viaje. Ser?a la ?nica comida del d?a y s?lo volver?an a comer en la ciudad prometida. Durante el almuerzo, hablan alegremente, escuchan m?sica, se hidratan y se ponen protector solar porque el sol todav?a estaba fuerte. En ese mismo momento, permanecieron con fe, garra y esperanza, aunque un poco ansiosos y nerviosos. Pero esto ya era de esperar, porque estaban a punto de descubrir un gran misterio e incluso de encontrar el sentido de sus turbulentas vidas, espec?ficamente en el caso de Felipe. Terminan la comida en treinta minutos y regresan a la primera ciudad que todav?a estaba lejos. Por suerte, pudieron llegar al final de la noche. Por lo tanto, cada minuto era importante y los gu?as estaban deseosos de se?alarlo. Permanecen firmes en el curso y los sentimientos que predominan en este momento son los mismos aunque en todo momento el destino est? m?s cerca. Adem?s de esto, la nostalgia comienza a golpear fuerte para el tr?o porque estaban acostumbrados a comodidades que all? en el desierto no encontrar?an. Especialmente el vidente que todav?a ten?a madre y hermanos que le ayudaban en todas las tareas. Pasan dos horas m?s sin m?s noticias y sin alma viva. La fatiga pesa sobre todos por la larga ruta ya recorrida y por el clima inh?spito que absorbi? sus energ?as. Como si pidiera ayuda, el Vidente y Felipe sugieren otra parada. Los otros aceptan y en los pr?ximos ocho minutos aprovechan para beber mucho l?quido, comer algo y recibir orientaci?n de los gu?as. Despu?s, avanzan y prometen caminar ininterrumpidamente durante otras tres horas. ?Qu? marat?n! En el per?odo que ya se ha mencionado, se ralentizan pero contin?an con los pasos regulares. Cuando la luz se apaga de una vez por todas, las gu?as utilizan potentes linternas que permiten la visibilidad. Cuando terminen las tres, una nueva parada. Esta vez ser?an unos treinta minutos. Adem?s de la hidrataci?n b?sica, deciden sentarse en c?rculos en ese suelo polvoriento y duro. Codo con codo, la conversaci?n surge inevitablemente. – ?Cu?nto falta para llegar a la ciudad? (Pregunt? el impaciente Philliphe) –Calma. Aproximadamente dos horas y media. (Rafael) –?C?mo se llama? (Renato) – Familiarizaci?n. (Uriel) –?Por qu? este nombre? (el Vidente) –Porque se consideran una gran familia y siguen algunos preceptos b?sicos. Al llegar all?, buscaremos a Isael. – Genial. Lo tengo. (El Vidente) – ?Alguna otra informaci?n? (Rafael) –No. Suficiente. (Philliphe se contentaba a s? mismo) –Por m? tambi?n est? bien. (Renato) Continuaron su descanso en paz y silencio. Despu?s de los treinta minutos, recogieron las energ?as restantes y reanudaron la marcha. Ahora el destino del equipo estaba a punto de revelarse. En el resto del curso, tuvieron algunos problemas: Renato hab?a sido picado por un escorpi?n y por suerte los gu?as hab?an tra?do el ant?doto y lo hab?an aplicado inmediatamente. Mejorar?. Adem?s, Felipe hab?a agotado sus fuerzas debido a su edad y tuvo que ser ayudado. Me alegro de que estuvieran cerca. En ese momento, Rafael y Uriel pronunciaron palabras en otro idioma, y luego se abri? el portal. El Familyng se mostr? en todo su esplendor y se permiti? la entrada a los visitantes. Despu?s de pasar el portal, comenzaron a caminar por las estrechas calles con sus laderas del peque?o Familyng con sus siete mil habitantes. Los gu?as los llevaron a un hostal en la plaza principal para descansar ya que eran m?s de las 10:00 de la noche. Cuando llegaron al hotel, encontraron las bases de la noche en la sala de espera y, con seguridad, fueron a las habitaciones (dos). Los gu?as se quedaron en uno y los guiaron en otro. Inmediatamente despu?s de llegar a las habitaciones en sus respectivas camas, los miembros de los equipos se durmieron. Incluso hab?a sido un largo viaje para aquellos que no estaban acostumbrados. So?aban con el d?a siguiente que promet?a grandes noticias. Hasta el pr?ximo cap?tulo, lectores! Parte II – La familia 2.1- Valores Dawns. Pronto el tr?o formado por Renato, Philliphe y el vidente se despierta y despu?s de satisfacer sus necesidades b?sicas como ir al ba?o, tomar caf?, cepillarse los dientes y vestirse con ropa limpia deciden despertar a los gu?as que a?n no hab?an criado. Con el permiso de la due?a, toman la llave y con su ayuda abren la puerta, se acercan a los dormitorios y sacuden delicadamente a Rafael y Uriel. La estrategia funciona e incluso con el susto no se molestan. Luego se unen al grupo, se duchan y desayunan. Despu?s de esto, salen de la posada y despu?s de caminar un poco llegan a la plaza y se encuentran en la misma con el hu?sped Isael que hab?a sido avisado por tel?fono. Todos se saludan, se abrazan y se acomodan en los asientos disponibles. Los gu?as entonces toman la palabra: –Bueno, todos, un desaf?o comienza aqu?. Descubriremos juntos "el c?digo de Dios", palabras de Dios para los ?ngeles y los hombres. Al final, conoceremos m?s a este Dios invisible y sabremos qu? camino tomar. ?De acuerdo? (Rafael) –?C?mo ser? esto? (Philliphe pregunt?) – Pediremos inspiraci?n a lo divino y promoveremos una conversaci?n democr?tica entre nosotros. En este momento Dios se revelar? a s? mismo. (Uriel explic?) – ?Qu? temas se tratar?n? (La vidente estaba interesada) – Habr? diez bloques que involucrar?n las diferentes ?reas humanas. Comenzaremos con el bloque familiar que tiene como experto a Isael. (Rafael) –… Esto. Estoy a su disposici?n para ayudarle. (Isael fue pronunciado) – ?Por d?nde empezamos? (pregunt? Renato) –?Qu? es lo que sugieres? (Uriel) – Quiero conocer los valores necesarios e indispensables para una buena base familiar. (Renato) – Muy bien. ?Todo el mundo est? bien? (Uriel) –S?. (Los otros). –…comencemos. A la orden, Isael. (Uriel) – La familia es un todo y para que este todo sea armonioso y feliz es necesario el compromiso de todos sus miembros. Espec?ficamente, los padres tienen mayores obligaciones de ser los entrenadores de sus hijos. (Isael) – ?Y qu? m?s se necesita para mantener la cohesi?n? (Philliphe pregunt?) – Un trabajo diario motivado por el amor y la comprensi?n, fundando una buena base de valores. (Explic? Isael) –?Y qu? valores recomendar?a? (El Vidente) –?Ejemplos de humildad, lealtad, generosidad entre otros y t?? (Isael) – Complicidad, fe y garra. (Rafael) –El tiempo para Dios, la persistencia y la dedicaci?n. (Uriel) –Trabajo, amor a la vida y respeto. (El Vidente) –Honestidad, simplicidad y entrega. (Renato) – Paciencia, amor y afecto. (Philliphe) – Espl?ndido. Dios est? actuando entre nosotros. ?Y qu? har?an cuando todos sus esfuerzos parecen no tener efecto y los ni?os se rebelan? (Isael) – Les dar?a una buena paliza para que aprendieran. Kkkkkkkk. (Renato) –Jes?s, Renato, no me lo esperaba. (El vidente estaba asombrado) – S?lo bromeaba. Cambiar?a el enfoque y dejar?a que la vida les ense?ara. (Renato) –Intentar?a hacerles ver el camino de la luz. (El Vidente) – ?Y qu? hay de m?s di?logo? Yo lo har?a, por lo tanto, una buena conversaci?n siempre produce resultados. (Recordamos a Rafael) –… Bueno. Adem?s, pedir?a ayuda al cielo para ayudarme en tiempos dif?ciles (Uriel) –Muy bien. ?l usar?a mi ejemplo para inspirarlos y declarar mi amor por ellos. (Philliphe) – Bien, Philliphe. Esto es lo que debemos hacer. Debemos amar a nuestros hijos en todo momento, est?n o no equivocados. El amor hace milagros. (Isael) – Sobre la direcci?n religiosa, ?qu? sugieres, Isael? (El Vidente) – Recomiendo no forzar nada. Deje que los ni?os crezcan y decidan qu? camino tomar, ya que para ello existe el libre albedr?o. (Isael) –Estoy de acuerdo. Desapruebo la conducta de los padres que llevan al ni?o a su Iglesia, lo bautizan, sin siquiera pensar en las consecuencias. (Rafael) –Es importante ser de mente abierta y entender que Dios est? en todas las creencias y que la religiosidad no es un factor primordial para la salvaci?n de un individuo. (Uriel) – El mayor problema es que cuando los padres son de diferentes religiones, all? hay problemas. (record? Philliphe) – Es un gran problema, y los ni?os salen heridos. (Reforzando al vidente) –Independientemente de esto, de la propia vida, el d?a termina por influir en el individuo construyendo lentamente su Maktub y los dos tipos de destino. Cambia la religi?n, las creencias, los rebeldes, lo importante es el mantenimiento de los valores, es decir, no es el hecho de que sea una religi?n A o B la que tenga car?cter. (Renato) –Brillante, Renato. El car?cter es esencial y s?lo es posible construirlo con los valores citados y como dije con un trabajo continuo. (Isael) – ?Qu? crees que es lo m?s importante para mantener unida a la familia? (Philliphe) –Amor, comprensi?n, respeto. Ser un compa?ero en los buenos y malos tiempos. (Isael) – Yo lo hice. L?stima que perd? a mis seres queridos tan pronto. (Philliphe) Las l?grimas inspiradoras brotan de los ojos de Philliphe mojando toda su cara. El hecho emociona a todos los que vienen a consolarlo. He aqu? un ejemplo de un hombre luchador golpeado por la fatalidad. – ?Qu? quieres que diga? Sabes que no fue culpa de nadie. Ten?a que suceder. (Isael) –Lo importante es que no has renunciado a la vida y que est?s aqu? para aprender un poco sobre este dolor. (Rafael) – Aprenderemos juntos con Dios y al final la meta es superar esto aunque no lo olvides. (Uriel) –Fuerza, amigo m?o. (La Vidente) –…Estamos aqu?. (Renato) –Gracias a todos. ?Podemos tomar un descanso? (Philliphe) –… Por supuesto. ?Qu? opinas t?? (Isael) –S?. (Los otros) El grupo se detuvo un poco y se tom? el tiempo para hidratarse, comer un bocadillo, pasear por la plaza y escuchar una canci?n. Los siguientes sub?tems relacionados con la familia promet?an grandes descubrimientos y enriquecer?an el "c?digo de Dios" que mostraba a algunos de los Dioses invisibles presentes en todo. Continuemos entonces. 2.2-Matrimonio El grupo regresa al punto de partida en la plaza despu?s de un breve descanso. Con todos reunidos, la charla se reanuda. –?Qu? subtema familiar sugiere para iniciar una nueva discusi?n? (Pregunta Rafael) – ?Qu? tal si hablamos de matrimonio? (sugiri? el vidente) –Creo que es bueno. ?Est?n de acuerdo? (Rafael) –S?. (Los otros) –Con la palabra, el vidente. (Rafael) – ?Cu?les son los requisitos para lograr la felicidad en tu matrimonio Isael? (el Vidente) –Primero, elija a la persona adecuada. Despu?s, cultivar la relaci?n con amor, respeto y comprensi?n. Creo que esto es suficiente. (Isael) – ?Qu? piensa de las relaciones actuales en las que la separaci?n se ha convertido en algo com?n? (Philliphe) – Avances de la modernidad. Cada d?a, las exigencias de los unos a los otros se han hecho mayores y la tolerancia ha disminuido lo que es una gran l?stima. (Isael) – ?Es posible ser feliz incluso sin estar casado? (Pregunta Renato) – Por supuesto, jovencito. La felicidad est? dentro de nosotros mismos y no en el otro. Estar solo es s?lo un detalle. (Isael) – ?C?mo saber si voy a ser un buen padre? (el Vidente) – F?cil. Si eres un buen hijo, ser?s un buen padre. (Isael) – Estoy de acuerdo. Es una cuesti?n de valores. (Philliphe) – Demos el ejemplo de que en el futuro cosecharemos los frutos de nuestros esfuerzos con una familia pr?spera bendecida por Yahveh. (Rafael) – ?La unidad es fuerza! Busca a tu pr?jimo, dice Yahv?. (Uriel) – En mi caso, a pesar del terrible ejemplo que recib? de mi padre, s? que si alguna vez me caso no decepcionar? a mis hijos. Tratar? a todos con justicia, amor y respeto, cosas que he aprendido del guardi?n, mi madre adoptiva. (Renato) –Felicitaciones a ti, jovencito. Esto es una rareza. (Isael) – ?Y c?mo es! Mi padre tambi?n me golpe? por alguna raz?n porque yo hab?a aprendido esto de sus padres. Sin embargo, no voy a seguir este ejemplo porque educo con el di?logo y no con la violencia. (el Vidente) –… Depende. ?Has sido padre alguna vez? ?Sus hijos han sobrepasado los l?mites y lo han desafiado? (Investigaci?n Philliphe) – No, nunca lo fui. Pero, ?hay algo que se resuelva con la agresi?n? (EL Vidente) –No agresi?n. Pero a veces las nalgadas son un remedio sagrado. En mi propia experiencia. (Philliphe) – No es una buena soluci?n. Usted s?lo causar? miedo en sus hijos. (intervino Raphael) – Adem?s, los ni?os peque?os no entienden muchos de los valores. Se necesita paciencia. (Uriel) – Eso es lo que yo digo. Nunca debes pegarle a un ni?o por ninguna raz?n. ?Por qu? no le pegas a alguien de tu tama?o? Maltratar a los ni?os es f?cil y frustrante. (el Vidente) – Lo tengo. Realmente tienes raz?n. Comet? un error con mis hijos pensando que lo estaba haciendo bien. (confes? Philliphe) – No hay problema. Se acab?. Se acab?. Lo importante ahora es seguir adelante, reconstruir la vida y veo que est?n dispuestos a hacerlo. (Isael) –Eso espero. (Philliphe) – ?Tienes hijos, t?, Isael? (el Vidente) –No, no los tengo. (Isael) – Si lo hubiera hecho, ?qu? requisitos m?nimos deber?a cumplir su yerno o nuera? (el Vidente) –Primero, el amor de mi hijo. Tambi?n, sea un trabajador duro, honesto, amigable y fuera de la oscuridad. (Isael) –?Maldita sea! Cu?nta demanda! Kkk. (Risas) (el Vidente) –Pero as? son las cosas. Para lograr una relaci?n sana, esto es lo m?nimo. ?Alguna vez pens? que su nuera o yerno se enojar?a con usted y le har?a da?o con el trabajo espiritual? De la gente mala quiero distancia, es decir, cada uno en su lugar. (Isael) – Tienes toda la raz?n. No buscar?s el mal, y tendr?s la sombra de Dios a tu alcance, as? dice Yahv?. (Rafael) –…y m?s: "El mal es una herida que sangra y no tiene cura". (Cumpliment? Uriel) – A?n as?, debemos recordar el poder del libre albedr?o. Podemos aconsejar, pero nunca interferir con la decisi?n de nuestros hijos mayores. (Isael) – Y qu? Maktub! Aprend? del vidente. (record? Philliphe) – Tambi?n debemos ser autores de nuestra propia historia, ayudando a ambos tipos de destino. ?Nunca meros espectadores! (record? Renato) – Dios dice tambi?n: Toma tu yugo y tu bast?n y s?gueme. Esto es lo que realmente importa para ser feliz estando casado o no. (concluy? el vidente) – Parada de cinco minutos para reflexionar. Dios santo y Dios fuerte sigue inspir?ndonos a escribir su "C?digo". ?Vamos chicos? (Isael) –S?. (Los otros) En este lapso de tiempo, Rafael, Uriel e Isael se encuentran y comparten secretos. ?Qu? ser?a de m?s inter?s en los siguientes subtemas? Seguidme, lectores. 2.3- Gastos La pausa termina y el grupo se re?ne de nuevo en el mismo lugar de siempre, en los bancos de la plaza. Esta vez es Uriel Ikiriri quien toma la palabra inicialmente: – Ahora hablaremos de los gastos familiares. ?Qui?n es elegible para hacerle la primera pregunta a Isael? – Yo. Hablar? desde mi experiencia personal. Desde que fui muy humilde, considero que esta vida es muy fugaz y siempre me he preocupado de gastar todo mi sueldo hasta el final del mes. Por supuesto, nunca he desperdiciado mi poder financiero con tonter?as, pero siempre he buscado alternativas para disfrutar de mi trabajo. ?Ser?a esta una actitud correcta? (Philliphe) – Esta es una visi?n seguida por algunas personas y no puede ser conceptualizada como correcta o no. Dir?a que est?s m?s cerca de lo primero. Sin embargo, le aconsejar?a a la familia que mantenga por lo menos el diez por ciento de sus ingresos como reserva porque nunca se sabe cu?ndo los necesitaremos. La vida toma muchas vueltas y es impredecible. (Isael) – Yo me encargo. Gracias. (Philliphe) – ?En qu? actividades sugerir?a concentrar los gastos de una familia? (el Vidente) – Depende de la situaci?n financiera de cada uno de ellos. Hay algunos que s?lo pueden satisfacer sus necesidades b?sicas y otros que no. Yo recomendar?a para una familia de clase media que se enfoque en la comida, la salud, la educaci?n, el ocio, el transporte, las donaciones y las reservas. Siendo que para estos ?ltimos dos el diez por ciento para cada uno. (Isael) –… Est? bien. (el Vidente) –?Cree usted que la formaci?n de un patrimonio personal importante? (Renato) –… de ninguna manera. Recuerda lo que dijo el maestro: "No re?nas tesoros en la tierra donde los ladrones roban, y la polilla y el ?xido se erosionan, sino en el cielo, porque all? est? tu morada eterna." Una familia que tiene un techo para vivir, comida en la mesa y una vida en armon?a es lo esencial y nada puede permit?rselo. (Isael) Los tesoros en el cielo s?lo se logran con una gran dedicaci?n al pr?jimo. Siempre que sea posible, es bueno ayudar a los que lo necesitan. (Cumpliment? Rafael) – ?Con dinero? (Renato) – No s?lo eso. Con algunos consejos, con apoyo, d?se a s? mismo sin esperar a que vuelva. De todos modos, ser m?s humano es lo que le falta a la mayor?a de la gente. (Rafael) – Confieso que fui ego?sta. Cuando estaba con mi familia, s?lo pensaba en ella y no me importaban los dem?s. ?Me castigaron por esto? (Philliphe) – No digas eso. Dios siempre cree que el ser humano puede mejorar y no imponer nada. "Dios no es un verdugo, es un padre." Lo que sucedi? fue una fatalidad y este momento que est?s viviendo debe ser utilizado para la reflexi?n, para la evoluci?n de tu alma. (Uriel) – Como lo que me pas? en mi noche oscura. Era un tiempo de aprendizaje y cuando estaba preparado, Dios actu? y me resucit? en todos los sentidos. (La Vidente) – ?Entonces ens??ame, Hijo de Dios! Me trae de vuelta mi luz, mi paz y tranquilidad. Quiero despertarme y decirme: ?Estoy contento! Aunque nunca olvido mis tragedias personales. (Plegaria Philliphe) Felipe no refren? sus l?grimas. De vez en cuando descubr?a un mundo que ni siquiera hab?a imaginado antes de la tragedia. Sin embargo, ten?a prisa por superar sus heridas internas que a?n no hab?an sido sanadas. Su conmoci?n fue tal que emocion? a todos los presentes. El vidente se acerc?, lo abraz? con firmeza, y los dem?s siguieron su ejemplo, haciendo que el abrazo fuera seis veces mayor. Cuando se calm? un poco, los dem?s se fueron, dejando s?lo al vidente a su lado. La conversaci?n se reanud? entonces. – Lo que puedo hacer por ti, puedes estar seguro de que te har? mi amigo Philliphe. Juntos, descubriremos a Dios y ?l te consolar?. ?Ten fe! (el Vidente) –Muchas gracias. Eres la persona m?s especial que he conocido. (Philliphe) – Gracias por compartir su dolor con nosotros. Cuando hacemos eso, se vuelve menos pesado. (el Vidente) –?Podemos continuar, entonces? (Rafael) –S?. (Los otros) –?Qu? le dir?as a una familia que no puede controlar sus gastos, c?mo lograr la estabilidad? (el Vidente) –Mira, tienes que tener menos sentido com?n para evitar el desperdicio. Si s?lo obtienes X, gasta hasta x, d?selo a cualquiera que te duela. Sin embargo, muchos no controlan su impulsividad, que incluso se ha convertido en enfermedad. (Isael) – Soy un poco de eso. Confieso. A veces planeo comprar dos pantalones y dos camisas y me voy con cinco de cada uno. Parece que es m?s fuerte que t?. (el Vidente) –Normal. Otros son a?n peores. Controlar esto es que es el arte de unos pocos. (Isael) – Yo tambi?n sufro del mismo problema. ?C?mo controlar? ?Hay alguna manera? (Philliphe estaba interesado) –Algunos. No usar una tarjeta de cr?dito, tomar s?lo una cantidad limitada de dinero, ser exigente contigo mismo, entre otras cosas. (Isael) – ?Poh! Qu? tortura! ?Me rindo! (Philliphe) – Yo tambi?n pienso que no uso una tarjeta de cr?dito. (el Vidente) – Isael est? exagerando. Lo importante es tener una buena actitud mental, cautelosa. (Rafael) – Si tiene dificultades, busque un psic?logo, psicoanalista o psiquiatra. Son profesionales que pueden ayudar. (Uriel) – ?Planeando! (Isael concluy?) –Personal, tengo hambre. ?Vamos a parar otra vez? (Renato sugiri?) –?Puede ser? (Pregunt? Rafael) – S?. (Los otros) – Comamos y luego volvamos a empezar. (Rafael) El equipo se levant? de los asientos y se dirigi? al restaurante m?s cercano, frente a la plaza. Renato tuvo una gran idea porque todo el mundo ten?a mucha hambre. Al llegar al establecimiento, eligen una mesa con sillas desocupadas y cuando encuentran el men? para evaluar. ?Qu? revelar?a el destino en los pr?ximos momentos? El c?digo de Dios para los hombres y los ?ngeles se estaba construyendo lentamente y promet?a grandes sorpresas. ?Sigue siempre en marcha! Hacia el conocimiento. 2.4- Memoria Despu?s de haber elegido la comida (cusc?s con cecina), el grupo espera un poco en total interacci?n con los dem?s. Momentos despu?s, se sirven y la conversaci?n sigue siendo animada. –?Qu? te parece nuestra charla? (Rafael) –Muy instructiva. Me gustan los debates. (dijo el Vidente) – Espero continuar este viaje y confrontar mis ideas con este conocimiento de Dios si es posible. (Philliphe) –Muy posible, mi querido Philliphe. Recordemos el mensaje del maestro: "Donde dos o m?s se re?nan en mi nombre, yo estar? con ellos." Tengamos fe! (Uriel) – …?lo aceptar?! (Philliphe) –?Creo! Jes?s siempre se muestra a trav?s de los hombres m?s sencillos y humildes, y puedo decir por lo poco que s? que Isael, El Vidente, Rafael y Uriel son ejemplos de esto. (Renato) –?No deprecie! ?Dios est? en todo! T? y Philliphe tambi?n so?s sus instrumentos en este momento. Una aventura en el desierto. (Rafael) – ?Yo? (Renato y Philliphe preguntaron juntos e incr?dulos) –S?. Somos un equipo, un todo, seis esp?ritus de Dios y el s?ptimo es invisible. ?Haremos historia! (Rafael) –Eso es correcto. Dios nunca se ha comunicado tan abiertamente a la humanidad como ahora. Estamos bendecidos. (cumpliment? Uriel) – ?Puedes decirme qu? lo provoc?, Uriel? (el Vidente) – Podr?a decirse que fue su coraje y audacia aliados a las preguntas de Felipe. Dios quiere mostrarse enteramente a vosotros y al mundo con el fin de aclarar las dudas pertinentes, adem?s de mostrar vuestra personalidad, a menudo tergiversada a lo largo de los siglos por los mortales. Entenderlo es nuestra misi?n ahora. (Uriel) – Lo tengo. (La Vidente) – ?Qui?n es usted? (pregunt? Renato) – A?n no es el momento, jovencito. La caminata es larga y esto no es importante en este momento. (Uriel) – Uriel tiene raz?n. S?lo conf?a en nosotros. (Rafael) – Adem?s de la confianza, necesitamos su fe en nuestra credibilidad. (Isael) – ?Qu? est?s haciendo bien? (Sospecha Renato) – Profundo. Demasiado profundo. Parece que el destino est? preparando uno m?s de los tuyos. Comenz? inst?ndome a leer un libro titulado "La Noche Oscura del Alma" y a trav?s de ?l llegu? a sus personajes principales. Del encuentro surgi? la idea de nada para buscar a Dios en el desierto y al llegar al pueblo los encontramos a ustedes dos que se convirtieron en nuestros gu?as. Comenzamos la gran traves?a de este inmenso desierto y en el camino, tenemos diez ciudades que conocer. Somos los primeros y cada minuto me sorprende. ?Necesito respuestas urgentes! (Philliphe) – ?Calma, humano! Todo ser? revelado. Sea paciente. (Rafael) – Disc?lpanos, Rafael. Prometemos estar menos ansiosos. ?No son Philliphe y Renato? (el Vidente) –S?. (Ambos, a rega?adientes) –Concentr?monos en la comida entonces. (sugiri? Uriel) – ?Y qu? comida! (?l observ? a Isael) – Aprobado. (el Vidente) Todos continuaron comiendo la comida que estaba muy bien preparada por cierto. Al final, el silencio prevaleci?, aumentando a?n m?s las expectativas de los presentes. Sin embargo, hasta cierto punto estaban controlados. Al final de la comida, pidieron algo de beber, esperaron otros cinco minutos, la bebida llega y es chupada r?pidamente. Luego van al ba?o, hacen sus necesidades fisiol?gicas, se lavan las manos, van a la caja, pagan la cuenta y dejan el grupo de nuevo en el mismo punto de partida. La ruta corta se recorre en ocho minutos y se sit?an en los mismos lugares que antes. La conversaci?n se reanuda, continuando la elaboraci?n del "Testamento", un c?digo que los ?ngeles y los hombres se esforzaron durante miles de millones de a?os por conocer y que no hab?an tenido la oportunidad de conocer. –Vamos a reiniciar. ?De acuerdo? (Rafael) –S?. (Todos). – ?Qu? sugieres como sub?tem familiar, Philliphe? (Uriel) –… D?jame ver. ?Qu? tal si hablamos de los que se han ido? (Philliphe) – Puede serlo. Interesante. ?Qu? piensa Rafael? (Uriel) –Perfecto y t?, Vidente y Renato, ?qu? opinas? (Rafael) –Parece prometedor. Aprobado. (el Vidente) –Yo tambi?n estoy interesado. (Renato) – Por unanimidad, el tema ser? la memoria del difunto. Con la palabra, Isael. (Rafael) –La vida es bella y cruel al mismo tiempo con nosotros. Hermosa porque pone ?ngeles en nuestro camino que hacen que nuestras vidas se sientan sin sentido y crueles porque nos separa de una manera u otra de estas mismas personas. Esto es complejo. (Isael) – Eso ya lo s?. Form? una familia que para m? lo era todo y en nuestro mejor momento lo perd?. Qu? frustrante es saber que nunca m?s tendr?s la oportunidad de tocar, conversar o incluso compartir los buenos y malos momentos de la vida con tus seres queridos. (Philliphe) – He pasado por esto demasiado pronto. Perd? a mi madre cuando era ni?a y estaba sola con mi padre. Despu?s de su muerte, como forma de revuelta, mi padre aprovech? para maltratarme, lo que me oblig? a huir de casa. Entonces encontr? al guardi?n que obtuvo mi adopci?n y que est? siendo una segunda madre para m?. Sin embargo, extra?o a mi madre biol?gica. "Parece que son cosas de sangre." (Renato) – Tambi?n he tenido p?rdidas significativas. Los m?s cercanos eran mis abuelos, un padre y una sobrina. En cada momento, era dif?cil aceptar la separaci?n. "Son heridas que el tiempo no cura." (el Vidente) –?Qu? aprendiste de tus p?rdidas? (Rafael) – Como mi historia reciente, todav?a estoy en camino. Es una de las razones por las que estoy aqu?. (Philliphe) –Mi madre me dej? temprano. Tengo pocos recuerdos de esto. (Renato) – Tengo pocos recuerdos de mis abuelos. Perd? a mi padre cuando ten?a quince a?os y a pesar de su habitual distanciamiento fue muy duro. Hace poco perd? a mi sobrina. Las p?rdidas hasta ahora me han ense?ado la importancia de la vida, de cada momento y de ser fuerte. ?La vida contin?a! (el Vidente) – Muy bien. ?Estamos con ustedes! (Anim? a Rafael) –Lo importante es no renunciar a la vida. (Uriel) – Y recuerde tambi?n que siempre hay esperanza. Podremos redescubrir a los que amamos en otro plano o aqu? mismo en la nueva tierra prometida. (Isael) – ?C?mo va a ser eso? (el vidente estaba interesado) –… Est? escrito: "Al final de los tiempos, despu?s del juicio, habr? un cielo nuevo y una tierra nueva. No habr? m?s llanto, sufrimiento, muerte o guerra. La gente ser? buena y se ayudar? mutuamente en un ciclo perpetuo de felicidad". (Isael) –Eso es lo que el alfa y el omega prometieron. (Garantiz? Rafael) –?Puedes creerlo? (Uriel) –…Creo. (el Vidente) –…yo tambi?n. (Renato) – ?Yo creo! (Philliphe) –?Cu?ndo ser? esto? (Renato) – Esta fecha es un misterio, y s?lo Dios y sus hijos lo saben. (Rafael) –No te preocupes, Renato. Todav?a va a llevar mucho tiempo. (el Vidente) –?C?mo lo sabes? (Renato) –…lo adivin?. Este mundo tiene un largo camino por recorrer. (argument? el vidente) – Estoy de acuerdo. Estamos en el comienzo de los dolores de parto. (Rafael) –Probablemente algunos de ustedes todav?a van a reencarnar aqu? otra vez, haciendo que el planeta evolucione. (Uriel) –Hasta que se complete el ciclo. (Isael) – ?Que as? sea! Quiero ser feliz en el tiempo que me queda. (Renato) –…Yo tambi?n. Reconstruir mi vida y mi autoestima es todo lo que necesito. Gracias a todos. (Philliphe) –…de nada. Conmigo, uno para todos y todos para uno! (el Vidente) –? Uno para todos y todos para uno! (Los otros) Comenz? el silencio. Se tomaron otro descanso de cinco minutos, y momentos despu?s estaban listos para empezar a charlar de nuevo. ?Qu? nuevas revelaciones vendr?an a componer "la voluntad"? El c?digo fue ampliado y demostr? en todo momento un rostro de Dios que la mayor?a no conoc?a. Contin?a sigui?ndome. 2.5- Comportamiento Con paciencia, Rafael reanud? la conversaci?n: – ?Qui?n sugiere esta vez el tema? (Rafael) – I. Trabajemos en el comportamiento familiar. ?Todo el mundo est? bien? (Uriel) – S? (Los otros). – Con la palabra entonces Maestro Isael. (Uriel) – Bueno, el comportamiento en una persona es todo, ya sea en la familia o en la sociedad. Tienes que ser capaz de manejar las situaciones de la mejor manera posible. (Isael) – ?Como qu?, por ejemplo? (Pregunta a Philliphe) – Son innumerables. Por ejemplo, la sutileza de un hombre abriendo la puerta de un coche a una mujer o tirando de una silla en un restaurante, hablando menos y escuchando m?s, siendo amable y amigable con la gente. (Explic? Isael) –…Lo tengo. Hago algunas de estas cosas. Dejo que lo deseen los dem?s. Despu?s de todo, nadie es perfecto, ?verdad? (Philliphe) –Por supuesto que no, amigo m?o. Nadie lo es. En mi caso, llevo mi buena educaci?n dondequiera que voy. Una de mis marcas es saber c?mo tratar bien a la gente. (el Vidente) – Hay que felicitarlos, amigos m?os. Lo que se ve en el mundo de hoy es en su mayor?a gente arrogante, orgullosa, due?a de la verdad que por cualquier cosa jura, golpea o incluso mata. ?Estamos viviendo el mundo de la competencia y salvarse a s? mismo cualquiera que pueda! (Recordamos a Rafael) – ?Verdadera verdad! Debemos recordar que Dios busca a los mansos y humildes de coraz?n. (Uriel) – ?Es bueno saberlo! Estamos en el buen camino. (el Vidente) – Y t?, Renato, ?c?mo es tu comportamiento? (Philliphe quer?a saber) – Normal. A veces soy amable y en otras exploto. En casa, me comporto bien, excepto por mi privacidad. (Renato) –?Qu? quieres decir? (Philliphe) – ?Cuando estoy a gusto o me tiro un pedo! (Renato) –?Arg! (Exclam? Felipe) –…Kkkkkkk. (Risas, Rafael y Uriel) – ?Est?s avergonzado, Renato! (luch? el vidente) – ?Por qu?? ?No se tira pedos el hijo de Dios por accidente? (Renato) –…soy normal. Sin embargo, mantengo mi educaci?n en todo momento. (el Vidente) –?Ejemplo! ?Ni yo tampoco! (Philliphe) –Lo peor es cuando te sueltas a la hora de comer. Una vez, mi madre me dio una palmadita y desde all? no volv? a hacerlo en ese momento. (Renato) –?Es uno de los peores a estas horas! Otros que se molestan tambi?n est?n eructando y bostezando. (Philliphe dijo) – ?Todav?a es bueno que lo hayas remediado! Esta es gente de tercera clase. ?Qu? te parece, Rafael y Uriel? (el Vidente) – Son cosas que pasan, pero es mejor no repetirlas si es posible. (Rafael) –As? que, dice Yahveh: No se preocupe por la digesti?n ni por sus resultados. M?s bien, siga los ejemplos notables de cooperaci?n, caridad y optimismo que muchos han dejado para dar fruto. (Uriel) – Bonito. As? que, seguir? soltando mis juegos de palabras al menos en casa. KKKKk. (Renato) – kkkkk. (Risas de Rafael, Uriel, Philliphe, Vidente) – Pero lo que es una buena educaci?n es mejor mantenerla siempre. (El vidente se levant?) – ?Qu? tal si paramos un rato y damos un paseo? (sugir? Renato) –Puede serlo. ?Qu? opinas t?? (el Vidente) –Espero que no te demores. Todav?a quedan algunos temas para hoy. (Recordamos a Rafael) – Tenemos exactamente quince minutos. (Uriel) – As? que, ?vamos! (Philliphe) El grupo sale, retumba hacia la plaza y uno de ellos se?ala un puesto que vende salazones, frutas y dulces en general. Ellos van all?, cada uno pidiendo una barra de pan y la amable Philliphe se ofrece a pagar. Tardan cinco minutos en saborear esta exquisitez que no estaba muy bien recomendada para consumir. Despu?s de comer, tambi?n pasan por algunas tiendas de electr?nica, ropa y pizzas s?lo para comprobar algunos precios. Al final, vuelven al mismo lugar que antes. Cada uno se sienta en su lugar y con una mirada m?s aireada est?n a punto de reanudar la elaboraci?n del "Testamento". 2.6- Valores de la atenci?n -Entonces continuemos con nuestra propuesta. ?Alguna sugerencia? (Rafael) –I. ?Qu? tal si hablamos del valor de la atenci?n? (el Vidente) –…me gust?. ?Puedes ser m?s espec?fico? (Rafael) – Tengo una historia que contar. ?Quieres o?rlo? (el Vidente) – Yo s?, ?y t?? (Rafael) Los otros asintieron positivamente y por un momento el vidente pens? en la mejor manera de contar una historia notable. Ten?a que sintetizar lo suficiente para que todos entendieran su contenido. Tomando el coraje necesario, se pronunci?: – Fue una familia de clase media que viv?a en Franca, en el interior de S?o Paulo. La familia apellidada Foster Pereira fue compuesta por el padre divorciado Roberto y los hijos Severino y Charles. Roberto, el cabeza de familia, era un exitoso empresario muy dedicado al trabajo. Su ?nico objetivo era aumentar la riqueza para proporcionar lo mejor para sus hijos. Hasta ahora todo bien. El problema era que su concentraci?n lo alejaba un poco de sus seres queridos. Un d?a ocurri? una fatalidad y sus hijos se ahogaron en una piscina en la casa de un amigo. ?Y ahora? ?A qui?n le dejar? mi riqueza? pens? Roberto. Fue en ese momento que aprendi? que mucho m?s importante que el dinero era el afecto con los ni?os del que se hab?a privado a s? mismo. No hab?a tenido la oportunidad de decirles a sus hijos: ?Te quiero! Y esto lo estaba destruyendo. Por lo tanto, hermanos m?os, si Dios les da la oportunidad, d?ganle a sus familiares y amigos cercanos lo importantes que son en su vida en este momento. No lo deje para m?s tarde porque no tenemos control de lo que suceder? en cinco minutos y puede ser tarde. (el Vidente) – ?Muy profundo, Hijo de Dios! Tambi?n experiment? algo similar en mi familia. El accidente tambi?n me mostr? el lado m?s repugnante de estar solo y que s?lo el dinero no es suficiente para ser feliz. (Philliphe) – Esto es bastante com?n. En mi caso, adem?s de no prestarme atenci?n, mi padre me golpe? y me esclaviz?, lo que fue peor que el ejemplo presentado. (Desatado Renato) –?Qu? l?stima, Renato! Me alegra que lo hayas superado. Felicitaciones por el valor del cambio. (Isael) –Gracias. Todav?a tengo heridas sin curar pero vivo feliz con mi madre adoptiva. Tambi?n estoy feliz de formar parte del vidente, de esta maravillosa serie. (Renato) – Eres irremplazable, Renato. Con tu inteligencia y astucia nos sacaste de serios problemas. Volviendo al tema, ?qu? te pareci? la historia de Rafael y Uriel? –Un ejemplo de muchos casos en este pa?s. No es s?lo el dinero y la sed de poder lo que separa a una familia. Tambi?n hay malentendidos, intolerancia y, sobre todo, falta de respeto. La familia no es elegida y se necesita el m?nimo esfuerzo para vivir en paz y armon?a. (Rafael) – As? que, dice Yahweh: Padres, comprom?tanse a formar una buena base familiar para sus hijos y sean un ejemplo de dedicaci?n a ellos en todos los sentidos. El dinero es importante, s?, pero no es suficiente para alcanzar la felicidad. "?De qu? sirve tu casa si hay gente infeliz en ella? Es mejor vivir en una caba?a y tener paz contigo mismo". (Uriel) – ?Es posible alcanzar la felicidad plena, Uriel? (La Vidente) – Muy dif?cil en estos d?as, pero totalmente posible. Basta con que un hombre trabaje por sus metas, sea fiel a sus valores y a las leyes de Dios, e incluso ante el fracaso, no se rinde. Y se les a?adir?n otras cosas seg?n sus obras, seg?n la palabra del Se?or. (Uriel) – ?Aleluya! La tragedia me destruy? completamente, pero siento que fui feliz mientras pude con mi familia. (Philliphe) – Bien, amigo Philliphe. Ahora vamos a trabajar para dar un nuevo sentido a nuestras vidas. (La Vidente) – Pero yo creo en los milagros. (Exclam? Felipe) – Estar aqu? ya es un milagro! Disfrutar de tu compa??a y la de Rafael, Uriel, Isael, la vidente me excita. (Renato) –?Gracias! (Philliphe) –Lo estamos haciendo muy bien. "El c?digo de Dios" est? fluyendo. Una vez completado, los ?ngeles y los hombres podr?n conocer al Dios invisible y sus valores reales. ?Basta de tergiversaciones! (Rafael) – Somos seis esp?ritus presentes y un s?ptimo omnipresente, coordinando todo. Oremos para continuar con tu gracia. (Uriel) Cada miembro del equipo se levant? de donde estaban sentados y se reunieron en c?rculo. Uriel y Rafael levantaron las manos y rezaron en un idioma totalmente ajeno a los dem?s. Al final de la oraci?n, la tierra tembl? y un fuego del cielo penetr? a todos los presentes. Fue all? donde tuvieron una visi?n misteriosa y edificante que no puede ser revelada aqu?. Diez minutos despu?s, el fuego se integr? completamente con el presente y los llen? con el Esp?ritu Santo. Con una se?al, Rafael orden? a todos que regresaran a sus lugares. ?Y ahora? ?Cu?les son las pr?ximas lecciones? En todo momento suced?an cosas sorprendentes y los inst? a seguir probando sus l?mites, descubriendo el valor real de su existencia. ?Adelante! Hacia el siguiente cap?tulo movido por Yaveh. 2.7- Desacuerdos -?Podemos seguir siendo amigos? (Pregunt? Rafael) –Por supuesto, s?. ?Qu? opinan ustedes? (el Vidente) –S?. (Los otros). –Entonces empezaremos con el punto siete. ?Qu? sugiere Renato? (Rafael) – Estaba pensando en hablar de la cuesti?n de los desacuerdos y sus posibles soluciones. (Renato) – A m? me gust?. ?Qu? opinas, hermano? (Rafael) – Demasiado bueno para reflexionar. (Uriel) – Este Renato es un genio. (Philliphe) – Por eso te eleg? para que fueras mi compa?ero de aventuras. (el Vidente) –Gracias, muchachos. Ni un poco menos. Deja hablar a Isael. (Renato) –Bueno, la gente, una familia o una sociedad es un conjunto complejo de personas, cada una con su propia personalidad y opiniones. Ante esto, es normal que los malentendidos ocurran en un momento u otro. El problema es cuando esto sucede con frecuencia o va m?s all? de los l?mites. En este punto, es necesario detenerse para repensar las actitudes y buscar formas de reanudar la armon?a. (Isael) – ?Cu?les ser?an estos medios? (Philliphe estaba interesado) – Bueno, cada caso es un caso. En general, buscar el punto de fricci?n, di?logo y negociaci?n para que las partes disidentes queden satisfechas. Todo con gran respeto. (Isael) – Lo tengo. Ahora recuerdo algunas conversaciones que tuve con mi difunta esposa. Si tuviera esta informaci?n no la habr?a lastimado. (Philliphe) Philliphe se agacha, coge un pa?uelo en el bolsillo y se limpia las l?grimas que le caen de los ojos y moja su sudorosa cara. Con cada palabra que pronunciaba, recordaba a su familia que causaba emociones incontrolables. Pero fue una buena emoci?n y sinti? que no estaba lejos del d?a en que habr?a superado muchos de los estigmas causados por la tragedia. Este era todo ese maravilloso equipo que estaba tratando de ayudarlo. Tres minutos m?s tarde, guarda su pa?uelo y se propone seguir participando y escuchando a los dem?s. – No te culpes, Philliphe. Lo que pas?, pas?. Lo importante es vivir el presente y prepararse para el futuro si Dios lo permite. (el Vidente) – Sabias palabras, hijo de Dios. Esa es la clave de tu renacimiento, Philliphe. (Isael) –El problema es tener la fuerza para llegar a este nivel. (Philliphe) – As?, dice Yahv?: "Si escuchas mi voz en las diversas manifestaciones de tu vida, incluida ?sta, te prometo que no habr? m?s llanto ni sufrimiento en ella. S?lo felicidad y ?xito. " (Rafael) " Cuando digo que ya no habr? m?s llanto ni sufrimiento, ustedes estar?n plenamente preparados para enfrentar los fracasos, las tragedias y las desilusiones que ocurran. No tendr?s m?s influencia en tu vida y caminar?s a pasos agigantados para lograr victorias importantes", dice Yahv?. (Uriel) – Que as? sea! (Philliphe) – Recordar que para que esto sea posible requerir? mucho compromiso y dedicaci?n por nuestra parte. Estamos en la primera de las diez ciudades por las que pasaremos, es decir, estamos en la punta del iceberg. (Aclar? el vidente) – No tengo miedo. Desde que decid? buscar a Renato y a ti, era consciente de que no ser?a f?cil. Prometo que no habr? falta de voluntad por mi parte. (Philliphe) – ?Qu? bonito! (el Vidente) – Yo tambi?n estoy feliz. Desde que llegaste a m? en la monta?a not? un brillo diferente en tus ojos. Un brillo caracter?stico de los guerreros. Sepa que puede contar conmigo para lo que necesite. ?Amigos siempre! (Renato) – Gracias, Renato. Lo rec?proco tambi?n es cierto. (Philliphe) –Muy bien. No te olvides de nosotros tambi?n. Necesitar, es s?lo tener en cuenta o llamar nuestros nombres que les ayudar?. Estamos a su disposici?n. (Rafael) –Somos como si fu?ramos tus ?ngeles guardianes. (Cumpliment? Uriel) – Consid?rame un amigo tambi?n. (Isael) –Gracias a los Tres. Gracias tambi?n a Renato y Philliphe por embarcarse conmigo en otra aventura. (La Vidente) –…de nada. Me encantan nuestras aventuras, Riendo. (Renato) –Te lo agradezco. (Philliphe) – Bueno, amigos, estoy exhausto. Ahora el pr?ximo que elija ser? yo. ?Qu? hay de eso? (Rafael) – No hay ninguna objeci?n. (el Vidente) – Yo tampoco. (Philliphe) –Yo, mucho menos. (Renato) – ?No acepto! R?e. S?lo bromeaba, hermano. (Uriel) –Puedes hablar, Rafael. (Isael) – Veamos.... (Rafael) Rafael frunci? el ce?o y dej? un estado de ?nimo de suspenso en el borde que estaba planeando para la continuaci?n del c?digo de Dios. Sea lo que sea, ser?a ciertamente instructivo viniendo de un ser de tanta iluminaci?n y experiencia que ?l hab?a mostrado. ?Hacia el pr?ximo cap?tulo! 2.8- Conducta General – Es lo siguiente: Propongo un desaf?o. Cada uno de ellos har? una lista de cinco mandamientos distintos esenciales para la comuni?n con Dios. No vale la pena repetir o copiar del otro. ?Todo el mundo est? bien? (Rafael) –Interesante. (el Vidente) –…instigando. (Philliphe) – Emocionante. (Isael) –Lo intentaremos. (Renato) –Comienza, hermano. (Isael) –Mis cinco mandamientos son: Amor y temor a Dios, misericordia, justicia, guerra y sinceridad. (Rafael) – Genial, hermano. ?Podr?a ser m?s espec?fico? (Uriel) – Hay un solo Dios, m?ltiple, omnipotente, omnipresente, omnisciente, y debemos amarlo y respetarlo por encima de todas las cosas; por grande que sea la distancia del pecado entre Dios y la criatura, mientras haya vida siempre hay esperanza, pues todos los pecados ya han sido pagados por Jesucristo. La misericordia de Yahv? es infinita; cosechamos lo que sembramos, esta es la m?xima. La misericordia s?lo puede superar la justicia con mucho atractivo y fe; la paz es preferible a la guerra. Sin embargo, estamos preparados para luchar por los dos hijos de Dios contra las fuerzas de las tinieblas; s? sincero contigo mismo y con los m?s elevados en todo sentido. De la sinceridad viene la confianza y la armon?a. (Rafael) – ?Pasta! (el Vidente) – Perfecto (Philliphe) –?Sent? las vibraciones aqu?! ?Dios est? con nosotros! (Isael) –?Cu?l es el siguiente? (Renato pregunt?) – ?Yo! Escuche lo que Yahweh dice: Ama al pr?jimo incondicionalmente y con un amor igual o mayor que el tuyo; no mates; no robes; no seas orgulloso; evita la envidia. (Uriel) – ?Ya lo he hecho! (Renato) – Todav?a no sigo todos estos puntos. (confes? Philliphe) – Estoy trabajando duro en todos estos puntos. Dejo que Dios juzgue mi comportamiento. (Informado al vidente) – Estoy con Philliphe y el vidente. (Isael) – ?Precauci?n! No se subestime ni se sobrevalore. Sigue lo que dijo el hijo de Dios. (Rafael) – El amor se manifiesta en las peque?as y grandes cosas, en una palabra de consuelo a los afligidos, en la protecci?n del pr?jimo en los momentos dif?ciles, en la resignaci?n, en la entrega, en la complicidad del d?a a d?a; cuando digo que no matar?s, abarca no s?lo la agresi?n misma, sino todo acto de desprecio, de odio, de rabia o de humillaci?n del otro. Recuerda, olla de barro, que no eres el due?o de tu propia vida m?s que la siguiente. Ten mucho cuidado porque te pedir? cuenta en un d?a imprevisto (El d?a del ladr?n) y si no te has preparado puedes prepararte para el llanto y la oscuridad como dije hace dos mil a?os. En lo que respecta al robo, no puedo soportar a los granujas o a los perezosos que andan como lobos en busca de las ovejas trabajadoras, ustedes est?n cobrando deudas en lugar de tesoros. ?Con qui?n me pagar?s? ?O qu? tiene el hombre para darme a cambio? Como dijo mi hijo, si tu miembro te lleva al pecado, t?ralo antes de que todo tu cuerpo sea condenado. Con respecto al orgullo, esto es lo que est? llevando a muchos a la perdici?n. Usted es polvo y muchos son importantes porque tienen dinero, posici?n o estatus. Porque yo digo: Esto no me sirve de nada mientras mido mis corazones y busco lo verdaderamente puro, arrepentido, sincero y honesto. Algunos podr?an preguntarme: ?C?mo lograr esto? Aprended de mis hijos, mansos y humildes de coraz?n en todas las situaciones a pesar de toda su grandeza. En ellos yace mi amor y mi gracia. Finalmente, trabaja y ded?cate a tus metas y no cultives la envidia. Cada uno tiene lo que se merece en el momento oportuno y no sirve de nada compararse con nadie porque cada uno tiene su historia. Yo soy el padre de todos y estoy dispuesto a cooperar siempre y cuando hagas tu parte, Palabra de Yahweh. (Uriel) –?Gloria a Dios! (Renato) –Palabras que dirigen y calman mi coraz?n. (Philliphe) – ?Aleluya! (Isael) – ?Qui?n ser? el pr?ximo en enumerar los cinco conductos? (Rafael) – ?Puedo ser yo? (pregunt? el vidente) – S?, hijo de Dios. (Rafael) – Mis mandamientos son: Respeto a Dios y a las personas, no cultivar prejuicios de ning?n tipo, practicar la caridad, proliferar el amor y la amistad, cultivar y mantener la integridad. (el Vidente) – Detalles para cada uno de nosotros. (Se solicita Uriel) – He aprendido de la experiencia de la vida que el respeto est? en el coraz?n de todo entre familiares, compa?eros de trabajo, amigos, conocidos porque impone l?mites y un cierto desapego necesario para mantener nuestra privacidad. En cuanto al prejuicio, no lo admito en absoluto porque el valor del ser humano no est? en su raza, etnia, color, elecci?n sexual, sexo, equipo de f?tbol o clase social, sino en sus actitudes, obras y palabras que traducen el de su ser. En tu coraz?n est? tu verdadero tesoro. Ya en la cuesti?n de la caridad, siempre que sea posible, es bueno ayudar a los necesitados, tanto en lo material como en lo espiritual. Este acto ennoblece el alma. En cuanto a la conducta de las relaciones, soy de mente abierta y busco cultivar el amor y la amistad con todas las criaturas. Sabes, no importa si eres de mi sexo o no, lo que importa es la afinidad, el afecto, el respeto, la individualidad de cada uno. El mundo es maravilloso s?lo por la diversidad. Por ?ltimo, cultivar algunos valores b?sicos a diario es esencial para mantener la integridad, el honor y la dignidad. Estoy feliz con lo que aprend? de mis padres, maestros de vida, amigos, parientes, conocidos, extra?os y especialmente con Dios. Me han hecho un ser ?tico, realizado y comprometido con mi don para ayudar a toda la humanidad. (declar? el vidente) El vidente se detiene un rato. Se pasa la mano por la cara para ocultar algo, quiz?s una l?grima olvidada. En sus treinta y un a?os de vida, hab?a vivido experiencias y emociones intensas: Hab?a fracasado, se hab?a sentido decepcionado, hab?a pasado una noche oscura de su alma lejos de Dios y de los buenos modales, pero se cri?. Ahora estaba trabajando para el ?xito de su proyecto "El Vidente", renunciando a otros sue?os por ?l (porque la vida est? hecha de elecciones), y ten?a la conciencia de que Dios estaba con ?l todo este tiempo, en los buenos y en los malos tiempos. Se sinti? preparado para el ?xito y junto con sus colegas quiso mostrar un poco del maravilloso ser que lo acompa?? al mundo. Dar su testimonio se hab?a mezclado con ?l. Al sentir este momento, sus colegas se le acercan, abrazan y consuelan de todas las maneras posibles. Unos momentos m?s tarde, el vidente se calma un poco m?s, los colegas vuelven a sus asientos y luego se reanuda el chat. – Gracias a todos. Lamento mi debilidad. (el Vidente) – No te preocupes. Tambi?n he tenido incontables cambios de humor. (Observ? a Felipe) –Somos un equipo. Puedes contar con tu viejo Renato siempre. (Renato) –?Qu? edad tiene? ?No es tu Aldivan? (Interpreta a Isael) –Viejo hombre en sabidur?a y joven en edad. (Contesta el vidente) –Gracias amigo. (Renato) – Bueno, como todo volvi? a la normalidad, ?qui?n es el siguiente en hablar? (Rafael) – ?Yo! (Philliphe declar?) –Tranquilo, Philliphe. (Uriel) Felipe se levant? de su asiento y se par? en el medio, con visibilidad entre todos ellos. Se qued? all? un momento como para pensar en las mejores palabras para describir su estilo de vida. ?Qu? sugerencias tendr?a para que la humanidad las siguiera? Ser?an cinco art?culos m?s pronunciados por un hombre que sufri?, marcado y rebelde por una tragedia, pero profundamente conmovido por Dios en esa ciudad llamada "Familiarizando en el desierto". Pasemos a su pr?ximo discurso: – Mis cinco mandamientos son: Dedicaci?n al trabajo, socializaci?n, ocio, ayuda mutua y separaci?n de prioridades. Con respecto al primer mandamiento, puedo decir que el trabajo dignifica al hombre, sea lo que sea. Sin embargo, si su sue?o est? mejor colocado en el mercado laboral, luche y ded?quese hasta el final. Este es mi consejo. En cuanto a la segunda pregunta, entiendo que la socializaci?n es esencial tanto para las ideas como para los proyectos. "Mu?strate al mundo sin miedo." El punto tres es esencial para nuestra salud mental y debe disfrutarse al menos una vez por semana. Recuerda: Dios trabaj? seis d?as y descans? en el s?ptimo. Los dos ?ltimos puntos que aprend? despu?s de la tragedia y el consejo que doy es que luches por tus sue?os. Sin embargo, preste atenci?n a qui?n est? de su lado y a apoyarle en todos los aspectos. El dinero no lo es todo, ni tampoco trae felicidad. (Philliphe) – ?Espl?ndido! La vida nos ense?a muchas cosas a trav?s de sus dolores. (Isael) – ?Y c?mo! Aunque era tan joven, experiment? experiencias crueles y extra?as que me hicieron reflexionar y tomar el camino correcto. ?Quieres que lo comparta? (Renato) – Por supuesto. Estamos aqu? para esto. (Rafael) –Dios quiere escucharte hijo y hacerte entender. (Uriel) –Yo tambi?n quiero saber sobre tu dolor. (Isael) –…esperando. (Philliphe) – Si?ntase libre, camarada. (el Vidente) – Mis quince a?os de vida me han mostrado muchas cuestiones de la existencia, muchas de ellas opuestas. Sin ning?n temor declaran que mis mandamientos lo son: No har?s da?o a tu pr?jimo, seguir?s las reglas que no interfieren con tu felicidad, no jugar?s con los sentimientos de los dem?s, ser?s leal a todos, y pides buenos consejos. (Renato) – ?Cu?l es la importancia de esto para ti? (Uriel) – Es mi "Norte" cuando tengo dudas. (Renato) – Muy bien. ?Dios te ama! Qu?dese con esto. (Rafael) – Gracias. Yo tambi?n lo amo. (Renato) –…dijo Dios: "Los que me aman son los que guardan mis mandamientos y los practican continuamente. Porque la fe no vale nada sin obras". (el Vidente) – ?Brillante! Gracias por las palabras, hijo de Dios. (Philliphe) – No hay de qu?. (Narrador de la fortuna) – Creo que me inserto en este contexto, ?no es un socio? (Renato) –Por supuesto, s?. S?lo complement? la informaci?n para los dem?s. (La Vidente) – Ahora s?lo hay uno para hablar, Isael. (Intervino Raphael) – Es verdad. Mis mandamientos son: Ternura, fidelidad, compa?erismo, pureza y sabidur?a. Estos cinco elementos combinados hacen que el ser humano tenga un grado muy alto de elevaci?n. (Isael) –?Notado! (Philliphe) –?Bien recordado! A menudo intento hacer esto. (El Vidente) –?Es posible llegar hasta all?? (Renato) –Casi imposible. Pero cuando el ser humano abre la luz divina todo es posible. (Rafael) –Con Dios puedo hacer todo, sin ?l no soy nada. (Complement? Uriel) – ?Ya es suficiente! Paremos un poco y reflexionemos. Diez minutos m?s para parar. (Solicit? Rafael) – No hay problema. ?Todo el mundo est? bien? (El Vidente) – De acuerdo. (Todos) El grupo se tom? un descanso del trabajo y se tom? un descanso para pasear por la plaza y tomar fotos de recuerdo. A su regreso, experimentar?an de nuevo el poder divino que los acompa?aba y los ayudaba a escribir el "C?digo de Dios", un c?digo que los ?ngeles y los humanos siempre han buscado, pero que por iron?a del destino s?lo ahora se estaba desarrollando. ?Sigue siempre en marcha! 2.9- Herencia La pausa termina y el equipo regresa a sus respectivos asientos en las orillas de la plaza central de Familyng. Llenos de expectativa, los visitantes esperan una demostraci?n de uno de los gu?as y contemplan que esta vez Uriel es el primero en hablar. – Mis amigos y hermanos, tengo un ?ltimo punto que discutir con ustedes. Hablaremos de la herencia. ?Est?n todos de acuerdo? (Uriel) – S?. (Los otros) – Le pido la palabra al especialista Isael. (Uriel) – Todos nosotros nacemos en una familia que tiene sus propios y ?nicos conceptos. Para muchos, esforzarse por dejar una herencia para que sus hijos sobrevivan es una cuesti?n de honor. ?Crees que esto es importante? (Isael) – Bueno, no est? mal dejar algo para ayudar a tus hijos en el futuro. Lo malo es cuando te concentras s?lo en esto porque lo m?s importante son los valores ?ticos que nunca se pierden. (dijo el vidente) –En mi familia, siempre he dejado claro la importancia del trabajo y la independencia de cada uno. No se preocupe por la herencia. (Philliphe) –Lo que mis padres me dejaron de su herencia fue el recuerdo de las palizas y la miseria. Despu?s de conocer a la guardiana, volv? a so?ar. (Renato) – ?Lo siento, Renato! Me alegra que hayas encontrado a alguien como ella. No todo es tan afortunado. (La Vidente) – Lo s? y doy gracias a Dios por ello. (Renato) –Escuchen todos. As?, dice el Se?or: No se preocupe por el d?a, ni por el mes, ni por el a?o venidero. Preoc?pate de hacer siempre el bien, de trabajar con dignidad para que otras cosas te sean a?adidas. (Rafael) – Y m?s: "Busca aprender las buenas costumbres, la ?tica, la sabidur?a, la sinceridad, la fidelidad de que esto es lo que realmente importa. Son su verdadera herencia junto con su amor y respeto". (Uriel) – ?Gloria a Dios! (Renato) – Palabras que me encantan. (Philliphe) –?Salud a mi padre! (el Vidente) – Am?n. (Rafael y Uriel) – Lo has dicho todo. Estoy satisfecho con mi trabajo y con el magn?fico ambiente que se ha formado entre nosotros. Pero tengo que irme ahora. El se?or me llama a mi negocio. (Isael) – Gracias por su paciencia y su sabidur?a. ?Muy agradecido! (Rafael) –Saluda a Yahveh de tu parte. (Uriel) –Cuando lo vea, lo har?. (Isael) – Su participaci?n agreg? mucho. Gracias. (el Vidente) – Nunca lo olvidaremos. (Renato). –Ayudaste mucho. (Philliphe) – Gracias a los tres. Ustedes son un equipo de garras. Le deseo suerte, felicidad y ?xito a su manera. Hasta que. (Isael) – Hasta… (Los otros) Ya lo he dicho. Isael los abraz? a todos y finalmente se fue desapareciendo poco despu?s. Ahora s?lo quedaban cinco, y el vidente insisti? en pronunciarse. – ?Y ahora? ?Qu? ser? de nosotros sin Isael? (el Vidente) –Cumpli? su misi?n. Volvamos a la posada. ?De acuerdo? (Rafael) –Por supuesto, hermano. T? eres el jefe. (Uriel) – Est? bien. Est? bien. (el vidente asinti?) –?Vamos? (Renato) – ?V?monos! (Philliphe) A la se?al, el grupo se fue y como el hostal estaba cerrado con ocho minutos ya llegaron al establecimiento. ?Y ahora? ?Cu?l ser?a el destino de estos esp?ritus llenos de esp?ritu santo? ?Continuar?an desentra?ando los secretos de la voluntad, renunciando o fracasando en el camino? Todas estas hip?tesis eran posibles en funci?n de su destino, suerte y dedicaci?n. ?Hasta el pr?ximo cap?tulo! Parte III – Religiosos Al entrar en el establecimiento, los miembros del grupo se dirigieron a sus respectivas salas. Al llegar all?, fueron a los ba?os a ducharse. En treinta minutos, ya han completado este ejercicio y despu?s de reunirse en la cocina para cenar. Hubo otros veinte minutos en este segundo proceso. De com?n acuerdo, decidieron partir en ese momento en busca de la segunda ciudad, aunque ya era de noche porque ella estaba a una distancia considerable. Y as? lo hicieron. Pagaron el alojamiento en el albergue, empacaron sus maletas, y cuando estuvieron listos salieron juntos del establecimiento y tomaron un sendero que s?lo Rafael y Uriel conoc?an. En el camino, cruzaron el centro de la ciudad, tomaron la direcci?n norte y con veinte minutos ya abandonaron el eje urbano. A partir de entonces, se movieron en la inmensa oscuridad del desierto. Cuando estaba todo oscuro, Rafael y Uriel sacaron potentes linternas de la mochila que parec?an del d?a a la noche para hacerse una idea. Este hecho tranquiliz? en parte a los viajeros con sus dudas, residiendo s?lo en los detalles de la segunda ciudad que, seg?n se le inform?, estaba a diez kil?metros de distancia. La marcha de los miembros del equipo se mantuvo firme durante mucho tiempo hasta que se solicit? una primera parada. Philliphe fue la causa. Sus piernas le dol?an y sus ojos estaban hinchados por los esfuerzos del d?a. Esperaron treinta minutos hasta que se sinti? mejor y reanudaron la caminata. Pasa un poco de tiempo, y cuando han pasado exactamente tres horas, deciden acampar y dormir porque no tiene sentido que se arriesguen en la peligrosa noche del lugar. Como se les advirti?, Rafael y Uriel trajeron carpas inflables armadas, lo que les dio refugio a todos. Como hac?a mucho fr?o, se cambiaron el uno al otro usando un grueso mono. Aquellos que no hab?an pedido prestado a otros. Eran exactamente las 10:00 de la noche y mientras no se duerme empiezan una conversaci?n amistosa entre ellos. – ?Est?s disfrutando el viaje, hijo de Dios? (Pregunta Rafael) – Muy emocionante. A pesar de la experiencia adquirida en otras aventuras, puedo decir que se ha vuelto peculiar. (el Vidente) –?Y t?, Philliphe, te sientes mejor? (Pregunta Uriel) – Encontrarme a m? mismo poco a poco. A cada momento, absorbo m?s la atm?sfera local, la compa??a de ustedes, la naturaleza misma. Vale la pena. (Philliphe) –Esto es s?lo el principio. (Vio a Uriel) –?C?mo se llama esta segunda ciudad? (Quer?a conocer a Renato) – Religioso. Una ciudad diversa que alberga a todas las denominaciones religiosas. All? aprenderemos un poco de cada uno de ellos. (Informes Raphael) –Belleza. (Renato) –Muy interesante. Siempre he tenido esta curiosidad. Hay mucho misterio y prejuicio a su alrededor. (Observ? a la vidente) – Yo tambi?n lo he hecho. (Report? a Philliphe) – Tendremos las respuestas en nuestra pr?xima reuni?n. Despu?s, pueden sacar sus propias conclusiones. Muy tranquilo. (Uriel) – ?Cu?l es su religi?n? (Renato) – Soy un todo como Dios es. (La Vidente) – Soy un cristiano cat?lico. (Philliphe) – Yo y mi hermano somos de la luz. ?Y el tuyo Renato? (Rafael) – No tengo religi?n. Creo en una fuerza superior que une a la naturaleza con su creador. (Renato) – Al final de todo, buscamos una explicaci?n para nosotros mismos, para el universo y para todo lo que existe a nuestro alrededor. "El c?digo de Dios" es una gran oportunidad para entender esta fuerza creativa. (La Vidente) – La verdad. Todo esto se lo debemos a nuestros queridos gu?as Rafael y Uriel. (Philliphe) – De ninguna manera. Fuiste t? con tu coraje el que desencaden? el proceso. (Rafael) –S?lo somos tu protecci?n. (Uriel) – De todos modos, por lo que tengo entendido, son nuestros ?ngeles. (Renato) – Nada de bromas, Renato. Los ?ngeles no existen. (Philliphe) –?Por qu? dices eso, Philliphe? ?Por la tragedia? (El Vidente) – Esa es una de las razones. Soy un poco esc?ptico. (Philliphe) –Es normal y es tu derecho. Pero deja al chico. (Rafael) – Lo siento. fue inadvertidamente. (Philliphe) –?Creo! (Renato) Rafael y Uriel abrazaron a Renato y por un momento se sinti? bien protegido. No importaba lo que fueran. Sab?a que pod?a contar con ellos en los momentos m?s dif?ciles. Al final del abrazo, Uriel dijo: –?Qu? tal si dormimos? Ma?ana ser? un d?a largo. – Me encantar?a. (La Vidente) –Eran las mejores palabras del d?a. Sabes, soy demasiado viejo para todo esto. (Philliphe) –?Y si hay una serpiente, un escorpi?n u otro animal venenoso? (Pregunt? el temeroso Renato) –…puedes irte. Yo har? guardia. No temas hacer da?o en absoluto. (Rafael) – Est? bien. Est? bien. (Renato) –Gracias hermano. (Agradeci? a la vidente) La noche cae con fuerza y el grupo de aventureros intenta dormir. As? termina el d?a en el misterioso desierto. ?Qu? les esperaba? Seguidme, lectores. 3.1- Las diferentes religiones Ya est? amaneciendo. Uno por uno, los miembros del personal se desperezaban y se despertaban unos a otros. Hacen un bocadillo r?pido y cuando todos terminan, la caminata se reanuda inmediatamente. Ahora s?lo quedaban cuatro kil?metros para llegar a la nueva ciudad llamada Religiosa, que ten?a como caracter?stica la diversidad y la verdad sobre todas las religiones y eso es exactamente lo que buscaban en ese momento. Al inicio de la recuperaci?n, tienen la oportunidad de conocer y apreciar la extensi?n del desierto con su suelo polvoriento, la baja humedad, el sol constante y pr?cticamente la ausencia de vegetaci?n. ?Qu? hermoso y desafiante fue al mismo tiempo estar all? en busca de un c?digo deseado por toda la creaci?n del universo, el descubrimiento de un Dios invisible que los am? y los protegi? continuamente! Tuvieron mucha suerte. La marcha contin?a de manera firme y regular y con un poco de esfuerzo concluyen dos kil?metros. Como nadie se queja, siguen adelante ininterrumpidamente. El sol calienta un poco m?s, el sudor corre, pero esto en lugar de desalentarlos los instiga a querer m?s. ?Incluso eran guerreros! En los otros dos kil?metros, los gu?as se toman el tiempo para guiarlos en los siguientes pasos a seguir. Los ?ltimos metros son dif?ciles por el gran esfuerzo realizado en d?as anteriores. Pero pueden caminarlos. En un momento dado, Rafael y Uriel, caminando hacia adelante, rezaron en silencio y f?cilmente desataron un campo de fuerza. Se abre entonces un portal y se accede a la primera avenida de la ciudad desde el lado sur. Recorren aproximadamente 500 metros , giran a la derecha, caminan una veintena de casas m?s y llegan a un hostal en el centro llamado vida bella. Êîíåö îçíàêîìèòåëüíîãî ôðàãìåíòà. Òåêñò ïðåäîñòàâëåí ÎÎÎ «ËèòÐåñ». Ïðî÷èòàéòå ýòó êíèãó öåëèêîì, êóïèâ ïîëíóþ ëåãàëüíóþ âåðñèþ (https://www.litres.ru/pages/biblio_book/?art=57159191&lfrom=688855901) íà ËèòÐåñ. Áåçîïàñíî îïëàòèòü êíèãó ìîæíî áàíêîâñêîé êàðòîé Visa, MasterCard, Maestro, ñî ñ÷åòà ìîáèëüíîãî òåëåôîíà, ñ ïëàòåæíîãî òåðìèíàëà, â ñàëîíå ÌÒÑ èëè Ñâÿçíîé, ÷åðåç PayPal, WebMoney, ßíäåêñ.Äåíüãè, QIWI Êîøåëåê, áîíóñíûìè êàðòàìè èëè äðóãèì óäîáíûì Âàì ñïîñîáîì.
Íàø ëèòåðàòóðíûé æóðíàë Ëó÷øåå ìåñòî äëÿ ðàçìåùåíèÿ ñâîèõ ïðîèçâåäåíèé ìîëîäûìè àâòîðàìè, ïîýòàìè; äëÿ ðåàëèçàöèè ñâîèõ òâîð÷åñêèõ èäåé è äëÿ òîãî, ÷òîáû âàøè ïðîèçâåäåíèÿ ñòàëè ïîïóëÿðíûìè è ÷èòàåìûìè. Åñëè âû, íåèçâåñòíûé ñîâðåìåííûé ïîýò èëè çàèíòåðåñîâàííûé ÷èòàòåëü - Âàñ æä¸ò íàø ëèòåðàòóðíûé æóðíàë.