Сосновая ветвь над гладью воды Сверкает в росе изумрудом Обласкана утренним солнца лучем В реке отражается чудом. На ряби реки лист кувшинки дрожит И лилия словно невеста - Под сенью сосны белизною слепит Чиста, непорочна и честна. И с хвоей мешая свой аромат Нектаром пьянищим дурманит, И синь отраженная в глади реки Своей бирюзой восхищает. Ласка

M?s Despacio

M?s Despacio George Saoulidis ?Qu? tan r?pido puedes pensar? Sin l?mites se encuentra Black Mirror en esta novela que empuja los l?mites de las mentes de una pareja. Cuando Galene conoce a un hombre cuyo ?nico objetivo en la vida es hacer que su mente vaya m?s r?pido, ella termina enamor?ndose de ?l. Pero, ?lograr? mantener la relaci?n en la cima de la torre de cristal, cuando en realidad es demasiado vaga y est? atascada con todos sus objetivos inconclusos, cuando su diferencia de edad se convierte en un problema y cuando su trabajo la coloca en el punto de mira de una cazadora implacable? ?Quieres saber qu? le espera al friki inform?tico Galene? ?Quieres conocer a Artemis? Entonces lee esta historia agridulce en un mundo donde pensar demasiado r?pido puede hacer que te maten. ?Qu? tan r?pido puedes pensar? Sin l?mites se encuentra Black Mirror en esta novela que empuja los l?mites de las mentes de una pareja. Cuando Galene conoce a un hombre cuyo ?nico objetivo en la vida es hacer que su mente vaya m?s r?pido, ella termina enamor?ndose de ?l. Pero, ?lograr? mantener la relaci?n en la cima de la torre de cristal, cuando en realidad es demasiado vaga y est? atascada con todos sus objetivos inconclusos, cuando su diferencia de edad se convierte en un problema y cuando su trabajo la coloca en el punto de mira de una cazadora implacable? ?Quieres saber qu? le espera al friki inform?tico Galene? ?Quieres conocer a Artemis? Entonces lee esta historia agridulce en un mundo donde pensar demasiado r?pido puede hacer que te maten. Este es el Libro 2 de la serie ”Contrata a una Musa”. ADVERTENCIA: ”Slow Up” contiene uso de drogas, nootr?pcios, bodyhacking, inhibiciones bajas, maldiciones biling?es, ortograf?a brit?nica, correcci?n pol?tica europea, una tonelada de cosas dadas en el sistema m?trico, transhumanismo, adoraci?n a dioses corporativos inventados, reinicio de la mitolog?a griega que son m?s her?ticos que Xena: Princesa Guerrera, referencias a partes del cuerpo masculinas y femeninas, alcohol, abuso, intento de asesinato, felaci?n asistida por Realidad Aumentada, citas de Mean Girls mal usadas, puntas de flecha puntiagudas que a veces terminan en humanos blandos, personajes LGBT, diversidad, los males del soporte t?cnico, altibajos emocionales, tragedia, angustia y una historia de amor que es tan dulce como sucia. Contents Title Page (#u4f6fd055-57cf-565a-b716-ad479ebaeb5e) Copyright (#ub8ce4753-6a82-5436-85a6-4c98d834e61e) Dedication (#u1c732f73-d22e-530c-ae0a-d107cad61ecf) Cap?tulo 1: Galene - Cerebro operando a la... (#u237f73c7-b88e-5cfe-9ad3-864ff65883e9) Cap?tulo 2: Gregoris a vhn x 3.2 (#u7a27ecfd-bbbf-5ee9-8fa4-13b4a54d571d) Cap?tulo 3: Galene a vhn x 0.6 (#uceef2f71-27df-548b-bbdb-1bbca87f13c5) Cap?tulo 4: Gregoris a vhn x 3.1 (#u1ae6661b-59ee-5522-b092-67c59c49e523) Cap?tulo 5: Galene a vhn x 0.6 (#ubf3a66cc-4a11-5e9f-924b-d23fe47b6d79) Cap?tulo 6: Galene a vhn x 0.7 (#ub594fd65-b288-51f3-bff2-4c5b3d369b7c) Cap?tulo 7: Gregoris a vhn x 2.4 (#u34eba079-81ed-59e4-9361-b88f5b31f316) Cap?tulo 8: Galene a vhn x 0.7 (#uc868eca5-298a-56ca-bd64-90f17ae5bb93) Cap?tulo 9: Galene a vhn x 0.6 (#u47bd84b4-9edd-5f9e-a7c0-3a65d8c55b3e) Cap?tulo 10: Gregoris a vhn x 3.2 (#u4358ed7b-6218-50bd-b463-820846c96165) Cap?tulo 11: Galene a vhn x 0.7 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 12: Gregoris a vhn x 2.2 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 13: Natalie a vhn x 1.1 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 14: Galene a vhn x 0.9 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 15: Galene a vhn x 0.8 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 16: Galene a vhn x 0.6 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 17: Galene a vhn x 0.7 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 18: Galene a vhn x 0.8 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 19: Galene a vhn x 1.2 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 20: Galene a vhn x 0.7 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 21: Galene a vhn x 1.5 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 22: Galene a vhn x 1.1 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 23: Natalie a vhn x 1.0 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 24: Gregoris a vhn x 2.8 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 25: Galene a vhn x 1.2 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 26: Galene a vhn x 0.9 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 27: Galene a vhn x 0.6 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 28: Galene a vhn x 1.1 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 29: Moiras a vhn x 27 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 30: Galene a vhn x 1.2 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 31: Galene a vhn x 2.8 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 32: Galene a vhn x 2.9 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 33: Galene a vhn x 2.2 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 34: Melpomene a vhn x 107 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 35: Galene a vhn x 1.8 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 36: Galene a vhn x 2.1 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 37: Gregoris a vhn x 2.9 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 38: Gregoris a vhn x 2.8 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 39: Galene a vhn x 2.2 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 40: Galene a vhn x 0.7 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 41: Galene a vhn x 2.4 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 42: Galene a vhn x 2.6 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 43: Galene a vhn x 1.8 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 44: Galene a vhn x 0.8 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 45: Galene a vhn x 3.1 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 46: Natalie a vhn x 1.1 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 47: Galene a vhn x 2.7 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 48: Gregoris a vhn x 5.6 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 49: Galene a vhn x 1.7 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 50: Galene a vhn x 1.9 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 51: Teukros a vhn x 2.7 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 52: Gregoris a vhn x 3.2 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 53: Gregoris a vhn x 1.9 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 54: Melpomene a vhn x 107 (#litres_trial_promo) Cap?tulo 55: Dolios - Cerebro operando a la... (#litres_trial_promo) ?Disfrut? esta historia? (#litres_trial_promo) M?s Despacio George Saoulidis Arturo Juan Rodr?guez Sevilla Copyright © 2019 George Saoulidis Todos los derechos reservados. Imagen de portada Copyright © Jo?o de Souza Antunes Jr AKA Antunesketch Publicado por Tektime Para el Sr. M, lo m?s cercano que he visto a un Siguiente, si es que hay alguno. Cap?tulo 1: Galene - Cerebro operando a la velocidad humana normal (vhn) x 0.6 ??As? que usted derram? caf? en el teclado? ?pregunt? Galene con calma. ?Bueno, s? ?murmur? el empleado, toc?ndose el cuello. ?Bien. Pero usted llam? a TI por un fallo en la computadora ?remarc? ella. ?Claro. S?. ?As? que la computadora fall? cuando usted derram? caf? sobre ella. Este caf? en particular, para ser exactos ?se?al? a la taza. Estaba todav?a medio llena de pegajosa y destructora crema con az?car. El empleado asinti? lentamente. ??No pod?a simplemente decir lo del caf? en su solicitud de servicio t?cnico y ahorrarme un viaje? ?pregunt? con franqueza. ?Bueno, no lo hice. Tampoco es que ustedes en TI tengan mucho que hacer, de todos modos. Esta es una empresa tecnol?gica ?dijo el empleado, tratando de ser sarc?stico. ?Por supuesto. Solo procesamos trescientas solicitudes al d?a ?asinti? ella. En ning?n momento su registro de actividad f?sica mostr? un solo repunte en su ritmo card?aco. Para quien interpretara los datos, bien pod?a estar tumbada en un c?modo sof?. El empleado se mof?. ?Te conseguir? un teclado de repuesto ?dijo Galene, chasqueando la lengua. Tir? del cable y sac? el teclado, asegur?ndose de que el caf? goteara lejos de sus vaqueros. ?S? ?dijo el empleado, dando una palmada?. Por favor, pero deprisa. Tengo un mont?n de emails que enviar antes de poder irme hoy. Ella asinti?. ?Genial. Vuelvo enseguida ?dijo, escabull?ndose. Galene tom? el ascensor de servicio para bajar. Abri? el almac?n de repuestos con su tarjeta de acceso y arroj? el teclado estropeado y pegajoso a la papelera de reciclaje. Tom? uno nuevo y escribi? en la solicitud de servicio t?cnico: «Fallo de teclado, sustituido. Solicitud cerrada». Luego fue al ba?o, se sent? en el inodoro y se comi? el s?ndwich de su almuerzo. Sola. Se asegur? de que cayeran muchas migas entre los botones del teclado, us?ndolo como plato. Incluso ley? algunas p?ginas de Fundaci?n, de Asimov, un libro cl?sico de ciencia ficci?n que nunca parec?a tener tiempo de terminar. Ella le llevar?a el teclado... en alg?n momento. Cinco segundos m?s. Cuatro. Suspir?. ?Uno punto tres? —?Y son las cinco en punto! ?Hora de salir, cabrones! Galene se levant?, se ech? la mochila con el port?til al hombro y se precipit? hacia la puerta. ?No tan r?pido ?dijo su jefe desde el otro lado de la sala de TI. ??Qu?? No, se?or; ya he completado la jornada oficialmente. Comprueba la hora ?protest?. Su jefe frunci? el ce?o. ?Lo s?. Pero hay una petici?n de ?ltima hora, y es de m?xima prioridad ?dijo, toqueteando su tableta. Ella agarr? una pistola espacial de juguete de un escritorio y lo amenaz? con destrucci?n futurista en forma de proyectiles de espuma. ?No. Muevas. Un dedo ?dijo con toda la intimidaci?n que una chica bajita y flacucha podr?a provocar. ?l la mir? entrecerrando los ojos. Ella lo desafi?. Lo desafi? dos veces. ?l dio un toque en la tableta. El port?til de Galene estaba dentro de su mochila. Ella suspir? y lo sac? para leer la solicitud que le acababan de asignar. Estaba en el sistema ahora. Con fecha y hora y todo eso. No hab?a escapatoria. ???ltimo piso? ?Vamos! ?No podr?as enviarme a alg?n sitio que me pille de camino a la salida, por lo menos? ?Es lo que hay ?dijo el jefe y sorbi? su caf? victoriosamente. Lo empez? a mirar, desplaz?ndose con el panel t?ctil, con el port?til apoyado en su antebrazo. ?Ni siquiera conozco esta configuraci?n, ?no es esto competencia de George? Su jefe mir? alrededor teatralmente. ??Ves alg?n Georgie por aqu?? ?No ?dijo imit?ndole. ?Mira ?suspir? su jefe?. Ay?dame, ay?date. Resuelve esta solicitud de m?xima prioridad ahora y te lo compensar? ma?ana. Te cambiar? de sitio y no tendr?s que ver al tocaculos del piso 31. Galene entrecerr? los ojos. ?Vale ?se rindi??. Pero m?s vale que el cambio sea permanente, o ma?ana tomaremos un caf? en Recursos Humanos. ?Le apunt? con el arma espacial para remarcar esto ?ltimo. ?Oye. ?Estoy de tu lado, Gal! Pero esta mierda tiene que hacerse ?aleg? su jefe. ?Y yo voy a hacerla ?dijo Galene suspirando y arrastr?ndose hacia la puerta. ??Gracias! Eres la mejor empleada de la historia ?le grit? el jefe?. Y por favor, termina ah? arriba antes de que oscurezca, es urgente. Galene se detuvo y apoy? la frente en la puerta del ascensor. Cerr? los ojos. ?S?, jefe. Se tom? su tiempo, con el dedo encima del bot?n. Nadie pod?a quitarle eso, esos preciosos segundos de calma antes de subir a una solicitud. El Departamento de Tecnolog?a Inform?tica de Hermes Information Technology estaba situado en el subsuelo del rascacielos. Era agradable, fresco y tranquilo. Comparado con el caos de arriba, parec?a un oasis. No se pod?a renegar en una solicitud. Ten?a que ser correcta y profesional. Ten?a que callarse y sonre?r cuando alg?n idiota hac?a un comentario inapropiado sobre su cuerpo. Por eso Galene usaba vaqueros y sudaderas dos tallas m?s grandes, para reducir las posibilidades de acoso. Por otro lado, el trabajo de TI en s? no era tan dif?cil. Cualquier friki de la inform?tica podr?a ponerse al d?a en una sola semana y empezar a manejar solicitudes como un veterano. Todos ellos hab?an desmontado y construido su propio ordenador antes de saber lo que era el sexo opuesto. Pero requer?a una cierta cantidad de calma, y Galene ten?a de sobra. Hac?a falta calma cuando alg?n gerente imb?cil pensaba que pod?a tratarle como una mierda porque su resultado econ?mico hab?a bajado el ?ltimo trimestre. Cuando los accionistas no pod?an esperar cinco minutos para configurar la presentaci?n de diapositivas. Cuando los empleados olvidaban sus contrase?as y ten?an que restaurarlas por millon?sima vez. Galene pod?a soportar todo eso. Abri? sus ojos cansados y apret? el bot?n del ascensor. Son? al instante. Las puertas se abrieron. El ascensor la estaba esperando. Anticip?ndose. Suspir?. A veces, trabajar en un edificio con siete inteligencias artificiales predictivas diferentes era una aut?ntica putada. Cap?tulo 2: Gregoris a vhn x 3.2 Gregoris revis? los datos para la pr?xima apertura del mercado de valores. Ley? r?pidamente los res?menes que la IA recopilaba de las noticias econ?micas de Asia, y abri? dos entrevistas con un par de importantes directores ejecutivos de la regi?n. Los v?deos se tomaron su buen tiempo cargando. Puls? y puls?, pero el icono de carga segu?a girando, ri?ndose de ?l en su cara. «?Maldita sea! ?Cu?ndo arreglar?n esta est?pida computadora? ?Cinco segundos para cargar un maldito v?deo? ?Cinco segundos enteros?». Gregoris volvi? a centrar su atenci?n en los res?menes. Sus ojos escudri?aron el texto, asegur?ndose de mantener los comienzos y los finales de las l?neas en su visi?n perif?rica. Revis? todo a un ritmo constante y r?pido. Tuvo que forzarse conscientemente para no saltarse las l?neas, como sol?a hacer. La dislexia era una putada en ese sentido. Era f?cil que su mirada se distrajera y pasara por alto p?rrafos enteros sin darse cuenta. Y entonces ten?a que retroceder y releerlos. Una p?rdida de tiempo. Hab?a examinado media p?gina de datos filtrados cuando los v?deos finalmente decidieron cargar. Perfecto. ?l mir?. Estaban traducidos del mandar?n y del coreano por la IA. El v?deo en s? mismo estaba editado, tambi?n por una IA. Reducido a lo m?s importante, sin pausas, ni entradas, ni introducciones. ?nicamente datos. Y reproducido a 3.2 veces la velocidad normal. Gregoris lo fue adelantando con el teclado, qued?ndose con las preguntas importantes, observando las expresiones del hombre mientras asimilaba el texto traducido. Salt? hacia delante y hacia atr?s en la l?nea temporal del v?deo, para volver a ver algunas partes. Entonces lo comprendi?. El subtexto, el significado, la esencia, como quiera llamarse. Entendi? lo que los datos fr?os no pueden explicar. Lo que los algoritmos de procesamiento de datos no revelan. Shijie estaba a punto de lanzar un nuevo producto tecnol?gico. Su director general estaba pr?cticamente haciendo contorsionismo para no revelar esa informaci?n. Eso significaba que era inminente. Levant? el tel?fono y llam? al Departamento de Compra de Acciones. En el tiempo que le tom? a un humano descolgar al otro lado, estudi? dos p?ginas m?s de las noticias filtradas de la regi?n. ??S?? Nada de saludos. Hab?a dejado eso claro con todos sus colegas de negocios. ?Compra 320 millones de Shijie. Un silencio. ??320? ?He escuchado bien? Caray, tendr? que conseguir aprobaci?n para ese tipo de... ?Entonces cons?guela ?dijo Gregoris sin rodeos. ??Est? bien, est? bien! ?Puedo obtener alg?n tipo de dato para respaldar esta operaci?n o algo as?... ?El hombre se call?. Su correo electr?nico acababa de recibir los datos en cuesti?n, las sutiles piezas del rompecabezas que hab?an llevado a Gregoris a esa decisi?n en particular. ?L?elo, obt?n la aprobaci?n y env?ame la confirmaci?n ?dijo Gregoris y colg?. Su reloj emiti? un pitido, la alarma para dormir. Gregoris se subi? a su c?psula, un sill?n reclinable de aspecto futurista con una enorme burbuja de pl?stico sobre la cabeza. Se puso en posici?n y pronto estaba roncando en su fulminante siesta. Exactamente veinte minutos despu?s se despert?, se ech? agua en la cara y se sent? de nuevo en su puesto de trabajo. Revis? las notificaciones de su buz?n de voz. Hab?a pedido a la gente que le enviara las preguntas de esa manera, para poder acelerarlas y escucharlas mientras iba escribiendo las respuestas. Borr? los cuatro mensajes del director financiero de Hermes sin abrirlos. El tipo era un payaso al que le gustaba escuchar su propia voz. Se opon?a a todo y nunca le?a ning?n informe. Era una absoluta p?rdida de tiempo. Un agujero negro de la comunicaci?n rec?proca y congruente, y nadie pod?a hacer nada al respecto debido al alto cargo que ocupaba en la compa??a. Gregoris respondi? sin escuchar sus mensajes, con generalidades. «Su preocupaci?n es comprensible. Los datos muestran que...». «La compa??a ha estado preparando en secreto durante meses una gran revelaci?n...», etc?tera. Gregoris suspir? y envi? el correo electr?nico. Aceler? el resto de los mensajes. Su propio jefe de departamento pod?a ser escuchado a velocidad 4.2, el hombre hablaba como si tuviera un derrame cerebral. Pod?as hervir un huevo en los huecos de la conversaci?n con ?l. Le contest? por correo. Irma, la jefa de todo el sector burs?til era r?pida. Pod?a escucharla a una velocidad 2.3. Tambi?n le contest? a ella. «No, se?ora, es poco probable que las muecas del director de Shijie se debieran a que estaba estre?ido. El hombre ha disfrutado de los mejores tratamientos de salud y reemplazos de ?rganos de la ?ltima d?cada». Adjunt? los documentos que apoyaban su contraargumento. Se trataba de archivos obtenidos ilegalmente por el inexistente Departamento de Espionaje Corporativo de Hermes, pero pod?a compartirlos libremente con Irma. Todo estaba codificado de todos modos, y ella ten?a la autorizaci?n requerida, adem?s de que sus manos ya estaban m?s sucias que las de un fontanero desatascando un inodoro. Vacil?. La respuesta del mism?simo director general de Hermes era de medio segundo. Medio segundo. F?cilmente podr?a ser un «adelante». Tambi?n podr?a ser un «no». Y «no» significa «NO», cuando lo dice el director de la corporaci?n. Tamborile? los dedos en el escritorio, un viejo h?bito que cre?a haber dejado atr?s hac?a a?os. Pero no pod?a contener la ansiedad. ?Cu?nto tiempo perdido, si esto se frenaba desde arriba! Era la alineaci?n perfecta de acontecimientos internacionales, y hab?a encontrado la aguja en el pajar de la informaci?n para entregarle el boleto ganador a su empresa, si los cobardes de arriba daban el paso. Ning?n algoritmo pod?a hacer eso, a pesar de lo que pensaban los frikis del piso 51. Claro, los algoritmos pod?an hacer miles de operaciones por segundo, desempolvar d?cadas de datos para elaborar patrones de variaci?n en el mercado. Pero tambi?n eran est?pidos. Extremadamente est?pidos. En realidad, eran tan est?pidos que el mercado mundial hab?a estado a punto de estrellarse diecisiete veces ya en este milenio solo porque alg?n agente hab?a parpadeado, provocando a los dem?s un ataque de frenes? colectivo y recurrente. La gente, los humanos de verdad, tuvieron que intervenir y cerrarlo, dejando el mercado congelado para empezar a revisar las transacciones manualmente durante largos meses de trabajo. Pero incluso Gregoris, que odiaba a muerte los algoritmos de mercado, pod?a reconocer a rega?adientes que funcionaban. Incrementaban las ganancias, aunque en porcentajes min?sculos. Pero porcentajes min?sculos a diario y hablando de millones de d?lares o euros o yenes, significaban cientos de miles en beneficios. Cantidades con las que un empleado medio no podr?a ni so?ar despu?s de veinte a?os de duro trabajo se transfer?an alrededor del mundo cien veces por segundo. No importaba, la mitad de los mercados burs?tiles del mundo hoy en d?a estaban automatizados. Pero el jefe ten?a fe en ?l, en su capacidad para ver m?s all? del procesamiento mec?nico de datos, para intuir. Para predecir. Se estremeci?. La oficina no estaba fr?a, por supuesto. Estaba a una temperatura ?ptima. Hab?a sido psicol?gico. Abri? el mensaje de voz del director ejecutivo. Del propio Hermes. Lo reprodujo a velocidad normal, el jefe siempre era r?pido y directo. La voz era demasiado joven para un puesto tan importante. Si no se sab?a qui?n era, podr?a tomarse por un bromista adolescente. Pero lo importante era que la palabra fue: «Hazlo». Escuch? el mensaje tres veces antes de volver a respirar. Los mercados asi?ticos abrieron a su hora. Hashtags en redes sociales, Twitter, Facebook, Agora, se incendiaron con el anuncio del gigante tecnol?gico Shijie. Era algo acerca de un juego de atrapar Pokemons de imitaci?n o algo as?, pero el dispositivo proyectaba el juego directamente en el campo de visi?n del jugador. No se necesitaban lentes especiales. La gente pod?a ver a los monstruitos mordisqueando el borde de sus sof?s y atraparlos, en la radiante realidad aumentada compartida. Y Hermes hab?a comprado todas las acciones disponibles justo a tiempo, justo antes del anuncio. Le hab?a conseguido a su empresa un beneficio de 98 millones de euros. Supera eso, est?pido algoritmo. Cap?tulo 3: Galene a vhn x 0.6 El ascensor volvi? a tintinar y las puertas se abrieron desliz?ndose. Esta era la primera vez que Galene pon?a un pie en el ?tico. No era por ninguna raz?n en particular, simplemente el jefe asignaba a cada inform?tico determinados pisos para que se familiarizaran con las peculiaridades del sistema de cada oficina y los no menos problem?ticos elementos humanos. Hab?a un claro aire elitista ah? arriba. ?rea de recepci?n con lujosos sof?s de cuero, puertas elegantes pero seguras, electr?nica integrada en el dise?o del lugar. Galene hab?a visto las oficinas de los altos ejecutivos de la corporaci?n, esto se parec?a pero estaba un pelda?o m?s arriba. Alguien habl?, y Galene grit?. ??Ay, dios!, ?me has dado un susto de muerte! La mujer sonri? dulcemente. ?Hola, Galene. Siento haberla asustado. Debe ser la alfombra, caminar sobre ella es tan silencioso... Me asegurar? de toser la pr?xima vez. Galene tir? de la bandolera de su mochila con nerviosismo. ?S?. Alfombras mullidas. ??Hab?a visto a esa mujer antes en alguna parte? La cara en reposo de la mujer parec?a extra?a, de alguna manera. Su maquillaje o algo as?. Su boca abierta. Era como, ?una m?scara? Eso, una m?scara de tragedia griega. ?Eso era! Raro. ?Qu? grosero de mi parte, no me he presentado. Soy Melpomene. Encantada de conocerla. ?Le ofreci? la mano. Galene la estrech?. ?Entonces, ?llam? por un problema con la computadora? ?S?, por aqu?. S?game, por favor. Melpomene us? su tarjeta de acceso, y cruzaron la puerta. Galene no pod?a ver todo el interior pero, al conocer la disposici?n del edificio, dedujo que el ?tico ocupaba todo el piso. Le result? extra?o, porque estaba acostumbrada a la distribuci?n de todos los otros pisos del rascacielos, con un amplio espacio central para los empleados y oficinas en las esquinas para los gerentes. Este se hab?a hecho distinto. La decoraci?n era moderna y parec?a cara. Entraron en el departamento en s?, que parec?a m?s habitado que el vest?bulo. No es que fuera un completo desorden; de nuevo, Galene no se atrever?a a acusar a nadie de ser un guarro, pero hab?a claras se?ales de que alguien viv?a ah? permanentemente. Un hombre, para ser precisos. ?Por favor, espere aqu? un momento ?dijo Melpomene y entr? en la habitaci?n de al lado. Galene musit? y mir? alrededor. Hab?a muchas cosas interesantes por ah?. Gran cantidad de artilugios frikis abarrotaban el lugar. ?Oh, genial! Una espada l?ser. Magn?fico. Empez? a curiosear por los estantes, que se repart?an pr?cticamente por todas las paredes. Hab?a filas y filas de libros, pero algunas estanter?as solo ten?an discos duros apilados. Cada etiqueta indicaba su contenido: viejos programas de televisi?n, temporadas completas de series de Netflix, pel?culas. Una estanter?a completa con t?tulos de libros. Espera, ?doscientos libros por disco? Eso no pod?a estar bien, en cada uno de ellos cab?an millones de libros. Galene se mordi? el labio y toc? la espada l?ser. La empu??, y se activ? el sonido caracter?stico. Son? demasiado fuerte y Galene hizo una mueca de dolor. Estaba a punto de dejarla en su sitio cuando algo llam? su atenci?n. Pod?a o?r a Melpomene hablar con un hombre al otro lado del pasillo. Espera. Su voz sonaba graciosa. Extra?a, de alguna manera. ?ObviamentelamandaronaellaporqueGeorgenoestabadisponible. ?Hablaba muy r?pido? El hombre respondi? algo. ??Quieresqueloreviseconeljefededepartamento? ?Hostia! S? que estaba hablando r?pido. El hombre suspir?, quiz?s. ??Sabeellasiquieraloqueest?haciendo? ?Eh, menuda imb?cil! ?Suniveldehabilitaci?nest?verificadosiesoesloquetepreocupa. ?Bien.Lahagopasar. A Galene se le resbal? la espada l?ser, y se cay? al suelo. Melpomene regres?, la vio coloc?ndola de nuevo en su soporte y sonri?. ?S?game por esta puerta, por favor. ?Aj?. Por supuesto. ?Galene la sigui?. El hombre era un cuarent?n. A ojos de Galene parec?a viejo. Guapo, pero viejo. Ten?a patillas gris?ceas, ese detalle que hac?a a un hombre sexy durante unos cuantos a?os m?s de su vida, como si la naturaleza le diera una ?ltima oportunidad de propagar sus genes antes de quitarle la erecci?n. ?Hola. Bien, el problema es... Bueno, no s? realmente cu?l es el problema, George hab?a aislado algo... Ll?mame Greg, para acortar ?prorrumpi? ?l, interrumpi?ndose a s? mismo, y le extendi? la mano. Galene la estrech?. ?Hola. Soy Galene. Ll?mame Gal, para acortar. ?Lo corto es bueno. Ella solt? una risita. ?No te est?s refiriendo a la estatura, ?verdad? Ella era muy bajita y ?l med?a 1.80, as? que le sacaba una buena cabeza. ??Ah, no! estaba hablando de brevedad. ?Mir? su reloj. No era un reloj inteligente, sino uno digital antiguo, con botones y detalles deportivos. Raro. ?Bueno, estoy a punto de recibir una llamada; por favor, haga las comprobaciones necesarias al ordenador. ?Se?al? una de las torres de la oficina. Ten?a un montaje espectacular, aunque no inusual para los analistas, con cuatro monitores separados, dos torres con teclados separados, auriculares, sonido est?reo (no holofrecuencia, lo cual era, de nuevo, raro) y una conexi?n de fibra ?ptica con una IA de Hermes. Esto ?ltimo lo sab?a Gal porque hab?a trabajado en el otro extremo de la l?nea, cuando hab?a arreglado alg?n problema con su colega George. En la pantalla se ve?a un v?deo congelado, con subt?tulos autom?ticos debajo. En la esquina superior se pod?a leer «x 3.0». Gal se encogi? de hombros y tir? su mochila sobre el escritorio. Se arrastr? por debajo de la mesa y accedi? a la torre del ordenador. Era curioso que nadie mencionara todo el tiempo que pasaba un trabajador de TI debajo de los escritorios. Deber?an ponerlo en la descripci?n del trabajo: Tecnolog?a de la Informaci?n, debajo de los escritorios. Bueno, al menos este lugar estaba limpio. Greg hablaba por tel?fono en la habitaci?n contigua, pero Mel segu?a ah?. ?Greg mencion? problemas con la reproducci?n de v?deo, que a veces tardan mucho tiempo en cargar. ?Vale, veamos. ?Gal comenz? con los pasos cl?sicos en la soluci?n de problemas: comprobar cables sueltos, reiniciar, desconectar los perif?ricos. Luego se sent? en el escritorio y carg? algunos v?deos. Parec?an estar bien, sin desajustes de FPS, sin distorsiones en la imagen. Conect? el sonido en los auriculares para no hacer ruido y escuch?. El audio estaba bien, a tiempo con el v?deo. Si se ignoraba el hecho de que todo se reproduc?a a 3 veces la velocidad normal, todo funcionaba bien. ?C?mo puede alguien seguir eso? ?No veo cu?l es el problema. ?Bueno, hay un retraso de cinco segundos cuando se cambia de canal. Gal asinti? lentamente, frunciendo los labios. ??Cinco segundos enteros? ?Bueno, ciertamente no podemos permitirnos eso! «C?lmate, Gal. Ahora sabes por qu? te envi? el jefe». ?Excelente ?dijo Mel y la dej? trabajar sola. Gal suspir? y lentamente empez? a comprobar la configuraci?n. Modific? algunos de los ajustes del programa de v?deo para que utilizara m?s del procesador, realiz? algunas pruebas y consigui? reducir el retardo a 1 segundo. Con el trabajo pr?cticamente terminado, dej? correr el v?deo y trat? de enterarse de algo, mir?ndolo con toda la atenci?n posible. Era una noticia sobre las zonas de gas natural al sur de Chipre. Gal mir? a su alrededor para asegurarse de que nadie la ve?a y entrecerr? los ojos haciendo un verdadero esfuerzo para poder captar la informaci?n discurriendo a esa velocidad. Lo intent?, se agarr? a los extremos del escritorio como si estuviera a punto de empezar una carrera, fij? los ojos en la pantalla y apart? todos los pensamientos de su mente. Trat? de leer los subt?tulos, hacer coincidir las palabras con su significado, pero las palabras simplemente pasaban demasiado r?pido para leerlas, mucho menos para comprenderlas. De. Ninguna. Puta. Manera. —?C?mo puede alguien ver algo tan acelerado? Era imposible. Se detuvo antes de que se le reventara una vena de la frente o algo m?s importante, como su dedo de clicar. Greg volvi? a la habitaci?n terminando la conversaci?n telef?nica: ?Correcto, Dan. Tenemos que dejar esta llamada ahora, piensa en cualquier asunto que quieras discutir la pr?xima vez y envi?rmelo por correo electr?nico. No, este era mi tiempo asignado para esta llamada telef?nica. S?, en serio. Adi?s. Gal levant? una ceja. ?Acababa de espantar a un asociado? Guapo y descarado. Pero igualmente raro. ?Entonces, ?se puede hacer algo con el retardo? ?le pregunt?. ?S?, he cambiado algunos ajustes, ahora deber?a ser un solo segundo. ?Se detuvo, pasando el dedo por encima de la barra espaciadora?. ?O eso no es aceptable? ?l se ri?. ?Est? bien. Mu?strame. Ella inici? la transmisi?n de un par de v?deos, y el retraso era de un segundo en cada uno. ?Perfecto ?junt? las manos en una ?nica palmada, pasando a mirar sus papeles. ?Papeles! ?Qui?n sigue usando papeles, aparte del gobierno? Sinti?ndose despachada, Gal se levant? y se carg? la bolsa en el hombro. Dud? un segundo. ?Hum... ??S?? ?Sus ojos escaneaban los documentos, sobrevolando r?pidamente la p?gina. Sosten?a un bol?grafo para se?alar cada l?nea. ?He visto que tienes v?deos con subt?tulos autom?ticos. Que se aceleran a tres veces la velocidad normal, por alguna raz?n. ?S?. ?Creo que ser?a m?s f?cil leer los subt?tulos si hubiera un peque?o retraso en la imagen y se fuesen a?adiendo debajo. «?Por qu? estaba sugiriendo cosas? ?No hab?a aprendido ya en su a?o de vida corporativa que quien hace sugerencias termina enterrado en trabajo? ?l levant? la mirada, finalmente prest?ndole atenci?n. ??De verdad? ?se qued? pensando?. S?, creo que ser?a m?s f?cil. Mu?strame c?mo. Ella se sent? de nuevo en su silla y ?l se inclin? detr?s de ella. ?Por qu? se sonrojaba, maldita sea? ?Y se hab?a duchado esa ma?ana? Deb?a haberlo hecho, ?verdad? Agit? la cabeza y se concentr? en la computadora. Abri? un editor de v?deo y r?pidamente elabor? un programa de reproducci?n que manten?a los subt?tulos autogenerados unos segundos m?s en la pantalla, y configur? que los nuevos subt?tulos apareciesen debajo. Eso le llev? un par de minutos, durante los cuales intent? ignorar al hombre que se inclinaba sobre ella. Activ? el programa y lo prob?. La se?al de v?deo se reproduce a 3 veces la velocidad normal, y los subt?tulos permanecen en la pantalla durante m?s tiempo. Por un segundo trat? de seguir el ritmo de la corriente informativa como antes, pero se rindi?. Mir? a Greg, que se alzaba sobre ella. ?l mir? concentrado durante un minuto, y luego se inclin? hacia delante para ingresar un comando de teclado. Ol?a fresco y masculino. Increment? la velocidad a 3.1, luego 3.2, luego 3.3. Lo dej? as? unos minutos, viendo a los expertos hablar sobre el gas natural. Luego aument? la velocidad a 3.4, y despu?s salt? a 4.0. ?l mir? durante un minuto, las palabras y la informaci?n eran un borr?n para ella. Luego baj? la velocidad a 3.3. Mir? durante unos segundos m?s y luego asinti?. ?Espl?ndido. Un aumento del 10%. ?Perd?n, c?mo era tu nombre? Cap?tulo 4: Gregoris a vhn x 3.1 Greg toquete? su nueva configuraci?n. Vio la mitad de un documental sobre la nueva carrera espacial y despu?s volvi? a estudiar los anuncios que Artemis estaba lanzando por Internet. Una IA hab?a reunido todos los anuncios en v?deo pertenecientes a Artemis Automotive, y los estaba viendo por subgrupos tem?ticos en orden cronol?gico. Ten?an anuncios corporativos sobre los env?os, dirigidos a empresas intermediarias. Tambi?n ten?an algunos solo de seguridad, dirigidos a millonarios y grandes empresas. Con el paso de los a?os su lema hab?a evolucionado, pero parec?an haberse decidido por «Llev?ndote a salvo desde A hasta B». No era exactamente pegadizo, pero el narrador hac?a un giro en la voz que se quedaba grabado en la memoria. Despu?s de escucharlo unas seiscientas veces en todas las variaciones, Greg no pod?a quit?rselo ya de la cabeza. Dej? a un lado la investigaci?n y descans? los ojos. Recostado en su c?modo sof?, pens? en ese proyecto. En la propia Artemis. El encargo era de Hermes. Bastante simple, en teor?a. «Averigua qu? est? tramando, Greg». Claaaro. Pan comido. «Averigua en qu? anda la mujer m?s brillante del siglo, Greg». ?Qu? podr?a hacer, con todo el poder de una megacorporaci?n construida desde los cimientos respald?ndola, toneladas de dinero y un profundo rencor contra todos los dem?s directores ejecutivos ol?mpicos? «?Por qu? los odia tanto?» hab?a preguntado Greg directamente a Hermes, pero no obtuvo una respuesta clara. Tampoco es que fuera sorprendente, todos conspiraban y pactaban bajo cuerda, forjando alianzas temporales y considerando las traiciones como parte del juego de los negocios. Los doce ol?mpicos eran pretenciosos, brillantes, infinitamente megal?manos y esencialmente psicop?ticos. Pero Artemis era muy diferente. Para empezar, era justa. Justa con los competidores, con sus empleados, justa incluso cuando castigaba a alguien de los suyos. Tampoco ten?a un rascacielos, ni se esperaba, a pesar de estar entre los ol?mpicos. Ella fue decisiva para que se cambiara la ley y se permitiera la adopci?n corporativa, donde ella ser?a la patrocinadora (y madre, supuso Greg, en este sentido amplio) de cientos de ni?as hu?rfanas. Estas ?ltimas eran muy interesantes. Ahora, ya convertidas en j?venes, empezaban a formar bandas callejeras y estaban tomando el control de las calles de Atenas. Y no lo hac?an en secreto. V?deos y motovlogs, una nueva mezcla de moto, v?deo y blog que estaba de moda; chicas filmando sus haza?as y mostr?ndolas a toda la red. No solo se estaban abriendo paso en las noches de Atenas, sino que tambi?n estaban elaborando cuidadosamente su mitolog?a. Miedo y asombro. Porque nadie en su sano juicio se meter?a con las amazonas. Tan condenadamente interesante. A Greg le hab?a fascinado. No es que hubiera estado enclaustrado, pero los ?ltimos a?os hab?an sido muy rutinarios para ?l. No sent?a el pulso de la ciudad, precisamente. Tuvo que recibir la asignaci?n de un proyecto particular para que se diera cuenta de lo que estaba sucediendo bajo sus pies, ochenta pisos por debajo. Se levant? y mir? por la ventana de su ?tico. Atenas resplandec?a, dando paso a la vida nocturna. Aparte de los otros tres rascacielos junto al suyo, se sent?a muy por encima de todo. Era f?cil llegar a ese pensamiento. Que estaba por encima de la gente com?n, m?s que un simple mortal. Ten?a acceso a la mejor atenci?n m?dica del mundo, informaci?n de cualquier lugar y de cualquier pa?s, un sueldo que le permit?a comprar pr?cticamente lo que quisiera. Entonces, ?por qu? se sent?a tan vac?o por dentro? No era ingratitud, sab?a lo afortunado que era por tener todo eso. Le gustaba poner a prueba los l?mites de su mente, encontrar conexiones, descubrir oportunidades donde otros no ve?an nada. «Llev?ndote a salvo desde A hasta B», murmur?. Porque, hoy en d?a, no pod?as coger el coche y conducir por la calle hasta tu restaurante favorito. No si eras alguien importante en la escala corporativa. No, ten?as que llevar drones por arriba, coche con ventanas a prueba de balas, un conductor entrenado, un convoy de amazonas, un hacker al lado para detener cualquier intento de pirater?a que pudiera ponerte en peligro... Era una locura. Adem?s, como distintivos, aparte de la etiqueta de precio correspondiente, por supuesto, pod?an a?adirse filtros de protecci?n biol?gica, evacuaci?n de prioridad m?dica (?aseg?rese de que la ?nica luz que vea sea el tr?pode de Apolo!), o agentes activos (fuertemente armados, se entiende). ?C?mo puede alguien vivir as?? A Greg le gustaba subirse a su bici tres veces por semana y comer en alguno de los restaurantes de la calle Romvis. Disfrutaba el viaje, la distensi?n era parte de su rutina. No se pod?a mantener la velocidad por mucho tiempo, necesitaba relajarse regularmente. Era lo suficientemente mayor como para saber cu?ndo deb?a hacerlo. Pod?a estar forzando su capacidad mental todos los d?as, pero sab?a que no deb?a sobrecargarse. Greg mir? fijamente las luces en fila all? abajo, los coches circulando. Le gustaba observar los patrones. La ciudad estaba cubierta de una fina capa de contaminaci?n, por lo que solo se pod?a ver claramente por debajo de ella. Mel se acerc? a ?l en silencio. ?Ese ?se?al? con un dedo torcido. Todas sus proporciones estaban mal calculadas. ?Autodirigido ?dijo Greg un segundo despu?s. ?Correcto ?sonri? Mel?. ?Qu? pasa con ese coche, el blanco? ?Conductor humano. Vamos, probablemente est? intoxicado. ??Y el sed?n rojo? ?Humano, otra vez. Se ha detenido para ver a las chicas que caminan a su derecha. ?Correcto. Era un juego tonto el que jugaban. Greg no pod?a recordar a qui?n se le ocurri?, si a ?l o a su musa. En cualquier caso daba igual, siempre y cuando lo relajara. ?Tengo uno para ti ?dijo entrecerrando los ojos. ?Por supuesto. Dime. ?Esa chica de TI que vino antes, ?qu? piensas de ella? ?Ella es humana, definitivamente. Greg se ri?. ?S?, eso lo sab?a, gracias. No, me refer?a a qu? piensas de ella. ?Qu? opinaste de ella cuando la viste hoy? Mel hizo una pausa. Greg sab?a que lo hac?a solo por el efecto, su cerebro no necesitaba una cantidad apreciable de tiempo para pensar en las cosas. ?Creo que deber?as invitarla a salir. Greg se sent?a nervioso. ?No, eh... Eso no es lo que yo... ?Eso es lo que te preocupa. Y no, no creo que sea un obst?culo para tus proyectos, esa es mi opini?n oficial como tu musa. La gente necesita interacci?n social para mantenerse saludable, las relaciones rom?nticas entran en esa categor?a ?dijo suavemente, pero su rostro volvi? a su expresi?n normal de m?scara. Greg se gir? de nuevo a mirar la ciudad. ?Vale. ?Y c?mo se lo pregunto? Quiero decir, ha pasado tanto tiempo... ?No puedo ayudarte con eso ?dijo su musa?. De hecho s? puedo, pero creo que saldr? m?s natural si no lo hago. ?Qu? buena amiga ?brome? ?l. ?Yo soy tu amiga, Greg. Adem?s, estoy a cargo de tu salud f?sica y mental. Traerte mujeres en bandeja como las prostitutas que pides por cat?logo no te ayudar? a largo plazo. ??Est? bien, est? bien! ?La ahuyent?. Ella no se movi?. ?Es hora de tu reajuste de sue?o. Sabes que no puedes mantener el sue?o polif?sico tanto tiempo. ?S?, ya voy. D?jame solo un minuto, ?quieres? ?Kalinixta ?dijo Mel en griego y se fue. Cap?tulo 5: Galene a vhn x 0.6 ?Por favor, no est?s muerto, por favor, no est?s muerto ?Gal abri? con su llave y entr? en su apartamento. Corri? a su balc?n buscando a Simba. S?, hab?a llamado Simba a su gato naranja. ?l maull? y se acerc? a ella, rozando la piel con sus zapatos. ?Oh, aqu? est?s. Siento haber olvidado servirte la comida esta ma?ana, Simba. No o? la alarma, no ten?a tiempo ni de vestirme y hab?a tr?fico, como siempre... El gato la ignor?. Afortunadamente, todav?a ten?a sus instintos y se hab?a vuelto pr?cticamente salvaje, cazaba aves y ratas para alimentarse. Si no, se habr?a muerto de hambre hac?a mucho tiempo. Mir? un momento a sus plantas. O, m?s exactamente, sus macetas con tierra seca y plantas muertas. Quer?a tener unas flores bonitas, pero... Galene tir? sus llaves y su bolsa sobre la mesa de la cocina y se tir? en la silla. El refrigerador inteligente le envi? un mensaje a su halo con todas las cosas que se supon?a que ten?a que comprar y llevar a casa. ?Vaya, gracias por record?rmelo a tiempo. Lentamente estir? la pierna y abri? la nevera con los dedos de los pies. Se dio una palmada en la frente: hab?a olvidado comprar leche, otra vez. Y pasta. Y cualquier otra cosa que pudiera parecerse a algo comestible. Mir? la hora, eran las ocho de la noche. Las tiendas ya estaban cerradas. Cielos. ?Ad?nde hab?a ido el d?a? Se le hab?a escapado entre los dedos. Todav?a ten?a la comida deshidratada para gatos de Simba, as? que se encogi? de hombros y se comi? un pedazo de lo que fuera. Uh. Pescado. No est? mal. Cap?tulo 6: Galene a vhn x 0.7 Galene se despert? y corri? al ba?o. Lo que a ella le pareci? «como un rayo», podr?a ser para otros «tom?ndose todo su puto tiempo». Apenas cuarenta y cinco minutos m?s tarde estaba esperando su metro para llegar al trabajo. Sentada en un banco del and?n, de pronto se dio una palmada en la frente. ??Ella es la musa! La se?ora de al lado se sobresalt?. ?Lo siento ?dijo avergonzada. ?C?mo pod?a no reconocer a un androide teni?ndolo delante? Estaban fabricados y manejados por Hermes despu?s de todo, pero su trabajo estaba a un nivel muy inferior para eso. Adem?s, los frikis de los departamentos que llevaban el programa Musa pod?an manejar sus propios problemas inform?ticos sin ayuda. Era raro que alguien de TI tuviera que ir, por lo general solo llamaban y arreglaban las cosas por tel?fono con la cooperaci?n del departamento de Gal. Pero todos sab?an lo de las musas. Los hombres incluso hab?an hecho un ranking de las ginoides como si fueran chicas de calendario. Por supuesto, las ginoides no estaban hechas para ser sexys. Eso frustrar?a su prop?sito porque ser?an una distracci?n constante. Eran m?s bien... sencillas y corrientes. Como Galene, en realidad. Se pellizc? las mejillas al darse cuenta. Lleg? el tren y ella se dirigi? al trabajo. Se adentr? en el Departamento de Tecnolog?a Inform?tica, en la base de aquella torre de vidrio y acero. Los chicos la saludaron cuando entr?, tarde como siempre. El jefe la mir? como diciendo: «Otra vez llegas tarde», pero ella le devolvi? una mirada que dec?a: «Ayer me qued? hasta tarde, as? que d?jame en paz», entonces ?l tom? un sorbo del caf? y la mir? as? como: «Vale, Gal, pero no lo conviertas en costumbre». As? que todo estaba bien. Siempre le hizo gracia que, en las pel?culas antiguas que tanto le gustaban, la gente picaba su tarjeta para entrar a trabajar. Esta era una empresa tecnol?gica, aquel edificio inteligente registraba su presencia tan pronto como aparec?a por all?. Gal era una de las tres mujeres del departamento. No es que no hubiera mujeres en la inform?tica, sino m?s bien que ellas ten?an la inteligencia para aspirar a trabajos mejor pagados. Este era un trabajo duro. Tirar de cables y arrodillarse debajo de los escritorios. C?mo olvidar lo de arrodillarse. Ese era pr?cticamente todo el futuro profesional que le esperaba, de rodillas, con ejecutivos recelosos mir?ndole el culo por detr?s. Gal suspir? y se hizo un granizado en la peque?a cocina de la oficina. Dej? un desastre detr?s de ella. Nada peor de lo que ya hab?an hecho los chicos, pero tampoco mejor. George estaba all?, todo poderoso e importante. Menudo imb?cil. Consegu?a todas las solicitudes importantes, los peces gordos preguntaban por ?l, por su nombre. «No, necesitamos que George lo arregle, ?nadie m?s puede manejar esto!» —?Qu? mont?n de...! Galene chup? su pajita y de repente vio a George gui??ndole el ojo. Sus ojos se abrieron de par en par, y gir? su silla de escritorio, d?ndole la espalda. ?Hab?a dado la impresi?n de estar coqueteando mientras chupaba la pajita inadvertidamente? Y, lo que es m?s importante, ?hab?a respondido George? Galene envi? un mensaje r?pido a Nat en busca de su sabidur?a. Su amiga respiraba chismes y viv?a de miradas furtivas. Gal lo encontraba aburrido. Muchas cosas le parec?an aburridas. Los chicos, aburridos. Este trabajo, aunque necesario, era muy aburrido. Su piso era aburrido. Su vida era aburrida. Todo lo que estudi? para obtener su t?tulo, aburrido. Ponerse al d?a con la actualidad inform?tica tambi?n. Aburrido. Aburrido. Aburrido. Mir? el reloj en su campo de visi?n. Hab?a programado sus implantes oculares de realidad aumentada para mostrarle la hora cuando estaba en el trabajo, y la cuenta regresiva del santo pentalepto. Los cinco minutos sagrados e intocables para cualquier jefe o solicitud de servicio o emergencia, dedicados ?nicamente a prepararse para el comienzo del d?a tomando caf?. Cinco gloriosos minutos. Bebi? el caf? con los ojos cerrados. El pentalepto lleg? a cero. ??Gal! ?grit? su jefe desde el despacho. Su port?til se ilumin?. Ella le lanz? a su jefe su mirada «demasiado cansada para quejarme». Abri? la solicitud y se forz? a s? misma a ponerse a trabajar. Galene se apoy? en el ascensor. Odiaba aquel estilo tan moderno y minimalista, no hab?a ning?n lugar donde dejarte caer en los ratos muertos. ?Tanto les costar?a poner alguna superficie con un coeficiente de rozamiento normal? Madera, por ejemplo. Una almohada ser?a lo mejor. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para mantenerse en pie, y solo era mediod?a. En cuanto puso un pie fuera del ascensor, son? su tel?fono. ??S?? ?Gal, soy Mike. Tu asidua del piso 3 necesita hablar contigo ?dijo r?pidamente. Uf. ?P?samela. ?Hola, ?cielo? ?S?, mi ordenador se ha escacharrado otra vez! Puedes venir y arreglarlo porque tengo un mont?n archivos que preparar antes de una reuni?n y mi jefe me est? agobiando con esto. Christy, su cliente habitual. Siempre le pasa algo a su ordenador. ?Pero no es culpa suya! ?Nunca! ?Claro, dime. ?Enciendo el ordenador, pero suena un pitido y no hace nada. ??Cu?ntos pitidos? ??C?mo cu?ntos... no lo s?! ?Enci?ndelo y cuenta los pitidos. Una pausa. ?Tres pitidos. Espera... S?, tres. Definitivamente. ?Bien, Christy, dale una patada fuerte. En la torre, simplemente golp?ala ?dijo Galene con calma mientras se encaminaba a una de las solicitudes que ten?an prioridad. ??Qu?? No, no puedo hacer eso. ?No hay una tecla para presionar o algo as?? Ya sabes, en el teclado. ?C?mo lo llam?is vosotros? ?Ah, ya me acuerdo! Un atajo de teclado ?dijo orgullosa. ?Mira, Christy, estoy a cuarenta pisos y tengo tres solicitudes que atender antes de poder acercarme a tu oficina. O le das una buena patada a esa computadora o me esperas unos treinta y cinco minutos. ?Gal sostuvo el tel?fono con su hombro mientras le mostraba la solicitud a la recepcionista para que la dejara pasar. ?Pero, ?y si se rompe? ?Christy protest? con un gimoteo. ?Christy, es solo la RAM. Se ha movido un poco y no est? haciendo contacto con la placa madre correctamente. Alguien habr? movido la torre mientras limpiaba o algo as?. Solo dale una patada y se pondr? en su sitio y arrancar?. O ?brelo con un destornillador y pulsa la RAM. Silencio. ?Bah, qu? demonios... ?Entonces un PUM! ??Funciona! ?Gracias, muchas gracias! ?exclam? Christy por tel?fono. ?No hay problema ?dijo Gal y continu? su camino a la pr?xima computadora. Con suerte no habr?a que patear esta. Cap?tulo 7: Gregoris a vhn x 2.4 Feminista. Poderosa. Cazadora. Greg pensaba en Artemis. Durante las ?ltimas semanas hab?a estado empap?ndose de todo lo que tuviera que ver con ella, tratando de meterse en su cabeza. ?Pero qui?n era ?l para entender a una mujer, especialmente una como ella? Greg ni siquiera pudo entender a su ex, hace tantos a?os. Estaba frustrado y tenso. Tal vez se hab?a precipitado comprometi?ndose con este proyecto. Quiz? deber?a ir a Hermes y explicarle la situaci?n. ?Simplemente no pod?a descifrar a aquella mujer! Melpomene toc? su cuello, rozando suavemente su piel con los dedos. Se sinti? un poco m?s tranquilo, pero no mucho. ?No creo que est?s concentrado hoy, Greg ?le dijo ella en hablar?pida. ?S?. Tienes raz?n. Es, ah... No es un buen d?a. ??Has dormido suficiente? ?S?, seis horas completas. Me siento descansado, no es eso. Es el encargo. Greg apart? algunas cosas de su escritorio. ?Entonces, ?tiempo para divertirse? ?dijo Melpomene con picard?a. Greg suspir?. ?Claro. Bueno. No iba a hacer mucho hoy de todas maneras. ??Rubia? ?Pelirroja? ?O la normalita? ?pregunt? Mel, cogiendo el tel?fono. ?Da igual. Rubia. ?No! Morena. S?, algo normal. Sin implantes. Y joven, de veintitantos. No s? por qu? ?murmur?. Mel levant? una ceja, pero simplemente respondi?: ?Marchando. Entonces llam? para pedir una prostituta vip. Cap?tulo 8: Galene a vhn x 0.7 ?No puedo hablar ahora, estoy en el lugar del tipo ?murmur? Galene en su tel?fono. ??El ?tico? ?C?mo es eso? Dame detalles ?exigi? Nat por tel?fono. ?Es... lujoso. Muy elegante, moderno. Muchas cosas frikis, artilugios. Electr?nica antigua, de la cara. Tambi?n tiene una musa, ya sabes, las que dan solo a los peces gordos con problemas de creatividad. Ella est? detr?s de m? ahora mismo, limpiando el polvo. ??Est?s arreglando su computadora? ?dijo Nat con tono insinuante. ?S? ?murmur? Galene?. Solo esperando a que se actualice. ?Y qu? hay de lo otro que te dije esta ma?ana...? Galene dej? de hablar y cubri? el tel?fono en busca de silencio. Gir? la cabeza y escuch? ruidos en otra habitaci?n. ??Eh! ?Me oyes? ?protest? Nat. ?Creo que ya hay alguien arreglando su computadora. ?Espera, estoy confundida. ?Estamos hablando del tal George o de Greg? ?Greg. Alguien est?... ?Galene se detuvo. Escuchaba gemidos que ven?an de la otra habitaci?n. Sonidos claramente de sexo. La chica estaba exagerando. Galene apunt? el tel?fono hacia la habitaci?n. ?Dios s?, oh, eres tan grande, dioss?dioss?dioss?dioss?. ?Ah, ah, AH! ?grit? la chica deleit?ndose. Galene no pudo evitar sonre?r. Mir? a la musa, que fing?a no escuchar. Se?orita, no es usted tan humana todav?a. ??Os lo est?is haciendo ahora mismo? ?pregunt? Nat incr?dula. ?No, no seas tonta. Estoy trabajando ?susurr? Gal. ??Ella tambi?n! ?Nat solt? una carcajada. Gal sonri? y se mordi? el labio. ?Bien, buena ?se inclin? hacia delante y dijo?: Oye, tengo que irme. Continu? con la actualizaci?n que la musa le hab?a pedido y arregl? la computadora de Greg. Una chica despeinada apareci? y evit? despedirse al marcharse. Mel la acompa?? hasta la puerta. Galene se qued? helada. Podr?a jurar que la puta era una r?plica de su cuerpo. M?s bien baja, morena, curvas normalitas; ropa corriente, nada demasiado revelador; cara bonita, pero no tanto como para que un fot?grafo desenfundase su c?mara. Unos 200 «me gusta» m?s o menos en sus fotos, con escote. Nada m?s. Gal se rasc? la cara con la esquina de su port?til. Greg apareci? en la puerta, con ropa gris informal. Se dirig?a desprevenido a su puesto de trabajo, as? que se sorprendi? cuando vio a Gal. ??Ah! Yo... no sab?a que estabas aqu?. Mel interrumpi?: ?Pens? que deb?amos aprovechar el tiempo para actualizar el programa que da problemas, el de an?lisis de datos. Greg se pas? la mano por el cuello. ?S?. Buena idea. Correcto. ?No hizo contacto visual con Gal despu?s de eso?. ?Puedo ofrecerte algo? ?Caf?? ?T?? C?ctel? ?se ri??. No se lo dir? a tu jefe si t? no se lo dices al m?o. Gal entrecerr? los ojos. ??No son la misma persona? ?S? ?admiti? ?l, haciendo caf? en la cocina de al lado. ??Y no est? el androide grabando todo lo que decimos y hacemos por aqu?? ?a?adi? Gal. ??Qui?n, Mel? Nah. Las musas manejan informaci?n confidencial todo el tiempo, sus memorias est?n encriptadas por cuadruplicado y los humanos no se meten ah?. Pero supongo que t? sabes estas cosas mejor que yo ?dijo Greg desde la cocina. ?Todav?a soy nueva ?explic? Gal. Greg le ofreci? una bandeja con humeante caf? griego, terrones de az?car y leche. La coloc? junto a ella en su mesa de trabajo. ??C?mo de nueva? ?Un a?o ?dijo Gal y se prepar? su caf??. Gracias ?a?adi? antes de dar un trago. ?Un a?o ?repiti? Greg. ?Estaba nervioso? ?Avergonzado por lo que ella hab?a podido o?r? Galene no estaba segura, pero ?l ciertamente estaba vacilando, buscando tiempo para pensar. ??Ella no toma caf?? ?inquiri? Galene, asintiendo a un lado. ??Qui?n? ?Mel? ?No ?dijo Gal con paciencia?. La otra chica. La que se acaba de ir. ?Ah ?dijo Greg, mirando a su alrededor con nerviosismo?. Bueno, ella no quer?a nada ?se encogi? de hombros. ??Le preguntaste? ?dijo Gal, sus labios temblando en un esfuerzo por no sonre?r. Chasque? la lengua. ?Bueno... no, para ser honesto ?murmur? Greg. Miraba a todos lados menos a su cara. ?Tal vez si lo hubieras hecho, ella se hubiese unido. Despu?s de todo, hace solo unos minutos te estaba adorando ?se burlaba Gal descaradamente. Greg no pod?a estarse quieto. Empez? a balbucear, Gal estaba disfrutando. ?Vale, escucha ?solt? finalmente?, es eficiente. Llamo a una prostituta, ella viene, yo... alivio tensi?n y ella se va. Es una transacci?n limpia y honesta. Nada de coquetear, perder el tiempo, ni quedarme con las pelotas azules o frustrado. Gal se mordi? el labio. No estaba irritada en absoluto. Despu?s de todo, su nombre significaba calma. Pero le divert?a ponerle en aquel aprieto, as? que permaneci? en silencio. Pod?a ver como su cara cambiaba de una expresi?n a otra, tratando de zanjar la cuesti?n con excusas y aspavientos. ?Mira, te lo puedo explicar ?empez? a decir. ??Por qu? tendr?as que darme explicaciones? ?le interrumpi? inexpresiva?. Yo solo estoy aqu? por la computadora. ?S?, pero... ?No tienes tiempo para ligar, perder el tiempo, toda esa mierda ?dijo desde?ando el asunto?. Lo que quieres es una fornicaci?n limpia y eficiente. Greg la mir? fijamente, su expresi?n era de dolor f?sico. Ella no pudo evitarlo. Solt? una carcajada. ??Oh dioses! Ah. No deb? decir esas cosas, ?Cu?l es mi problema? ?dijo ri?ndose, y bebi? un poco de agua. Greg se dej? caer en uno de sus sof?s. ?Te est?s mofando de m? ?asinti?. ?Lo siento. ?Era tan gracioso verte abochornado! ?Imit? su voz?: Alivio tensi?n... ??Calla...! ?Oh, dioses m?os. ?Siempre es tan divertido por aqu? arriba?, ?o estoy sufriendo falta de ox?geno o algo de eso? ?Gal mir? a su alrededor. Greg entr? en la cocina. ?Te voy a traer una galleta, tal vez eso te haga callar. ?l trajo una enorme galleta de chocolate en una servilleta y ella la mordi? instant?neamente, arrojando migas por todo su escritorio. ?Usa la... Bueno, da igual ?dijo, y se tir? en el sof? otra vez?. ?C?mo est? mi computadora? ?Est? enorme ?dijo ella con una galleta en la boca, riendo. Se atragant? por un segundo. Unas cuantas migas salieron disparadas y se tap? la boca, a?n ri?ndose. Greg se cubri? la cara y se hundi? m?s. Cap?tulo 9: Galene a vhn x 0.6 ??Por qu? diablos la llaman al ?tico? ?le grit? George al jefe. Estaba se?alando a Galene. ?Oye, calma ?dijo el jefe y cerr? la puerta. Todos en TI fing?an estar trabajando en sus puestos, pero no paraban de mirar hacia la ventana del despacho. George, la superestrella de TI, estaba gritando. Mike mov?a las manos, poniendo excusas. Petros rod? con su silla hasta Galene, sosteniendo un disco duro y un destornillador. ?Ya veo que le has quitado al perro grande el hueso de la boca. ??Yo no le he quitado nada! ?se quej? Galene. Petros apret? algunos de los tornillos. ?Claro, claro. ?Oye, yo estaba aqu? ayer cuando lleg? la solicitud. Me tuve que quedar hasta m?s tarde. ?Te escucho ?asinti?. Sopl? en el disco duro?. Debes haber causado una gran impresi?n all? arriba. Conoces las historias, ?verdad? ??Qu? historias? ?pregunt? Galene. ?Bueno, ya sabes. Privilegios especiales. Curvil?neas asistentes rob?ticas. Cosas. ?Se encogi? de hombros, admirando su trabajo. Galene hab?a visto esos privilegios, pero no quer?a alimentar los rumores. ?No vi nada de eso. Y la asistente no es tan curvil?nea. Petros levant? los ojos hacia ella. ??As? que le hiciste un repaso? Uh. No esperaba eso de ti. ?Petros, por favor, ve y pon tu disco duro donde debe estar ?dijo ella, d?ndole la espalda. ?Con mucho gusto ?dijo, y se dirigi? a su escritorio, colocando el disco en su sitio con destreza. La pelea en la oficina termin? y George sali? corriendo hacia la cafeter?a, mirando a Galene con ira. Menudo imb?cil. ??Gal! ?grit? su jefe. Sus hombros se hundieron. Cap?tulo 10: Gregoris a vhn x 3.2 Greg sent?a que estaba en sinton?a otra vez. Tuvo algunos episodios de sue?o polif?sico y se vio inmerso en la informaci?n sobre Artemis. Su verdadero nombre era Viktoriya Marchenko, de origen ucraniano. Cuerpo potente, pelo corto, vestido con unisex a medida. Una feminista integral. Exclusivamente heterosexual, un cero puro en la escala de Kinsey. Nunca se cas?, ni lo plane?. Madre adoptiva de una centena de guerreras. Su ?nica debilidad parec?a ser la caza mayor. Sol?a ir a safaris, y consegu?a sus presas sin ayuda de nadie. Como estaba un poco mal visto, lo compensaba con grandes donaciones a organizaciones ben?ficas que se ocupaban de la clonaci?n y la protecci?n de animales salvajes. La foto m?s viral de ella era de sus d?as de atleta ol?mpica, cuando gan? una medalla de oro. La foto era de ella apretando su linda nariz contra la cuerda del arco mientras lo tensaba y se concentraba en el tiro ganador. Era una pose poderosa y arquet?pica, como la del Disc?bolo de Mir?n. Llevaba su caracter?stico sombrerito de pesca con dibujitos, y ten?a uno de sus pechos cubierto con un peto de arquero. Todo el mundo conoc?a esa foto. Ya no era tan linda hoy en d?a. Cerca de cuarenta pero a?n jovial, sus fotos recientes mostraban a una mujer poderosa y curtida en un mundo de hombres poderosos. Artemis hab?a negociado acuerdos con las m?s altas firmas de seguridad israel?es, protegiendo a ricos y poderosos de todo el mundo. Atenas se hab?a convertido en un frecuentado centro de negociaciones, tanto p?blicas como privadas. Y cuando la gente importante quer?a reunirse, el trabajo de Artemis era llevarlos y traerlos sanos y salvos. Artemis era... poco convencional. M?s de ensuciarse las manos que el resto de los directores generales ol?mpicos. En comparaci?n con ella, el resto pod?an considerarse cobardes, escondidos detr?s de sus escritorios desde donde encargaban a sus matones el trabajo sucio. Ella personalmente hab?a evitado al menos once intentos de asesinato. Конец ознакомительного фрагмента. Текст предоставлен ООО «ЛитРес». Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию (https://www.litres.ru/pages/biblio_book/?art=48773676&lfrom=688855901) на ЛитРес. Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.
Наш литературный журнал Лучшее место для размещения своих произведений молодыми авторами, поэтами; для реализации своих творческих идей и для того, чтобы ваши произведения стали популярными и читаемыми. Если вы, неизвестный современный поэт или заинтересованный читатель - Вас ждёт наш литературный журнал.