Âñåãî äâà äíÿ êàê íà ñâîáîäå Ïðîñòîâîëîñà, ïîä õìåëüêîì, Äóøà æäàëà íà íåáîñâîäå  îäíîì èñïîäíåì, áîñèêîì. Íà ÷òî ïîòðà÷åíî ïîëâåêà? Õîòåëà âñïîìíèòü - íå ñìîãëà. Íà âîçâûøåíüå ÷åëîâåêà? Òóìàí, îáðûâêè, êàáàëà. Òàì áûëî òåñíî - â îáîëî÷êå Ñ ðîæäåíüÿ ââåðåííîé ñóäüáå, Êàê â íîâîì ñåðîì äîìå áëî÷íîì, Ãäå è íå çíàþò î òåáå. Îíà íàäåÿëàñü íà òåëî,

?ngel De Alas Negras

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?ngel De Alas Negras Amy Blankenship ??ngel de Alas Negras Serie Cristal del Coraz??n Guardian Author: Amy Blankenship Translated by Eugenia Rey (https://www.traduzionelibri.it/profilo_pubblico.asp?GUID=ca90601fba79cc6396deddd0100dfbb5&caller=traduzioni) Copyright ?© 2010 Amy Blankenship Edici??n en ingl?©s Publicado por Amy Blankenship Segunda Edici??n Publicado por TekTime Todos los derechos reservados. Pr??logo ??? Darious Las campanas del monasterio sonaron como una alarma, aunque no hab?­a nadie en el campanario que tirara de las cuerdas. Un rel??mpago atraves?? el patio cuando la tormenta apareci?? de la nada. El viento azotaba sin piedad, trayendo consigo el penetrante hedor de la muerte. Una nube oscura y agorera apareci?? en el horizonte, aproxim??ndose al monasterio a una velocidad vertiginosa. Los monjes, que hicieron de este monasterio su hogar, formaron filas como soldados con sus armas alistadas de madera, hueso y oro. Todas sus vidas se hab?­an entrenado para esta guerra??¦ para este momento en el tiempo, tal como lo hab?­an hecho sus ancestros durante m??s de un milenio. Los pergaminos sagrados de poder y magia hab?­an sido desenterrados de la vasta biblioteca, y presentados para hacer su trabajo. Los mantos color azul oscuro y amatista se hinchaban violentamente a medida que los monjes se dispon?­an a pelear una guerra que secretamente hab?­an rogado no ocurriera en sus vidas. Los arqueros entrenados avanzaron primero, con sus flechas encordadas y emanando un brillo de azul celestial. Estaban en silencio, de pie contra un enemigo al que ninguno de ellos era realmente capaz de derrotar. A medida que la nube se aproximaba, se hizo evidente que no era realmente una nube, sino una legi??n entera de demonios resueltos a destruir a la humanidad. Este monasterio, y los monjes que lo habitaban, eran la ??nica y ??ltima esperanza de la humanidad. En el aire se pod?­a escuchar un hondo zumbido, casi calmante, a medida que los monjes lanzaban sus hechizos de protecci??n, con el brillo de la determinaci??n en sus ojos. Los pergaminos sagrados hab?­an predicho la venida de la oscuridad, que desatar?­a una plaga de demonios en el mundo. Se hab?­a profetizado que, una vez que esta batalla terminara, los demonios sobrevivientes se esparcir?­an por los cuatro puntos cardinales de la tierra, siguiendo a los guardianes que alguna vez la hab?­an protegido, de la misma manera en que proteg?­an el sello. La raz??n de que los guardianes y la sacerdotisa aun no aparecieran era un misterio para algunos, pero no sorprend?­a a los ancianos. Esto era algo que ni el destino pod?­a cambiar. Se lanz?? una orden t??cita, y los arqueros libraron sus flechas contra la plaga que se empe?±aba en erradicar la tierra. Algunos demonios cayeron ante la primera ola, y los primeros arqueros retrocedieron para dar paso a otros en su lugar. M??s flechas volaron sobre los campos que alguna vez fueron verdes, desintegrando a los demonios a su paso. Sus esfuerzos, sin embargo, fueron infructuosos. Parec?­a que por cada demonio que destru?­an, diez de ellos tomaban su lugar. Los arqueros retrocedieron completamente, y se desenrollaron los pergaminos sagrados. Un muro apareci?? alrededor del monasterio, pero nadie ten?­a la capacidad de invocar todo el poder de los pergaminos durante m??s tiempo. Los ancianos hab?­an escrito los pergaminos, aunque su significado pleno se hab?­a perdido a lo largo de los siglos. No obstante, fue suficiente para concederles un poco de tiempo a los monjes. Se impartieron ??rdenes y se cerraron las compuertas del monasterio, trabadas con un sello de protecci??n para darles unos minutos m??s. Todos se miraban unos a otros, sabiendo que ser?­a la ??ltima vez que se ver?­an en este plano de existencia. Todos se aferraban a la leyenda que mencionaban los pergaminos, acerca de una persona atada por las cadenas de aquellos demonios empe?±ados en destruir el mundo. Estaba escrito que, durante el levantamiento, los demonios le dar?­an la espalda por error. ??l??¦ un ni?±o de una furia y melancol?­a incontroladas, con el temperamento del m??s oscuro de los ??ngeles y el poder de cerrar el portal, y as?­ encerrar a los demonios en este lado del mundo, pero impidiendo que otros les siguieran. Era este ni?±o quien cazar?­a a los demonios uno por uno, envi??ndolos nuevamente al reino de oscuridad al que pertenec?­an??¦ veng??ndose de quienes lo hab?­an encarcelado por tanto tiempo. Algunas de las leyendas de los pergaminos lo describ?­an como un dios, mientras que otros afirman que se trata de un demonio empecinado en matar a los dioses para obtener su libertad. Le hab?­an dado un nombre, aunque fuese solo para mencionarlo en sus plegarias??¦ Darious. Las puertas del monasterio crujieron ante la presi??n, a medida que los demonios finalmente las alcanzaban. La gruesa madera se resquebraj?? y se astill??, mientras que el sello que la sosten?­a se debilitaba, hasta que finalmente se rompi??. Las puertas se abrieron y, al igual que un maremoto de sangre y muerte, los demonios entraron como un enjambre, con sus zarpas y sus dientes desgarrando la carne humana. Los tambores de aceite que encend?­an las antorchas se cayeron, cubriendo a algunos que tuvieron la mala suerte de encontrarse batallando tan cerca. Las paredes se prendieron fuego??¦ creando una hoguera capaz de competir con el mismo infierno. El suelo se abri??, y m??s demonios brotaron por debajo de los pies de los monjes. La lluvia hab?­a comenzado a caer, derram??ndose sobre el monasterio envuelto por las llamas, que se rehusaba a ceder a la voluntad de los elementos. Uno por uno cayeron los monjes, ahogados en su propia sangre mientras rezaban por su salvaci??n??¦ rogando que se cumpliera la profec?­a. Miles de demonios ya hab?­an atravesado el portal, y los monjes no conoc?­an una barrera lo suficientemente fuerte como para impedirles invadir las tierras que los rodeaban. Un fuerte ruido de trueno, seguido de un brillante rayo que rasg?? el cielo, generaron una fuerte onda s?­smica, que hizo que el monasterio se desplomara al suelo. El silencio que le sigui?? fue ensordecedor, ya que el viento dej?? de soplar y la lluvia se detuvo abruptamente. El ojo calmo de la tormenta se hab?­a posado sobre los restos del monasterio; sus muros se elevaban sobre ?©l, atrapando tanto a los demonios como a los monjes. Aquellos monjes que todav?­a estaban con vida volvieron sus ojos al cielo y murmuraron oraciones de penitencia. La persona que cre?­an un salvador era mucho m??s aterradora que los demonios que le hab?­an precedido. Estaba parado en el ojo de su propia tormenta, con sus cadenas de preso colg??ndole de los pies y las mu?±ecas??¦ la cadena m??s gruesa a??n rodeaba su cuello. Estas tintineaban de modo inquietante en el silencio, cubiertas de la sangre de los demonios que hab?­a matado durante su escape. Su largo cabello ondulado se elevaba ligeramente, debido a la tormenta que lo rodeaba o a su propio poder, imposible saberlo. Su letal cuerpo se encontraba desnudo, como todos los que nacen repentinamente a este mundo. La sangre reluc?­a en las heridas abiertas que hab?­a recibido, dando testimonio de la batalla que hab?­a librado para llegar tan lejos. Dos heridas le atravesaban la espalda en el lugar que antes ocupaban unas magn?­ficas alas. Elevando su perfecto rostro hacia el cielo, unas l??grimas como de sangre cayeron de sus ojos color mercurio. La tierra bajo sus pies se estremeci?? una vez m??s y se alz??, atrapando a muchos demonios y reparando el portal, sell??ndolo. Una brillante luz blanca pas?? como un rayo y estall?? sobre el paisaje, dispersando al resto de la multitud de demonios hacia las esquinas m??s rec??nditas del mundo. La profec?­a, Darious, baj?? su mirada hacia el centro de lo que alguna vez hab?­a sido un gran monasterio. All?­, envuelta por un suave resplandor ang?©lico, se encontraba la estatua de una doncella arrodillada, con las manos extendidas como pidiendo algo que ?©l no pod?­a darle. Con la siguiente descarga del rayo, la estatua de la doncella se desvaneci??. Cap?­tulo 1 ???Risa malvada??? Normalmente, la pel?­cula ???Posesi??n Infernal 2??? la hac?­a morir de miedo. Pero afortunadamente, Kyoko ten?­a tanto sue?±o que apenas pod?­a ver la pantalla, y eso es decir bastante, ya que se trataba de un sistema de cine en casa de 73 pulgadas con sonido envolvente. Parpade?? un par de veces y luego se despert?? de un salto, levantando la cabeza para mirar el reloj digital sobre la parte delantera del reproductor de DVD. ??Tres de la ma?±ana! Ese ??ltimo parpadeo hab?­a sido su perdici??n. Hab?­a estado dormida por m??s de una hora. Ten?­a la costumbre de quedarse despierta hasta saber que todos hab?­an regresado a casa a salvo, as?­ que comenz?? r??pidamente a contar cabezas. Intent?? sentarse, pero se dio cuenta de que se encontraba atrapada entre el respaldo del sof?? y Toya. Mirando hacia abajo, sus mejillas se encendieron. Su rostro estaba enterrado en la parte baja de su abdomen, y uno de sus brazos le rodeaba las caderas. ??C??mo era que pod?­a dormirse cuando se encontraba solo al otro lado de la habitaci??n, y luego despertaba en las posiciones m??s extra?±as junto a ?©l? Era muy desconcertante. Si no hubiera estado profundamente dormido, lo habr?­a empujado al piso. Kyoko puso los ojos en blanco al saber que hab?­a pensado lo mismo muchas veces, y hasta ahora??¦ ?©l nunca hab?­a ca?­do al suelo. Su expresi??n se suaviz?? al ver su oscuro cabello con reflejos plateados. Se ve?­a siempre tan dulce cuando dorm?­a??¦ realmente era una l??stima que no pudieran mantenerlo dormido todo el tiempo. Sonri?? burlonamente ante su propia broma. Pero qu?© diablos, era verdad. Toya, tan dulce y amoroso como secretamente era, sol?­a ser el primero en pelear con ella. Levant??ndose sobre la parte trasera del sof?? para no tener que gatear por encima de ?©l, adopt?? una posici??n firme y mir?? a su alrededor. Kyoko mene?? la cabeza, pregunt??ndose por qu?© se habr?­an hecho el h??bito de dormir en esta gran sala de estar casi todas las noches, cuando todos ten?­an sus propias habitaciones con camas s??per grandes. Mirando r??pidamente a su alrededor, not?? que todas las personas que hab?­a estado esperando ya hab?­an llegado, excepto Kyou, lo cual era normal, y Tasuki, quien ella sab?­a que trabajaba en el turno nocturno esa semana. Con Kyou como jefe, supuso que era demasiado pedir que pasara tiempo con los polic?­as, detectives privados y ps?­quicos que trabajaban para ?©l. Un pensamiento malvadamente gracioso apareci?? en su cabeza, y sonri??. Si alguien hubiese estado despierto para verla, habr?­a corrido espantado. Estos muchachos se hab?­an burlado tanto de ella ??ltimamente que Kyoko pens?? que era hora de vengarse??¦ por diez. En silencio camin?? hacia donde estaba Shinbe, quien dorm?­a sobre el sill??n de dos plazas. Con cuidado extrajo el control remoto de la TV que de alguna manera hab?­a terminado sobre su regazo. Kyoko fren?? en seco cuando Shinbe se movi?? y en sus sue?±os murmur?? algo sobre una piel de conejo y jarabe de chocolate. Meneando la cabeza, Kyoko le quit?? el control remoto y silenci?? el televisor. La adrenalina se dispar?? por todo su cuerpo, d??ndole una sensaci??n de mareo. Una peque?±a parte suya comenz?? a sentirse mal, pero salt?? ferozmente sobre ?©sta, hasta que esa parte de su conciencia fue callada a los golpes. Luego del incidente con la ropa interior de Kotaro, y del s??bito deseo de Toya de correr por los salones hacia su habitaci??n??¦ se merec?­an esto. Adem??s, la consideraban como la ni?±a del grupo. Siempre ten?­a que pelearse con ellos para poder hacer cualquiera de los trabajos paranormales m??s pesados. Su ??nico poder real era el hecho de que, a veces, cuando tocaba algo o a alguien, recib?­a visiones del pasado que le ayudaban a resolver los casos. Sin embargo, esto no siempre funcionaba. No pod?­a simplemente acercarse a un demonio, tocarlo, y saber si ?©ste iba por ah?­ matando personas. Quiz??s si los sobresaltaba a todos al mismo tiempo, probar?­a que no se dejaba intimidar. Adem??s??¦la venganza era dulce. Con el televisor aun en silencio, Kyoko puso el volumen al m??ximo. Hab?­a una parte de la pel?­cula que la hac?­a encogerse de miedo siempre que la ve?­a. Entonces, rebobin?? hasta esa parte??¦ la parte en donde toda la habitaci??n comenzaba a re?­rse del protagonista con las voces m??s demenciales. Escabull?©ndose hacia la puerta, la abri?? y dio un solo paso hacia el vest?­bulo antes de voltearse y sonre?­r ante la pac?­fica escena. Presionando el bot??n de silenciar una vez m??s, Kyoko arroj?? el control remoto en direcci??n al sof?? y corri?? como loca. El fuerte ruido sobrecogi?? a todos, movi?©ndolos a actuar, y creando as?­ un efecto domin?? que har?­a re?­r por semanas a todo aqu?©l que lo hubiera presenciado desde afuera. Kotaro fue el primero en reaccionar. Estaba sentado en uno de los sillones reclinables, so?±ando con un cierto ??ngel de cabello rojizo, cuando se vio envuelto por aquella estrepitosa y desagradable risa. Se par?? de un salto, sacando al mismo tiempo su Beretta y disparando al televisor. Siendo un oficial de las fuerzas policiales locales, fue el instinto lo que lo hizo reaccionar tan r??pido. Yohji, el socio de Kotaro en la comisar?­a, estaba sentado en otro sill??n. El ruido lo hizo saltar, lo cual a su vez hizo que el sill??n reclinable se volteara hacia atr??s. Se irgui?? en menos de un segundo, usando el sill??n reclinable como escudo, y apuntando su pistola hacia los restos del televisor. Shinbe se par?? de un salto gritando algo acerca de abandonar el barco, Kyoko y los pervertidos primero. Parpade??, despertando de su sue?±o y adentr??ndose en lo que pod?­a llamarse una pesadilla. Inclin?? su cabeza mirando hacia el televisor. Debido a la posici??n precaria de Toya en el sof??, ?©ste se hab?­a ca?­do del borde, aterrizando encima de Kamui, quien dorm?­a la siesta echado sobre el suelo con un ordenador port??til abierto en frente suyo. La cara de Kamui golpe?? contra el teclado, y los pies de Toya chocaron contra la pantalla, destruyendo completamente el aparato. ?????Qu?© diablos, Kotaro????, reclam?? Toya. ?????Saca tu cara de mi trasero!???, chill?? Kamui, y dando un salto arroj?? a Toya al suelo. Shinbe se frot?? la nuca, agradeciendo a cualquier dios que escuchara que nadie lo hab?­a o?­do. Yohji se levant?? lentamente y coloc?? su PPK dentro la funda, frunciendo el ce?±o al ver el televisor en llamas. ???Le disparaste al televisor otra vez???, mascull??. ?????No es el segundo este a?±o????. Mir?? furiosamente al televisor y agreg??: ???Y creo que se est?? riendo de ti???. Kotaro, por su parte, miraba fijamente el televisor roto que todav?­a resonaba con la malvada risa, aun cuando la pantalla estaba destrozada. La expresi??n de su rostro era de completa sorpresa, y mir?? hacia la Beretta que ten?­a en la mano antes de enfundarla muy lentamente. Advirti?? unas luces parpadeantes, por lo que mir?? detr??s suyo y vio a Suki que tomaba fotos con su tel?©fono celular. ???Tres intentos para saber qui?©n hizo esto???, exclam?? Toya corriendo como loco hacia la puerta. ?????No la mates!???, grit?? Kamui corriendo tras ?©l. ???D?©jamela a m?­???. Kotaro no se mov?­a, todav?­a miraba el televisor. Shinbe corri?? tras Toya y Kamui con la resuelta intenci??n de ???rescatar??? a Kyoko de la venganza de Toya. ?????No temas, Kyoko, yo te proteger?©!???, exclam?? Shinbe mientras corr?­a por el vest?­bulo. Yuuhi, un peque?±o ni?±o albino, extrajo los tapones de sus o?­dos. ???Te lo dije???, susurr?? con una voz sin emoci??n que ten?­a un tinte escalofriante. Amni, que estaba sentado al lado del ni?±o sobre el mismo sof?? de dos plazas que Shinbe reci?©n hab?­a abandonado, sonri?? luego de quitarse sus tapones tambi?©n. Ambos eran los ps?­quicos del grupo, y hac?­a varios d?­as que preve?­an esto. No se hab?­an molestado en avisar a nadie porque??¦ ??d??nde quedar?­a la diversi??n? ???Por lo menos, las c??maras de seguridad que instal?? Kyou grabar??n todo???, dijo Amni. ???La repetici??n instant??nea es el mejor invento desde el pan en rodajas???. ?????De qu?© me perd?­????, pregunt?? Tasuki mientras caminaba lentamente a trav?©s de la puerta, contento de dejar de trabajar por esa noche. ???Toya va a matar a Kyoko???, dijo Amni con una voz ominosa, como si estuviera presenciando una horrible visi??n. Luego estall?? de risa cuando Tasuki corri?? fuera de la habitaci??n tan r??pidamente que gener?? una brisa. Kotaro elev?? una ceja mirando a Amni, ?????Alguna vez te dijeron que tienes un lado malvado????. Amni se encogi?? de hombros. ???No quer?­a que se sintiera dejado de lado???. ***** Darious se inclin?? contra la pared de ladrillos, y obtuvo una impresi??n de la ciudad. Los sonidos y los olores de tantos seres humanos se ve?­an distorsionados por los ecos demon?­acos que nadie m??s notaba. Incluso pod?­a sentir sombras que no pertenec?­an a la luz del d?­a, pero conservaba la calma para mantener sus poderes ocultos por un tiempo. Hac?­a mucho tiempo hab?­a aprendido que sus estados de ??nimo ejerc?­an un efecto sobre el clima y, hasta ahora, el cielo estaba despejado y la temperatura era perfecta. Era mediod?­a y ?©l buscaba la luz del sol, m??s aun que la soledad. Parec?­a que estaba obteniendo ambas. Darious sonri?? burlonamente mientras observaba a los humanos. Se manten?­an tan cerca del borde de la amplia acera, que un solo paso en falso los arrojar?­a en medio de un intenso tr??fico. Estaba acostumbrado a que las personas dejaran un amplio arco vac?­o alrededor suyo, pero ya no le importaba??¦ no es que alguna vez realmente le hubiera importado. Podr?­a haberles hecho un favor a todos y solo permanecer invisible, pero ser igual a un fantasma todo el tiempo ya lo estaba poniendo nervioso. El ??nico motivo por el que se encontraba en medio de una poblaci??n tan densa era porque hab?­a seguido el olor de tantos demonios hasta ese lugar. Todav?­a estaba intentando averiguar por qu?© este lugar se hab?­a convertido en el centro de inter?©s de los demonios. Era tan abarrotado, ruidoso y sucio, que casi entendi?? por qu?© los demonios eligieron este lugar, pero eso no significaba que a ?©l tuviera que gustarle. Hab?­a evitado lo m??s posible las zonas muy pobladas, ya que hace mucho hab?­a aprendido que lugares as?­ producen el peor tipo de seres humanos. Algunos de ellos eran casi tan malvados como los demonios a los que persegu?­a. A trav?©s de los milenios hab?­a matado incontables demonios??¦ pero los m??s fuertes y r??pidos de ellos se hab?­an dispersado y permanec?­an escondidos, mientras que ?©l se ocupaba de matar a los m??s d?©biles. Todas esas pistas parec?­an converger aqu?­??¦ en esta ciudad. Sus pensamientos se oscurecieron al saber que los demonios jefes ahora conspiraban juntos, creyendo equivocadamente que su ej?©rcito, mezclado con tantos seres humanos, ser?­a capaz de derrotarlo. Esconderse entre los humanos no les ayudar?­a. Sus auras se le aparec?­an como faros, con un aspecto m??s similar a unas sombras distorsionadas que a seres vivos reales. Los ojos de Darious se oscurecieron al pensar en esto. Si ten?­a que destruir la ciudad y a todos los humanos en ella, as?­ ser?­a. No les deb?­a nada a los mortales. Adem??s, ellos sab?­an acerca de los demonios, y tan solo decidieron ignorar ese hecho. Todas las pel?­culas de terror eran la prueba, aunque ellos las consideraban ficci??n. De manera ignorante, hab?­an olvidado que todas las leyendas humanas est??n basadas en cierto grado de realidad. Esta era la noche de los demonios??¦ los humanos la llamaban Halloween. Durante esta noche, las personas ignoraban lo que estaba justo frente a ellos. Supuso que ese era uno de los motivos por los cuales los humanos se disfrazaban de monstruos una vez por a?±o??¦ para no ser reconocidos por lo real. Qu?© ignorante se hab?­a vuelto la raza humana. Con su aguda vista, Darious mir?? a trav?©s de la calle bulliciosa hacia adentro de las ventanas de vidrio de los altos edificios, y advirti?? su propio reflejo. Sus ojos se entornaron, pregunt??ndose qu?© ver?­an los dem??s cuando lo miraban, que hac?­a que arrastraran a sus hijos al otro lado de la calle. Acaso ver?­an su propia falta de conocimiento, su miedo, o quiz??s era una provocaci??n a su asumida ignorancia. Ellos quer?­an permanecer inconscientes de los verdaderos peligros del mundo. ??l estaba aqu?­ para salvarlos, pero lo trataban como si fuera un demonio. Solo los inocentes captaban y devolv?­an su mirada por momentos??¦ los ni?±os, mientras sus padres los arrastraban lejos de all?­. ***** Kyoko estaba parada en la recepci??n, contenta de que Suki fuese la ??nica persona que se encontraba all?­. Rio nerviosamente mientras preparaba su primera taza de caf?©. Sab?­a que los chicos se vengar?­an por lo que les hab?­a hecho la noche anterior. Trag??, recordando los golpes en el piso debido al fuerte ruido, y c??mo hab?­a corrido por el vest?­bulo intentando llegar a su habitaci??n antes de que la alcanzaran. Hab?­a o?­do a Toya corriendo tras ella, grit??ndole todas las obscenidades posibles. Ambos sab?­an que si realmente la hubiera alcanzado, no la habr?­a lastimado. En su precipitada carrera hacia un lugar seguro, hab?­a doblado la esquina y vio a Kyou parado en el umbral de su puerta. Vest?­a pantalones de seda color negro como la noche, que colgaban peligrosamente debajo de sus caderas, con su cabello plateado luciendo perfecto, aun a mitad de la noche. Fueron sus ojos lo que casi lograron que diera la vuelta y huyera en el sentido opuesto. Eran del color del oro fundido, ardientes, y directamente fijos en ella a medida que corr?­a frente a ?©l y hacia su habitaci??n. Kyoko atraves?? la puerta y dio un alarido cuando vio a Toya que corr?­a disparado hacia ella. Justo en el momento que cerraba la puerta de un portazo, podr?­a haber jurado que vio c??mo Kyou mov?­a su pie unos pocos cent?­metros, haciendo que Toya tropezara y cayera boca abajo. Ahora pod?­a sonre?­r cuando pensaba en ello. Le hab?­a confiado su vida a Kyou, quien parec?­a cuidar de todos los que viv?­an y trabajaban en el edificio. Sab?­a muy poco acerca de ?©l, pero al mismo tiempo sent?­a que lo conoc?­a tan ?­ntimamente que a menudo la hac?­a sonrojarse. Los ??nicos datos que aparentemente conoc?­a eran que parec?­a tener m??s dinero que un dios, y se aseguraba de que todos tuvieran m??s que lo necesario. Adem??s ten?­a una misteriosa forma de saber qu?© casos paranormales asignarles, y qu?© armas necesitar?­an. Era el hermano mayor de varias de las personas que trabajaban all?­??¦ aunque nunca lleg?? a averiguar sus edades. Toya era el segundo. Su cabello era color ?©bano con reflejos plateados iguales a los de Kyou. Al igual que todos los hermanos, ten?­a un cuerpo digno de promocionarse en publicidades de ropa interior. T?? sabes??¦ el tipo de cuerpo que hace que una muchacha se detenga para mirarlo. En casi todos los trabajos asignados a ella, Toya hab?­a sido su socio, y hab?­a llegado a quererlo mucho por eso. ??C??mo pod?­a no quererlo cuando la hab?­a salvado incontables veces de aquellos monstruos que las personas normales no ten?­an ni idea que exist?­an? De muchas formas, Toya era lo m??s cercano a un h?©roe para ella. El hermano que segu?­a en la l?­nea era Shinbe, con cabello largo del color de la noche y ojos amatista. Parec?­a ser el enigma del grupo, siempre actuando como un pervertido, y con su sentido del humor que a menudo la hac?­a echarse al piso de la risa. Pero hab?­a veces en que se volv?­a tremendamente serio. En esas ocasiones, nadie en el grupo lo daba por sentado. El cuarto hermano, Kotaro, era detective de las fuerzas policiales y se encargaba de los casos que desconcertaban a las autoridades locales. Ten?­a cabello largo color ?©bano y ojos de un color azul helado capaces de quitar el aliento. Mientras que el resto de los polic?­as daban vueltas buscando un sospechoso humano, el peque?±o grupo de Kotaro llevaba el caso a la atenci??n de la agencia paranormal y ayudaba a rastrear a los demonios. Sorprendentemente, una vez que el caso estaba resuelto, los funcionarios de la ciudad nunca hac?­an demasiadas preguntas al respecto. Era casi como si no quisieran saber. Tasuki y Yohji eran dos muchachos que trabajaban bajo las ??rdenes de Kotaro en la comisar?­a. Kyou los hab?­a invitado a vivir all?­, ya que trabajaban en este lugar m??s que en el departamento de polic?­a. Adem??s, se hab?­an robado a la secretaria de la comisar?­a, que ahora trabajaba all?­. Su nombre era Suki, y Kyoko la quer?­a como a una mejor amiga. Adem??s, Kotaro convenci?? a Kyou de que invitara a dos hermanos ps?­quicos??¦ Amni y Yuuhi. Eran de mucha ayuda. El m??s joven de los hermanos, aunque ella no estaba segura de su edad ya que todos aparentaban tener entre diecinueve y veintisiete a?±os, era Kamui. Su cabello era de muchos colores, con los m??s asombrosos reflejos color amatista. Sab?­a ciertamente que sus ojos cambiaban de color m??s de lo que un adolescente cambiaba de ropa??¦ y eso realmente era decir algo. Dentro del grupo era el genio de la inform??tica, capaz de infiltrarse en cualquier banco de datos del mundo para obtener la informaci??n que necesitaban. M??s de una vez hab?­a ingresado en los altos organismos internacionales, solo para molestarlos. Volte??ndose con su taza de caf?© para concentrarse en lo que Suki hab?­a estado diciendo durante los ??ltimos minutos, Kyoko casi se quem?? cuando su vista aterriz?? sobre Kyou. Una vez m??s, se encontraba reclinado sobre la bisagra de la puerta, mir??ndola desde el umbral de su oficina con la misma mirada que ten?­a la noche anterior. Cuando sus ojos se encontraron con los suyos, le produjeron un crudo y sensual escalofr?­o que la sacudi?? bien adentro. Un d?­a de estos, Kyoko ten?­a la determinaci??n de averiguar exactamente c??mo lo lograba. En realidad, hab?­a visto a muchas mujeres desvanecerse cuando Kyou, en raras ocasiones, abandonaba el santuario de su oficina y caminaba por las calles de la ciudad. ?????Supongo que has dormido bien????, pregunt?? Kyou estoicamente, aunque Kyoko pudo advertir un leve toque de diversi??n en sus ojos. ???S?­, de hecho???, afirm?? Kyoko con una sonrisa. ???Hmm, creo que debi?? ser bastante dif?­cil, con cuatro hombres resueltos a permanecer junto a tu puerta toda la noche, discutiendo sobre qui?©n iba a derribarla???. Volte??ndose r??pidamente en direcci??n opuesta para ocultar su cara sonrojada, Kyoko mir?? por la amplia ventana que daba a la atestada calle de la ciudad. A veces, vivir en este edificio pod?­a ser muy duro para el coraz??n de una muchacha??¦ eso sin mencionar sus hormonas. Sintiendo que los escalofr?­os le sub?­an por la nuca, ella supo que no pod?­a escapar, as?­ que solo intent?? dejar que su mente vagara sin rumbo. Mir?? a trav?©s de la calle hacia la fila de edificios que se encontraba en frente del suyo??¦deseando estar en uno de ellos en lugar de all?­??¦ al menos hasta que la angustia adolescente de la noche anterior se disipara. Sus labios se entreabrieron cuando not?? la presencia de un hombre que estaba justo cruzando la calle. Parec?­a como si la estuviera mirando fijamente, pero sab?­a que no pod?­a ser, ya que los vidrios eran ahumados??¦se pod?­a ver hacia afuera pero no hacia adentro. Kyoko se acerc?? a??n m??s a la ventana y coloc?? una mano contra el vidrio ahumado, justo en frente de su visi??n de ese hombre. Ese hombre encarnaba la quietud, mientras que todo lo que lo rodeaba se mov?­a a un ritmo apresurado. Exhib?­a una calma serenidad, que era seductora pero al mismo tiempo temible. En alg??n lugar rec??ndito de su mente, ella sab?­a que era mentira??¦que era ?©l quien se mov?­a, mientras todo lo dem??s permanec?­a inm??vil en su presencia. Llevaba anteojos oscuros, y una larga gabardina oscura lo suficientemente abierta como para revelar la ajustada camiseta que llevaba debajo. Ten?­a el cuerpo de un dios griego, y su rostro era perfecto, aunque su largo cabello oscuro lo ensombrec?­a en gran parte. Algo en ?©l exclamaba peligro y sexo, todo al mismo tiempo. Parec?­a pertenecer a las eras oscuras, junto con los dragones y los magos. Una visi??n abrupta de ?©l arrodillado y ensangrentado, con cadenas alrededor de sus mu?±ecas, tobillos y cuello??¦ dentro de una caverna subterr??nea ca?­da en el olvido, irrumpi?? en su mente haci?©ndola querer gritar de angustia. Kyoko pod?­a sentir c??mo se arrastraba at trav?©s de r?­os de sangre en direcci??n a ?©l??¦ deseando salvarlo. Lo sent?­a literalmente, desliz??ndose por su piel y como un peso sobre su ropa Frunciendo el ce?±o cuando las sensaciones y la imagen desaparecieron, Kyoko se inclin?? m??s cerca del vidrio y tuvo la clara impresi??n de que en realidad estaba intentando acercarse a ?©l. Darious sinti?? que algo invad?­a su espacio, y entorn?? la vista hasta atravesar su propio reflejo en el vidrio espejado, divisando a la muchacha que lo miraba. Por lo general, los humanos sol?­an apartar la vista apenas advert?­an su presencia, a menos que fuesen inocentes??¦ es decir, ni?±os. Nunca lo hab?­a entendido, pero los ni?±os nunca le ten?­an miedo. Sus ojos oscuros acariciaron a la muchacha con curiosidad, sabiendo que ella no era una ni?±a. Kyoko ten?­a un hermoso cabello largo color rojizo, que no era ni lacio ni ondulado, sino que ten?­a vida propia. Aguzando la vista, advirti?? unos ojos brillantes color esmeralda, rodeados por pesta?±as pecaminosamente oscuras. La forma en que lo miraba con una fascinaci??n m??rbida hizo calentar su sangre, y eso lo confund?­a. Gru?±?? cuando el sol desapareci?? s??bitamente detr??s de las nubes. Los humanos nunca le hab?­an interesado??¦ solo los demonios, y solo durante el tiempo que le llevaba rastrearlos y matarlos. En el instante en que ella se apart?? de la ventana, Darious se envolvi?? en su propio poder, haci?©ndose invisible. ???Kyoko, ??has o?­do algo de lo que te dije????, pregunt?? Suki, consciente que hab?­a estado hablando sola durante los ??ltimos minutos. Kyoko vacil?? y se volte?? para ver a su mejor amiga detr??s del escritorio. ???Oh??¦ hmm??¦ ??eh????, parpade??, ?????cu??l era la pregunta????. Notando una sombra a su derecha, echo una mirada a la puerta de la oficina de Kyou, y se relaj?? al advertir que ?©ste hab?­a desaparecido una vez m??s. Suki mene?? la cabeza, ???dije que tenemos la reuni??n matutina arriba en cinco minutos???. Recogi?? una pila de papeles y dio la vuelta al escritorio mientras que Kyoko regresaba a la ventana. ?????Qu?© es lo que mirabas con tanto detenimiento????, pregunt??. Los hombros de Kyoko se desplomaron al ver que el extra?±o ya no estaba all?­. Se mordi?? el labio inferior pregunt??ndose el porqu?© de su decepci??n. ???Estoy buscando un taxi para poder escaparme de la reuni??n???, dijo, y le gui?±?? el ojo a Suki. ???Bueno, si yo no te quisiera ya te habr?­a matado cuando la madre de todas las malditas bombas sacudi?? las ventanas anoche. Adem??s, obtuve algunas fotos muy buenas para publicar en internet. Deber?­as haber visto la expresi??n en el rostro de Kotaro cuando se dio cuenta de que le hab?­a disparado al televisor??¦ te lo mostrar?© m??s tarde???. Viendo que la atenci??n de Kyoko se dispers?? una vez m??s hacia la calle, coloc?? las manos sobre sus hombros y la volte?? en direcci??n al ascensor. ???Vamos??¦ ya es hora de que admitas tu acto de terrorismo???. ?????Terrorismo????, se defendi?? Kyoko en tono culpable. ?????Y c??mo llamas a lo que ellos me hacen constantemente? ??¦ ??Civilizado????. Suki rio nerviosamente y empuj?? a Kyoko hacia adentro del ascensor. ???Sube, y si hay gritos??¦aseg??rate de que sean ellos quienes gritan???. Darious elev?? la vista hacia el nombre impreso sobre el vidrio donde antes se encontraba la muchacha??¦???Investigaciones paranormales???. Cerr?? los ojos, tanteando para orientarse en su camino a trav?©s del edificio, y apret?? los dientes a medida que su poder daba con las almas antiguas. Inhal?? cuando encontr?? el alma de Kyoko cerca de la cima del edificio. ??sta se dirig?­a directamente hacia el grupo de almas que estaban contaminadas con elementos no humanos??¦pero que tampoco eran demonios. Abri?? sus ojos color de ?©bano cuando comenz?? a llover. La acera se humedec?­a, excepto adonde se hallaba su cuerpo invisible. ??Por qu?© lo miraba con tanto inter?©s, acaso era porque estaba ligada a las cosas paranormales? Dej?? que su poder recorriera su alma una vez m??s, buscando detectar la presencia demon?­aca en su aura. Su poder la rode?? durante varios latidos, y pudo sentir c??mo su fuerza vital se elevaba y lo miraba directamente. Y en ese momento, lo oy????¦ el eco de un suave llanto que apenas pod?­a recordar, por encima de sus propios gritos torturados. La ??nica vez que hab?­a o?­do ese sonido fue en el momento en que las cadenas de la eternidad se hab?­an roto. Hab?­a dejado el sonido atr??s al luchar por salir del pozo, y ?©ste se le hab?­a aparecido en su memoria muchas veces. Cuanto m??s se acercaba a esta ciudad??¦ m??s lo empezaba a acechar ese recuerdo. ??Qu?© cosa en ese llanto le hab?­a cerrado el pecho ahora, y no hace siglos atr??s cuando realmente importaba? ??Por qu?© de repente importaba ahora? Darious sacudi?? la cabeza sinti?©ndose irritado. No pod?­a cambiar el pasado, entonces, ??por qu?© permanecer en ?©l? Justo cuando Kyoko abr?­a la puerta de la habitaci??n en la que todos esperaban, sinti?? como si alguien la rodeara con sus brazos, y respir?? s??bitamente. Volteando a la derecha, elev?? su vista hacia la oscuridad. Dentro de esa oscuridad se encontraba el mismo rostro que hab?­a visto cruzando la calle??¦ esta vez sin anteojos de sol. Sus ojos la sumieron en la fascinaci??n??¦eran del m??s extra?±o color de la plata turbulenta, con un reflejo azul helado. Kyou gir?? hacia la puerta, sintiendo que Kyoko se acercaba, pero la expresi??n extra?±a en su rostro lo oblig?? a actuar. Corri?? hacia adelante y la sostuvo antes de que cayera. Sintiendo c??mo un elemento no bienvenido la tocaba por detr??s, su gru?±ido de advertencia dispers?? al poder sobrenatural que la rodeaba. ??ste la abandon?? como una ola furiosa en el mismo momento en que un trueno sacudi?? las ventanas por la tormenta que se aproximaba. Kyou entorn?? sus ojos dorados, levant??ndola en brazos de forma posesiva y coloc??ndola cuidadosamente sobre el sof??, ante la presencia de todos. Cuando todos avanzaron, ?©l sostuvo su mano en alto, orden??ndoles que se quedaran atr??s. Darious se retir?? y abri?? los ojos, mirando hacia la cima del edificio. Todav?­a pod?­a sentir el calor de su alma, y era la primera vez que hab?­a experimentado una sensaci??n de calidez desde que ten?­a memoria. Tambi?©n hab?­a pasado mucho tiempo desde la ??ltima vez que se sinti?? impactado por el poder de otro ser. Esboz?? una sonrisa fr?­a y maliciosa a medida que se escabull?­a. El lugar seco sobre el pavimento se fue oscureciendo cuando el cielo se abri??, dando paso a un intenso chaparr??n. Cap?­tulo 2 ???Mitos peligrosos??? La audici??n de Kyoko volvi?? aun antes de que abriera los ojos. Cuando escuch?? la voz de Shinbe anunciando que seguramente estaba embarazada, sus ojos se abrieron r??pida y s??bitamente, y le clav?? una mirada fatal. ???Yo??¦???, se vio interrumpida de inmediato cuando Toya la jal?? hacia sus brazos y casi la exprimi?? contra ?©l. ?????No hagas eso! Casi me das un maldito ataque card?­aco???. La sostuvo fuertemente hasta que record?? que todos estaban mirando. Su mand?­bula comenz?? a temblar, sabiendo lo que se avecinaba. ???Aawww, qu?© dulce???, rio Kamui burlonamente, ???Toya est?? todo acaramelado con Kyoko. No sab?­a que eras as?­???. Toya solt?? a Kyoko tan r??pido que cay?? contra el brazo del sof??. ???Vas a sentir mi pu?±o en tu cara si no te callas, mocoso???. Gru?±??, pero su expresi??n volvi?? a suavizarse cuando dio un paso atr??s y vio a Kyoko que se incorporaba. ???Lo que quise decir es??¦ ??Qu?© est??s intentando hacer, terminar de darnos el ataque al coraz??n que empezaste anoche????. ???Si siguen as?­, quiz??s lo haga???, dijo Kyoko con una sonrisa burlona dirigida a Toya. ???Luego ir?© a esconderme a la habitaci??n de Kyou???. ?????Por qu?© te esconder?­as all?­????, pregunt?? Toya, sinti?©ndose celoso al instante. Kyoko suspir?? y sopl?? apartando un mech??n de su cabello de los ojos. Toya era inteligente pero, a veces, si no fuera por su aspecto, jurar?­a que ten?­a la edad mental de un ni?±o de cinco a?±os. ???Porque Kyou tiene barreras a prueba de nerds en su puerta???, aport?? Kamui sin apartar la vista de su nuevo port??til, que manten?­a lejos de Toya. Toya gru?±?? y se dio vuelta para enfrentar al m??s joven del grupo. ???Sigue as?­, Kamui, y hare que tu sistema inform??tico colapse???. ?????Y esto lo dice el hombre que siquiera sabe d??nde est?? la tecla Enter en el teclado????, pregunt?? Kamui arqueando una ceja. ???Me sorprender?­a si supieras d??nde est?? el bot??n de encendido de un monitor???. Toya se inclin?? hacia ?©l. ???No estaba hablando del disco r?­gido???. Sus labios apenas esbozaron una sonrisa malvada cuando Kamui sujet?? el port??til con m??s fuerza y se estremeci??. ?????Suficiente!???, dijo Kyou, con una voz que hac?­a eco de su autoridad. ???Si?©ntense todos. Kyoko, t?? puedes quedarte en el sof?? si lo deseas y, no, Toya??¦ no va a compartirlo contigo???. Dirigi?? una mirada irritada a su hermano. Toya comenz?? a murmurar algo acerca de ciertos hombres con palos y microchips en sus traseros, antes de dejarse caer sobre la silla de Kyou. ??ste lo mir?? fijamente con la expresi??n imp??vida por la cual era famoso. Cuando el hombre de cabello plateado sinti?? un peque?±o tir??n sobre su mano, mir?? a Kyoko, que movi?? sus pies de modo tal que Kyou pudiera sentarse sobre el otro extremo del sof??. Kotaro y Yohji rieron disimuladamente al ver que Kyou acept?? la invitaci??n y se sent??, con los pies de Kyoko sobre su regazo. ???Como todos bien saben, esta noche es Halloween???, comenz?? Kyou. ?????No me digas!???, mascull?? Toya, intentando no mirar con furia a los pies de Kyoko en contacto con su hermano. ???Lo cual significa???, continu?? Kyou dirigiendo una mirada asesina a Toya, ???que hoy habr?? mayor actividad. Los rituales paganos saldr??n mal como de costumbre, y la actividad paranormal tambi?©n se intensificar??. Todos nosotros estaremos en estado de alerta durante las pr??ximas veinticuatro horas. Considerando que las fiestas de Halloween se extender??n hasta m??s tarde en la noche, y siendo s??bado??¦creo que todos entienden la idea???. ???S?­, s?­, lo entendimos???, exclam?? Toya. ???Uy, tengan cuidado porque habr?? mujeres desnudas corriendo por las calles, perseguidas por pandillas de violadoras lesbianas, ??uh!??? ?????Ad??nde????, pregunt?? Shinbe a todo volumen, que no hab?­a prestado demasiada atenci??n desde que Suki entr??. Kyou masaje?? el espacio por encima de sus cejas, donde sent?­a que se acumulaba una ligera presi??n. ??l y sus hermanos escond?­an bien sus poderes del mundo, pero a veces se preguntaba si no hab?­an retrocedido demasiado. Hab?­an sido enviados aqu?­ para mantener a Kyoko a salvo sin que ella lo supiera, y para liberar al mundo de tantos demonios como pudieran. Hab?­a establecido la agencia en cuanto not?? la elecci??n de carrera que ella hab?­a hecho. Kotaro levant?? la voz. ???El departamento de polic?­a design?? a mi brigada a la plaza de la ciudad esta noche debido a la sobrecarga de las fuerzas policiales. Otros polic?­as estar??n all?­ a intervalos porque el a?±o pasado las fiestas barriales no terminaron sino hasta el amanecer, y varias personas desaparecieron esa noche???. Kamui asinti??, volteando su port??til para que todos vieran: ???Chicos, tenemos una bruja en la ciudad???. ???A ver si te enteras, ni?±o??¦ esta noche tendremos un mont??n de brujas en la ciudad???, Yohji sonri?? burlonamente. ???Algunas m??s sensuales que otras???. ???Esas brujas no est??n absorbiendo la vida de ni?±os peque?±os???. Kamui se?±al?? una lista de nombres de la guardia infantil del hospital. ???Todos estos ni?±os est??n en coma, y todo ocurri?? durante la ??ltima semana. Los m?©dicos est??n desconcertados, porque en todos los casos los ni?±os se encontraban afuera despu?©s del anochecer, y todas las pruebas que les hicieron no revelaron ninguna lesi??n. Simplemente no se despiertan???. Kyoko frunci?? el ce?±o intentando concentrarse en la reuni??n. Era dif?­cil, porque no pod?­a sacudirse esa extra?±a sensaci??n que hab?­a permanecido en ella desde que vio a aqu?©l hombre al otro lado de la calle, y luego sinti?? lo que podr?­a jurar que eran sus brazos rode??ndola. Apartando el recuerdo por un momento, su rostro se entristeci?? pensando en todos esos ni?±os del hospital. Una vez hab?­a le?­do que si una bruja toma una parte de tu alma, caes en un profundo sue?±o. Luego tienes pesadillas por siempre, a medida que la bruja se alimenta de tu miedo. ??Acaso todos esos ni?±os estaban atrapados en aquellos sue?±os, gritando para que alguien los salvara? ???No creo que echarle un cubo de agua en la cabeza funcione, pero yo quiero ir a la caza de algo tan cruel. ??C??mo reconoceremos a la bruja si la vemos? ??Alguien ha visto una alguna vez? ??Acaso no son solo seres humanos que accedieron a una potente magia????. Comenz?? a disparar preguntas mientras intentaba incorporarse, pero Kyou le puso la mano sobre los tobillos para imped?­rselo. Kyou no mir?? a Kyoko, esperando que ella pensara que no era intencional, mientras rodeaba sus tobillos con sus dedos como si fuera un brazalete. En ese momento sosten?­a una barrera protectora sobre ella, que se manten?­a en su lugar solo mediante su toque??¦ adem??s, todav?­a no estaba listo para perder contacto con ella. ??l hab?­a sentido la poderosa aura que la rode?? justo antes de que se desmayara. Y si bien la hab?­a apartado de ella??¦ todav?­a sent?­a el rastro de su presencia. Eso solo era suficiente para enojarlo. Hab?­a colocado barreras contra demonios en todo el edificio, y en cada esquina de cada piso, ocultas dentro del panel de yeso para que no las notaran. Sus ojos dorados se elevaron hacia la gran ventana panor??mica que se hallaba en medio de la pared exterior. Se supon?­a que durante ese d?­a y esa noche el clima estar?­a despejado y fresco??¦entonces, ??de d??nde hab?­a salido esa tormenta? Mientras miraba la lluvia de cerca, advirti?? una silueta que no era traspasada por la lluvia. Sin querer que la aparici??n supiese c??mo la hab?­a ubicado, Kyou puso su atenci??n en la entusiasmada descripci??n que Shinbe hac?­a de las brujas. ???Las brujas reales nunca fueron humanas. Sus almas son demon?­acas y eternas. Se mantienen vivas tomando la fuerza vital de los ni?±os, aliment??ndose de sus pesadillas. Ese es su alimento. En cuanto a su aspecto, como tantos ni?±os han sido sus v?­ctimas, a esta altura deben haber adoptado una forma inusual??¦j??venes, hermosas, e incluso de apariencia angelical???. Shinbe aclar?? su garganta y borr?? la imagen er??tica que rondaba su cabeza. ???No muestran su verdadera forma hasta el momento en que toman la fuerza vital de otra persona, o en plena batalla. Cuando se alimentan, su aspecto es verdaderamente espantoso???. ???T?? debes saberlo???, afirm?? Toya con voz l??gubre. Shinbe dirigi?? a Toya una mirada que le ordenaba permanecer en silencio y, por ??nica vez, Toya tuvo la decencia de dejarlo ah?­. Yuuhi se encontraba parado junto a la silla en la que estaba sentado su hermano Amni, pero sus ojos estaban fijos en la lluvia que ca?­a afuera. ???Ella estar?? en el centro de la ciudad, dentro de la zona de fiestas, cerca del festival infantil, pero no ser?? el ??nico demonio en el lugar. Se cuida de los que tienen poderes superiores a los suyos. Es por eso que tiene tanta ansiedad por comer??¦quiere almacenar energ?­a para la pelea que sabe que se avecina. Esta noche a?±adir?? nuevas v?­ctimas a su frenes?­ alimentario???. Tasuki se frot?? los brazos para despejar los escalofr?­os. ???Odio cuando haces eso???, murmur?? mirando a Yuuhi a los ojos. La ??nica diferencia entre el muchacho y un aut?©ntico albino era el hecho de que Yuuhi ten?­a ojos profundamente oscuros, y su negrura se acrecentaba cuando recib?­a una visi??n??¦lo cual era simplemente espeluznante. Mientras Tasuki lo miraba, Yuuhi volte?? su vista hacia ?©l, y sus pupilas color ?©bano se tornaron enormes y luminosas. ???No ser?? una bruja lo que deber??s enfrentar esta noche???, Yuuhi retrocedi?? para mirar la lluvia como si no acabara de dar un susto mortal a Tasuki. Tasuki apret?? los pu?±os, sabiendo que el ni?±o no le dir?­a a qu?© deber?­a enfrentarse. Decidiendo ignorar al resto de las personas en esa habitaci??n, la mayor?­a de las cuales resoplaban divertidos por lo bajo, camin?? hacia los armarios que conten?­an todo tipo de armas contra los demonios, y extrajo un peque?±o saco de sal marina, desliz??ndolo r??pidamente dentro de su bolsillo. Sab?­a algunas cosas de verdadera magia, y si la sal marina no mataba a la bruja o a los demonios que la acompa?±aban??¦ al menos le dar?­a una ventaja inicial. Amni sonri?? con suficiencia al ver c??mo Tasuki tomaba la sal. Era demasiado bueno como para dejarlo pasar. Luego de aclarar su garganta en silencio, hizo una muy buena imitaci??n de la malvada bruja del oeste. Tasuki debi?? saltar como una milla por encima de sus botas, volte??ndose con una mano en el coraz??n y mirando furiosamente al ps?­quico rubio. ?????Buena, Amni!???, exclam?? Toya. ?????Vete al infierno!???, gru?±?? Tasuki. ?????Tasuki!???, Kyoko lo rega?±??. ?????Quieres que llame al abuelo otra vez????. Tasuki se qued?? inm??vil y sinti?? c??mo un escalofr?­o le recorr?­a el cuerpo hasta los huesos. S?­, hab?­a asuntos de la agencia que le daban mucho miedo??¦ pero nada era peor que una visita del maestro del terror??¦ el abuelo Hogo. ???No necesariamente, Kyoko, tan solo mant?©n a ese loquito lejos de mi esta noche???, atin?? a decir finalmente Tasuki, esperando que el viejo no apareciera en el centro de la ciudad esa noche. Ten?­a la costumbre de aparecerse de la nada durante sus cacer?­as de demonios. Amni volvi?? a sonre?­rle burlonamente, haci?©ndole un gui?±o sugestivo a Tasuki para lograr que palideciera antes de volver a dirigirse al grupo. Presion?? las puntas de los dedos y cerr?? los ojos, invocando su poder de videncia. Detr??s de sus p??rpados, el tiempo se aceler??, el d?­a se volvi?? noche, y se encontr?? volando por los rascacielos del centro de la ciudad. De forma abrupta, Amni se vio en medio de la ciudad despu?©s del anochecer, rodeado de humanos vestidos con disfraces de Halloween. Dirigiendo su vista sobrenatural en todas las direcciones, inhal?? lentamente, buscando sentir los elementos que no pertenec?­an all?­??¦ hab?­a tantos. Sombras distorsionadas se retorc?­an a su alrededor, absorbiendo personas en todas las direcciones antes de desaparecer de vista. Espectros que no parec?­an otra cosa que vaporosas telas de ara?±a volando a su alrededor como si desearan atacar, pero no hab?­a nada all?­. Al borde de la conciencia, Amni comenz?? a escuchar algo siniestro, casi como unas garras de demonios rascando contra metal. Algo grit?? al pasar junto a ?©l, y se vio regresado abruptamente al presente. Sinti?? una peque?±a mano sobre su hombro, y luego mir?? hacia los ojos c??mplices de Yuuhi. En ese momento, Amni not?? que se encontraba en el piso, y la silla en la que antes estaba sentado se hab?­a dado vuelta. ???Nadie debe salir solo hoy???, fue todo lo que dijo Amni mientras se apartaba de su hermano y ambos miraban afuera hacia la lluvia. La silueta se desvaneci??, dejando que la lluvia cayera dentro del espacio vac?­o. ???Esta noche, todos formar??n parejas y llevar??n sus tel?©fonos celulares???, orden?? Kyou. ???Kamui los seguir?? a todos desde aqu?­, as?­ que ll??menlo si tienen problemas. La persona que est?© m??s cerca suyo ser?? enviada a ayudarles. Yuuhi y Amni se quedar??n con Kamui, de modo que ?©ste pueda transmitirles cualquier alerta???. Kyou mir?? a Kotaro: ???Kotaro, t?? y Yohji patrullar??n la plaza de la ciudad para el departamento de polic?­a, y adonde quiera que env?­en a Tasuki, Shinbe lo seguir??. Toya y Kyoko se disfrazar??n para integrarse a los festejos, y quiz??s para mantener sus identidades a salvo en caso de que ocurra algo inesperado. Patrullar??n el ??rea infantil, en busca de la bruja???. Le hizo un leve gui?±o a Kyoko, sabiendo que era lo que realmente quer?­a. ???Amni, t?? y Yuuhi adem??s actuar??n como el equipo de ???limpieza???. Si algo se sale de control y hay demasiados espectadores, deber??n estar listos???. En silencio los mir?? para hacerles saber que deb?­an borrar la memoria de todo ser vivo en caso de sentirlo necesario. ???Suki estar?? esperando con la camioneta por si necesitan armas, o que los recojan???. Toya cruz?? los brazos sobre su pecho, completamente satisfecho ante el hecho de estar con Kyoko esa noche, incluso si significaba disfrazarse para Halloween. La sospecha lo invadi?? al advertir que Kyou no hab?­a revelado su posici??n para esa noche. ?????Y qu?© hay de ti????, pregunt?? Toya con desconfianza. Kyou entorn?? la vista hacia la ventana, sabiendo que ya no estaban solos en la habitaci??n. Hab?­a sentido c??mo el aire se desplazaba con un movimiento inadvertido, y el poder que se ocultaba en ?©l era impactante. ???Termin?? la reuni??n???. Kyou mantuvo su voz tranquila pero exigente para no alertar a los dem??s. Al principio nadie se movi??, esperando que Kyou se marchase como normalmente sol?­a hacerlo luego de las reuniones. Cuando se hizo evidente que no se ir?­a, uno por uno se levantaron y abandonaron el lugar. Kyoko tambi?©n se dio por aludida cuando Kyou solt?? su tobillo. En unos instantes, la habitaci??n estaba vac?­a y Kyou cerr?? la puerta??¦trab??ndola para no ser interrumpido. Reclin?? su espalda contra la puerta y mir?? la habitaci??n vac?­a. Kyou dej?? que sus sentidos aumentados exploraran cada cent?­metro cuadrado del lugar antes de elevar su vista hacia la ventana. Mir?? atentamente hacia un lugar ubicado directamente junto al marco. Sab?­a que ?©sta ten?­a que ser la misma entidad que hab?­a hecho desmayar a Kyoko hac?­a algunos minutos. Lo que no pod?­a saber era por qu?©. Era obvio que no ten?­a malas intenciones??¦ casi era como si solo estuviese de visita. Sin embargo, Kyou no pod?­a sacudirse la sensaci??n de haber sentido la presencia de esta entidad antes. Sin importar qu?© fuera, Kyou sab?­a que deb?­a averiguar sus secretos y el motivo por el que estaba all?­. Mientras tanto, consinti?? la idea de mirar fijamente hacia su escondite hasta que se presentara o se fuera. Darious estaba sentado sobre el amplio alf?©izar, recostado contra el marco, con una pierna apoyada en posici??n relajada. Hab?­a o?­do todo, y se hab?­a quedado con una extra?±a sensaci??n de pertenencia que intentaba ignorar. Siempre hab?­a trabajado solo contra los demonios, y aqu?­ encontr?? una habitaci??n repleta de??¦ humanos no era la palabra adecuada para algunos de ellos, si bien pretend?­an serlo. Prueba de esto era el hecho de que el hombre sab?­a d??nde estaba, a??n sin poder verlo. Sin embargo, la mirada que le dirig?­a ese hombre era un reto a su naturaleza. Ese hombre de cabellos plateados no era humano??¦no era un demonio??¦ ??qu?© rayos era? Darious frunci?? un poco el ce?±o hasta que una poderosa aura recorri?? la habitaci??n hacia ?©l. No era amenazante??¦ tan solo expresaba que sab?­a exactamente ad??nde se encontraba. Darious entorn?? los ojos en direcci??n al hombre??¦ Kyou, se llamaba. ??D??nde hab?­a escuchado ese nombre antes? Se qued?? inm??vil a mitad de su inspiraci??n, y sus ojos oscuros se transformaron en pozos sin fondo. Era imposible. Al regresar al monasterio, solo para encontrarlo abandonado y descubrir que la estatua hab?­a desaparecido, hab?­a explorado los t??neles que se encontraban debajo de los escombros, y all?­ encontr?? los pergaminos perdidos que pertenec?­an a los guardianes. Fue en esos libros que ley?? acerca de Kyou y sus hermanos. Los escritos del monje indicaban que los guardianes rodeaban a su princesa y proteg?­an al mundo de los demonios. Antes pensaba que los guardianes eran un mito??¦ apenas la esperanza de la humanidad sumada a los funestos vaticinios de los pergaminos. Busc?? en su memoria para recordar qu?© dec?­an realmente los pergaminos, pero ?©sta lo elud?­a porque no le hab?­a prestado ninguna atenci??n a las f??bulas. Hab?­a dejado los pergaminos en el mismo lugar en que los encontr??, para regresar a?±os m??s tarde y encontrar que nuevos pergaminos hab?­an sido agregados. ??stos trataban sobre los guardianes. Una cosa que s?­ recordaba del nuevo pergamino era que ?©l era mayor que los guardianes, y que ?©stos hab?­an abandonado el mundo en el mismo momento en que se hab?­a roto el sello. Incluso los monjes no entendieron por qu?© los hab?­an abandonado en sus horas m??s oscuras. Ahora hab?­an regresado, y fing?­an ser humanos??¦ viviendo entre ellos como si pertenecieran, mientras que ?©l deb?­a quedarse afuera en el fr?­o, combatiendo a los demonios como si as?­ tuviera que ser. ??Qu?© hac?­a que los humanos aceptaran a los guardianes mientras a ?©l siempre le hab?­an temido? Los humanos no le hab?­an ofrecido otra cosa que soledad. Darious se irgui?? hasta alcanzar toda su altura, y dirigi?? sus ansias nuevamente m??s all?? de los r?­gidos muros que lo manten?­an atrapado. Si se permit?­a sentir, solo encontrar?­a dolor??¦ hab?­a aprendido esa lecci??n de la forma m??s dura. Nunca hab?­a necesitado a nadie, y no iba a empezar ahora??¦ especialmente, no necesitaba de seres m??s d?©biles que ?©l. Sigilosamente le rugi?? al hombre antes de retirarse, destrozando la ventana al salir. Kyou se qued?? all?­ con las manos enterradas en los bolsillos de su pantal??n, dejando que el viento azotara sus largos cabellos. Arque?? una ceja pregunt??ndose qu?© habr?­a hecho para enojar a la entidad. No estaba m??s cerca de averiguar qu?© era??¦ pero, otra vez, su familiaridad lo obsesionaba. Algo le dijo que no ser?­a la ??ltima vez que sus caminos se cruzaran. Volteando hacia la puerta, esboz?? una sonrisa c??mplice. R??pidamente la abri?? y sali?? justo a tiempo para ver como todos ca?­an por el umbral. Hab?­an abandonado la habitaci??n, pero tan pronto como Kyou trab?? la puerta tras de s?­, ellos se congregaron contra ?©sta, presionando sus orejas contra la madera barnizada. Les tom?? por sorpresa cuando la puerta se abri?? abruptamente, haci?©ndolos caer al piso hacia adelante. ???Supongo que esto significa que tendr?© que volver a entrenarlos a todos en sus habilidades de interceptaci??n???, afirm?? Kyou antes de salir de la habitaci??n. ???Y Suki, llama a los obreros para que arreglen la ventana???. ***** Toya tiraba del cuello de su camisa, gru?±endo frustrado. Kyou se hab?­a encargado de vestirlo. El atav?­o se parec?­a a las porquer?­as que, seg??n hab?­a visto, usaban los vampiros bobos de las pel?­culas, y se completaba con un accesorio de encaje con volados alrededor del cuello. Los pantalones solo le llegaban a las rodillas, y usaba medias blancas. ??Medias? ??Qu?© diablos se cre?­a Kyou que era???¦ ??un maripos??n? Toya se hab?­a rehusado a usar peluca, conform??ndose con atar su largo cabello en una cola de caballo sobre la nuca, con varios mechones que ca?­an a los costados. La ??nica parte del complejo disfraz que s?­ le gustaba era la larga capa negra con capucha y forro rojo. Realmente combinaba bien con el resto del atuendo. El otro beneficio era que los ojos de Kyoko se hab?­an iluminado cuando lo vio lucirla. Sus ojos dorados se suavizaron al verla. Ella lo hab?­a llamado el vampiro m??s sensual que jam??s hab?­a visto. Su mirada recorri?? su cuerpo haciendo la misma apreciaci??n. Ella llevaba un atuendo igual de elaborado que el suyo, pero al que se hab?­a adaptado mucho mejor. Kyou le hab?­a elegido un vestido que recordaba a la ?©poca colonial. Era una bonita combinaci??n de rojo y negro decorada con una peque?±a borla en la parte trasera que, para Toya, parec?­a balancearse a cada paso que daba. Llevaba una sombrilla negra de raso y un sombrero de copa femenino sobre su cabello rojizo que no cumpl?­a otra funci??n m??s que ser elegante. El ??nico problema del atuendo de Kyoko era que era corto adelante??¦ solo le llegaba hasta la mitad del muslo, mientras que la parte trasera era larga y se arrastraba por el suelo. La parte superior del cors?© tambi?©n era de corte bajo, y mostraba m??s escote de lo que Toya quer?­a que otros vieran??¦otros excepto ?©l. Seductora fue la primera palabra que se le vino a la mente, pero no comparti?? ese cumplido con ella. Solo respondi?? a sus bromas dici?©ndole que les presentar?­a a su primera enamorada a los muchachos del ??rea infantil. A pesar de que el atuendo revelaba al pervertido que Kyou llevaba adentro, Toya tuvo que admitir que su hermano mostr?? un impecable estilo al escogerlo. Ninguno de ellos ten?­a aspecto de monstruo aterrador, de modo que estaban bien para pasearse entre los ni?±os en los festejos. Si Kamui y Amni ten?­an la informaci??n correcta, la bruja iba a raptar a otro ni?±o esa noche. ?????PROBANDO!??? Kyoko se llev?? una mano al costado de la cabeza y pesta?±?? un poco, mientras que Toya dio un gru?±ido al sentir el dispositivo de escucha en su oreja. ?????Baja el maldito volumen, desgraciado nerd!???, exclam?? Toya en voz alta, esperando que los parlantes de Kamui estallaran. Kamui rio nerviosamente. ???Lo siento, no pude resistirme. Ah y Toya, si quieres seguir desvistiendo a Kyoko con tus ojos, no lo hagas aqu?­???. ?????C??mo diablos??¦????, mascull?? Toya mirando alrededor. Kyoko sonri?? y puso una mano sobre el brazo de Toya para captar su atenci??n, luego se?±al?? hacia la c??mara de tr??fico montada por encima del sem??foro. ???Hijo de perra???, gru?±?? Toya. ???Otra vez accedi?? al centro de control del tr??fico???. Sonri?? y mir?? a Kyoko. ?????Qu?© tal si le muestro????. Kyoko golpe?? a Toya en el brazo y lo mir?? furiosa, con las mejillas enrojecidas. ???El ??nico que ver?? a Kyoko desnuda soy yo???, exclam?? Kotaro con buen humor desde alg??n lugar de las cinco cuadras que se hab?­an acordonado para las fiestas de Halloween. ???Es a m?­ a quien ama realmente???. ?????HA!???, exclam?? Kamui. ???A Kyoko le gustan m??s los tipos tranquilos, lo cual me coloca al frente por el momento???. ???Acabas de gritar en su maldita oreja con tu prueba??¦ ??c??mo rayos te convierte eso en un tipo tranquilo????, argument?? Toya. ?????Pueden dejar de bromear????, exigi?? Tasuki. ???Estamos aqu?­ para buscar demonios, no para discutir la vida sexual de Kyoko???. ?????Qu?© tal la falta de vida sexual????, pregunt?? Yohji, desatando otra ola de risas contenidas. ?????Qu?© tal si se callan todos????, orden?? Kyoko, s??bitamente enojada por estar sonroj??ndose con diez tonos de rojo. ???Solo porque no tengo novio no significa que puedan burlarse de mi???. La expresi??n de Toya se suaviz??, acercando a Kyoko hasta abrazarla. ???Lo siento???, susurr??. ?????OH, DIOS M??O, R??PIDO, LLAMA A LOS MEDIOS!??¦ ??TOYA ACABA DE DISCULPARSE!???, grit?? Kamui en el intercomunicador. ???T?? sabes.???, dijo Toya. ???Estoy tentado de volver y patearle el trasero???. Kyoko rio, ???No te preocupes por eso ahora. Dejar?© que te diviertas m??s tarde???. Sonri?? t?­midamente, d??ndose cuenta de que hab?­a sonado un poquito m??s obscena de lo que era su intenci??n. Al cruzar miradas, ella advirti?? que su cabello hab?­a ca?­do sobre su rostro, que era suave y tierno bajo la luz tenue. Apart??ndole un mech??n de cabello por detr??s de la oreja, lo bes?? en la mejilla. Todo lo que Toya pudo hacer fue respirar mientras se sonrojaba ante el comentario con doble sentido y el tacto de sus suaves labios contra su piel. Sonri?? maliciosamente a la c??mara escondida y le sac?? la lengua antes de tomar la mano de Kyoko y guiarla lentamente a trav?©s de la multitud de gente que los rodeaba. Al menos sus ??ltimas palabras hab?­an logrado callarlos a todos. La fiesta barrial estaba en pleno apogeo, con bandas de m??sica tocando en todas las esquinas y en todos los clubes. La luna creciente se encontraba bien alto, proyectando retorcidas sombras a su alrededor. Hab?­an estacionado al otro lado de la plaza porque Kyoko quer?­a recorrer todo y tener una idea del lugar antes de llegar a la cuadra de los ni?±os. Hizo que Toya se detuviera, se?±alando hacia un drenaje cerca de la acera. Toya asinti??, soltando su mano y acerc??ndose a ?©ste. ???Ey Kamui, aqu?­ vemos que alguien quit?? una rejilla del drenaje que se encuentra cerca de??¦???, mir?? alrededor para obtener la referencia m??s cercana, que casualmente estaba justo en frente del drenaje. Arque?? una de sus oscuras cejas, ???Casa de los gritos??¦rayos, qu?© cursi. ??Quieres revisarlo???? ???Yohji y Kotaro pueden revisarlo si dejan de manosear a Kyoko de una vez???, respondi?? Kamui con voz irritada. Toya gru?±?? al voltearse y ver, c??mo no, a Kotaro rodeando a Kyoko por los hombros, mientras que Yohji la tomaba por la cintura, con las manos peligrosamente cerca de sus caderas. Toya se pas?? la mano por la frente como si estuviera sufriendo, hasta que finalmente dio unos largos y decididos pasos hacia ellos. Inmediatamente retrocedieron de un salto, sujetando las manos detr??s de la espalda y tratando de verse lo m??s inocentes posible. Kotaro incluso tuvo la audacia de comenzar a silbar mirando hacia los edificios circundantes como si fueran lo m??s fascinante de la tierra. ???Kotaro???, gru?±?? Toya, ???mant?©n tus manos lejos de Kyoko.??? Kotaro hizo una mueca y Toya desvi?? su furiosa mirada hacia Yohji, qui?©n fue lo suficientemente tonto como para devolv?©rsela. ???Ni lo pienses???, dijo Toya. ???Ahora bien, ??ustedes dos van a revisar ese drenaje o tengo que arrojarlos adentro de ?©l????. Kotaro levant?? las manos en se?±al de rendici??n. ???De acuerdo, de acuerdo??¦ nos encargaremos. Pero te enviar?© la cuenta de mi tintorer?­a???. R??pidamente apart?? a Yohji del riesgo al advertir que el muy idiota estaba intentando besar a Kyoko en la mejilla. ???Vamos, tont?­n, antes de que los demonios no sean lo ??nico con que debas pelear esta noche???. Kotaro toc?? su auricular, ???Ey, nerd inform??tico, ??ad??nde conduce este drenaje????. ???Espera, estoy buscando???, dijo Kamui lentamente. ???Creo que??¦ s?­, ??lo tengo! Conduce hasta debajo de la casa embrujada que se encuentra directamente frente a ti. Veamos, es un lugar bastante antiguo??¦dame un minuto???. ???Solo dinos si hay una forma de entrar a los drenajes desde la casa???, exigi?? Yohji. ?????Y qu?© diablos crees que estoy buscando????, grit?? Kamui en respuesta. ???Vaya, parece que todos creen que estas cosas son f??ciles de encontrar. ??Requiere investigaci??n, carajo!???. Yohji dirigi?? a Kotaro una expresi??n imp??vida. ???Esto viene del tipo que puede irrumpir en la base de datos de la CIA mientras duerme???. ???Como sea, los dejaremos que discutan al respecto???, dijo Toya. ???Llevar?© a Kyoko a la parte infantil del festival, para que podamos hacer nuestra parte???. Toya rode?? a Kyoko por los hombros y la condujo lejos de ellos. Se quedaron inm??viles cuando la voz de Kamui regres?? a trav?©s de los auriculares. ???Hm, gente??¦ tenemos un problema???. ?????Qu?© pasa, mocoso????, pregunt?? Toya, cuya voz cambi?? de tono ante la seriedad que emit?­a Kamui. ???Ese drenaje conduce a la casa, es cierto??¦ a trav?©s del s??tano. Tambi?©n conduce al cementerio local ubicado a unas cinco cuadras. Aparentemente, los t??neles fueron cavados durante alg??n tipo de revoluci??n. Las leyendas locales dicen que era una ???autopista??? subterr??nea para la actividad demon?­aca???. ???Diablos, me alegro de no estar en su lugar, muchachos. Estar en su lugar ahora s?­ que apesta???, dijo Toya con una sonrisa burlona. ???Ey, Shinbe, Tasuki, ??creen que pueden venir a ayudar a estas muchachas????. ???Mis humildes disculpas, Toya???, dijo Shinbe por la radio. ???Pero Tasuki y yo estamos al otro extremo de la cuadra y, desafortunadamente, en este momento estamos ocupados en nuestro propio trabajo???. ???S?­???, afirm?? Tasuki y luego grit??. ?????Tasuki????, pregunt?? Kyoko. ?????Est??s bien???? ???Est?? bien???, dijo Shinbe intentando no re?­rse. ???Solo se llev?? el susto de su vida por culpa de un viejo y un intento de zombie adolescente. Ey, Tama, me encanta el disfraz???. ???Cambiamos de opini??n, all?­ vamos???, gru?±?? Tasuki. ???Maldito viejo, siempre me hace cagar de miedo???. Kyoko rio nerviosamente junto con Suki. Al parecer, el abuelo Hogo hab?­a encontrado a Tasuki. ???Saluda al abuelo de mi parte, y dile que lo llamar?© ma?±ana???, dijo Kyoko. ?????No le dir?© nada a ese vejestorio!???, exclam?? Tasuki de mal humor. ???Dile, o de lo contrario??¦???, le advirti?? Kyoko, con sus ojos esmeralda agit??ndose en tormenta. Kotaro, Yohji y Toya retrocedieron dos grandes pasos lejos de la mujer de cabello rojizo. Cuando el rostro de Kyoko adoptaba esa expresi??n, solo hab?­a una alternativa??¦ correr. ???Um, vamos a avanzar y revisar la parte de adentro???, dijo Kotaro con vacilaci??n. ???Los mantendremos informados de lo que sucede???. Yohji ni siquiera necesit?? una indicaci??n. Retrocedieron un par de pasos m??s como si Kyoko fuera a atacarlos cuando se hubieran dado la vuelta, y luego recorrieron apresuradamente el camino hacia a la casa. ???Kyoko???, dijo Toya perplejo. ???Das miedo, ??lo sabes????. Kyoko sonri?? con suficiencia, ???Es de familia???. ???No me digas???, murmur?? Tasuki al auricular. Se pod?­a escuchar a Suki ri?©ndose otra vez, ???Y se preguntan por qu?© amo trabajar con ustedes???. ???Suki, querida???, dijo suavemente Shinbe. ???T?? puedes dar miedo todo lo que quieras??¦ eso solo me hace desearte m??s???. ???C??llate, Shinbe???, dijo Suki con frustraci??n. Cap?­tulo 3 ???Casas embrujadas??? Darious se encontraba de pie en la sombra, mirando c??mo el peque?±o grupo se dispersaba. No se hab?­a molestado en hacerse invisible porque, entre todas las noches, esta noche se confundir?­a bien entre ellos. Entorn?? los ojos al ver que Toya tomaba a la mujer por los hombros. ??Por qu?© ellos eran tan aceptados dentro del c?­rculo humano??¦ mientras que a ?©l siempre lo hab?­an rechazado? ??Qu?© hac?­a a los guardianes tan especiales? Su mirada taciturna acarici?? el rostro de Kyoko mientras sonre?­a, y supo que ella no les tem?­a, sino que se mezclaba entre ellos como si perteneciera. ??Qu?© no dar?­a por recibir una sonrisa as?­??¦como si fuera un hombre y no un monstruo? Algo se tens?? en su pecho, pero Darious se sacudi?? su melancol?­a al tiempo que su atenci??n volv?­a a dirigirse a los dos polic?­as que entraban a la burda casa embrujada. Pod?­a sentir la actividad demon?­aca en su interior, pero le interesaba m??s la fuente de dicha actividad. El patr??n que controlaba a los peones era lo que deb?­a encontrar. Destruye al jefe y destruir??s a sus subordinados. Era un concepto que la mayor?­a ignoraba con demasiada facilidad??¦ hasta que realmente deb?­an enfrentarse a un jefe en combate. Solo que entonces no parec?­a tan f??cil. Primero y principal, necesitaba encontrar a los demonios jefes y matarlos. Los guardianes podr?­an encargarse del resto de las alima?±as que andaban sueltas esa noche??¦los blancos f??ciles. Lentamente volte?? la cabeza y mir?? en direcci??n al cementerio antes de desaparecer del lugar. Kamui sorbi?? ruidosamente su granizado de ar??ndano y luego mordi?? el sorbete por un momento. Presenci?? el acto de desaparici??n del hombre que hab?­a acechado a Kyoko desde que ella y Toya hab?­an llegado, y eso lo hizo sonre?­r. Gir??ndose hacia otro de los port??tiles abiertos frente a ?©l, ech?? un vistazo al fotograma congelado de Darious. ???As?­ que finalmente nos has encontrado???, pens?? Kamui para s?­, asegur??ndose de mantener ese pensamiento inaccesible para Amni y Yuuhi. A menudo se hab?­a preguntado si el ??ngel oscuro todav?­a merodeaba por las tierras. Agrand?? la foto y su sonrisa se desvaneci?? al ver la mirada solitaria que atormentaba los ojos de Darious. ***** Kotaro y Yohji se acercaron a la mujer que estaba de pie en la entrada de la casa de los gritos, y comenzaron a entrar. Inmediatamente advirtieron un cartel afuera que indicaba que no se permit?­a la entrada de ninguna persona menor de dieciocho a?±os, lo cual significaba que estaban controlando las tarjetas de identificaci??n. ?????Por qu?© tanto problema con el l?­mite de edad? ??Acaso tienen zombies desnudos o algo as?­????, brome?? Yohji, esperando secretamente estar en lo cierto. ???Lo siento caballeros???, dijo la mujer. ???Tienen que pagar una entrada de diez d??lares para entrar???. Yohji se ahog??. ?????Veinte d??lares? Eso es un robo a mano armada???. Kotaro mostr?? su insignia y sonri??. ???T?? no quieres nuestro dinero, y ya es hora que te tomes un descanso???. La insignia llam?? la atenci??n de la mujer, que la sigui?? con la mirada, incapaz de apartar la vista, ya que ?©sta emit?­a un tenue brillo azul. ???No quiero su dinero???, repiti?? con voz embobada. Kotaro le echo un vistazo a Yohji, cuya sonrisa se hab?­a esfumado. ???Vamos???. Caminaron hacia adentro, dejando a la mujer de la entrada meneando la cabeza confundida, hasta que mir?? su reloj, decidiendo que era hora de ir por un bocadillo. La puerta delantera se cerr?? tras ellos, y los dos hombres miraron a su alrededor. La habitaci??n delantera ten?­a forma hexagonal, con peque?±as mesas redondas a cada esquina. En el centro se encontraba una mesa redonda m??s grande con flores marchitas y fruta podrida falsa dentro de un taz??n, todo lo cual se hallaba cubierto de aserr?­n y telas de ara?±a de fantas?­a. Ambos hombres siguieron en alerta m??xima al notar un cartel con la palabra ???Entre???, garabateada con letras torcidas junto a una puerta cubierta por una cortina, sin que hubiera ning??n gu?­a. Los parlantes reproduc?­an una espeluznante m??sica de ??rgano de tubos, d??ndole a la habitaci??n lo que se supon?­a que era cierto ambiente, pero que al final solo resultaba cursi. ???Parece una funeraria???, murmur?? Yohji. ???Incluso tienen un ata??d aqu?­???. Yohji camin?? hacia el ata??d, y por m??rbida curiosidad levant?? la tapa. Fue una decisi??n que lament?? al instante, arrugando la nariz ante el olor. ???Kotaro??¦ dime que esto es falso y ser?© tu mejor amigo por siempre???, rog?? Yohji suavemente, encogi?©ndose de miedo. Kotaro ya hab?­a comenzado a dirigirse a la cortina que cubr?­a la siguiente puerta. Retrocedi?? para mirar dentro del ata??d y se alej?? enseguida. El humano a medio comer yac?­a sobre el sat?©n ahora cubierto de sangre, grotescamente torcido de modo que las dos mitades de su cuerpo miraban en direcciones opuestas, tres en total, si se ten?­a en cuenta que la cabeza estaba colocada en ??ngulo. Se trataba de un humano inocente que probablemente se habr?­a ofrecido como voluntario para una noche de diversi??n, fingiendo levantarse del ata??d y dando un susto a quienes buscaban emociones fuertes al entrar a la habitaci??n. Pero este hombre nunca se levantar?­a otra vez??¦ o al menos Kotaro esperaba que no lo hiciera. Kotaro cerr?? la tapa del ata??d sabiendo que no hab?­a nada que pudieran hacer por ese hombre. ???Creo que eso responde a la pregunta de por qu?© no hay un gu?­a???, reflexion?? Yohji mientras retroced?­a lejos del ata??d y miraba con ansias a la puerta por donde hab?­an entrado. ???Para esto te apuntaste, Yohji???, afirm?? Kotaro. ???Lo sab?­as cuando Kyou te ofreci?? el trabajo. Lo ??nico que podemos hacer es asegurarnos de que no maten a nadie m??s como a este pobre tipo???. Coloc?? la mano en el auricular, sabiendo que los dem??s estaban escuchando. ???Comenz?? el recuento de cad??veres???. ???Y empez?? la noche de los demonios???, dijo Kamui suavemente. Kotaro baj?? la cabeza, con la esperanza de que la vida en el m??s all?? fuese m??s amable con ese hombre destrozado, pero algo le llam?? r??pidamente la atenci??n en el piso junto al ata??d??¦huellas de sangre. ???Ey, Yohji???, dijo suavemente Kotaro y se movi?? en direcci??n opuesta al ata??d, caminando lentamente sobre el piso. ???Mira esto???, termin?? por decir, se?±alando la alfombra. Yohji mir?? fijamente lo que parec?­an ser huellas, que recorr?­an la alfombra y desaparec?­an detr??s de la cortina de la puerta??¦ No eran humanas. Seg??n pod?­a ver, ?©stas ten?­an una forma extra?±a, con unos dedos anormalmente largos y u?±as todav?­a m??s largas, que dejaban unas sangrientas impresiones en forma de puntos. Kotaro se llev?? un dedo a los labios, indicando silencio, y Yohji asinti??, extrayendo su PPK de la pistolera. Cubriendo la retaguardia, Yohji sigui?? a Kotaro hacia la pr??xima habitaci??n detr??s de la cortina. Recorrieron varias habitaciones por el laberinto de luces estrobosc??picas y los gritos activados por movimiento, comenzando a relajarse al pensar que el resto de la casa estaba vac?­a. Doblando la esquina hacia la siguiente habitaci??n, se quedaron inm??viles al encontrar a un grupo de visitantes que saltaban y chillaban, y algunos de ellos se re?­an ante la escena que presenciaban. Contra la pared, detr??s de un cord??n rojo, hab?­a un montaje de una de las pel?­culas de la Masacre de Texas??¦ una de las favoritas de Kotaro. El ??nico problema era que el tipo que hund?­a la motosierra en el cuerpo sobre la mesa ensangrentada??¦ no era humano. Sin embargo, el cuerpo sobre la mesa era muy real??¦ y todav?­a estaba vivo. La mujer estaba atada y gritaba, suplicando ayuda, pero los visitantes pensaban que eso era parte del show. Kotaro sinti?? c??mo la bilis le sub?­a por la garganta, y mir?? furiosamente al monstruo que luc?­a una piel humana real estirada sobre su rostro. Sin duda era de otro pobre humano que hab?­a ca?­do v?­ctima del demonio esa noche. ?????Por qu?© no escuchamos los gritos desde la entrada????, susurr?? Yohji horrorizado. Kotaro se movi?? cuando la motosierra comenz?? a descender hacia la pierna ya ensangrentada de la mujer. Justo en el momento en que las luces parpadeantes se apagaron, salt?? por encima del cord??n y acuchill?? el techo, reventando una tuber?­a por encima suyo, haciendo que lloviera agua fr?­a sobre los buscadores de terror. ???Aseg??rate de que estas personas salgan por la puerta delantera???, resopl?? Kotaro al auricular para que Yohji oyera, mientras sacaba su Berretta. ???Yo me encargo de esto???. Yohji asinti?? y condujo a las personas hacia afuera de la habitaci??n y de regreso por la sala. Cerr?? la puerta tras ellos y puso el candado para que nadie pudiera volver a entrar. Yohji ten?­a el presentimiento de que a muchas personas les tendr?­an que devolver el dinero, pero era mejor estar decepcionado que muerto. Con una ruidosa exhalaci??n, gir?? apart??ndose de la puerta y se congel?? de terror al ver que el cad??ver del ata??d se hab?­a incorporado s??bitamente. Se mov?­a de forma r?­gida??¦ y de ?©l emanaba un l?­quido que Yohji ni siquiera quiso identificar, que chorreaba por los costados del ata??d hasta el piso. Su reacci??n se vio retardada por la conmoci??n cuando el cad??ver se irgui?? y arremeti?? contra el detective, hundi?©ndole los dientes en el hombro. Yohji fue derribado por la fuerza del cad??ver, y entr?? en p??nico a medida que el dolor le explotaba en el cuello. Hab?­a dejado caer su PPK, de modo que us?? sus pu?±os para aporrear a la cosa antes de finalmente lograr quitarse sus dientes de encima. Tomando su pistola del piso, Yohji hizo una mueca al ver que el cable de su auricular estaba cortado, de modo que no pod?­a llamar a Kotaro para pedirle ayuda??¦algo que de todas maneras no podr?­a haber hecho, ya que su socio se encontraba peleando su propia batalla. La criatura fue por ?©l una vez m??s y, esta vez, Yohji hizo lo ??nico que se le ocurri????¦ gritar y correr como un loco. El demonio, vi?©ndose interrumpido, balance?? torpemente la motosierra sobre Kotaro. ??ste se agach?? para esquivarla, dejando caer su pistola en busca de un arma mucho m??s eficaz. El ??nico problema era superar la motosierra. Cuando el demonio recuper?? el equilibrio, lo hizo a costa de la vida de la mujer. La motosierra la cort?? por la barriga y se incrust?? dentro de ella, salpicando sangre por todos lados. Volviendo a mirar para asegurarse de que Yohji estuviera fuera de vista, Kotaro elev?? la mano y emiti?? una luz azul directamente sobre la criatura. Confundida, ?©sta levant?? la motosierra, y luego gir?? el estruendoso aparato sobre s?­ misma. La motosierra cay?? sobre su hombro, a?±adiendo presi??n mientras lo cortaba diagonalmente por el pecho, saliendo por el otro lado. Cuando la cabeza y uno de los brazos del demonio cayeron sobre el piso, Kotaro puls?? su auricular. ???Yohji, lo tengo???, dijo Kotaro y esper?? un momento antes de fruncir el ce?±o. ?????Yohji????. El silencio fue ensordecedor, hasta que escuch?? un grito aterrorizado que le record?? al personaje de dibujos animados Johnny Bravo, quien era famoso por gritar m??s fuerte que un grupo de chicas en un concurso de gritos. Kotaro presenci?? abruptamente c??mo Yohji corri?? dentro de la habitaci??n, pas?? al lado suyo, y sigui?? corriendo hacia la siguiente puerta, tan r??pido que produjo una brisa. Luego escuch?? los repugnantes pasos que solo un cad??ver pose?­do pod?­a dar. Desplaz??ndose hasta interponerse en su camino, lo esper?? en silencio. La cosa rengue?? hacia la habitaci??n y se detuvo, llegando a verse cara a cara con el apuesto detective. Los ojos azul hielo de Kotaro brillaron con un regocijo s??dico al embestir a la criatura en el rostro con la palma de su mano. ?????Abajo!???, le gru?±?? Kotaro al cuerpo pose?­do que ahora ten?­a un hueco en su rostro, lo suficientemente grande como para atravesarlo con el pu?±o. Volvi?©ndose, se larg?? por la puerta por la que Yohji acababa de retirarse. Yohji ni siquiera hab?­a reducido la marcha al pasar junto a Kotaro, ya que cre?­a ciegamente que el cad??ver todav?­a lo persegu?­a a una corta distancia. Lo ??ltimo que quer?­a hacer era pasar por toda la casa embrujada, de modo que cuando divis?? una puerta parcialmente oculta, internamente cant?? alabanzas al dios que estuviera oyendo por haber encontrado una salida. Pero, al abrir la puerta, el envi??n fue demasiado fuerte y no pudo detenerse a tiempo. Hab?­a abierto la puerta a unas escaleras que conduc?­an hacia abajo??¦ escaleras que pas?? de largo. Yohji volvi?? a gritar cuando comenz?? a caer a la oscuridad. Kotaro alcanz?? a Yohji justo cuando su socio abri?? la puerta de golpe y sali?? volando??¦ literalmente. Usando sus poderes, Kotaro se movi?? m??s r??pido que el mismo viento, atrapando a Yohji justo antes de que impactara contra el implacable cemento del piso del s??tano. Retuvo al hombre contra s?­, advirtiendo que el polic?­a se hab?­a desmayado del susto??¦ pero ese no era el problema. El problema era la enorme mordida que el demonio le hab?­a hecho a Yohji en el hombro. ???Diablos???, exclam?? Kotaro pulsando su auricular. ???Kamui, tenemos un problema. Derribaron a Yohji. Repito, derribaron--??? No pudo terminar la frase porque un mont??n de demonios comenzaron a salir de un hueco bastante grande en la pared. Kotaro us?? su aguda vista para ver a trav?©s de ellos hacia el t??nel subterr??neo que, estaba seguro, Kamui hab?­a dicho que conectaba la casa con el cementerio. ?????Kotaro????, respondi?? Kamui, y luego dijo una sarta de groser?­as que hubieran enorgullecido a un marinero. ?????Suki!??? ?????Estoy en eso!???, exclam?? Suki mientras conduc?­a a toda velocidad por las calles traseras hacia la casa embrujada. ?????Tenemos idea a qu?© nos enfrentamos???? ???Demonios necr??fagos???, dijo la escalofriante voz de Yuuhi por el intercomunicador. ?????Fuego! Puedes matarlos con fuego???, a?±adi?? Kamui r??pidamente. Suki sonri?? al doblar la esquina y detenerse con una ruidosa frenada. Luego de conducir la camioneta hacia dentro del parque, sali?? y abri?? la puerta trasera. Con una enorme sonrisa en la cara, tom?? el lanzallamas de entre el arsenal y at?? el tanque de combustible a su espalda. Levantando el arma inusualmente pesada, Suki corri?? a toda velocidad hasta la entrada de la casa embrujada. Llevaba un uniforme militar verde y unas botas de combate. Dos cinturones de balas cruzados sobre el pecho y un cintur??n com??n alrededor de la cintura, junto con una espada y un cuchillo dentro de una funda sobre las caderas. Alrededor de su cuello colgaban un par de placas con su nombre y un n??mero de identificaci??n. El atuendo se completaba con un pa?±uelo color rojo sangre atado a su frente, y su cabello estaba suelto y al viento. Se ve?­a como reci?©n salida de un campo de batalla, lo cual hizo que m??s de un hombre se le quedara mirando. Las balas, el cuchillo y el lanzallamas parec?­an adornos falsos de Halloween, pero nadie sab?­a que eran cien por ciento reales. ???Rayos, Suki???, susurr?? Kamui. ?????Acaso podr?­as verte m??s s??dica????. Suki le sonri?? a la c??mara montada sobre el sem??foro de la esquina. ?????Te gusta????. ?????Claro que s?­!???, exclam?? Kamui. ???Pero a Shinbe le gustar?­a todav?­a m??s???. ?????Que me gustar?­a qu?©????, la voz de Shinbe son?? por el transmisor, pero Suki lo ignor?? mientras caminaba hacia la puerta de entrada y le daba una dura patada, haci?©ndola volar contra la pared. ???Oh, nada???, dijo Kamui inocentemente. ???A menos que te guste el aspecto cabr??n de Suki, sosteniendo un lanzallamas y mostrando suficiente escote como para avergonzar a una chica de revista???. Suki tambi?©n ignor?? ese comentario mientras se adentraba en la casa embrujada. Se encargar?­a del genio de la inform??tica m??s tarde. Atravesando la cortina, se acerc?? al demonio muerto que yac?­a en el piso, y arrug?? la nariz al ver a la otra criatura cortada al medio. ???Esos dos polic?­as son m??s ca??ticos que unos ni?±os de tres a?±os a la hora de la cena???, murmur??. Apret?? los labios cuando vio a la mujer arriba de la mesa. Cruzando la habitaci??n, not?? que hab?­a una puerta abierta al costado y un terrible alboroto que ven?­a de la oscuridad de abajo. Alzando el lanzallamas, Suki comenz?? a bajar por las escaleras. ???Bueno, aqu?­ voy???, inform?? a quien estuviera escuchando. Kotaro recost?? a Yohji suavemente sobre el escal??n inferior y se volte?? para encarar a la mort?­fera multitud que se encontraba frente a ?©l. Con el fin de mantenerlos alejados de su socio herido, avanz??. Era como vadear por un espeso barro, que ol?­a espantosamente. El dolor estall?? sobre su mejilla derecha cuando uno de los demonios lo mordi??, haci?©ndole rechinar los dientes. Levant?? al que lo hab?­a mordido y lo arroj?? hacia los dem??s por el t??nel, derribando a muchos que quer?­an entrar al s??tano. Estir??ndose hacia atr??s, Kotaro extrajo un chuchillo de hoja larga que llevaba oculto en la parte trasera del pantal??n. Movi?? el brazo dibujando un amplio arco y lo levant??, perforando carne y salpicando sangre para todos lados. Peg?? un grito cuando otros dientes se hundieron en su brazo izquierdo, y sumergi?? el cuchillo dentro de la cabeza del demonio. Un gru?±ido salvaje emergi?? de su garganta, y luego sinti?? tres mordidas m??s en sus piernas. Retirando la hoja, Kotaro volvi?? a mover el cuchillo, esta vez decapitando al demonio que ten?­a m??s cerca. Un agudo chasquido, seguido de un fuerte siseo, hicieron que los monstruos miraran hacia la cima de las escaleras, tras lo cual Kotaro sonri?? ante los demonios que lo rodeaban. ?????Trajiste la salsa barbacoa????, le pregunt?? a la dama que hab?­a captado la atenci??n de todos. ***** Darious se encontraba en el patio trasero de la casa embrujada con los ojos cerrados, no solo presenciando la batalla que se desenvolv?­a adentro, sino adem??s escuch??ndola. Hab?­a jugado con la idea de atravesar la casa hasta llegar a los t??neles subterr??neos, pero al darse cuenta de que esto lo demorar?­a, se qued?? con su plan original. Los guardianes podr?­an cuidarse solos??¦ como cuando lo hab?­an abandonado, hac?­a tanto tiempo. Retirando su poder de videncia del s??tano, Darious enterr?? los sentimientos de odio y apart?? sus emociones in??tiles. Inhal?? profundamente, oliendo el aroma de los demonios jefes por detr??s del tumulto??¦los hab?­a olido antes. Arp?­as del infierno??¦ los humanos las llamaban brujas, pero ?©l sab?­a lo que eran, y sab?­a que hab?­a tres de ellas en la ciudad esa noche. No era una sorpresa, ya que por lo general viajaban en grupos de tres. Deber?­a matarlas antes de que los demonios regresaran al infierno al que pertenec?­an. Encontrando el camino f??cilmente, Darious empez?? a caminar casi con indiferencia por los callejones de la ciudad. Una vez que abandon?? el centro principal, se vio r??pidamente envuelto en los sonidos de la noche. En las oscuras esquinas acechaban los demonios??¦escondidos, escupiendo y siseando su nombre mientras pasaba. Los ignor??, sabiendo que ten?­a pescados m??s grandes que fre?­r en esta v?­spera de todos los santos. A medida que se acercaba al cementerio, Darious sinti?? una presencia muy familiar, y gru?±??. Lo irrit?? el hecho de que solo los jefes m??s d?©biles se hubieran despertado primero, mientras que la amenaza real dorm?­a en alg??n lugar debajo de la ciudad. Lo que m??s lo enojaba era que nunca hab?­a deseado regresar aqu?­ despu?©s de leer los pergaminos por segunda vez. Luego de que el monasterio fuese destruido, los monjes hab?­an regresado a reconstruirlo??¦solo para dejar que cayese en ruinas al darse cuenta de que la tierra estaba maldita. Hab?­an abandonado este terreno, sabi?©ndolo in??til. Ahora los olvidadizos humanos hab?­an construido una pujante metr??polis sobre el coraz??n de la maldad durmiente. ***** Kyou estaba parado en medio del cementerio, explorando el ??rea con su aguda vista. Hab?­a escuchado a los dem??s hablar por el intercomunicador, y si bien se hab?­a divertido un poco, sab?­a que el problema no estaba adentro de la casa embrujada. El cementerio era el verdadero centro de la actividad demon?­aca. No era la naturaleza de un demonio abandonar el lugar de su banquete sin que hubiera un jefe tirando de sus hilos. Cerrando los ojos, Kyou dej?? que sus sentidos se diseminaran alrededor y por debajo suyo??¦buscando el poder que ?©l sab?­a que estaba all?­. Pod?­a sentir c??mo los muertos se inquietaban en sus tumbas, y comprendi?? que este cementerio estaba afectado desde hac?­a tiempo. Hab?­an perturbado a los muertos??¦ algo que todos guardianes sab?­an que era un gran tab????¦simplemente no estaba permitido. Apret?? los labios sabiendo que la mayor?­a de las tumbas debajo suyo estaban vac?­as. Habr?­an sido devorados o se habr?­an levantado y estar?­an caminando por ah?­, esa era la pregunta. Sus ojos dorados se abrieron y se entrecerraron al voltear la cabeza hacia el gran mausoleo a su derecha. Avanzando, Kyou abri?? la pesada puerta de la cripta, ignorando los crujidos de las bisagras. Se dio cuenta del da?±o que se hab?­a hecho, y comprendi?? por qu?© hab?­an elegido esta cripta en particular. La familia que all?­ habitaba deb?­a tener siglos de antig??edad, sin parientes vivos que siguieran cuidando de ella. B??sicamente era ignorada, lo cual jugaba a favor de los demonios. Todos los ata??des hab?­an sido violados y yac?­an abiertos sobre el piso. Hab?­a restos de esqueletos esparcidos por el suelo, algunos de ellos todav?­a colgaban de sus b??vedas??¦desgarrados y a merced de los elementos. En el centro hab?­a dos ata??des m??s grandes. Claramente se trataba de las matriarcas de la familia. El lado femenino no presentaba casi ninguna alteraci??n, mientras que el lado masculino hab?­a sido profanado. Un gran agujero atravesaba el ata??d masculino y lo que quedaba del cuerpo dentro de ?©ste. Nadie tuvo que decirle ad??nde conduc?­a el otro extremo de ese t??nel. El demonio probablemente hab?­a hecho que los cad??veres lo excavaran y lo conectaran con los t??neles principales. Un ruido que ven?­a de m??s atr??s en la cripta lo hizo mirar hacia arriba. Kyou se alej?? de las tumbas profanadas, siguiendo un sendero angosto que lo conduc?­a de regreso y cuesta abajo. Supo de inmediato que se encontraba completamente bajo tierra, ya que el aire se volvi?? denso y cargado de moho. Oy?? algo que extra?±amente sonaba como si alguien estuviera hablando, y camin?? en torno a una pared, para descubrir otra fila de ata??des. Varios de ellos hab?­an sido extra?­dos de sus b??vedas y arrojados sobre el piso, abiertos. Una arp?­a del infierno en su verdadera forma se encontraba inclinada sobre uno de los cuerpos en descomposici??n, susurrando un encantamiento a su o?­do. Era espantosa, con su largo cabello blanco retorci?©ndose alrededor de las mejillas hundidas, y con ojos demasiado grandes para su rostro. Su piel era seca y agrietada, como momificada en vida. Sus u?±as largas y descuidadas rascaban el piso y el cad??ver, como si tocara a un amante. Kyou gru?±?? al ver que el muerto comenzaba a retorcerse, haciendo que la bruja elevara bruscamente la cabeza para dirigirle una furiosa mirada con esos horrendos ojos. Una tormenta de poder pareci?? descender sobre ?©l como un viento invisible que agit?? sus ropas y sus cabellos. El aire que lo rodeaba cruj?­a, y unas alas doradas y transl??cidas emergieron de su espalda, enroll??ndose sobre ?©l casi como una protecci??n a medida que avanzaba. Vol?? por encima del ata??d, atrapando a la bruja por el cuello con el pliegue del codo, y avent??ndola hacia la pared del otro lado. Cayeron piedras y argamasa al romperse por el otro extremo. Se sent?? a horcajadas sobre su vientre con una mano rode??ndole la reseca garganta. ?????Te atrever?­as a enviar esas inmundas cosas a mi ciudad????, le rugi?? Kyou en la cara mientras ella chillaba y le clavaba las garras. La arp?­a no pudo asestar un buen golpe, ya que las alas transl??cidas de Kyou todav?­a lo cubr?­an, evitando el ataque. Tras un abrupto destello de poder, ella cambi?? su forma, de una viejita arrugada a una belleza despampanante. Su voz se torn?? suave y flexible, mientras su horrendo cabello se alisaba, volvi?©ndose de un blanco pur?­simo como la nieve. ???No tienes el poder de detenerme, guardi??n???, susurr?? colocando los dedos sobre su mejilla. ???Tan parecido a ?©l??¦ pero tan diferente???, reflexion?? justo antes de clavarle las garras en el rostro. Kyou qued?? pasmado cuando un brillante destello explot?? justo en frente suyo y se vio impulsado hacia atr??s por el agujero que hab?­an cavado, hacia la pared opuesta de la cripta. Sintiendo el latido de su coraz??n en los o?­dos, dej?? que su furia lo consumiera. Este demonio era poderoso, y deb?­a acabar con ella antes de que sus s??bditos mataran a m??s humanos inocentes. Se incorpor?? de la pared para atacarla, y justo en ese momento unas huesudas manos rompieron los ladrillos detr??s suyo. Lo envolvieron por el pecho y lo jalaron con tal fuerza que Kyou perdi?? el aliento. De pronto se encontr?? rodeado de demonios??¦ sus manos carnosas lo jalaban en direcci??n opuesta a la bruja, que re?­a al ver c??mo sus s??bditos cumpl?­an sus ??rdenes. Justo antes de que los demonios lo jalaran fuera de vista, Kyou vio que del piso sub?­a una niebla, que la rodeaba y se arremolinaba siniestramente. Un hombre emergi?? de la niebla justo en frente suyo. Su largo cabello negro se agit?? al voltearse para enfrentar a los demonios que ven?­an por ?©l, y de su palma dej?? escapar un hilo de fuego que los prendi?? en llamas. Darious gir?? la cabeza para mirar a la bruja a los ojos. Viendo c??mo el miedo invad?­a sus ojos color sangre, dej?? que una sonrisa satisfecha se esbozara en sus labios. Ella sise?? e intent?? escapar, solo para detenerse abruptamente en su camino cuando un hoyo negro apareci?? debajo de sus pies??¦ haci?©ndola caer en una trampa para demonios. ???No tan r??pido, arp?­a???, la voz de Darious era tan oscura que hizo que la temperatura del mausoleo, que ya era baja, descendiera unos cuantos grados m??s. Muy lentamente, la bruja se volte?? para mirarlo con una espantosa mueca en los labios. ???Te recuerdo???, sise?? con falsa bravuconer?­a, mientras volv?­a a adoptar su aut?©ntica forma. ???T?? llevabas las cadenas??¦ nos turn??bamos con el l??tigo??¦ qu?© placer fue ver a los jefes arrancarte las alas de la espalda??¦??? Viendo interrumpidas sus palabras, dio un alarido cuando de pronto un magma subi?? desde el vac?­o bajo sus pies, un magma que formaba cadenas??¦ y que se cerraba sobre sus tobillos y mu?±ecas, quemando la carne que ?©stas tocaban. Sus ojos se tornaron escarlata al o?­r el recordatorio. ???Hizo falta m??s que t?? y tus hermanas para mantenerme encadenado, pero te dar?© un regalo??¦ el mismo regalo que me hicieron los demonios. Estas cadenas tienen un nombre??¦ se llaman Eternidad. No estar??s sola en la oscuridad por mucho tiempo???. Esboz?? una sonrisa siniestra. ???Tus hermanas te acompa?±ar??n pronto???. Habiendo dicho esto, los amarres se ajustaron y comenzaron a arrastrarla hacia el foso. ?????No sobrevivir??s!???, grit?? la bruja resisti?©ndose al tir??n de las cadenas. ???Nuestro jefe te destruir?? y te diezmar?? de la misma forma en que t?? lo hiciste con nosotros al momento de tu escape??¦ nunca te librar??s de nosotros???. Darious retrocedi?? mirando fr?­amente c??mo la bruja segu?­a descendiendo. Le larg?? una gran cantidad de maldiciones, que divirtieron a Darious. Incluso al cuando su derrota era evidente, estos demonios nunca se quedaban callados. Êîíåö îçíàêîìèòåëüíîãî ôðàãìåíòà. Òåêñò ïðåäîñòàâëåí ÎÎÎ «ËèòÐåñ». Ïðî÷èòàéòå ýòó êíèãó öåëèêîì, êóïèâ ïîëíóþ ëåãàëüíóþ âåðñèþ (https://www.litres.ru/pages/biblio_book/?art=40850965&lfrom=688855901) íà ËèòÐåñ. Áåçîïàñíî îïëàòèòü êíèãó ìîæíî áàíêîâñêîé êàðòîé Visa, MasterCard, Maestro, ñî ñ÷åòà ìîáèëüíîãî òåëåôîíà, ñ ïëàòåæíîãî òåðìèíàëà, â ñàëîíå ÌÒÑ èëè Ñâÿçíîé, ÷åðåç PayPal, WebMoney, ßíäåêñ.Äåíüãè, QIWI Êîøåëåê, áîíóñíûìè êàðòàìè èëè äðóãèì óäîáíûì Âàì ñïîñîáîì.
Íàø ëèòåðàòóðíûé æóðíàë Ëó÷øåå ìåñòî äëÿ ðàçìåùåíèÿ ñâîèõ ïðîèçâåäåíèé ìîëîäûìè àâòîðàìè, ïîýòàìè; äëÿ ðåàëèçàöèè ñâîèõ òâîð÷åñêèõ èäåé è äëÿ òîãî, ÷òîáû âàøè ïðîèçâåäåíèÿ ñòàëè ïîïóëÿðíûìè è ÷èòàåìûìè. Åñëè âû, íåèçâåñòíûé ñîâðåìåííûé ïîýò èëè çàèíòåðåñîâàííûé ÷èòàòåëü - Âàñ æä¸ò íàø ëèòåðàòóðíûé æóðíàë.