Четыре времени года.. Так давно назывались их встречи - Лето - розовым было, клубничным, До безумия ярко-беспечным. Осень - яблочной, краснорябинной, Бабьим летом сплошного счастья, А зима - снежно-белой, недлинной, С восхитительной вьюгой ненастья.. И весна - невозможно-мимозной, Чудно тёплой и самой нежной, И ни капельки не серьёзной - Сумасшед

David, La Esperanza Perdida

David, La Esperanza Perdida Serna Mois?s De La Juan Esta es la vida de uno de los m?s grandes personajes de la antig?edad, el Rey David. Esta es la vida de uno de los m?s grandes personajes de la antig?edad, el Rey David que, siendo un simple pastor y nada m?s, sin mayor futuro que la de tener su propia familia y un reba?o, lleg? a ser considerado como el hombre m?s grande que la historia de Israel ha tenido, pero grande en cosas mundanas, que quedaron tras de s? a su fallecimiento. S?lo superado por las riquezas que lleg? a acumular su hijo Salom?n que fue bendecido con la inteligencia que ten?a su padre, pero mirar que esa es otra historia. David, la Esperanza Perdida Juan Mois?s de la Serna Editorial Tektime 2020 ?David, la Esperanza Perdida? Escrito por Juan Mois?s de la Serna 1? edici?n: marzo 2020 ? Juan Mois?s de la Serna, 2020 ? Ediciones Tektime, 2020 Todos los derechos reservados Distribuido por TekTime https://www.traduzionelibri.it No se permite la reproducci?n total o parcial de este libro, ni su incorporaci?n a un sistema inform?tico, ni su transmisi?n en cualquier forma o por cualquier medio, sea ?ste electr?nico, mec?nico, por fotocopia, por grabaci?n u otros medios, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracci?n de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del C?digo Penal). Dir?jase a CEDRO (Centro Espa?ol de Derechos Reprogr?ficos) si necesita fotocopiar o escanear alg?n fragmento de esta obra. Puede contactar con CEDRO a trav?s de la web www.conlicencia.com o por el tel?fono en el 91 702 19 70 / 93 272 04 47. Pr?logo Esta es la vida de uno de los m?s grandes personajes de la antig?edad, el Rey David que, siendo un simple pastor y nada m?s, sin mayor futuro que la de tener su propia familia y un reba?o, lleg? a ser considerado como el hombre m?s grande que la historia de Israel ha tenido, pero grande en cosas mundanas, que quedaron tras de s? a su fallecimiento. S?lo superado por las riquezas que lleg? a acumular su hijo Salom?n que fue bendecido con la inteligencia que ten?a su padre, pero mirar que esa es otra historia. Dedicado a mis padres Contenido Cap?tulo I. En el Principio7 Cap?tulo II. La Visita del Rey35 Cap?tulo III. Cuesti?n de orgullo69 Cap?tulo IV. La mujer de la casa75 Cap?tulo V. La visita del joven79 Cap?tulo VI. El vecino rico85 Cap?tulo VII. El desconocido anciano89 Cap?tulo VIII. El Ministro de Hacienda111 Cap?tulo IX. La batalla con el Gigante129 Cap?tulo X. El atentado contra su vida161 Cap?tulo XI. El castigo merecido165 Cap?tulo XII. El premio final169 Cap?tulo I. En el Principio Su nombre es David, y si bien cuando naci? nadie habr?a esperado que destacase con respecto al resto de sus hermanos, uno m?s en lo que hoy puede considerarse como una familia numerosa, en cambio fue grande en su juventud y en su vejez, donde ejerci? como l?der y rey de uno de los pueblos m?s poderosos de la regi?n, tanto que su nombre era temido por sus enemigos y respectado por sus aliados, pero David fue peque?o en sus a?os de hombre, y me voy a explicar; cuando era joven, daba muestras sin igual de ser persona de fiar, as? el ALT?SIMO le escogi? y ?l mismo acept?, cambiando con ello para siempre su futuro y el del pueblo de Israel. Cuando fue ungido, como a?n era un ni?o apenas ten?a edad para decir s? o no, pero cuando llegaron los a?os mozos y se le volvi? a llamar respondi? afirmativamente, fijando as? su futuro pero cuando se le confirm? y se le dio el puesto para el que estaba destinado, el enemigo del ALT?SIMO, envidiando los dones y la prosperidad que se le hab?a otorgado y que hac?a destacar a su pueblo sobre los dem?s, le atac? con tanta fuerza que le venci? en varias ocasiones, a pesar de la preparaci?n y los avisos que hab?a recibido al respecto; as? y para enmendar estos errores se le tuvo que castigar como forma de purificaci?n; y con ?l a todo un pueblo que no ten?a culpa de nada m?s que de tenerle a ?l por rey. Debido al cargo que ocupaba su responsabilidad era mucho mayor, pues al ser el representante de un pueblo y al recibir este el mismo correctivo, todos sufr?an por los errores de un solo hombre. Pero cuando hizo penitencia, esta fue de tal manera que dio satisfacci?n, pero fijaros que se hab?a manchado de tal forma que ya no pod?a ser un siervo del ALT?SIMO, y ?ste le dijo, ?Como ya no me puedes servir y sin embargo has hecho penitencia, se te dar? tu premio en esta tierra a la que tanto quieres. As? se le otorg? que tuviese un reino de paz y pr?spero en riquezas de tal manera que en su momento no hab?a rey m?s grande, de todos los que ?l pod?a conocer, convirtiendo a la capital de su reino, Jerusal?n en el centro de todo el comercio de la regi?n, viniendo caravanas desde los lugares m?s alejados para comerciar, y de todas las cosas bellas de la Tierra se pobl?, pero con el progreso y el desarrollo econ?mico tambi?n lleg? el vicio y la corrupci?n, y el mismo Rey fue siervo de ello, y esto apen? al ALT?SIMO, as? ?STE se dijo, ?Le dejar? para que muera en la Tierra, de forma tal que, todo ser?n canciones de ?l, m?s el ?nico m?rito ser? que uno de sus descendientes directos ser? el que figure como padre del Mes?as. Esto se sabr? y se tendr? como tradici?n, pero cuando venga a M? y sea juzgado, su destino ser? igual que el de otros muchos que en la Tierra han tenido lo que han querido, y as? tendr? que padecer seg?n sea su conducta, y quitar? de ?l la voz que le gu?a y que de nada le sirve, y cuando tenga algo que decirle, se lo dir? a trav?s de mis testigos que como profetas tengo. Esta es la historia de un gran Rey, y que el pueblo de Israel tiene como ?l m?s grande ya que gracias a ?l se extendi? y consolid? su reino, pero que sin embargo fue una persona corriente, y que no pas? de ser as?, como aqu? se dice, porque hab?is de saber que la grandeza se mide por lo que uno puede conseguir en el otro mundo, siendo precisamente el servidor del enemigo del ALT?SIMO quien triunfa en este mundo. Esta historia la vamos a empezar en tiempos de la ni?ez de este hombre que, ten?a y as? se le conoc?a por el nombre de David que, viene a significar peque?o, pues tal era su tama?o cuando naci? que su padre pensando que se morir?a pronto le puso ese nombre, y no se le dio el tradicional que tendr?a que haberle puesto seg?n la costumbre de su ?poca. Sabiendo que ya ten?a otros hijos, no se preocup? mucho de este aspecto, y es de la misma manera que ahora ocurre que a los ni?os se les viene a llamar no por su nombre si no por lo que se le ocurre a alguien, as? a ?l le llamaban David. ?l a pesar de su tama?o consigui? sobrevivir a los primeros a?os, aquellos en donde es m?s probable fallecer por alguna enfermedad infantil y que a tantos se llevaba por aquella ?poca, pues hay que tener en cuenta que las condiciones de vida eran muy diferentes a las que hoy se pueden tener, m?xime cuando ?l y su familia viv?an en una zona que hoy se podr?a considerar como rural. Cuando era muy peque?o era muy valiente, y lo demostr? muy pronto, fijaros qu? pas? que, un d?a cuando estaba con las ovejas, ya que su padre era pastor, y los hijos ayudaban pronto a los padres en hacer sus tareas, de esta forma adquir?an responsabilidad a la vez que aprend?an el oficio, el cual se sol?a heredar de padres a hijos, pues dec?a que estando un d?a con las ovejas del monte, aunque no era muy lejos de su casa, apareci? por all? un perro que ten?a la rabia. Si bien la labor de pastoreo es bastante sencilla en cuanto a vigilar el reba?o, evitar que este se disperse demasiado y conducirlo hacia donde hay pasto por la ma?ana y por la tarde recogerlo lo m?s pr?ximo a la vivienda, es cierto que en ocasiones surgen imprevistos e incluso situaciones de peligro, con las fieras del campo e incluso con perros salvajes. Sab?is que esta clase de animales, en la primera fase de la enfermedad de la rabia, est?n como drogados, y apenas se mueven con facilidad, y ?nicamente muerden cuando se les ataca, y andan de un lado para otro o est?n tumbados, es decir no son peligrosos, aunque no es recomendable acercarse demasiado a ellos para evitar alg?n susto al tratar de morder de un salto. Siendo en la segunda fase cuando son realmente peligrosos y de ah? que se deban de evitar ya que est?n furiosos, son feroces y tienen instintos de morder a todo el mundo que est? a su alcance, ya que afecta a esta parte de su cerebro, siendo muy f?cil que de esta forma extienda su enfermedad a otros animales e incluso a las personas a las que se encuentra y ataca. Bueno, pues apareci? un perro rabioso gru?endo con la boca llena de espuma, estando ya pronto para morir, lo que se pod?a deducir del andar inestable y torpe que ten?a, aproxim?ndose hacia donde se encontraba con las ovejas y no se le ocurri? otra cosa que dirigirse hacia el reba?o para atacarlo, pareciera que a pesar de sus malas condiciones y antes de fallecer quisiera extender lo m?s posible su enfermedad a otros seres vivos y hab?a elegido para ello a estos indefensos animales. Viendo David al perro, y sabiendo de su enfermedad, pues se lo hab?an ense?ado, ya que era frecuente entre algunos animales, le grit? y cogiendo un palo, se fue hacia ?l sin pensar que le pod?a morder, pero con la seguridad de que era m?s r?pido y que podr?a escapar si hac?a falta. Lo importante para aquel ni?o era que no se acercase lo suficiente al ganado para morder a las ovejas, ya que aquella que fuera atacada luego deber?a de ser sacrificada y enterrada sin poderse aprovechar nada de ella, para evitar con ello que su carne pudiese transmitir la enfermedad a quienes se la comiesen. Pensar que los reba?os de entonces estaban conformados por una veintena de ovejas y no mucho m?s por lo que el fallecimiento de una de ellas era una verdadera p?rdida para cualquier pastor, de ah? que David quisiera evitar que el perro contaminase a ninguna de ellas. Tener en cuenta que en esa ?poca era normal que los pastores se valiesen de un palo el cual le serv?a de apoyo a la vez que le ayudaba para hacer indicaciones al ganado, y como en este caso como arma para defenderse, emple?ndose a?n hoy en este oficio, aunque ha quedado casi como adorno. Este palo sol?a estar hecho de una madera flexible y no demasiado gorda, de forma que pudiese servir de apoyo sin suponer una carga, al ser todav?a un cr?o, el tama?o era de la altura que iba desde el suelo hasta sus hombros. Los adultos, en ocasiones ten?an palos que superaban la altura de su cabeza, porque adem?s lo usaban para llevar algunas cosas, tales como fardos con ropa o comida, e incluso a alg?n animal que sufr?a un accidente y ten?an que atenderle en otra localidad. Tal es la importancia de este palo que se consideraba como una parte m?s de la indumentaria del pastor, y era identificativo de su profesi?n, siendo en ocasiones transmitido de padres a hijos como se?al de su linaje. Sobre el grosor, este sol?a ser de la mitad del pu?o, de forma que pudiese agarrarse con fuerza cuando as? lo requiriese, ya fuese para evitar una ca?da, para dar indicaciones al ganado o como en este caso para ser usado como arma. Pero volviendo a la historia, viendo aquel perro enfermo por la rabia que ven?a el pastor hacia ?l, se encar? desafiante, ya que se interpon?a en su camino para alcanzar a las ovejas. Aquel joven sin perder de vista al fiero animal y mientras se dirig?a hacia ?l, con un r?pido movimiento puso el palo entre unas rocas y lo golpe? con su peso, astill?ndolo en un extremo dejando una punta afilada. Esto supon?a romper el cayado que le hab?a entregado su padre para poder realizar esta labor, lo que en otras circunstancias podr?a considerarse una afrenta a su familia al despreciar el objeto identificativo de su trabajo, pero aquella circunstancia requer?a medidas excepcionales y el joven ni se par? a pensar en las consecuencias de aquello, m?s all? de buscar utilidad de aquel acto que hab?a convertido a un palo normal en una rudimentaria lanza. David le llam? con grandes voces y gestos, y le tir? una piedra que acababa de recoger del suelo, mientras manten?a el palo en la otra mano, sujeto con fuerza, y el perro vino, aunque no muy corriendo, s? con cierta velocidad, y llegando al lado de David, le amenaz? con la boca abierta y los colmillos fuera, y toda la boca llena de espuma. Con ello David consigui? alejar moment?neamente al animal de sus ovejas, ahora ten?a que evitar que le mordiese y le contagiara a ?l la enfermedad, algo que no se ve?a sencillo ya que aquel animal parec?a presto a morderle en cuanto estuviese suficientemente cerca. Adem?s, la piedra que le hab?a acertado en el lomo parec?a que le hubiese enfurecido, como si aquel animal ya estuviese deleit?ndose con la cacer?a que iba a realizar y alguien le hubiese molestado antes del banquete, mostr?ndose si cab?a a?n m?s fiero. Algo que a cualquier otro podr?a haberle provocado pavor, siendo en estas situaciones habituales que se huyese salido corriendo a pedir ayuda, pero el peque?o no se movi? y mantuvo su posici?n a pesar de lo amenazante de la situaci?n. Adem?s, si hubiese abandonado el ganado, probablemente para cuando regresara con ayuda no quedar?a ni una en pie, pues es sabido que estas fieras atacan y matan por placer, y no por necesidad de alimentarse, ya que de ser as? con cazar una oveja tendr?a suficiente para saciarse. Y sobre salir huyendo, el animal estaba lo suficientemente cerca para tratar de alcanzarlo, y con ello podr?a morderle y contagiarle la rabia, por lo que irse corriendo no parec?a la mejor opci?n. El ni?o sin dudar un momento, y tomando el palo entre sus manos poniendo la punta por delante r?pidamente se lanz? hacia el perro, y meti?ndolo en la boca del animal, se lo clav? en la garganta, y luego se apart?. Un movimiento tan r?pido y certero que apenas le dio tiempo a reaccionar al animal que ni pudo apartar la cabeza cuando ya siti? aquel palo clavado. Algo que no hab?a practicado antes el joven, pero en lo que destacaba en cuanto a agilidad y sobre todo punter?a, lo que hab?a sorprendido a m?s de uno por sus habilidades con las manos. El animal sinti?ndose herido de muerte, trat? por todos los medios de arrancarse el palo con movimientos airados e incluso golpe?ndose contra el suelo, cosa que consigui? al cabo de un tiempo, pero ya le ven?a la muerte encima, y sal?a sangre de su garganta a borbotones. Viendo David que, no hab?a muerto, y que a?n pod?a hacer da?o, cogi? una gran piedra, por lo menos grande para ?l en tama?o, aunque para un hombre ser?a normal, y esper? a que el perro estuviera bien cerca, y cuando estaba como a un metro, le dio con todas sus fuerzas en la cabeza y al punto el animal se qued? all? muerto. Ver?is que hizo luego, ?l sab?a que un animal con rabia era una fuente de enfermedades, y para evitarlo se ten?a la costumbre de enterrar a los que as? les suced?a, m?s como no ten?a ni fuerzas ni herramientas, lo que hizo fue lo siguiente. Ten?a un cuenco con aceite para las heridas, y tambi?n ten?a pedernal que sab?a utilizar, y derram? el aceite sobre el animal, y con el pedernal le prendi? fuego, y desde lejos contempl? c?mo ard?a. Como pastor estaba acostumbrado a encender peque?as fogatas cuando ca?a la noche y no hab?a conseguido regresar a casa a tiempo, pues en ocasiones el reba?o va m?s lento a la vuelta que a la ida, de ah? que siempre tuviese el pedernal y unas pieles que hac?a las veces de manta para taparse evitando as? el fr?o de la noche. Adem?s, la fogata cumpl?a una funci?n de protecci?n, pues mientras se tuviese encendida los animales salvajes procuraban no acercarse sabiendo que all? hab?a un humano presto a defenderse. De esta forma David no solo consigui? salvar a su reba?o, sino que evit? que ese animal pudiese contagiar su enfermedad a carro?eros que se alimentaban de los despojos de otros animales. Algo que cuando no se conoce puede llevar a extender enfermedades al aprovechar la carne de los animales enfermos, pensando equivocadamente que muerte este no podr?a hacer ning?n mal. De ah? la importancia de aprender la profesi?n de los m?s mayores quienes instru?an, no s?lo a saber pastorear y buscar verdes prados, sino tambi?n aspectos sobre el cuidado y la salud como en este caso. Hay que indicar que tambi?n las fogatas, sobre todo cuando hab?a luz se usaban para se?alar alg?n problema o que se requer?a de ayuda, una forma de comunicarse con cualquiera que estuviese a los alrededores ya que el humo negro era distinguible a suficiente distancia. En esto, viendo unos pastores que all? cerca estaban, el fuego, acudieron a ver qu? pasaba, y se encontraron con el hecho, y fue muy comentado por dos razones, una por la valent?a y la segunda por la inteligencia. No era corriente que un pastor tan joven pudiese ser tan resuelto ante situaciones tan inusuales, lo normal en aquel tiempo, y con la edad del menor es que hubiese salido corriendo a dar aviso a otros pastores para que le ayudasen con aquel animal. Situaci?n que no era nueva, y que normalmente cuando se volv?a con ayuda, se encontraban a m?s de una oveja herida o muerta, ya que no ten?a pastor que la protegiera. Otros pastores quiz?s hubiesen tratado de espantarlo con gritos y piedras, buscando que este se asustase y se retirase del lugar ante la imposibilidad de atacar al reba?o. La alternativa de enfrentar al animal, s?lo se sol?a hacer cuando se estaba muy seguro de poder ganar la contienda, y siempre manteniendo la distancia que permite el brazo estirado sujetando el palo, ya que, de acercarse m?s, el animal podr?a contagiarle con alg?n ara?azo o mordisco. No era la primera vez que alg?n pastor no supo medir bien sus fuerzas, o la velocidad de movimientos del animal, y fue atacado en vez de su reba?o, contagiando la rabia a la persona, con consecuencias desastrosas. Pero David, quiz?s calculando sus posibilidades o llevado por su valent?a, tom? la decisi?n m?s dif?cil y arriesgada, y a pesar de ello sali? victorioso de aquel enfrentamiento. Aspecto que fue comentado entre los pastores y que hizo enorgullecer a su padre que vio c?mo el menor de sus hijos se estaba haciendo un hombre antes de lo esperado. Esto es ?nicamente una se?al de que el menor era especial de alguna forma, y en ese momento el ni?o ten?a cinco a?os. Pues David, a pesar de no quejarse nunca, ten?a que tratar de destacar para ser tenido en cuenta, ya que los dem?s por a?os y experiencia le superaban en todo, ya fuese en actividades de fuerza o velocidad. Pero este joven no estaba dispuesto a ceder en su contienda por ser reconocido por sus hermanos por lo que desarroll? el ingenio como forma de destacar. Mirar ahora, otra cosa que sucedi? cuando ya hab?an pasado unos a?os desde este evento, y que, aunque pueda extra?ar las labores que realizaban a tan corta edad, pensar que era otra ?poca, y que cualquier mano que ayudase en el trabajo era bienvenida. As? los menores se iban curtiendo en el oficio, el cual aprend?an casi desde que pod?an tener un palo en el que sujetarse en el caso de los pastores, si bien, las tareas encomendadas al principio se basaban en el cuidado del reba?o en ?reas pr?ximas, para poco a poco ir adquiriendo nuevas responsabilidades. Otros oficios que requer?an de m?s fuerza eran realizados por los mayores, pero con la ayuda, en la medida de sus posibilidades de los menores en dichas labores. De esta forma se iba ense?ando el oficio y adiestrando para que el menor cuando llegase el momento pudiese seguir la tradici?n familiar o ir a otra localidad, pero sabiendo valerse con su trabajo. En esta ocasi?n David se march? junto con otro muchacho un d?a por la tarde despu?s de comer a ver las ovejas que ten?an en el monte, y que estaba cuidado por uno de sus hermanos. Pues a?n no os he dicho que ten?a un mont?n de ellos, pues como en aquel entonces, no hab?a televisi?n, se hac?an muchos ni?os, bueno, bromas aparte. En aquel tiempo era frecuente que las familias tuviesen cinco o m?s hijos, sabiendo que alguno no saldr?a adelante debido a las duras condiciones de vida, y en ocasiones a la escasez de alimentos. Adem?s, tener un hijo no se consideraba una boca m?s que alimentar como hoy en d?a, sino un brazo m?s para trabajar y contribuir a la econom?a familiar. De forma que cuantos m?s hijos se tuviesen la familia se garantizaba su supervivencia, gracias a tantos trabajadores, en cambio aquellas parejas que no consegu?an concebir hijos se consideraban que se extinguir?a con ellos su linaje. Pero volviendo a la an?cdota, estos dos j?venes marcharon por el campo, y para acortar camino, bajaron a una torrentera que por all? hab?a, pero que en esos momentos no llevaba agua ninguna. Es habitual que estos sitios permaneciesen seco durante el verano y en la ?poca de lluvias recuperaba su caudal, siendo entonces incluso intentar atravesarlo debido a que pod?an llegar a arrastrar a una persona por la fuerza con la que bajaba el agua de las monta?as. Pues bien, tal y como hacen los peque?os que, aprovechan cualquier oportunidad para jugar, as? hicieron los dos saltando de piedra en piedra, sin percatarse que algunas estaban sueltas, de forma que el amigo dando un salto pis? sobre una redondeada que se hundi? bajo sus pies perdiendo el equilibrio y se cay?, y se hizo da?o en una pierna de tal manera que chorreaba mucha sangre y no pod?a andar. Ahora dir?ais que ser?a una herida externa o algo parecido, donde se hab?a roto el hueso. Bueno, pues llam? a David que iba delante, y cuando ?ste estuvo a su lado, vio que la cosa era seria, y lo que hizo fue lo siguiente. En primer lugar, darle un fuerte golpe a su amigo en la cabeza, con lo cual el otro qued? atontado, y en ese momento cogi? el pie, y dio un fuerte tir?n hacia ?l, ya que estaba situado de frente a su amigo, y ?ste tumbado boca arriba, y el amigo profiri? un gran grito, pero al punto se le calm? bastante el dolor de la pierna. Entonces, quitando algunas piedras que ten?a all? cerca dej? un peque?o hueco limpio de ellas, y cav? con las manos en el fondo de la torrentera, y sali? un poco de arena mojada, pues, aunque la superficie parec?a seca, todav?a por debajo quedaba la humedad de las lluvias pasadas y del roc?o de la ma?ana. Sacando aquella tierra mojada se la puso en la herida sangrante, y de esta forma con la arena, a modo de cataplasma, tal y como hab?a visto hacer a su madre con algunas hierbas y barro, pero de las primeras no ten?a, ni sabr?a cu?l coger en caso de tener cerca, pero su intervenci?n funcion? y dej? de salir sangre. M?s como segu?a de todas formas saliendo un poco, resolvi? poner al final un torniquete, ya que pens? que, el cuerpo humano era igual al de los animales que cuando se les ata una pata se les corta la hemorragia, y se lo puso a su amigo. Y esto sucedi? cuando solo ten?a siete a?os. M?s mirar que tambi?n pens?, y as? le dijo a su amigo que, se marchaba a buscar ayuda, y ?ste dijo que no, pues sab?a que por aquellos parajes hab?a animales carniceros que, se alimentaban de ganado, y de los pastores cuando pod?an. Por tanto, ser?a una presa f?cil, ya que malherido y en la posici?n que estaba ten?a dif?cil defenderse en el caso de que alg?n rapi?ero le quisiese atacar, atra?do por el olor de la sangre que hab?a manchado las rocas que ten?a debajo suya. Adem?s, tumbado como estaba le ser?a dif?cil usar bien el cayado para evitar que alg?n animal decidiese atacarle mientras estaba solo. Y para complicarlo a?n m?s y como no sab?a cu?nto tardar?a en llegar con ayuda, pens? que, si ca?a la noche antes de que volviese en su auxilio, si no hab?a sido pasto de las fieras lo ser?a del fr?o ya que en estos parajes puede llegar hasta helar, lo que unido a la debilidad que ten?a el joven por la sangre perdida, hac?a que fuese dif?cil que sobreviviese sin el calor de una candela. Ante este panorama y viendo que no durar?a mucho si se iba, insisti? implorando en que no se fuese y le dejase s?lo all? tirado. David no ten?a una f?cil decisi?n, pues ?l no pod?a cargarle tanto como para llevarlo a donde recibiese ayuda, ni tampoco pod?a dejarle sin atender ya que su pierna estaba empezando a tomar un color diferente y eso no era buena se?al, ya que, aunque conoc?a c?mo poner un torniquete porque lo hab?a visto hacer, nadie le hab?a explicado que ten?a que ir soltando de vez en cuando la atadura, para que la pierna no se gangrenase. Hay que indicar que en aquel entonces, el conocimiento sobre medicina estaba reservado a eruditos y consejeros, los cuales atend?an a la familia Real y a los pr?ncipes de palacio, mientras que el resto de la ciudadan?a se ten?a que conformar con las tradiciones orales y algunos ung?entos para saber qu? hacer, pero en las poblaciones m?s alejadas como en este caso, el conocimiento proven?a de la pr?ctica, y en muchos casos del error cometido, por ejemplo, al atender a alg?n animal. Es por ello que era habitual que cuando una persona sufr?a una herida tan grave como la de aquel joven, al final perdiese la pierna como medida para evitar que se extendiese la cangrena, lo que se consideraba una infecci?n. Medida que a pesar de parecer de tiempos antiguos todav?a hoy en d?a se adopta en el caso de algunas enfermedades de tipo circulatorio, como por complicaciones de diabetes. Ante este panorama David tras reflexionar sobre las alternativas que ten?a lo que hizo fue lo siguiente. Busc? buena cantidad de ramas y hojas que suele haber en los cursos de los r?os, a pesar de estar estos secos, y las moj? con la arena h?meda que hab?a sacado del peque?o hoyo que acababa de excavar, y las puso apoyadas unas sobre otras formando un c?rculo, haciendo una chimenea, dejando el centro hueco, el cual rellen? con hojas secas. Luego con el pedernal que siempre llevaba encima, las golpe? con fuerza y con las chispas que salieron se hizo fuego y prendi? todo aquello con hojas secas que hab?a reservado sin mojar, y as? al punto sali? una gran humareda, y desde lejos la vieron y pensaron que podr?a ser alguien en peligro, pues era forma de avisarse por aquellas tierras de que algo malo suced?a. Aunque no se sab?a qu? pod?a ser, era la manera de pedir ayuda o de comunicar que ven?an tropas enemigas, aunque estos ?ltimos avisos se sol?an hacer desde sitios elevados para que pudiese verse a una mayor distancia. Con lo que ya solo era cuesti?n de tiempo para que alg?n pastor lo viese y viniese en su auxilio, o al menos a ver qu? suced?a y cu?l era el motivo de aquella humareda. David mientras tanto acerc? al joven a la fogata, sin moverle demasiado la pierna para que entrase en calor, ya que hab?a perdido mucha sangre y empezaba a perder el tono de color habitual. Al poco acudi? un hermano suyo, el que estaba m?s cerca, y viendo la gravedad de la situaci?n, cogiendo al muchacho se lo llev? para que le pudieran atender lo antes posible. La alternativa era esperar que alguien con m?s experiencia y conocimiento viniese a atenderle all? mismo, tal y como se hace hoy con la visita de los m?dicos al domicilio, pero la gravedad del muchacho lo desaconsej?. Esto fue muy comentado, pues el ni?o cont? lo que le hab?a hecho, y ?nicamente la gente no comprendi? por qu? le hab?a pegado tan fuerte en la cabeza. Cuando le interrogaron por esta cuesti?n, David les contest? que, si no lo hubiese hecho, no le hubiese dejado acercarse a su pierna, pues le dol?a mucho. Vieron que dec?a la verdad, y as? tambi?n pensaron que, ten?a una gran sangre fr?a y a alguien le dio por decir que, en su mente hab?a unas cosas que no eran humanas y que pod?a ser un elegido. M?s ver?is que, ocurrieron tambi?n varios eventos despu?s que lo confirmaron. Uno de ellos fue el siguiente. Estando por all? un profeta que era servidor del ALT?SIMO, le fue mandado que ungiera al que se le indicase, y as? le envi? al pueblo que all? hab?a. Estas personas eran respetadas por donde fuesen, ya que se sab?a que ten?an la capacidad de escuchar y que hab?an dedicado su vida a obedecer, una labor para la que no todos estaban preparados, ya que supon?a renunciar a todo para ir donde se le mandase. ?l estuvo en el pueblo, y a cada uno que ve?a se deten?a frente a ?l y preguntaba, ??Es ?ste, SE?OR? ??No! ? se le dec?a. Esto lo repiti? una y otra vez, con cada uno de los habitantes del lugar y siempre recib?a la misma negativa por respuesta. Los aldeanos que le ve?an acercarse, pararse delante de la persona e irse, no dec?an nada, extra?ados de aquel comportamiento, pero tampoco trataban de entender a un profeta, pues sab?an que estaba obedeciendo en todo momento. Ya estando sin saber qu? hacer, vio que en las afueras hab?a muchas ovejas y hab?a casa tambi?n, pero pens? que no pod?a ser, pues ?l buscaba el elegido entre los principales y los m?s cultos. Ya que estos desde peque?o eran adiestrados en las artes y en los estudios, de forma que fuesen l?deres para su pueblo y que pudiesen conseguirle prosperidad. As? a algunos se les preparaba como negociantes, a otros en idiomas y a los que no cre?an que ten?an posibilidades se les ense?aba un oficio, el de sus padres para seguir la tradici?n familiar. Una selecci?n por castas bien diferenciadas donde no se permit?a que hubiese mezclas, as? el principal nunca se rebajaba a labores del campo, ni el campesino aspiraba puestos de mayor responsabilidad que el que hab?a realizado su padre, y el padre de este. Todos desde el principio y en funci?n de en qu? familia hubiese nacido ten?an claro cu?l ser?a su futuro, a pesar de lo cual en ocasiones se produc?an excepciones como la que se comenta. Ante la falta de respuesta positiva el profeta se dijo, ??Veremos qu? hacemos!?, y se puso en mitad del pueblo y as? mirando hacia el norte pregunt?, ??Es en esa direcci?n, SE?OR? ??No! ?se le contest?. Y volvi? a hacer la misma pregunta hacia el sur, y obtuvo la misma respuesta, y as? sucedi? en las otras dos ocasiones, y esto ya le desconcert? m?s, y le pregunt? al SE?OR, ??Es en este pueblo? Pues ya pensaba que hab?a entendido mal, y se le dijo, ?S?, pero la direcci?n no me la has preguntado. ?SE?OR, dime la direcci?n ?dijo el profeta. ??Pensaba que no aprender?as nunca! ?se le contest??. ?Por qu? no empiezas siempre por preguntar?, y yo te digo d?nde, y no como haces que, me preguntas de forma que ?nicamente te puedo decir s? o no. El profeta comprendi? la ense?anza y con humildad la acept?, y as? se le dijo, ?Ves hacia abajo ?ya que los pueblos estaban en alto, para defenderse mejor de sus enemigos. Cuando estuvo abajo volvi? a preguntar y se le dijo, ?Ahora ves hacia aquella casa que ves y pide al padre que te muestre a sus hijos, te dir? cu?l de ellos es. Esto hizo, lleg? a la casa y se present? al padre, despu?s de darse a conocer, le dijo que quer?a ver a sus hijos para ungir a uno de ellos. Una situaci?n nada habitual y menos en una localidad tan peque?a, en donde todos hab?an o?do hablar de profetas, pero no todos hab?an tenido la posibilidad de encontrarse con uno, y menos que se presentase en la puerta de la casa. Como era la costumbre se le hizo pasar, para descansar y le ofrecieron alimentos, pero ?l los rechaz? diciendo que primero ten?a que cumplir la misi?n que se le hab?a encomendado y luego podr?a compartir la mesa con ellos. El due?o de aquella casa pidi? a las mujeres que preparasen un fest?n para el invitado, ya que no todo los d?as se recib?a una visita de alguien tan destacado como era un profeta. El padre medio asustado, medio impresionado, pues que un profeta estuviera en su casa, y que quisiera urgir a uno de sus hijos, ?eso era ya demasiado!, as? mand? pasar a todos ellos menos uno que no estaba. Primero mand? al que ?l m?s quer?a, su hijo mayor y sucesor por derecho de todos sus bienes cuando hubiese fallecido como era la costumbre de la ?poca, pero este no fue aceptado. Luego hizo pasar al siguiente por edad y no fue aceptado, luego al tercero y no fue aceptado, y as? fue descendiendo, y cuando termin? con todos y eran muchos, ya dije que no ten?an televisi?n en aquellos momentos, el profeta pregunt?, ??No tienes m?s? ??S?! ?le contest??. Tengo al peque?o, pero est? cuidando el ganado. ??Ve y manda a buscarle! ?dijo el profeta?, pues tenemos que esperarle y no comeremos hasta que ?l no llegue, y lo haga con nosotros. Uno de los hermanos sali? corriendo en su b?squeda, cuando le hall? y despu?s de quedarse vigilando el ganado mand? marchar al menor a casa sin darle explicaci?n alguna. Llegando le estaban esperando a la entrada de la casa la madre junto con otras mujeres y esta le dijo mientras le entregaba unas prendas, ?C?mbiate corriendo y ponte esta ropa que tenemos visita. El joven todav?a no entend?a a qu? ven?an aquellas prisas, aunque era habitual que cuando hab?a visitas se usasen prendas diferentes, as? que obedeci? sin comprender lo que acontec?a y una vez hecho se dirigi? a la sala donde se encontraba su padre. El ni?o entr? en la habitaci?n y el profeta acerc?ndose al ?l y poni?ndose de frente, el SE?OR le dijo, ??Este es, ?ngele! ?El SE?OR me dice que unja al ni?o ?dijo el profeta y dirigi?ndose al padre le pregunt??. ?Puedo hacerlo? El padre contest? que s?, aunque sin entender muy bien c?mo su hijo menor iba a ser digno de aquello, pues con la corta edad que ten?a, no hab?a hecho nada para ser merecedor de tal honor. As? se le dijo a David que se descubriese, lo que el joven hizo quit?ndose la ropa que acababa de ponerse. Con aceite que el profeta tra?a, lo derram? por la cabeza del ni?o, y este aceite corri? por su cuerpo hacia abajo, pues le hab?an desnudado, y con ?l fue marcado en el pecho y en la espalda, y tambi?n sus manos puestas hacia arriba, y su vientre, y luego se le dijo, ?Ahora sacarlo al patio, y ba?arle, pues ya est? ungido. El padre que pensaba que era otra cosa, dec?a que no, que no se le ba?ase, ya que eso ser?a c?mo borrar aquella se?al que hab?a recibido. El profeta, viendo lo que dec?a el padre, cogi? tierra del suelo y se la ech? al ni?o, y se peg? en su cuerpo, y as? le pregunt?, ??Acaso quieres que tu hijo est? tan sucio? El padre comprendi? la lecci?n, y llam? a la madre y a otras mujeres para que le ba?asen, y lo hicieron y despu?s comieron todos. ?De esto no se tiene que enterar nadie ?dijo el profeta mientras com?a?, pues su vida peligra por ello, pues el estar ungido, quiere decir que un d?a ser? Rey de Israel, y el que est? ahora no querr? dejar de serlo, pues un d?a tambi?n lo fue ?l, m?s ahora es indigno de ocupar el puesto, y aunque a?n estar? en ?l largo tiempo, alg?n d?a ser? este ni?o el que dirija al pueblo entero. Dicho todo esto el profeta se fue agradeciendo por la hospitalidad recibida a la vez que remarcaba la importancia de mantener el secreto por el bien de todos. Una vez que se fue algunos de los hermanos protestaron por no ser ellos los ungidos, pero a pesar de los celos que hab?a despertado aquella situaci?n lo guardaron en gran silencio, pues nadie quer?a que fuera muerto, pues de haberse dicho a alguien, se corr?a el riesgo de que las noticias llegasen a palacio, y que al no saber cu?l de los hermanos era el ungido, el Rey ordenase dar muerte a todos, y con ello acabar la amenaza de que alg?n d?a le arrebatasen el trono. Esto que ahora puede parecer exagerado, era habitual en aquellos tiempos, donde incluso se llegaba a matar a los hermanos y la familia de estos, para evitar que pudiese reclamar el reinado al enfrentarse con su hermano. El acontecimiento que se ha dicho era ya siendo casi un hombre, pues ten?a ya doce a?os, m?s mirar que esto de los a?os es una forma de hablar, pues los tiempos de antes, y son por referencias que se tienen escritas por donde se sabe, dec?a que los tiempos de antes, se contaban de forma distinta a los de ahora, haci?ndose por las lunas, y por las cosechas. De esta forma casi siempre acertaban cuando era primavera, pero ?sta a veces se retrasaba, y resultaba que en realidad el a?o aquel hab?a durado quince meses de ahora o, por el contrario, el siguiente solamente ten?a nueve. As? pues, es ?nicamente como referencia de que era muy joven, aparte de que vosotros sab?is que, en los pa?ses donde hace mucho calor, los hombres, y sobre todo las mujeres, se desarrollan mucho antes, as? en algunos pueblos de ?frica, es corriente que existan madres a los trece a?os, y son mujeres completamente desarrolladas, y tienen sus hijos normales, en contrapartida la esperanza de vida suele ser de unos escasos cincuenta a?os, Muy al contrario de lo que sucede en los pa?ses llamados desarrollados donde el momento de tener hijos se va retrasando m?s all? de los veinte a?os, pero en cambio tienen una esperanza de vida superior pudiendo vivir por encima de los setenta a?os. Cap?tulo II. La Visita del Rey Pas? por all? una vez el Rey que en aquel tiempo ten?an y que su nombre era Sa?l, y que tambi?n hab?a sido ungido, y cuando el Rey pasaba, siempre hab?a fiesta, y se hac?an canciones al Rey y a sus haza?as, un poco lo que suced?a en Castilla en tiempo de los se?ores feudales que, sal?an trovadores a cantar las haza?as de sus se?ores. Esta es una forma de mantener fresca en la memoria de sus habitantes a qui?n deb?an pleites?a, pues es sabido que aquel pueblo que no atiende adecuadamente a su Rey es exterminado como castigo y ejemplo al resto de las localidades. Pues dec?a que, se ten?a noticias de que iba a pasar por all? el Rey, y el que mandaba en el pueblo llam? a todos y les dijo que ven?a el Rey, que tendr?an que matar unos cuantos corderos, y sacar el vino de la cosecha, y cocer pan y dem?s, todo para agasajar a tan distinguido invitado. As? con la participaci?n de casi todos los aldeanos, pronto estuvo todo preparado para cuando llegara, m?s como ?nicamente iba de paso, se encontraron con que ni siquiera par?, y sigui? su camino, y a todos les molest? que despu?s de la mortandad que hab?an hecho de los reba?os, ni siquiera los hubiera probado. Estando en esto, David que ya ten?a la edad de quince a?os lleg? del monte de estar cuidando el ganado y de esto ?l nada sab?a, y se enter? del desplante hacia el pueblo. Hab?a llegado justo cuando el Rey hab?a pasado, quien iba a caballo y como llevaba escolta a pie se andaba despacio. Se enter? de todo, y pregunt? el tiempo que hac?a que hab?a pasado el Rey y se le dijo que, aquella polvareda que se ve?a a lo lejos era de ?l. El joven no se lo pens? e indignado por la situaci?n quiso hacer algo en justicia para compensar aquella afrenta, y sin decir nada a los dem?s al punto se march? al monte, ya que de trabajar todos los d?as all? lo conoc?a muy bien, y siguiendo por este, lleg? a un sendero del camino antes que el monarca, y se plant? all? en medio. Otro hubiese sido m?s juicioso y hubiese dejado pasar la situaci?n, ya que no se trataba de cualquier persona sino el Rey, al cual se le estaba permitido todo, como era la costumbre, pero David ten?a otros planes. Cuando llegaron los primeros guardias, le dijeron que se apartara, y ?l no se apart?, y ten?a la honda en la mano y un buen pu?ado de piedras de las que se mata a las bestias del campo cuando atacan al ganado, de las grandes. Los soldados vieron que no se mov?a, a pesar de lo cual quisieron pasar con los caballos, y ?l cogiendo una piedra, dio en la grupa del primero que al sentir el dolor se encabrit?, y dio con el jinete en el suelo, y los caballos de los dem?s se asustaron. La comitiva se par? y los soldados prestos se dirigieron hacia el joven, ya que hab?a agredido a uno de sus caballos y eso era tanto como hacerlo a uno de ellos. Estando en esto lleg? el Rey, y pregunt? sobre qu? pasaba y porqu? se hab?an parado, y se lo contaron, y se dijo, ???ste est? loco, mira que enfrentarse ?l solo con mi guardia!? M?s se adelant? por curiosidad al ver que no hac?a gesto de huir cuando la guardia se dirig?a a detenerle y le pregunt?, ??Es que no sabes qui?n soy? ??Me han dicho que el Rey! ?contest? David sin soltar la honda preparada con una piedra?, pero no estoy seguro, pues yo sab?a que ten?a que pasar y en mi pueblo se ha preparado gran banquete para ?l, pero has pasado t?, y no has parado, y es seguro que eres un impostor, pues el Rey, es bueno, y no puede hacer agravio al pueblo que le quiere festejar. El impostor se esconde, y pasa r?pido, no sea que alguien le reconozca. As? pues, he corrido para dar caza al impostor, y ofrecerle la cabeza al verdadero Rey cuando llegue y se re?na en el pueblo ?y diciendo esto termin?. El Rey con un gesto detuvo a sus soldados, pues estaba extra?ado de la situaci?n, y no sab?a qu? decir, y as? pens?, ?Veremos c?mo anda de armas, pues de valent?a ya lo s?. ??Mira cuantos soldados tengo! ?le dijo adelantando su caballo mientras con la mano extendida se?alaba a sus hombres?. Si quiero puedo pasar y nunca sabr?s si soy impostor, pues no me tocar?s. ?Mira ?le fue contestado?, tengo en la mano algo especial que uso muy bien, y as? antes de que ninguno de tus soldados me pueda hacer algo, estar?s muerto. Esto asust? al Rey que, le mir?, y ?nicamente ve?a una honda, y aunque sab?a que eran armas peligrosas cuando se usaban bien prefiri? ser prudente y alej? lentamente el caballo mientras le dec?a. ?Dame demostraci?n de tu habilidad y te dar? satisfacci?n ?dijo el Rey otra vez. Al punto David cogi? una piedra y dando vueltas a la honda, la solt? y viendo que no pasaba nada, todos rieron, y en esto cay? del cielo un ave que por all? volaba, y fue cerca del Rey, y ?ste tuvo que refrenar su caballo que se asust?. Y el Rey mir? al cielo y no vio ninguna ave m?s, y as? pens?, ??Caramba con el muchacho, si le da a un ave que va sola, y que tiene el tama?o de mi pu?o, ?qu? har? conmigo??, y as? le dijo, ?Vamos al pueblo a festejar, pues en verdad soy el Rey Sa?l, pero es que no sab?a que me estuvierais esperando, pero mira, ve tu primero y avisa que llegamos. A pesar de sus palabras, el rey no ten?a intenci?n ninguna de volver sobre sus pasos, as? pues, pens? seguir su camino cuando aquel muchacho se hubiese ido a su pueblo. David que intuy? el pensamiento del Rey y sabiendo que ?nicamente se quer?a deshacer de ?l, le dijo, ?Como el camino le conoc?is, por haber pasado por ?l y como si paso primero voy antes que el propio Rey, as? pues, seguir delante que yo soy ?nicamente un cabrero y no puedo pasar primero, si no detr?s dando escolta. El Rey se qued? asombrado de la sabidur?a del muchacho y viendo que no le dejaba muchas alternativas decidi? volver con su escolta, y tras un breve trayecto llegaron al pueblo, aunque ya la gente no le esperaba, y estaban disgustados, pero viendo venir a la escolta a caballo se volvieron a poner contentos. Luego se enteraron de lo que hab?a sucedido, y ellos, como es natural presum?an de su mozo que, ten?a tanta inteligencia, y as? contaban unas cosas ciertas y otras inventadas, a tal punto que el mismo Rey que, hab?a sido forzado, y que por ello estaba disgustado, se le pas? el enfado y llam? a su mesa a David, mas ?ste no apareci?, y aunque le buscaron no le encontraron y sin embargo de la monta?a, lleg? el canto que todos conoc?an, y que era del muchacho que tal aflicci?n ten?a, y que agradaba a todos, pues estaba especialmente dotado para ello. En el canto dec?a que, cantaba al rey m?s grande que ten?an y que hab?a ganado muchas batallas y que era el ungido del ALT?SIMO, y todos conoc?an esto, m?s tambi?n a?adi?, y esto solo el rey conoc?a que, aunque un rey era, EL ALT?SIMO le vigilaba, y que se pod?a olvidar de que ?l hab?a ungido a quien ?l luego no le serv?a bien que, siendo rey ten?a m?s obligaciones y tambi?n m?s servidumbre, y esto f?cilmente le hac?a olvidar que ?l era el primer siervo. Esto alarm? tremendamente al rey que, pregunt? por el nombre de aquel que cantaba, y le dijeron que era el mismo que le hab?a hecho volver. El rey se alarm? bastante, pues pens? que ser?a un elegido del ALT?SIMO, y que le estaba acusando de algo, tal y como hac?an algunos profetas como forma de corregir sus acciones o las del pueblo cuando se desviaba del camino marcado. Cuando el rey pregunt? la edad, le dijeron que a?n no ten?a edad de separarse de sus padres, y pens?, ?A?n es muy joven y aunque no es muy alto, s? est? desarrollado, pero mejor se lo dejo al padre, y dentro de unos a?os vuelvo por aqu??, y se march? al d?a siguiente, despu?s de agradecer al pueblo su generosidad y pagar por ello, en esto ver?is que pas?. Estando despidi?ndose el rey del principal y de los aldeanos, apareci? David, y as? le dijo, ?Gran Rey, ?os ha gustado la comida, y la cama y la mujer? Pues era costumbre que cuando el Rey pasaba por alg?n sitio y paraba, cohabitase con alguna mujer para de esa forma dejar su semilla, y agradecer al pueblo su generosidad, m?s en el caso de Sa?l, la mujer que le hab?an puesto la rechaz?, y as? contest?, ?La comida bien, el vino bueno, mas la mujer no la he tocado, pues me encuentro enfermo. Y as? le pregunt? David en voz alta para que todos le escuchasen, ?Entonces ?qu? nos dejas de lo tuyo para merecer lo que te has comido? Todos se asustaron, de tal manera que temieron que el Rey soltar a sus soldados e hiciera gran mortandad, pues aquello se pod?a considerar una ofensa al pedir cuentas a alguien tan importante. M?s esto mismo pens? David que pod?a pensar el Rey, y sin disimulo ninguno sac? la honda, y la puso una buena piedra, y as? le dijo, ?Mirar gran Rey, existe aqu? un acostumbre que, a lo mejor estando tan lejos desconoc?is, y que no est?is obligados a cumplir si no hubierais comido nuestra comida y bebido nuestro vino, y es la de pagar lo que cada uno come y bebe, y si no lo hac?is por qu? no ten?is dinero, entonces gustoso te lo damos como regalo, y cuando alguien admite un regalo, y t? ya lo has admitido, en ?sta tierra est? obligado a dar otro del mismo tama?o por lo menos o de valor semejante, y teniendo en cuenta que como se han matado m?s de veinte reses, y bebido un buen vino, calculo que con tus caballos podr?is pagar lo que aqu? se ha consumido. ??? ???????? ?????. ??? ?????? ?? ?????. ????? ?? ??? ????, ??? ??? ????? ??? (https://www.litres.ru/pages/biblio_book/?art=51834906&lfrom=688855901) ? ???. ????? ???? ??? ??? ????? ??? 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