Как подарок судьбы для нас - Эта встреча в осенний вечер. Приглашая меня на вальс, Ты слегка приобнял за плечи. Бабье лето мое пришло, Закружило в веселом танце, В том, что свято, а что грешно, Нет желания разбираться. Прогоняя сомненья прочь, Подчиняюсь причуде странной: Хоть на миг, хоть на час, хоть на ночь Стать единственной и желанной. Не

Mi Hurac?n Eres T?

Mi Hurac?n Eres T? Victory Storm Victory Storm MI HURAC?N ERES T? Victory Storm Texto copyright © 2020 Victory Storm Correo electr?nico de la autora: [email protected] http://www.victorystorm.com Traductor (italiano ? espa?ol): Aleinad13 Editorial: Tektime Este es un trabajo de ficci?n. Los nombres, personajes, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son producto de la imaginaci?n del autor o se usan ficticios. Todos los derechos reservados. Ninguna parte del libro puede ser reproducida o difundida por ning?n medio, fotocopias, microfilm u otro, sin el permiso del autor. Portada: dise?o gr?fico Victory Storm - Enlace: https://stock.adobe.com Mi Hurac?n Eres T? LUCAS. Hace cuatro a?os, Kira se fue, dej?ndome solo en el peor momento de mi vida. Nunca la perdonar? por esto. Ahora ella est? de regreso y todo el odio que siento dentro de m?, me mantiene alejado de ella. Y, sin embargo, cada vez que me mira, me siento confundido, perdido y asustado, pero no debo olvidar qui?n soy: solo soy mercader?a da?ada y nadie amar?a a alguien como yo. KIRA. Despu?s de cuatro a?os de distancia y desesperaci?n por ese desprendimiento forzado, finalmente regres? a Lucas. Pero ahora las cosas han cambiado y me encuentro v?ctima de su arrogancia. ?Qui?n es ese tipo que solo conoce la violencia y que usa a las chicas solo para llevarlas a la cama? No s? qu? pas?, pero har? todo lo posible para borrar ese odio que le? en el fondo de su mirada y que lo mantiene alejado de m?. LUCAS Princeton, Kentucky – 28.09.2010 Un hurac?n. Esto hab?a pensado Lucas de frente a la engre?da desconocida que se interpuso entre su padre y ?l. ?Prueba golpearlo de nuevo y te denuncio! ?Grito aquel tornado furioso, haciendo asustar al mismo Lucas, que todav?a ten?a la mano presionando el cachete inflado y ros?ceo, por el ultimo tortazo reci?n recibido. El hombre rio sarc?sticamente frente a esa amenaza est?pida. Ese sonido ronco y duro hizo venir escalofr?os a Lucas por toda su espalda, llev?ndolo a esconderse cobardemente detr?s de la espalda alta de su salvadora, que seg?n parec?a, no estaba espaventada en lo absoluto de esa actitud fingida de su padre. Todav?a Lucas lo conoc?a bien y sab?a que ven?a despu?s de aquella risita banal y m?s a?n despu?s de esa amenaza en velo. En un impulso de coraje, agarro la mochila de su salvadora y lo tironeo lejos antes de que su padre perdiera nuevamente los estribos y pudiese levantarle la mano, o peor, el cinto del pantal?n, tambi?n sobre ella. ?Estate bien atenta a lo que dec?s mocosa ?le advirti? el hombre improvisamente serio, acerc?ndose ahora de m?s. ?Eres t? el que debe estar atento a lo que hace o le dir? a mi madre y ella te mandara fuera junto con todos los padres violentos que golpean a los hijos ?lo desaf?o de nuevo la ni?a con su voz tenue, pero al mismo tiempo fuerte y determinada a no dejarse asustar por aquel paracito. ??Que es lo que has dicho? ?Se enfureci? el hombre, inclin?ndose sobre aquella peque?a criatura que torci? la nariz ante el aliento de alcohol que le sal?a de la boca. Y luego llego el suspiro de su padre. Aquel suspiro que Lucas conoc?a bien: aquel siseo vibrante y tenso que terminaba siempre con un gesto violento en contra de cualquier cosa que se encontrase a su alcance. Con una ojeada furtiva miro profundamente el rostro orgulloso y perfecto de esa ni?a que no se hab?a movido ni un cent?metro, continuando a protegerlo y a tenerlo detr?s de su espalda ligeramente doblada por el peso de los libros que ten?a en la mochila. Sus ojos se detuvieron sobre sus mejillas rosas y perfectas, sobre su peque?a boca, una forma de coraz?n, sin cicatrices o signos de violencia. Ten?a una l?nea un poco extra?a, seg?n Lucas, pero al mismo tiempo curiosa y ?l deseo poder verla mejor en la cara, pero el respiro sin aliento y tembloroso de su padre prevaleci?.. Calmando el miedo y aquellos gemidos de dolor que le sal?an incontrolablemente de la boca, se hizo coraje y con una fuerza propia desconocida logro tironear de un costado a su salvadora justo a tiempo, antes de que la mano de su padre volara despiadadamente sobre el cachete de la muchacha. ? D?jala! ?Grito el muchachito, reuniendo todas sus fuerzas en un desesperado grito. Sab?a que contra su padre no pod?a hacer nada, pero juro a si mismo que habr?a hecho todo lo posible para proteger a esa inocente que hab?a tenido el coraje de afrontar al irascible y potente Darren Scott. ?T? no me das ordenes, ?has entendido? Eres solo un ni?o est?pido que tendr?s el mismo fin que la fracasada de tu madre? , se irrito su padre, agarr?ndolo por la solapa de la chaqueta. Hab?an pasado pocos meses del d?a en el que hab?a encontrado a su madre adormecida en la ba?era llena de agua. Al principio habia permanecido desconcertado al encontrar a su madre vestida en la ba?era, pero luego, cuanto hab?a llegado su padre, todo hab?a asumido otro significado. Todav?a ahora le daba fastidio tratar de ordenar los recuerdos. En ocasiones solo los gritos de dolor y rabia de su padre, mientras tiraba a su mujer fuera del agua y la domestica Rosalinda que lloraba y gritaba que aquella casa estaba maldita, mientras corr?a a llamar una ambulancia. Luego todo se volv?a confuso hasta el funeral de su madre. No sab?a si hab?a llorado, pero recordaba que a su regreso del cementerio esa noche, su padre se emborrach? m?s de lo habitual y comenz? a criticarlo, dici?ndole que era un fracaso ya que su madre era tan cobarde como para suicidarse, dej?ndolo solo para cuidar a un hijo que nunca hab?a querido y que podr?a haber sido un bastardo por todo lo que sab?a, dado el pasado ?spero y libertino de la serpiente que con quien se hab?a casado diez a?os antes. Esa noche, encerrado en su habitaci?n y escondido debajo de las s?banas, hab?a comenzado a temblar y a llamar a su madre en vano, con la esperanza de que fuera a rescatarlo. Desafortunadamente, su sue?o no se hab?a cumplido, ya que nunca hab?a sucedido incluso cuando ella estaba viva, y no le quedaba m?s que llorar hasta que le dolieran el est?mago y la cabeza. Ahora, las frases de su padre lo golpearon con la misma violencia esa noche. Se mordi? el labio inferior para no llorar, pero al final las l?grimas lograron fluir copiosamente. ? Pap?, no la lastimes. Por favor —le rog?, sollozando y ocultando su rostro con la manga de su chaqueta para que no la viera esa ni?a que ten?a m?s coraje que ?l. ? ?Mi hijo llorando por una mujer! Esto es nuevo! No tienes car?cter. ?Sabes lo que te digo? ?Te vas a casa solo, as? que aprendes a desobedecerme y ponerte en mi contra! ?Dijo el hombre, girando sobre sus talones y yendo al auto con pasos inestables debido a los tragos de m?s bebidos en la tarde. ?Espera, pap? ?Lucas trat? de detenerlo, asustado ante la idea de irse solo a casa, pero su padre ya hab?a llegado a la puerta y, sin mirarlo, entr? al auto y se fue, dejando a su hijo de nueve a?os, temblando y llorando al costado de la calle. ?No te preocupes. Mi mam? te lleva a la casa con el auto ?trat? de calmarlo la ni?a, que se hab?a quedado al margen observando toda la escena. Su dulce y gentil voz logr? calmar el sufrimiento de Lucas y ?l dej? de llorar. Sin decir una palabra, sinti? la c?lida y suave mano de la ni?a tomar la suya fr?a y temblorosa. Con los ojos todav?a nublados por las l?grimas, se dej? arrastrar hacia la fuente que estaba en el patio desierto de la escuela. La vio sacar de su delantal rosa un pa?uelo de Hello Kitty y mojarlo bajo el chorro de la peque?a fuente. Luego, con una delicadeza desconocida para ?l, la sinti? mientras le ?saba el pa?uelo h?medo y fresco sobre sus mejillas y ojos. ?Mi mam? siempre me hace lavarme los ojos despu?s de llorar para que no se hinchen y enrojezcan ?explic? suavemente, mientras continuaba empapando sus ojos con la tela humedecida con agua. Cuando la ni?a pens? que la limpieza era lo suficientemente satisfactoria, sac? otro pa?uelo limpio y planchado de su mochila. Lo abri? y lo us? suavemente para secarle la cara. Aturdido y disfrutado por esos mimos inesperados y relajantes, se dej? lavar y secar, inm?vil como una mu?eca. El pujante viento de oto?o soplaba con fuerza esa tarde, pero Lucas se encontr? sonriendo feliz por la en?sima caricia que incluso el cielo hab?a querido darle. Sereno como no se hab?a sentido en meses, abri? los ojos y finalmente logr? mirar a su salvadora a la cara, ese hurac?n que en ese momento se hab?a convertido en una brisa fresca de primavera con sus gentiles y delicados gestos. La mir? durante mucho tiempo, hasta que su memoria le record? el nombre de esa ni?a: Kira. Ella era la reci?n llegada y se sentaba en la tercera fila detr?s de ?l en el aula. ? Tienes una cara extra?a ?dijo Lucas, mirando a la ni?a que lo superaba en m?s de diez cent?metros de altura. Aunque era delgada y muy alta, ten?a una cara ancha y redonda que sobresal?a por encima de ese cuerpito delgado doblado por el peso de la mochila. Su piel era muy clara, pero sus mejillas estaban rojas por el fr?o y su peque?a boca en forma de coraz?n estaba angosta y tensa por la concentraci?n que estaba usando para doblar sus dos pa?uelos. Lucas se detuvo con curiosidad en esos labios tan peque?os y carnosos, pregunt?ndose si podr?a comer algo m?s grande que una miga. Pero la parte que m?s lo fascin? fueron los ojos ligeramente cerrados y con un extra?o pliegue almendrado. Aunque escondidos bajo el flequillo negro, recto y demasiado largo, logr? ver dos ojos marrones en llamas con reflejos verde oscuro que le recordaban a los bosques del lago Westurian, donde su padre ten?a una casa, que hab?an usado hasta hace dos a?os para pasar el verano. Con un movimiento de enojo y una bocanada que hizo retroceder el flequillo, la ni?a lo mir? un poco ofendida. ?Y t? eres bajo para ser un ni?o ?dijo la ni?a, cruzando los brazos. ?No pareces americana ?trat? de explicar Lucas, tropezando con las palabras. ?Disculpa, pero ?d?nde estabas esta ma?ana cuando la maestra me present? a la clase? Lucas no se atrevi? a revelar que se hab?a quedado dormido porque su padre lo hab?a mantenido despierto toda la noche con sus ruidos borrachos. Con las manos en las caderas en un gesto desafiante y llenando sus pulmones con un gran aliento, la ni?a resumi? su discurso esa ma?ana, esperando que esta vez quedara grabado en la mente del nuevo compa?ero de clase. ?Mi nombre es Kira Yoshida. Tengo nueve a?os. Mi padre es japon?s y trabaja para el ej?rcito, mientras que mi madre es estadounidense y es trabajadora social. ?Por eso tienes una cara extra?a. Eres japon?s ?dijo Lucas felizmente. ??No tengo una cara extra?a! Mam? dice que tengo las caracter?sticas de la cara de mi padre, pero el color de sus ojos y su car?cter. De todos modos, estaba diciendo que soy mitad japonesa y mitad estadounidense. Puedo hablar bien japon?s e ingl?s y asist? a la Escuela Internacional de Tokio hasta que trasladaron a mi padre aqu? durante cuatro a?os para capacitar a nuevos reclutas para la vigilancia en las embajadas estadounidenses de todo el mundo. Mam? no quer?a estar sola en Tokio, as? que nos mudamos con pap?, aunque en realidad casi nunca est? all?. Soy buena en la escuela, incluso soy m?s capaz para escribir ideogramas japoneses, en lugar de tu escritura, pero mi madre dice que soy una aorendiz veloz y ya he decidido que cuando crezca tambi?n me convertir? en trabajadora social. En Tokio form? parte del club de baloncesto, aunque en realidad nunca me gust? como deporte. Odio los deportes y me encanta ver dibujos animados y leer manga. ??Qu? son los manga? ?Historietas ?explic? Kira, molesta por la ignorancia de Lucas. ??Tambi?n me gustan los Historietas! ?regocij? el chico. ?Entonces te las prestar?. ??En serio? ?Lucas estaba asombrado, ya que nadie en la ciudad quer?a tratar con ?l, mucho menos con su padre. ??Por supuesto! Somos amigos, ?no? Amigos. Esa palabra tuvo el efecto de un verdadero sacud?n al coraz?n para Lucas. ?l no ten?a amigos. Ning?n ni?o se le hab?a acercado por miedo a encontrarse con el poderoso y malvado Darren Scott. Todos los padres y maestros tambi?n eran intimidados por la presencia de su padre y comprendi? r?pidamente que nadie ser?a amigo de ?l. Ni ahora ni nunca. Y aqu?, en cambio, el hurac?n Kira entr? en su vida ese d?a. El apellido ya no se recuerda. Era muy dif?cil de pronunciar. ??Oh Dios! Kira, aqu? estoy! ?Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento! Una mujer se agit?, corriendo hacia ellos sin aliento. ??Mam?! ?exclam? felizmente Kira, corriendo a su encuentro para abrazarla. Ver esa escena, le hizo poner los ojos h?medos a Lucas, que no hab?an podido disfrutar m?s del afecto de su madre, quien cuando estaba viva se dividia entre un trago y una pastilla para dormir, cuando no era atacada por los delirios de celos de su marido. ?Cari?o, perd?n si llegu? tarde tu primer d?a de escuela, pero esta ma?ana me contrataron e inmediatamente tuve que lidiar con algunos expedientes que tuve que llevar a la Corte de Menores antes de venir a ti. Habia mucho tr?fico y lo hice lo antes posible. Lo siento. ?No importa, pero tenemos que llevar a Lucas a casa. Su padre lo golpe? y luego lo abandon? aqu? ?respondi? su hija con su t?pica franqueza genuina pero despiadada, que golpe? tanto a Lucas como a su madre tal una bofetada. ?Kira, estas son acusaciones serias ?advirti? la madre que ya hab?a pasado toda su vida laboral luchando contra los malos tratos o los problemas familiares que eran dif?ciles de superar sin la ayuda de un trabajador social. ?Hay que denunciarlo a las autoridades, hacer una orden judicial y enviarlo tras las rejas ?la ni?a se envalenton?, repitiendo palabras que hab?a escuchado en la televisi?n la noche anterior. ?La pr?xima vez, olv?date de mirar Law & Order conmigo ?su madre agreg?, antes de acercarse al ni?o. ?Y t? debes ser Lucas, ?verdad? Mi nombre es Elizabeth Madis y soy la madre de Kira. Lucas asinti? t?midamente frente a esa mujer sonriente y de mirada dulce y valiente de color verde. Kira ten?a raz?n: ten?a los mismos ojos que su madre, pero por lo dem?s, no se parec?an mucho. El cabello negro y brillante de Kira contrastaba con el cabello ondulado y caramelizado de su madre. ?Kira dice que tu pap? te golpe?. ?Es eso cierto? ?S?, es verdad. Su mejilla estaba toda roja ?intervino Kira, mirando a su madre. ?Sucede ?Lucas susurr? con inquietud. Ni siquiera quer?a pensar en lo que dir?a su padre si supiera de esa conversaci?n. ?Ya veo. ?D?nde est? ?l ahora? ?En casa. Estaba enojado. ??Qu? hay de tu madre? Lucas tard? varios segundos antes de responder. ?Se ha ido. ?Lo siento mucho, cari?o ?la mujer lo consol? de inmediato, acariciando su rostro. ??Recuerdas la direcci?n de tu casa? Si quieres te llevamos. Tengo un auto estacionado afuera de la puerta. Lucas sonri? agradecido. Alguien hab?a venido a salvarlo. Volvi? a mirar a la mujer y le pareci? un ?ngel. ?Esta mochila debe ser muy pesada, Lucas. D?melo, as? lo pongo en el asiento trasero ?ofreci? la mujer. El ni?o se volvi? y Elizabeth logr? quitarle la mochila de los hombros, pero al hacerlo, tambi?n agarr? su chaqueta y camisa tirando de todo. ?Oh, la mochila qued? atrapada en la ropa. Espera a que te libere ?Elizabeth le minti?, inclin?ndose hacia el ni?o sin darse cuenta de que acababa de resaltar un largo moret?n que corr?a de lado a lado. El signo del cinto de tres d?as atr?s. Los ojos rasgados y los labios entrecerrados hasta blanquease hicieron retroceder a Kira, quien sab?a que esa expresi?n era el preludio de un terrible rega?o, pero cuando la madre se levant?, inesperadamente regres? sonriendo, confundiendo a su hija. ?Vamos a casa, ?pero antes de que me dicen de un buen helado o una rebanada de pastel de Chocoly? ?exclam? la mujer alegremente, haciendo que Kira saltara de alegr?a de haber conocido ese lugar el d?a de su llegada, cuando su madre le hab?a hecho probar el helado m?s grande del mundo y estaba lleno de dulces y galletas. Lucas tambi?n conoc?a el lugar, pero nunca entr?. Apenas llegados con el auto, Elizabeth fue inmediatamente al local, donde dio via libre a los dos ni?os sobre los dulces quienes se llenaron con caramelos, galletas, muffins y crema, mientras ella se escond?a en el lugar m?s apartado del bar para hacer algunas llamadas urgentes sobre lo que acababa de ver en la espalda de ese chico. Lucas comi? hasta reventar bajo la mirada atenta y feliz de la ni?a que lo acus? de ser demasiado peque?o y delgado para su edad. Cuando lleg? el momento de irse a casa, Lucas se subi? a rega?adientes al autom?vil y le dio su direcci?n a Elizabeth, quien inmediatamente configur? el navegador GPS, ya que a?n no dominaba completamente las calles de Princeton. ??Y tu padre quer?a que caminaras ocho kil?metros? ?espet? Elizabeth nerviosamente frente a las indicaciones del navegador GPS. Lucas guard? silencio, pregunt?ndose si ocho kil?metros era mucho. Afortunadamente, Kira estaba all? para distraerlo y el viaje a casa pas? felizmente. Desafortunadamente, tan pronto como la enorme casa de su padre comenz? a verse desde la ventana del auto, la sonrisa desapareci? de la cara de Lucas. Cuando se abri? la puerta, el ni?o se encontr? temblando, pregunt?ndose c?mo reaccionar?a su padre si supiera lo que hab?a hecho. ??Ni?os, esp?renme aqu?! ?orden? Elizabeth, saliendo del auto y dirigi?ndose a la puerta que acababa de abrirse para dejar salir la imponente figura de Darren Scott. ?Sr. Scott, supongo. ?S?, ?qui?n eres? ?Mi nombre es Elizabeth Madis. Encontr? a su hijo solo en la escuela, fuera del horario escolar. Me ocupe de Lucas y lo traje a casa. ?Bueno y ahora vete. ??No! ??No? ?Que quieres? ?Dinero? ?No le ped? que lo llevara a casa! ?Podr?a haberse venido caminando en lo que a m? respecta! ??Pero no le da verg?enza? ?Son casi ocho kil?metros! ?C?mo espera que un ni?o de nueve a?os camine solo! ??Y qui?n eres t? para decirme lo que puedo o no puedo hacerle a mi hijo? ?Soy trabajadora social y siento que existen todos los requisitos para quitarle definitivamente la custodia de su hijo: abandono de un ni?o, violencia f?sica y probablemente tambi?n psicol?gica, tambi?n el ni?o parece desnutrido ... sin embargo, no me parece que usted sea pobre. ??C?mo te atreves a venir a mi casa a insultarme? ?explot? el hombre, arroj?ndose sobre la mujer y luego deteni?ndose a unos cent?metros de su rostro. ?Est?s borracho ?dijo la mujer con el aliento que le llego a la cara. ?Vete o llamar? a la polic?a y te har? perder tu trabajo. Te desterrar? de esta ciudad para siempre ?amenaz?. ?No me asustas. Y sepa que en los pr?ximos d?as le enviar? un control sanitario-ambiental y a un colega m?o para verificar que no haya otros signos de violencia en Lucas o hago que lo encarcelen. ?Me he explicado? Ella continu? sin desanimarse y decidida a vencer. ??Sal de mi casa! ?le grit?, haciendo que el mismo Lucas se asustara mientras r?pidamente tomaba su mochila y sal?a corriendo del auto para correr hacia la casa y poner fin a la disputa. ?Hasta pronto, Sr. Scott ?Elizabeth lo salud? con un dejo de amenaza, antes de volver al auto y marcharse. Cuando el autom?vil sali? de la inmensa propiedad, Darren regres? a la casa donde encontr? a su hijo asustado y sollozando. ??Trajiste a casa una trabajadora social, peque?o bastardo! ?el hombre grit? furiosamente contra su hijo. ?No lo sab?a ?susurr? el ni?o, listo para pagar las consecuencias. ??Esa perra realmente piensa que puede retarme y amenazarme ... en mi ciudad? Me las va a pagar! Y en cuanto a ti, no podr? golpearte en los pr?ximos d?as, ?pero ten la seguridad de que tambi?n pagar?s por lo que has hecho! ?Y ahora vete a tu habitaci?n! Olvidas la cena de esta noche, as? aprendes a no traerme basura a la casa. Lucas no lo hizo repetir dos veces. Como un cohete, vol? a su habitaci?n, agradeciendo a Kira y a su madre en voz baja por la sabrosa merienda especial que le hab?an ofrecido. Todav?a ten?a el est?mago lleno y, aliviado, se zambull? debajo de las s?banas, rezando para que llegara la ma?ana temprano. Quer?a volver a ver a Kira, su amigo especial, ese hurac?n con una boca en forma de coraz?n y ojos de color verde bosque, que hab?a revolucionado su d?a y que en su coraz?n sab?a que pronto cambiar?a su vida. KIRA Princeton, Kentucky – 12.07.2014 ??No puedo soportar m?s esta situaci?n! ?No me importa si Darren Scott es el due?o de la ciudad! Entiendo ... S? ... S? ... ?Absolutamente no! Ni siquiera pienso en rendirme ... ?No me importa si esta guerra ha durado cuatro a?os ya! ?Estoy cansada de permitir que ese monstruo destruya la infancia de un ni?o! S? que ya amenaz? con hacer que me despidieran ... Lo ha intentado durante a?os, pero afortunadamente soy demasiado buena en mi trabajo para obtener el traslado del alcalde ... Entiendo ... S? ... ?Est? bien, pero ya no puedo hacer frente a esta situaci?n! ?Lucas est? herido en mi cocina nuevamente, mientras mi hija lo est? medicando! ?El mes pasado lo lastim? en un labio, hoy tiene un corte profundo en la ceja izquierda! ?Elizabeth Madis continu? gritando en el tel?fono, cerrada en su estudio, convencida de que los dos ni?os en la cocina no la escuchaban, pero desafortunadamente su ira y su frustraci?n parec?a querer romper las paredes. Hab?a estado discutiendo con su jefe durante a?os sobre alguna medida que tomar con respecto al poderoso Darren Scott, pero aparentemente no hab?a un residente de Princeton que no tuviera un miembro de la familia empleado o alquilado en uno de sus edificios de apartamentos en decadencia. Todos le deb?an algo a Darren Scott y todos tem?an las consecuencias. Incluso el jefe de polic?a. Sin embargo, Elizabeth, famosa en su trabajo por obtener siempre los mejores resultados y por el incre?ble sexto sentido en identificar a los podridos en todas las familias de la ciudad, nunca se dio por vencida. Despu?s de cuatro a?os, todav?a trataba de hacer justicia a esa pobre criatura que a menudo se encontraba hospedando y cuidando junto con su hija Kira, que nunca se hab?a alejado desde que conoci? a Lucas. Aunque todav?a era muy joven, Kira tambi?n hab?a asumido los problemas de su mejor amigo y en ese momento estaba demasiado ocupada buscando un gran gasa como para escuchar la llamada de su madre, que de todos modos conoc?a de memoria. ?Quiz?s te quede la cicatriz. Si?ntate y sigue agarrando la gasa ?le orden? a Lucas, molesta y nerviosa consigo misma por no poder evitar otra violencia contra el ni?o. ??Duele! ?se quej? Lucas, sentado en el taburete sobre el mostrador de la cocina, en el que se desparramaba todo tipo de medicamentos, gasas, algod?n y yeso. ??Espera y si?ntate bien! No llegar? all? ?continu? Kira, resoplando e intentando aplicar el parche de gasa m?s grande que hab?a encontrado en su ceja. ?No es mi culpa que seas baja ?brome? Lucas, divertido por la mirada amenazante de Kira, que parec?a salir de una historieta japonesa cuando entrecerr? los ojos. ?Eres solo tres cent?metros m?s alto que yo y, en cualquier caso, me gustar?a recordarte que hasta el a?o pasado ten?as un metro de altura y una gorra ?aclar? Kira de inmediato, quien recientemente hab?a notado c?mo hab?an crecido todos sus compa?eros de clase, mientras que ella, que anteriormente era la m?s alta de la clase, ahora era la m?s baja. Incluso sus dos amigas m?s cercanas, Jane y Roxanne, ahora la superaban, aunque unos cent?metros. ?Quiz?s sea mejor si vuelvo a comenzar el baloncesto ?pens? molesta por el hecho de que en los ?ltimos dos a?os no hab?a crecido ni un mil?metro. ?Y ahora qu?tate la camisa. Est? manchada de sangre ?orden? despu?s, pensando en la cantidad de sangre que hab?a salido de su herida cuando fue a visitarlo a su casa esa tarde festiva. Tuvo que controlarse para no vomitar despu?s de que se desahog? con el padre de Lucas llam?ndolo “carnicero alcoh?lico” y “Jack el destripador”. Solo la intervenci?n de su madre hab?a logrado poner a todos a salvo de la ira fatal del hombre tras los vapores de alcohol. ??Y qu? me voy a poner? ?se agit? Lucas, quien se sinti? avergonzado de tener el pecho desnudo, especialmente porque los ?ltimos signos de la violencia de su padre todav?a estaban grabados en sus om?platos. ?Mam? y yo tomamos una camiseta del mercado ayer. Mam? quer?a d?rtelo para el nuevo a?o escolar, ?pero yo quiero d?rtelo de inmediato! ?yo te la eleg?! ?exclam? Kira con entusiasmo, hizo que Lucas se sonrojara hasta las orejas, pero ella lo ignor? y, tom?ndolo de la mano, como siempre lo hac?a, lo llev? a su habitaci?n, donde su madre hab?a escondido la caja de regalo en el caj?n de los calcetines de su marido. Al llegar a la habitaci?n, Kira y Lucas se encerraron dentro. Tranquilizado por la privacidad, Lucas se quit? la camisa sucia y Kira se abalanz? sobre el paquete colorido, ofreci?ndolo a su amigo. ?Para ti! ?Gracias ?murmur? emocionado, abriendo el peri?dico. Dentro hab?a una camiseta azul y en el centro con un hongo de Super Mario del Nintendo de Kira y su nombre, Lucas, tambi?n estaba impreso debajo. ?Tan pronto como lo vi, pens? en ti, ya que cada vez que pasamos los domingos juntos jugamos a Nintendo. Te encanta Super Mario Bross y saltar a los hongos del juego. ?Yo les salto encima, pero tu siempre vas en contra de ellos y te matan ?le record? Lucas, quien consideraba a Kira un genio en la escuela, pero una mierda en los videojuegos. En respuesta, Kira sac? la lengua y ?l sonri? feliz. ?Entonces, ?c?mo estoy? ?pregunt?, cambiando de tema antes de que Kira comenzara a enumerar los campos en los que lo venci? sin dificultad. Odiaba hacer un juicio apresurado o no ponderado, as? que con su habitual aire de superioridad y sus manos agarradas en sus caderas, comenz? a observarlo cuidadosamente. Su camisa era encantadora y denotaba la musculatura de Lucas que hasta unos a?os antes ni siquiera ten?a. Siempre hab?a guardado silencio al respecto, pero se hab?a dado cuenta de que siempre perd?a en la pelea de almohadas o cuando se empujaban en el sof? o jugaban al baloncesto en el patio. Aunque siempre fue bastante delgado, no quedaba mucho de ese ni?o de nueve a?os que Kira habia conocido cuatro a?os atr?s. El tiempo hab?a pasado y Lucas comenzaba a hacerse m?s fuerte, a crecer y a ser cada vez m?s valiente y audaz. Incluso con su padre, ya no tem?a los golpes que hab?a aprendido a recibir sin derramar una l?grima. Kira lo mir? fijamente durante mucho tiempo y, como siempre, estaba encantada con esa cara que hab?a aprendido a amar, a pesar de que a menudo se ve?a diferente debido a las palizas de su padre. Sus ojos color avellana siempre brillaban bajo esa desordenada monta?a de cabello casta?o, a pesar del velo melanc?lico que Kira hab?a atrapado en sus ojos demasiadas veces. Le hac?a sentir mal saber cu?nto sufr?a su amigo y en todo el tiempo que pasaban juntos, siempre hab?a tratado de hacerlo sentir bien y hacerlo feliz. Una noche, incluso se encontr? llorando en los brazos de su madre, pensando en Lucas. ?Todav?a eres demasiado peque?a para un peso tan grande, pero como eres lo suficientemente madura como para notarlo, ?trata de hacer todo lo posible para hacerlo sonre?r! ??Kira, si quieres ayudar a Lucas, no tienes que llorar sino ser fuerte por ?l! ?Le hab?a dicho su madre esa vez. En ese momento, no hab?a entendido mucho lo que su madre quer?a decir con esas palabras, pero desde ese d?a hab?a tratado de ser siempre feliz y protectora de su mejor amigo. Y ahora, a?os m?s tarde, se encontraba con un Lucas adulto, m?s fuerte y mucho m?s hermoso. ??Y? ?Lucas la inst? ansiosamente. Ciertamente no estaba acostumbrado al silencio de Kira, la sabelotoda m?s picante de la escuela. Gracias a ella, nadie se hab?a permitido burlarse de ?l, incluso cuando result? que sus dificultades escolares se deb?an a una dislexia leve, que, sin embargo, el logopeda y el psic?logo escolar no pudieron certificar debido a que el padre del ni?o hab?a silenciado todo tan pronto como comenz? a hablar sobre el maestro de apoyo y pruebas m?s acordes para ayudar a su hijo a vivir mejor su discapacidad. Fue precisamente esa palabra, discapacidad, lo que caus? el infierno y envi? al logopeda al hospital con un tabique nasal desviado. En ese caso, el poderoso Darren Scott no se hab?a safado f?cilmente y tuvo que desembolsar una gran suma de dinero para evitar una denuncia formal. ?Eres hermoso ?dijo Kira, manteniendo sus ojos en la camisa. ??Hermoso? ?repiti? divertido y avergonzado el ni?o, que no estaba acostumbrado a tales cumplidos. Kira inmediatamente se arrepinti? de usar ese adjetivo. ?Jane dice que eres hermoso ?dijo Kira, sinti?ndose a?n m?s avergonzada por haber revelado el secreto de su amiga. ?Jane? Jane Hartwood? ?S?. Creo que quiere estar con vos ?susurr? Kira, mientras se insultaba mentalmente y se preguntaba por qu? demonios ten?a que ir y decirle ciertas cosas a Lucas. ??En serio? ?Pregunt? Lucas de repente en serio. Ese cambio de tono hizo enojar a Kira, quien de repente se sinti? profundamente irritada y enojada. ?No te gusta, ?verdad? ?Lucas, no me digas que quieres estar con ella! Quieres besarla y ... ?chill? y deliraba. ?No, no! Solo tengo curiosidad. No pens? que le cayera bien a Jane —interrumpi? Lucas. ?Si es por eso, a Roxy tambi?n le gustas ?estaba a punto de decir Kira, pero los celos envenenados le pincharon los labios. ??Y ahora qu?? ?Lucas se alarm? de inmediato al saber qu? ocultaba esa boquita cuando se hizo a?n m?s peque?a y delgada. ?Nada.? ?Est?s enojada ?infiri? Lucas, que la conoc?a demasiado bien. ??No estoy enojada! ??Es por Jane? Me parece agradable, pero no es para m? . De toda la oraci?n, Kira solo capt? la palabra ?agradable. ??Entonces te gusta! ?Dije que es agradable, no es que me guste. ?Bueno, ?entonces pidele la pr?xima camiseta de Super Mario a ella! ?Manifest? Kira furiosamente y con una mente nublada, sali? de la habitaci?n y cerr? la puerta. ??Kira! ?Lucas la llam? molesta. En todos esos a?os que pasamos juntos, nunca hab?a sucedido que Kira lo abandonara y ahora se sent?a profundamente culpable, como si esa reacci?n hubiera sido causada por ?l. Kira no pudo descifrar el extra?o comportamiento, pero se sinti? sacudida y con dolor en el pecho. Cuando lleg? a su habitaci?n, se encontr? llorando. Triste y desconcertada por esas fuertes emociones, se derrumb? en la cama. Poco despu?s escuch? un golpe en la puerta. No respondi?, pero la puerta a?n se abri?. Era su madre. ?Cari?o, ?puedo saber lo que pas?? ?Lucas se fue llorando! Hace mucho tiempo que no lo veo llorar ... ?Kira, t? tambi?n! ?Est?s llorando? ?Elizabeth inmediatamente se preocup? por no estar acostumbrada a ver llorar a su hija. Kira siempre hab?a sido muy zen y sin emociones, excepto cuando se trataba de alguna injusticia. ??No estoy llorando! ?solloz? con una cara empapada en l?grimas. ?Kira, cari?o, ?qu? pas?? ?Peleaste con Lucas? ?No s? ... yo ... no s? lo que me pas? ?intent? explicar Kira, gimiendo. ?Le di la camisa que le compramos ayer en el mercado y luego ... dijo que Jane es agradable y yo ... yo ...? ??Est?s celosa de Jane? ?pregunt? la madre, tratando de contener una sonrisa divertida frente a lo que debi? haber sido una escena de celos. En su coraz?n, siempre se pregunt? en qu? se convertir?a esa amistad particular entre Kira y Lucas cuando los dos dejaran la pubertad para ingresar a la adolescencia. ?El apego de su hija aceptar?a la presencia de otra chica cercana a Lucas? ?Lucas alguna vez se separar?a de su mejor amiga? En todos esos a?os, se hab?a convencido cada vez m?s de que el v?nculo entre los dos ni?os se romper?a y siempre hab?a imaginado que un d?a encontrar?a a los dos para besarsandose detr?s del seto del jard?n. Y ahora, viendo a su hija celosa y sufriendo por lo que fue su primera expresi?n de amor, no pudo evitar sonre?r complacida con su excelente intuici?n la que nunca la hab?a decepcionado. ??No estoy celosa! ?se ofendi? Kira. ?Entonces, ?por qu? lloras? Dime la verdad, ?te est?s enamorando de Lucas? ?especul? Elizabeth, pretendiendo permanecer impasible ante el evidente sonrojo en el rostro siempre p?lido de su hija. ??No! Mam?, ?qu? dices? ?Solo digo que no es normal que te enojes si a Lucas le gusta otra chica ... Adem?s, crecieron ambos y tarde o temprano ten?a que suceder. Para ?l o para ti ... ?la brome?. ??Lucas es m?o! ?Desesperada Kira, volvi? a llorar como una fuente. ?No quiero compartirlo con nadie. ?Kira ?susurr? la madre, conmovida y preocupada. ??No quiero perderlo! Lo amo, mam?. ?Lo s?, cari?o ?suspir? Elizabeth, abrazando a su hija para consolarla. Permanecieron abrazadas durante mucho tiempo, hasta que la ni?a dej? de llorar. ??Estaba Lucas realmente llorando? ?pregunt? Kira en un momento. ?S?. No lo hab?a visto llorar en mucho tiempo ?revel? la madre, haciendo que su hija se sintiera terriblemente culpable. ?Deber?as disculparte con ?l. ?S?, tienes raz?n. No quer?a hacerlo llorar —murmur?, avergonzada de su comportamiento. ??Qu? tal si hacemos galletas de banana con chispas de chocolate y se las llevamos? ?Le pregunt? su madre, tratando de mejorar su esp?ritu. ??A Lucas le encantan esas galletas! Una vez que termin? la tristeza, Kira y su madre comenzaron a preparar una gran bandeja de galletas con forma de flor. Concentrada en hacer galletas perfectas, Kira olvid? la conversaci?n con Lucas y se concentr? solo en hacer las paces. En una hora, las galletas estaban casi doradas en el horno y Kira estaba ansiosa por sacarlas y llevarlas inmediatamente a su amigo. Apenas pod?a esperar para sacar ese peso abrumador de su pecho. ??Qu? olor a galletas! ?Una voz masculina estall? detr?s de ellas. Se volvieron abruptamente y se encontraron frente a la imponente y decorada figura de Kenzo Yoshida. ??Pap?! ?Grit? Kira, corriendo para abrazar a su padre que no hab?a visto en casi un mes. Aunque la base militar estaba a solo una hora en auto, en Fort Campbell, Kenzo pod?a regresar con su familia solo unas pocas veces al mes o menos. ??Amor! ?Elizabeth hizo fila, corriendo para besar a su esposo. ??C?mo es que ya has vuelto? Dijiste que no volver?as antes de agosto. ?Estoy de permiso y tengo una noticia fant?stica para todos nosotros ?respondi? el hombre sonriente. ?Cu?ntanos todo. ??Volvemos a Tokio! ?Exclam? el padre de Kira. ??Qu?? ?Pregunt? confundida su esposa. ?Entiendes, Ely. Me volvieron a trasladar y me enviaron de vuelta a la embajada estadounidense en Tokio. Kira, ?est?s feliz de ver a tu abuela otra vez? Estoy seguro de que ella no puede esperar para abrazarte de nuevo. ??No quiero volver a Jap?n! ?Explot? la hija, tan pronto como el significado de la noticia fue claro. ?Kenzo, tengo mi trabajo aqu? y no me esperaba ... ?Ely, puede que no hayas entendido la situaci?n, pero la m?a no es una negociaci?n, sino una orden que me lleg? desde arriba y por esto puedes agradecer a tu querido amigo Darren Scott ?revel? el hombre helado. ?Qu? bastardo ... ??No delante de la ni?a! ?Dijo su marido, que no quer?a pronunciar malas palabras delante de su hija. ??Ya no soy una ni?a y no quiero volver a Tokio! ?Intervino Kira nuevamente al borde de las l?grimas. ?Quiero irme antes de que comience el nuevo a?o escolar. Tendr? que dividirme entre la casa y la embajada, mientras t? puedes ir a quedarte con mi madre como antes. Ya habl? con la vieja escuela de Kira y hay espacio! Solo tendr? que aprobar un examen para ser admitida en la escuela secundaria ?continu? su padre con indiferencia, haciendo que su hija temblara, que parec?a estar cerca de un ataque de nervios. ??No, no, no, no, no! ?La ni?a continu? gritando, tap?ndose los o?dos. ?Kira, ?sab?as que solo estar?amos aqu? por cuatro a?os!? El padre trat? de hacerla razonar, tom?ndola de los hombros, pero ella comenz? a retorcerse y llorar de desesperaci?n. ??No, no, no! No me quiero ir! ?Quiero quedarme aqu?! En Princeton! ?Con Lucas! ?Lo siento, cari?o. ?Pero no es posible! ??No, no quiero! ?Grit? Kira con toda la fuerza de sus pulmones, empujando violentamente a su padre, y luego escap? por la puerta secundaria hacia el garaje para buscar su bicicleta. Los gritos de reproche de su padre y la desesperaci?n de su madre no sirvieron de nada. Con fuerte aliento y por el terror en su coraz?n por lo que estaba sucediendo, la ni?a tom? su bicicleta y, antes de que su padre pudiera alcanzarla, se puso en camino y con toda la fuerza que ten?a en su cuerpo comenz? a pedalear por aquel camino que sab?a ser?an cinco largos kil?metros. Cuando lleg? frente a la lujosa y majestuosa casa de la familia Scott, ten?a todos los m?sculos de las piernas ardiendo y un punto doloroso en la garganta por el esfuerzo. Afortunadamente, hab?a un poco de viento ese d?a y cada l?grima que hab?a intentado rasgar su rostro se hab?a secado incluso antes de que brotara. Usando el peque?o pasadizo que Lucas hab?a creado hace tres a?os al romper un pedazo de cerca, Kira logr? colarse en la villa y correr a toda velocidad hacia la casa. Sab?a que el padre de Lucas nunca la dejar?a entrar, como siempre lo hab?a hecho en esos cuatro a?os, pero conoc?a la ventana de la habitaci?n de su amigo, as? que comenz? a correr por debajo de la ventana y, con un peque?o aliento que se hab?a quedado en su cuerpo, lo llam?. Despu?s de siete llamados que invocaban el nombre de Lucas, se vio sacudida por las l?grimas, arrodillada sobre la grava para rezar por que este fuera un sue?o muy malo. Solo el ligero toque en el hombro la hizo temblar y saltar de miedo. Tem?a que fuera Darren Scott o su madre, pero afortunadamente en cuanto se dio la vuelta, se encontr? frente a la cara triste de Lucas. Ella lo mir?, tratando de alejar esas molestas l?grimas que hac?an temblar toda la realidad. Lucas se hab?a quitado el parche y la herida era evidente entre los pelos de su ceja. Sin embargo, Kira estaba m?s conmocionada por esos ojos rojos e hinchados a los que ya no estaba acostumbrada. Instintivamente, busc? un pa?uelo en el bolsillo para limpiarse la cara y tal vez poder lavar esa expresi?n asustada, pero al escapar de su casa se hab?a olvidado de todo. ?Kira ?susurr? el ni?o sorprendido al encontrar a su amiga llorando. Un evento inesperado que lo hizo sentir mal nuevamente. ?Lucas ?explot? Kira, corriendo para abrazarlo. Lo sostuvo cerca de ?l con toda la fuerza que ten?a, como si el viento pudiera llev?rselo. Sinti? que los brazos de Lucas correspond?an y la envolv?an por completo. ?Kira, lo siento ?murmur? el chico con entusiasmo, ahog?ndose con las palabras en su largo y sedoso cabello. ?Oh, Lucas. Lo siento. No quiero perderte ?solloz? Kira, intensificando a?n m?s el abrazo. ?Yo tampoco ?Lucas hizo una mueca. Kira pod?a escuchar el coraz?n de su amigo latir cada vez m?s r?pido a medida que su respiraci?n se agitaba. Ella sab?a que ?l estaba llorando y esto la hizo sentir hecha pedazos. Durante a?os ella lo hab?a cuidado y hab?a aprendido a conocerlo, amarlo y apoyarlo. Y ahora no pod?a creer lo que pronto le revelar?a. ?Mi padre ha sido trasladado a Tokio de nuevo. Quiere que mam? y yo regresemos a Jap?n con ?l ?logr? decir sin alejarse de Lucas, quien, sin embargo, tan pronto como entendi? esas palabras, se separ? abruptamente. Kira se estremeci? ante el bruto movimiento. Vio a Lucas mir?ndola en estado de shock. ?No quiero, pero ... ? Kira trat? de explicar. ??Entonces no lo hagas! No te vayas No me dejes solo ... t? tambi?n. Por favor ?tartamude? Lucas aterrorizado, comenzando a temblar. Hab?a perdido a su madre y ahora estaba perdiendo a su mejor amiga. ?Por qu? todas las mujeres que amaba tarde o temprano lo abandonaban? ?No quiero dejarte solo ?dijo Kira seriamente, tratando de recuperar algo de lucidez. ??As? que no vuelvas a Jap?n! ?Suplic? Lucas con una voz tan dolorosa que a Kira le pareci? una verdadera pu?alada en el coraz?n. La respuesta para darle vino de sus labios incluso antes de que pudiera formularlo con su pensamiento. ?Est? bien ?respondi?, comenzando a buscar ideas para encontrar una soluci?n. La sonrisa que finalmente brill? en el rostro de Lucas val?a mil regalos de Navidad. ??Me lo prometes? Elizabeth a menudo le dec?a a su hija que no hiciera promesas que no podr?a cumplir, pero Kira no ten?a dudas sobre lo que suceder?a: de buenas o de malas, se quedar?a en Princeton. Con Lucas. ?Te lo prometo ?respondi? ella, haciendo una cruz sobre su coraz?n. La felicidad que pintaba en el rostro de Lucas r?pidamente se volvi? contagiosa y, en un segundo abrazo, Kira se jur? a s? misma que har?a cualquier cosa para seguir siendo cercana a su mejor amigo. Desafortunadamente, la bocina del auto de su madre estacionado afuera de la puerta de la propiedad los interrumpi? y Kira tuvo que irse a casa. ?Vuelve a ponerte el parche, de lo contrario tendr?s una cicatriz ?se preocup?, pasando el dedo ?ndice sobre la ceja lesionada. ?Nos vemos ma?ana. En mi casa. ??Mega competencia de Super Mario? ?Dijo Lucas con calma antes de que su amiga dejara el pasaje secreto por el que hab?a entrado. ?Te destrozar? ?lo anim? Kira alegremente antes de llegar al auto, pero tan pronto como la figura de Lucas desapareci? de su vista, sinti? que algo se romp?a dentro de ella, justo en el medio de su pecho. ?Ser?a capaz de cumplir su promesa a Lucas? ADAM Tokio, Jap?n – 11.11.2015 Cuando lleg? al viejo sector del edificio ten?a a mil el coraz?n. Mir? a su alrededor con cautela, asegur?ndose de haber dejado detr?s de ?l a todas las ni?as que ven?an tras ?l ansiosas por convertirse en su novia. Ser el chico m?s lindo de la escuela se hab?a convertido en una maldici?n para ?l, especialmente despu?s de lo que pas? con Arashi. La sola idea de lo que le acababa de pasar le puso m?s energia en las piernas. ??Qu? lugar est? lo suficientemente lejos como para alejarse de lo que me est? pasando? ?La mente de Adam grit?, llegando a la puerta forzada que conduc?a a lo que era la biblioteca de la escuela antes del ?ltimo terremoto de hace dos a?os, que hizo que esa parte del edificio fuera inutilizable. Al final, el director hab?a estimado que habr?a sido menos costoso construir una nueva biblioteca en el sector este que tener el sector norte cementado y asegurado, por lo que ahora ese lugar siempre estaba abandonado. Todav?a sacudido por el beso de Youra y el abrazo de Arashi, Adam se encontr? empujando la puerta de su refugio secreto ... casi secreto, ya que en ese ?ltimo a?o hab?a tenido que compartirlo con un estudiante de primer a?o. Solo una vez adentro, cay? al suelo con la cabeza entre las piernas, con la esperanza de olvidar lo que hab?a estado girando en su mente durante demasiado tiempo. Pens? en Youra. La bella Youra. No hab?a ning?n ni?o en toda la escuela que no hubiera hecho de todo para salir con ella, as? como tampoco hab?a una ni?a que no hubiera dado el alma para salir con ?l. No pas? mucho tiempo antes de que Youra viniera a buscarlo para pedirle que se convirtiera en su novio y hab?a aceptado lo que todos sus amigos esperaban que hiciera. En ese momento, su padre tambi?n hab?a estrechado su mano feliz y orgullosamente. Pero luego ella trat? de besarlo y ?l se encontr? tenso y sudando fr?o, mientras tanto su mente y coraz?n continuaron atray?ndolo a la sonrisa de Arashi. ??Por qu? Arashi? ?Youra es la indicada para m?! ?Amo a Youra! ?Se hab?a estado repitiendo durante m?s de dos meses, pero una sonrisa, un abrazo o una palmada en el hombro de Arashi era suficiente y Youra se convirt?a en un aire invisible frente al resplandor solar de Arashi. Hab?a sido una tonter?a: un viaje falso y hab?a encontrado a Arashi en sus brazos, aunque solo fuera por un par de segundos. Solo dos segundos ... pero lo suficiente como para tener que correr al ba?o para ocultar la obvia erecci?n que tend?a contra los pantalones del uniforme escolar. ??Qu? pena! Hab?a corrido como un maldito para alejarse de su mente ese censurable e impropio impulso. Ni siquiera la imagen del cuerpo desnudo de Youra habr?a logrado distraerlo. ??Por qu? me est? pasando todo esto? ?Qu? me pasa? Se dec?a Adam desesperado, tratando de controlar esas emociones que parec?an querer sofocarlo. Estaba a punto de colapsar por en?sima vez y se dej? llevar por las l?grimas de frustraci?n y verg?enza, cuando escuch? otro gemido de sufrimiento en la habitaci?n. Hab?a escuchado esto antes en los ?ltimos tiempos, pero esta vez parec?a mucho m?s desesperado. En parte por curiosidad, en parte por preocupado, se levant? y se acerc? lentamente al estante que alguna vez coleccion? novelas de fantas?a. Sin hacer ruido, dej? que sus ojos recorrieran los carriles hasta que vio a la chica quejumbrosa habitual. Como siempre, estaba sentada en el suelo, con los brazos alrededor de las rodillas apoyadas en el pecho y las piernas completamente descubiertas por la falda arrugada. Ella estaba llorando desesperadamente. Rechaz? internamente el lema de sus compa?eros de que no deb?a perderse toda oportunidad de ver las bragas de las chicas y se acerc?. Tan pronto como la ni?a not? su presencia, dej? de llorar y se levant? de un salto, sec?ndose la cara con la manga de su uniforme. ?Usa esto ?dijo Adam, entreg?ndole su pa?uelo. Con manos temblorosas y temerosas, la ni?a agarr? la tela blanca y se limpi? la cara a fondo. ?Gracias ... Adam Gramell, ?verdad? ?S?, ?y t? eres Kira Yoshida? ?Indic?, fingiendo no estar seguro de la respuesta, pero en realidad sab?a muy bien qui?n era esa chica. Aunque era dos a?os y siempre con un aire melanc?lico, esa estudiante no hab?a escapado del radar masculino desde que hab?a puesto un pie en su escuela hace un a?o atr?s. Las caracter?sticas orientales ligeramente marcadas hab?an despertado de inmediato inter?s. Al igual que ?l, ella tambi?n ten?a padres de dos or?genes ?tnicos diferentes, pero mientras que Adam ten?a al padre estadounidense cuyos ojos azules hab?a heredado y que lo hac?an tan irresistible adem?s ten?a un f?sico escultural y musculoso, Kira ten?a los mismos ojos pero de un color extra?o verde oscuro de la madre, mientras que el largo cabello negro y liso era el mismo que el de los japoneses. Sin embargo, hab?a algo terriblemente fascinante en ella y era ese aire misterioso, reservado y triste que siempre la hab?a llevado al centro de la atenci?n de alg?n ni?o, a quien invariablemente descartaba r?pidamente. ??Me conoces? ?Nosotros? mestizos de sangre ?nunca pasamos desapercibidos. Esa declaraci?n tuvo que conmoverla, porque por primera vez la vio sonre?r. ?Pero no soy la m?s linda de la escuela como t?: novio de la famosa Youra Lee-Kuro, campeona de baloncesto, ?dolo de la escuela y chico de portada de Lovely. ?Wow! ?No sab?a que era tan famoso! Adam la contuvo avergonzada. ?Un poco dif?cil no ser cuando apareces en la revista m?s le?da por las chicas. Has sido considerado el nuevo descubrimiento encantador del a?o. Tienes un futuro de ?dolo ?dijo Kira, quien siempre le?a la revista Lovely, ya que su compa?era Misaki se la hab?a prestado. ?Sucedi? hace tres meses. ??Eso significa que no tienes la intenci?n de convertirte en un ?dolo? ?Eso es correcto. Ni ahora ni nunca ?dijo Adam con una sonrisa de dientes que ten?a que ocultar el dolor y la amargura por tener que abandonar ese sue?o. Siempre le hab?a cautivado el mundo de la moda y la idea de ser modelo le hab?a atra?do de inmediato. La entrevista con Lovely habr?a sido el mejor pelda?o ... al menos hasta que su padre acus? a la revista de ?haber rodeado a su hijo con tonter?as y frivolidades gay ?le grit? que morir?a en lugar de ver a su hijo caminar como un “estravagante” vestido con ropas “estravagantes” entre los estilistas de “estravagantes”. ?Tengo un lugar en la Academia Militar listo para ti, hijo ?su padre anunci? con orgullo ya que odiaba la idea de que Adam pudiera hacer cualquier otra cosa en la vida, tal vez algo un poco directo. No sab?a si hab?a sido ese discurso o el miedo a ser etiquetado como gay por su padre, pero al d?a siguiente acept? salir con Youra y despu?s de tres d?as ya estaban juntos. Sin embargo, sinti? que no estaba contento, pero estaba demasiado asustado para encontrar otra soluci?n. ?Que l?stima. No s? por qu?, pero siempre pens? que ser?as modelo cuando crecieras ... Tal vez es la forma en que siempre te veo desfilar por los pasillos ?coment? Kira volviendo a la realidad. ?Gracias por el cumplido, pero ya he decidido seguir los pasos de mi padre y convertirme en soldado tambi?n. Paso un momento y se encontr? de nuevo frente a la ni?a llorando, mientras ca?a a sus pies. ?Oye, ?est?s bien? ?Dije algo que no deber?a haber dicho? Adam se asust? de inmediato, baj?ndose frente a ella. ?Odio a los militares ?solloz? Kira. ?Pens? que tu padre era un soldado como el m?o. ?De hecho lo es ... y yo tambi?n lo odio. Es culpa suya que haya tenido que dejar Princeton. Adam intent? hablar de nuevo, pero la sombr?a desesperaci?n de la ni?a lo congel?. Cu?nto la entendi?: encarcelada en un mundo que ella no quer?a. ?Entonces, ?es por eso que vienes aqu? a llorar a menudo? ?Susurr? Adam, tratando de contener la emoci?n que despert? la escena. A diferencia de todas las otras chicas en la escuela, Kira no estaba llorando por algunas malas notas, una negativa de amor o alguna otra tonter?a femenina. Y esto lo afect? profundamente. ?Te gustar?a volver a Princeton? ?De tus amigos? Intent? preguntarle de nuevo. ?De Lucas ?gimi? Kira entre un tir?n de nariz y otro. ?Lucas? ?Es ?l tu novio? ?No, ?l es mi mejor amigo. Est? en peligro y no estoy all? con ?l para defenderlo ... Y ahora ya no s? d?nde est? y qu? le est? pasando ?solloz? la ni?a, mostr?ndole a Adam la carta cerrada que sosten?a. Adam la dio vuelta en sus manos. Era una carta dirigida a cierto Lucas Scott por Kira Yoshida, pero hab?a regresado debido al “destinatario no disponible” como lo hab?a indicado la oficina de correos con un gran sello rojo. ?Tu amigo probablemente se mud?. ?Este Lucas no te dijo nada? Con un esfuerzo sobrehumano, Kira dej? de llorar y trat? de concentrarse en la explicaci?n para darle. En ese a?o nunca hab?a confiado en nadie, ni siquiera con su compa?era de clase Misaki, pero ahora sent?a la necesidad de descargar a alguien la roca que llevaba dentro. En verdad, nunca antes hab?a hablado con Adam Gramell, pero sus ojos le dijeron que pod?a confiar en ?l. ?Hace cinco a?os, trasladaron a mi padre a Am?rica y nos fuimos a vivir a Princeton, cerca de Davenport ... All? conoc? a Lucas. ?l tiene mi edad y ven?a a la escuela conmigo. Lo quiero y siempre he tratado de protegerlo de ese cerdo alcoh?lico, pero ... ??Cerdo alcoh?lico? ?Su padre ?aclar? Kira, volviendo a llorar. ?Lo golpe? ... Muchas veces y no pude detenerlo. Mi madre tambi?n lo intent?, pero fue en vano ... pero nuestra presencia ayud? mucho a Lucas y disminuy? los episodios de violencia, pero ahora que ya no estoy con ?l, yo ... yo ... Otra lluvia de l?grimas. ?Ahora est? solo y ya no hay nadie listo para defenderlo ?comprendi? Adam, lo siento. ??Qu? hay de su madre? ?Muri? hace a?os y dej? a Lucas solo con su padre ?respondi? Kira con una voz llena de desprecio y resentimiento hacia esa mujer que deber?a haber cuidado a su hijo en lugar de huir a la otra vida, seg?n ella. ?Lucas solo me tiene a m? en el mundo y lo he abandonado. La culpa y el dolor de esa situaci?n golpearon a Adam como un pu?etazo en el est?mago, que lo dej? sin aliento por completo. ??C?mo va a hacer sin m?? Estoy seguro de que su padre lo est? golpeando incluso ahora y no estoy all?. No estoy all? con ?l, ?entiendes? Kira continu?, expresando toda su frustraci?n. ?Mi madre dice que si Lucas nunca ha respondido a mis cartas, es debido a que su padre probablemente no se las da ... pero despu?s de esto, ya no s? qu? pensar. ?Qu? pasa si le pasa algo serio? ??No tienes forma de saber de ?l? ?A trav?s de su antiguo trabajo, mi madre logr? descubrir que Lucas est? bien a pesar de que su padre perdi? mucho dinero en el ?ltimo a?o debido a algunas malas inversiones. ?Pero eso no es suficiente para m?! ?Quiero volver a Princeton! ?Nunca deber?a haberme ido! Todo es culpa de mi padre. ?Tu padre fue transferido a la embajada estadounidense en Tokio hace un a?o, ?verdad? ?S?, implor? y le rogu? que me dejara en Princeton. Tambi?n estaba dispuesta a ir al internado, pero ?l no me dej?. Lo terrible es que estaba realmente convencido de que podr?a quedarme con Lucas. Le jur? que nunca lo abandonar?a y en su lugar ... Ni siquiera s? si alguna vez me perdonar?. Pensar? que soy una traidora como su madre. ?No es tu culpa. ?Todo es mi culpa: cada dolor que Lucas sentir? ser? mi culpa, cada disputa entre mis padres siempre es mi culpa ... ?explot? Kira, que ni siquiera hab?a escapado de las constantes peleas nocturnas de sus padres, cuando cre?an que estaba en su habitaci?n durmiendo. Salir de Princeton tambi?n hab?a sido dif?cil para su madre y encontrarse de vuelta en Tokio, sin trabajo y con una hija deprimida e irreconocible, hab?a sido un duro golpe. ??Nunca hab?a visto a nuestra hija llorar tanto desde que era un beb?! ?Y ahora no puedo pararla desdes hace meses, Kenzo! ?Me equivoqu? al consentirte y dejar Princeton! ?Para qu? entonces? ?Cuidar de tu madre? Oh, Kenzo, esta no es la vida que quiero ?se quejaba Elizabeth a menudo. ?Tokio es mi ciudad natal y es correcto que mi esposa cuide de mi madre ahora que est? viuda y sola. Adem?s, ya te he explicado que puedes conseguir un trabajo a tiempo parcial, pero solo despu?s de que vuelvas a poner a nuestra hija en l?nea. Fue un error haber estado demasiado lejos de ti. Obviamente, Kira necesita disciplina y rigor moral ?siempre dec?a su esposo. ??Qu? quieres insinuar? ?Que no estoy a la altura de educarla? ??Tengo que recordarte que nuestra hija no me ha hablado en meses y se porta muy mal con todos? ?Sin mencionar sus malos resultados escolares! Ni siquiera ha podido aprobar el examen de admisi?n a la escuela internacional y ahora est? matriculada en una escuela japonesa com?n. ??Kira siempre ha sido la primera en la clase! Que esperabas ?La tomaste por la fuerza de su escuela, de sus amigos y especialmente de Lucas! ?Sabes cu?nto se preocupa por ese chico! ??Un idiota, quieres decir! ?No es tu culpa si tiene ese padre. ??No me importa! ?Ahora la vida de Kira est? aqu? y debe adaptarse! ?Conclu?a su marido cada vez antes de salir de la casa, cerrando la puerta. Al recordar esas disputas, se dej? arrastrar de regreso a un r?o de l?grimas. Sin decir una palabra, Adam la hizo sentarse en una silla polvorienta y la dej? desahogar, hasta que se le acabaron las l?grimas. ?Siento lo que est?s experimentando ?Adam rompi? en sus pensamientos. ?No s? por lo que est? pasando tu amigo, pero puedo decirte que creo que deber?as aprender a confiar m?s en ?l. ??Conf?o en ?l! ?Entonces no pienses en ?l como la v?ctima que era cuando era peque?o. Al igual que t?, ?l tambi?n est? creciendo y pronto podr? defenderse de su padre. Ver?s. ?Pero Lucas es tan peque?o y delgado en comparaci?n con su padre. ?Una vez tal vez, pero estoy seguro de que pronto se convertir? en un chico fuerte y con defensa propia. Kira lo mir? con los ojos muy abiertos. Nunca hab?a considerado la idea de que Lucas pudiera defenderse de ese monstruo. Para ella, Lucas era el ni?o de nueve a?os, delgado y peque?o, lleno de moretones y rasgu?os. Sin embargo, Adam ten?a raz?n: Lucas ya hab?a crecido y se hab?a vuelto m?s fuerte, pero no lo suficiente. Por el momento. ?Gracias ?murmur? la ni?a, girando el pa?uelo empapado en l?grimas y moco en sus manos. ?Imaginate. No ten?a ganas de aguantar las matem?ticas de hoy ?se ri? Adam, tratando de minimizar. ??Oh Dios, escuela! Ten?a ciencia ?record? Kira de repente, mirando su reloj. Hab?a pasado casi una hora desde que hab?a huido a su escondite secreto. ?Tal vez deber?as enjuagarte la cara antes de volver a clase si no quieres preocupar al maestro. Kira sonri? agradecida. Juntos se dirigieron hacia la salida. ?No le dir?s a nadie lo que te dije, ?verdad? ??Por supuesto que no! ?Adam la tranquiliz?. Asistir a ese grito hab?a sido cat?rtico para ?l y, en cierto modo, liberador, incluso si no hab?a derramado ni una l?grima ... o casi. Le gustaba esa chica. En esa corta hora, hab?a sentido su sensibilidad y su dulzura. Nunca hab?a visto a nadie llorar por un amigo antes. Ella quer?a protegerlo y defenderlo de las injusticias de la vida. ?Cu?nto le hubiera gustado tener a esa persona a su lado! ??Puedo hacerte una pregunta? ?Le pregunt? Kira en un momento. ?S?. ??Por qu? tambi?n te escondes en la biblioteca y lloras a veces? ?Pregunt? con cautela. ??Qu?? ?Yo? Adam tartamude?. ?S?. Te vi Pero si no quieres decirme, lo entiendo. Adam suspir? sinceramente y todos los pensamientos que lo hab?an dominado cuando se escap? volvieron tormentosos en su mente. ?Qu? podr?a responder? ?Creo que hay algo diferente en m? ?dijo en voz baja, al darse cuenta de sus palabras por primera vez. *** Princeton, Kentucky – 11.11.2015 ?Lo siento, se?orito Lucas ?suspir? desconsolada Rosalinda, la ahora ex sirvienta de la familia Scott. ?Lo siento tambi?n ?murmur? Lucas sin levantar la vista de su tarea. No pod?a soportar las l?grimas de la mujer. Falsas l?grimas. Como un cocodrilo. L?grimas femeninas. ??Primero llora y luego traiciona y abandona! ?quer?a gritarle el chico, pero se contuvo, sosteniendo la pluma con m?s fuerza hasta que casi se rompi?. ?Ahora ya no necesito estar aqu?. La casa es peque?a y su padre ya no me quiere ?intent? justificarse Rosalinda. ?Est? bien. ?Lo siento mucho. ??De qu?? ?Tomar sus cosas y escapar de un empleador violento y borracho que tambi?n te golpe? varias veces? le hubiera gustado contestarle. ?Disfruta de la buena huida de mi padre. ?Se?or Lucas, no quer?a irme. En estos a?os me he quedado solo por usted ... Despu?s de la muerte de su madre, las cosas empeoraron, pero a pesar de todo, segu? aunque nunca tuve el coraje de rebelarme contra el Sr. Scott. ?Adi?s, Rosy ?interrumpi? Lucas, que ya no pod?a soportar las palabras de esa mujer. ?Que fuera a descargar la conciencia con alguien m?s! Ten?a que tratar de estudiar, ya que estaba cansado de que se burlaran de ?l mientras le?a frente a otros o sus malas notas, a pesar de todo el esfuerzo que pon?a en ello. ?Desde que Kira se fue, su ?mente inteligente y perspicaz ?como la llamaba, parec?a haberse retirado! Kira ... Solo pensar en ella lo hizo retorcer cada tripa hasta que los espasmos lo doblaron. Ni siquiera se dio cuenta de que la criada segu?a parada en la puerta de su habitaci?n. ?Se?or Lucas. ??Qu? m?s quieres? ?Dije que se vaya! ?Espet? el chico de repente furioso. ?Comet? muchos errores con ella, siempre cumpliendo las ordenes de su padre ... Ten?a miedo, pero ... No, no tengo excusa, pero quiero decirte algo que siempre he mantenido en secreto. ?No me importa ?Lucas la detuvo cada vez m?s irritado. ?Esta Kira, la ni?a que regres? a Jap?n el a?o pasado ?intent? Rosalinda, sabiendo que estaba tocando un punto delicado. Kira. De nuevo ella. Otro espasmo lo golpe? directamente en el est?mago. ?No me importa ?repiti? Lucas, retorciendo las manos para detener los temblores de ira y desesperaci?n que lo hab?an sacudido durante todo ese largo a?o. El peor a?o de su vida. ?S? que est? mintiendo. Esa chica era todo su mundo, joven. He visto cu?nto ha sufrido en estos meses y no s? cu?nto me hubiera gustado decirle antes de que esa ni?a no lo ha olvidado, como el Sr. Scott le hizo creer. Lamento lo que he hecho, pero deseo irme no sin antes decirle la verdad: Kira le ha escrito muchas cartas en los ?ltimos meses. Ochenta y seis para ser exactos. Finalmente, la criada logr? llamar la atenci?n de Lucas, que ahora la estaba mirando en estado de shock con los ojos muy abiertos. ?Ochenta y seis cartas? ?Y d?nde est?n? ?Logr? preguntar el j?ven, mientras su cerebro trataba de concentrarse en esa revelaci?n. 'Su padre las tom? y las quem?. Todas ellas ?confes?, sin poder no decirle que antes de destruirlas, siempre las hab?a le?do. ?Lo siento mucho. Lucas permaneci? con su mirada perdida en el espacio y su mente se nubl? por un largo tiempo antes de que pudiera mover un m?sculo. Tampoco reaccion? ante Rosalinda, que a?n segu?a disculp?ndose antes de salir de esa casa por no volver nunca m?s. Cuando hizo contacto con la realidad, solo sinti? una furia ciega hacia el hombre que lo hab?a tra?do al mundo y que tambi?n le hab?a quitado los consuelos que habr?a obtenido al leer las cartas de su mejor amiga. Durante todo ese tiempo hab?a sufrido y odiado a Kira por irse despu?s de haber jurado al extremo que nunca lo har?a. Dijo que renunciar?a a cualquier cosa por ?l y que nunca lo abandonar?a y en su lugar ... Ya ni siquiera ten?a la camisa que le hab?a dado ese famoso verano maldito, despu?s de que la hab?a hecho trizas en un ataque de locura luego de ser dado de alta del hospital por un hombro dislocado. Hab?a ca?do accidentalmente de las escaleras, hab?a declarado bajo amenaza de su padre. Casi en trance fue a la sala de estar donde sab?a encontrar?a a ese borracho. Esa casa era peque?a, a diferencia de la casa donde viv?an antes y que ese monstruo hab?a perdido tontamente en un juego de p?ker un mes antes. Pronto lleg? cerca de la barra del bar donde ya hab?a una botella de bourbon vac?a, derramada sobre el peque?o mostrador. Su padre se inclin? para buscar otro licor para beber, pero con los ojos intercept? la entrada de su hijo y se levant?. ??D?nde est? Rosalinda? Necesito que vaya a comprar m?s bourbons ?murmur? el hombre, tambale?ndose hacia el sill?n, pero su hijo se interpuso. ?La despediste. Recuerdas? Se fue hace un rato y me habl? de las cartas de Kira ?le inform? Lucas, tratando de contener la ira que parec?a querer aniquilarlo. ??Esa perra! ?Ten?a que dec?rtelo? Deber?a haberla despedido antes. ??C?mo te permitiste quemar las cartas de Kira? ?Explot? Lucas, incapaz de detenerse. Su padre lo mir? confundido por el inesperado ataque verbal de su hijo, pero luego se recuper?. ??Soy tu padre y hago lo que quiero! T? me perteneces. ??No te pertenezco! ?Grit? ?l. ??C?mo te atreves a hablar as? con tu padre? ?El hombre estaba enojado, cargando su pu?o hacia el lado de Lucas que con un disparo felino logr? evitarlo. Pero esta vez Lucas estaba demasiado enojado para contentarse con defenderse. Necesitaba desahogarse. Por primera vez en su vida sinti? la necesidad de desatar su ira golpeando a alguien y, antes de que su mente pudiera racionalizar ese nuevo deseo, sinti? que todo su cuerpo se inclinaba hacia el hombre que lo hab?a atormentado toda su infancia y lo golpe? con fuerza en la mand?bula, aprovechando la inestabilidad del padre borracho. Solo el terrible dolor en la mano lo trajo moment?neamente a la realidad. Sorprendido y conmocionado por ese ataque m?s poderoso de lo que estaba dispuesto a admitir, Darren Scott se encontr? arrodillado con una cara adolorida. Estaba a punto de levantarse cuando escuch? otro golpe: una patada al costado que le cort? la respiraci?n. ??Peque?o bastardo! ?Grit? el hombre sin aliento, tratando de defenderse. ??T? eres el bastardo! ?Respondi? el chico, atac?ndolo de nuevo. ?Espera, tomar? el cintur?n y luego veamos si te atreves a hablarme as? de nuevo ?lo amenaz? con una voz temblorosa de ira. ?P?game! ?P?game tanto como quieras, pap?! Tanto que solo puedes hacer esto: emborracharte y golpear, ?verdad? Bueno, adelante, ?pero a partir de ahora no me quedar? quieto esperando el cintazo! ?Grit? su hijo exasperado, sin dejar de llenarlo de pu?os. ?T? ... eres mierda ... ?el hombre, sacudido por ese asalto, murmur?. ??Eres una mierda da?ada! ?Respondi? el hijo que jadeaba repentinamente por ese ataque que ya no pod?a controlar y que con cada golpe parec?a revitalizarse con nuevas fuerzas. Su padre se ri? amargamente. ?Lucas, recuerda: una fruta nunca cae lejos del ?rbol. ??Qu? quieres decir? ?Quiero decir que t? tambi?n eres corrupto y podrido como yo. ?Eres mi hijo y yo soy tu padre! ?Mi propia sangre fluye en ti! ??Nunca me volver? como t?! ?Ya te has vuelto como yo. Es por eso que todos te abandonan, como lo hizo tu madre conmigo y contigo. Nadie quiere estar con un fracasado como t?. Ni siquiera queda tu querida amiga. Se escap? tan pronto como pudo. ??Eso no es verdad! Kira me quiere. Se vio obligada a mudarse. ??Pobre ingenuo! ?Esa chica nunca te quiso realmente, de lo contrario se habr?a quedado aqu?! Sabes, Lucas, le? las cartas que te envi?. ?Qu? ni?a tan pat?tica! Pero puedo decirte una cosa: ?Kira nunca volver? a ti! Y ya no te escribir? m?s porque ha decidido dejar de perseguir a una persona miserable como t? ?dijo el padre desde?oso. En ese momento, Lucas dese? haber recibido un cintazo, en lugar de haber escuchado esas terribles palabras que lo corro?an desde adentro. Se sent?a sucio y cerca de la autodestrucci?n. Por ?ltima vez invoc? el nombre de Kira, pero ya sab?a que su querida amiga no acudir?a a ?l para ayudarlo y curarlo del mal que lo estaba devorando. Nunca m?s Sorprendido y disgustado con lo que era y en lo que se hab?a convertido, huy? de la habitaci?n dejando que su padre tosiera y recuperara el aliento con la ayuda de una botella de whisky. RELACIONES Tokio, Jap?n – 09.01.2017 ?Eres hermosa ?susurr? su madre, terminando de arreglar su cabello. ?Gracias ?dijo Kira con una amplia sonrisa en sus labios, lo que hizo que el coraz?n de Elizabeth saltara de alegr?a. Ver esa expresi?n de felicidad en el rostro de su hija fue lo mejor que pudo tener para deshacerse de la ansiedad y la angustia de los ?ltimos dos a?os. Y todo fue gracias a Adam Gramell. Ese chico con su dulzura y sensibilidad hab?a logrado conmover el coraz?n de Kira, haci?ndola olvidar al ni?o de Princeton, Lucas Scott. Por supuesto, la diferencia de edad, aunque solo dos a?os, no le hab?a parecido muy bien a Elizabeth, pero esa sonrisa fue suficiente para alejar todo miedo. Adem?s, Adam era el chico m?s amable e inofensivo del mundo y Kira nunca parec?a preocupado por todas las cartas de amor que recib?a de sus compa?eras de clase. ??Mam?, conf?o en ?l! ?Conozco a Adam y s? que nunca me traicionar?! ?Le hab?a dicho hace dos semanas. ?Traicionar? Oh Dios, Kira, ?ya has llegado tan lejos? ?Dijiste que solo ?ramos amigos! Todav?a eres una ni?a y ... ?la madre se asust? de inmediato. ?Mam?, frena! Ya tengo quince, ?casi diecis?is! Ya no soy una ni?a, y aunque Adam tiene diecisiete a?os, todav?a no hemos llegado a ese punto. ??De verdad? En serio? ?Me dir?as si fuera as? ... ?Mam?, conf?a en m?. Adam y yo solo somos amigos, incluso no niego que ?ltimamente estamos pensando en salir juntos. ?Kira, por favor ... ?Ya lo s?: tengo que hacer las cosas con calma. No tengo que tener prisa. Se dice hacer el amor y no tener sexo con un extra?o. Etcetera etcetera ?repiti? Kira como un aut?mata, que ya hab?a memorizado las recomendaciones de su madre, que hab?a entrado en p?nico cinco meses antes cuando le confi? que Misaki, su compa?era de escuela, ya no era virgen. ?Derecha. ?Adem?s, Adam sabe que a?n no estoy lista y que no hay problemas para ?l. Dijo que nuestra amistad es lo primero. ?Por suerte ?suspir? su madre entregada. Afortunadamente son? el timbre de la puerta, terminando el discurso que siempre causaba verg?enza a Kira, sin mencionar la culpa que sent?a por esas constantes mentiras sobre ella y Adam. ??Ser? Adam! ?Puedes ir a abrirle? Todav?a tengo que elegir los zapatos para ponerme ?pregunt? Kira, tratando de restablecer el orden entre la ropa que hab?a tirado en la cama. Vio a su madre vacilando por un momento antes de irse. ?Estoy muy feliz, ?sabes? ?Dijo antes de salir. ?Yo tambi?n, mam?. Pero mu?vete ahora o Adam pensar? que quiero dejarlo afuera en el fr?o. Ya sabes lo fr?o que est?. ?No pens? que pudieras sonre?r de nuevo despu?s de dejar Princeton y ... Lucas ?murmur? Elizabeth con cautela. No hab?a tocado ese tema durante meses para no ver a su hija llorando, pero ahora sent?a que algo estaba cambiando. Kira se detuvo en el aire al escuchar el nombre de su amigo, luego, sin quitar la vista de su ropa, despu?s de un largo momento logr? responder sin ceder ante la tristeza. ?Volver? con ?l, mam?. Se lo promet?. Elizabeth tembl? ante las palabras de su hija y se dio cuenta de que estaba equivocada: nada hab?a cambiado. *** Princeton, Kentucky – 15.01.2017 Tan pronto como la boca de la ni?a toc? su labio inferior, no pudo contener un gemido de dolor. ??No podr?as esperar otro d?a antes de que Kurt te parta los labios? ?Le dijo la rubia, deslizando su lengua sobre su cuello hasta su pecho desnudo. ?Vamos, v?stete. Tengo lecciones en veinte minutos ?Lucas se puso nervioso de inmediato, tratando de separarse de esa sanguijuela. ??Y desde cu?ndo est?s interesado en la escuela? ?La ni?a se ri? divertida, poni?ndose el sost?n teatralmente para llamar la atenci?n, pero Lucas no respondi? y, sin mirarla, se puso los pantalones y se dirigi? hacia la puerta. ??Me llamar?s ma?ana? Hay una fiesta de ... ?intent? de nuevo. ?No, estoy ocupado ?Lucas se apresur? molesto, haciendo que los nervios de la ni?a saltaran. ??Me est?s jodiendo, est?pido? ?Piensa lo que quieras. Me voy. ??Eso es todo? ?Acabamos de hacer el amor y ahora me dejas as?? ?Solloz? la joven, ahora al borde de las l?grimas. Lucas la mir? r?pidamente y, al ver esas l?grimas, sinti? ganas de romper algo. Todav?a ten?a las manos doloridas de la pelea con Kurt y hab?a esperado calmar su esp?ritu ardiente con el cuerpo de cuento de hadas de Jennifer, pero como le hab?a sucedido las otras cuatro veces, no hab?a experimentado nada m?s que un poderoso orgasmo. Evit? recordarle que lo que acababan de hacer era sexo puro y que no sab?a nada de ella, excepto el tama?o de su sost?n. ?Exactamente ?respondi? simplemente, cerrando la puerta detr?s de ?l y corriendo hacia el aula, listo para fastidiar y molestar al profesor Kleyton. *** Tokio, Jap?n – 23.01.17 ??Est?s lista? ?Susurr? Adam, acercando sus labios hacia los de ella. Kira trag? saliva y asinti? imperceptiblemente. Estaba tensa como una cuerda de viol?n y su coraz?n lat?a a mil, mientras su cabeza segu?a pregunt?ndose si estaba haciendo lo correcto. ?Mira, si est?s dudando ... ?Adam se preocup?, alej?ndose. ??No, en serio! ?Se agit? Kira. Fue ella quien tuvo la idea de ayudar a su amigo y ahora no pod?a retroceder. ?Estoy lista. Por segunda vez, vio la cara de Adam acerc?ndose a la de ella, hasta que sinti? sus labios sobre los de ella. Se estremeci? desconcertada, abriendo los labios y acerc?ndose como Misaki le hab?a explicado. ??Pero qu? haces? ?Qu? asco! ?Exclam? Adam en estado de shock, limpi?ndose la boca con el dorso de la mano. ??Gracias! ?Dijo Kira sarc?sticamente. ??Intento echarte una mano y me lo devuelves as?? ?Lamento mucho no haber besado a nadie antes! Solo segu? el consejo de Misaki. ??Kira, por favor! Misaki est? con Tsutomu, un concentrado de testosterona y vulgaridad. ?Exactamente! ?Kira, sabes lo que estamos haciendo, ?no? ?Claro. ?Nunca seremos una pareja como ellos. ?Ya lo s? ... No es que me apene. ?Solo tienes que demostrar que eres mi novia, ?de acuerdo? ?Lo se. Es por eso que pens? que para hacer nuestra relaci?n m?s realista, ser?a necesario al menos poder besarnos en p?blico, sin parecer extra?o desde ese punto de vista ?Kira le record? que le hab?a tomado tres semanas estudiar todos los detalles de ese plan absurdo que definitivamente ayudar?a a su querido amigo, eliminando la insistencia de las chicas que lo rodeaban (desde que Youra lo hab?a dejado) y la mirada atenta y acusadora de su padre que quer?a verlo con una chica. ?Est? bien, pero cierra la boca, ?de acuerdo? No quisiera que tu lengua se atorara en mi garganta —Adam suplic? con disgusto, tratando de besarla de nuevo. Esta vez los labios de Kira permanecieron cerrados pero suaves y el beso fue un ?xito, a pesar de que toda la atm?sfera m?gica que hab?a imaginado hab?a desaparecido unos minutos antes. ?Tienes hermosos labios, Kira-chan. L?stima que no eres mi tipo ?suspir? Adam, conmovido por los esfuerzos realizados por su ?nica amiga verdadera. ?Lamento un poco que, con esta historia, ning?n otro chico pueda ... saborearte. Las mejillas de Kira r?pidamente se pusieron rojas, pero se mantuvo seria y lista para continuar los ejercicios acad?micos que hab?a establecido para ese d?a. Sab?a que fingir una historia con el bello y muy buscado Adam Gramell eliminar?a cualquier posibilidad de tener una verdadera historia de amor, pero no le importaba, porque hab?a decidido que entre los estudios y el trabajo de medio tiempo que estaba buscando, no tendr?a tiempo para eso, porque no quer?a perder el honor de ser la primera de la clase y adem?s ahorrar dinero estaba para su viaje a Princeton. RETORNO Lucas Princeton, Kentucky – 28.09.2018 ?Otro truco como ese y te suspendo, Lucas ?indic? el director. ?No me importa si el a?o acaba de comenzar. No voy a aguantar tus dolores de cabeza, ?verdad? ?S? ?respond? lentamente con una sonrisa medio aburrida mientras intentaba controlar la furia que quer?a desatar contra esos dos bastardos de Garc?a y Setton. Mis nudillos se despegaron por la cantidad de golpes que hab?a dado esa ma?ana, pero aparentemente no lo suficiente como para evitar que se quejen ante el director. Mir? a mi alrededor y vi a todos los estudiantes distanciarse de m? y de esa mujer que ten?a menos columna vertebral que un invertebrado, pero que todav?a era capaz de infundir terror a esos est?pidos idiotas. A estas alturas ya estaba acostumbrado a despertar miedo y asco: hab?a quienes me consideraban por lo que era, escoria o mierda podrida. Para otros, sin embargo, solo era un delinuente suelto, pero demasiado irresistible para poder contener las bragas lujuriosas de la mitad de las chicas presentes que ya hab?an disfrutado de mi compa??a en la cama. Sin embargo, detest? esa atenci?n y pronto comenc? a buscar un cigarrillo. Necesitaba salir de ese lugar de mierda y hacer dos secas si quer?a llegar al final de la lecci?n sin pegarme un tiro en la cabeza. Revis? el bolsillo trasero de mis jeans. Vacios. ??Diablos, tir? el paquete antes de que llegara el director! Irritado y todav?a preocupado por c?mo comenz? el d?a, corr? a la salida. Con un poco de suerte, habr?a llegado a los dormitorios a tiempo, habr?a tomado un paquete de cigarrillos, hecho dos secas y regresado a clase antes de que sonara la campana. Todav?a, bajo la mirada de todos los presentes, comenc? con mi aire desafiante habitual a lo largo del corredor. Estaba a punto de llegar al vest?bulo cuando una visi?n me shoke?. Porque una visi?n ten?a que ser. Por supuesto. Paralizado por lo que mis ojos no pod?an concebir, me congel? con la mirada fija, hasta que sus ojos se encontraron con los m?os. La sorpresa que tuvo y la felicidad incontenible que hizo que lo que llevaba se deslizara de mi mano, me colaps? como nunca antes me hab?a sucedido. Sorprendido y casi aterrorizado por la alucinaci?n que estaba teniendo, hizo que mi cerebro se tildara, vi que arqueaba esa boquita en forma de coraz?n que nunca hab?a olvidado y cuando pens? que me recuperar?a del shock, me encontr? con su rostro inmerso en su cabello negro y perfumado, mientras dos brazos delgados me apretaban alrededor del cuello, arrastr?ndome hacia ella. En el centro del v?rtice de hurac?n. Sent? que me faltaba el aliento tan pronto como el delicado perfume de su piel entr? en mi nariz. ?Lucas ?apenas sopl? su voz, penetrando en mi mente y alma. Me pareci? explotar. Tuve que trepar a las rocas de mi racionalidad para no ahogarme en esa tormenta de emociones que hizo latir mi coraz?n hasta que estall?. Cerr? los ojos para alejar esa quimera diab?lica pero, cuando los abr? de nuevo, lo vi. Realmente. Por primera vez. Despu?s de tantos a?os. ?Te extra?? mucho ?apenas lo escuch?, estaba tan embelesado por esos ojos verdes del bosque pegados a los m?os con un velo de adoraci?n y tristeza, mientras sent?a sus suaves y c?lidas manos deslizarse sobre mi cuello y luego quedarse en mi rostro tenso y incredulidad. Por un momento, sus delicados dedos tocaron mi ceja izquierda, donde ten?a una cicatriz, y sus ojos se estrecharon, pero solo por un momento. Luego me mir? y me sonri? con entusiasmo. ?Kira ?logr? formular a pesar de mi garganta reseca. Tan pronto como escuch? mis propias palabras, supe que estaba perdido. *** Kira No pude creer mi suerte. Adam hab?a tenido raz?n al llevarme al santuario el d?a antes de irme y obligarme a comprar el talism?n de buena suerte. ?Hab?a funcionado! Si solo pensara en los dos a?os de sacrificios como recepcionista a tiempo parcial para reunir el dinero, pagarme ese viaje, financiar la investigaci?n y encontrar a Lucas gracias a un investigador privado ... Y en cambio! Por una vez, el universo hab?a estado de mi lado y, despu?s de la separaci?n de mis padres y la consiguiente decisi?n de mi madre de regresar a Am?rica, inmediatamente empaqu? mis maletas, a pesar de que estaba en mi ?ltimo a?o de secundaria. ?Pero ciertamente nunca hubiera imaginado dar con Lucas tan pronto y sin la ayuda del investigador que hab?a encontrado en Internet! Mentalmente, le agradec? a Adam nuevamente por su apoyo y por no permitirme nunca perder la esperanza y me promet? a m? misma gastar la mitad de mi dinero para comprarle ropa de dise?ador, su pasi?n. Despu?s de todo, conoc?a perfectamente sus gustos y tambi?n su tama?o, ya que el tiempo que pasamos juntos casi siempre era en boutiques y tiendas. Sonre? feliz por lo que el destino hab?a querido darme: un viaje perfecto, un septiembre todav?a c?lido, la autorizaci?n de mi madre para dejarme sola en Princeton a pesar de que habr?a tenido que quedarme en el dormitorio de la escuela, mientras que una vieja amiga la habr?a hospedado en Davenport, mientras trataba de volver a trabajar como trabajador social. Pero lo m?s sorprendente fue la figura de Lucas, que parec?a lista para darme la bienvenida a la escuela secundaria de la ciudad, cuando lo vi venir hacia m?. ?Oh Dios, cu?nto me hab?a perdido! Tuve que usar todo mi autocontrol para no estallar en l?grimas, pero cuando lo vi mir?ndome con esos maravillosos ojos color avellana, amplios, que habr?a reconocido entre mil, ya no pude resistirme y corr? a abrazarlo. Afortunadamente, estaba acostumbrado a la altura de Adam e instintivamente me puse de puntas de pie rapidamente para pasarle los brazos por el cuello. Al final, ya no practicaba baloncesto y en los ?ltimos a?os solo hab?a aumentado unos cent?metros m?s, mientras que Lucas hab?a crecido dram?ticamente. Con mi cuerpo agarrado contra el suyo, tambi?n hab?a sentido los m?sculos debajo de la camisa ligera estirarse contra m?. Eran muy similares a los que Adam forjaba diariamente en el gimnasio y esto me hizo tocar el cielo con un dedo. Adam ten?a raz?n: Lucas hab?a crecido y con un f?sico como el suyo, ahora tambi?n estaba seguro de que probablemente nunca hubiera dejado que su padre lo golpeara tan f?cilmente. Sin embargo, tuve que contener a mis manos, listas para levantar su camisa y verificar si ten?a alguna se?al de cintur?n o algo debajo. Habiendo sentido su piel y su voz despu?s de tanto tiempo, desgrano ese maciso de roca que hab?a llevado conmigo todos estos a?os. Lucas estaba a salvo. El estaba conmigo. Por fin! La ?nica nota negativa que me traslad? a ?poca anterior fue esa cicatriz en la ceja izquierda. Aunque ligeramente oculta por un piercing, era imposible no notarlo debido a la falta de crecimiento del cabello. Todav?a cautivado por ese hallazgo tan r?pido e inesperado, tom? sus manos para sostenerlas en las m?as. ?No sabes cu?nto te extra??, Lucas. Estoy tan ... feliz ?exclam?, tropezando en la ?ltima palabra con mis dedos en las escoriaciones de sus nudillos. Ante la idea de lo que deb?a haber hecho para protegerse de la violencia de su padre, lo mir? asustado. Por un momento lo vi sostener mi mirada y luego alejarse con asombro. ?Lucas, ?est?s bien? ?Trat? de preguntarle con tanta aprensi?n que parec?a querer sofocarme, pero no me respondi?. Trat? de acercarme y poner una mano sobre su brazo, pero algo detr?s de m? me empuj? bruscamente, haci?ndome perder el equilibrio. Конец ознакомительного фрагмента. 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