Íó âîò è òû øàãíóëà â ïóñòîòó,  "ðàçâåðçñòóþ" ïóãàþùóþ áåçäíó. Äûøàòü íåâìî÷ü è æèòü íåâìîãîòó. Èòîã æåñòîê - áîðîòüñÿ áåñïîëåçíî. Ïîñëåäíèé øàã, óäóøüå è èñïóã, Âíåçàïíûé øîê, æåëàíèå âåðíóòüñÿ. Íî âûáîð ñäåëàí - è çàìêíóëñÿ êðóã. Òâîé íîâûé ïóòü - çàñíóòü è íå ïðîñíóòüñÿ. Ëèöî Áîãèíè, ïîëóäåòñêèé âçãëÿ

Hijo de la Estrella, nacido de la monta?a. Alejandro Magno

Hijo de la Estrella, nacido de la monta?a. Alejandro Magno Ñåðãåé Ñîëîâüåâ El libro habla del gran Alejandro Macedonio, de sus actos, de los cuales muchos de sus contempor?neos escribieron, y de los escritores que vivieron en miles de a?os. Arrian y Plutarco trataban de darle a su imagen un car?cter m?s realista, pero incluso ten?an una historia sobre ?l era simplemente extraordinario. En Asia tambi?n se han conservado otras tradiciones, especialmente que Alexander prohibi? matar a los ancianos. Esa personalidad era extraordinaria, y esa es la historia de ?l. Hijo de la Estrella, nacido de la monta?a. Alejandro Magno Ñåðãåé Ñîëîâüåâ Estamos cambiando el mundo, y estamos cambiando con el mundo.     Pr?logo © Ñåðãåé Ñîëîâüåâ, 2019 ISBN 978-5-4496-3249-4 Created with Ridero smart publishing system Kuret estaba de pie en la proa de la nave, y la espina de la embarcaci?n cort? las olas que golpeaban el costado de la nave, y el lanzamiento no es tan fuerte aqu?. El cretano mir? las altas orillas que segu?an su mirada, mir? al cielo, era m?s transparente y ahora casi sin nubes, aunque hab?a una tormenta aqu?, aunque no peligrosa. De nuevo en el norte, Nearh naveg? en un barco de treinta barcos a lo largo del gran r?o Ra, hasta el templo de Latona y sus hijos, Apollo-Ulla y Elisia. La salud comenz? a fallar, sinti? que algo estaba mal con ?l, le dol?a el coraz?n. Kuret camin? en barco desde el puerto en el mar de Hyrcan, repitiendo el camino de Darius y Cyrus, pero esperaba que terminar?a cada vez m?s feliz. Su esposa muri? recientemente, sus hijos crecieron y regresaron a Creta, a su abuelo, y ya no ten?a nada en casa. En el r?o, los guerreros y los sirvientes de los embajadores a menudo pescaban, y los acompa?antes, de las tribus locales, primero los escitas y luego los sarmatianos, les mostraron el camino y se?alaron d?nde podr?an mantenerse a salvo. En la noche, cuando el cielo estaba libre de nubes, midi? la altura sobre el horizonte de la Estrella Polar con un astrolabio, reconociendo La amplitud del terreno. Kormschik observ? con mayor atenci?n las acciones de un anciano cretense y una vez se le acerc?. – ?No muestra lo que mide y qu? dispositivo? – pregunt? su escita. Un cretense mostr? c?mo instalar el dispositivo en la l?nea del horizonte, c?mo calcular el ?ngulo a trav?s del cual se eleva la estrella polar o el ?tero, como se llama aqu?. As? que el camino se llen? de entrenamiento para el alimentador local y se dedic? menos atenci?n a los mosquitos. El r?o era simplemente interminable, estaba aqu? por segunda vez, pero todav?a estaba sorprendido, el delta, desde donde navegaban desde el mar, mucho m?s que el delta del Nilo, y hab?a muchas islas y bosques enteros de ca?as. Subi? el r?o, y su ancho fue de casi diez etapas. Los l?deres tribales locales, cumpliendo con la voluntad del Gran Zar Blanco, asistieron a los embajadores, uno de los cuales fue Nearh. Ellos cazaban y pescaban juntos, especialmente a ?l le gustaba el esturi?n, que no pod?a encontrar en su Creta natal, y luego una segunda vez que ve?a un oso, parec?a una bestia enorme, y no tiene cola, lo cual era inusual para los griegos que estaban aqu? con ?l. Los bosques aqu? eran enormes, y los mosquitos eran a?n m?s grandes, y por primera vez cuando estuvo aqu?, la nariz le aburre mucho. Pronto, en un mes, navegaron a la capital del Zar Blanco, que se llamaba de manera diferente: Belgrado y Tsargrad. La ciudad estaba en el afluente del Gran R?o Blanco, y aunque estaba llena de madera, era vasta y hermosa. Tan pronto como aterrizaron en el muelle, los guardias se acercaron a ellos y, despu?s de descubrir qui?n hab?a llegado, los enviados fueron llevados a la Ciudad Alta. Fue aqu? por primera vez, todo fue fascinante, los pavimentos tambi?n estaban cubiertos de madera, pero eran hermosos y limpios, incluso las cercas de las casas estaban pintadas en diferentes colores y cubiertas con esculturas. La gente est? vestida con ropa de lino, bordada en la garganta y en las mangas, pantalones y botas suaves. En los hombres, y vestidos en las mujeres. Casi con inter?s examin? los patrones de ropa de los residentes. “Escuche, respetable, pero no puedo comprarme una t?nica as?”, se dirigi? al conductor. – Puedes encontrar ahora, contest? el conductor. Fueron a la negociaci?n, donde se retir? Sarmatian por alg?n tiempo, y regresaron con una camisa gris con ricos bordados, se la dieron a un cretense y pronto llegaron al Kremlin, una fortaleza de madera, la mayor parte de cuyas paredes estaban cubiertas de tierra, de modo que solo la puerta daba a debajo de un enorme pozo, frente al cual hab?a una enorme zanja. Cuando se acercaron a la puerta, un enviado del rey se acerc? a ellos y les dijo que los estaban esperando. Los mensajeros con regalos entraron en el terem, la hermosa morada del se?or local, el rey, que comandaba un enorme pa?s a lo largo del r?o Ra, las monta?as de Ripea, y seg?n rumores y tierras m?s all? de la Piedra, hasta el Mar de Hielo. Terem se ensamblaba a partir de enormes troncos, con un hermoso porche y escaleras talladas, hermosos tallados adornaban los adornos del palacio de madera. Fueron conducidos al pasillo, donde el Rey Blanco estaba sentado en el trono, un hombre con una ra?z dorada de ocho p?talos de oro que brotaban de un borde que cubr?a la cabeza del se?or, tambi?n adornado con un abrigo de piel de lujosas pieles, finas botas de trabajo, en su mano hab?a un bast?n. Estaba custodiado por j?venes con t?nicas blancas, armados con hachas peque?as. Los embajadores se acercaron al trono, Nearh se present? cort?smente, “Saludos, Gran Rey Blanco, vinimos respetuosamente del templo de Lato, de Creta, y estos son nuestros regalos, y los sirvientes ofrecieron un ata?d con ofrendas, y visitemos el templo de la Diosa Dorada”. – Estamos encantados de verte, Nearh y tus compa?eros tambi?n, te extra?aremos, y all? ser?s bienvenido tambi?n. – y el rey permiti? que los reci?n llegados se sentaran – y t?, el mensajero, le hizo un gesto con la cabeza a Nearh, estar? encantado de invitarte a una conversaci?n, necesitamos hablar solo en uno Los compa?eros se levantaron, dejando a Nearch con el rey, y los petardos salieron por otra puerta, y cuando todos se fueron, el Se?or del Norte descendi? del trono, y se sent? con Nearhom en un banco tallado. – Me alegro de que volvieras con nosotros, con los invitados que dejaste con Arifarnom, los ni?os nacieron y ya han crecido, dos hijos, montan a caballo muy bien, manejan con un arco y una lanza, las madres no se preocupan por sus almas. Y los magos-yars los aman, y los guna, y los sarmatianos. No saben nada acerca de su padre, luego, en la dedicaci?n, les contar? todo. El rey le dijo esto a un cretense, con una sonrisa en su rostro, pero hab?a una nota de miedo en sus ojos. – Magi? ?Los mismos que derrotaron a Ciro, y Dar?o los mat? con su enga?o, y sobre el que hacen leyendas terribles en Judea? – Aqu? est? su hogar, han prestado los juramentos de Elissia y Ullus, y desde entonces han sido fieles a ellos. Ellos van de excursi?n no por fama o fortuna, sino solo en nombre de la justicia. No les tengas miedo. Tambi?n hay moksha, y Ars, todos estos son guerreros de dioses. La primera vez que usted y Arifarny fueron hasta los mismos yazhes a quienes llaman Issedons. – Dijo, sonriendo, sosteniendo una mano en el reposabrazos y la otra apoyada en su barbilla. – T? eres el elegido, te indicaron en un sue?o. Vive todo lo que quieras”, dijo el gran rey, y con una dificultad visible, se inclin? ligeramente hacia Nearh. – Pasamos la noche y seguimos por el r?o. ?Nos reconocer?n Magyars y Guna y nos dejar?n pasar por los Issedon?”, Pregunt? el mensajero. “Tienes un brazalete en tu mano derecha, eres un invitado bienvenido”, respondi? el rey. “Fuiste t? quien fue enviado a Ull, y no a nosotros”, dijo el soberano, “no lo merec?amos”. “Probablemente, hubo una falla en nosotros, la gente del Sur, y ?l vino para mejorarnos, y usted est? tan cerca de ?l”, respondi? Nearh. “Puedes consolarte”, suspir? el rey con tristeza, “y este sentimiento es similar a la sed, y la amargura sigue en el coraz?n”. Espero, entonces d?melo. “Qu?date, pasa la noche en el palacio”, dijo el norte?o a Nearh. – Las habitaciones est?n listas. Tome un ba?o, se calienta, y la miel y el kvass esperan a los invitados. Los viajeros se lavaban en una casa de ba?os de madera de troncos enormes, hac?a calor, hab?a agua caliente, y los peregrinos se llevaban el cansancio de la carretera, y se les daba de comer, comida local, que no estaba frita, solo estofada en el horno, carne hervida, alce, pescado. ollas, sopa de repollo y pan servido, redondo y exuberante, hecho de harina de centeno, masa agria, que no estaba en Hellas y Asia, y todo esto fue regado con miel y kvas. Beb?an de las vasijas que Nearh hab?a visto en Creta, en los buzos, solo que all? eran de madera y plata. Quer?a probar todo, as? que los invitados apenas regresaron a la habitaci?n. “Gracias, rey”, respondi? el hombre de Creta, “ord?name que hierva un poco de agua para m?”. – Bueno, traer?s un recipiente con agua hirviendo. Pronto, el sirviente trajo una vasija de bronce redondeada en las piernas con un golpecito en un lado, y encima de una peque?a tuber?a flu?a vapor. Con curiosidad, por decir lo menos, un ciudadano de Creta comenz? a inspeccionar el dispositivo, a poner una taza y el agua caliente se derram?. “?C?mo se calienta la curiosidad?” -Quiero saberlo, debajo del fuego criado? “Para mostrar la maravilla en Alejandr?a, la mec?nica de Ptolomeo estar?a encantada”, pens?. “No, dentro de la embarcaci?n hay otra, se lanzan carbones all?, se inflan con peque?as pieles y el agua hierve”, respondi? el sirviente y abandon? las habitaciones de los hu?spedes. Nearh subi? a su bolsa y derram? corteza de sauce desde all?, y puso este polvo en una taza de agua hirviendo. Pronto, la poci?n estuvo lista, la agit? con una cuchara, era de madera aqu?, como a mucha distancia, bastante c?moda, y cuando la infusi?n se enfri?, la bebi?. El hombre de Creta sac? sus notas, ley? lo que hab?a escrito sobre el r?o y se desvisti? para acostarse. En manos de un norte?o sosten?a dos platos de plata fina, tra?da por Arifarny como regalo hace muchos a?os. Los convirti? en una figura cretense, levant? la vista y vio a Alexander, ascendiendo en grifos y un retrato de Elicia perseguido, hecho de su dibujo. Un cretense se acost? a dormir, despu?s de haber tomado otra infusi?n de sauces, su coraz?n apenas le dol?a, yac?a sobre c?lidas pieles y el velo cubierto era simplemente genial, y despu?s de un largo camino y un ba?o duros, se qued? dormido r?pidamente y vio el que so?aba. Hac?a fr?o nuevamente, incluso bajo pieles de oso, su cabeza estaba como en llamas, casi no respiraba, su pecho estaba apretado por aros de acero. Ella vino, esta vez de inmediato, con todo el esplendor de su belleza, puso su mano en su antebrazo, sus ojos lo miraron fijamente, y sonri?ndole, le dijo: – Finalmente llegaste a casa como marinero, y llevas mucho tiempo esperando. Tu barco est? en la orilla y tus deambulaciones han terminado. Templo del destino Lleg? la noche, se oscureci? r?pidamente y se supon?a que el arconte de la ciudad de Lato alcanzar?a el templo de Latona. No estaba solo, sino como cab?a, con un par de esclavos caminando con antorchas iluminando su camino. El santuario ya estaba blanco cerca, y al gobernante se le permiti? salir de la puerta de bronce, dejando a sus compa?eros afuera. “No pueden”, dijo la alta sacerdotisa. Androtim, quien vino a Latone por su oraci?n tradicional, ofreci? regalos y la sacerdotisa los acept?. Los sujetos fueron tomados por una joven sacerdotisa, pero a juzgar por el vestido, ya iniciado en los sacramentos. La ni?a parec?a una vieja estatuilla de marfil de Elisia, sosteniendo dos serpientes en sus manos. La cara y la estatuilla, y la joven sacerdotisa eran similares a las personas del extremo norte, donde el abuelo del arconte hizo una peregrinaci?n a las orillas del r?o sagrado, y visit? los santuarios m?s antiguos, incluida la ciudad dedicada a la diosa Lato, as? como su propio gobernante. Mi abuelo se reuni? all?, incluso peregrinos de la lejana Ir?n, que trajeron ricos regalos a los dioses. Los asistentes ya hab?an encendido las l?mparas, y la alta sacerdotisa se fue con regalos a los pronaos, dejando las ofrendas a los pies de la diosa. La estatua era hermosa, hecha de madera y marfil. No fue la primera vez que el arconte mir? alrededor del templo, las paredes ocres, las estatuas de bronce en la entrada, por alguna raz?n se detuvo en las puertas. Los cantos pronto se calmaron, y el soberano se estaba preparando para irse, cuando de repente… – La monta?a dio a luz a un favorito bajo la estrella de la suerte! Vino otra vez! – Comenz? a gritar que muy joven sacerdotisa, inexpresable cambi? de rostro. Se estremeci?, las convulsiones la golpearon y ella, sosteniendo la l?mpara de bronce de pie junto a ella, continu?: – Saurokton! Salvador ?El que se esperaba! ??l no ser? derrotado! ??l traer? la ley de nuevo! Pasar? todas las pruebas, ?hasta el final! Y el toro, y el r?o, y el secreto! Y ya cayendo, dijo el ?ltimo: “Y al final se encontrar? con su hermana”. El soberano se apresur? a ayudar, pero la sacerdotisa mayor lo alcanz?, y junto con los sirvientes que llevaban, pero m?s bien arrastr? el cuerpo demente al tabern?culo y otra puerta del templo, m?s adelante, a una habitaci?n cercana. El arconte esper?, no se fue, ?l mismo estaba horrorizado, una cosa es saber que hay dioses, y otra para obtener esta confirmaci?n. Esper? a la sacerdotisa mayor, que ven?a con un ayudante, llevando algo en una bandeja cubierta con un velo. Ella arranc? el pa?o del santuario, que hab?a sido escondido antes, y orden?: – juro! Te imploro todo lo que te quiero! El arconte, acostumbrado a lo que ?l ordena, y acostumbrado a la reverencia y la sumisi?n, asinti? sin pensar, de acuerdo… – Juro… que no revelar? el secreto. “No solo …", dijo la sacerdotisa. “Usted jura que usted o su hijo lo ayudar?n en todo".Aqu? el arconte se sinti? cautivado por el miedo, no tem?a ninguna batalla, ni el mar de oto?o, estaba muy asustado y orgulloso de convertirse en un compa?ero del Mensajero de honor, y al mismo tiempo amargura y ruina. “Estoy listo”, dijo, presionando firmemente sus labios. – No tu Tu hijo Ahora se llamar? Nearh. Luego lo env?as al templo en la Cueva de la Idea, el mentor lo instruir? cuando crezca. – se volvi? hacia las sacerdotisas, y mir? a todos. – Estamos bendecidos. Durante muchos a?os no hemos tenido un vidente. Jura por todo lo que nadie revelar? secretos, o Latona y Elicia te castigar?n. dijo la sacerdotisa solemnemente, levantando la antorcha ardiendo hacia arriba. Iniciaci?n querida El joven camin? solo, como se le orden?… A pie, como peticionario, y se carg? con su carga sin complicaciones, as? como un mensaje para una sacerdotisa que se reunir?a con ?l en el Sendero Sagrado. Le gustaba su tierra natal, era primavera, y Creta siempre era particularmente hermosa en este momento, con muchos arroyos, hermosos bosques y campos, el camino no parec?a aburrido. El hijo del arconte estaba pensando en lo que ten?a que aprender y cu?nto tiempo se demorar?a en dedicarse a la dedicaci?n.: “Espero que no durante cincuenta a?os, como Epim?nides… Aunque, qui?n sabe, y mi padre jur? por m?. ‘El joven se imagin? c?mo ir?a a la cueva, preparar?an su celda, leer?a los c?nticos de Homer y se quedar?an dormidos a los cincuenta, no, sesenta o incluso setenta a?os. Luego se despertar?, pero su madre y su padre no lo har?n (incluso da miedo pensar), tiene una barba hasta las rodillas, y su nombre es recibir da?o de alguna ciudad, o expulsar la plaga, o el Consejo lo enviar? al norte, a la tierra natal de Eliseo con regalos, y quiz?s Ull lo ayude en sus viajes… Y se encontrar? con la amante de la Monta?a, la bella Elicia, resolver? tres enigmas, y ella lo dejar? con ?l’. El joven tropez? y cay? sobre sus palmas, mastic?ndolas levemente, pero logr? apartar su rostro de la piedra, no solo porque su maestro estaba entrenando. En el hogar, el Maestro cuenta los secretos de la ciencia y el tutor me ense?a a manejar un arma. El cabello de Ull”. Al acercarse a la meseta de Nida, donde comienza el rastro de la idea, mir? la vista de la llanura monta?osa debajo de la meseta, el ?rea cubierta de arbustos y ?rboles parec?a magn?fica, pero se dio la vuelta y camin? por el camino cubierto de arbustos a ambos lados. Hab?a hermosas flores y amapolas, simplemente inusualmente rojas aqu?. Bueno, donde est?n las flores, hay abejas, pero ninguna pic? al joven, simplemente volaron a su alrededor con un claro inter?s. Movi?ndose as?, el joven se movi? hacia su meta, y cerca de la enorme garganta de la cueva, el adepto finalmente vio a la sacerdotisa, su mentora. Era una hermosa ni?a de veinte a?os, con el pelo al descubierto, como se adaptaba a una sacerdotisa, con un vestido blanco y una capa gris, con una horquilla en el hombro izquierdo. Nearh se le acerc? y le grit?: – Hola a ti. Vine seg?n el voto del padre y la orden de la sacerdotisa Latona de nuestra ciudad, Lato. Soy el hijo del arconte, Nearh, debo pasar las pruebas e iniciaciones. “Estoy lista, se?ora”, dijo el joven con valent?a, casi sin tartamudear de emoci?n. – Ya? S?lo apareci? ya y la haza?a mal? – respondi? la ni?a, sorprendida verbalmente por una sorpresa de un joven, que no sab?a qu? responderle a una ni?a. Por lo general, Nearhar no se meti? en el bolsillo por una palabra, pero aqu?, al parecer, el discurso que hab?a pronunciado sobre s? mismo se hab?a borrado de su memoria tantas veces, y se sonroj? dolorosamente y sali? de s? mismo: – Fui instruido por la sacerdotisa antes del camino al santuario ideol?gico, vine solo y sin un sirviente, como debiera. “Ya veo…” ella respondi? meticulosamente, “Trajiste comida contigo?” Cubo de madera con usted? Puedes emborracharte en el arroyo. Pasar?s la noche en una cueva, y por la ma?ana vendr? e instruirte, a excepci?n de m? habr? tres maestros m?s, te los presentar?. La ni?a dijo esto y sonri?, y la sonrisa dibuj? su extraordinaria cara. “C?mo te llamas, se?ora?” Pregunt? la novicia, tratando de sonre?r lo m?s descaradamente posible. “Kallifen”, respondi? ella, “Vamos, te mostrar? tu morada".Bajaron a la cueva de la Cueva de la Idea a lo largo de una escalera de madera, sobre unas repisas especiales, l?mparas de arcilla, subieron a un nicho en la roca, donde hab?a un mont?n de paja, una cama para un joven cretense, junto a una simple ?nfora de arcilla, cubierta con una tapa, en un soporte especial y una l?mpara con aceite. El joven arroj? su bolsa con una manta, un nuevo chit?n navide?o, puso un arco y flechas a su lado, y los himnos de Homero, grabados en la ropa de cama, el pergamino era caro. – Canta, bebe una taza de una infusi?n de ?nfora, pero no m?s de una, de lo contrario morir?s. Habla sobre las visiones. Despi?rtate al amanecer, los maestros vendr?n a ti. – termin? con una voz severa, sosteniendo sus manos delante de ella, y mir? del joven a su simple cama. “Gracias, Kallifen”, dijo Nearh, dirigi?ndose a la sacerdotisa. – No por eso todav?a. No tengas miedo de los sue?os y visiones, pueden ser reales. La ni?a se fue y Nearh vio que ya estaba subiendo las escaleras, no estaba tan bien sin ella, la sacerdotisa estaba bellamente construida, hermosa, y el hijo del arcon se interes? no solo como un mentor o un guardi?n de secretos, as? que suspir? profundamente y abri? su bolsa. Hab?a varios pasteles planos, miel, queso, pedernal, un peine para el cabello, una cuerda de repuesto, una cuchara de madera, un hermoso chiton nuevo, vendas y hierbas medicinales. Sac? un cuchar?n, verti? all? una decocci?n de ?nfora y bebi? la infusi?n. Se puso un poco gris, pero no muri?, como tem?a en secreto (qui?n sabe qu? ten?an en mente las brujas), se mir? la mano, no pareci? temblar, sonri? ante sus miedos, comi? un pastel con miel y algo de queso, sali?, bebi? del arroyo, anot? Agua en una cucharada por la noche, y mir? a su alrededor. En la distancia hab?a una peque?a casa, una choza de tierra ordinaria con un techo de ca?a, que aparentemente serv?a de refugio para los sacerdotes de Dios. Se prometi? a s? mismo que ir?a all? la noche siguiente sin falta. Cuando regres?, se desnud? y se envolvi? en su velo, pens? en el hogar, el padre y la madre, los hermanos y hermanas, y dese? que todo estuviera bien con ellos. Especialmente nada so?aba, solo la ciudad natal de Lato, el mar de color vino. Pronto amaneci?, se despert?, se levant?, fue al arroyo a lavarse, se visti? y comi?, incluso ley? un poco de Homer, sus hermosos cantos. Pronto, un hombre lleg? un poco por encima de la altura promedio, con un f?sico fuerte pero no poderoso, de unos treinta a?os, sin barba de pelo largo y oscuro, sobre el cual llevaba dos caballos, un traje de bah?a y no tanto raza. – Hola, Nearh, soy un maestro de habilidades militares, en el templo, conmigo te convertir?s en un experto jinete, lancero, tirador, espadach?n, incluso puedes superar a Fidipid si estuviera vivo. Mi nombre es Diokles. “Hola, maestro”, dijo el joven, mirando a su mentor, un cretense alto y fuerte. – Si?ntese en un caballo, conduciremos por el camino donde estudiaremos, y correr? todos los d?as, ma?ana y tarde. – Dijo el profesor. Montaron a la par de un trote, y Diokles mostr? c?mo cambiar el modo de andar del caballo, c?mo no da?arlo, y para que no pudiera conducirlo, Nearch aprendi? muchas cosas nuevas por s? mismo. Desmontaron y, tomando las espadas de madera y desvestidas, comenzaron a bailar al pirro, y luego las cercaron con un escudo y sin escudo, con una daga y una espada. Algunos bastidores. con una espada, golpes y sesgos, vio en los sellos antiguos, representando a un guerrero con el pelo largo, golpeando a sus enemigos con un ataque h?bil. – Recuerda que Nearh, esgrima con una espada en un caballo ya pie, es diferente, especialmente cuando intentas ponerle un regalo al soldado de infanter?a. No es de extra?ar que los atenienses del caballo act?en solo con dardos, y la espada est? en casos extremos. – ense?? a su luchador experimentado. Una noche, Diokles se acerc? con un largo tubo en una preciosa caja de madera con lazos de plata. “El disc?pulo fue, el cielo est? despejado”, dijo el tutor, y con impaciencia comenz? a empujarlo hacia adelante, se levantaron de la cueva, hacia arriba, el cielo estaba despejado, las estrellas brillaban alrededor y la luna colgaba llena. “Si?ntese en la piedra”, le orden? el maestro, y ?l abri? el ata?d alargado y sac? el auricular, extendi? el extremo m?s estrecho y se lo acerc? al joven, que tom? cuidadosamente el dispositivo en su mano. “Mire el tel?fono en la luna”, dijo una voz agitada. Nearh no crey? lo que ve?a. Diokl se acerc? a ?l y ajust? el tubo m?s peque?o y el ojo del joven, y la imagen se volvi? clara y vio oscuras sombras en la luna. “Ahora encuentra Marte”, agreg? el tutor, y ?l lo se?al? en el cielo, el estudiante puso el tel?fono all?, vio el planeta rojo como un peque?o c?rculo, no como una estrella, y dos puntos cercanos. “Gracias maestro”, Nearhs murmur? en shock, “y nuestros maestros son geniales, vi gafas de joyeros, pero eso… “No necesitas dec?rselo a nadie, estudiante”, dijo Diocles claramente, escondiendo el tel?fono en el arc?n. “Y ahora es el momento de dormir”, y d?ndole unas palmaditas en el hombro para despedirse, se fue a dormir a una peque?a casa y Nearhh segu?a mirando el cielo nocturno. Y solo mucho despu?s pudo bajar y quedarse dormido. Luego usualmente peleaban, practicando golpes y salidas astutos, todo de pankration. Por la tarde, Kallifen lleg? y comenz? a instruirlo en el conocimiento de los himnos, a leer las listas de logograf?as de la geograf?a donde est? el borde de la tierra, el ni?o estaba muy interesado, porque era el hijo de un navegante, no sab?a mucho de lo que ella le hab?a le?do. As? que su ense?anza se llev? a cabo d?a tras d?a, se hizo mucho m?s fuerte, comenz? a disparar mejor con un arco, aunque todos los arqueros cretenses, como el navegante, manejaron la espada bastante bien. Por la noche, cada vez que beb?a una taza de infusi?n, pero todav?a no le hab?a pasado nada. Se llevaron a cabo dos meses de intensos entrenamientos y ejercicios, por lo que un d?a, seguidos sucesivamente, como de costumbre, Nearh estaba terminando su cena en un arroyo: queso, pan de molde, miel, uvas secas y una taza de infusi?n, era hora de irse a dormir en casa, a la cueva, contando Ya en su casa, ?l ya quer?a dormir, se estir? antes de irse a dormir un par de veces, y en los arbustos en el camino, vio a un mart?n pescador sentado en las ramas y mir?ndolo atentamente, un lagarto cruji? por el suelo, dando vueltas alrededor de una docena de abejas que no zumbaban del todo. Enojado, y no trat? de picarlo, con la sagrada r. Oors repentinamente comenz? a arrastrarse despu?s de la hora, niebla muy espesa, llev?ndolo a una cueva acogedora, y el adepto se apresur? a refugiarse en su refugio, donde se sent?a bastante c?modo sobre la paja, cubierto con un impermeable y una manta, donde dijo una oraci?n por la noche, se dio la vuelta un poco, poni?ndose c?modo, y r?pidamente se durmi?. Al principio no se so?aba nada, pero hab?a un gran olvido, luego apareci? una cara de m?rmol blanco y una guada?a cenicienta, y luego apareci? una figura de ni?a, muy alta, mucho m?s alta que Nearh, y la cara estaba cubierta con un impermeable con capucha sobre el cuerpo, y con un largo esfuerzo en la mano.. – Es as? como te llamas Nearh? – Inmediatamente, sin demora, la criada durmiente dijo: “Has venido a pasar las pruebas? Ella le habl? en voz baja y profunda. – Y yo iba a dormir aqu? por setenta a?os! – se ri? alegremente, de modo que en un arrebato emocional tom? la capa sobre el suelo, con dificultad para respirar, continu?, N?arch tambi?n se volvi? fr?o, y no pod?a mover su mano o pie, como si estuviera helado. – Oh, el estado de ?nimo se levant? de inmediato… Tu objetivo es ayudar al Elegido, debo mostrarte Arriba y abajo, Mundo de los dioses, ?rbol del mundo, Fuente sagrada. Ven, toma mi mano y no te sueltes, de lo contrario estar?s perdido y no salvar?. – dijo la doncella de los sue?os. Despu?s de reunir valor con una mano r?gida, el adepto tom? la mano derecha de Elishia con la mano izquierda, y el mundo comenz? a girar frente a sus ojos, esta incre?ble sensaci?n dur? casi un minuto, el joven se despert?, pero era imposible, y entonces algo impl?cito parec?a intentar liberar. el enviado, inmediatamente se gan? unos auriculares divinos, y debo decir muy pesado, y la criada susurr?: “No te atrevas, no solo morir?s, sino que desaparecer?s sin dejar rastro”. Nearh abri? los ojos entornados y trat? de mirar alrededor. Debajo hab?a un suelo pedregoso, con algunos arbustos en crecimiento, con flores p?lidas que apenas ol?an, pero muy bonitas, todo estaba impl?cito e indistinto alrededor, como si el humo espeso se hubiera endurecido, y esta bruma no se hubiera disipado. Pasaron varios pasos y, frente a ellos, la inmensa mesa de un ?rbol gigantesco cay? de la neblina, y solo a una altura apenas visible se pod?a adivinar la bruma de una rama cubierta de enormes hojas. El cielo era gris, todo estaba oculto por las nubes, y el sol no era visible, tampoco hab?a viento. El lugar es inc?modo, pens? el joven, mir? a la doncella, pero todav?a no ve?a la cara, solo la oscuridad cegadora bajo la capucha. – Estamos en el lugar de elecci?n, este es el ?rbol del Mundo. Vivo aqu?, y tambi?n el hermano Ull. “Aqu? est? oscuro”, – dijo Nearh, – “y d?nde est??” – No responder? tu pregunta. “No est?s listo, as? que lo ves hasta ahora”, respondi? Elicia. – Mira, aqu? est? el arroyo y el pozo cerca del ?rbol. – ella dijo estas palabrasY vio la luz, y la niebla se despej?, y vio las m?s hermosas praderas cubiertas de flores, hab?a un maravilloso aroma de flores en el aire, mariposas revoloteaban, ya veces rodeaban a la diosa, creando solo una espiral de flores a?reas, el cielo estaba deslumbrantemente azul, el sol brillaba, pero Hab?a dos leonas tendidas en el ?rbol, mirando atentamente al cretense, e incluso m?s all?, previamente tomadas solo por rocas, estaban sentados grifos con crines dorados y alas, a veces abriendo su pico, pero sin anunciar los alrededores con su grito legendario que mata a todos los mortales. Una cadena de oro se enrosc? alrededor del ?rbol, uno de sus extremos lleg? al cielo mismo, donde se perdi? en las nubes, y el otro descendi? al suelo, acurrucado entre las enormes ra?ces, las ra?ces, o m?s bien los haces de ra?ces eran tres, y al mirar hacia abajo, experiment? una incomparable El horror: los cretenses vieron los anillos infinitamente enrollados del Gran Gusano Gris, o la Serpiente, o el Drag?n, el Gran Kronos Mismo, o Python, como se llame, todo es uno. Es a trav?s de sus anillos que las almas de las personas se deslizan en el reino de los Muertos sobre el Puente de Hielo. Una fuente de agua fue eliminada del suelo junto a las ra?ces, y justo all? hab?a un pozo, y Elicia lo llam? todo, por lo que sus palabras quedaron grabadas en la memoria y no pudieron ser olvidadas, la doncella lo llam? Urd, y el hecho de que esta es una fuente de agua viva. Vila cadena de oro de Homero, mientras escrib?a:" No toqu? la cadena de oro”, dijo el joven con tristeza en su voz. “No est?s triste, marinero”, dijo la Virgen, “si te permitiera tocarla, tendr?as un destino diferente”. – As? que es un buen lugar, mis campos, hermosos prados y flores, pueden ver las almas de los que no hicieron el mal, y lo que las almas de los que hicieron el mal ven aqu?, ya lo han visto – Llovizna h?meda, buena gente ve a los Campos El?seos, – Entonces, ?en qu? estoy enojado? Pregunt? Nearhar, ?y sufrir? para siempre sin el canto de los p?jaros, la belleza de las flores y el cielo azul? – Te muestran en parte c?mo se ve mi mundo, pero no has muerto, y no puedes estar aqu?, y lo ves con mis ojos a trav?s de mi voluntad. – Por qu? no puedo verte en realidad? – Es imposible, puedo estar entre las personas solo cuando me encarnar? en la esencia humana, o solo en un sue?o, y parecer? ser elegido. “Qu? est?s mirando a mi espalda?” Habr?a jurado que ella se re?a si la oscuridad pudiera re?r. – ?Est?s buscando mis alas debajo de un impermeable? Con las alas no funcionaron, me disculpan, navegante. – As? que usted naci? en la Tierra, como un hombre, se?ora? – Y no una vez. Pero no dir? el resto, te preparar? para las pruebas. Tendr? que adivinar los tres enigmas que Kallifen le dar?, y recuerde que la astucia no est? prohibida, y luego ser? limpiado con el vino de icor. – Qu? es Ichor? – La sangre de los dioses, te mostrar?, de repente una daga ardiente apareci? en su mano de la nada, y ella se los pas? por la mu?eca. Nearh frunci? el ce?o ante la expectativa del dolor de otra persona, el dolor de una ni?a, pero la oscuridad en lugar de la cara de Elicia era impenetrable, y luego Chorro de l?quido claro. El hijo del arconte no pudo apartar los ojos de las gotas actuales, que flu?an hasta el suelo en una corriente estrecha y ya se detuvieron para detenerse, no sangre, sino algo m?s… – No tienes cicatrices, Nearh? pregunt? la diosa. “En su antebrazo”, y sin decir una palabra, ella puso su mu?eca en su antebrazo, y la reciente herida que Ichor corri? en sus ojos palideci? y la cicatriz desapareci? por completo, y luego toc? la palma de su hombro. – Qu? est?s frunciendo el ce?o? ?Parezca m?s divertido! No me duele, aunque no lo esconder? agradablemente cuando est?n preocupados por ti. Esto es un recuerdo para m?, recordar?s que no fue un sue?o. Niarch comenz? a despertarse, pero no pod?a abrir los ojos, se hac?a notablemente m?s fr?o en la cueva, los espasmos sosten?an los m?sculos, como si se hubieran convertido en cobre, el cuerpo estaba lleno de una sensaci?n de miedo, no, algo extra?o, cercano y al mismo tiempo completamente diferente, impl?cito y claro.. Finalmente, esta cosa sali? de la cueva, y Nearh pudo abrir los ojos, ya estaba liviano, y corri? a lavarse, y el gnomon mostr? la hora. Vino Kallifen, trajo pasteles y miel, una toalla nueva, pas? r?pidamente sus ojos sobre los hombros y los brazos de Nearh, luego sus pupilas se ensancharon incre?blemente, como si viera algo importante, pero no dio se?ales, ni siquiera una pista. “Si?ntate Notarh”, dijo con una voz inusual e ins?lita, tierna, y le mostr? que se sentara en una silla plegable, e inmediatamente se tens?, sintiendo la insinuaci?n, – Eso bueno esta noche? – pregunt? la sacerdotisa y mir? atentamente a los ojos del adepto, sin mirar hacia arriba. “No est? mal”, dijo. “Los sue?os deben haber sido un buen sue?o?”, Pregunt? nuevamente la sacerdotisa. – Interesante, dijo Nearh ilegible, comiendo un pastel con miel, -Y usted cocina bien, no cre?a que las sacerdotisas fueran tan maestras. – Comer sano, pronto ir?s a la carretera. – Ya? No pas? la prueba? – D?nde est?s, una buena mano quemada? dijo ella, agarrando su mano derecha con tenacidad, y mostr?ndole la quemadura del toque de ayer de Elishia. “Y c?mo, la diosa te revel? su rostro?” – el joven desliz? un ojo en su hombro y not? una cicatriz, m?s bien una mancha roja en forma de pata de gallina, o un tridente, solo una muy peque?a, que no not? ayer. Nearh intent? liberarse, pero en vano, a pesar de su peque?a estatura, la sacerdotisa ten?a una fuerza extraordinaria y los idiotas del iniciado eran en vano. – No fui honrado con algo. – respondi? el joven marinero. “La diosa te not?”, agreg? Kallifen, y acarici? este lugar, una quemadura con alg?n tipo de respeto, y ya mir? al joven, casi como a un igual. – Use un chit?n con mangas que otros no ver?an, y aqu? est? su primer recuerdo presente que pas? la prueba, y ella le entreg? un brazalete de plata torcido, con dos espirales uno frente al otro – Por este brazalete, otro iniciado lo reconocer? ponlo en tu hombro. ?C?mo, la cabeza no gira, te sientes normal? “No est? mal”, minti? Nearh. Todav?a le faltaba una chica para quejarse! “Por la tarde traer? la medicina, descansar? hoy y ma?ana comenzaremos una nueva manera: ella termin? su discurso, dio las provisiones y se fue a su casa”. Aun as?, era agradable mirarla, a pesar de que era una sacerdotisa, y era muy hermosa e inteligente, y muy fuerte, como result?. La instructora subi? por el sendero con un andar encantador, su impermeable, el trabajo fino de un buen lienzo fue arrojado sobre el quit?n, el viento lo levant? levemente a cada paso, los rayos del sol cayeron sobre su pelo rojo oscuro, y brillaron con oro, no con cobre, y no prest? atenci?n, o fingi? no prestar atenci?n a las miradas de admiraci?n del estudiante. Nearh apenas apart? la vista de la belleza, desayun?, recogi? provisiones para el almuerzo, que se retirar?a en el barco antes del mediod?a, mir? al gnomon, a?n quedaba mucho tiempo y se prepar? para leer Herodoto. Aunque ?qu? hay? Ahora ?l mismo era casi como Aristei, pens?, y sonri?. Mir? de nuevo la quemadura y el brazalete en su hombro, y entr? en la cueva, se sinti? muy mal, su cabeza daba vueltas con crueldad, le dol?an la corona y la nuca. Al llegar a la cama, trat? de leer, pero se qued? dormido, y esta vez solo so?? con su familia. Kallifen lo despert?, sacudi?ndolo fuerte en el hombro. – Lev?ntate, ser?s iniciado en los sacramentos. Deja todo aqu?, volver?s pronto. Esperas haber dormido bien, sentirte mejor despu?s de ayer, ver a la diosa un trabajo terrible, pero en la ma?ana el verde era como la hierba de primavera. Vinieron del templo de la sacerdotisa, yo solo no puedo sostener la Santa Cena, al lado de la casa hay una peque?a cueva, ahora vamos all?. – ella dijo todo esto cuando caminaba junto a Nearhom, mostr?ndole el camino. No duraron tanto, no entraron en la casa de la sacerdotisa, sino que caminaron por el sendero, vieron la peque?a cueva requerida de inmediato, debido al giro, parec?a que de ninguna parte, tres sacerdotisas estaban cerca, y dos m?sicos con flautas, antorchas quemadas en sus manos., aunque el sol todav?a brillaba y era de luz. “Saludos, Nearh, habiendo viajado al Reino de los dioses, qu?tate la ropa y prep?rate para la Santa Cena”, los asistentes de Latona le dijeron: “Eres un iniciado, pero necesitas otro rito. Se apresur? a quitarse el chit?n y las sandalias, permaneciendo desnudo, aunque dudaba en desvestirse frente a las mujeres, pero se asegur? de que esto era necesario y, adem?s, se ve?a bien. Entonces la flauta comenz? a tocar a un ritmo fren?tico, Nearh reconoci? de inmediato al p?rrico, de modo que la fatiga pas? inmediatamente, porque esta m?sica lleva a la batalla, y los guerreros no se sienten cansados por el peso del arma. Las sacerdotisas caminaban por los lados y delante de ?l, y los m?sicos caminaban por detr?s, sin disminuir la velocidad, as? que era como un sistema militar, y ?l era un recluta que segu?a las pancartas en el show, y despu?s de ir un poco, estaban en el umbral de la cueva iluminada por antorchas. Adem?s, en las profundidades hab?a un lenos, un sarc?fago de m?rmol de forma ovalada decorado con relieves con episodios de la vida de Dioniso. Es una pena que no haya tiempo para considerarlo, pero Nearh consider? las cabezas de le?n, y Dionisio con una gran destreza, sosteniendo la mano de Ariadne. La habitaci?n estaba iluminada con cuatro l?mparas de bronce, que se fund?an en forma de leonas, apoyadas en sus patas traseras, apoyadas en un pilar, en el que se vert?a el aceite iluminado. La procesi?n se detuvo, pero la melod?a no dej? de tocar, y la alta sacerdotisa comenz? a dar un discurso: “Trajimos a un ne?fito listo para limpiar y prestar juramentos. Deje que la sangre de Dionisio lo purifique, en memoria de la v?ctima de Dioniso que cre? el mundo con su sangre”. Sangre a sangre, Vida a vida. Ella lo llev? a un lexus lleno hasta el borde del vino tinto, y el hombre de Creta, agarrando el borde del lado blanco m?rmol de los lenos, comenz? a hundirse con cuidado, acomod?ndose m?s c?modamente, estir? las piernas y el vino lo cubri? hasta el cuello, y luego, Los asistentes cerraron r?pidamente la tapa del sarc?fago de Creta que yac?a en el vino sagrado. En este punto, el joven estaba muy asustado, pero ni siquiera lo mir?, por m?s que no ten?a sentido quejarse, e incluso escondido con vino y m?rmol, escuch? los c?nticos de las sacerdotisas, literalmente no siempre entendi? las palabras antiguas, pero el significado vino a su mente en parte. Las sacerdotisas le pidieron a Elicia que resucitara y purificara al nuevo ministro de los dioses, con la ayuda del vino y el icte divino. Los himnos se prolongaron durante mucho tiempo, pero a?n no hab?an comenzado a asfixiarse, a?n duraban dos horas. Finalmente, se levant? la tapa, comenz? a levantarse de su morada de m?rmol, vino vino de ?l y se le sirvi? una toalla, luego se le ofreci? sumergirse en un ba?o de arcilla, lo que hizo, lavando los restos de vino, sec?ndose, la sacerdotisa le dio ropa nueva, con bordados Mientras serpenteaban, los cantantes venideros continuaron cantando los himnos a Apolo y Elicia, las flautistas ya no deduc?an sus ritmos belicosos, y la m?sica fue reemplazada por los sonidos de la lira, solemne y callada, triunfante, importante para declarar la victoria de los dioses gemelos sobre la muerte. Niemi. La iniciaci?n de los Nearchis termin?, y la sacerdotisa principal se le acerc? y le entreg? un anillo con el signo de una doble h?lice y otro con una imagen de la esv?stica izquierda. “Has pasado por la iniciaci?n, la dedicaci?n, ahora eres uno de nosotros, y si m?s tarde, cuando todo haya terminado, tu ministerio, nos alegrar? verte volver. Las sacerdotisas decidieron no darle un nombre diferente al que la sacerdotisa de Lato le dio, usted permanece Nearhom”, dijo ella, mir?ndolo a los ojos. El joven sonri?, pensando en c?mo volver?a a casa, su madre har?a una delicia, todos estar?an muy felices. Pero la amante continu?: – Ahora todav?a tienes pruebas, Diokles y Kallifeny, te ense?aron mucho, pero es necesario para ti. Por cierto, ya te est?n esperando”, dijo con voz severa.” Todo lo mejor para ti, hierofante. “Gracias, se?ora”, respondi? el joven, y se dirigi? a sus compa?eros. Kallifen le sonri?, Diokles lo salud? con un apret?n de manos. – C?mo te fue? Siempre me interesa, solo soy un mentor. – Normalmente, fue … – pero notando el aspecto estricto de la maestra, Nearh cambi? ligeramente la respuesta, – Interesantemente. – y sonri?, por el rabillo del ojo observ? la reacci?n de Kallifeny, y ella sonri? y sus rizos ya no temblaban de irritaci?n. – Ahora, una cena en honor a la dedicaci?n, luego volvemos, y usted responder? a los enigmas. – y sonri? un poco misteriosamente, y mir? al hijo del arconte casi como a un igual. Las mesas estaban cubiertas en una tienda de campa?a, y todos recibieron un platillo solemne de plata: tazas y platos. Veinte personas estuvieron presentes, y veinte cajas cenaron. Primero, la sacerdotisa principal y Diokles encendieron el fuego de Apolo con una copa incendiaria. Nearh vio una curiosidad por primera vez, solo escuch?, y encendi? velas de cera en honor de Ulla y Elissia. “La luz complace a los dioses de la luz, dijo, no necesitan sangre”, dijo la sacerdotisa con voz solemne. Beberemos en honor a los dioses de los gemelos, y todos la siguieron y bebieron el vino de los tazones vertidos del vaso com?n, como un signo de comunidad. Las copas no eran simples, tal joven solo ve?a en las im?genes, en forma de un cisne: la cabeza y el cuello eran el asa de la embarcaci?n, y la copa tambi?n ten?a forma alargada, imitando el cuerpo de un ave. Luego se sirvieron varios alimentos, pero algunos, principalmente frutas, quesos y galletas, consumieron la salud de Nearh y sus mentores, la principal sacerdotisa. Pronto termin? la cena, y el h?roe de la ocasi?n fue a una cueva, y era un hombre joven, y sus maestros en una peque?a casa cercana, las sacerdotisas y los sirvientes del templo en carros dejados para Lato. El d?a era inc?modo, ya estaba oscureciendo, el sol se estaba poniendo, el cielo se estaba oscureciendo por el deslumbrante azul, se levant? una ligera brisa, y hac?a un poco de fr?o, el joven encendi? una l?mpara de arcilla, apresuradamente arroj? el chit?n donado con un hermoso bordado, vestido de forma sencilla, bati? su pila de heno fresco y coloc? el viejo se cubri? y se prepar? una nueva para cubrirse, se desvisti? de nuevo, pero de repente oy? arriba, en las escaleras, un crujido, como si alguien estuviera bajando las escaleras, oyendo esto, Nearh sac? apresuradamente una daga (por si acaso) y fue a ver oh esto en la noche buscando tra?do? Despu?s de unos pocos pasos, y de pie alrededor de la esquina, mir? m?s de cerca y, en el crep?sculo, vio la figura luminosa de Kallifen envuelta en un impermeable, de modo que solo su bonita cara era visible. “?Alguien se prepar? para atacarte, valiente guerrero?”, Pregunt? riendo. “Decid? visitarte, comprobar c?mo te sientes despu?s de la iniciaci?n, si tienes una cama blanda”, dijo, yendo al joven, llev?ndolo Mano, y lo mir? a los ojos con cuidado y con calidez. “Tienes unos ojos hermosos, gris, eres un chico muy hermoso”, dijo la sacerdotisa con gusto. – Vamos. dijo ella con un profundo jadeo, llev?ndolo a la cama, ?l not? que hab?a una peque?a bolsa en su mano. Ella se sent? en su cama, y un letrero me invit? a sentarme uno junto al otro. Nearh con cuidado, sin levantar la vista, mir? la belleza que ven?a a visitarlo, en su hermoso rostro, en los rizos de pelo que ca?an sobre sus hombros. Ella le puso la mano suavemente en el hombro, tocando la cicatriz, y dijo: “Y la diosa no se fij? en m?, no merec?a saberlo”, dijo con voz herida, “pero luego te conoc?”. – y puso su mano en su muslo, de modo que el calor envolviera al joven, y luego colocando su mano en la parte posterior de su cabeza, lo bes?, y no se apag? durante mucho tiempo, y con la otra mano se quit? el impermeable, permaneciendo desnudo. Nearh la estudi? con ojos cari?osos: uno peque?o, con un hermoso y largo cabello rizado, que llegaba a sus nalgas, un poco robusto, con hermosas y fuertes caderas y peque?as piernas y un pecho redondo, era simplemente encantador. Kallifen sac? una peque?a ?nfora de la bolsa y una s?bana que hab?a puesto en el viejo impermeable Noarh y una almohada peque?a para ella, y levant? los ojos al iniciado: “Ven aqu?, mi peque?a”, dijo, acerc?ndose a s? misma, y el mundo se hab?a ido para Nearh. La noche pas?, como dir?a Nearh m?s tarde, siendo una experiencia sabia, en vigilias org?nicas, pero por la ma?ana se quedaron dormidos. El joven se despert? primero, y la se?ora que lo hab?a dedicado toda la noche a los misterios del amor, segu?a durmiendo sobre su almohada, con el pelo esparcido, envuelta en una manta, sali? con cuidado de debajo de su impermeable, corri? a lavarse y se visti?, ella escuch? sus acciones y Despertando a la sacerdotisa, primero bostez?, luego estir?ndose abri? los ojos, “Buenos d?as”, dijo Nearh, y la bes? en los labios, ella lo abraz?, le devolvi? el beso y le toc? el cuerpo con los pechos desnudos. “Me tengo que ir”, ella le sonri?, dijo a la ni?a, “Creo que s?, pasaste la siguiente prueba, se ri?, d?ndole palmaditas en el pelo. – Que Pens? que te gustaba – El amor le agrada a Elisia, y t? le est?s agradando a ella, agit?ndose el dedo con reproche y poni?ndose el chit?n, le dijo a Kallifen: – Y me gustas, pero ten?a que instruirte en el amor para que tu vida fuera completa, para lo que ser?a. para vivir Recuerda, el camino espiritual es el camino de Apolo, y el camino de Dionisio es sensual. – Y Elissia? “Tambi?n es sacrificado, as? es, glorioso”, se sent?, estir? las piernas y se puso sandalias. ?l comi?, y pronto lleg? su mentor, y como no era nada, ella comenz? a ense?arle, mostrando los m?todos de escritura, y al d?a siguiente hizo los ex?menes. “Vas a adivinar acertijos, y solo tres”, dijo ella. – Dif?cil? – pregunt? el joven – Por qui?n, como encogi?ndose de hombros, respondi? la sacerdotisa. – Puedes manejarlo. Probablemente, – dijo ella, tomando su mano y mir? con amor en sus ojos. Para Nearh, la noche antes de que las pruebas fueran dif?ciles, trat? de buscar posibles enigmas con Homero y Her?doto, tratando de ganar la sabidur?a de los antiguos, todo fue in?til, pero en medio de la noche un sue?o ben?volo lo venci?. A la ma?ana siguiente, al despertarse, se lav? r?pidamente y se visti? con un traje viejo, luego pens? que el d?a era solemne, se puso un chit?n con un meandro, sin olvidar el brazalete en su mano. Usando sandalias, vio a Kallifen en la pendiente, agitando su mano invitadora, y se fue, casi corri? para encontrar su destino, y uno pod?a decir casi, y casi no se preocup?. El joven entr? en la casa, dividido en varias particiones, se par? en medio de la mesa, y detr?s de ?l, en los sillones decorados con ricas tallas, se sentaron Kallifen y Diokl, una sacerdotisa desconocida, una mujer de treinta a?os, con el pelo rizado oscuro, con un hermoso vestido verde oscuro y un impermeable, con un alfiler en forma de leona hecha de oro puro, y en su esbelto cuello colgaba un collar de oro, en forma de alas de p?jaros, cerradas entre s?. – C?mo te llaman, joven? ella pregunto “Me llamo Nearh”, respondi?, “a instancias de la sacerdotisa Leto, nuestra ciudad”. “Has pasado la limpieza, ahora tienes que iniciar, pero primero, tienes que adivinar tres enigmas, seg?n el orden de Ulla. As? que vamos a empezar. Puso en una mesa de madera dif?cil tres figuritas de plata: Afrodita, Artemisa y Atenas. Afrodita fue representada desnuda, emergiendo de una perla, Artemisa con un arco detr?s de su espalda y con un oso a su lado, Atenea con un escudo en la mano.“Dime, ne?fito, qu? significan estas figurillas, su significado y su significado”, dijo triunfante y se recost? en su silla. Nearh comenz? a pensar, su elecci?n fue casi como la de Par?s con una manzana dorada, y hay tres diosas delante de ?l, y la elecci?n es verdadera, no tan cruel, record? el sue?o de Elisia y los Campos El?seos, record? las lecciones de Kallifeny, Artemis de Efeso y habl?: – Esta es toda una diosa, la gemela de Apolo-Ull, la gran Elicia. Todo uno en una persona, y esto es solo su encarnaci?n, m?s bien emanaciones. “Respondi? sabiamente, y su respuesta es correcta”, dijo la sacerdotisa con voz severa. “La siguiente pregunta: Cu?l es el significado del Camino de Dionisio y el Camino de Apolo?” – Es simple, respondi? Nearh, y sonri? involuntariamente, recordando la noche del amor con una chica hermosa y sus instrucciones, -El camino de Dionisio para conocer el mundo a trav?s de los sentimientos y el camino del conocimiento de Apolo del mundo a trav?s de la mente, el camino espiritual. El s?mbolo de Apolo es Meandro, y Dionisio es un racimo de uvas y hiedra rizada. – Y Elissia, ?cu?les son sus s?mbolos? – hizo otra pregunta “El m?s grande, en cada templo hel?nico, es Palmette, que corona el friso como la esperanza de la resurrecci?n”, respondi? Nearht. “T? eres uno de nosotros, Nearh, la sacerdotisa mayor habl? con voz c?lida, y si a los ojos de todos los Hellas hay alg?n hechicero cretense, entonces a donde te lleve el destino, conocer?s los convenios de los dioses ante los ojos de los que no saben. Ahora eres Cortes, un guardi?n de Dios, un coribante, que conoce las instituciones divinas. T?melo como un signo de comunidad y ll?velo con honor, y le dio al joven un anillo con una imagen de la esv?stica izquierda. – Te felicito, dijo Diokles, – ahora no es un ni?o, pero la ?ltima iniciaci?n, fumando, koribant, un hombre sabio, – en serio, la verdad con algo de estrabismo dijo eso, – te ense?? a sostener una espada y una lanza, prueba Honor, ahora te has convertido en un mensajero, un guerrero de Dios. “No debes cortarte el cabello”, coment? Kallifen con severidad. “Recuerda las instrucciones, es hora de que te vayas y te despedir?”. Nearh fue a recoger sus pertenencias simples, quit? su cama, de hecho, un mont?n de paja, y tom? su viejo impermeable y una bolsa con pergaminos. Cuando regres?, les esperaba una risita, Kallifen estaba sentado en un carruaje, y en las cabras hab?a un anciano que asist?a al templo, Diokles permanec?a en la casa del sacerdote, como siempre fuerte y confiable. “Adi?s, chico, y deja que la suerte te acompa?e”, le dijo al hierofante, “y sigue la postura correcta, no gires el cepillo cuando golpees, y observa la caminata, en pocas palabras, Nearh, no te dejes matar”. Y si algo sale mal, siempre me alegro de verte aqu?, el asistente no me interferir?”, repiti?, sacudiendo los hombros, y accidentalmente levant? la manga del chit?n y cambi? su cara, se puso p?lido, no por miedo, el navegante sab?a que El mentor no es miedo, sino por sorpresa y dolor para el estudiante. “No sab?a que todo hab?a pasado as?”, y ech? una r?pida ojeada al carro, pero la sacerdotisa se distrajo y no los escuch?, “Diosa elegida”, dijo en voz muy baja, “Ruega por nosotros”, repiti?, y puso un pu?o en la frente. y se inclin? f?cilmente, – Tenga cuidado y no le diga a nadie sobre el letrero. Adi?s y s? feliz si funciona, – dijo, y Nearhar ya estaba subiendo al carruaje, el conductor tir? de las riendas y los viajeros partieron. Salida El carro estaba muy tembloroso en los bultos, y el camino no era muy suave en absoluto, pero Notarh se acomod? bien en los colchones, y estaba casi c?modo, Kallifen tambi?n se sent? en las almohadas y se sinti? bien, pero se cubri? con un velo para no atraer los ojos de otras personas. Y para que el polvo no se atasque en la cara y el cabello. El vag?n estaba cubierto por una sombrilla del sol, de modo que sus rayos se frieron no sin piedad. Por supuesto, manejamos lentamente y observamos los campos y jardines que pasaban, m?s cerca de la noche, que ?bamos a parar en la posada. De vez en cuando, Kallifen hablaba con su compa?ero de viaje: – Entonces tu padre Androtim quiere decir? Mi padre conoce a tu padre, tambi?n se sienta en el Consejo de Lato, Aqu?, Nearh, quien se acurrucaba c?modamente sobre las almohadas, se atragant?, imaginando la reacci?n de su padre ante un nuevo conocido, porque ni siquiera era un efeb?, pero pap? ten?a un car?cter afilado, y con la edad no se volvi? m?s tranquilo. Niarchu m?s de una vez se cay? por haber navegado solo en el mar, o por bucear demasiado profundo, tratando de encontrar el anillo de Minos en el famoso lago Voulismeni. Mir? de nuevo a la sacerdotisa que le sonri? dulcemente, sentada a su lado, y sinti? el calor de su muslo a trav?s de la tela, ya entendiendo a qu? se refer?a, pero ?l fingi? no comprender. – Genial, eso es bueno. C?mo puedo no recordarte en absoluto? Estar?amos familiarizados. “Me dieron muy poco para el templo, y rara vez estoy en casa. “Tristemente, sin parientes?”, Le pregunt? al joven, pensando en un amigo, que ella era cinco a?os mayor que ?l, aunque muy hermosa e inteligente, pero conociendo el orden cr?tico, y si hablaba con su madre, se casar?an con ?l y se avergonzar?a de que ?l Todav?a terco y no aprecia su felicidad.“Pero cocino bien, y s? c?mo hacer el servicio de limpieza, y tenemos siete de ellos muy influyentes”, dijo ella con cuidado al observar la reacci?n de Nearh. Al joven le gustaba mucho la sacerdotisa, pero no le gustaba ser obligado a algo. Aunque aqu?, no cambiar?s nada, por lo que estaba destinado. Pasamos la noche en una posada, e incluso las pulgas no estaban all?, lo que es extra?o. Poco a poco se fueron acercando a su amada ciudad, y en la posada, al lado de la puerta, Kallifen orden? detenerse, y se dirigi? a la habitaci?n de la anfitriona para cambiarse de ropa. Sali? de la belleza ya escrita, con ropa que costaba una fortuna, con un chit?n de seda, con el mismo abrigo de seda, con hermosas sandalias de cuero en relieve, las orejas estaban atadas con aretes en forma de serpientes, cuentas de oro alrededor de su cuello, oro temporal en la cabeza. Con anillos, pelo y tumbados en una ola, Nearh no pod?a apartar los ojos de la belleza. – Te gusta, Nearh? – Lo mir? y sonri? con picard?a. “No puedes quitarte los ojos”, respondi? el joven un poco perdido. “?Por qu?? – No puedo, de todos modos, tus padres parecen un desastre, lo que dijo una chica Se subieron al carro, y pronto estuvieron en la finca de Androtim, Archon Lato. La casa era igual que antes de la salida de Nearh, con un pavimento de piedra angosto y una zanja para el agua, una cerca a la altura de un hombre de piedra tosca, con hiedra, que f?cilmente la superaba. Los ?rboles frutales crec?an sobre la cerca, y el techo de tejas rojas era visible. El joven llam? a la puerta con un anillo de bronce, casi inmediatamente se abri? la puerta de roble por una puerta de roble, pero se visti? festivamente. "?Qu? sucedi?? Pensando en Nearh, definitivamente no inform? a mis familiares cuando regres?”. Desde el jard?n vino el grito del padre: “Qui?n vino?” “Este soy yo, padre”, grit? Nearh, y los familiares ya fueron a reunirse con ?l, con invitados que ?l no conoc?a, pero mirando a su compa?ero, me di cuenta de que ella los conoc?a bien. Al principio, sus hermanas, Hellanik y Berenice, corrieron hacia ellas y comenzaron a preguntar a su hermano: – Noarch, est?s de acuerdo con nosotros? Y qu? pasa con las monta?as? Y los regalos tra?dos? – Ellos compitieron entre s?, y el hermano le entreg? regalos a cada uno de los cinturones de cuero repujado, similar a no pelearse entre ellos, despu?s de eso, comenzaron a mirar a Kallifen y le preguntaron: – quien eres tu Y t? por mucho tiempo? ?Eres realmente una sacerdotisa? ?Tienes una serpiente? As? que ni siquiera la pobre muchacha pudo decir la palabra. “Y ella es hermosa, de verdad, hermano”, dijo la astuta Berenice, y mir? el milagro con los ojos bien abiertos en los ojos de Nearh, y Gellanika se ech? a re?r en voz alta, as? que todos los rizos se rieron con ella, por lo que lograron poner la pintura y la sacerdotisa y la cortina en la pintura. Entonces el padre y la madre del navegante se acercaron, y con ellos el padre y la madre de Kallifeny, madre, Gorgo, tomaron la risita en sus manos, y los llevaron a la mesa con refrigerios, y Androtim, abraz? fuertemente a su hijo, y Cleon y Rada abrazaron y besaron a Callifen. hija – Hola, hijo, madurado, con atuendo sacerdotal, y regres? a tiempo. Tres meses despu?s, el barco naveg? a Macedonia, ir? a visitar a Felipe de Macedonia y su hijo Alejandro. – Y t?, hola, hermosa, hija de mi amigo Cleon, bella como el amanecer, no por nada que tu madre se llama Rada (radiante). “Sent?monos a la mesa y hablemos”, dijo Androtim a todos, y los anfitriones e invitados fueron a un peque?o jard?n lleno de hiedra, con hermosas peras y melocotones, con una mesa en el centro, donde se sentaron en los electrodom?sticos confeccionados con comida. Hab?a muchas delicias, pero Notaru no estaba preparado para la comida, pusieron a Kallifen a su lado, ella sonri? felizmente, puso una rodaja de liebre blanca en su plato y observ? lo que com?a. “Ciertamente est? decidido”, afirm? Androtim, y Cleon asinti? su acuerdo con Rada, y Gorgo, que hab?a regresado de casa, hab?a acostado a sus hijas. “T?, Nearh, te casar?s con Kallifene, y no me atrevas a objetar”. Sabes que en Creta tenemos viejas costumbres, y las honramos, la chica te eligi?, no te import?, y en nombre de Afrodita, te casas. No hay nada que tirar, todo est? listo, discutimos todo con Kleon, la boda de ma?ana, con estas palabras Kallifen se sonroj? y baj? los ojos, y Nearh no se opuso, en primer lugar, sin sentido, y en segundo lugar, para qu?? Despu?s de todo, le gustaba la chica.“Querido, sal de la mesa, para un par de clepsydr, hablemos”, le dijo su padre, el joven se levant? y sigui? a su padre por la esquina de la casa. “Hijo, entiendo que eres joven, pero la sacerdotisa est? de acuerdo en casarse contigo, y t?, mientras ?l est? firmemente flojo sobre sus hombros con manos poderosas, tengo un hijo y no quiero pensar que morir?s y nuestra raza se interrumpir?, – y aqu? ?l sonri?, – ya eres un adulto, y cuento contigo. La ni?a es muy hermosa, te ama, de una familia muy poderosa, as? que incluso me alegro de que est?n juntos ahora. Te vas, no te preocupes, y t? eres la clase sacerdotal, y ella, as? que no ser? un insulto para ella y su familia. S?, y detr?s de ella Cleon le da una dote considerable. “Entiendo, padre, y ella es muy querida para m?”, respondi? el hijo, y el padre sonri? y le dio una palmadita en el hombro con aprobaci?n, – Fuimos a los invitados, dijo Androtim, Se sentaron a los compa?eros de equipo, y Kallifen estaba todo carmes?, pero se ri?, Nearh se inclin? hacia ella y le pregunt? en voz baja. – Que paso “Me ense?aron algo aqu?”, respondi? ella, y se ri?, la sonrisa la hizo muy hermosa, y los aretes de oro en cuero carmes? se ve?an geniales. “Bueno, es hora de dispersarse, ma?ana nos reuniremos en el templo”, dijo el jefe de la casa, y llam? a los sirvientes con antorchas para llevar a los hu?spedes a casa, ahora familiares. Temprano en la ma?ana, los arcontes de la casa ya estaban de pie, los sirvientes preparaban dulces, y los due?os de la finca se vest?an para la ceremonia. Gorgo, la madre del novio vest?a el mejor vestido, joyas familiares, se cubr?a la cabeza con un rico chal, Androtim estaba en el mejor chiton de lino, con un impermeable impecablemente bordado, el novio tambi?n No vest?a de la manera habitual, con un chit?n de lino de trabajo egipcio y una capa fenicia, sandalias de cuero en relieve y la ni?era de las ni?as tambi?n estaba muy bien vestida, y Gellanika y Berenice se pusieron los mejores vestidos. Todos fueron al templo de Latona, y cerca del santuario ya estaban esperados por Kallifen y sus parientes, tambi?n solemnes, en sus mejores ropas. Todos se saludaron y, juntos, subieron el stylobate a las puertas del templo, sacerdotisa ya abierta, familiar a Androtim en ese d?a inolvidable, el brillante sol brillaba sobre el novio y la novia, como si los bendijera y deseara felicidad, la misma luz brillante cay? sobre la puerta tapizada de cobre. Santuario, reflejado en los rostros de los invitados. La sacerdotisa condujo a Kallifen y Nearh al templo, como los que hab?an pasado la dedicaci?n, el resto se qued? detr?s del umbral, por lo que ninguno de los invitados y familiares sab?a lo que la sacerdotisa le dijo a los reci?n casados. Y mucho se ha dicho. “Vamos, Kallifen y Nearh, eres una chica que eligi? un camino dif?cil para ella misma. Nearh tiene la intenci?n de encontrar un Nuevo Mensajero de los Dioses, el verdadero Salvador”, Kallifen mir? a su esposo ya con consternaci?n, “Pero, como dijiste, Elicia lo mira con agrado, y la sacerdotisa expuso el hombro del joven, despu?s de haber examinado la Ficha y el brazalete, as? que rezar? a los dioses por los dos y todo saldr? bien. No eres anarca, tomas una esposa mayor que t? y la sacerdotisa tambi?n es una elecci?n dif?cil y siempre te ayudar?. Te bendigo en nombre de los dioses y s? feliz”, dijo la sacerdotisa con una sonrisa alegre, y bes? a ambos. “Y guarda el secreto”, se despidi?. Los reci?n casados salieron del templo, donde fueron ba?ados con p?talos de rosa, y el feliz esposo y esposa fueron a la casa de Androtim y comenzaron a celebrar, la comida estaba lista. Hab?a hospedaje para hu?spedes en el jard?n, que eran pocos, ocho m?s, todos miembros del Consejo de Lato. La golosina estaba bien, y los vinos eran delgados y maduros, Kallifen vest?a un vestido de color rojo oscuro, como el de Nearh, y sus camas estaban una al lado de la otra, y la mesa era una para dos, la joven esposa colocaba cuidadosamente a su esposo con at?n, luego moray con uvas y luego con estofado. cabra Los sirvientes dieron a los invitados guirnaldas de flores en honor a los j?venes, quienes con entusiasmo levantaron sus cabezas ya borrachas. Todo el jard?n estaba decorado con flores, el aroma divino llenaba el aire de la tarde y ya no hac?a tanto calor. – Por la salud de los j?venes! – sonaban exclamaciones de hu?spedes alegres, – S? feliz, en nombre de todos los dioses! Los invitados alabaron golosinas, vinos y la hospitalidad de los anfitriones. Nearh bebi? bastante, al igual que Kallifen. Pronto los invitados comenzaron a dispersarse, y todos fueron a acompa?ar a la joven pareja a las c?maras matrimoniales. Nearh tom? la c?lida palma de Kallifeny y la llev? a su habitaci?n ahora en la casa de su padre. El pasillo estaba decorado con l?mparas, guirnaldas de flores colgadas en las paredes, y los sirvientes cantaban canciones, todos se alegraron, les dieron comida y regalos, el joven esposo abri? la puerta y dej? ir a su esposa, ella se ech? a re?r y pis? la alfombra delante de la cama. Ayud? a la belleza a desvestirse, se prepar? para acostarse ?l mismo, y trataron de no decepcionarse con los planes del arconte Androtim para conseguir nietos. As? que pasaron unos meses, Kallifen sirvi? en el templo de Lato, a las almas de su hogar no les gust?, pero pronto fue necesario emprender un viaje. Un d?a, una semana antes de navegar, Kallifen se acerc? a Nearh, “Mi esposo, me he vuelto soltero”, dijo con un sonrojo en sus mejillas, El joven la abraz? y la bes?. “Muy bien, y soy culpable ante ti, pronto te dejar?”, dijo con amargura. – No hay culpa de nadie, el destino, la voluntad de los dioses, y me alegro de haberte conocido. Los hombres comunes temen a las sacerdotisas, y no pudieron casarse conmigo, dijo ella, sacudiendo la cabeza. “Estamos felices, ?qu? m?s se puede pedir?” Ella extendi? los brazos, lo abraz? y lo bes? con fuerza. – Tenemos que decirle al padre ya la madre, “S?, y mis padres tambi?n”, – asinti? mi esposa. – “Vamos, es hora de desayunar”. Vinieron, todos ya se hab?an reunido para comer, y Kallifena le dijo esta noticia a Androtim en su o?do, ?l se anim? y exclam?, alzando sus manos: “Gloria a los dioses!” Gorgo pregunt?: “Cu?l es el problema?”. “Entonces, entonces”, respondi? el arconte, “Lato no nos dej?, toma algo, sino tambi?n recompensas”. Pas? una semana en la reuni?n, Nearh result? ser un impresionante paquete de bienes, y ?l acompa?? los bienes de su padre a Macedonia: aceite, azafr?n, lino egipcio, y el barco era su padre; ten?a un viaje mensual por mar, de isla en isla, hasta Amphipolis. capturado por Philip Port en el r?o Strymon. El barco estaba bien equipado, era un barco mercante, navegaba y estaba en el puerto de Lato. Cuando Nearh y Kallifena montaron un bote alrededor de la isla de Voulismeni, llamada as? por el protector de Ullia, vieron esta embarcaci?n. Esposa, sacerdotisa, pero ella era una verdadera ni?a cretense, y amaba el mar y los barcos, y cuando era posible, antes del embarazo, a ella y a los j?venes les encantaba nadar en el mar, entonces parec?a que Almostarchus era casi desnuda, hermosa, con el cabello largo y rizado. As? lleg? el triste d?a de la despedida, los sirvientes llevaron el equipaje del Se?or al barco, y uno de ellos se fue con ?l a Macedonia, porque no es apropiado que una persona noble viaje sola. Androtim y Gorgo lo acompa?aron a toda la familia hasta la nave, y caminaron por delante del brazo de Kallifen con Nearhom, que de vez en cuando lo miraba a los ojos, como si tratara de recordar mejor. Caminaron por una calle pavimentada con piedras talladas, hasta que el calor descendi? sobre los orgullosos, el sol acababa de salir sobre el mar infinito y sus rayos dorados iluminaban las infinitas extensiones del reino de Poseid?n. “Bueno, adi?s, hijo”, – dijo Androtim, abraz?ndolo, “la diosa te ha elegido, y tienes que hacer lo que sea necesario” “Vuelve pronto”, – dijo Gorgo a su hijo, llorando y trag?ndose las l?grimas, sin tratar de esconderlas, simplemente frot?ndolas con un pa?uelo. “Nos encargaremos del beb?”, repiti? ella, abraz?ndolo y d?ndole un beso de despedida. – Madre, deja ir al hijo, coment? el sonriente padre: – Que ?l y su esposa se despidan, no se ir?n para siempre. “Buena suerte, s? que no morir?s all?, regresa pronto”, – le dijo Kallifen, tambi?n sec?ndose las l?grimas. “No llores”, – Nearhs le susurr? al o?do, – “Todo estar? bien, y en un a?o te llevaremos a Amphipol, Ella le lanz? ojos rojos y sonri? un poco: “Entonces, est? bien, pero despu?s de un a?o no podr? y me acarici? el est?mago”, es mejor en dos. – Aqu?, y estuvo de acuerdo, dijo el joven encantado de que su esposa dej? de llorar. Nearh subi? por la pasarela hasta el barco, el sirviente ya estaba a bordo, los marineros desataron las cuerdas y el bote se prepar? para llevar el barco a la redada. El joven vio a su padre agitando la mano y quer?a algo bueno, y su madre y su esposa agitaron sus pa?uelos, en memoria de Atenea-Elissia, quien cubri? a los helenos con su cubierta, y cubri? el mar. Su barco, “Caballo del mar”, se dirigi? a la redada y despidi? a la vela, el viento era bueno y condujo el barco conducido por un piloto experimentado, hacia el norte, hacia nuevas distancias inexploradas, dejando a la ciudad amada a popa. El viaje tuvo lugar cuando hac?a buen tiempo, pero Nearh no se acostumbr? de inmediato al encofrado, al principio se tambaleaba bien cuando el barco se zambull?, y luego subi? la ola, los marineros bromearon indebidamente, un navegante inexperto. Pronto, el ayudante lo llev? al entrenamiento y continu? las instrucciones de Androtim, quien ense?? c?mo mantener el barco en diferentes direcciones de las olas, para que el mar no golpeara el costado del barco, c?mo navegar el barco a trav?s de las estrellas en la noche.Aqu? el joven era m?s simple, las constelaciones, sus nombres, su esposa lo forz? a aprender cuando estaba estudiando en la Cueva de la Idea. El timonel, que tambi?n es el capit?n, llevaba un nombre muy adecuado para ?l: Navcratius, era un hombre fuerte, sorakaletny con una peque?a barba, que llevaba, solo para no afeitarse. El sirviente de los Nearhs nadaba bien, y ?l y los marineros eran adictos a la captura de at?n, en el cual se mostraba a s? mismo como un maestro, prepar? el cebo y h?bilmente enganch? al pez en el gancho con una red. El pescado se cocin? cuando el barco se meti? en las peque?as calas de las islas cicl?dicas, m?s all? de las cuales caminaron. En el mar, hubo otros barcos que pasaron junto a ellos, algunos a Atenas, algunos a Eritrea y otros a Megaras o Bizantinos. Pronto apareci? Skyros, donde tambi?n se encuentra el Monte Olimpo, aqu? es donde se escond?a la legendaria Aquiles y donde encontr? La muerte del h?roe Teseo, y desde esta isla hasta los estadios de Evia, parte de los iniciados creyeron que esta era la isla de Scherias, la isla del Beato. La mitad del camino estaba cubierto, y ahora Nawkrati se dirig?a a lo largo de la costa de Eubea, justo en aquellos lugares donde la flota de Jerjes estaba arando las aguas del mar Egeo. A veces, el timonel llamaba a Nearh al tim?n, tomaba un descanso, y el joven tomaba el control de la nave felizmente, le gustaba c?mo se daba cada movimiento de la nave en sus manos, las olas empujadas contra el costado, un rollo de una ola a otra, incluso el roc?o de sal que a veces cubierto. Pero estaba igualmente triste por su madre y su padre, y por Kallifen, a quien dej? poco despu?s de la boda. D?a tras d?a, caminaron alrededor de la costa de Eubea, pasaron por Halkidiki y se acercaron a la boca del Strymon. El r?o se dividi? en muchas ramas, y un piloto experimentado, que abord? el “Caballo del Mar”, eligi? h?bilmente el canal correcto, que los llev? a la ciudad. El agua del r?o estaba muy limpia, aunque estaba cubierta de juncos, y la corriente era d?bil, por lo que no era dif?cil para los marineros subir el rio en los remos. La tripulaci?n de la nave vio las ya famosas Monta?as Doradas de Pangeon, que dieron fabulosas riquezas al rey macedonio Felipe. Veinte etapas los separaron de Anf?polis, y el barco los venci? en una hora. Llegaron sanos y salvos, por lo que Nearh observ? la descarga de mercanc?as en los almacenes de Proxen de Androtim, los marineros trabajaron de manera eficiente, utilizaron trastos en el trabajo, conectaron redes con las mercanc?as y tiraron el puerto al suelo, por lo que los sirvientes de Proxenos no tuvieron que gru?ir, y los documentos fueron redactados y la transacci?n se complet?, y una parte del dinero permaneci? con el joven, y parte de los ingresos de Navcratius fue traer a un padre cretense, y en parte compr? bienes en Anf?polis, fue lana, cuero, la famosa miel macedonia. Mientras tanto, Nearh escribi? dos cartas a su padre y esposa. “Callifene de Nearch hola. Amada esposa, llegu? a Amphipolis bien, en el camino vi muchas cosas interesantes, entregu? los bienes y compr? lo que se orden? para mi padre. T?, como cretense, ya sabes, la magia del mar. Lo siento, no est?s conmigo, y ser?a a?n mejor. Narch.” “Androtym de Nearchus. Padre, lleg? a Anf?polis en buen orden, nito no muri?, el barco estaba intacto, las mercanc?as fueron entregadas al proxen a un precio acordado, y se las llev? de acuerdo a la lista y al precio acordado, y se enviaron veinte minutos de plata con “Navcratia”. Cartas en las que solo escribi? lo que le sucedi? durante el viaje, pero no lo que hab?a en su coraz?n, el joven lo sell? con su anillo y se lo entreg? al capit?n, y le entreg? tambi?n diez dracmas por los escritos al capit?n.. Tom? varias horas, y pronto el barco estuvo listo para navegar a Creta, de regreso a la amada ciudad de Lato, a trav?s de los vientos y las extensiones del mar. El nombre de Proksen era Ateneo, y se llev? a Nearch a su casa para pasar la noche, y el joven con el criado, Frig, que estaba cargado de mochilas, se puso en marcha. Pasaron Gates, el proxen se entrelaz? con los guardias, y los viajeros avanzaron por la calle, rodeados por todos lados por una valla sorda de las haciendas, despu?s de pasar un poco m?s, llegaron a la casa de Ateneo, luego golpearon el castillo con un anillo en la puerta, y el sirviente abri? la puerta para ellos. Condujo al anfitri?n y al invitado al jard?n, donde todo estaba cubierto para la cena, Nearh, caminando por la casa, pero no not? nada especial, una casa com?n, de varias habitaciones, con un techo de tejas, hecha de arcilla y cubierta de arcilla, con un peque?o jard?n. para los sirvientes, y un par de dependencias, todo es como en todas partes en Hellas. – Pase, Nearh, te presentar? a mi esposa, Aglaya, y a las hijas Antus, Diante y Chrysante. “Ll?vame anfitriona en casa”, – dijo Nearh, inclin?ndose, “Tus nombres corresponden plenamente a tu belleza”, el joven inclin? su cabeza una vez m?s, las ni?as peque?as se rieron m?s bien y se escondieron una detr?s de la otra, Aglaya sonri? con modestia. – Prodi, si?ntate, joven.Comparta una comida con nosotros. ?l lo invit? a Atenea, Nearh, primero comimos en la cama del almuerzo y les dio regalos a los hijos y la esposa del proxen, estos eran pomadas y frotaciones de Creta, fueron muy apreciados y mu?ecos de madera de muy buen trabajo con hermosos vestidos, todo esto fue preparado cuidando a Kallifen, y una vez m?s record? c?lidamente a su Nearch. La tarea estaba muy feliz con los regalos, y las ni?as perdieron todo inter?s en el invitado y corrieron a la guarder?a para atender a los hoteles. El due?o de la casa con placer visible observ? esta acci?n, y despu?s de esperar a que su esposa se fuera, y el criado comenz? a servir vino en las copas y dispuso la golosina, dijo: – Es poco probable que a Aristodim se le hayan ocurrido regalos, lo que significa que tienes mucha suerte con tu esposa, Nearh, – dijo sosteniendo una copa de plata en la mano, – si no hubieras sido esposa, perdona mi franqueza, solo tomar?as a una de tus hijas, hijas de las ocho menores, solo a alguien le hubiera gustado cuando crecieran”, agreg? riendo,” pero no ten?a raz?n para casarse”, mir? a su alrededor una vez m?s,” bueno, lo siento”, vio que Nearh estaba bien y sus labios apretados. “En la cola, puedes comer mejor, aqu? hay una hermosa anguila, y nuestro vino no es malo”, agreg?, vertiendo vino a mlyu en se?al de adoraci?n, y la de Creta hicieron tambi?n. Casi com?a pescado con gusto, en el suelo todav?a hay mucho m?s f?cil, y el vino no era malo. – Ma?ana ir?s a Pella con una caravana, y comprar?s un caballo para ti y una mula para un sirviente. “Gracias, dar? el dinero ahora”, – respondi? Host Nearch. – No es necesario, tu padre ya ha pagado por todo antes. ?l y usted pagaron por la casa en Amphipole, si quieren, miren la casa cercana, la compraron, porque estar?n en la corte del pr?ncipe, pero su casa es necesaria para la persona de su posici?n. – Gracias, estoy de acuerdo. – Ma?ana vendr?. Y compr? los criados? – dijo riendo. – Esta es tu esposa, inteligente-prudencia pensada en todo. Y sobre la mansi?n, y sobre los criados, sobre todo. Incluso hay un pozo en la casa, es una rareza aqu?. N?arh solo se sent? con la cabeza gacha y una leve sonrisa toc? sus labios, una de las cuales a?n no es razonable en comparaci?n con su esposa. “Est? bien, Proxen, intentar? hacer todo lo que deber?a para mi familia”, respondi? el joven, y Atheni le dio una palmada en el hombro con aprobaci?n, tocando el brazalete, – Qu? te pasa? – El proxen se sorprendi?. – Quien eres tu A los diecis?is? Nearh al instante salt? de la cama, estando al lado del due?o de la casa, cambiado de cara al miedo, “Te lo juro, Proxen, sabes, mi padre, es beneficioso para ti comerciar con nosotros, y nunca te mentimos, no es malo para ti ni para la familia real, te lo juro por Ullem, el Salvador y Elishia, el protector, y aqu? Nearh incidi? ?l mismo. Mano y dej? caer una gota de sangre en el suelo como se?al de juramento. – Me crees? – Creo y juro por los dioses – Ol?mpicos, que no revelar? su secreto, – contest? que – entonces usted es un sacerdote y tambi?n un iniciado? En tus a?os? dijo en un susurro. – As? sucedi?. Excepto usted, nadie lo ha descubierto todav?a, – respondi? con un encogimiento de hombros que ?l fuma. “Est? bien, pero es hora de dormir, de lo contrario ma?ana estar?s en la carretera”, remarc? el comerciante. Se separaron, un sirviente vino a acompa?ar al hu?sped a la habitaci?n, camin? con una l?mpara por el pasillo y abri? la puerta, donde ya estaba hecha la cama, y se fue a la cama. El sue?o vino inmediatamente, incluso si estaba en una casa extra?a. Las cigarras crujieron, el jard?n ol?a a flores, las flores empezaron a madurar, la cama era excelente, y las correas estaban tensas, la paja en el colch?n era fresca, por lo que Nearhar dorm?a bien, el sirviente trajo una jarra de agua y un lavabo, para que el joven se lavara. Lo que hizo, pidieron el desayuno. El desayuno tambi?n era habitual: pasteles planos, queso, miel, albaricoques secos, regados con vino diluido, y pronto termin? la comida, y Atenea y su sirviente fueron en un carrito para acompa?ar a Neararch a la puerta de Amphipol, donde lo esperaba una caravana, que iba a Pella. Pasaron por delante de la casa de los no f?rtaros, la cerca era hermosa, recientemente blanqueada con cal, golpearon, el portero la abri? r?pidamente y la pareja se acerc? a la casa, Nearh los salud?, les dio instrucciones de que mantendr?an el orden y Atheny prometi? vigilar el lugar. Propiedad hijo del arconte.Pronto llegamos a la puerta, detr?s de la cual ya estaba montada una caravana, eran tres docenas de mulas con equipaje, cinco carros y diez guardias montados, dos mercaderes y sus sirvientes. El joven sac? un arco y un carcaj de flechas de una bolsa, y la daga colgaba de su cintur?n al lado del bolso, y el sirviente estaba armado con un palo, y ?l ten?a un bast?n. El joven cretense estrech? la mano de Ateneo y le record? el juramento. El comerciante s?nior orden? ponerse en marcha y los viajeros partieron por la carretera. El terreno era muy pintoresco, pasaba frente a un lago de un gran lago, los ?rboles crec?an aqu? m?s f?cilmente que en el resto de Grecia, pero en realidad no era Hellas, sino Tracia, y adem?s, era necesario tener cuidado de no complacer a los bandidos, pero no pocos de ellos vagaban aqu?, en su mayor?a tracios y peones, aunque se construyeron torres de guardia con varias docenas de jinetes de la guarnici?n a lo largo del camino, aunque, para ser m?s precisos, un hombre de treinta a?os ya no existe. Hab?a posadas a lo largo del camino, pero no muy a menudo. Ocho jinetes, armados con dardos y espadas, se movieron a la cabeza de la caravana, y detr?s de ellos hab?a un peque?o escudo redondo, luego se movieron los carros, y detr?s de ellos las mulas con el equipaje, los comerciantes con los sirvientes condujeron con ellos, y este sistema se aproxim? con el criado. Nos movimos durante varias horas seguidas, dando a los caballos y a las personas un descanso a la mitad del d?a, y luego Condujimos a la playa, cuando comenz? a oscurecer, luego armaron el campamento, colocaron carritos alrededor y los guardias se cambiaron, protegiendo el equipaje y la gente, y el resto comi? y descans? en silencio. As? que pasaron cuatro d?as, durante este tiempo, Nearh logr? comunicarse con ambos comerciantes, los llamaron, no importaba lo rid?culos que fueran Levkon y Melon, y debo decir que sus nombres correspond?an a su apariencia, Levkon era brillante y Melon ten?a una cabeza negra de cabello, ambos estaban de Anf?polis. Pero al d?a siguiente no comenz? bien, y termin? a?n peor. Los sirvientes engancharon incorrectamente las mulas en una carreta, apretaron demasiado las abrazaderas, se pusieron obstinados, comenzaron a enganchar el carruaje, rompieron el volante, cayeron a un lado, los bienes volaron al suelo, comenzaron a recoger las pacas dispersas, Levkon y Melon corrieron para enfrentar el desorden y Todo esto tom? mucho tiempo. Finalmente se pusieron en marcha, pero los impacientes guardias galoparon hacia adelante, y los tracios fueron emboscados, de modo que todos escucharon solo los gritos y relinchos de los caballos, tres de los diez jinetes escaparon y regresaron, y en ese momento quince monta?eros con armas ligeras atacaron a los comerciantes. Thracians Pelttachs grit? algo y se lanz? r?pidamente, as? que mataron a dos conductores y tres sirvientes, pero Nearh r?pidamente sac? su arco y, recordando con gratitud las lecciones de Diokles en Creta, bes?, tir? de la flecha y un Thracian ya estaba rodando sobre la hierba. girando alrededor con un dolor terrible, y enviando una flecha por una flecha golpe? a cuatro m?s, que los otros atacantes se escondieron detr?s de una roca a cincuenta pasos de ellos. Y ya varios dardos volaron hacia Nearh, y fue muy bueno que los notara a tiempo, y se atascaron en el costado del carro al lado del Cretan, y uno de ellos rasgu?? el hombro de la joven flecha y cort? la manga del chiton. Ambos comerciantes con espadas y escudos se arrastraron hacia el joven, y Levkon le dio una palmadita en el hombro para aprobarlo, se inclin? desde detr?s del volante y recibi? un dardo en el antebrazo, soltando la espada de la mano y gimiendo a la mosca. “Nearh, eres un gran tirador, me ayudaste mucho”, dijo Melon con una cara torcida, “ten cuidado, tienes todas las esperanzas, el sirviente Nearh est? sentado junto a ellos con un mont?n de dardos y un palo. “Las cosas est?n mal, Melon, toma un dardo y c?brete con un escudo, est?s a la izquierda, estoy a la derecha, golpeo el objetivo, y esc?ndete hasta que los tracios caminen a nuestro alrededor, luego nuestros tres galopas montados galopan y cortan a los tracios”, dijo el joven, “Vamos, r?pido. Uno baj? r?pidamente la flecha, otro lanz? un dardo, ambos cayeron, y ocho enemigos se quedaron, y los helenos cayeron al suelo al instante, y el contraataque golpe? solo el borde del escudo de Mel?n, rebotando en la tapicer?a de cobre. En este momento, el sirviente estaba tirando del antebrazo de Levkon, su cara gris por el dolor. Tres jinetes, que entraron en raz?n, saltaron a los ladrones, y lanzaron los dardos por primera vez, y golpearon a los tres a corta distancia, corrieron hacia los otros con espadas, pero los monta?eros experimentados pod?an atrapar a uno de los jinetes, y rod? al suelo, pero los jinetes vieron a tres m?s que cayeron en charcos. propia sangre, pero dos monta?eros fueron capaces de esconderse en los matorrales. – Genial – Levkon grit? con entusiasmo, tomando el dardo en la mano, “Aquellos que golpearon a nuestros jinetes vendr?n corriendo ahora”, suspir? Melon con una cara torcida, un escalofr?o comenz? a golpearlo. – Los sirvientes se prepararon para una pelea, lograron armarse, y nuestros jinetes deben estar escondidos detr?s de una roca. “Y los carros se mueven, debido a ellos, nos enfrentamos a los ladrones”, dijo Nearh. “Bien hecho, hombre”, Melon lo elogi?, y r?pidamente comenz? a ordenar a los carters que fabriquen una barricada de carritos, los sirvientes inmediatamente comenzaron a hacer lo que se requer?a. De repente, se escuch? el ruido de cascos en el suelo, el miedo apareci? frente a los mercaderes, y si fuera el caballo tracios? Pero el destino favoreci? a los viajeros, eran macedonios, y frente a treinta soldados armados y pesadamente armados, un joven, casi un ni?o, con el pelo rubio ondeando en el viento, y luego le dijo a Nearhar que este era Alexander. En la corte de Alexander – Saludos, invitados! Me alegro de verte aqu?, y t?, probablemente, a?n m?s, ?pero vine a encontrarme con Nearch, un cretense designado para mi s?quito! Espero que ?l est? vivo y que haya llegado a tiempo! – En voz alta y clara, como antes de la formaci?n de tropas, dijo el pr?ncipe. Mientras tanto, los jinetes de su s?quito, dispers?ndose como un abanico, y peinaron el vecindario. – ?Estoy aqu?! exclam? Nearh, retirando el arco en el fuego y lanz?ndolo con el temblor a sus espaldas, Alexander lo vio desmontado de inmediato y el joven alto y apuesto, como se supo m?s tarde, Gefestion, sentado a horcajadas, tom? su caballo por la brida. – Hola, Nearh, I-Alexander (entonces su nombre era un nombre infantil, pero fue olvidado), el hijo de Philip, Argead. Eres de Creta? S?, desde Creta, soy el hijo de Arconte Androtima de la ciudad de Lato, llegu? a tu s?quito en cumplimiento de la voluntad de los dioses. “S?, todos son hechiceros cretenses”, dijo sonriendo y con la cabeza ligeramente hacia la izquierda. Camin? lentamente hacia la roca, inspeccionando a los tracios muertos y heridos que yac?an en el pasto. Fue seguido por diez personas a caballo. – Chicos! Siervos aqu?, venden a los heridos!”. Se inclin? hacia uno, un tracio pelirrojo y pecoso, que le sujet? el muslo con una flecha cretense. – Eres un gran arquero, Nearh, pero qu? clase de doctor eres? Ven aqu?, atemos al tipo, llam? al nuevo oficial, mir? dudo a Hephaestion, se encogi? de hombros y vio que le era familiar. – Vete, ven aqu? Nearh, no termino cautivos, traigo un pa?o limpio y tomo el vinagre. Nearh tom? las cosas requeridas en el carro y camin? hacia el prisionero ya sentado en el pasto, el pr?ncipe ya se hab?a cortado la pierna del pantal?n con un cuchillo y, tomando un frasco de vinagre, empap? la tela, limpi? el lugar lesionado, vio que no estaba ofendido, pero parte de la punta sali? con otra Los lados del muslo tiraron ligeramente de la flecha. – Tienes puntas escitas? Lobulado? Esperanza sin espinas innecesarias? pregunt?, y el hombre de Creta solo asinti? en respuesta, apoyando la pierna del hombre herido. “Ag?rrate fuerte”, y le dijo algo al prisionero tracio, que apret? con fuerza sus mand?bulas, y al pr?ncipe con cautela, pero r?pidamente arrastr? el canal de la herida, el hombre herido se qued? sin aliento, y se apoy? en Nearchus, pero con destreza recogi? Tejido grueso en las heridas, y se vend? firme y h?bilmente, para que la sangre dejara de fluir r?pidamente. “Es tuyo”, el pr?ncipe asinti? con la cabeza a su nuevo Eterus, “Es bueno que no quisiera acabar con ?l, no me gusta”. Entonces ?l te jurar?, y tendr?s un gran escudero. Mira el resto, ?alguien puede ayudarme? – grit?, – y los sirvientes de los mercaderes se apresuraron a actuar. “Rey, toma t? a los tracios, nos salvaste, son tuyos”, dijo Levkon y Melon. – Tomar? tu carruaje hasta la fortaleza, luego te devolver? hasta la tarde. Y enterrar a los tracios muertos – orden?, Los sirvientes y los trabajadores cumplieron la orden, retiraron a los muertos y les quitaron los valores que ya no necesitaban, as? como las armas que eran caras, y que eran caras. Levkon y Melon se despidieron de Nearh y, junto con su sirviente, se unieron a la comitiva del pr?ncipe. La comitiva con Alexander y Nearhom se pusieron en marcha, y detr?s de ella un carro con cinco tracios, vendados y atados, mont? detr?s de ?l, y dos macedonios montados estaban vigilando el carro. Despu?s de un par de horas, llegamos a la atalaya, donde el pr?ncipe tom? el carro de la guarnici?n y lo envi? a los mercaderes. – A donde vamos? – pregunt? un ciudadano de Creta del compa?ero del Gran Pr?ncipe, “En Miez, a la escuela a Arist?teles”, respondieron los Dulces, “Mi nombre es Nearh”, volvi? a aparecer, tratando de ser cort?s. – Hefaestion, tambi?n pertenezco a la comitiva de Alexander, agreg? un joven alto. – No muy lejos de la ciudad, decidi? reunirse con usted, el rey advirti? que estaba de acuerdo con su padre en que lo enviar?a, … y por mejores relaciones. Bueno, todo sali? muy bien. Visto como Alejandro aprendi? medicina? Arist?teles nos ense?a muy bien, y usted aprender?: filosof?a, matem?ticas, m?sica, astronom?a, muchos vinieron al pr?ncipe solo para tomar lecciones de ?l, porque nuestro maestro es de Asklepiades, sanador hereditario. “Excelente”, agreg?, pero pens? para s? mismo: se puede comparar con los coriants de Creta? “Est?s casado”, pregunt? Hefesti?n, inspeccionando las marcas en su t?nica, “El ?nico hijo de su padre”. Entonces puedes traerla aqu?, no a Miez, en Macedonia, Anf?polis. Dos a?os despu?s.?Eres realmente un hechicero? – ante estas palabras, los ojos del gigante se volvieron redondos, – sobre Creta todos los hechiceros, agreg? afirmativamente. “No, solo un iniciado”, Nearh decidi? revelarse parcialmente, para que no fuera atrapado en una mentira. Entonces, en el camino, y pasaron unos d?as hasta que llegamos a Mieza. En el camino, Alexander y Nearh, un m?dico regular, examinaron a los heridos, les dieron de beber y cambiaron los vendajes, y tambi?n ataron a tres macedonios heridos leves de La comitiva del pr?ncipe, eran muy h?biles, por lo que no murieron pacientes en el camino. Apareci? Miez, una ciudad hermosa, inmersa en jardines, dada por Philip a su hijo para aprender y aprender. Sin embargo, en posesi?n tambi?n. Cuando llegaron, todos desmontaron, y las p?ginas que se acercaban llevaron a los caballos a los establos, y Alexander condujo a los cretenses hacia el tracio rescatado. “Ese es tu hombre”, dijo el pr?ncipe, se?alando al prisionero, “toma su juramento”. El rey le dijo algo al monta?ero, se levant? del suelo, donde desembarcaron todos del carro, mirando el rostro de Neararch, fumando, escuch? la palabra “Nearh” en el discurso del joven, y se dio cuenta de que estaba representado ante el prisionero. “Su nombre es Teres, as? que tome una daga, p?ngala en sus manos como se?al de que est? tomando servicio”, explic? el macedonio. Teres dobl? la rodilla, habl? con claridad en su idioma natal, extendi? las manos hacia Noaru, con las palmas hacia arriba, y con una daga y un cintur?n en sus manos, el tracio se inclin?, se enganch? el arma al cintur?n y cojea, se coloc? detr?s de la parte posterior de la corte. “Ahora pelear? contigo en la batalla, como un escudero, y debes alimentarlo y recompensarlo”, se ri? el joven pr?ncipe. “Todo est? bien, vivir? con mi equipo, lo cuidar?n y le ense?ar?n helen?stico. Y ahora vamos a la casa de ba?os, y luego a almorzar y una lecci?n. Casa de ba?os, era un gran edificio de piedra, cubierto de azulejos, dentro del cual, por un lado, una sala de duchas, Nearch no ve?a nada en Creta, a lo largo del techo hab?a tubos de bronce para agua y dos docenas de regaderas, en forma de hojas de loto, desde las cuales se vert?a agua sobre el agua, y en el piso de la celos?a para drenar el agua, y el piso era, adem?s, de m?rmol, con im?genes de bosques y del mar. Todos los amigos de Alexander fueron al ba?o: Hephaestion, Garpal, Eumenes, Ptolemy, Leonnat, Filota, Nearh, Erigy, Laomedon, todos los j?venes de familias nobles. La asistente abri? el agua, y ella verti? sobre el lavable, el hombre de Creta limpi? el cuerpo durante mucho tiempo con una esponja, y luego, sinti?ndose limpio, entr? en el vestidor donde yac?a ropa limpia, blanca y gris, de lino fino, se puso los zapatos y esper? en el banco a los dem?s. Pronto todos salieron, y despu?s de sentarse un rato, fueron a comer, la comida era muy simple y la curiosidad era curiosa, pasteles comunes, queso, miel y vino diluido, as? que comimos todo r?pidamente, salimos y nos dirigimos al jard?n de la escuela donde Arist?teles ense?? sus lecciones.. Y as? sucedi? algo inolvidable: Nearh vio al gran Arist?teles, era un hombre de mediana estatura, con una barba peque?a, vestido con la ropa de un sabio, descrito por Her?doto, un chit?n de lino blanco y la misma capa, reforzado en su hombro con un broche de plata. En el jard?n tambi?n hab?a una silla para un mentor y sillas plegables para los estudiantes, y peque?as mesas para escribir. – Nuevo estudiante? – dijo el tutor, mirando inquisitivamente a Nearh, – Mi nombre, Nearh, hijo de Androtima, de la ciudad de Lato, de Creta, respondi? a un cretense: – Ahora estoy en la comitiva del pr?ncipe. “Mi nombre es Arist?teles, hijo de Nic?maco”, respondi? a su vez Arist?teles. – Alexander, escuch? que est?s progresando en el negocio de la medicina, tratando con ?xito a ocho personas. Este es un gran resultado. Al escuchar estas palabras del mentor, el pr?ncipe floreci? recto, sus mejillas se pusieron rosadas de placer. “Pero”, agreg? Arist?teles en un tono diferente, “salvaste a cinco b?rbaros con tu habilidad?” Tracios? – La cara del fil?sofo se retorci? de desprecio. “Primero que todo, gente, maestro, y no tan malo”, respondi? el pr?ncipe con una sonrisa, “B?rbaros”, dijo Arist?teles. “Gente”, aprob? Alexander en un tono helado. Al darse cuenta de que el caso toma un giro indeseable, y ya sab?a que el pr?ncipe es imparable en la ira y terrible en la rabia, el fil?sofo convirti? la lecci?n en la corriente principal del aprendizaje. Hay que decir que N?arch no estudi? mucho en Creta: filosof?a, matem?ticas. Conoc?a mejor la astronom?a, e incluso dos veces Diokles lo mir? a un tubo que se acercaba con lentes de cristal, estaba claro que hab?a monta?as en la Luna y Marte ten?a dos sat?lites. Se esparcen gafas m?s simples para esparcir sobre Creta, los joyeros fabrican art?culos sofisticados con lentes compuestas, camafeos conocidos, pero los maestros aprecian los secretos de estos art?culos, y vio c?mo con la ayuda de una lente Diokles y la sacerdotisa encend?an el fuego sagrado de Ilios.Cont? sobre las propiedades de las flores, c?mo reconocer ?tiles, c?mo hacer una infusi?n curativa. Pero, sobre todo, le gustaban las lecciones de filosof?a, cuando caminaba por el jard?n, intentaban entender c?mo hacer lo correcto. Incluso los mec?nicos llegaron a Miez, y Alexander, que nunca hab?a visto pelear a los pankatiatists, fue a los maestros. Se les proporcion? una casa de luces y varios asistentes, ruedecillas, sirvientes que trabajaban en la casa, clasificaron el instrumento, colgaron los esquemas y recogieron una mesa grande en el centro de la casa. El pr?ncipe entr? y lo salud? cort?smente con los adeptos de Hefesto, sobre la mesa, junto al papiro y los pergaminos, yac?a el dispositivo ensamblado, compuesto de muchos engranajes, y Nearh se interes? en el mecanismo, y luego sobre la mesa hab?a algo parecido a un arco con una barra. – Qu? es esto? – pregunt? con un animado inter?s a Argead. “Llam? a este mecanismo un gastrafef”, remarc? un mec?nico anciano pero delgado con cabello gris, vestido con un chit?n de azufre y cubierto con un delantal de ante, con sandalias simples, “Para un ataque m?s lejano al enemigo y una mejor penetraci?n de armadura, Alexander tom? el dispositivo en su mano, trat? de persuadirlo con su mano, no sali? y se lo entreg? al mec?nico, puso el pie en el gancho de la parte inferior del mecanismo, enderez? la espalda y puso la comida en la posici?n de combate. Tom? una gruesa flecha de madera, la puso en la rampa del dispositivo. – Hay arqueros aqu?? – pregunt? el maestro. “Puedo usar un arco”, dijo Nearh, dando un paso adelante, – Cu?ntas tablas hace una flecha en un arco? – a?adi?. – Uno, a una distancia de media etapa, respondi? cretense. – Tom? el mecanismo en manos del joven, – y le dio a la camilla un gastrafista, lo tom?, como lo mostr? el mec?nico, y el mec?nico volvi? a poner la flecha en la canaleta, mostr? que era necesario mover la esquina de la casa donde hab?a dos tablas, y al mando presion? el gancho. El descenso, el impacto de la flecha que golpe? el vientre fue impresionante, pero con un golpe, la flecha atraves? ambas tablas. Alexander se acerc? para mirar, y otros ?teres tambi?n comenzaron a considerar el lugar de entrada. – Genial, los maestros a los que te has superado, le escribir? a mi padre sobre esto, el dinero te ser? entregado. Y el dispositivo con engranajes tambi?n es interesante, pero ?para qu? sirve? “Para diferentes aut?matas, y para relojes, puedes medir las fases de la luna para sacerdotes”. – Y a la hora de medir, apresuradamente a?adi? otro. “Las manos del sol no caen sobre ?l, ?c?mo puede medir el tiempo?”, Dijo el pr?ncipe. “Se puede configurar para medir intervalos de tiempo iguales, debido al mecanismo de resorte”, agreg? el maestro, y como una mejora para los molinos de agua y las m?quinas para extraer agua de las minas. – Muy interesante, eres como Daedalus, un mec?nico, estos son productos interesantes, as? que Ptolomeo, todo esto es mejor que una pelea para ver. Te pagar?n por todos los dispositivos, queridos maestros. La comitiva sali? de la casa, el pr?ncipe estaba de muy buen humor y susurraba algo con Hephaestion. Los mejores jinetes ense?aron a los j?venes a mantenerse en la silla de montar, a reorganizarse durante la batalla, a ser controlados con una lanza y una espada. A Nearh Alexander le gustaba el caballo de Alexander, ya que era obediente, ya que el Tsarevich cortejaba tiernamente a Buc?falo. Una vez preguntado por Hephaestion. – Y cuando Alexander compr? Bukefal? “Bueno, esta es toda una historia, prep?rate para escuchar”, respondi? con prontitud. y comenz? su historia, similar a la de Bellerophonte: “Una vez, un comerciante se acerc? al rey Felipe y le ofreci? un caballo m?gico por doce talentos de plata… Doce? – Noarch interrumpi?, – ?Ning?n caballo vale tanto! “No interrumpas!” Hefesti?n frunci? el ce?o, Al rey le gustaba el caballo, era el mejor de los caballos, y llam? a los mejores jinetes, pero todos fueron arrojados por el caballo maravilla. Entonces el rey se enoj? con el comerciante, y dijo que el caballo estaba hechizado, y nadie pod?a montarlo. Y nadie quer?a andar por ah? porque ten?an miedo. Y solo Alexander no estaba asustado, salt? sobre ?l y lo condujo en un torbellino, y vol? alrededor del mercado como un torbellino, y cuando regres?, el caballo escuch? a Alexander como si fuera uno domesticado. Alexander se baj? del caballo agitado, la gente a su alrededor comenz? a sonre?r sonrisas. Rey Felipe, estaba tan contento de que se limit? a sonre?r con alegr?a y orgullo por su hijo. Y me qued? cerca, no apart? la vista de un amigo y estaba tan feliz por ?l, como si hubiera domesticado a un valiente semental. Y Felipe se acerc? al heredero del rey. “C?mo puedes llamar a un caballo, Alexander?” Le pregunt? a su hijo. “Boukefal” respondi? ?l, acariciando el cuello del caballo con una mano y sosteniendo las riendas con la otra. Alejandro tambi?n brillaba de felicidad.” Nearh mir? detenidamente a Hefesti?n, el amigo del rey, y pens?: – La predicci?n se hizo realidad… Como siempre, no como esperas, pero el toro Alejandro dom?, ?l naci? bajo la estrella, porque el escudo de armas de los Argeados es una estrella sagrada, nacida de una monta?a sagrada (Olimpiada). Y no pedir?s consejo, nadie m?s. S?lo la sacerdotisa. de Creta conoce la predicci?n.. Mientras Hephaestion contaba una historia real, Alexander se acerc? para que un amigo no lo viera y, con un letrero, le mostr? a Nearhar que no le dijera nada a un joven orador. – Y cu?ntos ya? Doce talentos? dijo riendo, y le dio una palmada en el hombro, “No, mucho menos que Nearh, pero el caballo es verdadero, el maravilloso Bukefal, no puede ser mejor, eso es seguro”. Olvid? agregar, Hefesti?n, que mi padre derram? una l?grima y agreg? que Macedonia es demasiado peque?a para m?. “As? es exactamente como era”, convino Hefesti?n, riendo. El cretense volvi? a mirar a Alexander, y con alegr?a y compasi?n, al darse cuenta de lo que ven?a, estaba de pie contra el sol, y a Nearhex le pareci? que hab?a una crista a su alrededor. No puede ser A?n no es hora… Estall? la guerra con Bizancio, una ciudad en el B?sforo, y Philip Alexander recibi? la orden de venir a Pella y convertirse en gobernador en su ausencia. El s?quito pronto se form?, y cada uno se reuni? durante un par de horas con sus sirvientes y caballos de repuesto, y estaban listos para actuar. Adelante estaba el camino a lo largo de los caminos de monta?a de Macedonia a su capital, el camino no tom? mucho tiempo, y pronto estuvieron en Pella, donde la gente acogi? felizmente a un pr?ncipe de diecis?is a?os. A la gente le gustaba que no se pareciera a Philip, el robusto y poderoso hombre barbudo, sino que se parec?a a las im?genes de Dionisio o Hermes, rubio, ligero, sonriente. Al trote, el destacamento lleg? al palacio de Argead, era un edificio muy peculiar, con columnas, arquitectura diferente, y sobre todo se parec?a a las im?genes del Erecteion de Atenas. Todos desmontaron ante las puertas de la casa real, los sirvientes tomaron los caballos, llevaron a los escuderos al humano, y los Eter condujeron al mayordomo al patio interior, y luego Alexander gui? a los amigos. El palacio era hermoso, cubierto de frescos en el interior, hab?a l?mparas de bronce en muchos rincones, pero no era lujoso m?s all? de toda medida. “El piso inferior es, en muchos aspectos, un lugar para hacer pruebas”, y le dirigi? a Nearch una mirada de reojo, all? incluso las lenosas representan los misterios dionis?acos, hermosos m?rmoles, se parecen a sarc?fagos, sonr?en a amigos con caras grises. Tiempos de vacaciones, dedicaci?n, no tengas miedo, esta es una tradici?n como la de los Misterios Eleusianos de Atenas. N?arh se qued? mirando este hermoso edificio, las paredes de piedra tallada, el piso de m?rmol pulido, y en la sala principal, que pasaba, el piso era de mosaico, as? como a la entrada del palacio. En las esquinas de los pasillos hab?a l?mparas de bronce en tres o cuatro patas, con im?genes de grifos o leones. Y as?, apareci? el jard?n del patio del palacio, se dispusieron los asientos y dos sillones, en uno se sent? una mujer hermosa y majestuosa, y el otro fue para Alejandro. Al ver a su hijo, la Olimpiada salt?, casi corri? y abraz? a Alexander, lo bes? varias veces, luego lo llev? a la silla, se sent? frente a ella, le puso una copa de vino en la mano y se sent?, y con un gesto invit? a su hijo a sentarse, todo sentado, pero se comport? de alguna manera muy cauteloso, esperando algo. Los sirvientes aplastaban cuencos de vino y bocadillos. Y Nearh mir? cautelosamente a la madre del zarevich. Muy hermosa mujer rubia, con un peinado complejo, con un precioso vestido de seda, con un cintur?n de escamas doradas y un collar de oro con ?guilas bic?falos, los aretes eran el trabajo m?s fino, desde cadenas peque?as, hasta los hombros abiertos, en su antebrazo, brazaletes de oro con broches en forma. Grifos, y varios anillos en los dedos, uno de ellos con un sello. Estaban susurrando entre ellos, por lo que nadie oy?. – Buenos d?as, verdaderos amigos, – los Juegos Ol?mpicos saludaron a todos, – Me alegro, y espero por ustedes, porque acompa?ar?n al pr?ncipe a la guerra.Ma?ana lo dedicar?n a efeba”, ella mir? r?pidamente a su hijo, ?l mir? a su madre descuidadamente,” Es necesario que usted pueda comandar el ej?rcito”, le explic? a Alexander:" Seg?n los rumores, la miel apareci? cerca de Anf?polis, y este es Pangeon, Minas de oro, fondos para el ej?rcito. As? que espera con este fil?sofo, monta los caballos, desarma la armadura, haz clic en el escuadr?n, ha llegado el momento. Se sirvi? la cena, todos comieron r?pidamente, evitando las bromas obscenas y se fueron a preparar para la ceremonia de ma?ana. Nearh se levant? en su habitaci?n, y un sirviente le trajo una palangana y una jarra para lavar, r?pidamente enjuag? su h?bito de fumar, vestido de lo mejor, tra?do de Creta, se at? una daga a su cintur?n, se puso un anillo de sello, sali?, donde Teres, un escudero, lo estaba esperando., tambi?n en el mejor chiton y sandalias, los amigos vinieron con los sirvientes, todos se ve?an geniales, y el mismo Alexander y su madre aparecieron, y toda la procesi?n se traslad? al templo de Apolo. El sacerdote cort? la hebra del cabello, la madre pidi? no cortar mucho, le dedic? a la efeba y llam? a Alexander. Trekking en Tracia Antipater y Cassander se reunieron r?pidamente infanter?a ligera y caballer?a, falangitas y cataphracts permanecer?an en Pella, en las monta?as ser?an in?tiles. Mil agrianos llegaron con su l?der, quinientos tesalios, reunieron a dos mil dimacs y cinco mil castillos y arqueros, que fue suficiente para una caminata, y doscientas tiendas de campa?a para el transporte. Mientras que hab?a tarifas, Nearh y Teres fueron a dar un paseo hasta el campo de Ares, donde los falangitas entrenaban. Entren? su hurac?n y observ? a todos los hegeloh, el lohag m?s viejo, los macedonios fueron construidos tres en la parte de atr?s en armamento militar completo con famosas sarissas en sus manos, atacando a la mu?eca de paja al mismo tiempo con tres lanzas, por lo que en una batalla real para golpear al enemigo, uno o dos golpes de distracciones, y el tercero es fatal, y al mismo tiempo la cumbre no se atascar?a en un cad?ver. El cretense estaba impresionado, pero actu? con una pica en el medio, empu?? un gran arco y espada, como los dardos de Teres y una daga. Se sent? junto a sus sirvientes, ajustando las correas de su armadura, compr? la crin de caballo m?s sensible cubierta con tela, Terema, a su pedido, de escamas de hierro. – Ahora tambi?n eres libre, se volvi? hacia el sirviente, y tu nombre es Eleftherion (gratis). “Me echas fuera”, pregunt? un sirviente con una sonrisa ir?nica. – Gratis, te quieres quedar – te juro lealtad. “Juro no lanzarte a un banquete o en la batalla”, dijo, “especialmente en un banquete”, brome? Eleftherion, esquivando h?bilmente el crujido de Teres. – Listo listo? Y sobra? pregunt? Nearchus al escudero. – Todo est? listo, se?or, revis? todo, y paquetes, galletas, carne en conserva, pasas. Todo est? listo. Teres se uni? perfectamente al escuadr?n de escuderos de los Eters, solo cinco peleas, y se convirti? en suyo en esta comunidad violenta, ahora a menudo se arrastraba, es mejor llamarlo as?, seg?n las sacerdotisas del amor, con los escuderos de Ptolomeo y Hepestaci?n. El ej?rcito avanz? desde Pella al amanecer, los Agrianos y sus l?deres caminaron al frente, un destacamento de caballer?a dirigido por Filoty, Cassander lider? a la infanter?a y Polyperchon, Erygius y Laomedon estaban bajo su mando, los Fessalians fueron confiados a Leonnat, Eumenes tom? el cargo y reconoci? y no lament? al respecto, y Garpal se involucr? en el suministro, y Ptolomeo, Nearh y, por supuesto, Hefesti?n se mantuvo bajo Alexander. La miel fue expulsada de Anf?polis de inmediato, solo hubo un par de escaramuzas, y luego los destacamentos fueron arrastrados a los puertos de monta?a, y los monta?eros organizaron emboscadas y ataques donde nadie esperaba. Un destacamento de caballer?a e infanter?a, mil quinientas personas, encabezadas por el propio pr?ncipe, persiguiendo un gran destacamento de miel, caminaba imprudentemente por un sendero de monta?a, pero los astutos m?dicos rodearon el paso y se encontraron en la parte posterior de Alexander, rode?ndolo. Fuimos a explorar los caminos de Alexander con Hephaestion, Nearh y Cassander, tres caminos comenzaron en la cresta, y aqu? lo fuma por primera vez.. “Vaya por el camino del medio, a lo largo del camino del medio, frente a los arqueros a lo largo de la cresta, detr?s de ellos los Peltasts, y deje a los jinetes e hipaspistas en la presa”, dijo en medio susurro, como consigo mismo, desde el cual todos sus amigos fueron arrojados al calor.Inmediatamente se volvi? hacia sus amigos y, sonriendo, como de costumbre, dijo: – Ir por el camino del medio, rodear la miel, lo s?. “Dirigir?, yo mismo soy un arquero”, sugiri? Nearhar, el pr?ncipe se acerc?, lo mir? a los ojos, “Se resolver?, mi amigo”, dijo Alexander, poniendo su mano en las patas delanteras de Eter. Un destacamento de trescientos combatientes se reunieron r?pidamente y, poni?ndose los impermeables sobre las cabezas, los guerreros, dirigidos por Nearhom, caminaban alrededor de la cresta, sus escuderos estaban con ?l. Tres horas m?s tarde, m?s cerca de la noche, vieron a los Highlanders debajo de s? mismos, por lo que la posici?n era magn?fica. “Estar?s listo”, Kuret entreg? la orden a los huracanes, y todos los arqueros estaban listos para disparar, y el resto tom? los dardos. – Vamos! – Nearhs hizo un susurro, se dispar?, y vio cien flechas y la misma cantidad de dardos vol? en las mieles, e inmediatamente las sigui? una y otra vez. A una distancia de cien pasos, era dif?cil fallar, y la miel ca?a docenas de piedras, sangrando, tratando de responder, pero tiraron los dardos hacia arriba y no hacia abajo, por lo que los macedonios mataron a solo diez personas y treinta y dos resultaron heridas, incluso Nearh estaba ligeramente enganchada en la punta de un dardo tracio. Desesperados, los monta?eros se apresuraron hacia la presa, pero all? ya los estaba esperando Alexander, y comenzaron a lanzar sus armas y rendirse a los macedonios. M?s de un millar de miel y su l?der fueron capturados, entreg? su espada personalmente a Alexander. El destacamento con el rey y los prisioneros entr? en uno de los valles, donde el resto del ej?rcito lo esperaba con Polyperchon y Erigy. Garpal organiz? el suministro de alimentos, los soldados estaban bastante bien alimentados y felices, y Alexander fue a los prisioneros para negociar con el l?der. El l?der de la miel se sent? con las piernas atadas, pero le soltaron las manos y se par? junto a un mont?n de fuertes hipaspistas con bastones para que el l?der no tuviera pensamientos rebeldes. El pr?ncipe, sonriendo, ya con un vestido limpio, se sent? en una silla plegable frente al jefe. – Hola, Res, – se volvi?. – Romp? todas tus tropas, est?s en cautiverio, es hora de pensar en el mundo. “No voy a ser un esclavo de los helenos”, respondi? el l?der, echando hacia atr?s con orgullo la cabeza, y la hryvnia dorada sobre su cuello se inund? con orgullo. – Por qu? necesito esclavos? – Alexander estaba sorprendido, no tengo nada para alimentarlos, se ri? un poco, con la cabeza apoyada en su hombro, – Pero tu fortaleza ser? m?a, y jurar?s lealtad, y cada a?o me enviar?s quinientos jinetes y doscientos jinetes, y dar?s un reh?n a tu hijo. Y no robar?s los caminos. “Pero estas son nuestras costumbres”, Al ya se burl?. “No hay m?s”, Alexander extendi? su mano hacia ?l, y despu?s de una pausa, el l?der extendi? su mano, despu?s de haber sellado el contrato. Entonces juraron en presencia de los sacerdotes, y sin las cuerdas en sus pies, la miel estaba presente en la fiesta. Solo los soldados mataron tres jabal?es, y uno fue entregado a la comitiva real, y ?l fue frito en un agujero, atormentado durante mucho tiempo con hierbas. La fiesta result? grandiosa, pero el guardia estaba sobrio, tem?a la traici?n de los monta?eses. Se traslad? por los caminos de monta?a a la ciudad de Reza, la fortaleza durante unos d?as. Al acercarse a la ciudad, los macedonios decidieron que todo estaba perfectamente arreglado con la miel: la fortaleza estaba bien fortificada, el foso y el pozo eran muy anchos, y aunque la pared era baja, era insuperable. “Me gusta la fortaleza, Alexander”, pregunt? Res, entregando la silla al pr?ncipe ecuestre tambi?n. “Genial”, mirando a la ciudad con una mirada de admiraci?n respondi? al joven, “Te juro que no te arrepentir?s del rey por nuestro contrato”. “Quiero nombrar la ciudad en honor a usted, Alexandropol”, respondi? Res, Alexander simplemente sonri? ante estas palabras, ador? las expresiones de amor propio y respondi? cien veces. “Pero dejar? la guarnici?n aqu?, ciento cincuenta Peltastes, Res, y me gustar?a mirar la ciudad dentro”, agreg? el pr?ncipe m?s r?gido, y el tracio lo mir? con respeto y comprensi?n. Los jinetes se acercaron a las puertas, y ante el grito de Resa, las puertas se abrieron, y los Pelttes y el s?quito de Junior Argead entraron en la ciudad. En el interior hab?a varias casas en cuclillas, un pozo, establos, nada sorprendente. El rey habl? con su tracio, y Teres tradujo el significado de los discursos: “Perdimos, pero el pr?ncipe es amable, nos permite vivir de acuerdo con nuestras costumbres, deja ir a los prisioneros, pero exige detener el saqueo, enviar quinientos j?venes cada a?o para servirlo, y el hijo del rey”. como se?al de amistad, vivir?n cerca de los macedonios. Y tambi?n los macedonios dejar?n una guarnici?n en la fortaleza, y si los medos son atacados por los meds, Alexander vendr? al rescate”. Los ancianos que escucharon al rey, estuvieron de acuerdo y asintieron, y como el criado transmiti? a Nearh, aceptaron. Cuando el pr?ncipe escuch? las palabras de un ciudadano de Creta acerca de esto, se mostr? encantado con esta respuesta de los ancianos y llam? a Eumenes. “Escr?bale a Pella a la madre y al padre que conquist? la miel”, pens? por unos momentos, “y asaltaron su fortaleza y la llamaron Alexandropol. ?Eumenes grabados? “S?, Alexander”, despu?s de un corto tiempo le dio dos rollos al pr?ncipe, los sell? con su anillo y le devolvi? a Evmen. – Enviar hoy con los mensajeros, padre y madre. Tales noticias les gustan m?s. “Res, en una semana enviar?s quinientos combatientes a Pella, y uno de los obst?culos de Alexandropol los conduce”, orden? el joven comandante, el rey de la miel asinti? afirmativamente a estas palabras. – Alexander, si vienen los Mezians, ?definitivamente ayudar?s? – Nunca miento, res.Vendr? con el ej?rcito, lo juro por Zeus, con estas palabras la miel se anim?, asinti? y se dispuso a colocar a sus heridos, y seleccion? a las personas para que sirvieran a los macedonios. Despu?s de un d?a en la fortaleza, el ej?rcito regres? a Pella, regres? victorioso. Adem?s de minar a los muertos, Res pag? veinte talentos de plata, as? que hab?a algo que pagar a los soldados. En el camino, parte de los destacamentos fueron despedidos de sus hogares, y solo los hipaspistas, Eters y Tesalios regresaron a la capital. S?lo en su camino los Eter vieron que Alexander se volv?a cada vez m?s sombr?o. “Qu? te pasa, Alexander?”, Le pregunt? a Hephaestion, su amigo m?s cercano, y lo mir? con tristeza. “Sabes Hephaestion, me destrozan, como si pudieras compartir mi amor”, respondi? el pr?ncipe con impotencia colgando su cabeza rubia, “De qu? est? hablando?”, Pregunt? Nearh en un susurro de Ptolomeo, “?l ama a ambos, madre y padre, pero no se llevan bien, y la Olimpiada tiene un car?cter muy dominante”, respondi? el guardaespaldas de Alexander. “Espero que esta vez est? bien”. Habiendo entrado en la ciudad, el pr?ncipe despidi? a los destacamentos de sus hogares, dejando a los hipaspistas y al escuadr?n personal, y toda la comitiva se acerc? al palacio donde Alexander envi? un mensajero sobre su regreso, y desde que el rey Felipe regres? a la ciudad con una guerra exitosa, en honor a su victoria y victoria Hijo llam? a toda la nobleza a la fiesta. Pero primero, los Eter fueron a la casa de ba?os, el palacio ten?a las mismas duchas que Miez, as? que lograron ponerse c?modos y, despu?s de cambiarse de ropa, los Eters fueron al Gran Palacio del Palacio, pero Alexander fue a visitar a su madre, siempre que no lo hiciera. con amigos La sala estaba ricamente decorada, y por el motivo de la celebraci?n, estaba colgada de gruesas guirnaldas de flores, hab?a camas de invitados y mesas peque?as en las cercan?as, y una mesa grande, en la que se alzaban oratorios y aromas divinos de delicados platos y vinos, Philip y Alexander Lodge estaban cerca, en alguna elevaci?n., tambi?n invitaron a dos aedovs para alegrar los o?dos de los invitados con declamaci?n y m?sica. Felipe, como propietario, ya estaba reclinado en una corona de flores, el pr?ncipe a?n no estaba all?, y el mayordomo indic? el lugar a los invitados seg?n sus m?ritos y nobleza, por lo que los ?teres de Alexander estaban lejos del lugar real. Philip se volvi? melanc?lico, y ya lo llamaba mayordomo, cuando apareci? Alexander, llevaba un vestido nuevo y hermoso, pero estaba recogido y p?lido. “Te mantienes esperando, mi amado hijo”, dijo el rey con un ligero reproche, “indudablemente has logrado muchas haza?as, pero a?n as?? – Lo siento, padre, – Alexander se acerc? y bes? al rey en la mejilla, – ?Tu hijo es un comandante h?bil! dijo Perdiccas en voz alta: ?tiene la sensaci?n de ser un verdadero guerrero! A Philip realmente le gustaron los elogios de un comandante experto, y no lo ocult?. – Gracias, Ant?pater, que lo ayud?, y las minas de oro no sufrieron, y los medicamentos se calmaron. Quiz?s t?, el heredero, eres excesivamente amable con los vencidos? “No me gusta derramar sangre as?, y la cara de Alexander se torci? ligeramente, como si fuera por el dolor”, pero es mejor vivir un aliado fiel que los campos y monta?as de cad?veres chamuscados. “Bueno, despu?s de todo, tomaste Alexandropol por ataque”, coment? Philip con tono conciliador, “el zarevich guard? silencio por esto”, ahora los hones nos enviar?n ayuda, agreg? el zar para su s?quito. Y solo los mayordomos llenaron las copas, y el rey proclam?: – Por mi hijo, Alexander, el valiente e inteligente comandante! Todos gritaron alegremente y bebieron vino fragante. Luego fue m?s alegre: bebieron para el ej?rcito, para Macedonia, luego los santos comenzaron a realizar extractos de la Il?ada, cantando las haza?as heroicas de los h?roes, y muchos nacimientos nobles de macedonios descendieron directamente de los h?roes de la guerra de Troya, al menos se pens?. Luego solo beb?an mucho y los j?venes con Alexander salieron del sal?n. En el camino desde el pasillo, todos los amigos del pr?ncipe notaron que el mayordomo estaba guiando al flautista y al hito para continuar la diversi?n. Al d?a siguiente, despu?s de despedirse de su padre y su madre, Alexander y su s?quito se reunieron y se mudaron a Mieza para continuar entrenando con Arist?teles. No sab?an lo que quedaba por estudiar durante menos de dos a?os. El arresttel ense?? lo principal que actuar decentemente y correctamente es mejor y m?s ?til que seguir al mal y cometer el mal. A Nearh le lleg? una carta que Kallifen pronto llegar?a con su hijo a Anf?polis, y el pr?ncipe estuvo de acuerdo en que esto era correcto porque no era bueno cuando la esposa estaba lejos de su marido y el marido era de su esposa. Pero Kallifen lleg? solo dos a?os despu?s, despu?s de una gran guerra. Una nueva guerra estall? dos a?os despu?s, Tebas en alianza con Atenas sali? contra Macedonia. Los mensajeros de Philip se levantaron de un salto para que Eters y Alexander se reunieran y hablaran en Pella, y que el pr?ncipe recibiera. limo al mando. Es hora de separarse del mentor, todos se reunieron y fueron a su casa. Alexander llam? a la puerta, abri? al anciano sirviente del fil?sofo y dej? que los estudiantes entraran al patio. “Pase, llamar? al tutor ahora”, y r?pidamente entr? en la casa, de la que casi de inmediato se fue majestuosa y lentamente, apoy?ndose en su bast?n, con ropa de lino blanco que correspond?a a los fil?sofos, Arist?teles. – Hola Alexander, hola mis dignos estudiantes, – salud?, “Saludos, Maestro, hemos venido a despedirnos, no s? si nos reuniremos de nuevo o no”, el hijo de Felipe comenz? a hablar en voz alta y clara, “comenz? una gran guerra y debemos ir de excursi?n”. No aprobamos tu entrenamiento para nada, y espero que est?s orgulloso de nosotros. – Tambi?n me alegro de que hayas tomado lecciones conmigo, no tuve mejores estudiantes y no habr?. La mejor gratitud para un mentor es el comportamiento digno del estudiante. “No te avergonzar?s de habernos ense?ado”, agreg? Alexander con una reverencia, y as? los estudiantes de la Escuela Miezensk se despidieron del fil?sofo Arist?teles. Y as? termin? su adolescencia. La guerra Felipe convoc? a todos los pr?ncipes soberanos de las ?reas conquistadas con sus comitivas, y prepar? con ?xito tropas regulares con ellos con la ayuda de Parmenio y Ant?pater. Fue posible recolectar treinta mil infanter?as, de las cuales doce mil falangitas preparadas y tres mil caballer?a, de las cuales unas ochocientas catafractas. Alexandrov gastrafeti no estaba listo, aunque el pr?ncipe quer?a registrarlos, y el primer destacamento de trescientos soldados entrenados con poder y principal. Pero el mecanismo era muy costoso, le costaba a un caballo barato, y cuando Philip descubri? cu?nto val?a, simplemente se atragant? con la cena. Tebas reuni? once mil infanter?a y un mil quinientos jinetes, los atenienses reclutaron a quince mil mercenarios en Arcadia y Mesenia y recolectaron quince mil milicias de infanter?a y mil jinetes, as? que las fuerzas eran casi iguales, pero los macedonios ten?an una caballer?a ligera de las fuerzas de Agrian y Tracia, y comenzaron a destruirse Boeotia. Parmenio y Felipe maniobraban constantemente para atrapar a los mercenarios en uno de los pasos, y tuvieron ?xito, los mercenarios de Atenas se rindieron, y los prisioneros fueron enviados al norte a Tracia para mantener la frontera de los mezians, ya que los mercenarios r?pidamente resolvieron la situaci?n y accedi? a servir a Argeadam, pero no quer?a luchar contra Atenas y Tebas. El choque fue inevitable, y Lysicles dirigi? r?pidamente a la milicia ateniense para ayudar a Tebas, e incluso Dem?stenes tambi?n tom? el goplon en sus manos. La inteligencia de los macedonios de la caballer?a ligera perturb? a los atenienses y los tebanos, sosteni?ndolos como un perro de caza de un oso, y no permiti?ndoles dejar el campo plano ventajoso para los macedonios. Felipe dirigi? al ej?rcito apresuradamente en tres columnas, confi? la caballer?a y los hipaspites a Alejandro, ?l mismo dirigi? a los falangistas y peltas y la infanter?a tracia. Los enemigos establecieron campamentos uno frente al otro en Heronei, donde se desat? la batalla. Felipe convoc? a los pacificadores al Consejo y una fiesta para alentar a los comandantes antes de la batalla, y una vez m?s para discutir el plan de batalla. Hacia el mediod?a, llegaron todos los comandantes: Parmenio con su hijo, Ant?pater con Casandro, Cleit, Ken, Atal, Meleagro y Alejandro con su inseparable amigo Hefesti?n y su guardaespaldas Ptolomeo. En el medio hab?a una mesa con arena vertida, y figuras de soldados que denotaban unidades militares, macedonios blancos, oponentes negros, los atenienses y los tebanos. “Vengan, camaradas”, sugiri? Philip, todos miraron la ubicaci?n de los macedonios: infanter?a en el primer flanco; tracios y pelttes en la primera fila; en la segunda fila, a la distancia de la flecha de la falange, trescientos jinetes tracios de la reserva estaban alineados; Caballer?a e hipaspistas y corredores, as? como ochocientos cataphracts bajo el mando de Alexander. “Arriesgado, dijo Parmenio”, est?n los Peltast por delante? s? huir?n ante los atenienses, “Ese es el punto, viejo amigo”, sonri? Philip, parpadeando con un solo ojo, “Lysicles, Hares, y especialmente Dem?stenes, personas que son adictas, y se apresuran a perseguir nuestra vanguardia y caer en lanzas de falangitas y Alexander los golpear? en el flanco, y los atenienses ser?n quebrados, desnudar?n el flanco y rodearemos a los tebanos. – las p?ginas comenzaron a extender el vino a los invitados, entregando los tazones llenos a los generales. “Y t?, hijo, refrena a los Thebans, y recuerda, Feagen es inteligente, no puedes atraerlo a una emboscada”, dijo Philip a?n m?s, bebiendo su vino, “rompe su caballer?a, y espera nuestra ayuda y no rompas el sistema y la diosa Nick abrir? sus alas sobre nosotros”. Todos estuvieron de acuerdo, asintiendo con la cabeza que el mejor plan posible, los sirvientes tra?an mesas con comida, como siempre lo mismo: queso de oveja, pan plano y aceitunas. Ninguno de los invitados perdi? el apetito frente al Sich, todos eran combatientes y comandantes experimentados. Bebieron tres tazones, el ?ltimo para todos los dioses, y se fueron a la cama. El cielo estrellado sobre Heronei se volvi? m?s brillante en el este, y los despertares empezaron a jugar en los campamentos, los guerreros comieron algunos bocadillos, y se alegraron de que el calor del verano a?n no hab?a comenzado, se pusieron una armadura y salieron a construir de acuerdo con el programa de los comandantes y se fueron al buen orden en el campo los ataques del enemigo por preservaci?n, Alexander, y Philip, el hijo y el padre, fueron a diferentes flancos del ej?rcito, y con ellos los guerreros y combatientes ordinarios subieron a sus asientos en las filas. Lejos de la bruma, estaba claro c?mo se estaban construyendo los atenienses con los tebanos, y all?, tambi?n, el destacamento estaba conectado con el destacamento, formando una l?nea inexpugnable de hoplitas. Las tropas en las filas se acercaron unas a otras a una distancia de tres vuelos de flechas, y Philip envi? infanter?a ligera y peleas en la pared de los atenienses para atacar. Lysicles envi? sus Peltastes, pero la mayor?a de los Peltasts eran mercenarios, y ahora serv?an a los macedonios en el norte, y los Peltasts atenienses, al estar en minor?a, huyeron, y Lysicles se vio obligado a lanzar su infanter?a al ataque, arrojando a los Macedonios, pero luego su inspiraci?n lo caus?, y la excesiva vehemencia de Dem?stenes, que se llev? a los atenienses a la persecuci?n, jug? un papel, y los tracios y peltas huyendo entraron en los pasajes de la falange, y all? Antipater no se qued? dormido, y los macedonios, que miraban hacia adelante a los atenienses, no dejaron que los atenienses formaran parte de la ciudad. Un sonido p?rrico terrible, atacado. Esta m?sica priv? completamente a los guerreros del miedo y no les permiti? sentirse cansados. Primero, la falange golpe? con los dardos, porque en las filas del cuarto al decimoquinto, eran lanzadores levemente armados, por lo que al principio la milicia de Lysicles comenz? a ser azotada por una tormenta de lanzas ligeras, docenas y docenas de guerreros no fueron heridos ni asesinados, y media etapa con pasos r?pidos golpearon a los falanges que no atacaron a los enemigos. como era habitual en la batalla de los hoplitas entre s?, bat?an con lanzas m?s de lo normal tres veces. Cada fila de macedonios golpea a la vez, tres lanzas a la vez en una persona, o por separado, al comando de la primera fila consecutiva, o dos lanzas golpean el escudo para desviarlo, y golpean al oponente con la tercera, y lo m?s importante, no dejes que la punta quede atrapada en el escudo. o el cuerpo del enemigo. As? que los falangistas manejaban como remeros en la nave, r?tmicamente y consistentemente, destruyendo a los oponentes, la cola de la nave corta la espuma de las olas, para que los macedonios formaran un bloqueo de los atenienses heridos y muertos, colocando capas de dos a cinco personas una encima de la otra, y derram?ndose sangre de las heridas, y finalmente se estremecieron, incapaces de resistir esta m?quina de muerte de Felipe. Al principio dieron un poco, y luego, corriendo r?pidamente del campo de batalla, los hoplitas atenienses huyeron, perseguidos por los tracios. Alexander lo tuvo todo mucho m?s dif?cil, primero la caballer?a macedonia derrib? a la caballer?a tebana del campo, y los tesalianos comenzaron a perseguirlos, y el pr?ncipe, por el momento, envi? destacamentos de peltasts a los tebanos al atarlos en la batalla sin dar una huelga, y el comandante Feagen tuvo miedo de desnudarse en el flanco solo cuando los atenienses Comenzaron a perseguir a los macedonios, los tebanos se lanzaron al ataque, pero Alexander reprimi? su impulso golpeando a los agrios en el flanco de la infanter?a tebana y maniobrando a la caballer?a, sin atacar, y solo cuando los atenienses se retiraron y Feagen intent? retirarse al campamento. rganizovanno, Prince lanz? primero dimahov ataque, empezaron a tirar de infanter?a dardos Tebas, y cuando intentaron atacar, los cort? con sus espadas, desde el flanco derecho que lleguen hipaspistas y luchan Te?genes muri? y los tebanos, tambi?n, huy?, pero la banda sagrado se mantuvo firme.Alejandro vio a estos h?roes y, acompa?ados por Eters, se acercaron a ellos. “R?ndete, te lo juro, te dejar? ir a casa”, le grit? a este destacamento de hombres valientes, – Estamos aqu? ya en casa, Alexander, – le gritaron los tebanos, – Eres t? quien est? de visita! – Bueno, el pr?ncipe les grit?: – Te honrar?! – La l?nea de Ila, corredores e hipaspistas de pie detr?s de la cabeza para h?picos, escuderos ayudan a los heridos! – orden? r?pidamente, y los guerreros siguieron sus ?rdenes corriendo, corriendo catapractos de caballos altos, alineados en poderosas armaduras, lanzando enormes sarissas, y entre ellos estaban Alexander y todos sus amigos. “Marsh, avanza a trav?s de uno, con lanzas, adelante”. Con voz juvenil, el l?der de pelo rubio orden?, y en Bukefale, el primero, sosteniendo una sarissa con las dos manos, la dirigi? hacia uno de los tebanos, tambi?n tomaron las lanzas preparadas y se cubrieron con escudos. Pero, puede este escudo proteger contra el impacto de una larga lanza de un cataphract? Hubo un choque ensordecedor, y el escudo explot? como una tuerca, y un fragmento de una lanza que se rompi? en el momento del impacto, rompi? el pecho de un valiente soldado a pie, y Alexander ya hab?a enviado al caballo a las filas de los corredores e hipaspistas para cambiar la lanza, y otros jinetes tambi?n Atac? a los mejores guerreros de tebas. Nearh vio a Filota, Erigy, Ptolomeo, repitiendo la misma maniobra, en una de estas razas, Ptolomeo todav?a fue tocado con una lanza en su mano, despu?s de unos segundos, lleg? el turno de Notarh, y ?l tambi?n, con una sarissa en dos manos, salt? sobre un caballo y golpe? con una lanza en la cabeza de Theban, la punta sobre una lanza, golpe? un casco de cobre, como una c?scara de huevo, y el enemigo cay? como un aldaba, pero un soldado de la tercera fila, con desesperaci?n, le arroj? su lanza, cay? al costado del tonelero, cuando se dio la vuelta, la sac? de la silla de montar, como un ?guila extra del nido.. Inmediatamente, Nearh inmediatamente sinti? que ya estaba tendido en el suelo, y la herida en su costado estaba sangrando un poco, gracias a la fuerte armadura de su padre, y Teres ya estaba corriendo sobre su caballo, balanceando su maza, desmont? instant?neamente, y al otro lado Eleftherion corri?, y para ellos, Al romper las filas y con la esperanza de matarlo, los mejores guardias de Tebas huyeron. Kuret se levant?, arroj? un peque?o escudo de la espalda al brazo, sac? su espada de la vaina con un golpe seco y, como resultado de la pelea, Neararu record? que todo era como en la Il?ada de Homero: la batalla por el cuerpo de Patroclo (afortunadamente para ?l. a?n no se hab?a convertido en Patroclo, porque despu?s de todo, mientras a?n estaba vivo). Los corredores macedonios corrieron en su ayuda, y los tebanos rompieron la l?nea, y la batalla se convirti? en una masacre sangrienta. El hombre de Creta ya no ve?a la batalla, solo pod?a ser derribado por un mahaira fiel. Luch? junto con Teres, y Eleftherion cubri? la parte trasera, pudo alcanzar a uno de los Thebans abiertos con un golpe cortante desde la parte superior, y otro Teres golpe? su hombro con su shestoper, y la mano del enemigo se convirti? en una herida s?lida, de modo que sus compa?eros lo arrastraron hacia atr?s. La lucha continu?, y pronto Ptolomeo se acerc? a ?l con sus escuderos, y se inclin?, d?ndole palmadas en el hombro de una manera amistosa, de la que Nearhs se retorc?a, le dol?a todo el cuerpo despu?s de la ca?da, y un hilo de sangre corr?a desagradablemente por su costado, sobre su pierna y ca?a en sandalias. – ?Bien hecho, hechicero! Rompimos su l?nea, ahora vamos a presionar, retirarnos a la retaguardia, donde atraparon a mis sirvientes de sus caballos, nos armaron y nos siguieron”, dijo el guardaespaldas del pr?ncipe, y su caballo se adentr? en la batalla, cubierto por corredores e hiperespast?as. Nearh tropez? en la parte trasera, cojeando sobre dos patas a la vez, y vio a los sirvientes de Ptolomeo sosteniendo sus caballos. Teres corri? hacia ellos con saltos de alegr?a, pero el shestoper no se rindi?, de lo que estas personas que no sab?an que se acercaban los tracios se retiraron r?pidamente, y este nuevo H?rcules comenz? a acariciar alegremente Caballos y darles de comer galletas. Eleftherion, al ver la sangre del costado y la pierna del due?o, comenz? a quitarse la armadura. Lo que fue divertido para todos recordar m?s tarde fue c?mo Hephaestion se ri? especialmente de ?l, sobre el hecho de que permaneci? en el casco, pero estaba desnudo y desnudo. Y que el casco, sin lugar a dudas, es muy hermoso, y mir? a su alrededor en su casco y nada m?s. El criado le lav? la herida, afortunadamente bastante poco profunda, con vino, la plant? de la bolsa y sac? un vendaje apretado de un lienzo limpio. Mientras tanto, la batalla que se hab?a convertido en una masacre hab?a terminado, cuarenta y seis heridos y heridos fueron capturados, y Alexander estaba atormentado por ellos ahora, tratando de no morir, amaba todo lo raro, y doscientos cincuenta y cuatro combatientes muertos yac?an en el campo. y el pr?ncipe orden? a los boeotianos cautivos que cavaran su tumba. Alexander envi? a Nearhom y, vestido con un chit?n de repuesto, un hombre de Creta con sirvientes tropez? bajo un cobertizo, donde Alexander era sagrado. La fama del arte del pr?ncipe se extendi? por todo el ej?rcito, y los soldados creyeron que si Alejandro los tocaba, no morir?an por sus heridas. Habiendo atado a los tebanos, el pr?ncipe se volvi? hacia ellos: “Fuimos enemigos, todo ha terminado, no quiero matarte, y lo menos que te har? salir de la ciudad, este es el mejor resultado para ti”. ?Puede usted y sus familias sugerir Alexandropol al exilio? Tus sirvientes traer?n a tus familias m?s tarde. Los tebanos pensaron durante mucho tiempo y aceptaron, y el pr?ncipe le orden? a Nearh que enviara a Teres con los heridos a Alexandropol. Dos d?as despu?s, los sirvientes de la gente del pueblo llegaron con carretas en las que los heridos eran familiares, y se mudaron a Tracia. Y lo m?s interesante es que todos los que el joven Argead estaba tratando no murieron. M?s tarde, Alexander lleg? a los macedonios heridos, Nearh lo ayud?. El joven trabajaba como un simple m?dico, no churayas de sangre, aliviando el sufrimiento de las personas. Nearh vio que Alexander estaba terriblemente cansado, su rostro ya muy brillante, que nunca se hab?a quemado por el sol, estaba gris por el dolor y el miedo de los dem?s. Nearh entonces escuch? por primera vez c?mo el pr?ncipe comenz? a hablar, susurr? como si estuviera consigo mismo: “Para arrastrar, pero no para apretar demasiado… Apretar la piel en la incrustaci?n y pegar con un yeso y apretar…” Kuret vio a un hombre gravemente herido, vestido con una t?nica empapada en sangre, con los ojos cerrados, y llam? a Alexander. “No soy Elicia, ella est? fumando, no estoy levantando a los muertos y no luchando contra Tanat”, dijo con una voz hueca y diferente. “Hum?llate, Nearh, ya est? muerto”, dijo en su tono habitual, y toc? el Cretan en el hombro. – D?jame verte, nunca se sabe, tambi?n est?s herido, examin? a todos, solo quedaste. N?arch no discuti?, se quit? el quit?n y el alumno de Arist?teles desenrolla r?pidamente el vendaje, examina el lienzo de la herida, lo limpia r?pidamente, de repente agarra los bordes de la herida, la tira ligeramente, superponiendo los bordes de la piel cortada entre s? y lo fija con pegamento y vendaje. “Entonces, gracias, ya tu esposa le gustar?”, dijo, sonriendo, “Y luchaste con valent?a, convirti?ndote en un verdadero jinete. Vamos, tienes que lavar y comer. Guerreros simples saludaron alegremente a los Eter que salieron de la tienda. – Gracias, Alexander, ahora seguro que nuestros amigos sobrevivir?n, ?no morir?n! Alexander nuestro rey, Philip nuestro comandante, los guerreros gritaron, y Nearh se asust? un poco aqu?, y Alexander sonri? alegremente, aceptando las gracias a los guerreros experimentados cubiertos de cicatrices, con armas simples en sus manos, que hab?an ganado Macedonia y esta victoria. Y en una pila separada depositaron las armas del Escuadr?n Sagrado, prohibi?ndole tocar el nombre del pr?ncipe. Diez cataphracts, veinte corredores y treinta y cinco hipaspistas murieron en batalla, y en el flanco de Philip ochocientos cincuenta armados a la ligera. La batalla hab?a terminado. Mundo despu?s de la guerra, hegemon?a. Ligeramente armados comenzaron a caminar por el campo, recolectando armas y objetos de valor, pero Philip prohibi? quitarles la ropa a los enemigos muertos, aunque por lo general los muertos fueron robados por desnudos. El rey iba a pedir un rescate por los tebanos muertos, los atenienses anunciaron de inmediato que no pedir?an un rescate por el regreso de los cad?veres y tambi?n por los prisioneros: la firma de una uni?n obligatoria ser?a el precio. Los Thebans ten?an requisitos m?s estrictos: deber?a haber una guarnici?n macedonia en Cadmea, y se mantiene a expensas de la ciudad, y Plateia y Orchomen se deben restaurar. Felipe decidi? conducir alrededor del campo de batalla con los comandantes, cuando los muertos a?n estaban reunidos en este lugar de duelo. El rey examin? cuidadosamente los lugares donde murieron m?s guerreros, y no hab?a alegr?a en su rostro. Los guerreros ya hab?an terminado de enterrar a los macedonios y sus aliados, y los tebas capturados enterraron a sus soldados bajo la guardia de los macedonios, el Escuadr?n Sagrado fue enterrado por separado de los dem?s. Inmediatamente, junto al campo, orden? que se distribuyera un cobertizo y se colocaron sillones para los comandantes de las tropas, las p?ginas tra?an mesas con comida y vino, y se enviaron a buscar a Alejandro. Los invitados comenzaron a mudarse a Philip, ?l personalmente se reuni? con todos y agradeci? y se sent?, y las p?ginas inmediatamente vertieron vino al invitado. “Por Felipe, el ganador!” Gritaron los combatientes experimentados, los compa?eros del rey, “Por la victoria sobre Atenas y Tebas, los comandantes de las tropas proclamaron de inmediato: “No estoy buscando a las autoridades, sino a la unidad de Hellas”, respondi? su l?der a sus compa?eros de armas, y no quer?a derramar sangre. – Lo que ahora, avergonzado de la victoria, dijo Attal. “Har? un sacrificio de acuerdo con la antigua costumbre, redimir? la sangre derramada”, dijo el rey, y orden? que se trajera un abrigo de piel de pastor, un bast?n y llamara a los flautistas. Cuando trajeron lo requerido, se desnud?, se puso un abrigo de piel, tom? el bast?n y se fue descalzo al campo donde no hab?a muertos. “Toca Pirriha, guerreros”, orden? Phillip, y bajo un ritmo furioso de instrumentos, comenz? a moverse al ritmo de la m?sica, trayendo sacrificios a los dioses con un baile, quitando el peso de la sangre derramada de los soldados y tomando su peso, este baile se realiz? muy mal. Junto a la carpa macedonia, a una distancia de etapas, los guerreros alimentaron a los atenienses capturados, y uno de ellos not? la danza sagrada de Felipe: “Los macedonios se han vuelto locos de sangre”, dijo uno con desprecio. “Qu? esperar de los b?rbaros”, dijo otro, comiendo cuidadosamente el estofado macedonio con el pastel m?s fresco. Al o?r esto, el guardia les lanz? una lanza, pero el lohag detuvo al guerrero. “Para los atenienses, cualquier gratitud es extra?a”, dijo el Lochag con iron?a, pasando por los cautivos. Dos mil atenienses fueron capturados, y los embajadores de la ciudad ya hab?an llegado, con una oferta de rescate. Se reunieron poco despu?s de la fiesta macedonia. Los mensajeros informaron al rey sobre la embajada, se reuni? con los heraldos del mundo en un hermoso sill?n. “Hola, Phillip, liberar?s a los prisioneros a casa, pero tus tracios les quitaron la capa y har? fr?o para que regresen a casa, muchas personas pueden congelarse por la noche”, le pregunt? el ateniense al rey. “Sin ninguna duda, ser? justo”, respondi? Philip con una amplia sonrisa, lo encontr? divertido. Los atenienses se fueron a pie, con impermeables y mantas donados, y los atenienses muertos fueron puestos en carretas, y toda una caravana se reuni?, y los transportistas eran los sirvientes de los atenienses capturados en la batalla. El rey Pens? por un momento a qui?n enviar como un mensajero de tristeza, y decid? que el pr?ncipe ser?a la mejor opci?n. Solo una vez, todos no se separaron despu?s de la fiesta, y se dirigi? a su hijo: “Alexander, lleva los cuerpos a Atenas, la misi?n no es agradable, pero te lo agradecer?s y visitar?s esta gran ciudad”, suspir? su padre. “Y t?, zar”, pregunt? el pr?ncipe, “podr?as venir conmigo”. “Si entro en la ciudad, ellos pensar?n que los conquist?, y quiero que me inviten”, dijo Philip con tono y expresi?n de un desafortunado admirador rechazado por una hermosa ni?a, ?la ciudad m?s hermosa de Hellas! Y algunos aliados me pidieron que lo destruyera. Felipe no busc? la lealtad o el miedo de los atenienses, sino su amor. Cada persona quiere m?s que cualquier otra cosa que no pueda recibir, y aqu? el rey de Macedonia no fue la excepci?n. Alexander llev? consigo suministros, amigos de su s?quito, cieno de jinetes para proteger la carga. Antes de la caravana, Philip envi? un mensajero a Demad, el arconte de Atenas, a su proxen, para advertir sobre la embajada. Era necesario avanzar de inmediato, por lo que los cargos duraron poco, y Philip le dio otra carta a Demades, su conocido rey en Atenas, para que recibiera a Alexander como deb?a y el dinero necesario. Alexander llev? consigo a Hefesti?n, Ptolomeo, Nearh, Cassandra, Filotu, Leonnat, Eumenes y Garpal. La embajada se movi? lo m?s r?pido posible en el camino de Tebas a Platea, destruido, pero seg?n los rumores, que los pobladores antes expulsados comenzaron a restaurar. Al pasar por la ciudad, los macedonios vieron que era cierto, y aunque solo hab?a dos iglesias en la ciudad hasta el momento, la gente reconstruy? sus viviendas obstinadamente, siguieron su camino a pesar del calor del verano, hasta las Eleutheras atenienses, la ciudad fronteriza entre ?tica y Beotia. Pero los viajeros entraron y adoraron a Gera de Plateia, visitando este hermoso templo, decorado por ellos mismos como Calimaco y Praxitele, as? como los templos de Atenea Areea y Dem?ter, y abandonando la caravana por un tiempo, Alexander y su s?quito se inclinaron ante el monumento a los muertos helenos en la batalla de Plateo contra Mardonio. El valle de Kiferon estaba lleno de maravillas, y el pr?ncipe no se arrepinti? de haber sido enviado para este triste negocio, el regreso de los atenienses muertos a sus hogares. Pronto se acercaron a las Eleutheras, donde Alexander entreg? los carros con los atenienses muertos, pero indicaron que despu?s de nueve d?as los mismos ser?an devueltos a Eleutheria, donde los macedonios los llevar?an. Luego, el s?quito cabalgaba de alegr?a, no hab?a un sentimiento opresivo de luto, y los j?venes esperaban la alegr?a de conocer la hermosa ciudad. Los gu?as atenienses, cerca de las puertas de la ciudad de Atenas, exigieron que el convoy permaneciera en el campo, y Alexander orden? a los ilyarkha que acamparan y los esperaran aqu?. La comitiva tambi?n se qued? con los jinetes para esperar a Demad, el proxen de Philip. Tom? aproximadamente medio d?a, y el archoth apareci? con dos sirvientes. Era un hombre de unos cuarenta a?os, con una peque?a barba negra y pelo corto, vestido con una larga t?nica y capa, relativamente modesto, y no llevaba joyas, excepto el anillo en su mano derecha. – Hola Alexander, me alegra darte la bienvenida en la ciudad y gracias por traer a los muertos a casa. – la persona que habl? no era muy m?vil, y mir? fijamente al pr?ncipe. – Me gustar?a proporcionarle mi casa a usted y a la comitiva. Comparte mi comida modesta conmigo. “No est? de acuerdo con nuestra costumbre venir al maestro de la paz sin un regalo”, dijo Argead con su voz sonora. “Saca de tu coraz?n un caballo de regalo de nuestra manada, y el escudero de Alejandro trajo el pedigr? de semental de Tesalia a – Gracias, pr?ncipe, un rico regalo, vamos a la ciudad, sean invitados a mi hogar. Pero es mejor dejar estos caballos con los guerreros, tengo una peque?a casa… “Entendemos”, Alexander le dijo al arquero cojo con una sonrisa, “nuestras piernas tambi?n nos cargan”, y en respuesta los amigos se rieron de la broma, as? que los macedonios se mudaron a la ciudad a pie. En el interior, la ciudad no era muy diferente de otras ciudades hel?nicas: una calle estrecha entre hileras de cercas se?oriales hechas de piedra desigual, alternando terrenos por turnos, y una casa con paredes en blanco en la calle, y contemplando las cercas de ?rboles frutales de los huertos familiares. Pero sobre la ciudad se alzaba la Acr?polis con la majestuosa estatua de Atenea.Finalmente, entraron en la casa de Demade, de un tama?o bastante considerable, tambi?n de piedra y revestidos con yeso. Los sirvientes de los Eters y Alexander fueron llevados al humano, y el anfitri?n condujo a todos los invitados al jard?n para la cena, donde ya se hab?a preparado un regalo, y se arreglaron las camas. El mayordomo llev? a los invitados a sus lugares, los sirvientes trajeron mesas con platos delicados y buen vino, solo que Nearh hab?a visto tales fiestas en la casa de su padre. – Me alegro de los hu?spedes, aunque no estoy contento con su visita a nuestra ciudad, pero sigo consider?ndolos mis amigos y nuestros amigos, y la guerra, una desgracia com?n. ?Bebamos al mundo! pronunci? el sincero discurso de Demad, mirando a los macedonios, y levantaron los cuencos llenos, y la marea de vino en el suelo en honor de los dioses, bebieron vino como se?al de acuerdo y bendici?n de las palabras habladas. Todos consideraban la guerra como una desgracia. Los invitados rindieron homenaje a las especialidades del arconte: extraordinario pescado de Euksinsky pont, deshuesado y excelente en sabor, at?n, el mejor capricho, queso condimentado y pescado en escabeche, terrible en olor e inusual para el conocedor. Ya hab?an bebido cuatro copas cada una, y el vino me golpe? ligeramente la cabeza, el arconte toc? el timbre, invitando a las flautas y bailarinas. La m?sica era magn?fica, pero los ojos de los ?teres estaban fascinados con una chica desnuda, con el pelo negro rizado, era delgada, sin demasiada pesadez, lo que atra?a a Praxitela. Las l?neas de su cuerpo eran proporcionales, los movimientos eran pulidos y encantadores, la redondez mate de los hombros y las caderas se destacaba con un largo cabello negro, y la belleza de la cara correspond?a a la forma perfecta de un peque?o pecho. Cuando termin? el baile, Alexander invit? a la ni?era a sentarse en su cama, cuando vio esto, Demad comenz? a sonre?r, considerando que hab?a complacido al pr?ncipe. – C?mo te llamas, querido? – pregunt? el joven con inter?s. “Tais, hetera”, respondi? la belleza sin una sombra de constricci?n e intenta esconderse detr?s o alejarse. “Tu arte es hermoso, te ves perfecto”, mir?ndola con evidente placer, ?l le habl?, pero no trat? de tocarla, lo que sorprendi? a los atenienses, estaba claramente confundido y mir? con incomprensi?n. Alexander sinti? el aroma c?lido y floral del cuerpo a su lado, lo que le agrad?, y sinti? el bolso en su cintur?n, y sac? un pu?ado de Darik y lo puso en la palma de la ni?a, cubriendo su mano con la suya. – Esto es para ti, belleza similar a los Harits. Me gustar?a acudir a ustedes, dijo el joven conocedor de la belleza. “Ven, encontrar?s la casa de Thais”, respondi? ella con fervor, – No solo yo, sino que vendr?n amigos. – Entonces habr? una buena sociedad, invitar? a artistas, poetas, fil?sofos. Pero me gustar?a verte solo”, dijo Thais, y ligeramente curvado, sonri? astutamente y se volvi? a?n m?s hermoso,” para hablar de medicina. Todos no pudieron soportarlo y se echaron a re?r, y Alexander, que mir? a los amigos con incomprensi?n, se ech? a re?r, y Tais, inclin?ndose, lo abraz? con la mano izquierda y lo bes? en los labios, el pr?ncipe no se apart?, y el bailar?n se levant? y sali? del jard?n. “Nunca”, dijo Ptolomeo en un susurro, “ma?ana necesitar? un burdel”. S?, y otros tambi?n. El sol ya se hab?a puesto y las estrellas se encendieron, se volvieron m?s fr?as y mucho m?s agradables, el jard?n exudaba aromas de flores por la noche, y Alexander se anim?, en una ciudad extra?a que no se sent?a muy bien, pero ahora Atenas no lo aplast? con su grandeza y belleza. Bebieron un poco m?s de vino, y se recuperaron para descansar, el mayordomo separ? las habitaciones de los invitados. Dorm? con inquietud en el nuevo lugar, y los ?teres se levantaron temprano, trajeron agua para lavar y comieron r?pidamente, ya que hab?a la comida habitual de pasteles planos, queso y vino diluido. – Nos est?s escoltando, Demad? – pregunt? el pr?ncipe, – Inspeccione la Acr?polis, y Alexander mir? cuidadosamente a sus amigos, y hablaron de algo con los sirvientes de Demad. “Alexander”, – como dijo el anciano Garpal, -“sabes, resulta que aqu? est?n las tumbas de los antepasados, y nos gustar?a examinarlas”. Narchus, ?vendr?s con nosotros? – mir? al cretense, gui?ando un ojo imperceptiblemente, De donde soy – Se sorprendi? de fumar – Yo, desde Creta, so?? con el Parten?n durante mucho tiempo, y para m? es un honor explorar la Acr?polis con Alexander y Hephaestion.Sin embargo, Hephaestion, tambi?n fue a mirar las maravillas de Atenas, mientras que los otros Eter desaparecieron inadvertidos. Con el pr?ncipe se fueron dos sirvientes m?s con bebidas, y los visitantes de antig?edades pasaron por varias etapas y comenzaron a subir al Propileo, mirando hacia arriba a la roca de la Acr?polis, a los techos de cobre visibles de los templos. A la derecha de Propiley estaba el templo de Niki Apteros, pero Alexander consideraba inapropiado visitar este lugar. Las escofinas de m?rmol de m?rmol blanco, y el techo tambi?n est? hecho de m?rmol de Pent?licon, y est?n decoradas con estatuas de jinetes, y despu?s de pasar por el Propileo, vieron la estatua de Hermes y la estatua de Harit en la entrada al lugar Sagrado. Aqu? los visitantes fueron recibidos por un sacerdote y una sacerdotisa del clan Kekrop, Butatidos. – Hola, Alexander, hola a ti, Hephaestion, – el sacerdote se volvi? hacia ?l, – y t? eres Nearh, – habiendo mirado su ropa y habiendo visto un anillo en un dedo – hola a ti, ?l fuma. Ninguno de ustedes ha estado aqu? desde los d?as de Epiminides. – Hola, Alexander, Hefesti?n y Nearh, – a su vez la sacerdotisa se dirigi? a ellos, -Mi nombre es Kallia, y el sacerdote es Kallia. Soy su hija y te llevamos por la Acr?polis. A la derecha de la entrada se encuentra el templo de Artemis Bravronia, un templo peque?o pero hermoso con una estatua de Artemisa de Praxitele y, especialmente, Noarh lo estudi? con toda la atenci?n, el rostro de la diosa fue muy interesante ejecutado por el artista, luego Kallia los llev? a Pinakothek. Hephaestion caminaba incesantemente con Alexander, y ?l tambi?n estaba muy interesado. – Este es un repositorio de im?genes raras y de Atenas, vamos, ver?s bellas im?genes de Polygnot, las convenci?. Entraron y vieron “El ni?o que lleva la jarra de agua” y “El luchador”. La imagen de Thimenet, as? como otras pinturas que representan a Aquiles, Odiseo y otros h?roes de la antig?edad, representados con tremenda habilidad con pinturas de cera sobre madera imprimada. Luego examinaron la estatua gigante de Atenea Promakhos (Guerreros), la obra de Fidias, cuya punta de lanza es vista por la gente de mar, y el escudo dorado y el casco brillan al sol, la cara de la diosa es hermosa e imperturbable. Callia y Calio los llevaron al majestuoso Parten?n, cuyo friso adorna la imagen del nacimiento de Atenas, como producto de Zeus y ocho columnas que recibieron a los visitantes con un poder y una belleza inquebrantables. Los sirvientes se quedaron afuera, y cuatro entraron en el templo, y Callia les mostr? a los visitantes una estatua del h?roe Iphicrat, cuya imagen estaba instalada en un templo iluminado por l?mparas de bronce, la estatua de la diosa, hecha de oro y marfil, es hermosa y sorprendente, la diosa est? esculpida en un casco. Chit?n largo a pie, con una lanza en la mano. Aqu? Alexander trajo un sacrificio incruento a la diosa, y desde el lado posterior examinaron la estatua de cobre de Apolo y el friso del templo, que representan la disputa de Attica entre Atenea y Poseid?n. Alexander comenz? a comportarse de manera extra?a junto al altar de Atenas y la piedra de Dionisio, acarici? la piedra durante mucho tiempo, susurr? algo, y Notarh solo escuch?: “La segunda vez que estuve aqu?, c?mo cambi? todo …", el cretense no entendi? de qu? hablaba el pr?ncipe, porque No hab?a visitado antes la Acr?polis. Calio llev? a los macedonios al Erectei?n, el templo-palacio, el enigma del templo, y Nearh anticip? la vista de la rareza de Atenas. “Mira”, la sacerdotisa llam? la atenci?n, “Este es el altar de Zeus el Alt?simo”, se?al? con su mano, y el pr?ncipe puso flores en el altar, “El Erectei?n parece un palacio en Pella”, dijo Neuarch en un susurro, La entrada al templo estaba decorada con im?genes esculpidas de v?rgenes: Kor, que sosten?a con sus cabezas el hastial de este hermoso edificio. “Entonces tambi?n hay cosas que acechan aqu? en el s?tano”, dijo el pr?ncipe en un susurro, – Y esto, se?al? solemnemente, fotos de las haza?as de los sacerdotes, los Reyes de las Butadidas, descendientes de Kekrop. Todos los principales sacerdotes y sacerdotisas de Atenas de nuestro tipo. Luego viene el lugar secreto de Atenea, y el lugar secreto de Poseid?n. Solo los sacerdotes pueden verlos, pero ambos est?n dedicados, fuman a Nearh, y usted es Alejandro de la familia real, como lo somos nosotros. Y los condujo al interior del santuario de Erechteion, donde la misteriosa niebla cubri? la sala secreta de Atenea, donde comenz? la procesi?n durante el escirrofori?n, haciendo de la cuota de Atenea Pallas, atravesaron el crep?sculo, iluminado solo por l?mparas de aceite, y finalmente lleg? al claustro de Atenas-Pallas, iluminado por el inquieto Alexander y Nearh observaron este milagro incesantemente con la l?mpara del mayor Kallimachus, hecho de oro, hasta que Callia los sac?, se?alando el pozo de agua salada cerrado en el templo, que conduc?a al monasterio de Persephone, y lugares ?l trama un s?tano secreto, donde se estaba escondiendo de toda la cripta, donde seg?n la leyenda vivi? Erictonio de Atenas – serpiente, un padre de los atenienses y de la clase de sacerdotes Butadidov. Cerca se encontraba el palacio de Poseid?n. Nearh mir? y record?, mostrado por Elicia, y todo se junt?, la fuente sagrada que conduce al monasterio de Elicia, la guarida de la Serpiente, Kronos, y algo m?s… – Oye, se?ora, ?hay un ?rbol sagrado en la Acr?polis? -pregunt? la sacerdotisa fuma.-Usted por casualidad, no ense?? el gran Epiminid, fumar? – pregunt? Kallia en medio susurro y sus ojos se agrandaron, y una sombra de miedo apareci? en su rostro – La oliva consagrada de Atenea crece al lado del altar ateniense. Y recuerda los juramentos que hiciste, pero la Dama no perdonar?. Tambi?n observaron el santuario de Zeus Polyei, y los sacerdotes los condujeron desde la Acr?polis, volviendo a pasar la Propylaea, giraron a la izquierda para visitar Eleusinian, el santuario conectado con el culto de Persephone y Eleusis, una vez al a?o, llevan el misterioso cargamento a Eleusinian. Kallia los llev? al templo y les mostr? una estatua de Artemis Levkofrina (de ceja blanca). Nearh no pod?a apartar sus ojos de ella, la imagen de esta figura le recordaba algo que ya hab?a visto. – Fueron, Nearh, y luego la diosa te robar? como un faet?n, – ri? Alexander. “Le hubieras gustado”, – y Callia lo mir? a los ojos. “Si est?s marcada, eres suya”, dijo en un susurro, as? que solo la oy? fumar, y ?l record? la marca en su hombro, y ella no lo tomar?a de todos modos. “Gracias, se?ora”, Nearh se inclin? hacia ella, y sus piernas se arrugaron, y pens? que tal vez tendr?a suerte. “Gracias, Kallia, y usted, Kallij”, – dijo Alexander con confianza y orgullo. “Reciba un regalo de mi parte para un buen recuerdo”, y ?l tom? los finos cuencos plateados de los sirvientes y se los entreg? a los Butadids. “Que las bendiciones de los dioses est?n con ustedes”, dijeron la madre y el padre a los amigos y se despidieron, los macedonios fueron a la casa de Demad, y los Butadids subieron a la Acr?polis. Tres macedonios en el camino a la casa de Demad discutieron lo que vieron, y todos estuvieron de acuerdo en que la Acr?polis de Atenas es algo extraordinario e inolvidable. Ya estaba anocheciendo, y el arconte los invit? a cenar, tambi?n era una comida ordinaria, pero abundante, pan, pescado, vino. Los amigos comieron y se prepararon para ir a la cama, y fue justo que los Eter vinieron con Ptolomeo a la cabeza. – C?mo encontraste la Acr?polis de Atenas, Nearh? Es interesante – pregunt? su guardaespaldas del pr?ncipe. “Mucho asombroso, especialmente el fuego de Cal?maco, que es insaciable”, respondi? fumando. – Como es Todo el a?o arde y no sale? Es interesante Bueno, no podemos pensar en nada despu?s de los bailes de Tais, fuimos y encontramos algunas novias. “Est? bien, duermo, Ptolomeo”, – dijo Nearh, bostezando, y se dirigi? a su habitaci?n, pero no pudo quedarse dormido a la vez, record? las palabras de Callia, pero afortunadamente, la fatiga tuvo su efecto. El sol volvi? a salir por encima de la hermosa Atenas, y los rayos cayeron sobre casas y calles, y la estatua de Athia Promachos volvi? a brillar a la luz de Helios. Todos se levantaron y comieron, y se reunieron en el gimnasio, cuando el sirviente lleg? con una carta de Thais para Alexander. El pr?ncipe rompi? la cera en el pergamino de papiro y ley? la escritura. – Qu? es, Alexander? – Pregunt? Hefesti?n con impaciencia. “Fine Tais me invita a visitarlo”, – respondi? el joven con una sonrisa constante. “Ir?, por supuesto, no puedes rechazar a una chica hermosa, “Tome la seguridad con usted”, pregunt? Ptolomeo, “Esto es indigno, no confiar en una mujer tan encantadora, no, mi cuidado Ptolomeo”, – dijo con fervor. – Ir? sola. Y, coloc?ndose una amplia capa en el chit?n y el sombrero de fieltro macedonio, sujetando la daga al cintur?n, fue a visitarlo, acompa?ado por el sirviente Thais. Los ?teres esperaban impacientes al pr?ncipe d?a y noche, y Alexander ven?a solo por la ma?ana. “Oh, finalmente, Alexander”, – grit? Hephaestion. – Has vuelto! “S?, Thais es ?nica, hermosa, como una rosa”, dijo el pr?ncipe so?adoramente, “Ella los invita a todos a la noche, habr? fil?sofos, poetas y artistas. Le di dinero por todo esto, no te preocupes. Los amigos se lavaron y limpiaron toda la ma?ana, y Demad sonri? todo el tiempo, mir?ndolos. “Joven, joven… Por supuesto, ella no es Phryne ni Aspasia, pero la sociedad va a ser interesante”, se ri? el arconte. “Vaya, ser? inolvidable. Todos salieron lavados, cepillados, vestidos con lo mejor, acompa?ados de escuderos. El mismo Alexander dirigi? la comitiva, y su p?gina llevaba un paquete y una bolsa de regalos para el hetero, el camino no tom? mucho tiempo, el anciano esclavo que los esperaba les abri? la puerta, como en otras partes, al igual que vedes sirvieron a un humano, el simposio estaba en el jard?n donde todos se reun?an hermosa amante Nueve invitados fueron al jard?n, donde doce hermosas chicas flautistas, novias y amigos de la anfitriona los esperaban, para que nadie se quedara atr?s, y se sentaron y esperaron a los macedonios Onesekrit y al famoso Lysippus y al poeta Linkei, famoso por seguir los ideales de Arhestrat, famoso por su “Dulce Vida”. ”. Las criadas comenzaron a llevar comida a las mesas, y la encantadora anfitriona present? a los invitados. – Este es el escultor Lysippus, – presentado a Tais, – Es un disc?pulo de Di?genes Onesikrit, que asinti? con la cabeza al resto, “Y este es el apasionado seguidor de Archestrata, el poeta Linkay de Samosa, el gran Homero de los pescados, el vino Arktin y el Hes?odo de otros entremeses. “Pero a diferencia de Arhestrata, dedico mis eleg?as al at?n, no al tibur?n, y por supuesto, el esturi?n se ri? del samo?ster. – Y este es Alexander, el hijo de Philip, y con ?l sus amigos – Hephaestion, Ptolemy, Filota, Cassander, Garpal, Eumenes, Nearh y Leonnat. Condujo a los invitados a las cajas, coloc? la silla alta junto a la casa de Alexander, hermosa, con su mejor vestido de seda, abri?ndose el cuello y las manos, adornada con un collar de oro y hermosos aretes, que de pronto aplaudi?. “Para que este lugar sea agradable, necesita m?sica encantadora”, dijo con una expresi?n, y en un jard?n lleno de invitados, doce bellas ninfas caminaron en un encantador paseo, vestidos hasta la rodilla, con flautas, y rodearon a los invitados, eligiendo Si?ntense, y cada uno eligi? al interlocutor a su gusto. Hephaestiona eligi? un hechizo miniatura de pelo negro, Nano, Ptolomeo comenz? a servir el vino Bittida, Agriopa se sent? en Harpalo, Leonty le dio un regalo a Filote, sirvi? la mesita de Cassandra Feano, le dio la almohada a N?arhu, Egoy, de pelo claro, Leonnata aliment? la choza, y fui a la choza. Los encantos de Laida y Clay se convirtieron en la fuente de inspiraci?n y modelo para Lysippos, Filia se convirti? en un modelo de virtud de Onisicritus y la due?a de la casa se convirti? en la cuidadora de Alexander. “Bebamos por la hermosa anfitriona de la casa”, proclam? el pr?ncipe, que fue apoyado por los invitados que arrojaron un poco de vino para los dioses, y Thais tambi?n bebi? vino de su copa, sin apartar sus hermosos ojos de Alexander, quien, a juzgar por la expresi?n de su rostro, estaba completamente feliz en el c?rculo. La gente que lo ama. Se puso una corona de flores y, acariciando ligeramente su cabello, le acarici? la mejilla con los labios. – Unas maravillosas vacaciones, gente hermosa, Thais, – y otra vez la bes?, y sonri? alegremente. “Alexander, me gustar?a crear tu estatua, o al menos un busto”, dijo Lysippos, “S?lo tal vez, no ahora, Lysippus”, dijo Linkey con una risa, un par de tazones m?s, y Alexander podr?a hacerlo hermoso con S?crates (era feo), A lo que todos se rieron, el pr?ncipe se ri? de la misma manera, y Thais le dio unas palmaditas a sus rizos rubios. Eoya le dijo a Noarch algo sobre el clima, y ?l, para no ignorar la ignorancia, tambi?n puso un trozo de tibur?n y pan en su plato, y derram? vino de la jarra, cada vez m?s penetrante en la ternura de esta hermosa ni?a. La cara de esta hetera tambi?n era hermosa, con una nariz chata, labios grandes y una cara cubierta de pecas. Ella tambi?n estaba muy bien formada, tal vez su chiton era demasiado transparente, no ocultaba nada, pero los aceites arom?ticos eran agradables, y la sociedad de la ni?a lo complac?a, y mientras miraba alrededor, sus amigos tambi?n se llevaban bien con sus novias. – ?La golosina es genial! – Lynkey habl? en voz alta, gracias por invitar a una comida tan exquisita, la gastronom?a es excelente, y habi?ndonos tratado de pescar desde Meotida, nos revel? el secreto de Aquiles, por lo que le deb?a su fortaleza, Ifigenia por su amabilidad y la belleza de Gell. “Y por qu?, Linkey”, exclamaban todos.“Cantar? una oda al esturi?n”, adhiri?ndose de la cama y apoyada por Laida, quien, debido a su celo por mantener al compa?ero de trabajo, el chit?n cay? del hombro derecho y revel? una bonita figura femenina, pero despu?s de varias copas de excelente vino, el poeta a?n trat? de leer: “Oda al esturi?n Solo en las profundidades del norte, flotante, enorme. Similar a un caballito de mar y casi tan grande como un delf?n de Dionysus Pero el sabor de la carne es tan agradable. Qu? pasar?a si Dios lo probara? Me habr?a olvidado de mi amada Nisa”. Cuando el poeta termin? su trabajo c?clico, la respuesta fue el aplauso tormentoso de los invitados, y Laida lo bes? suavemente, y Thais le entreg? una corona de flores, como el vencedor de la historia. La velada fue estupenda, pero Lysippus no pudo resistir y le rog? a papa que le enviara a Thais, y con un l?piz de plomo hizo bocetos para el busto de Alexander, y el pr?ncipe le pidi? que hiciera un busto y Thais, y ella enrojeci? de placer. Nearhs ya no prestaba atenci?n a los dem?s, estaba completamente distra?do por Eoya, solo ve?a lo contento que estaba el gigante Hephaestion Nano. El sol ya hab?a empezado a ponerse, se hab?a vuelto mucho m?s fresco, y los amigos decidieron que era mejor dejar a Alexander y Thais, y comenzaron a irse con sus amigos, que se refugiaron en sus capas, escondi?ndose del fr?o de la tarde. Kuret vio que el encantador cautivaba a sus admiradores a trav?s de las estrechas calles de Atenas bajo los techos de sus casas, y tambi?n fue llevado a ver la belleza de la ciudad por un amigo, dado por la voluntad del destino, o m?s bien por el oficio de Tais y Alexander. Nearh se despert? en un hermoso y peque?o jard?n en una peque?a casa, se sent? a su lado, puso su mano debajo de la cabeza de Eoya, hermosa en su desnudez, y trat? de cubrirse con una manta ca?da en un sue?o, tambi?n abri? los ojos e inmediatamente lo atrajo hacia ella, tan temporalmente regres? a casa., pero pronto Nearkh comenz? a aspirar, y despu?s de besar a la ni?a para despedirse, dej? el bolso con los regalos. Sali? de la casa, acompa?ado por un nuevo conocido, y en las puertas de Teres, que lo hab?a estado esperando para la medianoche, estaba triste y fr?o. – Hola, maestro, – el escudero medio dormido, murmur?, “No amo, pero Nearh, cu?nto contarle”, le corrigi? el cigarrillo, “fuimos a Demad”. A la casa del arconte, los Eters con sirvientes comenzaron a reunirse lentamente, y comenzaron a reunirse, era hora de abandonar la hospitalaria Atenas. Al mediod?a, el s?quito se reuni? completamente, y el caballo comenz? a avanzar hacia las puertas de la ciudad, liderado por Demad. En la puerta, se despidieron calurosamente y r?pidamente saltaron al campamento del fango de la caballer?a para volver a casa juntos, y luego lleg? la noticia de que Philip Argeada fue reconocido como el hegemon de Grecia en Corinto, todas las ciudades de Istma y Peloponeso, excepto Esparta, record? que la dinast?a de Argead se origina en los reyes de Argos. y Micenas, as? como el antiguo odio de Argos a Tebas desde la campa?a de los “Siete contra Tebas”. Y sobre eso, la uni?n conjunta de los griegos ir? a la guerra con Persia, que liberar?a a los griegos de Asia Menor. De la misma manera, Alexander y su s?quito se mudaron a Pella, y se quedaron en la capital, para esperar a Philip. La gloria de Alejandro, como futuro rey, era indiscutible entre los guerreros, y al abandonar el hogar ancestral, el pr?ncipe escuch? las bendiciones de los guerreros y sus esposas, a quienes cur? de sus heridas. Un d?a, Alejandro sali? de su habitaci?n, se encontr? con su madre. – Buenos d?as hijo. Quiero hablar contigo”, dijo,” vamos a tu habitaci?n, Y entraron en sus aposentos, y Alexander se tens?, anticipando nuevamente una conversaci?n dif?cil. “Escucha”, dijo la madre sentada frente a ?l, “Tienes que casarte”, ella lo mir? con una sonrisa y amor, como una peque?a, “Para mantener el poder, y los macedonios vieron que eras el verdadero heredero del reino, casarte con una chica de Buena familia, dar a luz a mi nieto. Y luego, pel?ate tanto como quieras, de lo contrario tu padre decidi? casarse de nuevo, la hija de Attal, Cleopatra. Y si tienen un hijo, estar?s en peligro. ?O te quemas por el amor de una chica de Atenas? – ella sonri? ir?nicamente “Y qu? tiene que ver ella con eso?” El joven comenz? a defenderse de inmediato, “Con qu? te molest? e inmediatamente pens? que su madre no ser?a tan f?cil de matar” “Est? bien”, la madre se calm? de inmediato, “pero debemos casarnos, la novia, la macedonia, te recoger?, lo que quieras incluso de Linkestids”. Ella mir? y esper?, y ?l supo que pod?a salir de esta conversaci?n, solo demostrando c?mo la amaba, y record? lo que ten?a que hacer. “Mam?, te traje un regalo”, dijo cuando se fue, y recordando la seda comprada en Atenas, se subi? al cofre, sac? un paquete y se lo mostr? a su madre. “Esto es para ti”, susurr? mientras sosten?a el regalo, y mam? estaba muy complacida, y bes? a su hijo con afecto, y el hijo, fingiendo que estaba muy ocupado, se fue r?pidamente. En Macedonia, se estaban realizando preparativos para una guerra a gran escala, se recolectaron armas, especialmente flechas para los tiradores cretenses, existencias de espadas y lanzas para soldados comunes, armaduras forjadas, trozos de lino cosidos, cascos forjados. Era necesario Muchas cosas se necesitaban para la guerra y para ellos eran almacenes organizados, y para alimentos en Anf?polis, incluido el grano almacenado durante tres a?os. Y luego Philip no decepcion? las expectativas de los Juegos Ol?mpicos, iba a concluir una alianza matrimonial con Cleopatra, la hija de Atalo. La ni?a era hermosa, por lo que f?cilmente gan? el coraz?n de un amante devoto de la belleza femenina. Antes de la boda, Alexander y sus amigos intentaron no ir al palacio, encontrando una variedad de cosas para ?l, solo para no escuchar los lamentos de su querida madre. Pronto lleg? el d?a de la boda y, por supuesto, el pr?ncipe tuvo que asistir a la boda. No quer?a empujar hacia el templo, por lo que ?l y sus amigos, que fueron invitados, esperaban en el vest?bulo donde se les serv?an los refrescos, las caba?as estaban separadas, el techo y las paredes estaban decoradas con guirnaldas de flores. Entonces llegaron los reci?n casados, y Attal y sus parientes, as? como todos los generales de Felipe, los siguieron. Alexander record? tristemente el simposio de Thais, donde se sent?a feliz, y aqu? solo le aguardaba el sufrimiento, y luego esper? los lamentos de la madre, que no pudo ablandar. “Ya ves”, – dijo Hefesti?n, – “no todo es tan malo. Se reunieron personas decentes, sirvieron comida excelente, y ?l puso la carne de cabra del pr?ncipe, guisada en leche. Alexander lo intent?, y su estado de ?nimo comenz? a mejorar gradualmente. Luego probaron una liebre rellena, cordero con especias, por lo que el cocinero era simplemente genial, y ?l habr?a hecho el honor a los corintios. El pr?ncipe ya miraba la celebraci?n con ojos diferentes, y por supuesto que entend?a a su padre, pero amaba a su madre. Bebieron vinos finos de Rodas y Creta. Luego los sirvientes trajeron dulces persas, y los j?venes se pusieron muy contentos y dejaron de pensar en lo malo. Cerca de all? estaba su amigo Hefesti?n, que le facilit? mucho la harina. As? que la fiesta continu?, el pr?ncipe escuch? exclamaciones de salud, dijo esto, inmediatamente se olvid?, y en el olvido tom? un sorbo de vino de la copa, hablando con Hefesti?n sobre Atenas. De repente, como en un sue?o, escuch? el brindis de Attal: “Espero que este matrimonio le traiga a Macedonia un verdadero heredero”, dijo Attal con voz inestable. – C?llate, – fue interrumpido de inmediato por Philip, quien salt? de la cama. Alexander, despu?s de haber escuchado las palabras del t?o de la novia, literalmente se clav? en su cerebro. – Qu? soy yo, qu? es ilegal? con estas palabras, salt? y arroj? una copa de plata a Atalo. Felipe, que corri? hacia su hijo, ya sea para separar las disputas o para sacar a su hijo de la sala, tropez? con una pierna herida y cay?, Alexander sali? corriendo de la sala y Hephaestion corri? tras ?l. “Hefesti?n, prepara caballos y un carrito para la madre, y tambi?n llama a todos mis amigos con los escuderos”, el pr?ncipe le pregunt? inmediatamente a su amigo, e inmediatamente se apresur? a hacer lo que se requer?a. Alexander corri? precipitadamente a los aposentos de su madre y vio que ella, con sus sirvientes, ya estaba recogiendo cosas valiosas. “Mam?, nos vamos”, le dijo a su madre. – Si O? a mi hijo, vamos a Epiro. (Por alguna raz?n, el joven no se sorprendi? en absoluto). Todo mejorar?, yo tambi?n te amo, – dijo ella con una sonrisa, envolvi?ndose el chal, presentado por su hijo. Bajaron, y ya estaban enganchados al carro, y el sirviente se sent? en el caballete, y los hombres armados esperaron a Hefesti?n con un escudero, y salieron de diferentes partes de la ciudad a todos sus amigos: Garpal, Nearh, Erygius y Ptolomeo con sus escuderos; y r?pidamente llevaron el carruaje de la Olimpiada a las puertas, y all? los guardias, viendo a Alexadra, liberaron f?cilmente a los fugitivos, y se movieron hacia el oeste, a trav?s de los pases hacia Epiro. Ya al anochecer, se mov?an toda la noche, temiendo la persecuci?n. Un mes despu?s, llegaron a Epiro, sede de los Juegos Ol?mpicos. El mismo rey de Epiro, Alejandro tambi?n, se reuni? con la procesi?n a las puertas del palacio. “Hola hermana”, dijo, abriendo el abrazo fraternal, bes?ndola y recibiendo el beso de una hermana a cambio. – Me alegro de ti, pero no estoy contento con las circunstancias que te trajeron, pero vive aqu? como quieras. La Olimpiada, recibi? mantenimiento de tres aldeas antes de la boda, y la obtendr? ahora, mientras la cara de la madre de Alexander se puso rosa, la alimentaci?n fue muy impresionante. “Pero si nos atacan, me gustar?a que Alexander liderara el ej?rcito de Epiro”, dijo el rey de Epiro. – Estoy de acuerdo con la gratitud -contest? el joven con alegr?a.“Bueno, vivir?s en mi palacio”, Alexander Epirsky termin? su discurso. La comitiva y los escuderos se instalaron junto al palacio real, en varias casas que el pr?ncipe compr?. Fue interesante en la nueva ciudad, y comenzaron a explorar lugares desconocidos. En la casa de la ciudad de Archon Demarat, donde llegaron las noticias de la discordia en la dinast?a Argead, las pasiones se enfurecieron porque los miembros del Consejo de Corinto se reunieron aqu?, y vinieron aqu? para que los o?dos de otras personas no escucharan demasiado. En el jard?n de la casa, hab?a un modesto placer junto a las sillas de los arcontes, y el jefe de los arcontes escuch? las quejas de otros miembros del Consejo. “Escucha, Demarat”, dijo Archaea, “Felipe nos prometi? paz sin guerra en Hellas, caminos sin ladrones, mares sin piratas, comercio pr?spero, y sembr? discordia en la familia, y ahora se desat? una disputa y la Uni?n Hel?nica colapsar?a”. Zeus, el testigo, hicimos mucho por ?l, estuvimos de acuerdo con la comida, encontramos dinero para ?l, de modo que sacara a toda esta chusma de la Peloponesa de la campa?a persa, y sin ?l, el plan de la campa?a colapsar?a como los muros de Troya. Demarat hizo una mueca de tristeza y fingi? escuchar atentamente. Yo ya pens? en la situaci?n, pero ?l tuvo que exprimir una carta a Philip de los arcontes cautelosos que ped?an que se uniera para matar a toda una manada de liebres: adular al rey de Macedonia, porque de hecho fue reconocido como el gobernante del Peloponeso. Alexander es su heredero. Hellas tambi?n, y el hecho de que comparten la necesidad de una guerra con Persia, y usted necesita obtener dinero de ellos para influir en Perdiccas, Parmenion y Antipater. “Demarat, estamos listos para donar dinero para el dispositivo de este negocio”, dijo Nikostrat, uno de los arcontes m?s ricos de Corinto. Con estas palabras, una m?scara de indiferencia cay? de la cara de Prokpen Philip. “Perd?neme, mis amigos”, finalmente habl?, como si estuviera desesperado sosteniendo su cabeza con su mano izquierda, “Pero esto requerir? al menos diez talentos de oro. Debemos convencer a los comandantes dignos de la importancia de nuestro negocio, y luego nuestros pensamientos son puros y dignos. – Estamos de acuerdo, es m?s barato que una cadena de guerras infernales que hundir?n a Corinto en las profundidades de Tartarus. – respondi? el desafortunado Nikostrat, un verdadero patriota de Corinto. “Y escribiremos una carta en nombre del Consejo de Corinto, ya que todos nos preocupamos por la familia Argead”, agreg? Archaea con una sonrisa. “Y, por cierto, la dinast?a Argead de Argos, son danesas, y lo recuerdan. Recuerden que Aminta recibi? a la pobre Mykene, expulsada por los Argos”, agreg? DeMarat, “y muchas personas de familias nobles de Macedonia son descendientes de los refugiados mic?nicos. Pero Philip no fue cruel, y no exigi? la restauraci?n de Miken, como Platea y Orchomen restauraron, ?l no tom? la tierra de los Argosts. – Decidimos que la profec?a de la Pythia se hab?a cumplido, hab?an pasado mil a?os, y el mandato de Apolo sucedi?, y Argos pudo devolver las tierras de Mykene. – De acuerdo con ?l, Archean. “Y recordamos que los macedonios no son extra?os para nosotros, pero ahora Philip hace mucho por la paz en Hellas”, dijo Nicotrat, “Y los atenienses interfieren en los asuntos de los dem?s por derecho de parentesco”. Todos saben que los Evpatrids de Atenas son los descendientes de los mesenios, todos los Codrids son mesenios, incluido el famoso Plat?n, por lo tanto, los atenienses siempre apoyan a los mesenios en todas las guerras. Demarat fue a buscar el pergamino y agarr? los accesorios de escritura. Abri? el escritorio, asegur? la s?bana y mir? expectante a Archean. “Vamos a discutir el texto, supongo”, levant? la mano con una ca?a para escribir, – Quiz?s comencemos con la apelaci?n al “Rey Felipe”, Los mercaderes y los trapecios de Corinto, sabios de la vida, que son los m?s dignos del arconte, al final escribieron una carta al rey de Macedonia y la sellaron con sus propios sellos. “Al rey de Macedonia, el valiente y justo Felipe, De los miembros dignos del ayuntamiento de Corinto, hola. Estamos preocupados por la discordia en su familia, y recordando que ahora eres Hegemon de Hellas, y el l?der de las tropas en La guerra contra Persia, ofrecemos nuestra mediaci?n. entre t? y tu hijo, heredero del reino macedonio Alejandro en la reconciliaci?n, y aunque, por supuesto, se equivoca m?s. Argead joven e impaciente, pero le pedimos con urgencia que Reconciliado con ?l, porque de lo contrario enterrar? todas nuestras intenciones comunes.Firmado por Nikostrata el Arconte, Archean el Arconte y Demrat Arconte con focas unidas”. “Juntos, mi amigo”, dijeron Nikostrat y Archeus en coro, de los cuales DeMarat casi salt?. “Tal vez encontremos a alguien m?s?”, Pregunt? DeMarat, esperanzado. “Es mejor no encontrarte”, dijo Archea con una mueca malvada, “dentro de una hora, tendr?s dinero, prep?rate, y enviaremos guardias, as? como un carro. Los arcontes salieron r?pidamente, y DeMarat murmur?:" Mi truco y me destruyen”. Demarat se reuni? r?pidamente, llam? a sus dos sirvientes y le orden? que se reuniera en un largo viaje a Macedonia. Exactamente una hora despu?s, los enviados del Consejo llegaron con la cantidad acordada previamente, y Demarat se puso en marcha. Un mes despu?s, DeMarat lleg? a Pella, lleg? al palacio y pidi? una reuni?n con el rey. Pronto, fue invitado como representante del rey a un peque?o sal?n. Demarata fue guiada por los guardaespaldas del rey a la sala, donde Philip estudi? cuidadosamente un mapa de Grecia. – Hola, Phillip, – vine a visitarte – comenz? el corintio desde lejos, El rey mir? pensativamente a un amigo, vio que sosten?a algo en sus manos, pero no lo mostr?, y comenz? a sonre?r, anticipando una conversaci?n interesante. “Me alegro de verte Demarat”, dijo Philip, y llam? a un sirviente. “Vinos para un hu?sped”, orden?, y con un gesto hizo un gesto a Demarath para que se sentara en la silla junto a ?l. “Escuch? que algunos problemas los superaron y, para no jugar juntos, les entrego una carta del Consejo de Corinto”, Demarat continu? la conversaci?n, extendiendo un tubo con una carta. La cara de Philip cambi? de irritada a encantada por unos segundos cuando ley? la carta de arriba a abajo, y luego la escondi?, convirti?ndola suavemente en un tubo. “Genial, mi querido amigo, en la medida en que Philip pudo ser afectuoso, habl?, el rey casi cant? a Demarat,” podr?a confiarte el suministro de tropas, tu ayuda no tiene precio. Demuestre que los corintios nos reconocen a m? y al hijo de los gobernantes de la Uni?n Hel?nica, ?no quieren guerras en Hellas? No pudiste darme el mejor regalo. Me esfuerzo mucho por hacer las paces con mi hijo a trav?s de Filota y Cassandra, pero ahora, ?quiz?s puedas ayudarme? Ir?s como mi embajador, y transmitir?s, pero con palabras, el inter?s de la Peloponesa en la guerra con Persia y la importancia de la reconciliaci?n. Y yo, por supuesto, escribir? una carta para Alexander, pedir? una disculpa, estoy listo para eso. Seguramente te mostrar? una carta a su madre, no le estorbes. Demarat solo asinti? en respuesta, anticipando tambi?n el camino a Epiro, pero el nombramiento del principal proveedor del ej?rcito alivi? un poco su harina. Philip sac? los instrumentos de escritura de la oficina, r?pidamente escribi? una ep?stola, la sell?, se la entreg? al proxen, y estaba a punto de irse de inmediato, sin embargo, el rey no detuvo al enviado de paz. El camino hacia Epiro no era nada c?modo, tom? mucho tiempo, DeMarat se derrumb?, y no se alegr? en absoluto de que hubiera comenzado este juego, pero tambi?n era imposible retirarse. Y as?, el peque?o destacamento lleg? al refugio del joven y su madre, y el enviado de paz, tambale?ndose sobre las piernas inestables, se traslad? al palacio de los descendientes de Neoptolem, inform?ndose de s? mismo y fue r?pidamente perdido por la guardia, y el guerrero lo llev? a las peque?as habitaciones del heraldo. Demarat intent? darse una mirada inteligente y s?lida, y cruz? el umbral de la habitaci?n, donde Olimpiada y Alexander estaban sentados en sillones frente a ?l, y hab?a un tercer asiento vac?o, donde el joven le era familiar. – S? saludable, Alexander y la Olimpiada, mi nombre es Demarat, soy Arconte de Corinto y, a petici?n de Felipe, soy su mensajero y traje una carta suya. – Al levantarse de su silla, le dio el mensaje al hijo del Zar, ?l r?pidamente mir? sus ojos y asinti? con la cabeza.. Ella ley? durante mucho tiempo y pensativamente, buscando un significado oculto y all?, ?l no estaba all?. “Qu? piensa usted, Corintio, no tenga miedo, ni una sola palabra saldr? de aqu?”, dijo el joven con dureza, y su madre asinti? afirmativamente. “Tenemos miedo de la guerra entre ustedes en Corinto”, respondi? el arconte con honestidad y dureza, y la gente estaba cansada de la guerra en Hellas, as? que decid? ayudar, respondi? ?l con sinceridad. Alexander pens?, y asinti? con la cabeza y la madre, que tambi?n estaba contenta. – Aceptamos regresar, y gracias, el arconte dijo la verdad, no lo olvidar?. Ahora escribiremos una carta y se la enviaremos al mensajero, y usted ir? con nosotros a Pella, el pr?ncipe lo decidi? todo. Los Juegos Ol?mpicos r?pidamente escribieron una carta, Alexander la hab?a le?do, con su propio sello. y convocando a los soldados de la guardia de Demarat, los enviaron con un mensaje a Philip, mientras ellos mismos comenzaban a reunirse en su casa, a Pella. La preparaci?n del viaje no tom? mucho tiempo, y Alexander Epirsky se alegr? de ver que todo funcion? tan bien que incluso seleccion? a un escuadr?n de jinetes, luego conducir?a a su amada hermana y a su hijo. Finalmente, todo estaba listo, los guerreros se alinearon, el s?quito se reuni?, y la madre y el hijo salieron de las puertas del palacio, acompa?ados por el rey de Epiro, quienes estaban felices de ver la Olimpiada entrar al carruaje, y Alexander salta sobre Boukephalus. El viaje de regreso fue un poco m?s r?pido, pero tom? algo de tiempo. A una distancia de un d?a de viaje, los Juegos Ol?mpicos enviaron un mensajero al rey Felipe, que ven?a con su hijo, y por la ma?ana, fueron recibidos por toda una procesi?n dirigida por el rey. Los guardias de cieno con Phillip galoparon hacia ellos, sin llegar a unos pocos codos, la cabalgata se detuvo de inmediato y, personalmente, el rey, en el mejor semental, subi? al carrito donde cabalgaba la Olimpiada. – Hola, esposa, – su cara astuta de un ojo brillaba de alegr?a – Tambi?n me alegro de verte, como est?s conmigo. ?Gastaste un pariente? ?Espero que todo est? bien con ?l? ?l verti? palabras, sin esperar una respuesta a sus preguntas. “Hola, Alexander”, dijo con firmeza, mirando a los ojos de su hijo, tratando de ver el suyo, si no el perd?n, y luego la comprensi?n, “mir? las monta?as de Epiro? Admite que el agujero est? quieto. Comprenda, no somos extra?os en Hellas, como los envidiosos atenienses nos quieren exponer, saben que nuestra especie proviene de Mycenae, y muchas familias macedonias provienen de all?, y Linkestides y Oreastids, y su amigo Erigy, su familia de all?. Me gustar?a hablar contigo hoy, y no te enfades conmigo por mi madre. Los l?deres b?rbaros que nos rodean tienen tales costumbres: cada una tiene muchas esposas, o m?s bien, concubinas, esto es Her?doto, estaba equivocado, el rey persa tiene una sola esposa y esto… Bueno, las ni?as, en general. As? es mi esposa, Olympiada, y estas son solo chicas, tomadas por la paz, porque el g?nero Attala es completamente rebelde, y qu?? Debo matarlos a todos? Usted not? c?mo la gente del mundo realmente quiere, pero en nuestra familia hay contenci?n, pero los corintios han hecho las paces con nosotros. No me esconder?, solo estaba feliz, ?l mir?, si no hab?a Demarat cerca de ?l, y continu?. ?Reconocieron a nuestra familia como TSAR PARA TODA LA PELOPON?A! Como en el origen y en los asuntos, somos TsAR para ellos, pero Ellinsky, recuerda, no es persa, es decir, no es autocr?tico, hijo. No podemos crear esa cabeza arriba. Pero, en general, las semillas se han sembrado y las recoger?, porque a las Peloponesas USTEDES han sido reconocidas como mi heredera, y se comportan en consecuencia, y no teman a sus hermanos. Alexander escuch? a su padre y asinti?, y solo ahora comenz? a entender al pol?tico del estado que naci?, y c?mo las personas, otras personas intentaron mantener este nuevo estado, y esta nueva comunidad no era importante para los reyes, sino para la gente com?n, como un paso hacia la calma y la paz. Y ahora empezaron a entender muchas de las acciones de Felipe. – Y me gust? c?mo te comportaste en Atenas, hiciste amistad con Linkey y Lysippos, si quieres, inv?talos aqu?, esto es bueno para nuestro prestigio, con gusto pagar? sus ?rdenes, y Onesekrit, tu nuevo conocido, tambi?n estar?a interesado en la corte Despu?s de todo, Arist?teles se hab?a ido, y la gente deber?a ver que est? consultando con hombres sabios, significa que tambi?n es sabio. Aunque, lo dir? en secreto, su consejo no siempre tiene que ser seguido. Pero, por supuesto, solo es necesario escucharlo: se dio la vuelta otra vez, el caballo que estaba debajo de ?l atraves? sus pezu?as, y es bueno que ames a tus amigos y fiestas, no seas codicioso para tus camaradas, pero no los complazcas. Y la historia de Thais es solo para su beneficio, todos los arist?cratas languidecen de envidia, – una vez m?s, su rostro sonri? de manera conspiradora ante estas palabras, y su padre estaba claramente feliz por su hijo. “Madre intentar? casarse contigo, por lo tanto, pero no te aconsejo como premio en los Juegos Ol?mpicos, todos quieren verte como yerno, pero es mejor esperar, venceremos a Darius y tu matrimonio ser? por cierto”, y ?l dio unas palmaditas en el hombro de su hijo. – Vamos a casa, estamos esperando una buena comida! Adem?s, hasta la casa, cabalgaban al lado, padre e hijo, rey y pr?ncipe, comandante y basileus, como los llamaban los macedonios. Por el rabillo del ojo, Alexander vio a tres altos comandantes, Perdicke, Parmenion y Antipater, que miraban complacidos al idilio familiar del padre y el hijo, mientras Hephaestion manten?a la distancia, mientras que sus amigos viajaban cerca de los Juegos Ol?mpicos. Pella no cambi? en absoluto durante los meses de su ausencia. Alexander, al igual que su madre, ocupaba sus viejos cuartos, y trat? de no darse cuenta de Cleopatra, sin embargo, el pr?ncipe no le disgustaba. Philip ya hab?a derribado a la vanguardia del ej?rcito, y Parmenio y Attal deb?an encabezarlo, y comenzaron a buscar aliados en Asia Menor, y comenzaron las negociaciones con Pixodar. El actor Tesalo se convirti? en el mensajero, y una vez, pasando por los apartamentos de Philip, Erigy escuch? un fragmento de la conversaci?n: “La princesa del infierno ser? una buena esposa para Arideas”, dijo Philip. – Pixar ser? suficiente para estar seguro de que no perder? su reino, solo que ahora es s?trapa Dar?o, y te har? un juramento como los tracios. – Respondi? Tesal. “Vamos a escribir una carta ahora, pondr? un sello, tomar? el dinero y conducir? a los caballos sin escatimar hasta Bizancio, y all? a Halicarnaso”, se?al? Philip al mensajero. Erigy se apresur? hacia Alexander, descans? despu?s del gimnasio y ley? la lista de favoritos de la Il?ada, corregida por Arist?teles, el libro era Marchando, y escrito sobre una fina tela de lino. El rostro del pr?ncipe estaba tranquilo en ese momento, descans? en cuerpo y alma, despu?s de una ruptura con su padre. Hephaestion y Ptolomeo se sentaron junto a ?l, y Nearh estudi? los s?tanos del palacio real y, seg?n los rumores, en una de las calles secundarias encontr? m?rmol de m?rmol para los sacramentos dionis?acos, y ahora se estaba preparando para presentar a los amigos los misterios. Y luego irrumpi? en la sala de erigy. – Alexander, esc?chame! Tu padre quiere casar a Ariidea con Ada, la princesa caria! Quieren rodearte, seguramente estas son las maquinaciones de Attalus! “Erygius r?pidamente dijo su discurso. – Correcto, Attal est? tramando todo all?. Alexander, se dice que Ada es hermosa, y es mejor que vengas a ella”, afirm? Ptolomeo. – Erigiy, y qui?n lleva la carta? – pregunt? reci?n ingresado a Nearh, – Acabo de entrar, e inmediatamente al punto. En verdad, ahora tengo escuderos detr?s de ?l, y el embajador se fue, agreg? Ptolomeo. “No, mi fiel amigo, prepararemos una carta sobre m?”, agreg? Alexander, “vamos a dar dinero, me queda talento plateado y el valiente actor ser? mi embajador, Hymen”. “Es arriesgado, puede tomar dinero y traicionarse”, agreg? Erigy. Alexander dej? la Il?ada y comenz? a escribir una carta a Pixodar con su propia mano, luego la sell? con su propio sello. – Skachi, Ptolomeo, confirm? Alexander con voz firme, entregando el bolso al guardaespaldas. Ptolomeo sali? y pudo o?rlo llamando a los escuderos. Los amigos empezaron a esperar. Tres escuderos y Ptolomeo salieron precipitadamente del palacio, y uno de ellos, para no llamar la atenci?n, fue a los establos y sac? cuatro caballos. Primero, antes de que el palacio desapareciera de sus ojos, no eran r?pidos, luego segu?an trotando para no aburrir a sus caballos, y en el camino preguntaron: ?vieron a un extra?o en una mula y con ?l a unos sirvientes en el culo? M?s adelante, hab?a un carro roto con remolachas y zanahorias, que el campesino estaba recolectando, y el otro estaba reparando el carro, la rueda del carro salt? del eje. Ptolomeo se desmont?, y con ?l uno de los sirvientes, y se acercaron a los plebeyos. “Buenas tardes, reverendo”, – salud? Ptolomeo. – “Viste a extra?os en una mula y un burro?” – Bueno, lo eran, as? que condujeron por este camino, diciendo entre s? que iban a Bizancio. “Gracias, eres un hombre amable”, – y Eter orden? a los dos escuderos que se quedaran y me ayudaran a reparar el carrito. Ellos mismos comenzaron a conducir los caballos, y pronto alcanzaron al enviado. “D?jame saludarte, Tesalo”, lo salud? Ptolomeo cort?smente. ?Te apresuras a jugar una nueva obra? Pero luego se encontr? un nuevo patrocinador, y quiere cambiar las palabras en algunos lugares, y quiere darle un talento de plata, si desea compartir su visi?n del desarrollo de esta obra. – Tu amigo parece ser un verdadero conocedor del arte teatral? “Thessal sacudi? los dientes por miedo, porque comprendi? de qu? hablaba el joven, y ser?a muy f?cil quedarse sin cabeza en esta producci?n”. Pero la ambici?n del actor ha pasado factura. – Entiendo que aqu?, en el curso de la acci?n de la obra, est? el cambio de novio? “Usted es un ministro experimentado de Melpomena, entiende”, agreg? Ptolomeo, riendo. – Dale al destinatario mi carta. “Estoy de acuerdo con sus argumentos y no puedo discutir”, estuvo de acuerdo Thessal. “Entonces aqu? est? tu dinero, y date prisa en hacer tu trabajo, mi Eros sin alas”, Lagid brome?, girando su caballo para volver con Pella. Êîíåö îçíàêîìèòåëüíîãî ôðàãìåíòà. Òåêñò ïðåäîñòàâëåí ÎÎÎ «ËèòÐåñ». Ïðî÷èòàéòå ýòó êíèãó öåëèêîì, êóïèâ ïîëíóþ ëåãàëüíóþ âåðñèþ (https://www.litres.ru/sergey-solovev-16101/hijo-de-la-estrella-nacido-de-la-montana-alejandro-ma/?lfrom=688855901) íà ËèòÐåñ. Áåçîïàñíî îïëàòèòü êíèãó ìîæíî áàíêîâñêîé êàðòîé Visa, MasterCard, Maestro, ñî ñ÷åòà ìîáèëüíîãî òåëåôîíà, ñ ïëàòåæíîãî òåðìèíàëà, â ñàëîíå ÌÒÑ èëè Ñâÿçíîé, ÷åðåç PayPal, WebMoney, ßíäåêñ.Äåíüãè, QIWI Êîøåëåê, áîíóñíûìè êàðòàìè èëè äðóãèì óäîáíûì Âàì ñïîñîáîì.
Íàø ëèòåðàòóðíûé æóðíàë Ëó÷øåå ìåñòî äëÿ ðàçìåùåíèÿ ñâîèõ ïðîèçâåäåíèé ìîëîäûìè àâòîðàìè, ïîýòàìè; äëÿ ðåàëèçàöèè ñâîèõ òâîð÷åñêèõ èäåé è äëÿ òîãî, ÷òîáû âàøè ïðîèçâåäåíèÿ ñòàëè ïîïóëÿðíûìè è ÷èòàåìûìè. Åñëè âû, íåèçâåñòíûé ñîâðåìåííûé ïîýò èëè çàèíòåðåñîâàííûé ÷èòàòåëü - Âàñ æä¸ò íàø ëèòåðàòóðíûé æóðíàë.