«Я знаю, что ты позвонишь, Ты мучаешь себя напрасно. И удивительно прекрасна Была та ночь и этот день…» На лица наползает тень, Как холод из глубокой ниши. А мысли залиты свинцом, И руки, что сжимают дуло: «Ты все во мне перевернула. В руках – горящее окно. К себе зовет, влечет оно, Но, здесь мой мир и здесь мой дом». Стучит в висках: «Ну, позвон

Mundos Universos

Mundos Universos Guido Pagliarino Guido Pagliarino Mundos Universos Cuentos Copyright ?© 2017 Guido Pagliarino http://www.pagliarino.com (http://www.pagliarino.com/) ??? http://www.pagliarino.net (http://www.pagliarino.net/) Traducci??n del italiano al espa?±ol de Mariano Bas Libro publicado en e-book y libro f?­sico por Tektime T?­tulo de la obra original en italiano: "Universi Mondi", copyright ?© 2017 Guido Pagliarino, publicado en e-book y libro f?­sico por Tektime Las portadas tanto de la obra original como de las traducciones fueron ideadas y dise?±adas originalmente por Guido Pagliarino. Los lugares, los hechos, los nombres y apellidos de las personas, las denominaciones de entidades y empresas y sus sedes, pasadas, presentes o proyectadas en el futuro que aparecen en la obra son imaginarios y cualquier relaci??n con la realidad es pura coincidencia. ??ndice BREVE PR??LOGO DEL AUTOR (#ulink_d180e510-2d70-57d1-bfd1-d4be0bc71f45) Guido Pagliarino MUNDOS UNIVERSOS Cuentos (#ulink_13f4f14c-3aa3-53c6-9638-f1c90218cce8) BUENA Y MALA CIENCIA (#ulink_2c7f6aa3-f57c-5d26-9351-f70d3627c299) LOS DOS MUNDOS UNIVERSOS DE F. (#litres_trial_promo) TIEMPO GENTIL (#litres_trial_promo) DULCE MUERTE (#litres_trial_promo) LA MEJOR SANIDAD P??BLICA (#litres_trial_promo) YA NADIE CRE??A EN LA TRIADA CAPITOLINA (#litres_trial_promo) MUJER, ADEM??S DE CYBORG (#litres_trial_promo) CUESTI??N DE PERSPECTIVA (#litres_trial_promo) BREVE PR??LOGO DEL AUTOR (#ulink_148fbe37-0349-5173-a055-a73dc42c6c90) La recopilaci??n recoge cuentos de diversa longitud a lo largo de muchos a?±os, de 1991 a 2017. El lector encontrar?? cuerdas c??smicas, universos paralelos, viajes en el tiempo y alternautas, experimentos cient?­ficos antihumanos, cyborgs esclavos y adem??s, en un futuro no lejano, es m??s, que ya est?? aqu?­ en su germen, miserias sociales como la indigencia de los jubilados, el uso econ??mico de la persona por parte de oligopolios, gracias sobre todo a la tecnolog?­a y el abuso del ser humano en el curso de una investigaci??n cient?­fica no humanista y como un fin en s?­ misma o para los intereses de un grupo. En el primer cuento, BUENA Y MALA CIENCIA, el abogado Osvaldo M., profesor de Derecho Internacional P??blico se resigna a abandonar la universidad, darse de baja en el colegio de abogados y concluir su vida internado en una cl?­nica residencial para afectados por enfermedades degenerativas como Parkinson, Alzheimer o Pick: este ??ltimo es el mal que sufre, con menos de sesenta a?±os. Pero he aqu?­ que tal vez pueda haber una cura por parte de alguien que ?©l no sospechaba que existiera. ??Un ??ngel? ??Un diablo? No, todo lo contrario. En LOS MUNDOS UNIVERSOS DE F., el protagonista F. encuentra un diablo que le enga?±a y, sin embargo, le concede dominar del mundo. Y sin embargo... TIEMPO GALANTE habla de un apasionado del salto base y exparacaidista militar que est?? en coma en un hospital durante muchos a?±os por culpa de un accidente en la monta?±a. Ya es un viejo, pero su mujer sigue siendo tan joven como en la ma?±ana del accidente. ??Accidente? En DULCE MUERTE, un viejo jubilado casi pobre se ve obligado a participar en un experimento social bastante dudoso, por la noche, en la calle, en una ciudad semioscura, bajo el riesgo de perder su pensi??n con multas enormes debido a sus errores completamente insignificantes, seg??n reglas absurdas. En la calle no recibe ayuda de nadie, ni siquiera de un viejo amigo de su edad que encuentra en la semioscuridad, amigo que tiene la apariencia de un cuarent??n activo. En LA MEJOR SANIDAD P??BLICA entra en vigor una sanidad p??blica hipot?©tica y pr??xima que funciona perfectamente: ?«??Todos los problemas se han resuelto!?», afirma pomposamente el ministro de la salud, dirigi?©ndose a los ciudadanos desde la televisi??n p??blica. S?­, pero... ??c??mo se ha llegado a ese brillante resultado? En el cuento YA NADIE CRE??A EN LA TRIADA CAPITOLINA, un hombre del que no sabemos nada se despierta en una casa de la que no es posible salir. Est?? completamente solo, la casa est?? rodeada por fieras que tratan de entrar... ??C??mo ha acabado aqu?­ dentro? ??Por qu?©? Solo decimos: no tiene nada que ver con pel?­culas de tensi??n-terror de secuestro y detenci??n. La historia breve MUJER, ADEM??S DE CYBORG tiene como protagonista a una esposa artificial, con una enorme inteligencia, de un viejo lujurioso y machista casi bobo. En el cuento tambi?©n breve CUESTI??N DE PERSPECTIVA, leemos acerca de una exploradora y guerrera de un mundo alejado del nuestro que acude en ayuda de su gente agredida por enemigos, llega en plena batalla y trata de entrar en la pelea y en ese momento aparecen, cerni?©ndose sobre las dos estirpes en lucha, dos seres colosales... Guido Pagliarino (#ulink_148fbe37-0349-5173-a055-a73dc42c6c90) Mundos Universos (#ulink_148fbe37-0349-5173-a055-a73dc42c6c90) Cuentos (#ulink_148fbe37-0349-5173-a055-a73dc42c6c90) BUENA Y MALA CIENCIA (#ulink_148fbe37-0349-5173-a055-a73dc42c6c90) Osvaldo M., jurisconsulto de Derecho Internacional P??blico, se resign?? ante lo inevitable: dimitir de la universidad, darse de baja en el colegio de abogados y concluir su vida alojado en Casa Tranquila, cl?­nica residencial para gente acomodada afligida por enfermedades neurodegenerativas como Parkinson, Alzheimer o Pick. Le hab?­a atacado la tercera enfermedad, demasiado precozmente, al no haber cumplido los sesenta. Desde hac?­a algunos meses sufr?­ade vez en cuando agitaci??n psicomotora, ansiedad y p?©rdidas de memoria y hab?­a decidido por tanto acudir al m?©dico de cabecera. Este le hab?­a mandado a un neuropat??logo que le hab?­a sometido a una larga serie de an??lisis, de los cuales hab?­a concluido el infausto diagn??stico. Osvaldo hab?­a preguntado al especialista la causa y naturaleza del mal y hab?­a obtenido la franca respuesta de que la patog?©nesis de la enfermedad era desconocida y solo se conoc?­a el cuatro anatomopatol??gico, indicado por una atrofia del ??rea cerebral frontal-temporal y la presencia de alteraciones neuronales, los cuerpos de Pick, consistentes en inclusiones intracelulares, neurofilamentos similares a los encontrados en la enfermedad de Alzheimer, aunque la patolog?­a de Pick se consideraba distinta de la de aquella. Supo amargamente que el enfermo perd?­a la capacidad expresivo-expositiva, conservando sin embargo, durante un tiempo, la de la lectura y la escritura y cayendo luego en la demencia plena. En cuanto a la cura, el neuropat??logo le hab?­a disuadido: hab?­a esperanzas de ralentizar el proceso, pero ninguna de curaci??n. Osvaldo viv?­a solo desde hac?­a muchos a?±os, aparte de una asistenta y cocinera durante el d?­a, no hab?­a formado nunca una familia e, hijo ??nico, era el ??nico superviviente de su familia. Al conocer su destino, no teniendo ning??n pariente que pudiera verificar que iba a ser atendido adecuadamente durante las veinticuatro horas por cuidadores a sueldo, decidi?? ingresar en una cl?­nica neurol??gica residencial, la mejor posible, mientras todav?­a conservaba la lucidez. Busc?? personalmente en la web y, despu?©s de haber recogido un grupo de direcciones, a primera vista las m??s atrayentes, se inform?? acudiendo a ellas en persona y acab?? decidiendo ir a Casa Tranquila, cuyo nombre completo era Instituto Cl?­nico Neurol??gico Residencial Casa Tranquila. Obtuvo al mismo tiempo el apoyo log?­stico de un jurista del que se fiaba, su exalumno y amigo, el abogado Lamberto N., veintid??s a?±os m??s joven: una vez que Osvaldo se alojara en la cl?­nica, deb?­a pasar a verlo peri??dicamente para controlar que fuera respetado como persona y bien tratado en comida, alojamiento y limpieza personal y, sobre todo, que tuviese un trato m?©dico diligente. Por otro lado, el amigo se encargar?­a de la pensi??n mensual y los gastos extraordinarios: Osvaldo estaba seguro de que los intereses de su ingente patrimonio ser?­an m??s que suficientes como para cubrir los gastos, incluso si resultaba tener una vida larga, aparte de que, al haber sufrido desde hac?­a mucho tiempo problemas cardiacos, cre?­a que, despu?©s de todo, no iba a ser tan larga. A cambio del trabajo de Lamberto, Osvaldo le hab?­a designado como heredero universal en su testamento notarial y le hab?­a entregado de inmediato, como honorario anticipado directo, su gran casa en la ciudad con todo lo que conten?­a. Los dos ten?­an una cita con el notario Tommaso Q. a las 11 de pasado ma?±ana. Con esos pensamiento melanc??licos, poco antes de la hora de la comida Osvaldo pas?? a trav?©s de una puerta interior de su piso a la sala de espera de su despacho: bajo sus anteriores propietarios hab?­a sido una ??nica vivienda grande que ocupaba todo el segundo piso, con dos entradas por la escalera, una para los propietarios e invitados y la otra para el servicio. La segunda se hab?­a convertido en la entrada a su despacho. La zona de trabajo comprend?­a tres habitaciones, el sal??n-estudio propiamente dicho, la antec??mara-sala de espera y el despacho de las dos empleadas. Dentro no hab?­a nadie, aunque era un d?­a laborable, porque Osvaldo hab?­a despedido a las colaboradoras, igual que hab?­a hecho por otro lado con la asistenta-cocinera, comiendo los d?­as siguientes en un restaurante cercano. Entr?? en el sal??n que constitu?­a su despacho, lleno de revistas jur?­dicas, expedientes de trabajo y ensayos legales, entre los cuales destacaban los suyos, encuadernados en piel roja. Estaban colocados respectivamente, de izquierda a derecha desde la entrada, en tres estanter?­as de madera clara de nogal que cubr?­a otras tantas paredes. A lo largo de la cuarta, que ten?­a en el centro la puerta entre el despacho y la sala de espera, colgaban, cuatro a cada lado, ocho grabados sobre los respaldos de otras tantas sillas acolchadas. En el centro de la sala, enfrente de la puerta, destacaba una gran mesa que usaba como escritorio, cubierta de expedientes y cartas, detr??s de la cual se ergu?­a un sill??n profesional. Todo el mobiliario era dorado y antiguo, en estilo Luis XV. El abogado ten?­a la intenci??n de sentarse por ??ltima vez en su escritorio, mirar un rato a su alrededor, tranquilamente, y dar as?­ una especie de adi??s oficial a su vida profesional, para dejar de pensar en ello y no volver nunca a acceder al ??rea de trabajo en los ??ltimos y tristes d?­as que iba a pasar en su casa. Hab?­a dado un par de pasos en el cuarto cuando advirti??, con alarma, un entumecimiento en las manos y los pies que invadi?? de repente todo su cuerpo. Se qued?? quieto donde estaba. La falta de sensibilidad en el cuerpo se convirti?? en un molesto hormigueo y luego en casi en un escozor. Le picaba tambi?©n el cuero cabelludo. Tambi?©n empezaron a picarle, por dentro, el cerebro y el m??sculo cardiaco. Razon??, at??nito: ?«Estoy a punto de perder totalmente la cabeza y adem??s estoy sufriendo un infarto?». Sin embargo, despu?©s de unos pocos segundos, el picante hormigueo empez?? a disminuir y, como antes, tambi?©n en todo el cuerpo. Pero le atac?? otro dolor, y con m??s intensidad: una especie de gran garra invisible que apretaba fuertemente su cerebro mientras que sent?­a que el coraz??n se calentaba hasta quemarle: ?????Me muero! ???grit??. ?????No se muere en absoluto, abogado! ???exclam?? una voz desconocida, dej??ndole estupefacto, una voz de tono melodioso, similar al sonido femenino de una potente contralto. ?????Que diab??¦! ???dijo sin poderse contener a pesar del tono tranquilo de la voz y se volvi?? de golpe tratando de descubrir una presencia a sus espaldas: no hab?­a nadie. ???Tenga un poco de paciencia, el dolor est?? a punto de desaparecer ???continu?? la voz. El dolor desapareci?? y se sinti?? f?­sicamente bien, incluso muy bien, pero en ese momento no se par?? a pensarlo, mir?? preocupado a su alrededor y ech?? incluso un vistazo debajo de la mesa: no hab?­a nadie. El que le hab?­a hablado deb?­a estar detr??s de la puerta. ??Un ladr??n? Osvaldo ya no estaba perplejo, sino enfadado: tom?? de la mesa un peque?±o pero pesado pisapapeles de bronce, una estatuilla del siglo XVII que representaba un caballo y un caballero, con una peana todav?­a m??s pesada que la figurilla, y sali?? r??pidamente a la sala de espera: no hab?­a nadie. Entr?? en la habitaci??n en la que hasta hace unos d?­as hab?­a visto el trabajo de sus empleadas: no hab?­a nadie. Volvi?? sobre sus propios pasos, cruz?? de nuevo la sala de espera y se dirigi?? al primer cuarto de su vivienda, un distribuidor: tampoco aqu?­ hab?­a nadie. No fue m??s all??, ya que la voz no hab?­a sonado lejos del despacho. Mec??nicamente, pos?? el pesado pisapapeles de la figurilla sobre una mesita que ten?­a a su lado, un poco demasiado bruscamente contra una estatuilla de Capodimonte, una damisela y un caballero del siglo XVIII, que qued?? ara?±ada en su base. No se dio cuenta del da?±o y volvi?? a entrar en la sala de espera haciendo ruido: ?????Se me ha derretido el cerebro! ??Oigo voces que no existen! ???y continu?? razonando mentalmente: ?«El m?©dico no me habl?? de posibles alucinaciones esquizofr?©nicas?». La voz de contralto reson?? de nuevo, tranquila como antes: ???Su cerebro no se ha derretido, abogado, no tiene imaginaciones. ???Estas palabras, recorriendo techo y paredes, reverberaron en la habitaci??n sin muebles, salvo ocho asientos para los clientes junto a dos paredes y un perchero y un parag??ero junto a la puerta del rellano, y al due?±o de la casa le parecieron de ultratumba. Se sobresalt?? y se le aceler?? el coraz??n. La extra?±a voz continu?? pl??cidamente: ???En realidad usted me oye, abogado, a trav?©s de un dispositivo, llam?©mosle un m??vil, ??de acuerdo?, exhibido sobre el manos libres que hay en este cuarto, sobre la silla m??s cercana a la puerta de su estudio. Y la primera vez en su despacho el aparato se hab?­a solidificado exactamente sobre su mesa, pero no lo vio porque estaba mezclado con las cartas. As?­ que hace un momento lo he retransferido a la sala de espera y ahora, abogado, no puede dejar de verlo. Adem??s, esta vez lo he reconstruido con pintura de color rojo vivo y no blanco. ??Solidificado? ??Exhibido? ??Retransferido? ??Reconstruido?, se maravill?? Osvaldo. Vio que hab?­a realmente una especie de m??vil en esa silla. Se aproxim??. No lo toc??, solo lo observ??. Advirti?? que no se trataba de aparato moderno inteligente multimedia, sino de un modelo de dimensiones menores de las de un Smartphone y de apariencia arcaica, de aquellos que solo val?­an para conversar e intercambiar mensajes de texto. Se acerc?? m??s y vio que no hab?­a ninguna inscripci??n sobre el m??vil y que no ten?­a teclas ni pantallas, como si el aparato solo valiera para recepci??n. Se dijo en voz alta: ???No creo en la magia y todav?­a no se ha inventado el teletransporte, as?­ que en realidad me he vuelto esquizofr?©nico y este m??vil solo est?? en mi cabeza. ???Se enga?±a, ??sabe? ???le apremi?? la agradable voz, que proven?­a claramento del aparatito. Osvaldo respondi?? como si esas palabras fueran reales, pero sin creerlo de verdad: ???As?­ que se ha inventado el teletransporte, ??no es as?­? ???S?­, desde hace tiempo. ???Ah, entonces, se?±or... o se?±ora... ???Soy var??n y me llamo Ornulatinval Tamagonemistralin Rutillinainon, pero, para usted, abogado, solo Or, como me suelen llamar los amigos: ??podemos tratarnos de t??? Osvaldo acept?? el juego que, seg??n cre?­a, le planteaba su achacoso cerebro: ???S?­, gracias, y yo soy Osvaldo. ???Querido Osvaldo, es un honor llamar por su nombre a una autoridad mundial del derecho como t??. Pero, si me lo permites, ahora ir?© al grano, es m??s, primero me ocupar?© de lo que realmente te interesa m??s y luego de lo que te interesa menos. ???Ah, vale, ??y vosotros sois??¦? ???Espera, por favor. Ahora mismo, lo que m??s te interesa es sin duda que te hemos curado completamente, gracias a ciertos rayos terap?©uticos que te hemos lanzado por teletransporte. Ahora tienes el f?­sico absolutamente sano de un adolescente, no solo los ??rganos sino tambi?©n los m??sculos y los huesos y si, supongamos, trataras de hacer cien flexiones, no te resultar?­a imposible. De todos modos, te lo confirmar??n los nuevos an??lisis hospitalarios a los que te sometas, dado que hoy y los d?­as siguientes continuar??s sinti?©ndote maravillosamente bien: los m?©dicos se asombrar??n de su restablecimiento, los incr?©dulos hablar??n de remisi??n espont??nea y los dem??s pensar??n en un milagro. En realidad, sencillamente, nuestras ciencias est??n mucho m??s avanzadas que las vuestras y no solo las f?­sicas, sino tambi?©n las ciencias sociales. Y tambi?©n la ?©tica: epistemolog?­a, ciencia y ?©tica impregnan totalmente lo que vuestros pensadores llaman humanismo sapiencial-cient?­fico. El objetivo de nuestros intelectuales es siempre y solo el bien de la persona, que nunca se considera un instrumento, sino siempre y solo el fin principal de la investigaci??n: no como pasa, tambi?©n para ti, sobre vuestra Tierra, donde muchas veces la epistemolog?­a, la ciencia y la t?©cnica han sido y son antihumanistas. Basta con pensar en el gas Zyklon B y las V1 y V2 de vuestro Hitler o los experimentos actuales con fetos humanos. Osvaldo, no estando ya completamente seguro de estar sufriendo una alucinaci??n, dijo dirigi?©ndose al m??vil: ?????Qui?©n me asegura que estoy curado de verdad? ??Qui?©n me dice que mi cerebro no me est?? dando ilusiones consoladoras? ???No sufres percepciones ilusorias y, como te he dicho, los an??lisis m?©dicos te lo demostrar??n: ??no solo est??s curado, sino que tienes las c?©lulas ??ptimas de un joven! La salud es un pago anticipado por el trabajo profesional que queremos pedirte. En cuanto a nosotros, los purkilatronalarcolmintranikianos, somos antropomorfos como vosotros, pero... um... con algunas diferencias. Y tal vez pueda decirse que para vosotros somos a la vez tan terrestres como extraterrestres, porque nuestro planeta Purkilatronalarcolmintranik, al que para simplificar puedes llamar Alter Terra, es id?©ntico a la Tierra, es decir, tiene los mismos mares y continentes y la misma antig??edad geol??gica, gira sobre el mismo eje en un d?­a de duraci??n parecido al vuestro y en torno a una estrella id?©ntica a vuestro Sol en 365 d?­as y 6 horas. Pero los dos planetas no existen en la misma cuerda de la creaci??n, sino sobre dos, tan vecinas entre ellas como para ser pr??cticamente coincidentes. A pesar de la perplejidad que sufr?­a, Osvaldo sigui?? conversando y respondi?? adecuadamente: ???Recuerdo un programa de televisi??n en el que se hablaba de la teor?­a supersim?©trica de las cuerdas. Ah?­ dec?­an que algunos astrof?­sicos piensan que todo lo que existe es una expresi??n directa de algo que solo pod?­a definirse como una energ?­a vibratoria, es decir, que supon?­an vibraciones de cuerdas o filamentos supersutiles y supersim?©tricos que, a pesar de tener dimensiones, ser?­an tan finos y cortos que no se podr?­an apreciar ni siquiera con instrumentos millones de veces m??s potentes de los mejores actuales. Pens?© en algo similar a los universos paralelos de la ciencia-ficci??n. ???Se puede llamar as?­. Tal vez dijeran tambi?©n que la teor?­a de las cuerdas o filamentos requiere, para poder demostrarse, la conjetura de al menos seis dimensiones adem??s de la del tiempo y las tres espaciales y, seg??n algunos de vuestros investigadores, adem??s una s?©ptima dimensi??n??¦ ?????¦ S?­, me acuerdo??¦ ???Pero se trata de un n??mero much?­simo mayor. En cualquier caso, ninguno de vuestros estudiosos ha encontrado, por el momento, pruebas de las multidimensiones, aunque sean reales, como te estoy demostrando en la pr??ctica con mi intromisi??n interdimensional. Osvaldo ten?­a finalmente la sensaci??n de no ser v?­ctima de alucinaciones, sino que se mov?­a en la realidad, tal vez porque la posibilidad de estar curado era demasiado fascinante como para negarle la confianza a esa voz misteriosa. Se dirigi?? al m??vil: ???Me has dicho que quer?©is mi ayuda. Estar?­a dispuesto. ??De qu?© se trata? ???De defendernos en una causa ante??¦ ???Estaba a punto de darme de baja en el colegio de abogados y retirarme a una casa de salud ???le interrumpi??. ???Los sabemos, antes de contactarte nos informamos sobre ti. Pero podr?­as renunciar ??no? Despu?©s de todo ahora est??s totalmente sano. ???Vale??¦ bueno, supongamos que s?­. ??De qu?© causa se tratar?­a? ??Ser?­a civil o penal? Soy abogado civil. ???Tambi?©n lo sabemos. El proceso, como estaba a punto de decirte, ser?­a ante el Tribunal Internacional de La Haya. ?????Ah! Efectivamente, he llevado varias causas de derecho internacional p??blico. Pero, perdona, ??a titulo de qu?© estar?­ais sometidos al derecho internacional? ???Somos un Estado, el Estado ??nico de Krallumpntalvinstrinil, que se extiende sobre todo nuestro planeta. El proceso ser?­a en v?­a civil, no penal. Aunque vuestro mundo nos considera, de manera totalmente injusta, como crueles criminales, no lo somos y no hemos tenido nunca denuncias penales. Es la voz popular la que nos ha culpabilizado durante milenios, a causa de cuentos, primero orales, luego escritos y m??s recientemente en pel?­culas que han alimentado la especie maligna de que somos violentos contra vosotros, los seres humanos, adem??s de que nos gusta comeros, prefiriendo la carne tierna de vuestros ni?±os. En la cara de Osvaldo apareci?? una expresi??n de gran desconcierto. ???Por el contrario, nuestra especie es apacible y la defensa de los d?©biles es para nosotros uno de los mandamientos supremos. Desde siempre practicamos la caridad hacia el pr??jimo, como quiere el Creador de lo existente. No hemos cometido nunca aquello que algunos de vuestros textos sagrados llaman el pecado original. ?????Sois ??ngeles? ???No, no soy un mensajero divino, salvo, tal vez, en el sentido muy humilde de que, como mis iguales, testimonio con mi vida la verdad y la justicia: ver??s, Osvaldo, c??mo sabr?© demostrarte con certeza que somos criaturas benevolentes. Pero, entretanto, vuelve por favor a tu despacho y ll?©vate tambi?©n el m??vil interdimensional. Sobre tu mesa hemos teletransportado un port??til: es much?­simo m??s potente y complejo que vuestro mejor notebook, aunque se parezca, se abre como uno terrestre y la conexi??n es wireless, pero interdimensional. Cuando lo abras, encontrar??s todos los datos que nos conciernen, informaciones que te servir??n para defender nuestra causa: te explicar?© enseguida c??mo funciona. Estamos seguros de que conseguir??s darnos a conocer en todo el mundo como las personas justas y apacibles que somos, acabando as?­ con las infamantes acusaciones que nos lanza tu especie. ???En un tono enf??tico, la voz armoniosa a?±adi?????: Osvaldo, ??defendi?©ndonos, har??s valer la verdad! Tal y como el Creador pretende de todas las criaturas dotadas de raz??n. ???Volvi?? a la entonaci??n tranquila???: Si te resulta ??til, podr?­amos teletransportar tambi?©n los textos impresos de los ficheros, pero ser?­a miles de tomos y no s?© si??¦ ???... pero no, ??menudo engorro! Los ficheros est??n muy bien ???respondi?? Osvaldo aceptando impl?­citamente la propuesta. Volvi?? al despacho con el m??vil rojo en la mano y a?±adi??: ???Bueno, no te lo he dicho hasta ahora: acepto representaros. ???Bien. Consider?©moslo ya como un contrato cerrado. Ahora yo, como representante legal de mi especie, puedo finalmente mostrarme y as?­ explicarte bien de qu?© se trata. Sin embargo, te advierto que te puedes asustar, ya que para los terrestres nuestro aspecto es monstruoso, como por otro lado lo es el vuestro parta nosotros, en realidad y??¦ no sabes cu??nto ???Del m??vil sali?? una especie de risita divertida. Los labios de Osvaldo se tensaron en una expresi??n igualmente alegre. Dijo con curiosidad: ?????Tal vez sois de color verde? ??O gris? Tal vez ten?©is grandes ojos negros y??¦ ???Ya s?© a qui?©nes te refieres: no, esos otros hijos del Creador viven en cuerdas distintas de la tuya y la m?­a. Y a vuestros ojos no son tan monstruosos como nosotros. Ahora me teletransporto y me ver??s. Pero, por favor, no te asustes, las apariencias enga?±an, como sol?©is decir, y el bien puede parece mal como, al contrario, Sat??n se disfraza a veces de ??ngel de luz, como escrib?­a vuestro Pablo de Tarso en su neotestamentaria Segunda Ep?­stola a los Corintios: ?«Estos tales son falsos ap??stoles, gentes fraudulentas que se disfrazan de ap??stoles de Cristo. No es una sorpresa, porque tambi?©n Satan??s se disfraza de ??ngel de luz. No es por tanto raro que sus ministros se disfracen como administradores de justicia. Pero su fin ser?? de acuerdo con sus obras?». ???Sin soluci??n de continuidad, a unos cuatro metros de Osvaldo, el autor de la voz comenz?? a aparecer, di??fano, luego semitransparente y finalmente, en forma s??lida humanoide: sus ojos estaban dotados de una notable belleza, grandes y luminosos, pero el pasmado Osvaldo, lanzando un grito, solo advirti?? el resto de su figura, similar a la descrita en f??bulas y cuentos de fantas?­a para representar a??¦ ??los orcos! El alien?­gena, de m??s de dos metros de alto, ten?­a la piel morada y verrugosa, de apariencia reptiliana, nariz pronunciada, una boca enorme sin labios, diez peque?±os cuernos verduzcos sobre la frente, cabeza calva, cuello largo, enormes ??rganos auditivos en lo alto de los lados del cr??neo, con forma similar a la de las orejas del elefante indio, manos grandes, de cinco dedos como las nuestras, y pies tambi?©n grandes calzados con botines de color amaranto. El ser vest?­a un taparrabos turquesa en el que aparec?­a por delante en su parte baja un abultamiento del que deb?­a ser responsable un correspondiente sexo masculino. El resto del cuerpo estaba desnudo y no ten?­a pelo visible. Osvaldo, al estar ya en ??ptima salud mental, adem??s de f?­sica y al haber sido siempre muy curioso culturalmente, recuper?? r??pidamente el autocontrol. El an??malo visitante consider??: ???Era inevitable que te sobresaltaras. Lo siento, aunque veo que ya te est??s tranquilizando. ???S?­, estoy bien, ha sido solo un momento, y tengo mucha curiosidad. ???Enseguida te pongo al d?­a, pero despu?©s de ponernos c??modos en dos sillas, ??vale? ???En realidad estar?­a mejor de pie, por la emoci??n que tengo. ???Y Osvaldo puso el m??vil rojo sobre la mesa junto al port??til alien?­gena, que era del mismo color y estaba colocado exactamente delante del sill??n. ???Como quieras, pero, si me lo permites, yo en cambio me me voy a sentar: cr?©eme, ser teletransportado entre dimensiones diversas cansar?­a a cualquier internauta. ???Y sin esperar al permiso del due?±o de la casa, se acomod?? sobre una de las dos sillas cercanas a la puerta, a la izquierda de la salida. Contrariamente a lo que hab?­a dicho, tambi?©n Osvaldo se sent??, pero en su propio sill??n, delante del notebook rojo. Listo para escuchar las palabras de su singular hu?©sped, conteniendo una turbaci??n natural, le mir??, sin dirigir sin embargo la vista al rostro, sino al pecho. Una vez obtenida su atenci??n, el orco empez??: ???Te ense?±ar?© c??mo se usa nuestra computadora, pero antes de explico mejor la situaci??n: Sabes que en el pasado no ten?­amos todav?­a el control de los pasos interdimensionales, pero en cierto modo ya exist?­an desde tiempos muy antiguos. Se trataba sin embargo de apariciones por causas naturales, desconocidas para nosotros, de nuestras figuras, es decir, no de purkilatronalarcolmintranikianos corp??reos, sino solo de sus forma ilusorias, di??fanas. Sin embargo esas im??genes eran m??s que suficientes para aterrorizar a los terrestres que las ve?­an, adem??s de que la civilizaci??n de la Tierra era precient?­fica. Tal vez hayas entendido que se trataba de un fen??meno an??logo a lo que vosotros llam??is fantasmas, que cre?©is que son ectoplasmas de personas ya muertas, mientras que, en realidad, son im??genes proyectadas a trav?©s de pasajes, en este caso pasajes intertemporales y no interdimensionales, es decir, que unen vuestro pasado con vuestro presente haciendo vislumbrar transparencias de personas y escenas de tiempos pasados: por eso surgieron sobre la Tierra leyendas sobre fantasmas y luego se escribieron cuentos y posteriormente se rodaron pel?­culas, sobre todo de los espectros escoceses, dado que muchos de esos pasajes temporales est??n en vuestra Escocia. Hacia el inicio de vuestro siglo XX no tuvimos conocimiento de los agujeros interdimensionales ni tampoco de los temporales, no hab?­a conseguido todav?­a la tecnolog?­a que finalmente, en su momento, nos permiti?? descubrir esas entradas y luego, a partir de la ?©poca correspondiente al inicio de vuestro tercer milenio, tambi?©n lograr transportes controlados hacia y desde vuestra Tierra, adem??s de hacia el pasado de nuestro Purkilatronalarcolmintranik: los accesos concretos, como el que acabo de hacer, ya no son solo pasajes de nuestra im??genes fantasmag??ricas. En cuanto a la Tierra, pudimos estudiar vuestra civilizaci??n y, despu?©s de conocer muchos otros hechos, llegamos a conocer el terror suscitado durante milenios por nuestras figuras trasladadas a vuestro mundo a trav?©s de agujeros interdimensionales y descubrimos que nuestras inesperadas apariciones no solo hab?­an aterrorizado a personas, como por otro lado hab?­an hecho vuestros espectros dom?©sticos, sino que hab?­an hecho tambi?©n surgir leyendas sobre nosotros, los malvados orcos u ogros, leyendas en las cuales, dig??moslo tambi?©n, hab?­a intervenido asimismo mucha vuestra f?©rtil imaginaci??n. Y entendimos tambi?©n que, igual que con vuestros fantasmas, las leyendas derivaban de obras literarias y despu?©s de las pel?­culas sobre orcos que comen seres humanos. Leyendas, literatura y filmograf?­a absolutamente infamantes para nosotros y que afectan insoportablemente a nuestro sentido absoluto de verdad y de justicia: sin ninguna presunci??n, creo firmemente que somos criaturas de esp?­ritu ang?©lico, aunque no seamos ??ngeles. Podr??s aseverar nuestra perfecta conducta moral en los ficheros que hay en la computadora y adem??s, dado que podr?­as pensar que esto sencillamente es falso, podr??s verlo en persona viniendo conmigo a nuestro mundo y visit??ndolo: el aparato que te he dado es tambi?©n un dispositivo para el transporte interdimensional. M??s adelante te explicar?© como activar esa funci??n, por ahora no toques en absoluto las teclas violetas, por favor. ???No, no, lo evitar?©. Y??¦ me dec?­as que ten?­a que ayudaros??¦ ?????¦ presentar??s en nuestro nombre una demanda civil en el Tribunal de La Haya y, gracias a toda la documentaci??n que hemos incluido en la computadora y a lo que recoger??s en persona sobre nuestro planeta, como experto del derecho que eres, obtendr??s con seguridad una sentencia que nos rehabilitar?? en vuestro mundo. ???Es magn?­fico, pero hab?­a pensado??¦ ??Iba a retirarme! Y noto dentro una fuerza??¦ ???Es evidente, tienes de nuevo una salud perfecta. ???Nunca me hab?­a sentido tan motivado, casi deseoso de profundizar, tan??¦ tan completo. ??Ah! Tengo que anular la cita??¦ ???Miro su reloj de pulsera???. ??¦ No, es ya la una menos cuarto, los empleados se habr??n ido a comer. ?????¦ ??Los empleados? ???Los empleados de un notario con el que tengo una cita pasado ma?±ana, reuni??n que tengo que anular, pero lo har?© esta tarde. Estoy tan nervioso que no tengo hambre: ??te parece que empieces a ense?±arme como se usa tu computadora? Bueno, tal vez t?? tengas hambre. ???Comer?© luego. Despu?©s de todo, la espera aumenta el apetito. ??? Y le sonri?? amablemente. La expresi??n que apareci?? en ese rostro monstruoso, le pareci?? a sin embargo a Osvaldo ??nicamente rid?­cula: a duras penas pudo contener una carcajada. Luego dijo al orco con verdadera simpat?­a a pesar de la fealdad de su hu?©sped: ???Gracias. Querr?­a ponerme a la tarea desde ahora mismo??¦ amigo. ???Mir?? finalmente a los ojos al alien?­gena y descubri?? que mostraban una luz de bondad que muy raramente hab?­a encontrado en sus semejantes. Dos d?­as despu?©s, en el despacho del notario Tommaso Q., este y Lamberto N. estaban esperando la llegada de Osvaldo, ya impacientes al haber pasado treinta minutos de la hora de la cita. ???No habr?? encontrado d??nde aparcar ???supuso el notario???. En esta zona no es f??cil. Конец ознакомительного фрагмента. Текст предоставлен ООО «ЛитРес». 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