Êàê ÷àñòî ÿ âèæó êàðòèíêó òàêóþ Âîî÷èþ, èëè îíà òîëüêî ñíèòñÿ: Äâå äåâî÷êè-ãåéøè î ÷¸ì-òî òîëêóþò, Çàáûâ, ÷òî äàâíî èì ïîðà ðàñõîäèòüñÿ. Íà óëèöå ò¸ìíîé âñå äâåðè çàêðûòû. Ëåíèâîå ïëàìÿ â ôîíàðèêå ñîííîì… À äåâî÷êè-ãåéøè êàê áóäòî çàáûòû Äâóìÿ îãîíüêàìè â ïðîñòðàíñòâå áåçäîííîì. Íó ÷òî âàì íå ñïèòñÿ, ïðåêðàñíûå ãåéøè? Âåäü äàæå ñâåð÷êè íåóìîë÷íû

La mentira del vecino

La mentira del vecino Blake Pierce Un misterio psicol?gico de suspenso de Chloe Fine #2 Una obra maestra de misterio y suspenso. Pierce desarroll? muy bien a los personajes psicol?gicamente, tanto as? que sientes que est?s en sus mentes, vives sus temores y aclamas sus ?xitos. Este libro te mantendr? pasando p?ginas hasta bien entrada la noche debido a sus giros inesperados. Books and Movie Reviews, Roberto Mattos (sobre Una vez desaparecido) LA MENTIRA DEL VECINO (Un misterio de Chloe Fine) es el libro #2 de una nueva serie de suspenso psicol?gico del autor bestseller Blake Pierce, cuyo libro exitoso Una vez desaparecido (Libro #1) ha recibido m?s de 1. 000 opiniones de cinco estrellas. Aunque la agente del Equipo de Evidencias del FBI Chloe Fine, de 27 a?os de edad, a?n se siente conmovida por los secretos de su pasado, tiene que trabajar en su primer caso: el asesinato de una ni?era en un pueblo suburbano aparentemente perfecto. Inmersa en un mundo de secretos, parejas infieles, artificios y mentiras, Chloe pronto se da cuenta de que cualquiera pudiera ser el culpable. Sin embargo, debido a que su propio padre sigue en la c?rcel, debe lidiar con sus demonios y desentra?ar sus secretos, los cuales amenazan con acabar con su carrera. Un thriller lleno de acci?n con suspenso emocionante y personajes multi-fac?ticos, LA MENTIRA DEL VECINO es el libro #2 de una nueva serie fascinante que te dejar? pasando p?ginas hasta bien entrada la noche. El Libro #3 de la serie de CHLOE FINE estar? disponible pronto. l a m e n t i r a d e l v e c i n o (misterio psicol?gico de suspenso de chloe fine - libro 2) b l a k e p i e r c e Blake Pierce Blake Pierce es el autor de la serie exitosa de misterio RILEY PAIGE que cuenta con trece libros hasta los momentos. Blake Pierce tambi?n es el autor de la serie de misterio de MACKENZIE WHITE (que cuenta con nueve libros), de la serie de misterio de AVERY BLACK (que cuenta con seis libros), de la serie de misterio de KERI LOCKE (que cuenta con cinco libros), de la serie de misterio LAS VIVENCIAS DE RILEY PAIGE (que cuenta con tres libros), de la serie de misterio de KATE WISE (que cuenta con dos libros), de la serie de misterio psicol?gico de CHLOE FINE (que cuenta con dos libros) y de la serie de misterio psicol?gico de JESSE HUNT (que cuenta con tres libros). Blake Pierce es un ?vido lector y fan de toda la vida de los g?neros de misterio y los thriller. A Blake le encanta comunicarse con sus lectores, as? que por favor no dudes en visitar su sitio web www.blakepierceauthor.com (http://www.blakepierceauthor.com) para saber m?s y mantenerte en contacto. Derechos de autor © 2018 por Blake Pierce. Todos los derechos reservados. A excepci?n de lo permitido por la Ley de Derechos de Autor de Estados Unidos de 1976 y las leyes de propiedad intelectual, ninguna parte de esta publicaci?n puede ser reproducida o distribuida en cualquier forma o por cualquier medio, o almacenada en un sistema de bases de datos o de recuperaci?n sin el previo permiso del autor. Este libro electr?nico est? licenciado para tu disfrute personal solamente. Este libro electr?nico no puede ser revendido o dado a otras personas. Si quieres compartir este libro con otras personas, por favor compra una copia adicional para cada destinatario. Si est?s leyendo este libro y no lo compraste, o no fue comprado solo para tu uso, por favor regr?salo y compra tu propia copia. Gracias por respetar el trabajo arduo de este autor. Esta es una obra de ficci?n. Los nombres, personajes, empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son productos de la imaginaci?n del autor o se emplean como ficci?n. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es totalmente coincidente. Derechos de autor de la imagen de la cubierta son de emin kuliyev, utilizada bajo licencia de Shutterstock.com. LIBROS ESCRITOS POR BLAKE PIERCE SERIE DE MISTERIO PSICOL?GICO DE SUSPENSO DE JESSE HUNT LA ESPOSA PERFECTA (Libro #1) LA CALLE PERFECTA (Libro #2) LA CASA PERFECTA (Libro #3) SERIE DE MISTERIO PSICOL?GICO DE SUSPENSO DE CHLOE FINE Al LADO (Libro #1) LA MENTIRA DEL VECINO (Libro #2) CALLEJ?N SIN SALIDA (Libro #3) SERIE DE MISTERIO DE KATE WISE SI ELLA SUPIERA (Libro #1) SI ELLA VIERA (Libro #2) SERIE LAS VIVENCIAS DE RILEY PAIGE VIGILANDO (Libro #1) ESPERANDO (Libro #2) ATRAYENDO (Libro #3) SERIE DE MISTERIO DE RILEY PAIGE UNA VEZ DESAPARECIDO (Libro #1) UNA VEZ TOMADO (Libro #2) UNA VEZ ANHELADO (Libro #3) UNA VEZ ATRA?DO (Libro #4) UNA VEZ CAZADO (Libro #5) UNA VEZ CONSUMIDO (Libro #6) UNA VEZ ABANDONADO (Libro #7) UNA VEZ ENFRIADO (Libro #8) UNA VEZ ACECHADO (Libro #9) UNA VEZ PERDIDO (Libro #10) UNA VEZ ENTERRADO (Libro #11) UNA VEZ ATADO (Libro #12) UNA VEZ ATRAPADO (Libro #13) UNA VEZ LATENTE (Libro #14) SERIE DE MISTERIO DE MACKENZIE WHITE ANTES DE QUE ASESINE (Libro #1) ANTES DE QUE VEA (Libro #2) ANTES DE QUE DESEE (Libro #3) ANTES DE QUE ARREBATE (Libro #4) ANTES DE QUE NECESITE (Libro #5) ANTES DE QUE SIENTA (Libro #6) ANTES DE QUE PEQUE (Libro #7) ANTES DE QUE CACE (Libro #8) ANTES DE QUE SE APROVECHE (Libro #9) ANTES DE QUE ANHELE (Libro #10) ANTES DE QUE SE DESCUIDE (Libro #11) SERIE DE MISTERIO DE AVERY BLACK UNA RAZ?N PARA MATAR (Libro #1) UNA RAZ?N PARA HUIR (Libro #2) UNA RAZ?N PARA ESCONDERSE (Libro #3) UNA RAZ?N PARA TEMER (Libro #4) UNA RAZ?N PARA RESCATAR (Libro #5) UNA RAZ?N PARA ATERRARSE (Libro #6) SERIE DE MISTERIO DE KERI LOCKE UN RASTRO DE MUERTE (Libro #1) UN RASTRO DE ASESINATO (Libro #2) UN RASTRO DE VICIO (Libro #3) UN RASTRO DE CRIMEN (Libro #4) UN RASTRO DE ESPERANZA (Libro #5) CONTENIDO PR?LOGO (#u0c2f6c14-5a63-52e7-b402-07ca490fbc52) CAP?TULO UNO (#u10d509c3-5963-5cd4-8ab8-897af39c321f) CAP?TULO DOS (#ucdce4212-452b-54f2-b666-afeaee35426c) CAP?TULO TRES (#u0968c238-7762-50e6-8215-4f1140c715be) CAP?TULO CUATRO (#u16763aa9-8854-55d1-950f-57fc6a083997) CAP?TULO CINCO (#u8561fb96-1927-5388-91d0-7043d95055cd) CAP?TULO SEIS (#u8173fdf0-ae38-55ee-91d5-2029a3a94f3b) CAP?TULO SIETE (#litres_trial_promo) CAP?TULO OCHO (#litres_trial_promo) CAP?TULO NUEVE (#litres_trial_promo) CAP?TULO DIEZ (#litres_trial_promo) CAP?TULO ONCE (#litres_trial_promo) CAP?TULO DOCE (#litres_trial_promo) CAP?TULO TRECE (#litres_trial_promo) CAP?TULO CATORCE (#litres_trial_promo) CAP?TULO QUINCE (#litres_trial_promo) CAP?TULO DIECIS?IS (#litres_trial_promo) CAP?TULO DIECISIETE (#litres_trial_promo) CAP?TULO DIECIOCHO (#litres_trial_promo) CAP?TULO DIECINUEVE (#litres_trial_promo) CAP?TULO VEINTE (#litres_trial_promo) CAP?TULO VEINTIUNO (#litres_trial_promo) CAP?TULO VEINTID?S (#litres_trial_promo) CAP?TULO VEINTITR?S (#litres_trial_promo) CAP?TULO VEINTICUATRO (#litres_trial_promo) CAP?TULO VEINTICINCO (#litres_trial_promo) CAP?TULO VEINTIS?IS (#litres_trial_promo) CAP?TULO VEINTISIETE (#litres_trial_promo) CAP?TULO VEINTIOCHO (#litres_trial_promo) CAP?TULO VEINTINUEVE (#litres_trial_promo) CAP?TULO TREINTA (#litres_trial_promo) CAP?TULO TREINTA Y UNO (#litres_trial_promo) PR?LOGO Trabajar de ni?era no era la vida que Kim Wielding se hab?a imaginado para s? misma, pero en realidad era bastante agradable. Eso era bastante sorprendente, dado que hab?a tenido una carrera en Washington, DC trabajando en campa?as pol?ticas y redactando discursos para candidatos desvalidos. Y hab?a estado a punto de llegar a la cima. La vida a veces daba muchas sorpresas. Ahora que ten?a treinta y seis a?os de edad, sab?a que jam?s cumplir?a sus sue?os. Por esta raz?n, los hab?a reemplazado con otro sue?o: escribir una gran novela americana en su tiempo de inactividad como ni?era. Kim comenz? a trabajar de ni?era despu?s de que un candidato prometedor para el que hab?a trabajado fue derrotado. Eso la hizo decidir tomarse un tiempo fuera. Y durante ese tiempo afuera, este empleo hab?a ca?do en su regazo. Jam?s hab?a considerado cuidar ni?os, pero todo hab?a resultado bien. Kim pens? en su primer trabajo como ni?era mientras se encontraba sentada en la isla de cocina de la casa de Bill y Sandra Carver. Era dif?cil de creer que hab?a sido hace m?s de diez a?os. Esos a?os hab?an difuminado sus recuerdos de su trabajo en DC, de escribir discursos esperanzadores y solo una pizca de falsedad. Ten?a su port?til en frente. Ya llevaba cuarenta mil palabras de su libro. Supon?a que le faltaba la mitad. Tal vez lo terminar?a en aproximadamente seis meses. Todo depend?a de lo que suced?a en las vidas de los tres hijos Carver. El hijo mayor, Zack, estaba en noveno grado y practicaba f?tbol americano. El hijo intermedio, Declan, jugaba f?tbol. Y si la m?s peque?a, Madeline, segu?a con la gimnasia, Kim estar?a muy ocupada durante los pr?ximos meses. Cerr? la tapa de su port?til y mir? alrededor de la cocina. Estaba descongelando un pollo para la cena. Ya hab?a limpiado los mostradores y lavado los platos y ten?a la cuarta carga de ropa en la lavadora. Hasta que los ni?os llegaran a casa, no ten?a m?s nada que hacer. Es por esa raz?n que hab?a logrado trabajar en su libro durante cuarenta y cinco minutos. Mir? el reloj y vio que el d?a hab?a pasado volando, algo que estaba empezando a entender les pasaba bastante a las ni?eras. Ten?a que salir a recoger a los ni?os en la escuela en quince minutos… y esa era una verdadera haza?a, dado que la menor estaba en la escuela primaria, el intermedio en la escuela intermedia y el mayor en la escuela secundaria. Se tardaba m?s de una hora para recogerlos y traerlos a casa dado el tr?fico. Sin embargo, sonaba peor de lo que era, ya que Kim hab?a descubierto hace poco cu?n maravillosos eran los audiolibros para matar tiempo durante viajes. Se levant? y fue a ver el pollo, el cual ya estaba casi completamente descongelado. Luego meti? la ropa en la secadora y sac? todas las especias que necesitar?a para preparar la cena. A lo que coloc? el piment?n sobre el mostrador, alguien llam? a la puerta principal. Eso era bastante com?n en la casa de los Carver. Sandra Carver era una adicta a Amazon y Bill Carver siempre recib?a planos. Kim agarr? su bolso, decidiendo que ir?a a recoger a los ni?os luego de meter los paquetes. Abri? la puerta, su mirada y?ndose directamente al suelo del porche en busca de una caja de Amazon. Es por eso que le tom? a su cerebro un segundo entender que hab?a alguien frente a ella. Cuando levant? la mirada para ver su cara, su campo visual fue obstruido por… algo. Fuera lo que fuese, se estrell? contra su cabeza. Conect? justo entre los ojos, en el puente de su nariz. El chasquido dentro de su cabeza fue ensordecedor, pero apenas tuvo tiempo para notarlo ya que cay? al piso de madera de los Carver. Sinti? sangre corriendo por su nariz mientras trataba de arrastrarse hacia atr?s. La persona en el porche entr?. Cerr? la puerta detr?s de ella. Kim trat? de gritar, pero ten?a demasiada sangre en la nariz, la cual estaba entrando en su garganta y boca. Tosi? mientras la persona dio un gran paso adelante y volvi? a alzar el objeto contundente. Kim se dio cuenta de que era un tubo mientras el dolor se extendi? por su mente como un hurac?n. Y eso fue lo ?ltimo que vio. Antes del golpe final, su mente se fue a un lugar extra?o. Kim Wielding muri? pregunt?ndose qu? pasar?a con ese pollo, el cual segu?a descongel?ndose en el fregadero de los Carver. CAP?TULO UNO Debido al hecho de que su madre hab?a muerto, su padre hab?a sido encarcelado y sus abuelos las sobreprotegieron mucho, Chloe Fine a menudo prefer?a hacer las cosas sola. La gente a veces la consideraba una persona introvertida y eso no le molestaba en absoluto. Su personalidad la hab?a ayudado a sacar excelentes notas en la escuela y tambi?n durante su entrenamiento del FBI. Pero esa personalidad tambi?n la hab?a conducido a mudarse a su nuevo apartamento sola, sin nadie para ayudarla. S?, podr?a haber contratado una empresa de mudanzas, pero sus abuelos le hab?an ense?ado el valor del dinero. Y dado que ten?a brazos fuertes y una mentalidad tenaz, hab?a elegido mudarse sola. Despu?s de todo, solo ten?a dos muebles pesados. Todo lo dem?s ser?a f?cil. Sin embargo, no fue as?… Le cost? mucho subir su c?moda por las escaleras aunque tuvo la ayuda de una carretilla y su apartamento solo quedaba en el segundo piso. S?, lo hab?a logrado, pero estaba segura de que se hab?a lastimado la espalda. Lo ?ltimo que subi? fue la c?moda, ya que sab?a que eso ser?a lo m?s dif?cil de toda la mudanza. No hab?a empacado muchas cosas en cada caja, sabiendo que todo el trabajo lo har?a sola. Supuso que podr?a haber llamado a Danielle y ella la habr?a ayudado, pero a Chloe nunca le hab?a gustado pedirles favores a sus familiares. Chloe esquiv? unas cuantas cajas de libros y cuadernos y se desplom? en el sill?n que hab?a tenido desde su segundo a?o en la universidad. La idea de llamar a Danielle para que la ayudara a desempacar y comenzar a ordenar todo le estaba comenzando a gustar. Las cosas no hab?an estado tan tensas entre las dos desde que Chloe hab?a descubierto la verdad sobre lo que hab?a pasado entre sus padres hace todos esos a?os, pero nada era perfecto. Las dos estaban muy conscientes del peso de la verdad de lo que su padre hab?a hecho y los secretos que hab?a estado guardando. Chloe sinti? que ambas estaban lidiando con esos secretos a su forma y sab?a que sus opiniones difer?an. Lo que nunca se hab?a atrevido a expresarle a Danielle era lo mucho que echaba de menos a su padre. Danielle lo hab?a resentido desde su encarcelamiento. Pero Chloe hab?a extra?ado esa figura paterna en su vida. Ella hab?a sido la que se hab?a atrevido a esperar que tal vez la polic?a se hab?a equivocado, que su padre no hab?a matado a su madre despu?s de todo. Y esa esperanza y creencia es lo que hab?a dado lugar a esa peque?a aventura que hab?an vivido juntas que hab?a culminado con la detenci?n de Ruthanne Carwile y un punto de vista completamente distinto en el caso de Aiden Fine. Sin embargo, lo ?nico contraproducente de todo es que ahora extra?aba a su padre a?n m?s. Y sab?a que si Danielle se enteraba, le parecer?a horroroso y tal vez incluso hasta masoquista. Aun as?, quer?a llamar a Danielle para que juntas celebraran la peque?a victoria de mudarse a su nuevo apartamento. Solo era un peque?o apartamento de dos dormitorios en el vecindario Mount Pleasant de Washington, DC. Peque?o y apenas asequible, pero exactamente lo que hab?a estado buscando. Llevaban dos meses sin verse, lo cual le parec?a extra?o dado lo que hab?an vivido juntas hace poco. Hab?an hablado por tel?fono varias veces y, aunque hab?a sido bastante agradable, tambi?n hab?a sido muy superficial. Y Chloe no era buena para mantener las cosas superficiales. «A la mierda —pens?, buscando su tel?fono—. ?Qu? da?o podr?a hacer?» A lo que encontr? el n?mero de Danielle en su tel?fono, comenz? a asimilar la realidad de la situaci?n. Aunque solo hab?an pasado dos meses, eran personas diferentes ahora. Danielle estaba empezando a rehacer su vida. Ten?a un trabajo bien pagado ahora, de barman y subgerente en un bar exclusivo en Reston, Virginia. Chloe todav?a estaba tratando de asimilar que ya no estaba comprometida y no recordaba la ?ltima vez que hab?a tenido una cita. «No puedes forzar esto con Danielle», pens?. Con el coraz?n agitado, Chloe hizo la llamada. Esperaba escuchar su buz?n de voz. As? que cuando Danielle le atendi? la llamada r?pidamente, le sorprendi? por completo. —Hola, Danielle. —Chloe, ?c?mo est?s? —le pregunt?. Era tan extra?o o?r a Danielle tan alegre. —Bien. Me mud? al apartamento hoy. Pens? en lo bonito que ser?a celebrarlo contigo entre copas de vino y una buena comida. Pero luego record? tu nuevo trabajo… —S?, aqu? estoy —dijo Danielle con una risa. —?Te gusta? —Chloe, me encanta. Aunque solo han pasado tres semanas, siento que nac? para hacer esto. S? que solo soy una barman, pero… —Bueno, tambi?n eres subgerente. —S?. Tener ese cargo todav?a me asusta. —Me alegra que te guste tu trabajo. —?Y t?? ?C?mo est? el apartamento? ?C?mo estuvo la mudanza? No quer?a decirle a Danielle que se hab?a mudado sola, as? que se decidi? por la respuesta gen?rica. —Nada mal. Todav?a tengo que desempaquetar, pero estoy contenta de estar aqu?, ?me entiendes? —Pronto ir? a tomarme esas copas de vino contigo junto con una buena comida. ?Y c?mo va todo lo dem?s? —?Honestamente? Danielle se qued? callada por un momento antes de preguntarle: —?Qu? pasa? —He estado pensando en pap?. He estado pensando en ir a verlo. —?Por qu? diablos quieres hacer eso? —Quisiera tener una buena respuesta —dijo Chloe—. Despu?s de todo lo que pas?, solo siento que tengo que hacerlo. Tengo que darle sentido a todo. —Dios m?o, Chloe. D?jalo as?. ?No se supone que este nuevo trabajo tuyo te mantendr? ocupada resolviendo otros cr?menes? Vaya, y eso que pensaba que yo era la que viv?a en el pasado. —?Por qu? te molesta tanto que vaya a verlo? —pregunt? Chloe. —Porque siento que ya le hemos dado suficiente de nuestras vidas. Y s? que si lo ves, mi nombre saldr? a relucir y yo preferir?a que eso no sucediera. No quiero tener nada que ver con ?l, Chloe. Ojal? t? te sintieras igual. «S?, yo deseo lo mismo», se dijo Chloe a s? misma. —Chloe, te amo, pero voy a colgar si sigues hablando de ?l. —?Cu?ndo te toca trabajar? —pregunt? Chloe. —Todas las noches de esta semana, excepto el s?bado. —Tal vez pase a verte el viernes por la tarde para que me sirvas un trago especial. —Bueno, pero solo si no est?s pensando en conducir a casa. Mis tragos son fuertes —dijo Danielle. —Est? bien. —?Y t?? ?Cu?ndo comienzas tu nuevo trabajo? —Ma?ana por la ma?ana. —?A mitad de semana? —pregunt? Danielle. —Tengo una orientaci?n. Pasar? todo el d?a en reuniones. —Estoy muy emocionada por ti —dijo Danielle—. S? lo mucho que has deseado esto. Fue agradable escuchar a Danielle hablar tan bien de su trabajo. No solo eso, sino incluso fingir que estaba interesada en ?l. Hubo un momento pesado de silencio entre ellas, uno que afortunadamente termin? cuando Danielle dijo algo que era bastante fuera de lo com?n para ella. —Cu?date, Chloe. De tu trabajo… de todo. —Lo har? —dijo Chloe, el comentario tom?ndola por sorpresa. Danielle finaliz? la llamada. Chloe se puso a mirar alrededor de su apartamento. Ya se estaba sintiendo en casa. «No hay nada como una conversaci?n inc?moda con Danielle para hacer que un lugar se sienta como en casa», pens? distra?damente. Chloe estir? la espalda, se baj? del sill?n y se dirigi? a la caja m?s cercana a ella. Comenz? a desempacarla y se puso a pensar qu? ser?a de su vida si no descubr?a c?mo reconciliar relaciones. Su hermana, su padre, su ex prometido… no ten?a el mejor historial de mantener personas en su vida. Mientras pensaba en su ex prometido, encontr? varias fotograf?as enmarcadas en el fondo de su primera caja. Hab?a tres fotos en total, fotos de ella y Steven. Dos eran de los inicios de su relaci?n. Pero la tercera era una foto que se hab?an tomado justo despu?s de su compromiso… despu?s de que le dijo que s? entre l?grimas. Sac? las fotos de la caja y las coloc? sobre el mostrador de la cocina. Encontr? su bote de basura en su habitaci?n, al lado de su colch?n. Tir? las fotos dentro del bote de basura. El sonido del vidrio rompi?ndose fue demasiado agradable. «Qu? f?cil fue eso —pens?—. Ya quiero pasar p?gina. Ahora, ?por qu? no puedes pasar p?gina con todo el asunto de tu padre?» No ten?a respuesta para eso. Y lo que la asustaba era que sent?a que ten?a que hablar con ?l para poder darle sentido a todo. Con ese pensamiento, el apartamento le pareci? mucho m?s vac?o que antes y Chloe se sinti? muy sola. Eso la hizo ir al refrigerador y abrir la primera cerveza del paquete de seis que hab?a comprado. Ella abri? la botella de cerveza, un poco alarmada por lo bien que se sinti? el primer trago. Hizo todo lo posible para mantenerse ocupada hasta bien entrada la noche, no desempacando, sino abriendo cada una de las cajas, sacando las cosas y decidiendo si de verdad necesitaba cada cosa o no. Tir? el trofeo de debate que hab?a ganado en la escuela secundaria en el bote de basura. Guard? el CD de Fiona Apple que hab?a estado escuchando cuando perdi? su virginidad en su segundo a?o en la escuela secundaria. No tir? ninguna de las fotos de su padre. Le doli? tirar sus cosas, pero se sinti? mejor al respecto cuando lleg? a su segunda botella de cerveza. Logr? terminar solo dos cajas… y probablemente habr?a terminado al menos una m?s si no hubiera ido a la nevera y descubierto que se hab?a tomado toda la cerveza. Mir? el reloj de la cocina y jade? ante lo que vio. Eran las 12:45 de la madrugada. «Y eso que iba a dormir bien esta noche antes de mi primer d?a», pens?. Pero a?n m?s alarmante era el hecho de que estaba m?s molesta por el paquete vac?o de cervezas que por tener una ma?ana potencialmente atontada en su primer d?a en el FBI. Se desplom? en la cama despu?s de cepillarse los dientes, su habitaci?n dando vueltas. Se dio cuenta de que lo que realmente hab?a estado tratando de hacer esa noche era distraerse para no pensar en su padre. CAP?TULO DOS Chloe no hab?a estado segura de qu? esperar cuando entr? en la oficina central del FBI a la ma?ana siguiente. Pero lo que definitivamente no hab?a esperado era ser recibida por un agente de m?s edad en el vest?bulo. ?l la mir? cuando entr? y Chloe no supo qu? hacer cuando se dio cuenta de que estaba caminando directamente hacia ella. Por un momento, pens? que era el agente Greene, el hombre que hab?a servido como su instructor y compa?ero en el caso que la hab?a llevado a descubrir la verdad sobre su padre. Pero cuando le ech? un mejor vistazo, vio que era otro hombre. Parec?a endurecido y hecho de piedra. —?Chloe Fine? —pregunt? el agente. —?S?? —El director Johnson quiere hablar contigo antes de la orientaci?n. Eso la emocion? y la asust?. El director Johnson hab?a hecho excepciones para ella cuando hab?a estado trabajando con Greene. ?Estaba teniendo dudas ahora? ?Lo que ella hab?a hecho en el caso lo hab?a metido en problemas? No podr?a creer que hab?a llegado tan lejos para que se le acabaran los sue?os tan pronto. —?Para qu?? —pregunt? Chloe. El agente se encogi? de hombros, como si realmente no le importara. —Por aqu? —dijo. La condujo a los ascensores y, por un momento, Chloe se sinti? como si hubiera retrocedido en el tiempo. Pod?a verse a s? misma entrando en estos mismos ascensores hace poco m?s de dos meses con este mismo nudo de preocupaci?n en su est?mago, sabiendo que iba a reunirse con el director Johnson. Y al igual que la ?ltima vez, ese nudo de preocupaci?n comenz? a extenderse al resto de su cuerpo mientras el ascensor subi?. El agente cara de piedra la condujo por un pasillo. Pasaron varias oficinas y salas y el agente se detuvo en el ala de Johnson. La secretaria en su escritorio asinti? con la cabeza y dijo: —Puedes pasar. Est? esper?ndote. El agente cara de piedra asinti? con la cabeza hacia la puerta de la oficina. Era evidente que no iba a entrar con ella. Haciendo todo lo posible para mantener la calma, Chloe se acerc? a la puerta del director Johnson. «?Qu? es lo que temo? —se pregunt?—. La ?ltima vez que fui llamada a su oficina, me fueron concedidas responsabilidades y deberes con los que la mayor?a de los nuevos agentes ni sue?an.» Sin embargo, ese pensamiento no la ayud? a sentirse menos nerviosa. El director Johnson estaba sentado en su escritorio, leyendo algo en su ordenador port?til con atenci?n cuando entr?. Cuando levant? la mirada, toda su atenci?n se fue a ella. Hasta cerr? la computadora port?til. —Agente Fine —dijo—. Gracias por venir. Esto solo tomar? un segundo. No quiero que te pierdas nada de tu orientaci?n, la cual, para que sepas, ser? bastante r?pida y f?cil. A lo que oy? «agente Fine» se sinti? muy emocionada, pero trat? de no demostrarlo. Se sent? en la silla frente a su escritorio y sonri?. —No hay problema —dijo Chloe—. ?Pasa algo? —No, no te preocupes —dijo Johnson—. Quer?a hablarte de algo. Tengo entendido que estar?s trabajando con el Equipo de Evidencias. ?Eso es algo que siempre has querido? —S?, se?or. Tengo un muy buen ojo para los detalles. —S?, eso es lo que me han dicho. El agente Greene habl? muy bien de ti. Y a pesar de los contratiempos, tengo que admitir que tambi?n estoy bastante impresionado. Tienes una confianza y certeza inquebrantable que es poco com?n en agentes nuevos. Y es por eso, y por los comentarios que recib? del agente Greene y de algunos de tus instructores de la academia, que quiero pedirte que reconsideres tu departamento de inter?s. —?Tiene un departamento en particular en mente? —pregunt? Chloe. —?Est?s familiarizada con el programa ViCAP? —?El Programa de Aprehensi?n de Criminales Violentos? S?, s? un poco de ?l. —El nombre se explica por s? solo, pero creo que tambi?n se presta a tu habilidad para la evidencia. Adem?s, para serte sincero, el Equipo de Evidencia tiene un grupo bastante grande de agentes de primer a?o. En lugar de perderte en la multitud all?, creo que podr?as encajar bien en el ViCAP. ?Te interesar?a eso? —Si le soy sincera, no s?. Nunca lo hab?a pensado. Johnson asinti? con la cabeza, pero Chloe estaba segura de que ya estaba decidido. —Quiero que lo intentes. Si despu?s de unos d?as te das cuenta de que no es lo tuyo, me encargar? personalmente de que te admitan de nuevo al Equipo de Evidencias. Ella honestamente no estaba segura de qu? decir o hacer. Sin embargo, lo que s? sab?a era que se sent?a bastante orgullosa del hecho que el director quer?a asignarla a un departamento bas?ndose solamente en sus habilidades y retroalimentaci?n positiva de sus colegas. —S?, est? bien —respondi? Chloe finalmente. —Fant?stico. Quiero asignarte a un caso. Empezar?s a trabajar en ?l ma?ana. La polic?a de Maryland ha estado encargada del caso, pero llamaron esta ma?ana pidiendo ayuda. Trabajar?s con una agente que no tiene compa?era actualmente. El que le hab?an asignado llam? ayer para renunciar. —?Puedo preguntar por qu?? —Algunos de los cr?menes asignados al programa tienden a ser un poco espantosos. Eso pasa a veces con las nuevas reclutas… Pasan el entrenamiento viendo casos ejemplo y escenarios de la vida real. Pero, al final, es demasiado para ellos saber que estar?n trabajando en casos como ese. Chloe no dijo nada. Trat? de imaginarse tener que renunciar de esa forma, pero no pudo. Hab?a estado esperando un trabajo como este desde que supo la diferencia entre el bien y el mal. —?Necesitar? alguna formaci?n adicional? —Recomendar?a m?s capacitaci?n en el uso de armas de fuego —dijo Johnson—. Me asegurar? de que la recibas. Tus puntuaciones anteriores de armas de fuego se ven muy bien, pero es posible que necesites tener m?s en ViCAP, si es que decides quedarte en ese programa. —Comprendo. —Bueno, a menos que tengas alguna pregunta, supongo que puedes irte a tu orientaci?n. Empieza en tres minutos. —No tengo preguntas. Y gracias por la oportunidad. Y la confianza. —No hay de qu?. Yo me encargo de todo el papeleo y alguien te llamar? para hablarte de tu asignaci?n antes de que finalice el d?a. Y agente Fine… tengo un buen presentimiento sobre esto. Creo que ser?s excelente para el ViCAP. Mientras Chloe se levantaba para salir de su oficina, se dio cuenta de que nunca hab?a sido muy buena para aceptar cumplidos. Tal vez era porque nunca hab?a recibido muchos de ellos durante su vida. As? que simplemente sonri? torpemente e hizo su salida. Ya no sent?a el nudo de nerviosismo. Ahora ese nudo hab?a sido reemplazado por una sensaci?n victoriosa que la hizo sentirse como si sus pies no estuvieran siquiera tocando el piso. *** La orientaci?n fue exactamente como hab?a esperado. Consisti? en una lista de reglas de conducta que unos cuantos agentes experimentados compartieron con ellos. Hubo ejemplos de casos que hab?an salido mal, de casos tan malos que algunos agentes hab?an renunciado por ellos e incluso suicidado por ellos. Los instructores hablaron de ni?os asesinados y violadores en serie que a?n no hab?an sido detenidos. Chloe escuch? peque?os murmullos de conversaci?n inc?moda en la multitud. Dos asientos a su izquierda, escuch? a una mujer susurr?ndole al hombre a su lado. —Al parecer, mi compa?ero oy? estas historias antes que nosotros. Por eso renunci?. Lo dijo de una manera malintencionada que molest? a Chloe al instante. «Con la suerte que tengo, esta ser? mi nueva compa?era», pens? Chloe. La conferencia termin? antes de la hora del almuerzo. Los instructores en el escenario separaron la multitud en departamentos espec?ficos. Cuando Chloe escuch? Equipo de Evidencias, sinti? una peque?a punzada de dolor. Vio a las veinte reclutas caminar hacia el escenario y colocarse en el lado derecho. Sabiendo que se supon?a que deb?a estar entre sus n?meros la hizo sentirse un poco aislada, sobre todo cuando vio que algunos de los agentes parec?an ya haber hecho amistades. Cuando los agentes del Programa de Aprehensi?n de Criminales Violentos fueron llamados, se levant? de su asiento y se dirigi? hacia el escenario. La multitud con la que caminaba era m?s peque?a que la del Equipo de Evidencias. Incluida ella misma, cont? solo nueve personas. Y una de ellas era la mujer que hab?a hecho el comentario malintencionado sobre su compa?ero que hab?a renunciado. Estaba tan concentrada en esta mujer que no not? al hombre que se puso a su lado mientras se abr?an paso al escenario. —No s? t? —dijo el hombre—, pero siento que necesito esconderme. Ser parte de un programa con la palabra violentos en ella… me hace pensar que la gente me est? juzgando. —No lo hab?a visto de esa forma —dijo Chloe. —?Y t? eres violenta? El hombre lo pregunt? con una sonrisa, y esa sonrisa de alguna manera la ayud? a darse cuenta de lo bien parecido que era. Por supuesto, su comentario hab?a ayudado en eso. —No que yo sepa —respondi? ella con torpeza cuando llegaron al lugar donde su grupo estaba reunido. —De acuerdo —dijo el instructor, un se?or mayor vestido con unos jeans y una camiseta negra—. Primero almorzaremos y luego nos reuniremos en la sala de conferencias n?mero tres para repasar algunos detalles y hacer una sesi?n de preguntas y respuestas… Sin embargo, antes de todo eso... — Hizo una pausa y oje? una hoja de papel, desplaz?ndose por ella con su dedo—. ?Chloe Fine est? aqu?? —S?, aqu? estoy —dijo Chloe, sinti?ndose muy inc?moda. —Necesito hablar contigo. Chloe se dirigi? hacia el instructor y vio que el caballero tambi?n estaba haci?ndole se?as a otra agente para que se acercara. —Agente Fine, veo que eres una nueva adici?n a ViCAP, recomendada directamente por el director Johnson. —Eso es correcto. —Es bueno tenerte. Ahora quiero que conozcas a tu compa?era, la agente Nikki Rhodes. Hizo un gesto hacia la otra agente. Efectivamente, era la mujer malintencionada de antes. Nikki Rhodes le sonri? a Chloe de una forma que dej? claro que ella sab?a que era hermosa. Y Chloe tuvo que admitirlo. Era alta, con piel perfectamente bronceada, ojos azules brillantes, y cabello rubio demasiado liso. —Mucho gusto —dijo Rhodes. —Igualmente —dijo Chloe. —Ahora vayan a almorzar —les dijo el instructor—. Seg?n tengo entendido, empezar?n a trabajar en un caso ma?ana temprano. Ambas fueron las mejores en sus clases, por lo que espero grandes cosas de ustedes. Rhodes le sonri? y Chloe supo que la sonrisa era falsa. Ella odiaba asumir autom?ticamente que alguien no era una persona genuina o aut?ntica, pero sus instintos siempre hab?an dado en el clavo respecto a cosas como esa. El instructor se hab?a vuelto para dirigirse de nuevo al grupo, dejando a las dos mujeres a solas. A lo que vio que su supervisor ya no las estaba mirando, Rhodes se dio la vuelta y se alej? sin decir m?s. Chloe se qued? all? por un momento para calmarse. Hab?a despertado esta ma?ana emocionada por empezar su carrera como agente del Equipo de Evidencias. Ya hab?a tenido todo su futuro previsible planeado. Y ahora se encontraba en un departamento con el cual no estaba familiarizada, asignada a una compa?era maliciosa. —No parece muy agradable, ?cierto? —dijo alguien detr?s de ella. Se dio la vuelta y vio al hombre que hab?a caminado con ella hasta el escenario, el guapo que le hab?a preguntado si era violenta. —No, para nada. —Pues estuvo en casi todas mis clases en la academia —le dijo—. Fue miserable. Hablando de eso… no recuerdo haberte visto en ninguna de mis clases. —S?… soy nueva. Fui asignada al departamento esta ma?ana. Se vio muy en shock en ese momento. Luego dijo: —Ah, est? bien. Bueno, bienvenida a ViCAP. Soy Kyle Moulton y si tu nueva compa?era no quiere almorzar contigo, pues yo s?. —Gracias —dijo Chloe, caminando detr?s del resto del grupo—. Igual nada est? saliendo seg?n lo previsto hoy. Moulton se limit? a asentir mientras sal?an del auditorio. Aunque Moulton era un extra?o, fue bueno caminar a su lado para el almuerzo que les esperaba. Tem?a que el hecho de tener que entrar en este futuro incierto completamente sola podr?a hacerla replantearse todo. —Los planes est?n sobrevalorados de todos modos —dijo Moulton. —No para m?. Los planes significan estructura. Los planes significan previsibilidad. —Nuestros trabajos no son nada previsibles —brome? Moulton. Chloe sonri? y asinti? con la cabeza, d?ndose cuenta de que nunca lo hab?a visto de esa forma. Francamente, eso la asustaba un poco, aunque no ten?a sentido. Su vida siempre hab?a sido impredecible, as? que ?por qu? hab?a esperado que su carrera fuera diferente? Afortunadamente, hab?a aprendido a lidiar con los golpes de la vida. Y si la perra de Nikki Rhodes trataba de interponerse en su camino, la pasar?a bien mal. CAP?TULO TRES A la ma?ana siguiente, Chloe fue despertada con la desagradable sorpresa de c?mo ser?a su carrera. Uno de los ayudantes que trabajaban bajo la direcci?n de Johnson la llam? a las 5:45 de la ma?ana. Apenas hab?a logrado saludar a la persona antes de que el hombre al otro lado de la l?nea empez? a hablar. —Habla el subdirector Garc?a. ?Estoy comunicado con la agente Chloe Fine? —S?. Ella se sent? en la cama, su coraz?n latiendo con fuerza de la adrenalina. —Tienes que encontrarte con la agente Rhodes en Bethesda a las siete de la ma?ana. Van a trabajar en lo que creemos es un caso bastante claro de violencia pandillera, probablemente de la MS-13. Si tienes alguna pregunta, ll?mame a este n?mero. Le dar? la misma informaci?n a la agente Rhodes. A lo que cuelgue, te enviar? la direcci?n por mensaje de texto. ?Tienes alguna pregunta, agente Fine? Chloe estaba segura de que ten?a varias preguntas, pero decidi? no hacerlas. —No, se?or. —Excelente. S? inteligente y mantente a salvo, agente Fine. Y eso fue todo. As? fue como obtuvo su primera asignaci?n. Sab?a que no ser?a asignada a otros casos de esa forma en el futuro ya que se lo hab?an dicho en la orientaci?n. Aun as?, fue una excelente forma de empezar su primer d?a de trabajo. Se hab?a duchado y sacado su ropa la noche anterior para asegurarse de no llegar tarde. Se visti?, cogi? un bagel con queso crema y ??se sirvi? un termo de caf?. Durante todo esto le lleg? el mensaje de texto del subdirector Garc?a, d?ndole la direcci?n en Bethesda. Chloe lleg? a su auto solo quince minutos despu?s de haber recibido la llamada. Ya hab?a estado en Bethesda, Maryland, varias veces, as? que sab?a que le tomar?a menos de media hora en llegar, sobre todo porque saldr?a temprano y no tendr?a que lidiar con el tr?fico. Una vez que sali? de las calles de DC a la autopista, coloc? la direcci?n en su GPS y vio que estaba solo a veintid?s minutos. Sinti? ganas de llamar a Danielle. Este era uno de los momentos m?s memorables y significativos de su vida y sinti? la necesidad de compartirlo con alguien. Pero sab?a que Danielle todav?a estar?a durmiendo y que probablemente no entender?a su emoci?n. Chloe lo entend?a. Ten?an diferentes intereses y pasiones, y ninguna de las dos era buena para fingir entusiasmo. Lleg? a la direcci?n dos minutos antes que la hora que el GPS hab?a indicado. Estaba en un edificio de departamentos deteriorado de un solo piso, del tipo que normalmente era visitado por la polic?a al menos una docena de veces durante un fin de semana por violencia, drogas, asalto sexual y casi cualquier otra cosa imaginable. Hab?a esperado llegar all? antes que Rhodes, pero le desanim? un poco ver que la otra agente no solo estaba all?, sino que ya estaba subiendo los escalones a la escena del crimen. Molesta, se estacion? en la calle y camin? r?pidamente por la acera. Lleg? al porche justo cuando Rhodes termin? de abrir la puerta para entrar. —Buenos d?as —dijo Rhodes con falsedad. —Buenos d?as. Llegaste muy r?pido. Rhodes se encogi? de hombros y dijo: —No me lleva mucho tiempo prepararme por las ma?anas. No te preocupes, agente Fine. Esto no es una carrera. Cuando entraron, vieron a un hombre parado en el medio de la peque?a sala de estar desordenada. Se volvi? hacia ellas y su mirada se fij? en la agente Rhodes por un momento. Ella llevaba pantalones negros muy modestos y un top blanco conservador. Su cabello estaba liso y aunque hab?a dicho que le tomaba muy poco tiempo prepararse por las ma?anas, era obvio que se hab?a maquillado antes de venir. —?Ustedes son del FBI? —pregunt? el hombre. —S? —dijo Chloe r?pidamente, para que el hombre captara que ella tambi?n estaba presente, no solo la otra agente rubia, bonita y alta. —Agentes Rhodes y Fine —dijo Rhodes—. ?Y t? eres? —Detective Ralph Palace, del Departamento de Homicidios de Maryland. Solo estoy tomando algunas notas finales, ya que tengo entendido que este caso es de ustedes ahora. —H?blanos del caso —dijo Chloe. —Es bastante b?sico. Asesinato relacionado con pandillas. La MS-13 tiene una gran presencia en esta zona, as? que suponemos que es la culpable. Los cuerpos de un esposo, esposa e hijo de trece a?os de edad fueron retirados ayer en la tarde, despu?s de siete horas de la polic?a haber recibido la llamada. Algunos vecinos llamaron y reportaron que escucharon disparos, y el lugar termin? as?. —Agit? los brazos por el apartamento para indicar el desorden—. La polic?a descubri? que el padre de familia estuvo involucrado con la pandilla rival, los Binzos. —?Si la pandilla MS-13 est? implicada, por qu? el ICE no est? trabajando en este caso? —pregunt? Chloe. —Porque no se ha demostrado eso a?n —dijo Palace—. Tenemos que estar bastante seguros respecto a los cr?menes de pandillas relacionados con inmigrantes. De lo contrario, podr?amos tener que lidiar con demandas y quejas sobre el trato injusto de grupos ?tnicos. —Neg? con la cabeza y suspir?—. As? que ser?a genial si pudieran descubrir qu? fue lo que pas?. Luego, el hombre se dirigi? a la puerta principal y sac? una tarjeta de presentaci?n de su cartera. No fue nada sorprendente que se la entreg? directamente a Rhodes antes de decir: —Ll?mame si necesitas algo m?s. Rhodes no se molest? en responderle mientras se meti? la tarjeta en el bolsillo. Chloe supuso que ya estaba acostumbrada a que los hombres se la comieran con los ojos. Estaba segura de que este encuentro con el detective Palace hab?a sido solo un momento tedioso m?s. Chloe se tom? un momento para mirar alrededor del lugar. Alguien hab?a volcado la mesa de centro. Algo, al parecer un refresco oscuro, hab?a sido derramado de la mesa durante el tumulto. El l?quido oscuro se hab?a mezclado con lo que parec?a sangre en la alfombra que cubr?a toda la sala hasta la cocina contigua. Hab?a m?s sangre salpicada en las paredes. Tambi?n vio sangre en el piso de lin?leo en la cocina. —?C?mo quieres dividir las tareas? —pregunt? Rhodes. —No s?. Si hubo disparos, es probable que una perfor? una de las paredes del piso. Y dado lo desordenado que est? el lugar, no fue un tiroteo simple. Hubo forcejeo. Y eso me dice que es probable que haya huellas dactilares en alg?n lugar. Rhodes asinti?. —Tambi?n tenemos que averiguar c?mo entr? el asesino. ?Le echaste un vistazo a la puerta principal? No hay se?ales de allanamiento de morada. Eso quiere decir que uno de los familiares dej? entrar al culpable, tal vez alguien que conoc?an bien. Chloe estaba de acuerdo con todo esto y se encontr? impresionada con Rhodes y la forma en que ya hab?a comprobado la puerta siquiera antes de entrar. —?Por qu? no echas un vistazo afuera para ver si ves alguna se?al de allanamiento de morada? —sugiri? Rhodes—. Voy a ver si puedo descubrir qu? armas fueron utilizadas aqu?. Tambi?n ver? si hay fragmentos de bala o algo por el estilo. Chloe asinti? con la cabeza, pero ya estaba sintiendo que Rhodes estaba haciendo todo lo posible para dirigir la investigaci?n. Chloe se lo tom? bien, sin embargo. Bas?ndose en lo que Palace les hab?a dicho, y el hecho de que este hab?a sido asignado a dos nuevas agentes con la supervisi?n de un subdirector, sab?a que era considerada una tarea de poca monta en el gran esquema de las cosas. Rhodes quer?a entrar en un juego de poder, pero no dejar?a que eso la inquietara. No todav?a, de todos modos. Chloe sali? de la casa, imagin?ndose todo el escenario en su cabeza. Si el asesino era alguien que la familia conoc?a, ?por qu? hubo un forcejeo? Si el asesino hab?a utilizado una pistola, tres tiros uno detr?s del otro no habr?a permitido mucho tiempo para un forcejeo. Pero la puerta no se ve?a forzada. As? que una entrada forzada era mucho m?s probable. Pero si el asesino no allan? la morada por la puerta principal, entonces ?por d?nde? Camin? lentamente alrededor del edificio, d?ndose cuenta que en realidad no era ning?n edificio de departamentos. Se sinti? segura de que se trataba de una vivienda urbana de las que el gobierno constru?a para la gente necesitada. Estaban en el ?ltimo de otros cuatro edificios id?nticos, separados por hierba casi muerta. No encontr? nada en el lado izquierdo. Solo encontr? un peque?o tanque de gas y un grifo roto donde una manguera de agua estaba enrollada in?tilmente en el suelo. Pero cuando dio la vuelta, vio varias cosas. En primer lugar, hab?a tres ventanas. Una miraba a la cocina y las otras dos miraban a los dormitorios. Tambi?n hab?a unas escaleras de hormig?n que conduc?an a una puerta trasera. Comprob? esta puerta y la encontr? cerrada con llave. Daba a un ?rea muy peque?a que parec?a haber servido como un cuartito de la entrada. Encontr? unos pares de zapatos sucios en el suelo y un abrigo sucio hecho jirones colgaba de un gancho en la pared. Comprob? la puerta y el marco y no vio nada fuera de lugar. No parec?a forzada. Volvi? a cada ventana, en busca de algo sospechoso, y definitivamente encontr? algo cuando mir? la tercera ventana, la cual daba al dormitorio principal. Vio que le faltaban dos trozos de madera al marco. Uno era en el borde inferior, donde el marco tocaba el borde del vidrio. El otro estaba a lo largo de la parte superior de la parte inferior del marco. Lo que hab?a astillado la madera hab?a hecho que una grieta se formara en el vidrio. No quer?a tocar nada por miedo a da?ar cualquier huella que pudo haber quedado atr?s. Pero a lo que se puso en puntillas, vio que esa grieta en la madera le hubiera permitido a alguien de afuera abrir el pestillo de la ventana. Volvi? a entrar por la puerta trasera y se dirigi? al dormitorio principal. No encontr? ninguna se?al que indicara que alguien hab?a entrado por la ventana. Pero tambi?n sab?a que era posible que levantaran huellas de la ventana, lo que indicar?a lo contrario. —?Qu? est?s haciendo? Se dio la vuelta y vio a Rhodes parada en la puerta de la habitaci?n. Ten?a una mirada esc?ptica en su cara mientras estudiaba a Chloe. —Esta ventana ha sido manipulada desde afuera —dijo Chloe—. Tenemos que levantar huellas. —?Tienes guantes para pruebas? —pregunt? Rhodes. —No —dijo Chloe. Eso le pareci? ir?nico. Si hubiera comenzado su d?a como miembro del Equipo de Evidencias, los tendr?a encima. Pero como Johnson la hab?a cambiado de departamento ayer, no se le hab?a ocurrido traer nada para recolectar pruebas. —Tengo unos en mi auto —dijo Rhodes antes de tirarle unas llaves con una mirada de fastidio—. En la guantera. Y por favor cierra el auto con llave cuando termines. Chloe murmur? unas gracias cuando pas? a Rhodes para salir del dormitorio. Se pregunt? por qu? Rhodes mantendr?a guantes para pruebas en su auto. Seg?n ten?a entendido, a cada agente se le suministrar?a el equipo y los materiales apropiados para cualquier caso. ?A Rhodes ya le hab?an entregado los materiales necesarios? ?Su adici?n tard?a al programa ViCAP ya le estaba comenzando a pasar factura? Sali? y encontr? una caja de guantes de l?tex en la guantera de Rhodes. Tambi?n encontr? un kit de pruebas, el cual tambi?n se llev?. Era un peque?o kit de emergencias, pero era mejor que nada. Y aunque demostraba que Rhodes estaba preparada, tambi?n indicaba que no ten?a ninguna intenci?n de ayudar a Chloe. ?Por qu? mantener en secreto que ten?a guantes y un kit de pruebas en su guantera a menos que ella hubiera planeado qued?rselos? Decidida a no dejarse abrumar por tales detalles, Chloe se coloc? los guantes mientras camin? de regreso al departamento. Chloe le entreg? el kit de pruebas a Rhodes a lo que pas? por su lado y le dijo: —Supuse que tambi?n lo necesitar?amos. Rhodes la mir? feo mientras Chloe se dirigi? a la ventana. Chloe verific? el ?rea astillada y se dio cuenta de que ten?a raz?n. Le permitir?a a alguien de afuera aplicar suficiente fuerza para abrir el pestillo. —?Agente Fine? —dijo Rhodes. —?S?? —S? que no nos conocemos, pero te dir? esto lo m?s amable posible. ?Cuidado con lo que est?s haciendo! Chloe se volvi? hacia Rhodes y le dio una mirada desafiante: —?Disculpa? —?Mira la alfombra bajo tus pies por el amor de Dios! Chloe baj? la mirada y el coraz?n le dio un vuelco. Hab?a una pisada parcial all?. Estaba hecha de lo que parec?a ser polvo y barro. Y ella la hab?a pisado. «?Mierda!», pens?. Dio un paso atr?s r?pidamente. Rhodes tom? su lugar en la ventana, arrodill?ndose para mirar la huella. —Espero no la hayas arruinado —espet?. Chloe se trag? la r?plica que ten?a en la punta de la lengua. Despu?s de todo, Rhodes ten?a raz?n. Hab?a pasado por alto algo tan obvio como una pisada. «Es porque no estoy concentrada —pens?—. Tal vez el hecho que Johnson me cambi? de departamento me est? afectando.» Pero sab?a que esa era una mala excusa. Despu?s de todo, lo ?nico que hab?an hecho en esta escena del crimen era recopilar pruebas… que era lo que hab?a querido hacer despu?s de todo. Sinti?ndose avergonzada y enfurecida, Chloe sali? de la habitaci?n para calmarse. —Dios m?o —dijo Rhodes mientras miraba la pisada—. Fine, inspecciona la casa a ver qu? m?s encuentras. Hay agujeros de bala en la pared de la cocina que a?n no he inspeccionado. Ver? si puedo salvar esta pisada. Chloe tuvo que volver a morderse los comentarios que ten?a en la punta de la lengua. Sab?a que no ten?a raz?n, y eso significaba que ten?a que pasar por alto la irascibilidad de Rhodes. As? que guard? silencio mientras se dirigi? hacia la zona central de la vivienda, con la esperanza de encontrar algo para redimirse. Fue a la cocina y vio los agujeros de bala que Rhodes hab?a mencionado. Vio los cartuchos en cada agujero, a varios cent?metros de profundidad en el yeso. Estaba segura de que ser?a capaz de descubrir qu? tipo de arma hab?a sido utilizada bas?ndose ?nicamente en eso. Estos agujeros de bala eran pistas f?ciles que les dar?an informaci?n suficiente para mantener el caso viento en popa. «Tal vez encuentre otra cosa», pens?. Se dirigi? de nuevo al pasillo y se detuvo donde conectaba con la sala de estar. Si el asesino hab?a entrado por la ventana del dormitorio principal, el tiroteo probablemente hab?a comenzado aqu?. La falta de sangre y caos en el dormitorio indicaba que nada violento hab?a sucedido all?. Mir? hacia el sof? y vio el chorro de sangre en el piso delante de ?l. «Ese probablemente fue el primer disparo», pens?. Observ? la distribuci?n del lugar y vio todo en su cabeza. El primer disparo hab?a matado a alguien en el sof?. Eso hizo que la persona que estuvo sentada en el sof? saltara r?pidamente, tal vez tumbando la mesa de centro. La persona tal vez tropez? con ella o trat? de saltar sobre ella. La sangre y el refresco al otro lado de la mesa de centro indicaban que esta persona no sobrevivi?. Camin? lentamente a la sala de estar, siguiendo el camino que asum?a las balas hab?an seguido. La cantidad de sangre seca en la parte trasera del sof? la hizo entender que la persona que hab?a estado sentada all? muri? al instante. No vio ning?n orificio de salida, lo que indicaba que la bala se hab?a alojado en la cabeza de la v?ctima. Vio dos agujeros de bala en la pared de la cocina, aproximadamente a siete cent?metros de distancia. Pod?a verlos desde el sof?. Pero si hab?a dos balas perdidas all?, quiz?s hab?a m?s en otra parte. Si encontraba m?s, eso le dar?a una idea m?s clara de los acontecimientos. Se acerc? a la mesa de centro y se puso en cuclillas. Si alguien hab?a tropezado aqu? antes de ser disparado, el asesino habr?a apuntado hacia abajo. Mir? a su alrededor pero no vio m?s balas perdidas. El asesino aparentemente hab?a alcanzado su objetivo. Sin embargo, vio algo que ni siquiera hab?a estado buscando. Hab?a un peque?o escritorio empujado contra la pared a su derecha. Sobre el escritorio hab?a un taz?n decorativo y una foto enmarcada. Entre las patas del escritorio hab?a una cesta de mimbre con correo y libros antiguos. Entre esa cesta y las patas traseras del escritorio, hab?a un tel?fono celular. Ella lo recogi? y vio que era un iPhone. Lo encendi? y la pantalla se ilumin?. La pantalla de bloqueo era una imagen de la Pantera Negra. Presion? el bot?n de inicio, esperando la pantalla de desbloqueo. Cuando no apareci?, se sorprendi?. «Este debe haber sido el tel?fono del hijo —pens?—. Y tal vez los padres hab?an hecho algo para tener acceso a ?l todo el tiempo,» Le tom? un momento entender lo que estaba viendo. Vio la cara de un ni?o peque?o con algunas caracter?sticas zombis extra?as dibujadas sobre ?l. Verific? los bordes de la pantalla y luego vio que era una foto de Snapchat. Estaba mirando un video (o un «snap») que a?n no hab?a sido enviado. —Mierda —susurr?. Entonces not? lo caliente que se sent?a en el tel?fono. Mir? el indicador de bater?a en la esquina superior derecha y vio que el celular estaba a punto de descargarse. Corri? hacia el pasillo con el tel?fono. —Rhodes, ?ves un cargador de tel?fono ah?? —grit?. —S? —respondi? Rhodes luego de un minuto—. En la mesita de noche. Para cuando Rhodes termin? de hablar, Chloe ya hab?a llegado al dormitorio. Vio el cargador que Rhodes hab?a mencionado y corri? hacia ?l. —?Qu? pasa? —pregunt? Rhodes. Chloe no pudo evitar pensar: «No me extra?a que quieras saberlo, perra». Pero no dijo nada mientras enchuf? el cargador en el tel?fono celular. —Creo que el hijo estaba usando Snapchat cuando el asesino entr?. Y creo que estaba a punto de enviarle un «snap» a un amigo, pero nunca tuvo la oportunidad. Reprodujo el video que hab?a estado en la pantalla cuando encontr? el tel?fono. Era de un joven de tal vez doce o trece a?os. Ten?a la lengua afuera, su cara tapada con la animaci?n de zombi. En cuesti?n de dos segundos, el primer disparo son?. El tel?fono fue zarandeado y luego se escuch? un segundo disparo. El muchacho al parecer cay? al suelo, el tel?fono fue zarandeado de nuevo, y luego la pantalla se volvi? a poner negra. Ah? es donde termin? el «snap». Solo dur? unos cinco segundos. —Vuelve a reproducirlo —dijo Rhodes. Chloe volvi? a reproducir el video, esta vez prestando atenci?n a los momentos en el que el celular hab?a sido zarandeado. Por aproximadamente un cuarto de segundo, vio la figura de una persona en el pasillo entrando a la sala de estar. Fue breve, pero igual se vio. Y como el celular era un modelo bastante nuevo, la imagen era bastante clara. Chloe no pudo distinguir una cara con su ojo no entrenado, pero sab?a que el FBI no tendr?a ning?n problema para hacer un an?lisis minucioso de las secuencias de video. —Esta es la pista definitiva —dijo Rhodes—. ?D?nde encontraste el tel?fono? —Debajo del escritorio empujado contra la pared en la sala de estar. Chloe sab?a que Rhodes estaba emocionada por el hallazgo, pero no quer?a darle demasiado cr?dito. En cambio, asinti? y volvi? a su trabajo, tratando de levantar huellas debajo de la ventana. Ambas sab?an que, gracias al video de Snapchat, su trabajo casi estaba hecho. Ten?an la prueba perfecta y ahora lo ?nico que les faltaba era terminar todo el proceso. Chloe supuso que deb?a seguir la corriente y no provocar m?s tensiones entre ellas. Se llev? el celular consigo a la sala de estar. Ella cruz? la cocina y se puso a excavar las balas de la pared. Pero sab?a que la clave del caso era el tel?fono celular y que ayudar?a a enjuiciar al asesino de esta familia. En su subconsciente, no pudo evitar pensar que esto era demasiado f?cil. CAP?TULO CUATRO Volvieron a la sede del FBI dos horas despu?s con lo que Chloe sinti? eran m?s que suficientes pruebas para tener a un sospechoso en custodia antes de que finalizara el d?a. El video de Snapchat era la mejor prueba que hab?an encontrado, pero tambi?n hab?an logrado encontrar dos huellas dactilares s?lidas, la pisada en la alfombra de la habitaci?n y dos pelos en la parte inferior de la ventana de la habitaci?n. Le presentaron sus hallazgos al subdirector Garc?a en una mesa peque?a de una sala de conferencias en el fondo de su oficina. Cuando Chloe le mostr? lo que hab?a encontrado en el tel?fono celular, lo vio tratando de contener una sonrisa de satisfacci?n. Tambi?n parec?a contento por lo bien que Rhodes hab?a embolsado y catalogado todas las pruebas que hab?an encontrado. «Tal vez deber?an cambiarla al Equipo de Evidencias si creen que es tan buena», pens? Chloe de forma venenosa. —Muy buen trabajo —dijo Garc?a, levant?ndose de la mesa y mir?ndolas con orgullo—. Trabajaron r?pido y de forma exhaustiva. Estoy seguro de que lograremos arrestar al culpable con todas estas pruebas. Las dos agentes le dieron las gracias. Chloe se sinti? un poco mejor al ver que a Rhodes tambi?n le incomodaba recibir cumplidos. —Agente Fine, recib? una llamada del director Johnson justo antes de que entraran. Quiere reunirse contigo dentro de quince minutos. Agente Rhodes, dir?gete al laboratorio para que puedas ser testigo de lo que pasa con las pruebas cuando son tra?das. Rhodes asinti? con la cabeza, aun haciendo el papel de buena estudiante. Chloe se sent?a asustada. Cuando se reuni? con Johnson ayer, la sorprendi? mucho con su decisi?n. ?Qu? ten?a planeado ahora? Se guard? sus preguntas mientras camin? por el pasillo hacia su oficina. Cuando lleg? a la peque?a recepci?n, vio que la puerta estaba cerrada. Su secretaria le hizo un gesto a una de las sillas a lo largo de la pared mientras hablaba con alguien por tel?fono. Chloe se sent? y finalmente se tom? un momento para reflexionar sobre lo que este d?a hab?a significado para ella y su carrera. Por un lado, hab?a descubierto una prueba importante que probablemente conllevar?a a la detenci?n de un pandillero que hab?a matado a una familia entera. Pero tambi?n hab?a cometido un error de novata dado que casi hab?a arruinado una pisada decente. Supuso que no importar?a mucho gracias al video de Snapchat. Aun as?, estaba muy avergonzada por la forma en que Rhodes le hab?a gritado por eso. Supuso que deb?a esperar que la gran prueba que hab?a encontrado compensara su error. Cuando se abri? la puerta de la oficina de Johnson, sus pensamientos se desvanecieron. Mir? hacia la puerta y vio a Johnson asomar la cabeza. La vio y ni siquiera dijo nada. Solo le hizo se?as para que entrara en la oficina. Era imposible saber si estaba molesto o simplemente apurado. Entr? en su oficina y cuando Johnson cerr? la puerta detr?s de ella, le hizo un gesto hacia la silla en el otro lado de la mesa, un lugar que se estaba volviendo m?s y m?s familiar para Chloe. Cuando se sent? detr?s de su escritorio, Chloe finalmente pudo leer su expresi?n. Estaba bastante segura de que estaba irritado por algo. —Debes saber —dijo el director Johnson— que acabo de hablar por tel?fono con la agente Rhodes. Me cont? que b?sicamente pisoteaste una pisada en la escena del crimen. —Eso es cierto. ?l asinti? con la cabeza, decepcionado, y dijo: —Estoy indeciso, porque, por un lado, ella es igual de novata que t?. Y el hecho de que me haya llamado para acusarte me molesta. Pero, al mismo tiempo, me alegra que lo haya hecho. Supongo que tienes claro que yo no llamo a cada agente que comete un error a mi oficina para preguntarle qu? pas?. Pero pens? que deber?a consultar contigo dado que te cambi? de departamento a ?ltimo minuto. ?Sientes que te desconcentr?? —No. Simplemente pas? la pisada por alto. Estaba tan concentrada en la ventana que ni siquiera la vi. —Eso es comprensible, pero un poco torpe. El subdirector Garc?a me dice que encontraste una prueba que deber?a conducir directamente a un arresto, un tel?fono m?vil con una ventana abierta de Snapchat. ?Eso es correcto? —S?, se?or. Y por razones que no entend?a, ten?a ganas de a?adir: —Pero cualquiera podr?a haberlo encontrado. Fue pura suerte. —Me considero un hombre bastante indulgente —dijo Johnson—. Pero tienes que saber que errores como el de la pisada podr?an tener graves consecuencias. Por ahora, sin embargo, quiero que trabajes con Rhodes en otro caso. ?Te molesta seguir trabajando con ella? Ten?a la palabra «s?» en la punta de la lengua, pero no quer?a parecer mezquina. —No, creo que puedo lidiarla. —Mir? los expedientes de Rhodes. Sus instructores dijeron que es incre?blemente astuta, pero que tiene una tendencia a tratar de hacer las cosas por su cuenta. As? que mi consejo ser?a no dejar que tome todo el control de un caso. «S?, lo vi con mis propios ojos», pens? Chloe. —Y, para ser justo, le dije que no deber?a hacer eso —continu?—. Tambi?n le dije que no aprecio cuando los nuevos agentes trataban de lanzar a otros a los leones. As? que espero que se comporte en el pr?ximo caso. El subdirector Garc?a y yo estaremos supervisando todo de aqu? en adelante, solo para asegurarnos de que todo se haga a rajatabla. —Est? bien. Aprecio eso. —Aunque casi arruinaste una pisada, creo que hiciste un buen trabajo hoy. Quiero que pases el resto del d?a escribiendo un informe sobre la escena del crimen y tus interacciones con la agente Rhodes. —S?, se?or. ?Algo m?s? —Eso es todo por ahora. Solo… como te dije… si comienzas a sentir que mi cambio de ?ltima hora est? afectando su trabajo, h?zmelo saber. Ella asinti? mientras se levantaba. A lo que sali? de la oficina, se sinti? como si acabara de esquivar una bala, como una ni?a que hab?a sido llamada a la oficina del director pero que no se hab?a metido en problemas. No obstante, el hecho de que Johnson la hab?a felicitado por lo que hab?a hecho la reconfortaba. Regres? a su peque?o espacio de trabajo, un cub?culo sencillo, su cabeza dando vueltas. Se pregunt? si era la primera vez que una nueva agente era llamada a la oficina del director dos veces en menos de cuarenta y ocho horas. La hac?a sentirse euf?rica y de alguna forma minuciosamente escrudi?ada. Mientras esperaba el ascensor, vio a otro agente girar en la esquina. Chloe reconoci? el rostro del peque?o grupo de agentes que hab?an estado en el grupo ViCAP el d?a anterior. —Eres la agente Fine, ?cierto? —le dijo con una sonrisa. —S? —respondi? ella, insegura de qu? tratar?a esta conversaci?n. —Soy Michael Riggins. Me acabo de enterar del caso que les asignaron a Rhodes y t?. Asesinato familiar relacionado con pandillas. Se dice que pronto arrestar?n a alguien. Eso tiene que ser un r?cord. —No tengo idea —dijo Chloe, aunque s? se sent?a que todo hab?a pasado muy r?pido. —Oye, sabes, no todos los agentes novatos pudieron salir al campo hoy —dijo Riggins—. Algunos estaban sumidos en investigaci?n o papeleo. Creo que algunos de nosotros iremos a tomarnos unos tragos despu?s del trabajo hoy. Deber?as acompa?arnos. Iremos al Bar Reed’s, el que est? a dos cuadras de aqu?. Tu historia de ?xito definitivamente nos levantar?a el ?nimo. Pero no invites a Rhodes. Al parecer no le agrada a nadie. Chloe sab?a que era mezquino, pero no pudo evitar sonre?r ante el comentario. —Quiz? pase por all? —le dijo. Esa fue la mejor respuesta que pudo dar… Era mucho mejor que explicarle que ella era muy introvertida y que no le gustaba pasar el rato con personas que no conoc?a. En ese momento lleg? el ascensor. Chloe entr? en ?l y Riggins se despidi? de ella. Era extra?o que alguien envidiara su situaci?n, sobre todo despu?s de la conversaci?n que acababa de tener con Johnson. Era una sensaci?n que la hizo querer ir al bar, aunque solo fuera por media hora. La alternativa era regresar a su apartamento y seguir desempacando. Y eso no le parec?a muy atractivo. El ascensor la llev? hasta el tercer piso, donde su ?rea de trabajo estaba cerca de espacios similares ocupados por otros agentes. Se encontr? a Rhodes mientras caminaba por el pasillo. Se le ocurri? saludarla o darle las gracias por la reuni?n que acababa de tener con Johnson. Pero al final decidi? hacer lo correcto. No caer?a en sus juegos. Aun as?, pasar a la mujer en el pasillo e intercambiar miradas desagradables fue suficiente para hacerla tomar la decisi?n de ir al bar esta noche. Y a menos que su d?a cambiara dr?sticamente, probablemente se tomar?a muchos tragos. «Estoy tomando mucho ?ltimamente», pens?. Era un pensamiento que la persigui? durante el resto del d?a, pero, al igual que los pensamientos recurrentes de su padre, logr? empujarlo a los rincones m?s oscuros de su mente. CAP?TULO CINCO Cuando lleg? al bar a las 6:45, se dio cuenta de que era justo lo que hab?a esperado. Vio varias caras conocidas, pero ninguna que conoc?a bien. Y eso era porque no conoc?a a estos agentes en absoluto. Otra desventaja de haber sido cambiada de departamento por Johnson a ?ltima hora era que hab?a muy pocas personas en el grupo ViCAP que hab?an tomado los mismos cursos o clases que ella. Los que m?s reconoc?a eran dos hombres. El primero fue Riggins. Estaba sentado con otro agente masculino, hablando animadamente sobre algo. El segundo fue Kyle Moulton, el agente guapo que se hab?a ofrecido a llevarla a almorzar despu?s de la primera etapa de la orientaci?n, el hombre que hab?a llamado su atenci?n porque le hab?a preguntado si ella era violenta. Le desanim? ver que estaba hablando con dos mujeres. Aunque eso no la sorprend?a. Moulton era guap?simo. Parec?a un joven Brad Pitt. Decidi? no interrumpirlo, as? que se fue a sentar con Riggins. Aunque parec?a presumido, le gustaba la idea de pasar el rato con alguien que le impresionaba lo que hab?a logrado. —?Est? ocupado este taburete? —le pregunt? mientras se sent? en el asiento de al lado. —No, para nada —dijo Riggins. Parec?a muy feliz de verla, sus mejillas regordetas formando una sonrisa—. Me alegra que hayas decidido venir. ?Puedo invitarte un trago? —S?, claro. Una cerveza. Por ahora. Riggins llam? al barman y le dijo que agregara la primera cerveza de Chloe a su cuenta. Riggins estaba bebiendo cubalibre, y pidi? otro junto con la cerveza de Chloe. —?C?mo estuvo tu primer d?a? —pregunt? Chloe. —Estuvo bien. Pas? casi todo el d?a investigando un caso de un narcotraficante. Parece aburrido, pero realmente lo disfrut? mucho. ?C?mo fue pasar un d?a entero con Rhodes? —pregunt? Riggins—. Estoy seguro de que cerrar ese caso tan r?pido tuvo que haber sido genial, pero ella ya tiene una reputaci?n de ser dif?cil de manejar. —Fue bastante tenso. Es una excelente agente, pero… —Dilo —dijo Riggins—. No puedo llamarla perra, porque no me gusta llamar a una mujer perra delante de otra mujer. —Ella no es una perra —dijo Chloe—. Solo es muy directa y exhaustiva. La conversaci?n casual se prolong? durante un tiempo m?s. Chloe mir? en la direcci?n del agente Moulton. Una de las mujeres se hab?a ido. Moulton estaba inclin?ndose hacia la otra mujer y sonriendo. Chloe tend?a a ser un poco ingenua cuando se trataba de relaciones, pero estaba segura de que Moulton estaba encantado con la mujer. Esto la decepcion? mucho. Hab?a cortado con Steven hace solo dos meses. Supuso que solo estaba interesada en Moulton porque hab?a sido la primera cara amigable en hablarle despu?s de que Johnson la hab?a sorprendido al cambiarla de departamento. Eso, adem?s de la idea de tener que regresar a su nuevo apartamento en el que viv?a sola, no era atractivo. El hecho de que era muy guapo tambi?n era relevante. «S?, fue un error venir. Puedo beber por mucho menos en mi casa», pens?. —?Est?s bien? —pregunt? Riggins. —S?, creo que s?. Simplemente ha sido un largo d?a. Y creo que ma?ana tambi?n lo ser?. —?Conducir?s o caminar?s a casa? —Conducir?. —Eh… Entonces mejor no te compro otro trago. Chloe sonri? y le dijo: —Eso es muy responsable de tu parte. Ella volvi? a mirar en la direcci?n de Moulton y la mujer con la que hab?a estado hablando. Ambos estaban poni?ndose de pie. Mientras se dirig?an hacia la puerta, Moulton coloc? su mano en la zona lumbar de la mujer. —?Puedo preguntarte por qu? te decidiste por esta carrera? —pregunt? Riggins. Ella sonri? con nerviosismo y se termin? su cerveza. —Problemas familiares —contest?—. Gracias por la invitaci?n, Riggins. Pero tengo que volver a casa. El hombre asinti? con la cabeza como si comprendiera perfectamente. Asimismo, not? que Riggins mir? alrededor del bar y se dio cuenta de que ?l ser?a el ?ltimo cliente que quedar?a. Eso la hizo pensar que tal vez Riggins estaba lidiando con sus propios fantasmas. —Cu?date, agente Fine. Espero que ma?ana sea tan exitoso como hoy. Chloe sali? del bar, ya haciendo planes para el resto de la noche. Todav?a ten?a cajas por desempacar, un armaz?n de cama por instalar y un mont?n de implementos de cocina por guardar. «Esta no es la vida emocionante que esperaba», pens? con un poco de sarcasmo. Mientras se dirigi? a su auto, el cual segu?a estacionado en la sede del FBI, su tel?fono son?. Cuando vio el nombre en la pantalla, se sonroj? de la rabia. Steven. No sab?a por qu? la estaba llamando. Y es por eso que decidi? atender. Sab?a que si no lo hac?a, el misterio la carcomer?a. Atendi? la llamada, sinti?ndose muy nerviosa. —Hola, Steven. —Hola, Chloe. Ella esper?, con la esperanza de que no le diera m?s vueltas al asunto. Pero Steven no sol?a ir al grano. —?Todo est? bien? —le pregunt? Chloe. —S?, todo est? bien. Lo siento… no pens? en c?mo esta llamada te har?a sentir… Su voz se quebr?, recordando a Chloe de uno de sus muchos peque?os rasgos molestos. —?Qu? necesitas, Steven? —Quiero que hablemos —le dijo Steven—. Solo para reconectarnos. —No. No me parece buena idea. —No tengo motivos ocultos —dijo—. Lo prometo. Siento que… hay cosas por las que tengo que disculparme. Y necesito… bueno, necesitamos, un cierre. —Habla por ti mismo. Todo est? bien cerrado para m?. No necesito ning?n cierre. —Est? bien. Entonces consid?ralo un favor. Solo quiero media hora contigo. Quiero desahogarme. Y si estoy siendo honesto… Solo quiero verte una vez m?s. —Steven… estoy ocupada. Mi vida est? muy agitada ahora mismo, y… Se detuvo, ni siquiera segura de qu? decir. Realmente su vida no era tan ocupada que no ten?a tiempo para verlo. Sab?a que esta llamada no era f?cil para Steven. Estaba humill?ndose, lo cual nunca hac?a. —Chloe… —Est? bien. Media hora. Pero no ir? para all?. Si quieres verme, tienes que venir a DC. Todo es una locura y yo no... —Est? bien. ?Cu?ndo es un buen momento para ti? —El s?bado a la hora del almuerzo. Te enviar? la direcci?n de un restaurante por mensaje de texto. —Me parece bien. Muchas gracias, Chloe. —De nada —Sinti? que hab?a algo m?s que deb?a decir, cualquier cosa para mitigar la tensi?n. Pero, al final, lo ?nico que dijo fue—: Adi?s, Steven. Ella finaliz? la llamada y se meti? el celular en el bolsillo. No pudo evitar preguntarse si solo hab?a cedido porque se sent?a muy sola. Pens? en el agente Moulton y se pregunt? para d?nde se hab?a ido con su amiguita. M?s que eso, se pregunt? por qu? estaba tan interesada en ?l. Lleg? a su auto y condujo a casa mientras se hac?a de noche. DC era una ciudad extraordinaria y, a pesar de la congesti?n y la mezcla extra?a de historia y comercio, igual era hermosa. Ese pensamiento la hizo sentirse melanc?lica mientras se dirig?a a su apartamento, un apartamento nuevo y vac?o que se hab?a sentido afortunada de encontrar, pero que ahora le parec?a una isla aislada. *** Cuando su tel?fono la despert? a la ma?ana siguiente, la sacudi? de sus sue?os. Trat? de quit?rselos de encima, pero luego se pregunt? si siquiera val?a la pena. Los ?nicos sue?os que hab?a tenido ?ltimamente eran de su padre, varado y solo en la c?rcel. Hasta pod?a o?r su voz tarareando alguna vieja canci?n de Johnny Cash de las que sol?a cantar en su apartamento. «A Boy Named Sue», pens?. O tal vez no. Ten?a esa canci?n en su cabeza cuando rebusc? su tel?fono celular en la mesa de noche. Cuando jal? su tel?fono celular del cargador, vio que su reloj marcaba las 6:05, solo veinte-cinco minutos antes de la alarma que hab?a puesto. —Habla la agente Fine —respondi? ella. —Agente Fine, habla el subdirector Garc?a. Te necesito en mi oficina de inmediato. Trata de estar aqu? en menos de una hora. Tengo un caso en el que tienen que empezar a trabajar lo antes posible. —S?, se?or —dijo mientras se sent? en la cama—. Estar? all? enseguida. En este momento, no le importaba que tendr?a que volver a trabajar con Rhodes. Lo ?nico que le importaba era que, hasta ahora, ya llevaba un caso resuelto y estaba ansiosa por ayudar a resolver otro. CAP?TULO SEIS Chloe lleg? a la oficina del subdirector Garc?a treinta minutos despu?s. Estaba sentado en la peque?a mesa de conferencia en el fondo, rebuscando entre unos papeles. Vio que hab?a colocado dos tazas de caf? negro y humeante en la mesa. —Buenos d?as, agente Fine —le dijo a lo que entr?—. ?Has visto o hablado con la agente Rhodes? —Estaba estacion?ndose cuando me mont? en el ascensor. Garc?a pens? en eso por un momento, tal vez confundido en cuanto a por qu? no hab?a esperado a Rhodes en el ascensor. Chloe se pregunt? cu?nto le hab?a hablado Johnson de su peque?a lucha de poder. Aunque Chloe tom? caf? en camino a la sede, se sent? en frente de una de las tazas y bebi?. Prefer?a tomarse el caf? con un poco de crema y az?car, pero decidi? no pedirle nada para no parecer muy exigente. Mientras beb?a de su taza de caf?, Rhodes entr? en la sala. Lo primero que hizo fue lanzarle una mirada de disgusto. Luego tom? asiento frente a la otra taza de caf?. Garc?a las observ? a las dos, al parecer detectando la tensi?n, pero luego se encogi? de hombros. —Tenemos un asesinato en Landover, Maryland. Es un caso que parec?a bastante normal al principio. La polic?a de Maryland lo est? manejando en este momento, pero solicitaron nuestra ayuda. Tambi?n vale la pena mencionar que Jacob Ketterman de Asuntos P?blicos de la Casa Blanca conoc?a a la v?ctima. Trabaj? con ella hace mucho tiempo. Nos pidi? como favor que nos encarg?ramos del caso. Y como alguien de la Casa Blanca conoc?a a la v?ctima, estamos tratando de mantenerlo oculto. Esto deber?a ser sencillo. Parece un homicidio bastante simple. Es una de las razones por las que se lo estamos asignando a ustedes, agentes novatas. Ser? una buena prueba y no parece ser tan apremiante aunque obviamente quisi?ramos resolverlo lo antes posible. Luego desliz? dos copias de su informe hacia ellas. Los detalles fueron breves y al grano. Mientras Chloe los ley?, Garc?a les dijo lo que sab?an. —La v?ctima es Kim Wielding, de treinta y seis a?os de edad. Estaba trabajando como ni?era de la familia Carver cuando la mataron. Suponemos que alguien entr? en la casa y la mat?. Fue golpeada en la cabeza dos veces con un objeto muy contundente y luego fue estrangulada. Ten?a dos golpes muy horribles en la cabeza. A?n no se ha determinado cu?l de esas cosas la mat?. Necesitamos que ustedes averig?en qui?n lo hizo. —?El asesinato fue la ?nica raz?n del asesino para visitar la casa? —pregunt? Chloe. —Eso parece. Nada se report? robado. La casa estaba exactamente igual a como los Carver la hab?an dejado… con la excepci?n de la ni?era muerta. La direcci?n est? en los informes. Acabo de hablar por tel?fono con el sheriff de Landover. Los Carver se han estado alojando en un motel desde que se produjo el asesinato hace dos d?as. Pero se reunir?n con ustedes en la casa esta ma?ana para responder a cualquier pregunta. Y eso es todo, agentes. Espero lo resuelvan pronto. Dir?janse a RRHH y saquen un auto. ?Est?n familiarizadas con el proceso? Chloe no estaba familiarizada, pero asinti? con la cabeza de todos modos. Ella asum?a que Rhodes ya conoc?a los pormenores. Dado todo lo que hab?a pasado el d?a de ayer, Chloe asumi? que Rhodes sab?a casi todo del FBI. Chloe y Rhodes se levantaron de la mesa. Chloe dio un ?ltimo sorbo de caf? antes de salir de la oficina de Garc?a. Caminaron por el pasillo hacia el ascensor en silencio. «Este d?a ser? bien largo si Rhodes no supera esta est?pida rivalidad», pens? Chloe. A lo que Chloe puls? la flecha hacia abajo, se volvi? a Rhodes e hizo todo lo posible no solo para romper el hielo, sino para aniquilarlo. —Agente Rhodes, saquemos todo a la luz. ?Tienes alg?n problema conmigo? Rhodes sonri? con superioridad y luego dijo: —No. No tengo un problema contigo, agente Fine. Pero estoy un poco renuente a trabajar con alguien que fue colocada en ViCAP a ?ltima hora. Eso me hace preguntarme si alguien te est? haciendo favores, favores que no son justos para los otros agentes que se partieron el lomo para formar parte de este programa. —No es que sea de tu incumbencia, pero se me pidi? que me uniera a este programa. Yo quer?a seguir en el Equipo de Evidencias. Rhodes se encogi? de hombros a lo que las puertas del ascensor se abrieron. —Creo que el Equipo de Evidencias estuviera decepcionado si se enterara lo que hiciste ayer con la pisada. Chloe no respondi?. Pod?a seguir teniendo esta peque?a guerra de palabras con Rhodes, pero eso solo empeorar?a su relaci?n laboral ya tensa. La ?nica forma de acabar con esto era demostrarle su val?a a Rhodes. Adem?s, hab?a metido la pata ayer. Y la ?nica forma de arreglar eso era probarse a s? misma en este nuevo caso. *** Cuando Rhodes eligi? conducir sin siquiera pregunt?rselo a Chloe, ella decidi? no decir nada. No val?a la pena molestarse por eso. En el camino a Landover, Chloe comenz? a preguntarse si algo le hab?a sucedido a Rhodes que la hab?a convertido en alguien tan mandona. Tuvo un mont?n de tiempo para reflexionar sobre esto durante el viaje de media hora en auto a Landover porque Rhodes todav?a no estaba haciendo ning?n esfuerzo para hablar. Llegaron a la residencia Carver a las 8:05. Era una casa preciosa en un vecindario adinerado, del tipo donde todos los c?spedes estaban perfectamente cortados. Hab?a una camioneta bastante nueva en la entrada, estacionada frente al garaje. Rhodes se detuvo detr?s de ella y apag? el auto. Luego mir? a Chloe y le pregunt?: —?Estamos bien? —No creo, pero eso no importa. Vamos a concentrarnos en el caso. —Eso es lo que quise decir —espet? Rhodes cuando abri? la puerta y sali?. Chloe se sali? y vio a un hombre y una mujer salirse de la camioneta. Ellos se presentaron como Bill y Sandra Carver. Bill parec?a el tipo de persona que ni dorm?a mucho pero igual ten?a buen rendimiento. Sandra era bastante bonita, del tipo de mujer que probablemente no ten?a que esforzarse mucho para verse bien. Pero tambi?n parec?a cansada, sobre todo mientras miraba hacia la casa. —Tengo entendido que han estado viviendo en un motel —dijo Chloe. —S? —dijo Sandra—. Cuando pas?, Bill estaba en un viaje de negocios. Los polic?as no dejaban de entrar y salir de la casa y… bueno, hab?a tanta sangre. As? que recog? a los ni?os de la escuela, los llev? a cenar y luego los llev? a un motel. Les dije lo que hab?a pasado y que parec?a morboso volver tan r?pido. —Llegu? a casa ayer por la ma?ana —dijo Bill—. Aproximadamente al mediod?a, la polic?a nos dio el visto bueno para volver a la casa. Pero los ni?os y Sandra estaban muy asustados. Êîíåö îçíàêîìèòåëüíîãî ôðàãìåíòà. Òåêñò ïðåäîñòàâëåí ÎÎÎ «ËèòÐåñ». Ïðî÷èòàéòå ýòó êíèãó öåëèêîì, êóïèâ ïîëíóþ ëåãàëüíóþ âåðñèþ (https://www.litres.ru/pages/biblio_book/?art=43693903&lfrom=688855901) íà ËèòÐåñ. Áåçîïàñíî îïëàòèòü êíèãó ìîæíî áàíêîâñêîé êàðòîé Visa, MasterCard, Maestro, ñî ñ÷åòà ìîáèëüíîãî òåëåôîíà, ñ ïëàòåæíîãî òåðìèíàëà, â ñàëîíå ÌÒÑ èëè Ñâÿçíîé, ÷åðåç PayPal, WebMoney, ßíäåêñ.Äåíüãè, QIWI Êîøåëåê, áîíóñíûìè êàðòàìè èëè äðóãèì óäîáíûì Âàì ñïîñîáîì.
Íàø ëèòåðàòóðíûé æóðíàë Ëó÷øåå ìåñòî äëÿ ðàçìåùåíèÿ ñâîèõ ïðîèçâåäåíèé ìîëîäûìè àâòîðàìè, ïîýòàìè; äëÿ ðåàëèçàöèè ñâîèõ òâîð÷åñêèõ èäåé è äëÿ òîãî, ÷òîáû âàøè ïðîèçâåäåíèÿ ñòàëè ïîïóëÿðíûìè è ÷èòàåìûìè. Åñëè âû, íåèçâåñòíûé ñîâðåìåííûé ïîýò èëè çàèíòåðåñîâàííûé ÷èòàòåëü - Âàñ æä¸ò íàø ëèòåðàòóðíûé æóðíàë.