Все ждут весны. Она в календаре Продвинулась вперед намного дальше, Чем, то, что видно глазу во дворе. Ей далеко до спеси генеральши. В смешении сезонов не борясь За краски дня, лучи или припарки, Весна сгребает с тротуаров грязь С угрюмой обреченностью кухарки. И в марте думаешь, когда же будет март? Какие тут, скажите, акварели? Когда в прогноз

Amando A Un Esp?a Americano

Amando A Un Esp?a Americano Brower Dawn La guerra que los uni?, tambi?n los separa.A?os despu?s, sus caminos vuelven a cruzarse, y tienen una oportunidad para el amor una vez m?s, pero los miedos de Victoria los pueden separar. Sobrevivieron a un mundo destruido por la guerra, s?lo el tiempo dir? si encontraron un amor que puede prosperar... William Collins nunca quiso dejar el confort de Lilimar, su hogar. Un d?a, la plantaci?n ser?a suya, y le pondr?a el coraz?n y el alma para hacerla prosperar. La guerra comienza en todo el mundo, y queda claro que debe cumplir con la obligaci?n hacia su pa?s. Si no tiene la esperanza de vivir la vida que so??, por lo menos debe tratar de encontrar paz. Entonces, se enlista como un caballero esp?a y se entrega al peligro sin pensarlo dos veces. Victoria Grant es la hija de un vicario. Tiene un fuerte sentido de la responsabilidad y se ha formado como enfermera. Cuando su pa?s se ve inmerso en la guerra, se une a otras enfermeras para curar a los heridos.? Viaja de campamento en campamento y ayuda d?nde es necesario. En un tren a Francia, conoce a un caballero Americano, y una amistad diferente comienza entre ellos. La guerra que los uni?, los separa. A?os despu?s, sus caminos vuelven a cruzarse y tienen una oportunidad para el amor una vez m?s, pero los miedos de Victoria, los pueden separar. Sobrevivieron a un mundo destruido por la guerra, s?lo el tiempo dir? si encontraron un amor que puede prosperar... Amando a un esp?a americano ?ndice Cap?tulo 1 (#u366efbaa-5a06-5a8f-bae3-6f6dd4a214c1) Cap?tulo 2 (#uc5d76e47-ede0-5ae1-8aa9-8f4cc648e0e1) Cap?tulo 3 (#u90662750-958e-5210-a770-1fba0e81ad5f) Cap?tulo 4 (#u821e6a8f-704b-55c4-9c8d-8443b711fa39) Cap?tulo 5 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 6 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 7 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 8 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 9 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 10 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 11 (#litres_trial_promo) Ep?logo (#litres_trial_promo) ACERCA DE LA AUTORA (#litres_trial_promo) TAMBI?N DE DAWN BROWER (#litres_trial_promo) EXTRACTO: Eternamente mi duque (#litres_trial_promo) Pr?logo (#litres_trial_promo) CAP?TULO UNO (#litres_trial_promo) EXTRACTO: Todas las damas aman a Coventry (#litres_trial_promo) Pr?logo (#litres_trial_promo) CAP?TULO UNO (#litres_trial_promo) Esta obra es ficci?n. Los nombres, personajes, lugares y acontecimientos son producto de la imaginaci?n del autor o son usados de forma ficcionada sin relaci?n alguna con la realidad. Cualquier parecido con lugares, organizaciones o personas, tanto vivas como fallecidas, es casualidad. Amando a un esp?a americano Copyright ? 2019 por Dawn Brower Todos los derechos reservados. Dise?o de portada por Victoria Miller Ninguna parte del libro puede ser reproducida en cualquier formato, tanto electr?nico como manual, incluyendo sistemas de almacenamiento de informaci?n, sin permiso por escrito del autor, a excepci?n de las citas en rese?as literarias. Publicado por Tektime Cap?tulo 1 Enero, 1915 El silbido del tren reson? en toda la estaci?n. Victoria Grant observ? desde un banco cercano, mientras el sonido la abstra?a de sus pensamientos. Ella hab?a llegado a la estaci?n temprano, para no perder su tren, que la llevar?a a una peque?a ciudad en Francia. Desde all?, viajar?a con un regimiento a un hospital de campa?a, al cual hab?a sido asignada para trabajar como enfermera. Su tren ingres? a la estaci?n y lleg? hasta un apeadero cerca de la plataforma. El vapor de la chimenea en lo alto de la m?quina se extendi? por toda la estaci?n. Los pasajeros comenzaron a desembarcar con rapidez. Victoria tuvo que esperar para subir a bordo durante varios minutos. El auxiliar del tren les indicar?a cuando pudieran embarcar. Los maleteros estaban todav?a descargando el equipaje de los pasajeros que dejaban el tren. Pronto, comenzar?an a colocar las nuevas maletas en su lugar. Victoria se par? y camin? hacia la estaci?n. Ella no ten?a muchas pertenencias. Para trabajar como enfermera, no necesitaba muchas tampoco. Ten?a un ba?l con sus uniformes y algunos pocos objetos personales. Al crecer como la hija de un vicario, se le hab?a ense?ado a denunciar cualquier actitud que llevara a la avaricia. Ella se hab?a tomado a pecho sus ense?anzas y hab?a aprendido a vivir tratando de ayudar a quienes necesitaban. Con la Gran Guerra devastando el mundo, las mujeres como ella eran requeridas. Ella usar?a sus habilidades como enfermera para salvar a aquellos que pudiera, y ya no pod?a esperar m?s para ponerse al servicio de la causa. Continu? caminando y se tropez? con el pecho duro de un hombre. Mir? hacia arriba y se encontr? con la mirada de este hombre. Sus ojos azules eran tan oscuros, que parec?an casi negros, y su cabello brillaba como caramelo con miel. ?Mis disculpas,? dijo ella, dando un paso hacia atr?s. ?Es mi culpa,? dijo ?l, con un acento Americano del sur, si ella no estaba equivocada. Eso la tom? un poco de sorpresa. No hab?a muchos americanos en Francia, desde que la guerra hab?a comenzado. Lo ?ltimo que hab?a o?do, era que quer?an mantenerse neutrales, con respecto al conflicto masivo. ?Deb? haber prestado m?s atenci?n,? Sus labios se inclinaron hacia arriba en una sonrisa deslumbrante. Su sonrisa impact? sus sentidos, maravill?ndola moment?neamente. Victoria mene? su cabeza, recuperando su equilibrio en un momento. ??Est? ligado al norte de Francia?? ?sta parec?a una pregunta normal, pero de todas maneras se sinti? tonta al hacerla. Observ? el tren pasar y luego la mir? a ella. ?Si, lo estoy.? ?l alz? una ceja. ??Y usted?? Ella asinti? r?pidamente. Esta conversaci?n era extra?a. Victoria nunca hab?a sido buena para hablar con, bueno, con nadie. Menos con un hombre... Esta era una proeza que era casi imposible. No sab?a por qu?, pero los hombres siempre la desconcertaban, y habitualmente se hab?a comportado un poco torpe en cada conversaci?n o encuentro. ?Si, um, s?.? Ella se sent?a como una idiota. Habr?a puesto cualquier excusa para salir de la conversaci?n pronto. La mayor?a de los hombres hab?a tenido problemas para hablar con ella, ya que a ella se le hac?a dif?cil discutir cualquier tema con los hombres, excepto cuando hablaba de asuntos m?dicos. ?l sonri? suavemente. ?Entonces espero hacer el viaje con usted.? ?Hablaba en serio? Ella frunci? el entrecejo y lo observ?. Tal vez ?l se divert?a en burlarse de la gente. No quer?a cuestionarse m?s. No conoc?a a este hombre, y probablemente nunca terminar?a de conocerlo. Uno de los auxiliares del tren sali? y grit?, ?Todos a bordo.? Los pasajeros se acercaron y comenzaron a subir. Victoria se dirigi? hacia el tren, siguiendo a un grupo de personas. No ten?a un vag?n privado, ni siquiera un vag?n con cama, para esconderse de la multitud. Victoria deber?a estar atascada, sentada con todos los dem?s en el vag?n de pasajeros. Al menos, el viaje no era muy largo. Camin? por el pasillo y encontr? un asiento junto a la ventanilla. Eso le permitir?a distraerse un poco durante el viaje. ?Nos encontramos otra vez,? dijo el hombre, sent?ndose al lado de ella. ?Debe perdonar mis horribles modales.? ?l llev? su mano a su pecho. ?Deber?a haberme presentado. Soy William.? Victoria lo mir?, dudando qu? har?a despu?s...?l era un hombre encantador. Victoria no pudo evitar en devolverle su saludo de bienvenida. ?Victoria,? dijo, despu?s de unos minutos de silencio inc?modo. ?Encantado de conocerla, Se?orita Victoria. Estoy complacido de tener el placer de compartir este viaje con usted.? Sonaba sincero, pero ella se sinti? inquieta imaginando que ?l tratar?a de tener una conversaci?n con ella. Tal vez, ?l disfrutar?a de su compa??a. Ella odiaba viajar, pero tener a alguien interesado en ayudarla a olvidar durante un tiempo, ser?a bueno. Adem?s, tener a William que le hiciera compa??a, podr?a ser interesante. ??De qu? deber?amos hablar?? ?De lo que quiera,? William respondi?, acomod?ndose en su asiento. ?Cu?nteme un poco de usted.? No hab?a mucho para contar, y su vida era aburrida. ?Preferir?a escuchar de usted...? No quer?a que se durmiera con lo tedioso de su vida. ?Esto es lo que dicen las se?oritas hermosas,? ?l murmur? el comentario y despu?s le gui?? un ojo. Su coraz?n se detuvo un poco. No estaba acostumbrada a recibir atenci?n de un hombre y la pon?a un poco nerviosa, que ?l se interesara en ella. ??Qu? le parece algo neutral? Cu?nteme cu?l es su flor favorita.? Victoria se apoy? en su asiento y pens? en la pregunta. Nadie nunca le hab?a preguntado acerca de ninguna de sus cosas favoritas. Las flores eran hermosas, y a ella le gustaban mucho. ?Supongo, que si tengo que nombrar una favorita, dir?a violetas. Son resilientes y tienen propiedades curativas maravillosas.? ?l mene? su cabeza. ?Usted no es una persona com?n, verdad?? ?Me gusta pensar que no soy una persona complicada,? dijo ella. Mientras m?s hablaban, comenz? a preguntarse si ?l estaba flirteando con ella. Ning?n hombre se hab?a interesado en ella antes, y no estaba segura de c?mo responderle. Seguramente, ella se estaba equivocando con ?l...?Tengo un prop?sito y una responsabilidad. Lo dem?s no importa.? ?Esto es un poco...serio,? dijo ?l con un tono sombr?o, que no se reflejaba en sus ojos. ?Supongo que es d?nde estamos en el mundo ahora. Estamos todos forzados a adaptarnos, debido a la situaci?n de guerra actual.? ?Si,? ella estuvo de acuerdo. ?Es una desgracia, pero debemos dar lo mejor con lo que la vida nos depara.? A Victoria le gustaba William. Era amable y nada pretencioso. Ella no pod?a evitar desear encontrarlo en otro momento de su vida. Uno que no fuera alcanzado por la destrucci?n de la guerra... Se estaba enga?ando a s? misma. En otro tiempo y lugar, no importar?a nada. William probablemente no se habr?a fijado en ella, y era muy probable, en primer lugar, que nunca se hubieran conocido. ?Creo que es verdad,? ?l asinti?. ?La guerra es una desgracia. Es muy malo que los altos mandos no hayan encontrado una forma mejor de resolver sus diferencias. Pero aqu? estamos...? Sonri? levemente. ?No puedo evitar sentirme feliz por algo al menos.? ??Qu? es?? pregunt? ella, casi temiendo la respuesta. ?Me acerc? a usted.? ?l era suave. Victoria tambi?n pod?a ser amable con ?l. Y le devolvi? una sonrisa. ?Creo que no puedo estar en desacuerdo con su l?gica.? Ella se recost? en su asiento y se relaj?. ?Entonces no perdamos esta oportunidad. Quiz?s no tengamos nunca otra oportunidad de conocernos m?s. ?Siente poder abrirse conmigo?? ?Si es tan valiente, ?qui?n soy yo para tener miedo?? ?l sonri?. ?H?galo, mi querida.? Hablaron durante todo el viaje como si se hubieran conocido de toda la vida. William era el primer hombre con quien ella se sent?a completamente c?moda. Esto la apenaba, despu?s de llegar a la estaci?n de tren, ir?an por caminos diferentes y no volver?an a verse nunca. Ella anhelaba esto m?s que la existencia banal que hab?a tenido. Conocer a William hab?a alterado su perspectiva de muchas cosas. El entusiasmo y la alegr?a parec?an posibles, donde antes todo parec?a s?lo fantas?a. Tal vez, era un poco absurda, pero sent?a que pod?a tener algo m?s ahora. Tal vez no con William, pero con alguien m?s...Aunque, en su coraz?n, ella deseaba que William estuviera siempre en su vida. Hab?a algo especial en ?l, a lo que ella quer?a aferrarse. Un mes despu?s... Una carta lleg? para Victoria, y no pod?a esperar para hacer pedazos el sobre para abrirla. William hab?a acordado en escribirle cuando pudiera, pero ella no cre?a que pudiera hacerlo. Ahora que una carta suya hab?a llegado, estaba aterrada de leerla. ?Qu? ocurrir?a si el hombre que ella recordaba no era el mismo que se expresaba en la carta? ?Qu? ocurrir?a si ?l realmente no quer?a tener nada con ella y s?lo escrib?a para ser amable? ?Qu? ocurrir?a si ?l era todo lo que ella recordaba? Victoria sostuvo la carta contra su pecho y camin? hacia la tienda de enfermeras. Se sent? lentamente y la observ?. Su mano tembl? un poco, al deslizar sus dedos sobre su nombre escrito en el sobre. ??Tienes un enamorado?? El acento fuerte Irland?s de Aisling Walsh reson? alrededor de Victoria. Era una joven enfermera con cabello pelirrojo brillante y ojos color verde oliva. ??Por qu? te est?s conteniendo? ?brela.? Victoria no se hab?a preocupado en acercarse a otras enfermeras, pero Aisling ten?a otras ideas. Ella se hab?a negado a mantener a Victoria apartada y constantemente hablaba con ella. Victoria nunca lo habr?a admitido, pero estaba feliz de haber conocido a Aisling. Podr?a sentirse sola sin la otra enfermera. Victoria desliz? sus dedos por el sello. ?No s?...? ?No sabemos cu?ntos d?as vamos a estar aqu?. Los d?as son para ser vividos, para tratar de encontrar cualquier pizca de felicidad con la que seamos bendecidos.? Ella se acerc? y coloc? su mano en la de Victoria. ?No la pierdas, ignorando un regalo, no importa cu?n peque?o sea. Lee sus palabras.? Dando un profundo suspiro, rompi? el sobre y sac? la carta. Desdobl? las hojas y comenz? a leer. Victoria Espero que al recibir esta carta se encuentre bien. Cualquier otro resultado es inaceptable...Esta guerra deja cicatrices en el alma de un hombre -mi alma- y tener alguien como usted en mi vida es un b?lsamo sobre la peor de mis heridas. Ha pasado casi un mes, y siento como si el tiempo y la distancia separ?ndonos fuera tremendo. Debo verla otra vez. Por favor, diga que aceptar?, y encontrar? la forma de ir a su lado. Mi vida cambi? completamente el d?a que la conoc?. No s? c?mo explicarlo, s?lo que no puedo olvidarla, a?n si lo intentara. Por favor, diga que siente lo mismo. Esperar? eternamente por usted, si es necesario, pero espero que no tenga que esperar tanto. Mis disculpas por la corta misiva...Si tuviera m?s tiempo, escribir?a m?s, pero ?ay de m?!, el peligro no me permite tener tiempo para escribir poes?a. Contarle noticias sobre el frente de batalla, no le dar?a mucha esperanza, entonces evitar? dar m?s detalles acerca de esta desdicha. Sepa que est? en mis pensamientos siempre. Con mucho respeto William. Victoria cerr? sus ojos y trag? saliva, para deshacer el nudo que ten?a en su garganta. ?l quer?a verla de nuevo. ?Deber?a ceder y decirle cu?nto lo deseaba ella tambi?n? ?Por la sonrisa en tu cara, creo que es una buena carta,? dijo Aisling. Ella alz? su mano a su cara. Victoria no se hab?a dado cuenta que se hab?a rendido y hab?a sonre?do. La felicidad era algo nuevo para ella. No le contest? a Aisling pero se dirigi? a un mueble y tom? unas hojas para escribir. Despu?s de haber anotado algunas l?neas, fue a enviar la carta. Si ten?a suerte, pod?a encontrar a William, d?nde hab?a estado destinado la ?ltima vez. A veces los hombres eran transferidos durante la guerra y pod?a tardar semanas para que una carta llegara a sus manos. Ella no iba a preocuparse por eso. William quer?a verla otra vez. Eso era lo ?nico que le importaba en ese momento. Cap?tulo 2 Primavera, 1915 Una lluvia copiosa cay? durante horas sin parar. La tierra debajo de los pies de Victoria Grant se volvi? barro. A cada paso, sus pies se hund?an en la tierra mojada y cubr?an sus botas de esti?rcol y mugre. Estaba tan cansada de tener sus pies mojados. A esa velocidad, podr?a encontrarse ella misma con la misma dificultad que los soldados con botas de trinchera. Avanz? penosamente, teniendo que dar pasos largos para salir de ?sta ?rea lo m?s r?pido posible. Cuando lleg? a la tienda, donde estaba ubicado el hospital de campa?a, Victoria movi? las cortinas y entr?. ?Enfermera Grant, venga aqu? ahora.? Un doctor le hizo se?as. ?Tenemos una gran cantidad de nuevos pacientes, y no se ven bien.? Ella quiso decirle que estaba al tanto de esta situaci?n. Era la raz?n por la cual hab?a ido directamente al hospital, en vez de tomarse un merecido descanso. Cada d?a, le presentaba un nuevo desaf?o. Pronto, el hospital estar?a colapsado, y no tendr?an lugar para albergar a los enfermos. ?Ya voy, doctor.? Victoria se envolvi? un delantal a su vestido. Probablemente, se pondr?a dif?cil el cuidado de los enfermos, y quer?a por lo menos cuidar su ropa. No ten?a mucha, y no hab?a tiendas ni costureras para reemplazarla. El doctor ten?a a un hombre en su mesa de operaciones, y el pobre hombre estaba inconsciente. Probablemente, era mejor. Se acerc? al doctor para ayudarlo. El hombre ten?a el cabello casta?o claro dorado, manchado con sangre. Una s?bana cubr?a casi todo su cuerpo. No es que pudiera haber obtenido algunas pistas al verlo desnudo, pero algo en ?l, le produc?a curiosidad. Lo observ? y se focaliz? en su cara. Dio un gran suspiro, cuando lo reconoci?. William. Ella pens? que nunca lo volver?a ver, y ciertamente deseaba que no fuera as?. Estaba usando un uniforme franc?s. Esto era confuso en ?l. Ella trabaj? febrilmente al lado del doctor para parar la hemorragia. Despu?s de una hora de trabajo, finalmente terminaron, y el doctor sutur? su herida. William fue llevado a una cama. Afortunadamente, ten?an una disponible. Victoria se tom? un momento para lavarse, y volvi? a su lado. No podr?a dormir, mientras estuviera preocupada por su salud. ?l ten?a que sobrevivir. Deb?a. Esta no era la forma en que ella imaginaba su pr?ximo encuentro con ?l. ?Hab?a recibido la carta? Hab?a estado preocupada desde que la hab?a enviado y hab?a esperado siglos por su respuesta. Ahora, estaba all?, herido. Victoria se negaba a creer que esta ser?a la forma en que su historia terminara. ?l hab?a llegado a significar tanto para ella en tan poco tiempo...s?lo meses. Sent?a su coraz?n pesado dentro de su pecho, mientras trataba de evitar no llorar. Ellos no pod?an ayudarse, y ella se negaba a rendirse a algo tan in?til. ?Estar?s bien.? Lo dijo m?s para ella misma que para ?l. Victoria necesitaba algo en qu? creer y decidi? aferrarse a la esperanza. Era lo ?nico que pod?a hacer. Cualquier otra cosa era inconcebible. Ella apoy? su cabeza al costado de su cama y cerr? los ojos. Victoria ten?a la intenci?n de descansar s?lo un momento, pero el cansancio la venci?. ?Bella durmiente,? dijo un hombre. Su voz era ronca, pero ten?a una pizca de humor. ?Te habr?a besado para despertarte, pero me temo que no tengo fuerzas para moverme.? Victoria se sent? y se estir?. Le dol?a cada m?sculo de su cuerpo. ?No pens? en quedarme dormida.? ?No pens? en ser herido,? ?l contrarrest?. ?Pero a veces hay cosas que no podemos evitar, sin importar cuanto tratemos.? Ella frunci? el ce?o. ?No es divertido.? ?l sonri? y despu?s se quej? del esfuerzo. ?Tienes raz?n, no es divertido, pero al menos estaba tratando de alegrar nuestro estado de ?nimo.? La sonrisa de William se esfum? al mirarla. ?Te extra??.? Ella apart? la mirada. ?Por qu? ten?a que apegarse a este hombre? ??Por qu? est?s usando un uniforme franc?s?? Deb?an haberle arrebatado una buena parte de ?l. S?lo ten?a los pantalones. ?l suspir?. ?Es complicado.? Victoria temi? que sab?a exactamente lo que no estaba diciendo con esas palabras. William era esp?a. Parec?a un poco fant?stico, pero era lo ?nico que ten?a sentido. ?Por qu? otra raz?n iba a estar un americano en una guerra en la cual no ten?a ninguna raz?n real para estar? ?Ya veo.? ?l no era muy valiente o incre?blemente tonto. De todas maneras ella cre?a que era un poco de ambas. De todas maneras, lo respetaba por su esfuerzo. Esta era una guerra horrible y sin sentido. Bueno, todas las guerras eran sin sentido. Pero ?sta no era ni aqu? ni all?. ?sta era la guerra que ten?an que superar, y las otras no significaban nada para ella. Eran hist?ricas e irreales. William jugaba un papel que pod?a ayudarlos a ver el final m?s pronto que tarde. Ella entend?a la raz?n de tener esp?as. Mientras ella odiaba la guerra, ella no lo odiaba a ?l. Cada persona ten?a un rol que cumplir y ella no ten?a que menospreciarlo por el cual ?l ten?a que representar. ?No creo que entiendas.? ?Te juro,? ella comenz?. ?Entiendo m?s de lo que crees.? Victoria mantuvo su mirada. ?Esto es la guerra, y he visto mucho desde que nuestros caminos se cruzaron.? Hab?a pasado menos de medio a?o desde que lo hab?a conocido, pero parec?a que se conoc?an de toda la vida. Se hab?a vuelto m?s fuerte cada vez que hab?a ayudado en las cirug?as y hab?a visto tanta sangre. Victoria cre?a que nunca podr?a borrarse de su memoria pronto todo lo que hab?a visto. Cre?a que estas im?genes pod?an perseguirla por el resto de sus d?as... ?l asinti?. ?Es mejor que no hablemos de eso.? William parec?a entender. Eso era bueno. ?Guardar? mis pensamientos para m?, entonces.? Ella se par? y lo mir? una ?ltima vez. ?Descansa. Necesitas curarte.? Victoria puso cierta distancia entre ellos. Todav?a ten?a fuertes sentimientos hacia ?l, y si pasaba m?s tiempo con ?l, podr?a enamorarse, y amar a un esp?a...le producir?a angustia. Muchos esp?as no volv?an a casa de la guerra, y aquellos que regresaban, nunca volv?an a ser los mismos. Diciembre, 1915 William se puso su abrigo y lo aboton?. Hab?a un lugar en el que necesitaba estar, y demorar?a medio d?a en llegar caminando a su destino. Ten?a el presentimiento que sus compa?eros esp?as deber?an estar haciendo lo mismo. Cuando Lord Julian Kendall hab?a estado visitando Nueva York, William no se hab?a dado cuenta que era parte de una red de esp?as Brit?nicos. ?sto podr?a haber sido beneficioso saberlo. Podr?a haberle hecho unas preguntas puntuales a su amigo y tal vez esto demandaba mantener cierta distancia entre ?l y la hermana de William, Brianne. Odiaba la idea de que su hermana se enamorara de alguien quien constantemente estuviera en peligro. ??A d?nde vas?? pregunt? Julian. William alz? una ceja. ?Par?s.? ?Oh, ?en serio?? dijo Asher, la marquesa de Seabrook. ??Nos est?s tomando el pelo?? ?l sonri? y le respondi?. ?M?s o menos...Estoy yendo a un hospital de campa?a a visitar a cierta enfermera que he conocido, bueno, no creo que existan las palabras para definir lo que siento por ella.? ?Ash puede decir,? dijo Julian. ?Personalmente no tengo nada en contra de las enfermeras.? ?l salud? a William. ?Feliz cacer?a, mi amigo. Te acompa?ar?a, pero quiero asegurarme que este tonto llegue vivo a Par?s. Se mete en l?os muy a menudo.? William asinti?. ?Si me necesitan...? ?Sabemos c?mo encontrarte,? Julian respondi?. ?Ve a ver a tu enfermera. Va a ser Navidad antes de que te des cuenta, y no queremos desperdiciar el tiempo que tenemos en algo tonto como la guerra. Hay cosas mucho m?s importantes.? William quiso preguntarle qu? sent?a por Brianne. ?Julian amaba a su hermana? Sin embargo, se guard? las preguntas. Habr?a tiempo despu?s para interrogar a su amigo. Julian era un buen hombre, y si no fuera por la guerra, estar?a feliz de que cortejara a su hermana. Pero ya que hab?a una guerra, quer?a que Julian se mantuviera a distancia. Era ego?sta de su parte querer pasar tiempo con Victoria y no permitir que Julian tuviera la misma posibilidad. Aunque ten?a que admitir que hab?a algo de tristeza en su amigo en los ?ltimos tiempos. ?l parec?a no tener la misma alegr?a que sol?a tener dentro suyo. William se preguntaba qu? podr?a haberle pasado, pero si Julian hubiese querido que ?l supiera, ya habr?a expresado sus sentimientos. No se detuvo a pensar d?nde estaba yendo o si pod?a ser peligroso. William sigui? con su objetivo en mente; encontrarse con Victoria. ?Det?ngase,? alguien grit? en alem?n. William maldijo por lo bajo. Esta era su maldita suerte, y por supuesto estaba usando un uniforme franc?s. Todav?a le quedaba una hora y media antes de llegar al hospital de campa?a. Gir? lentamente y se encontr? con la mirada del soldado alem?n. Ten?a un arma en su mano, y lo estaba apuntando directamente a William. ?Tranquilo,? le dijo al hombre. ?Hoy realmente no quiero ser herido.? Palabras en alem?n salieron de la boca del hombre. El entendimiento de William del idioma alem?n era limitado. Julian entendi? m?s que ?l. Hab?a una raz?n de por qu? no sal?a mucho de Francia. ?l hablaba mejor franc?s e italiano. Deber?a mejorar su alem?n si quer?a que su trabajo de esp?a funcionara. ?Me temo que no entend? nada de lo que dijo,? le dijo al soldado y dio un paso al frente. ?l escupi? m?s frases, pero esta vez hab?a un tono m?s hostil en ellas. Para William fue suficiente y acort? la distancia entre ellos. Lucharon por el arma, y son? un fuerte boom, resonando a su alrededor. Esto har?a que vinieran m?s soldados. William deb?a terminar esto e irse tan r?pido como pudiera. ?l empuj? al soldado con su codo y lo hizo arrodillarse. El hombre sac? un cuchillo y lo balance? hacia William, pero no fue lo suficientemente r?pido. Lo hiri? en el costado, y un fuerte dolor lo invadi?. William gimi? de dolor y lo golpe? en la nariz. El soldado cay? al suelo, y William lo pate? fuerte, y lo volvi? a golpear en la cara. Sus ojos giraron hacia atr?s y perdi? el conocimiento. William solt? un suspiro de alivio y corri? tan r?pido como pudo de all?. Tan pronto como pusiera distancia entre ?l y el soldado, mejor. Cuando se sinti? seguro, aminor? la marcha y comenz? a ir a un paso como en un paseo, sin prisa. Le dol?a su costado por la herida, pero no quer?a detenerse para chequear qu? mal estaba. Victoria podr?a curarlo cuando llegara... William aceler? hacia el hospital de campa?a, donde Victoria estaba destinada, en cuanto lo vio. Hab?an pasado siete meses desde que la hab?a visto por ?ltima vez, y no pod?a esperar para tenerla en sus brazos. Ella hab?a sido tan cari?osa mientras hab?a sido su enfermera. Incluso lo hab?a castigado por haberse dejado herir. Ella era maravillosa, y ?l la adoraba. Victoria no estar?a feliz, cuando se diera cuenta que lo hab?an herido con un cuchillo. A veces ?l se arrepent?a de haberse involucrado en el esfuerzo de la guerra. Especialmente cuando su pa?s no estaba involucrado en ella. William realmente cre?a en alg?n punto que su pa?s pronto estar?a dentro de la guerra, y quer?a estar en el lugar cuando eso ocurriera. ?l cre?a que deb?a ser parte, para transformar el mundo en un lugar seguro. William ten?a un fuerte sentido de responsabilidad. Victoria sali? de una tienda y se abrig? con una capa de lana. Tirit? ligeramente y se frot? sus manos. Su cabello rubio estaba peinado con una larga trenza, que se deslizaba por su espalda. William camin? hacia ella. Ella observ? que ?l se acercaba y frunci? el ce?o al reconocerlo. ??William?? Ella corri? hacia ?l y lo abraz? fuerte. ??Por qu? no me dijiste que ven?as?? ?No supe hasta hoy temprano, y quer?a sorprenderte.? ?l se quej? cuando ella lo abraz? fuerte. La herida en su costado le produc?a un dolor feroz. ??Qu? te ocurre?? dijo ella, dando un paso hacia atr?s. Victoria abri? su chaqueta y lo mir?. La sangre hab?a empapado su camisa de lino. Victoria dio un suspiro. ??Por qu? siempre vienes a m? herido?? ?No estaba planeado, te aseguro.? ?l le sonri?. ?Un alem?n y yo tuvimos un leve desacuerdo en mi camino hacia aqu?. ?l quer?a que me quedara, pero ay, tuve que insistirle para que me dejara venir a verte. Espero que disculpes mi apariencia. Esta no es la forma en que esperaba reunirme contigo.? ?Ven conmigo,? ella orden?. ?Te ver? la herida, y puedes contarme c?mo has estado desde la ?ltima carta.? Se encaminaron hacia la tienda del hospital, y ella lo gui? hacia una de los compartimientos posteriores. Le hizo un gesto que se sentara en uno de los catres y que se quitara sus prendas para ver su herida. ?Qu?tate tu abrigo y tu camisa. Debo ver bien la laceraci?n.? ?No est?s tratando de desnudarme, ?cierto?? dijo ligeramente. Victoria lo fulmin? con la mirada. ?Cr?eme, esa no era mi intenci?n.? ?No quise decir...? ?l dio un suspiro. ?Fue mi poco conveniente intento de cambiar nuestro humor? William no estaba llevando bien esto. Victoria se ve?a un poco molesta con ?l. Ella lo toc? y ?l dio un salto. ?Lo siento,? dijo ella. ?No parece muy profunda. Tienes suerte; no vas a necesitar puntos. S?lo la voy a vendar, y despu?s estar?s bien para irte.? Ella trabaj? en silencio hasta que la herida estuvo vendada. Cuando hubo terminado, se alej? de ?l para lavarse sus manos en un lavabo cercano. ??Te quedar?s mucho tiempo aqu??? ?Por qu? le hab?a preguntado eso? ??Quisieras que me fuera?? ?No dije eso...? Victoria alej? la mirada. William se par? y se acerc? a ella. Ella fue hacia sus brazos y apoy? su cabeza en su hombro. ?l quer?a reconfortarla, pero se dio cuenta que esto era exactamente lo que ?l necesitaba. Abrazarla y asegurarse que ella estaba bien. Esto era todo lo que ?l quer?a. Que Victoria estuviera segura y feliz...?Qu? puedo hacer por ti?? ?Ya lo est?s haciendo,? dijo ella. ?Pero tal vez deber?a dejar que termines de vestirte.? Victoria mir? su camisa ensangrentada. ??Tienes otra camisa para usar?? ?No,? dijo ?l. ?Pero est? bien. No me importa usar una camisa manchada por ahora. Puedo conseguir una nueva despu?s.? ?l no sab?a d?nde, pero eso no importaba. William no quer?a que ella se preocupara. ?Ven a caminar conmigo un poco.? ?Me encantar?a,? dijo ella y coloc? su mano en la de ?l. Salieron de la tienda y caminaron hacia los ?rboles. Hac?a fr?o, pero ?l no lo not?. Ella estaba con ?l, y eso hac?a que todo lo dem?s desapareciera. Pas? la tarde con ella, y durante un momento se sinti? feliz. William pod?a olvidarse que hab?a una guerra, que hab?a sido herido durante el d?a, y que tendr?a que dejarla pronto. Ella le hab?a dado una raz?n para continuar luchando y ?l esperaba, que alg?n d?a, nunca m?s tuvieran que separarse. Cap?tulo 3 Febrero, 1916 Victoria suspir? al salir del tren. Finalmente, estaba en Par?s. Hab?a tenido suficiente del hospital de campa?a durante un tiempo. No sab?a qu? pod?a esperar del hospital de Par?s, pero al menos no ser?a forzada a caminar constantemente en el barro. Eso deb?a ser una mejora. No es que hab?a estado suficientemente c?lido para estar en el barro ?ltimamente...Esos recuerdos todav?a rondaban en su mente. Hab?a comenzado a odiar realmente cualquier mezcla de agua y tierra. Lleg? hasta la plataforma. Era un milagro que los alemanes no hubieran destruido los rieles del ferrocarril completamente. Ella pensaba que, en alg?n punto, viajar en tren se volver?a imposible. Al menos no hab?a tenido que caminar todo el camino hacia Par?s. Busc? en su bolsillo y sac? un fajo de cartas. Tal vez, no deber?a haberlas guardado, pero era todo lo que ten?a de ?l. Sus cartas eran pocas y espor?dicas. ?l no estaba siempre en un lugar en el que ella pudiera enviarle una para responderle, pero de todas maneras, le hab?a enviado varias. Victoria tem?a por ?l, y sent?a su coraz?n roto por no saber si volver?a a verlo alguna vez. Su mano tembl? al volver a colocarlas en su bolsillo. Estuvo tentada de abrirlas y leer sus palabras otra vez, pero ese no era el momento. No iba a ser la primera vez o probablemente no la ?ltima vez que iba a perderse en sus cartas. Era un mal h?bito que ella deb?a cambiar de alguna forma. Con las cartas seguramente guardadas, gir? su atenci?n hacia la estaci?n de tren. Deb?a llegar al hospital y dejar de pensar en cosas que no pod?a cambiar. Hab?a cambiado el ba?l con el que hab?a viajado hace un a?o. Sus pertenencias hab?an disminuido, y s?lo ten?a para llenar la peque?a valija que llevaba a su lado. Todos sus uniformes estaban ra?dos, y ten?a s?lo tres que pod?a usar. Ella esperaba encontrar alguien que le confeccionara unos nuevos. Victoria comenz? a caminar hacia la salida, r?pidamente para tratar de dejar su pasado atr?s. De alguna forma se las arregl? para encontrar el camino hacia el hospital y entr?. Nadie la detuvo o le pregunt? por qu? estaba all?. Todos parec?an tener un lugar al que ir con prisa. Victoria levant? su mano para tratar de llamar la atenci?n de las enfermeras, pero ellas la ignoraron. Suspir? y se dirigi? hasta la parte principal del hospital. Parec?an estar con la capacidad completa. Los soldados llenaban todas las camas en la enfermer?a, y estaban siendo atendidos por el personal. Una mujer se le acerc?. Ten?a cabello casta?o, peinado hacia atr?s con un rodete. Sus ojos estaban arrugados en los costados, como si estuvieran peleando al cansancio. ??La puedo ayudar?? pregunt? ella. ?Soy Victoria Grant,? dijo ella. ?He sido asignada a este hospital.? La mujer suspir? de alivio. ?Gracias a Dios. No podr?a haber llegado en un mejor momento. Estamos todas trabajando a destajo para curar a los heridos.? Le indic? que se dirigiera hacia la parte principal del hospital. ?La mayor?a de ellos son pacientes nuevos, pero a todos los ha revisado el doctor, y es nuestra responsabilidad asegurarnos de que est?n bien cuidados.? Le brind? una sonrisa vacilante. ?Soy Catherine Langdon. Ven. Te mostrar? tu habitaci?n, y si no te molesta, podemos usarte inmediatamente.? ?Para eso estoy aqu?,? respondi? Victoria. ?Prefiero sentirme ?til que estar sentada ociosamente, mirando como todos trabajan. Mu?strame d?nde dejar mi maleta, y puedo empezar a atender soldados inmediatamente.? Es lo que hizo, despu?s de todo...All? era donde pertenec?a. Donde se la necesitaba. ..No podr?a perderse pensando en un hombre con quien probablemente nunca tuviera una relaci?n real. Abril, 1916 Victoria se hab?a establecido en el hospital sin problemas. Ella apreciaba la calidez y la falta de suciedad que hab?a experimentado en los hospitales de campa?a. Le hab?a empezado a tener cari?o al gato de Catherine Langdon, Merl?n. Aunque no se lo hab?a dicho a la mujer. Ella realmente cre?a que un animal no deber?a tener rienda suelta en el hospital. Sin embargo, hab?a algo acerca de ese gato... Era una bola de pelos negra que parec?a tener una barba gris, como el legendario Merl?n. La piel gris en su parte delantera lo hac?a aparecer majestuoso. Era una combinaci?n interesante, tener tanto gris sobre negro. Tal vez, era el mismo Merl?n... Victoria no quer?a especular. A?n su due?a, Catherine, era un poco extra?a. Le dec?a las cosas m?s extra?as en algunos momentos. Casi como si pudiera predecir el futuro... Una parte de ella quer?a preguntarle directamente si pod?a predecirlo, pero Victoria tem?a preguntarle. Realmente no quer?a saber qu? le pod?a deparar el futuro. Hoy era un d?a claro. El hospital estaba bien organizado, y ya hab?an dado de alta a varios pacientes. Victoria ten?a algo de tiempo para ella por primera vez en...bueno, no pod?a recordar la ?ltima vez. Entonces, decidi? caminar por Par?s, mientras estaba tranquilo y disfrutar el c?lido d?a de primavera. No habr?a muchos d?as como ?ste. No pod?a evitar pensar qu? estaba haciendo William. ?Estaba tom?ndose algo de tiempo para disfrutar su d?a tambi?n? ?Victoria,? un hombre grit? su nombre. Gir? y vio a William caminando hacia ella. Estaba vestido de civil - un traje que un caballero usar?a, y se ve?a bien en ?l. Se estaba convirtiendo un poco en un camale?n. ?Hola,? dijo casi sin respiraci?n. Quer?a envolverlo con sus brazos y asegurarse que era real. Ya que no se imaginaba que pudiera encontrarlo caminando por Par?s. ?Lo hab?a hecho aparecer al pensar en ?l antes? Por supuesto que no...Eso era algo tonto de pensar. ??Qu? est?s haciendo en Par?s?? ?Tengo un colega que viene aqu? a menudo. Nos vamos a encontrar pronto.? Le sonri? a ella. ?Pero encontrarte aqu? es una bendici?n que no esperaba.? ?Um, si,? dijo ella sin comprometerse. Victoria quer?a sentirse feliz de verlo, y una parte de ella lo estaba, pero no pod?a dejar de preocuparse por lo que el futuro, si lo ten?an, pod?a depararles. Todav?a era un esp?a. Meti? su mano otra vez en su bolsillo y desliz? sus dedos entre las cartas. Su coraz?n nunca lo dejar?a ir, y se sent?a tonta por ello. Ella se hab?a enamorado tontamente, cada vez m?s mientras se iban conociendo. ?Estoy feliz de verte bien.? Le inclin? la cabeza a ?l y luego gir? para seguir caminando. Fue el momento m?s dif?cil que tuvo que vivir. ?l se acerc? y coloc? una mano sobre su brazo. ?No te vayas.? ?Desear?a poder quedarme, pero el hospital me espera.? No pod?a ni mirarlo o nunca podr?a irse. ?l no sab?a que ella estaba mintiendo. El hospital estar?a bien sin ella un poco de tiempo m?s, pero ella no pod?a quedarse cerca de ?l. No podr?a haberlo resistido mucho tiempo. ?Tal vez nos podamos encontrar otra vez:? ?l frunci? el ce?o. ??Estar?s aqu? en el hospital trabajando? ?No m?s trabajo de campa?a?? Ella hab?a sido enviada de un hospital de campa?a a otro. Ellos hab?an comenzado a mezclarse, y su mente se hab?a insensibilizado ante la carnicer?a que hab?a tenido que observar. Lo ?nico que la hab?a hecho tener alg?n sentimiento hab?a sido Willliam. ?He estado aqu? durante un mes. Es dif?cil trabajar en el campo,? admiti? ella. ?Necesitaba un cambio.? ?No estoy seguro de que haya un lugar bueno para estar en esta guerra. Pero puede ser un poco m?s seguro aqu? en Par?s. Si te escribo otra vez, ?me responder?s?? Ella quiso decir que s?. Mucho, mucho deseaba decir que s?...?No creo que sea una buena idea.? Victoria deb?a tratar de proteger su coraz?n. No pod?a continuar siendo atra?da por ?l. Ella pod?a quitarse un temor una vez, pero dos veces... Era suficiente para hacer que ?l se diera cuenta que si ella realmente lo perd?a, no podr?a superarlo. La herida de cuchillo hab?a sido leve, pero la hab?a asustado mucho. Ninguna cantidad de cartas podr?a hacer que estuviera lista para enfrentarse a esto otra vez. Era mejor dejarlo todo ahora, antes de que estuviera m?s comprometida. Cerr? sus ojos y trag? saliva. Sent?a tanto por este hombre, que ni siquiera pod?a entender lo que le suced?a. ?Adem?s, raramente est?s en un lugar en que puedas recibir una carta.? ?Ya s?,? dijo suavemente. ?Pero no quiero perder esta conexi?n...? Ser?a dif?cil al principio. Darse cuenta que no habr?a m?s cartas de ?l, o que no tendr?an m?s encuentros como ?ste. Ella lo adoraba. Le dol?a profundamente tener que hacer esto. Terminar as?...Era lo mejor para ambos. Esta guerra les hab?a significado una p?rdida para ambos en distintas formas. Si ten?an una posibilidad de sobrevivir, deb?an mantener su cabeza en el trabajo al que hab?an sido asignados. El de ?l era mucho m?s peligroso que el de ella. Pod?a morir si comet?a un error. Otros pod?an morir si ella comet?a uno...Ella estaba haciendo esto por ambos. Quiz?s despu?s que la guerra terminara, podr?an encontrarse otra vez, pero ella no se aferrar?a a esa esperanza. ?Ya lo has hecho,? dijo ella firmemente. Era dif?cil, pero ten?a que darle un final limpio. Si s?lo pudiera ser lo suficientemente fuerte como para quemar las cartas tambi?n. No pod?an continuar con esta relaci?n inestable entre ellos. No los llevaba hacia ning?n lado. ?Por favor, d?jame sola.? William se acerc? un poco a ella y desliz? su mano en su mejilla. Gir? hacia ?l, disfrutando de la calidez en su cara. ?Si no voy a volver a verte, quisiera tener algo para recordarte.? Se inclin? y presion? sus labios contra los suyos. Fue un beso breve, pero le produjo escalofr?os en su espalda. Victoria quer?a besarlo otra vez, y otra vez, y otra vez. La sensaci?n de sus labios en los suyos la hicieron querer m?s, y hubiera dado lo que fuera para que este momento durara para siempre. Durante un momento, ella podr?a fingir que eran una pareja normal y que ten?an una posibilidad de una relaci?n real... Pero eso nunca ocurrir?a. El amor no era para ellos, y era un buen momento de que ella aceptara esto. El beso en cambio- hab?a cambiado tanto y tan poco al mismo tiempo. ?C?mo podr?a olvidarlo ahora? ?A qui?n quer?a enga?ar? Victoria nunca tendr?a la posibilidad de borrarlo de su mente. Ella lo amaba, y no hab?a nada que pudiera evitarlo. ?l levant? su cabeza y gir? sobre sus talones, silenciosamente alej?ndose de ella. Su coraz?n se hizo a?icos, como si lo hubieran roto en mil pedazos, y no pudiera rearmarlo otra vez. Contuvo la respiraci?n. ?Iba realmente a escucharla a ella e irse? ?No iba ?l a luchar por ella, por ellos, por lo que podr?an tener? ?l no hizo nada de esto. William respet? sus deseos, y ella lo adoraba m?s por eso. Victoria quer?a gritar. Obligarlo a volver y que la contuviera en sus brazos. Ella quer?a que ?l le asegurara que todo iba a estar bien, aunque sab?a que nunca volver?a a ocurrir. Ella hab?a tomado una decisi?n, y ten?a que vivir con ello. Una l?grima se desliz? por su mejilla. Victoria sec? su l?grima r?pidamente, y comenz? a caminar hacia el hospital. Era tiempo de continuar y no pensar en lo que podr?a haber tenido con William. Aunque lo hab?a alejado de ella, esperaba que un d?a, se cruzaran sus caminos otra vez. Victoria s?lo rez?, que si ese d?a llegaba, no fuera demasiado tarde para ellos. Cap?tulo 4 Noviembre, 1921 Era una tarde fresca de oto?o, y el fr?o hab?a encontrado la forma de filtrarse en la habitaci?n que le hab?an preparado a Victoria. Hab?a venido a visitar a su amiga Catherine, la marquesa de Seabrook. Hab?an sido amigas, desde el tiempo en que hab?an servido como enfermeras en Francia, durante la Gran Guerra. Hab?an pasado tres a?os desde el final de la guerra. Hab?a pasado m?s tiempo desde que Catherine hab?a vuelto a Inglaterra con su familia. De alguna forma, todos hab?an sobrevivido, pero todav?a quedaban cicatrices, visibles e indetectables, que ambas ten?an. Victoria se hab?a hecho un tiempo para visitar a Catherine tan pronto como hab?a sido posible. Era un recordatorio de lo que hab?a perdido y lo que hab?a ganado durante la guerra. En un tiempo y en lugar diferente, ella y Catherine quiz?s nunca habr?an tenido una amistad, y ella no podr?a haber conocido... Sacudi? su pensamiento, antes de que echara ra?ces en su cabeza. Era mejor, que ella no dejara que su mente viajara hacia ?l o a?n que dijera su nombre dentro de su mente. Victoria no sab?a qu? hab?a ocurrido con ?l, desde su ?ltimo encuentro. Todav?a ten?a sus cartas, pero las ten?a enterradas en una caja que estaba guardada en un ba?l. La tentaci?n de sacarlas y recordar viejas historias de lo que podr?a haber sido, significaba mucho. Cedi? a leerlas bastante a menudo. Tal vez, deber?a haberlas tirado o quemado. Ser?a la ?nica forma de que pudiera haberlo olvidarlo completamente. Se lamentaba m?s de lo que pudiera decir. No es que quisiera explicar sus acciones. No exist?an palabras que pudieran explicar el dolor que ella se hab?a causado. Victoria suspir? y se coloc? sus zapatos. Deber?a bajar y encontrarse con Catherine en la sala de estar para tomar el t? de la tarde. El Duque y la Duquesa de Weston estaban a punto de llegar, y quiz? ya hab?an llegado. Hab?a conocido a la duquesa una vez y no sab?a mucho de ella. Esperaba cambiar eso durante esta visita. A Victoria le gustaba Julian, el duque de Weston. Hab?a pasado por los peores momentos de la guerra, y Victoria se sent?a complacida de que hubiera encontrado alguien a quien amar. Hab?a partes en su historia que Victoria no hab?a llegado a comprender, pero no importaba. Lo m?s importante es que hab?an vuelto a encontrarse. Aunque algo en ella deseaba que la duquesa compartiera algo de su historia, cuando se conocieran m?s. Ella sali? de su habitaci?n y se dirigi? hacia la sala de estar. Cuando entr?, Victoria encontr? a Catherine y a la duquesa juntas dentro. Estaban ambas en el sof? al lado de la ventana. Entonces el duque y la duquesa hab?an llegado, mientras ella estaba dentro de su habitaci?n. Catherine la miro y sonri?. ?Estoy feliz que hayas deseado unirte a nosotras.? ?No hay otro lugar en el que quisiera estar.? Mir? a Catherine, y luego gir? e hizo una reverencia a la duquesa. ?Su gracia.? Luego se sent? en una silla enfrente del sof?. ?No hay necesidad de ser tan formal,? dijo la duquesa. ?Por favor, ll?mame Brianne. Nunca pens? que tuviera un t?tulo, y realmente no lo quer?a tener. Julian no se supon?a que fuera duque, pero la guerra tom? decisiones por nosotros, que no podemos cambiar.? Victoria entend?a esto m?s de lo que quer?a admitir. ?Fue una ?poca terrible.? ?Si, fue terrible,? dijo Catherine solemnemente. ?Pero sobrevivimos y tenemos muchas bendiciones para celebrar.? Ella gir? hacia Brianne. ??Los Americanos no tienen un D?a de Gracias que celebran en noviembre?? ?Si,? ella hizo una mueca. ?Mi familia probablemente se va a sentar y tener una fiesta generosa en unos pocos d?as. Debo admitir que extra?o compartir tiempo con ellos. Toda la familia usualmente se re?ne en Navidad aqu? en Inglaterra, pero este a?o vamos a ir a Carolina del Sur, en Lilimar. Muchos de nuestra familia y algunos parientes no han ido antes a la plantaci?n. Ser? un lindo cambio. Probablemente no pueda verlos en D?a de Gracias, pero al menos puedo ir a casa en Navidad.? Ella frunci? su nariz. ?Hubo un tiempo en que quer?a irme r?pido de Lilimar. Es extra?o c?mo ha cambiado mi perspectiva ahora que he estado viviendo en Inglaterra durante tantos a?os. La nostalgia de d?nde crec? ha echado ra?ces y no me dejar?.? Victoria no sab?a si pod?a relacionar eso con su vida. Su padre no hab?a sido un hombre amable, pero no hab?a sido ruin tampoco. ?l hab?a sido...indiferente. Su padre hab?a tenido m?s inter?s en su reba?o, que en su propia hija. Su identidad hab?a comenzado y terminado siendo un vicario. ?l se hab?a entregado a su trabajo y hab?a dejado que ella resolviera su vida. Ella no hab?a conocido a su madre. Hab?a fallecido cuando era un beb?, y su padre no le hab?a contado nada. Se negaba a hablar de ella. A la edad de diecis?is a?os, hab?a decidido hacer algo provechoso y estudi? enfermer?a. Luego, despu?s de que la guerra comenzara , cumpli? con su cometido all? tambi?n. Ahora, una d?cada despu?s, estaba sola. Su padre hab?a fallecido mientras estaba en Francia y le hab?a dejado una peque?a herencia. No ten?a un hogar para volver. Manten?a un peque?o departamento en Londres y trabajaba en el consultorio de un m?dico local para complementar su herencia. ??Cu?ndo viajas?? pregunt? Victoria. Una parte de ella estaba celosa de la duquesa y su familia. Victoria deseaba pertenecer a ? alguien. Ten?a una vida tan solitaria. A veces los amigos no eran suficientes, y su coraz?n le dol?a por desear alguien que realmente la amara. ?Nos vamos en una semana,? dijo ella. ?Viajaremos a Londres despu?s de irnos de Seabrook y tomaremos un buque de vapor un d?a despu?s de que regresemos de la casa de pueblo de Weston.? ?He viajado a trav?s de Francia como enfermera durante la guerra,? dijo Victoria. ?Pero nunca he ido a ning?n otro lugar aparte de all? y algunas partes de Inglaterra. Debe ser lindo haber crecido en Am?rica.? Hubo un toque de envidia en su voz mientras hablaba. ?Deber?as viajar con nosotros,? le dijo Brianne. ?Hay espacio de sobra en Lilimar. Podemos quedarnos un tiempo en Nueva York, antes de viajar a Carolina del Sur. Mi familia tiene una casa de campo cerca de Gramercy Park. Nueva York tiene los mejores lugares para ir de compras. Ser?a genial tenerte con nosotros.? ??? ???????? ?????. ??? ?????? ?? ?????. ????? ?? ??? ????, ??? ??? ????? ??? (https://www.litres.ru/pages/biblio_book/?art=51834810&lfrom=688855901) ? ???. ????? ???? ??? ??? ????? ??? Visa, MasterCard, Maestro, ? ??? ????? ????, ? ????? ?????, ? ??? ?? ?? ????, ??? PayPal, WebMoney, ???.???, QIWI ????, ????? ???? ?? ??? ???? ?? ????.
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