Êàêîå, â ñóùíîñòè, íåëåïîå çàíÿòèå ïèñàòü ñòèõè: ......................è "ãëàç ëóíû", è "ñîëíöà äèñê" êàê ìèð ñòàðû. ............................Äóøè øèðîêèå îáúÿòèÿ òîëïå íàâñòðå÷ó ðàñïàõíóòü... - ................................................ïîäîáíûé ðèñê ê ÷åìó òåáå? - ........................Ãëóõîé ñòåíîé - íåïîíèìàíèå; ðàçäàâëåí òÿæåñòüþ

Callej?n Sin Salida

Callej?n Sin Salida Blake Pierce «Una obra maestra de misterio y suspenso. Pierce desarroll? muy bien a los personajes psicol?gicamente, tanto as? que sientes que est?s en sus mentes, vives sus temores y aclamas sus ?xitos. Este libro te mantendr? pasando p?ginas hasta bien entrada la noche debido a sus giros inesperados.» --Books and Movie Reviews, Roberto Mattos (sobre Una vez desaparecido) CALLEJ?N SIN SALIDA (Un misterio de Chloe Fine) es el libro #3 de una nueva serie de suspenso psicol?gico del autor bestseller Blake Pierce, cuyo libro exitoso Una vez desaparecido (Libro #1) ha recibido m?s de 1.000 opiniones de cinco estrellas. La agente especial del programa ViCAP del FBI Chloe Fine debe sumergirse en un mundo suburbano de camarillas, chismes y mentiras para tratar de resolver el asesinato de una esposa y madre aparentemente perfecta en la noche de su 20a reuni?n de secundaria.Viejos amigos de la escuela secundaria, ahora treinta?eros, han regresado al mismo pueblo suburbano para criar a sus hijos, y eso ha resucitado las mismas camarillas que los dividieron hace 20 a?os. Su reuni?n 20a de secundaria evoca viejos recuerdos, resentimientos, traiciones y secretos. La misma noche de esa reuni?n, la antigua abeja reina de la escuela secundaria aparece asesinada en su casa.En este pueblo aparentemente perfecto, el pasado acecha al presente, y todos y cada uno de ellos es sospechoso.?Puede Chloe Fine resolver el asesinato, mientras lucha con los demonios de su propio pasado y la posible liberaci?n de la c?rcel de su propio padre?Un thriller lleno de acci?n con suspenso emocionante y personajes multi-fac?ticos, CALLEJ?N SIN SALIDA es el libro #3 de una nueva serie fascinante que te dejar? pasando p?ginas hasta bien entrada la noche. El Libro #4 de la serie de CHLOE FINE estar? disponible pronto. CALLEJ?N SIN SALIDA (un libro de suspenso psicol?gico de Chloe fine—libro 3) b l a k e p i e r c e Blake Pierce Blake Pierce es el autor de la serie exitosa de misterio RILEY PAIGE que cuenta con trece libros hasta los momentos. Blake Pierce tambi?n es el autor de la serie de misterio de MACKENZIE WHITE (que cuenta con nueve libros), de la serie de misterio de AVERY BLACK (que cuenta con seis libros), de la serie de misterio de KERI LOCKE (que cuenta con cinco libros), de la serie de misterio LAS VIVENCIAS DE RILEY PAIGE (que cuenta con tres libros), de la serie de misterio de KATE WISE (que cuenta con dos libros), de la serie de misterio psicol?gico de CHLOE FINE (que cuenta con dos libros) y de la serie de misterio psicol?gico de JESSE HUNT (que cuenta con tres libros). Blake Pierce es un ?vido lector y fan de toda la vida de los g?neros de misterio y los thriller. A Blake le encanta comunicarse con sus lectores, as? que por favor no dudes en visitar su sitio web www.blakepierceauthor.com para saber m?s y mantenerte en contacto. Copyright © 2018 por Blake Pierce. Todos los derechos reservados. Con excepci?n de lo permitido por la Ley de Derechos de Autor de los Estados Unidos de 1976, ninguna parte de esta publicaci?n puede ser reproducida, distribuida o transmitida de ninguna forma ni por ning?n medio, ni almacenada en una base de datos o en un sistema de recuperaci?n de datos, sin el permiso previo del autor. Este e-book est? autorizado para tu disfrute personal solamente. Este e-book no puede ser revendido o regalado a otras personas. Si desea compartir este libro con otra persona, por favor compre una copia adicional para cada destinatario. Si est? leyendo este libro y no lo compr?, o si no lo compr? para su uso exclusivo, devu?lvalo y compre su propia copia. Gracias por respetar el arduo trabajo de este autor. Esto es una obra de ficci?n. Nombres, personajes, empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son producto de la imaginaci?n del autor o se utilizan ficticios. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es una coincidencia. Imagen de la cubierta Copyright robsonphoto, utilizado bajo licencia de Shutterstock.com. LIBROS ESCRITOS POR BLAKE PIERCE SERIE DE THRILLER DE SUSPENSE PSICOL?GICO CON JESSIE HUNT EL ESPOSA PERFECTA (Libro #1) EL TIPO PERFECTO (Libro #2) LA CASA PERFECTA (Libro #3) SERIE DE MISTERIO PSICOL?GICO DE SUSPENSO DE CHLOE FINE AL LADO (Libro #1) LA MENTIRA DEL VECINO (Libro #2) CALLEJ?N SIN SALIDA (Libro #3) SERIE DE MISTERIO DE KATE WISE SI ELLA SUPIERA (Libro #1) SI ELLA VIERA (Libro #2) SI ELLA CORRIERA (Libro #3) SI ELLA SE OCULTARA (Libro #4) SI ELLA HUYERA (Libro #5) SERIE LAS VIVENCIAS DE RILEY PAIGE VIGILANDO (Libro #1) ESPERANDO (Libro #2) ATRAYENDO (Libro #3) SERIE DE MISTERIO DE RILEY PAIGE UNA VEZ DESAPARECIDO (Libro #1) UNA VEZ TOMADO (Libro #2) UNA VEZ ANHELADO (Libro #3) UNA VEZ ATRA?DO (Libro #4) UNA VEZ CAZADO (Libro #5) UNA VEZ A?ORADO (Libro #6) UNA VEZ ABANDONADO (Libro #7) UNA VEZ ENFRIADO (Libro #8) UNA VEZ ACECHADO (Libro #9) UNA VEZ PERDIDO (Libro #10) UNA VEZ ENTERRADO (Libro #11) UNA VEZ ATADO (Libro #12) UNA VEZ ATRAPADO (Libro #13) UNA VEZ INACTIVO (Libro #14) SERIE DE MISTERIO DE MACKENZIE WHITE ANTES DE QUE MATE (Libro #1) ANTES DE QUE VEA (Libro #2) ANTES DE QUE CODICIE (Libro #3) ANTES DE QUE SE LLEVE (Libro #4) ANTES DE QUE NECESITE (Libro #5) ANTES DE QUE SIENTA (Libro #6) ANTES DE QUE PEQUE (Libro #7) ANTES DE QUE CACE (Libro #8) ANTES DE QUE ATRAPE (Libro #9) ANTES DE QUE ANHELE (Libro #10) ANTES DE QUE DECAIGA (Libro #11) SERIE DE MISTERIO DE AVERY BLACK CAUSA PARA MATAR (Libro #1) UNA RAZ?N PARA HUIR (Libro #2) UNA RAZ?N PARA ESCONDERSE (Libro #3) UNA RAZ?N PARA TEMER (Libro #4) UNA RAZ?N PARA RESCATAR (Libro #5) UNA RAZ?N PARA ATERRARSE (Libro #6) SERIE DE MISTERIO DE KERI LOCKE UN RASTRO DE MUERTE (Libro #1) UN RASTRO DE ASESINATO (Libro #2) UN RASTRO DE VICIO (Libro #3) UN RASTRO DE CRIMEN (Libro #4) UN RASTRO DE ESPERANZA (Libro #5) ?NDICE PR?LOGO (#u5797aea3-a07a-5d0c-9b82-b4264862df5b) CAP?TULO UNO (#u769d3d24-1d34-5e27-8273-3269dbd15489) CAP?TULO DOS (#u8c43f238-95c0-5fd9-89a0-4157c985da64) CAP?TULO TRES (#u8a140972-2dad-5243-908e-7bcf699c3886) CAP?TULO CUATRO (#ud9a5798c-aee3-534e-b485-1ecc9088a37a) CAP?TULO CINCO (#u855e2b15-bd32-58c0-9649-370ed751a40d) CAP?TULO SEIS (#u7234af53-1540-591d-8427-234a4e1335ed) CAP?TULO SIETE (#u82c7591d-029f-53ee-9837-b7d5538689ba) CAP?TULO OCHO (#litres_trial_promo) CAP?TULO NUEVE (#litres_trial_promo) CAP?TULO DIEZ (#litres_trial_promo) CAP?TULO ONCE (#litres_trial_promo) CAP?TULO DOCE (#litres_trial_promo) CAP?TULO TRECE (#litres_trial_promo) CAP?TULO CATORCE (#litres_trial_promo) CAP?TULO QUINCE (#litres_trial_promo) CAP?TULO DIECISEIS (#litres_trial_promo) CAP?TULO DICISIETE (#litres_trial_promo) CAP?TULO DIECIOCHO (#litres_trial_promo) CAP?TULO DIECINUEVE (#litres_trial_promo) CAP?TULO VEINTE (#litres_trial_promo) CAP?TULO VEINTUNO (#litres_trial_promo) CAP?TULO VEINTIDOS (#litres_trial_promo) CAP?TULO VEINTITR?S (#litres_trial_promo) CAP?TULO VEINTICUATRO (#litres_trial_promo) CAP?TULO VEINTICINCO (#litres_trial_promo) CAP?TULO VEINTISEIS (#litres_trial_promo) CAP?TULO VEINTESIETE (#litres_trial_promo) CAP?TULO VEINTIOCHO (#litres_trial_promo) PR?LOGO Jerry Hilyard estacion? su Mercedes Benz en su camino de entrada justo despu?s de la una de la tarde de un lunes y sonri? ampliamente. No hab?a nada mejor que ser due?o de su propio negocio y ser lo suficientemente rico como para terminar el d?a cuando le plazca. Jerry esperaba con ansias ver la expresi?n de sorpresa en la cara de su esposa cuando le dijera que la llevar?a a un almuerzo sorpresa. ?l quer?a que fuera un brunch, pero sab?a que Lauren a?n tendr?a una resaca de la noche anterior. Ella se hab?a quedado hasta muy tarde, por razones que ?l a?n no comprend?a, en su reuni?n de veinte a?os de la escuela secundaria. Para la hora del almuerzo, ella deber?a estar menos irritable, y quiz?s hasta dispuesta a acompa?arlo con uno o dos Bloody Mary. Sonri? cuando pens? en las buenas noticias que le compartir?a: estaba planeando una escapada de dos semanas a Grecia. S?lo ?l y ella, sin los ni?os. Se ir?an el mes que viene. Jerry se dirigi? a la puerta, con el malet?n en la mano, entusiasmado sobre c?mo podr?a salir la tarde. Encontr? la puerta cerrada, lo que no era inusual. Ella nunca hab?a sido una mujer confiada, ni siquiera en un barrio tan acomodado como el suyo. Al abrir la puerta y entrar en la cocina para servirse una copa de vino, se dio cuenta de que no escuchaba el televisor del dormitorio. La casa estaba tan tranquila como cuando se hab?a ido. Tal vez la resaca a?n no hab?a terminado. Se preguntaba como habr?a sido la reuni?n de anoche. Ella no hab?a dicho nada esta ma?ana. ?l se hab?a graduado en la misma clase que ella, pero odiaba las tonter?as sentimentales como las reuniones de la escuela secundaria. Todo era una excusa para que los compa?eros se reunieran diez o veinte a?os m?s tarde para ver a qui?n le estaba yendo mejor que a todos los dem?s. Pero una vez que los amigos de Lauren la convencieron para que fuera, ella casi estaba emocionada por ver a algunos de sus antiguos compa?eros de clase. O eso parec?a. La ingesta de alcohol de la noche indicaba que podr?a haber sido una noche dif?cil. Estos pensamientos merodeaban en la cabeza de Jerry mientras se abr?a paso por el pasillo del piso de arriba hacia su dormitorio. Pero cuando se acerc? a la puerta, se detuvo. Todo estaba muy silencioso. Seguro, esto era de esperarse si Lauren estaba tomando una siesta y no hab?a puesto Netflix para terminar de devorar compulsivamente la serie que le hubiera gustado esta semana. Pero este era un tipo de silencio diferente… una completa falta de movimiento o un movimiento que parec?a fuera de lugar. Era como un silencio que se pod?a o?r, un silencio que ?l pod?a sentir literalmente. Algo anda mal, pens?. Era un pensamiento aterrador, pero aun as? se dirigi? r?pidamente hacia la puerta. Ten?a que saber, ten?a que asegurarse de que… ?Asegurarme de qu?? Todo lo que vio al principio fue rojo. En las s?banas, en las paredes, un rojo tan espeso y oscuro que en algunos lugares era casi negro. Un grito se abri? paso a trav?s de sus pulmones y sali? por su boca. No sab?a si deb?a ir corriendo hacia ella o hacia el tel?fono. Al final, no hizo ninguna de las dos cosas. Le fallaron sus piernas y el peso de sus gritos desgarradores lo llev? al suelo, donde golpe? sus pu?os, donde trat? de darle sentido al horrible panorama que ten?a frente a ?l. CAP?TULO UNO Chloe se concentr?, entrecerr? los ojos a la mira de la pistola y dispar?. El retroceso fue suave, la explosi?n ligera y casi pac?fica para ella. Respir? hondo y volvi? a disparar. Fue f?cil; ahora le era algo natural. No pod?a ver el blanco al otro lado del campo de tiro, pero sab?a que hab?a hecho dos buenos disparos. ?ltimamente era capaz de sentir estas cosas. Fue una de las formas en las que supo que se estaba convirtiendo en agente. Se sent?a m?s c?moda con el arma, la culata y el gatillo ahora le eran tan familiares como sus propias manos cuando realmente se concentraba. En el pasado, hab?a ido al campo de tiro s?lo como un especie de estudio, como una forma de practicar y mejorar. Pero ahora lo disfrutaba. Daba algo de libertad, una extra?a liberaci?n al disparar incluso a un blanco de papel. Dios sab?a que ella necesitaba sentirse as? ?ltimamente. Hab?an sido dos semanas mediocres en el trabajo, y eso dejaba a Chloe con nada m?s ayudando a otros con datos y trabajos de investigaci?n. Casi hab?a sido atra?da para ayudar a un equipo con una peque?a operaci?n de pirater?a inform?tica y estaba demasiado entusiasmada con ello. Eso la hizo darse cuenta de lo lentas que hab?an estado las cosas para ella. As? es como termin? en el campo de tiro. No era necesariamente su idea de pasar un buen momento, pero sab?a que precisaba algo de pr?ctica. Aunque hab?a estado entre las mejores de su clase en su paso por la academia, la transici?n del Equipo de respuestas de evidencias al Programa de cr?menes violentos la hizo darse cuenta de que nunca se es demasiado astuta o atenta. Cuando dispar? unas veces m?s a un blanco a cincuenta metros de distancia, entendi? como a la gente le atra?a esto. Estabas absolutamente solo, s?lo t? y tu arma de fuego y un objetivo en la mira. Hab?a algo muy Zen en el enfoque y la intenci?n detr?s de todo esto. Y luego estaba el bang del disparo en un espacio abierto. Lo que Chloe siempre rescataba del campo de tiro era lo fluida que puede ser la relaci?n entre el cuerpo humano y un arma lateral. Cuando estaba concentrada, su Glock se sent?a como una extensi?n de su brazo, algo m?s que pod?a controlar con su mente de la misma manera que pod?a controlar el movimiento de sus dedos o brazos. Esto era un ejemplo de precauci?n de c?mo su arma s?lo deber?a utilizarse cuando fuera absolutamente necesario, porque cuando est?s entrenada para usarla, puede empezarse a sentir demasiado natural al apretar el gatillo. Cuando termin? su sesi?n, recogi? sus blancos e hizo un balance. Tuvo un sorprendente n?mero de impactos directos en el centro del blanco, pero unos pocos dispersos en el exterior, justo a lo largo del borde del papel. Tom? algunas fotos de los blancos con su tel?fono e hizo algunas notas, asegur?ndose de que mejorar?a la pr?xima vez. Luego tiro los blancos de papel y sali? de las instalaciones. Mientras lo hac?a, sinti? otra cosa que asumi? que tambi?n era atractiva para aquellos que pasaban mucho tiempo en el campo de tiro. La sensaci?n de los numerosos retrocesos que palpitaban por sus manos y mu?ecas era particular, pero al mismo tiempo, agradable de una forma que no pod?a describir. Al salir por el vest?bulo, vio una cara familiar entrando por la puerta. Era Kyle Moulton, el hombre que le hab?a sido asignado como su compa?ero, pero tambi?n el hombre al que no hab?a visto mucho en las ?ltimas semanas debido a la poca carga de trabajo. Tuvo un momento de p?nico de colegiala cuando Moulton le sonr?o al cerrarse las puertas detr?s de ella. –Agente Fine –dijo con un tono casi sarc?stico. Se conoc?an lo suficiente como para no usar el agente y llamarse por los nombres de pila. De hecho, Chole estaba segura de que se estaba generando una cierta tensi?n rom?ntica entre ellos. Ello lo sinti? casi de inmediato, desde el momento en que lo vio hasta el momento en que terminaron su primer caso hace tres meses. –Agente Moulton –respondi? de la misma manera. –?Desea desahogarse o s?lo pasar el tiempo? –pregunt?. –Un poco de ambos –contest? ella –. ?ltimamente me siento inquieta, ?sabes? –Lo entiendo. Estar detr?s de un escritorio tampoco es lo que m?s me gusta. Pero… bueno, no sab?a que frecuentabas el campo de tiro. –S?lo trato de mantenerme l?cida. –Eso veo –dijo sonriendo. El silencio que ca?a sobre ellos era el t?pico al que Chloe se estaba acostumbrando. Odiaba sentirse tan engre?da, pero estaba bastante segura de que ?l sent?a lo mismo que ella. Se notaba en cada mirada que se daban y en la forma en que Moulton no pod?a verla a los ojos por m?s de tres segundos, como ahora mismo, en ese momento, mientras estaban parados en la puerta del campo de tiro. –Entonces, mira –dijo Moulton –. Esto puede sonar est?pido e incluso un poco imprudente, pero me preguntaba si te gustar?a cenar conmigo esta noche. Pero no como compa?eros. Chloe no pudo evitar que una sonrisa se le escapara. Quer?a decir algo un poco mordaz y sarc?stico como respuesta, quiz?s algo como un “ya era hora”, o algo as?. En cambio, opt? por una forma mucho m?s segura y genuina: –Si, creo que me gustar?a mucho. –Si te soy sincero, he querido preguntarte hace un tiempo, pero… bueno, las cosas siempre estaban muy movidas. Y estas semanas han sido todo lo contrario. –Me alegro de que finalmente decidieras preguntarme. Ese silencio los envolvi? nuevamente y esta vez, ?l pudo mirarla a los ojos sin apartar la vista. Por un momento, ella estuvo segura de que ?l la iba a besar. Pero el momento pas? y el se?al? hacia la puerta con la cabeza. –Ser? mejor que empiece –dijo ?l –. Ll?mame m?s tarde para decirme d?nde te gustar?a cenar. –Lo har?. Ella se qued? un momento parada all?, mir?ndolo entrar al campo de tipo. En lo que se trataba como un comienzo de relaci?n, hab?a sido algo inc?modo. Era el equivalente a una preadolescente nerviosa que espera parada en un baile cuando se entera de que un chico guapo la est? mirando. Esto la hizo sentir incre?blemente ingenua y juvenil, as? que se alej? de all? lo m?s r?pido posible, Eran casi las cinco de la tarde y como no ten?a nada en su agenda, simplemente decidi? volver a casa. No ten?a sentido volver a su peque?o cub?culo para ver pasar los ?ltimos quince minutos. Pensando en el tiempo, se dio cuenta de que no ten?a mucho tiempo para prepararse para la cena con Moulton. Ella no ten?a idea de a qu? hora ?l preferir?a cenar, pero asumi? que ser?a cerca de las siete, lo que le daba un poco m?s de dos horas para decidir d?nde ir a comer y qu? se pondr?a. Se apresur? para llegar al estacionamiento y se subi? a su coche. Aqu? cay? nuevamente en el modo chica de secundaria. ?Y si terminaran en su coche por alguna raz?n? El coche estaba bastante desagradable, considerando que no se hab?a molestado en limpiarlo desde que se separ? de Steven. Cuando pens? en Steven, se dio cuenta de que era por eso por lo que se sent?a tan inc?moda al volver a sumergirse en el mundo de las citas. Ella s?lo hab?a tenido una relaci?n seria antes de Steven, y luego, ella hab?a salido con Steven por cuatro a?os antes de comprometerse. No estaba acostumbrada al mundo de las citas y la idea le parec?a anticuada y, siendo honesta, un poco aterradora. Hizo todo lo posible para calmarse en su viaje de quince minutos hasta su apartamento. No ten?a idea como era el sumario de citas de Kyle Moulton. ?l podr?a estar tan oxidado y fuera de pr?ctica como ella. Por supuesto, a juzgar por su aspecto, ella dudaba que ese fuera el caso. Honestamente, si se basaba en su apariencia, no ten?a idea de por qu? estaba interesado en ella. Quiz?s le atraigan las chicas con un pasado roto y una tendencia a volcarse demasiado al trabajo, pens?. Los chicos encuentran eso sexy hoy en d?a, ?verdad? Para cuando lleg? a la calle de su casa, sus nervios se hab?an calmado bastante. La ansiedad se iba convirtiendo en emoci?n de a poco. Hab?an pasado siete meses desde que ella termin? todo con Steven. Fueron siete meses sin besar a un hombre, sin tener sexo, sin… No nos precipitemos, se dijo a s? misma mientras estacionaba su coche al final de su cuadra. Ella sali? del auto, mentalmente repasando si algo de lo que ten?a en su armario se ver?a bien, pero no demasiado bien. Ten?a algunas ideas de que ponerse, as? como alguna idea de d?nde pod?an ir a cenar, ya que ?ltimamente estaba antojada por comida japonesa. Un poco de sushi ser?a perfecto, y… Mientras caminaba hacia la escalera de su casa, vio a un hombre sentado el ?ltimo escal?n. Parec?a bastante aburrido, su cabeza estaba apoyada en una de sus manos mientras miraba su tel?fono con la otra. Chloe aminor? su marcha y luego se detuvo por completo. Ella conoc?a a este hombre. Pero no hab?a forma de que ?l pudiera estar aqu?, sentado en los escalones de su edificio. No hay forma de que… Con lentitud, ella dio otro paso hacia adelante. El hombre finalmente se fij? en ella y levant? la vista. Sus ojos se encontraron y cuando lo hicieron, Chloe sinti? como su coraz?n se estremec?a. El hombre en los escalones era Aiden Fine, su padre. CAP?TULO DOS –Hola, Chloe. Intentaba sonar normal. Intentaba hacer que sonora como si fuera algo muy normal el hecho de que ?l estuviera en la escalera. Sin mencionar el hecho de que hab?a estado en prisi?n durante casi veintitr?s a?os, cumpliendo condena por haber participado en el asesinato de su madre. Claro que, los recientes eventos que ella misma hab?a descubierto mostraban que ?l probablemente fuera inocente de esos cargos, pero para Chloe el hombre siempre ser?a culpable. Pero al mismo tiempo, ella ten?a un peque?o anhelo de ir hacia ?l. Tal vez incluso para abrazarlo. No pod?a negar que verlo aqu?, a la intemperie, le despert? una gran variedad de emociones. Sin embargo, no se atrevi? a acercarse m?s. Ella no confiaba en ?l, y peor a?n, ella no confiaba plenamente en s? misma. –?Qu? est?s haciendo aqu?? –pregunt?. –S?lo quer?a venir a visitarte –dijo poni?ndose de pie. Un mill?n de preguntas pasaron por su cabeza. La principal de ellas era, ?c?mo hab?a averiguado donde viv?a? Pero ella sab?a que cualquiera que tuviera conexi?n a Internet y determinaci?n podr?a descubrirlo. En su lugar, trat? de ser civilizada sin ser c?lida y acogedora. –?Hace cu?nto saliste? –pregunt? ella. –Hace una semana y media. Tuve que hacerme de coraje para venir a verte. Ella record? la llamada telef?nica que le hab?a hecho al Director Johnson cuando encontr? aquella ?ltima prueba hace dos meses, la prueba que aparentemente hab?a sido m?s que suficiente para liberar a su padre. Y ahora ?l estaba aqu?. Por causa de su esfuerzo. Se pregunt? si ?l sab?a lo que ella hab?a hecho por ?l. –Y esta es la raz?n por la que esper? tanto –dijo–. Este… este silencio entre nosotros. Es inc?modo e injusto y… –?Injusto? Pap?, has estado en prisi?n la mayor parte de mi vida… por un crimen del que ahora s? que no eres culpable, pero del cual no parec?a importarte asumir la culpa. S?, va a ser inc?modo. Y dada la raz?n de tu encarcelamiento y las ?ltimas conversaciones que hemos tenido, espero que entiendas si no me aproximo a ti bailando y llena de dicha. –Claro que lo entiendo a la perfecci?n. Pero… hemos perdido tanto tiempo. Puede que no puedas sentir eso todav?a, siendo tan joven. Pero esos a?os que perd? en prisi?n, sabiendo lo que hab?a sacrificado… tiempo contigo y Danielle… mi propia vida… –Sacrificaste todas esas cosas por Ruthanne Carwile –lanz? Chloe–. Esa fue tu elecci?n. –Lo fue. Y es un remordimiento con el que he tenido que vivir por durante casi veinticinco a?os. –?Qu? es lo que quieres? –pregunt?. Ella se aproxim? en su direcci?n, s?lo para abrirse paso a su lado, hacia su puerta. Se necesitaba m?s fuerza de voluntad de la que ella pensaba para pasar junto a ?l, para estar tan cerca de ?l. –Esperaba que pudi?ramos cenar juntos. –?As? de f?cil? –Tenemos que empezar por alg?n lado, Chloe. –No, en realidad no tenemos que hacerlo –ella abri? la puerta y se volvi? hacia ?l, mir?ndolo por primera vez a los ojos. Su est?mago estaba hecho un nudo y ella estaba haciendo lo posible para no emocionarse frente a ?l–. Necesito que te vayas. Y por favor, no vuelvas nunca m?s. ?l parec?a genuinamente herido, pero sus ojos nunca se apartaron de los de ella. –?Lo dices en serio? Quer?a decir que s?, pero lo ?nico que sali? de su boca fue: –No lo s?. –Hazme saber si cambias de opini?n. Tengo un lugar… –No quiero saber –interrumpi? ella –.Si quiero ponerme en contacto contigo, te encontrar?. ?l le sonri? ligeramente, pero a?n hab?a algo de dolor. –Ah, es cierto. Trabajas para el FBI ahora. Y lo qu? pas? entre t? y mam? es lo que me llevo por ese camino, pens?. –Adi?s, pap? –dijo ella y cruz? la puerta. Cuando la cerr? detr?s de ella, no se molest? en mirar hacia atr?s. En cambio, fue hacia el elevador tan r?pido como le fue posible sin que pareciera que tuviera prisa. Cuando las puertas se cerraron detr?s de ella y el elevador comenz? a subir, Chloe apret? sus manos contra su rostro y empez? a llorar. *** Ella mir? fijamente su armario, pensando si deber?a llamar a Moulton y decirle que no podr?a salir esta noche despu?s de todo. Ella no le dir?a la verdadera raz?n: que su padre hab?a salido de la c?rcel despu?s de haber pasado all? veintitr?s a?os y que de repente hab?a aparecido en la puerta de su casa. Ciertamente, ?l entender?a lo traum?tico de la situaci?n, ?verdad? Pero decidi? que no iba a dejar que su padre arruinara su vida. Su sombra ya hab?a rondado sobre una parte demasiado grande de su vida. E incluso algo tan peque?o como cancelar una cita debido a su presencia le daba demasiado poder sobre ella. Llam? al n?mero de Moulton y cuando sali? el buz?n de voz, dej? su sugerencia de un lugar para cenar. Una vez hecho esto, se dio una ducha r?pida y se visti?. Mientras se pon?a un pantal?n, son? tu tel?fono celular. Vio que era Moulton quien la llamaba y su mente se imagin? primero los peores escenarios. Ha cambiado de opini?n. Me llama para cancelar. Ella realmente lo crey? hasta que atendi? el tel?fono. –?Hola? –Entonces, comida japonesa me parece muy bien –dijo Moulton–. Ahora, quiz?s te des cuenta por mi falta de detalle y seguimiento, pero no hago mucho esto. As? que no s?, ?voy a recogerte o si nos encontramos all?…? –Ven a recogerme, si no te molesta –dijo, pensando de nuevo en el estado andrajoso de su coche–. Hay un lugar bueno no muy lejos de aqu?. –Suena bien –dijo–. Nos vemos entonces. …No hago mucho esto. A pesar de que ?l lo habr?a admitido, a Chloe le resultaba dif?cil de creer. Termin? de vestirse, se pein? un poco y esper? a que la llamaran a la puerta. Quiz?s ser? tu padre de nuevo, se dijo a s? misma. Aunque en realidad, si estaba siendo honesta, no era su propia voz la que se lo dec?a. Era la voz de Danielle, condescendiente y confiada. Me pregunto si ella ya sabe que ?l ha salido, pens? Chloe. Dios m?o, se pondr? furiosa. Sin embargo, no tuvo mucho tiempo para pensar en ello. Antes de que pudiera hacerlo, llamaron a la puerta. Durante un momento de par?lisis, ella estaba segura de que era su padre. Esto la hizo congelarse por un segundo, sin querer contestar. Pero luego record? que Moulton se hab?a sentido igual de torpe que ella fuera del campo de tiro, y se dio cuenta de lo mucho que deseaba verlo. Especialmente despu?s de lo que hab?an sido las ?ltimas horas de su vida. Ella abri? la puerta con su mejor sonrisa. Moulton ten?a otra sonrisa. Tal vez fue porque rara vez se ve?an fuera del trabajo, pero a Chloe le pareci? muy sexy su sonrisa. Tambi?n ayud? el hecho que aunque estaba vestido simplemente con una camisa abotonada y un par de pantalones bonitos, se ve?a incre?blemente guapo. –?Lista? –le pregunt? ?l. –Absolutamente –dijo. Ella cerr? la puerta y se dirigieron al pasillo. Una vez m?s, estaba ese silencio perfectamente tranquilo entre ellos, uno que la hizo desear que ya estuviesen m?s adelantados. Incluso algo tan simple e inocente como ?l intentando tomarla de la mano… ella necesitaba algo. Y fue esa simple necesidad de contacto humano que la hizo darse cuenta de lo mucho que la hab?a alterado la presencia de su padre. S?lo va a empeorar ahora que ?l ha salido de la c?rcel, pens? ella mientras Moulton y ella tomaban el elevador hasta el vest?bulo. Pero no iba a dejar que eso arruinara esta cita. Ahuyent? todos los pensamientos de su padre de su mente mientras Moulton y ella se sal?an a una c?lida noche. Y para su sorpresa, realmente funciono. Por un tiempo. CAP?TULO TRES El restaurante japon?s que hab?a elegido era un lugar de parrilla hibachi, con las grandes cocinas abiertas para permitir que grandes grupos se sentaran a ver a los cocineros realizar su arte. Chloe y Moulton optaron por una mesa en la zona m?s tranquila y privada del restaurante. Cuando ambos estaban sentados, ella se alegr? de ver que se sent?a natural estar sentada en un lugar como este con ?l. Aparte de la atracci?n f?sica, Moulton le hab?a gustado desde el primer momento en que lo conoci?. ?l hab?a sido lo ?nico positivo en el d?a que la hab?an cambiado del equipo de respuestas de evidencias al programa de cr?menes violentos. Y aqu? estaba ?l, haciendo que los momentos inc?modos de su vida fueran m?s soportables. No quer?a arruinar su noche con tal conversaci?n, pero sab?a que si no se desahogaba, ser?a una distracci?n innecesaria. –Entonces –dijo Moulton, doblando las esquinas de su men? al abrirlo–, ?no fue extra?o que te invitara a salir? –Estoy segura de que depende a qui?n le preguntes –respondi? ella–. El Director Johnson podr?a pensar que no es la mejor de las ideas. Sin embargo, para serte honesta, he estado esperando que me lo pidieras. –?As? que eres tradicional? ?No me habr?as invitado a salir t?? ?Habr?as esperado a que yo te lo pidiera? –No es por ser tradicional, sino es por estar marcada por una relaci?n pasada. Y supongo que es mejor que te lo diga. Hasta hace siete meses aproximadamente, estaba comprometida. La sorpresa en su cara fue algo s?lo moment?neo. Afortunadamente ella no not? miedo o incomodidad de su parte. Antes de que ?l pudiera comentar algo sobre esto, vino la camarera a tomar sus pedidos de bebidas. Ambos pidieron un Sapporo, haciendo el pedido r?pidamente, para no dejar que el ?mpetu de su conversaci?n se interrumpiera. –?Puedo preguntar por qu? se termin?? –pregunt? Moulton. –Es una larga historia. La versi?n resumida es que el tipo era autoritario y no pod?a separarse de la sombra de su familia, en particular de su madre. Y cuando de repente tuve la oportunidad frente a m? de tener una carrera en el FBI, ?l no me apoy? mucho. Tampoco me apoyaba en absoluto en mis propios problemas familiares… Entonces se dio cuenta de que ?l quiz?s supiera algo de su historia familiar. Cuando fue a investigar sobre ello al final de su entrenamiento, estaba muy consciente de que era algo comentado en los pasillos de la academia. –S?, he o?do un poco sobre ello… Dej? el comentario en el aire. Chloe crey? que eso significaba que si ella quer?a cont?rselo, ?l la escuchar?a. Pero si ella prefer?a no hablar de ello, tambi?n estar?a de acuerdo con eso. Y en ese momento, con todo lo que ten?a en mente, pens? que era ahora o nunca. No tiene sentido esperar, pens? ella. –Aunque te voy a evitar los detalles para m?s adelante, supongo que deber?a decirte que hoy vi a mi padre. –?As? que ya sali?? –S?. Y creo que es sobre todo por los descubrimientos que hice sobre la muerte de mi madre en los ?ltimos meses. A Moulton le tom? un momento saber c?mo continuar despu?s de eso. ?l tambi?n beb?a sorbos de su cerveza como un m?todo para tomarse un tiempo. Cuando dio un largo sorbo, contest? con lo mejor respuesta posible. –?Est?s bien? –Creo que s?, fue muy inesperado. –Chloe, no ten?amos que salir esta noche. Lo habr?a entendido si lo hubieras cancelado. –Casi lo hago. Pero no le di el control de incluso otra parte de mi vida. ?l asinti? y ambos tomaron el silencio que le sigui? a ese momento como un tiempo para mirar sus men?s. El silencio permaneci? hasta que volvi? la misma camarera para tomar sus ?rdenes. Cuando se fue, Moulton se inclin? un poco sobre la mesa y pregunt?: –?Quieres hablar de ello o lo ignoramos? –?Sabes? Creo que preferir?a ignorarlo por ahora. S?lo ten en cuenta que puede haber momentos de esta noche en los que podr?a estar distra?da. Sonri? y lentamente se levant? de su silla. –Me parece justo. Pero d?jame intentar algo, si te parece bien. –?Qu?…? Dio un gran paso hacia ella, se inclin? un poco y la bes?. Ella retrocedi? al principio, insegura de lo que estaba haciendo. Pero cuando se dio cuenta de su intenci?n, dej? que sucediera. No s?lo eso, sino que le sigui? el beso. Era suave, pero con la urgencia suficiente para dejarle saber que de ?l hab?a estado pensado en esto probablemente tanto tiempo como ella. ?l cort? el beso antes de que fuera inc?modo, despu?s de todo; estaban sentados en un restaurante, rodeados de personas. Y a Chloe nunca le han gustado las demostraciones p?blicas de afecto. –No es que me queje –dijo ella–, pero, ?por qu? fue eso? –Dos cosas. Era yo siendo valiente… algo que rara vez puedo ser con una mujer. Y tambi?n era yo d?ndote otra distracci?n… espero que pueda superar la distracci?n de tu padre. Su cabeza daba vueltas y el calor sub?a por todo su cuerpo, ella suspir?. –S?, creo que eso pudo haber sido suficiente. –Bien –dijo–. Adem?s, supongo que eso anula el hecho de que se supone que debemos besarnos al final de la cita, cosa que siempre arruino. –Oh, despu?s de ese beso, ser? mejor que lo hagamos –dijo ella. Y, como Moulton esperaba, los pensamientos sobre la repentina aparici?n de su padre parec?an muy lejanos. *** La cena fue mucho mejor de lo que ella esperaba. Una vez que pudieron superar el tema de la aparici?n de su padre y continuaron luego del inesperado beso de Moulton, todo sali? muy bien. Hablaron de aprender los pormenores de la oficina, m?sica, pel?culas, conocidos e historias de sus ?pocas de la academia, sus intereses y pasatiempos. Se sent?a natural de una manera que no esperaba. Tristemente, le hizo desear haber terminado con Steven antes. Si esto era lo que se hab?a estado perdiendo al salirse del mundo de las citas por ?l, se hab?a perdido demasiado. Hab?an terminado de comer, pero se quedaron a tomar unas copas m?s. Fue otra oportunidad para que Moulton mostrara su cuidado y afecto, ya que se detuvo en el segundo trago mientras Chloe se tomaba un tercero. Incluso le pregunt? si ella se sentir?a m?s c?moda tomando un taxi, por si se sintiera inc?moda con ?l conduciendo. La llev? de vuelta a su apartamento, llegando a su calle un poco despu?s de las diez. Ella estaba lejos de estar borracha, pero estaba un poco alegre, lo suficiente como para preguntarse acerca de cosas que de otra manera no considerar?a. –La pas? muy bien –dijo Moulton–. Me gustar?a hacerlo de nuevo muy pronto si no crees que se interpondr? con el trabajo. –Yo tambi?n, gracias por finalmente invitarme. –Gracias por decir que s?. Nunca fue una maestra en el arte de la seducci?n, ella respondi? a esa comentario acerc?ndose a ?l y bes?ndolo. Al igual que el beso del restaurante, comenz? lentamente, pero luego comenz? a crecer. De repente la mano de ?l estaba en su rostro, desliz?ndose hasta la nuca para acercarla. El apoyabrazos estaba entre ellos y se encontr? a si misma inclinando su cuerpo para poder apoyar su mano en el pecho de ?l. No estaba segura de cu?nto tiempo hab?a durado el beso. Fue lento y salvajemente rom?ntico. Cuando se separaron, Chloe se encontraba sin aliento. –Como ya hemos cubierto el hecho de que nunca he salido en citas –dijo–, tendr?s que perdonarme si hago mal la siguiente parte. –?Qu? parte? Ella dud? por un momento, pero los tres tragos la animaron. –Quiero invitarte a entrar.. Dir?a que es para tomar caf? u otra bebida, pero eso ser?a una mentira. Moulton parec?a genuinamente sorprendido. Era una mirada que la hizo preguntarse si la hab?a malinterpretado. –?Est?s segura? –pregunt?. –Eso son? mal –dijo ella, avergonzada–. Lo que quise decir es que… me gustar?a hacer esto sin un apoyabrazos entre nosotros. Pero no voy a… no voy a acostarme contigo. Incluso en la luz tenue, ella pudo ver como ?l se sonrojaba con ese comentario. –Nunca hubiera esperado que lo hicieras. –Entonces… ?quieres entrar? –En realidad, realmente quiero. Y dicho esto, la bes?. Esta vez, fue un poco m?s juguet?n. En el medio del beso, le dio un codazo al apoyabrazos en broma. Ella se separ? de ?l y abri? la puerta. Mientras caminaban hacia la entrada de su edificio, ella no pod?a recordar la ?ltima vez que se hab?a sentido tan… tan en el aire. En el aire, pens? sonriendo. Era una palabra que Danielle hab?a usado una vez para explicar lo que se sent?a al bajar de la altura f?sica en que un orgasmo provocaba. El recuerdo de repente hizo que Chloe sintiera calor por todo el cuerpo, tomando la mano de Moulton al entrar al edificio. Tomaron el ascensor y cuando las puertas se cerraron, Chloe se sorprendi? a s? misma al llevarlo contra la pared del ascensor y besarlo. Ahora, siendo capaz de ponerle las manos encima, lo agarr? por la cintura y lo acerc? a ella. Este beso fue un poco m?s apasionado, insinuando lo que ella quer?a hacerle en ese momento. ?l estaba igual de ansioso, sus manos estaban en la parte baja de la espalda de ella. Cuando ?l la apret? m?s cerca de ?l y sus cuerpos se encontraron, ella solt? un peque??simo jadeo. Fue un poco embarazoso. El ascensor se detuvo y ella se alej?. Ya se pod?a imaginar las caras de las personas con las que compart?a el edificio si la pillaban bes?ndose en el ascensor. Se sinti? aliviada a ver que Moulton parec?a un poco fuera de s? y respiraba pesadamente. Ella lo condujo por el pasillo, cuatro puertas hasta su apartamento. Entonces se le ocurri? que aparte de Danielle, Moulton ser?a la ?nica persona que habr?a visitado su apartamento. Es una pena que no planeo perder el tiempo con un recorrido, pens? ella. Ese era otro pensamiento que la hac?a sentirse un poco avergonzada. Nunca se hab?a sentido tan f?sicamente necesitada cuando se trataba de un hombre. Despu?s de un tiempo, el sexo con Steven se hab?a transformado en algo previsible y esperado. Y si era honesta consigo misma, las veces que hab?a quedado satisfecha hab?an sido pocas y muy lejanas. Y debido a eso, ella realmente no ten?a ganas de tener ning?n tipo de intimidad con ?l. Chloe abri? la puerta y entraron. Encendi? la luz de la cocina y colg? su bolso en uno de los taburetes del bar. –?Hace cu?nto tiempo est?s aqu?? –pregunt? Moulton. –Seis meses m?s o menos, supongo. No tengo mucha compa??a. Moulton se acerc? a ella y puso una mano en su cintura. Cuando se aproximaron para besarse, fue lento y con un prop?sito. S?lo tard? un momento en presionarla contra la barra suavemente y su beso se hizo m?s profundo. Chloe se sinti? sin aliento de nuevo, sintiendo un nivel de deseo que no hab?a sentido desde que tuvo relaciones por primera vez en la escuela secundaria. Ella rompi? el beso lo suficientemente lejos, como para llevarlo al sof?, donde se sentaron uno al lado del otro e inmediatamente continuaron. Se sent?a bien simplemente estar con un hombre de esa manera, especialmente con uno que la hac?a sentir as?. Si inclu?a la parte de su relaci?n con Steven en la que la intimidad f?sica pr?cticamente se hab?a enfriado, no hab?a sido besada ni tocada as? por un hombre en aproximadamente un a?o y medio. Eventualmente, despu?s de lo que se sinti? como simples segundos pero que en realidad eran m?s bien cinco minutos, ella se inclin? sobre ?l y no tuvo m?s remedio que acostarse. Chloe se acost? encima de ?l y cuando lo hizo, una de las manos de ?l encontr? su camino hasta la parte posterior de su camisa. Ese peque?o contacto piel a piel empuj? a Chloe a un abismo que no ve?a venir. Ella suspir? contra ?l y ?l respondi? deslizando su mano m?s arriba de la espalda de ella y pas?ndola por el costado de su sost?n. Ella se enderez?, sent?ndose a horcajadas sobre ?l y le sonri?. Su cabeza le daba vueltas y cada m?sculo de su cuerpo le ped?a m?s. –Lo que dije fue en serio –dijo ella casi disculp?ndose–. No puedo acostarme contigo. No tan pronto. S? que puede parecer anticuado… –Chloe, est? bien. Dime cuando debemos parar y estaremos bien. Av?same cuando haya agotado mi bienvenida. Ella le sonri?. La respuesta fue casi suficiente como para hacerla cambiar de opini?n. Pero estaba convencida de que no deb?an apresurarse. Sentarse encima de ?l en su sof? ya estaba sobrepasando sus l?mites. –La bienvenida no se agotar? –le dijo–. ?Parecer?a una loca si te pidiera que te quedaras? Nada de sexo, pero… ?realmente dormir juntos? La oferta pareci? sorprenderlo. Supuso que era bastante extra?o. ?Y sabes por qu? le preguntas eso? Era la voz de Danielle en su cabeza, siempre burlona, pero tambi?n ?til al mismo tiempo. Es porque pap? apareci? hoy y se derrumb? tu mundo. Quieres a Moulton aqu? para no estar sola esta noche. –Lo siento –dijo ella–. Esto parece contradictorio y tonto y… –No, est? bien –dijo Moulton–. Eso suena bien. Sin embargo, tengo una cosa para pedirte. –?Qu? cosa? –M?s besos, por favor –dijo con una sonrisa. Ella le devolvi? la sonrisa y lo complaci? gustosa. *** Se despert? m?s tarde cuando Moulton se baj? del sof?. Se levant? apoy?ndose en su codo. Se le hab?a salido la camisa durante la sesi?n de besos, pero eso fue todo. Hab?a sido raro quedarse dormida en su sof? con los pantalones puestos, pero estaba extra?amente orgullosa de su moderaci?n. Mir? el reloj de la pared y vio que eran las 5:10 de la ma?ana. –?Est?s bien? –le pregunt? ella. –S? –dijo –Yo s?lo… me siento raro qued?ndome aqu?. No quer?a que fuera raro por la ma?ana. Pens? que quiz?s ser?a mejor que me fuera. Pero al menos no est? la incomodidad a?adida del sexo. –Quiz?s ese fue mi plan todo el tiempo –brome?. –?Deber?a salir r?pido y fingir que esto no ha sucedido? –pregunt? Moulton. –Creo que me gustar?a que te quedaras. Voy a preparar caf?. –?S?? –S?. Creo que realmente me gustar?a eso. Se puso la camisa y entr? en la cocina. Ella fue a preparar el caf? mientras Moulton se pon?a su propia camisa. –?As? que es jueves? –dijo ?l–. No s? por qu?, pero se siente como si fuera s?bado. –?Es porque lo que hicimos anoche suele estar reservado para los viernes por la noche? ?Una forma de empezar el fin de semana? –No lo s? –dijo ?l–. Hace tiempo que no hago algo as?. –No te creo – dijo mientras preparaba la cafetera. –En serio. Desde el primer a?o de secundaria, creo. Ese fue un buen a?o para m? en t?rminos de sesiones de besos sin sexo. –Bueno, aparentemente no perdiste el ritmo. Anoche fue… bueno, fue mucho m?s de lo que esperaba cuando me recogiste. –Lo mismo digo. –Pero me alegro de que haya pasado –a?adi? r?pidamente–. Todo. –Bien, tal vez podamos hacerlo de nuevo. ?Este fin de semana, tal vez? –Tal vez –dijo ella–. Pero mi moderaci?n ya se siente debilitada. –Tal vez ese era mi plan despu?s de todo – dijo con una sensual sonrisa. –Ella se sonroj? y mir? hacia otro lado r?pidamente. Estaba un poco sorprendida por lo mucho que le gustaba verlo en un estado tan seductor. –Mira –dijo ella–. Necesito darme una ducha. Si?ntete libre de tomar cualquier cosa de la nevera si quieres desayunar. Pero no hay mucho ah?. –Gracias – dijo, parec?a incapaz de apartar sus ojos de ella. Ella lo dej? en la cocina y fue al dormitorio, el cual estaba conectado al ba?o m?s grande. Se desnud?, abri? el grifo y se meti? en la ducha. Casi se sinti? con ganas de sonre?r por c?mo hab?a pasado la noche. La hab?a hecho sentir como una adolescente, disfrutando de la sensaci?n de que ?l estuviera all? con ella y sinti?ndose lo suficientemente c?moda con ?l como para saber de qu? no la iba a presionar con el sexo. Hab?a sido rom?ntico de una forma extra?a y hubo dos momentos en los que ella casi se retracta de su decisi?n de no acostarse con ?l. Con un regocijo al que no estaba acostumbrado, secretamente esperaba que ?l decidiera reunir el valor para unirse con ella bajo el agua. Si lo hiciera, todas las restricciones se ir?an por la ventana, pens? ella. Estaba a punto de salir de la ducha cuando lo oy? entrar en el ba?o. M?s vale tarde que nunca, pens?. Todo su cuerpo se puso tenso de emoci?n y ella se encontr? instant?neamente ansiosa por que ?l se le uniera. –Oye, Chloe. –?S?? –pregunt? ella, un poco provocativamente. –Tu tel?fono acaba de sonar. Tal vez estaba siendo entrometido… pero mir?. Era del n?mero de la oficina. –?En serio? Me pregunto si ha surgido algo. Luego escucho el sonido de otro tel?fono celular. Este estaba m?s cerca, probablemente en la mano de Moulton. Chloe se asom? por fuera de la ducha, tirando ligeramente de la cortina a un lado. Intercambiaron una mirada antes de que Moulton contestara su tel?fono. –Aqu?, Moulton –respondi?. Sali? del ba?o y entro al dormitorio. Al darse cuenta el por qu?, Chloe cerr? el grifo. Ella agarr? una toalla del estante y sali?, sonri?ndole cuando ?l la mir? mientras ella se envolv?a r?pidamente con la toalla. El hecho de que se hubieran besado durante una hora y media anoche no significaba que ella estuviera de acuerdo con que la viera completamente desnuda. No era una gran conversaci?n para escuchar a hurtadillas. Principalmente era Moulton escuchando lo que le dec?an y diciendo un par de veces: –Est? bien… s?, se?or. La llamada dur? alrededor de un minuto y cuando termin?, asom? c?micamente la cabeza en el ba?o. –?Puedo entrar? Como estaba envuelta en una toalla que cubr?a todos sus partes privadas, ella asinti?. –S?. ?Qui?n era? –Era el Subdirector Garc?a. Dijo que intent? llamarte, pero que deb?as no haberlo escuchado mientras dorm?as –?l le sonri? y luego contin?o–. Me dijo que te llamara o que viniera a despertarte. Nos quieren en un caso. Se r?o al salir del ba?o y entrar al dormitorio. –?Crees que lo de anoche afectar? la forma en la que trabajamos juntos? –Podr?a hacer que me colara en tu habitaci?n de motel fuera de horario. Aparte de eso… no lo s?. Ya veremos. –?Me sirves una taza de caf?? Necesito vestirme. –Esperaba poder usar tu ducha. –Por supuesto. Aunque hubiera sido mejor si me lo hubieras pedido hace diez minutos, cuando a?n estaba all?. –La pr?xima vez, sabr? qu? hacer –dijo. Cuando se fue a la ducha y Chloe comenz? a vestirse, se dio cuenta de que era feliz. Bastante feliz, de hecho. Agreg?ndole un caso encima de todo lo que hab?a pasado anoche… parec?a como si su d?a no hubiera sido para nada devastado por la repentina aparici?n de su padre. Pero si hay algo que le hab?a ense?ado el vivir con una historia familiar tan quebrada, era que nunca escapas verdaderamente de ella. De una forma u otra, siempre parece que te alcanza. CAP?TULO CUATRO M?s o menos en el mismo momento en que a Chloe se le recordaba lo que era perderse en un hombre, su hermana estaba en el medio de una pesadilla. Danielle Fine estaba so?ado con su madre de nuevo. Era un sue?o recurrente que hab?a estado teniendo desde los doce a?os o m?s y que parec?a tomar un significado diferente en cada etapa de la vida que Danielle atravesaba. El sue?o era siempre el mismo, sin cambiar nunca ni un detalle, ni la trama. En el sue?o, su madre la persegu?a por un largo pasillo. S?lo que era la versi?n de su madre que ella y Chloe hab?an descubierto aquel d?a cuando eran ni?as. Sangrando, con los ojos muy abiertos y sin vida. Por alguna raz?n, dentro del sue?o siempre hab?a asumido que se hab?a roto una pierna en la ca?da (aunque no hab?a informes oficiales de ning?n tipo que sugirieran tal cosa), as? que la versi?n de su madre de su sue?o se arrastraba por el suelo en busca de su hija. A pesar de su lesi?n, su madre muerta siempre estaba pis?ndole los talones, a s?lo unos cuantos cent?metros de agarrar su tobillo y tirarla al suelo. Danielle hu?a de la espantosa visi?n aterradora, con los ojos fijos en el final del pasillo. Y all?, en una puerta que parec?a estar un mill?n de a?os luz de distancia, estaba su padre. ?l siempre estaba arrodillado, abri?ndole sus brazos con una gran sonrisa en el rostro. Pero hab?a sangre goteando de sus manos y en un momento de p?nico on?rico que siempre la despertaba, Danielle dejaba de correr, atrapada entre su madre muerta y su padre man?aco, insegura de cu?l era la direcci?n m?s segura. Ahora no era diferente. El sue?o lleg? a una conclusi?n estrepitosa, sacudiendo a Daniell y despert?ndola. Se sent? en la cama lentamente, estaba tan acostumbrada a este sue?o que ahora sab?a que era un sue?o incluso antes de estar completamente despierta. A?n dormida, mir? el reloj y vio que eran las 11:30. S?lo hab?a estado dormida una hora antes de que el sue?o la sorprendiera. Se recost? de espaldas, sabiendo que tardar?a un momento en poder volver a dormirse. Ella intent? sacudirlo, habiendo aprendido hace muchos a?os el c?mo sacarlo de su mente record?ndose a s? misma de que no hab?a nada que pudiera haber hecho para evitar que su madre muriera. Incluso si se hubiera sincerado con todos sus peque?os secretos sobre las cosas que hab?a visto, o?do y experimentado en relaci?n a la personalidad t?xica de su padre, no hab?a nada que pudiera haber dicho o hecho para mantener con vida a su madre. Se dio vuelta y mir? hacia la mesita de luz. Casi coge el tel?fono para llamar a Chloe. Hab?an pasado tres semanas desde la ?ltima vez que se hablaron. Hab?a sido tenso e inc?modo y hab?a sido su culpa. Ella sab?a que hab?a estado proyectando mucha negatividad hacia Chloe, principalmente porque Chloe no odiaba a su padre con el veneno y la angustia que ella ten?a. Hab?a sido Danielle qui?n la hab?a llamado hace tres semanas, d?ndose cuenta de que Chloe estaba esperando que ella diera el siguiente paso desde la ?ltima conversaci?n que hab?an tenido, que no hab?a salido muy bien, ya que Danielle le dec?a a su hermana que pr?cticamente no se le acercara. Pero no conoc?a los horarios de Chloe. No ten?a ni idea si las 11:30 era demasiado tarde. A decir verdad, Danielle hab?a estado teniendo problemas para dormirse antes de las dos de la madrugada ?ltimamente. Esta noche fue una de sus raras noches en las que no estaba en el sal?n y una de esas noche donde no se la necesitaba para dar ning?n tipo de aprobaci?n en la renovaci?n del bar que su novio le hab?a comprado. R?pidamente se quit? todos los pensamientos de trabajo de la mente mientras intentaba dormir. Si empezaba a pensar en el trabajo y en todo lo que tiene que hacer, nunca se volver?a a dormir. Una vez m?s, pens? en Chloe. Se preguntaba qu? tipo de sue?os y pesadillas ten?a su hermana sobre sus padres. Se preguntaba si todav?a estaba obsesionada con la idea de liberar a su padre y, de ser as?, si hab?a decidido no contarle. Eventualmente, las ganas de dormir la atraparon nuevamente. Cuando sucedi?, el ?ltimo pensamiento de Danielle fue sobre su hermana. Pens? en Chloe y se pregunt? si finalmente hab?a llegado el momento de perdonar y olvidar, no dejar que los recuerdos de su padre le impidieran de tener una relaci?n significativa con Chloe. Se sorprendi? de lo feliz que la hac?a este pensamiento… tan feliz que cuando se qued? dormida, en su rostro hab?a una ligera sonrisa. *** La joven cantinera que hab?a sido contratada como su sustituta se adapt? r?pidamente. Ten?a veinte a?os, era guap?sima y ten?a una especie de don para entender a los borrachos. Y debido a que lo estaba haciendo tan bien, Danielle pudo reunirse con su novio y los contratistas en el edificio que ser?a su propio pub y restaurante en un mes y medio aproximadamente. Hoy, se estaba colocando la climatizaci?n, as? como unos paneles de ?ltimo momento en un cuarto trasero que servir?a como un espacio reservado para fiestas m?s grandes. Cuando ella lleg? al lugar, su novio estaba revisando el contrato con un electricista. Estaban sentado en una de las mesas que hab?an sido desembaladas recientemente, en una de las tres variaciones que Danielle deb?a elegir de los tipos de mesas que tendr?an en el restaurante. Su novio la vio apenas entr?. R?pidamente le dijo algo al electricista y luego se acerc? para recibirla. Su nombre era Sam Dekker y aunque no era necesariamente el hombre m?s honeste o inteligente, lo compensaba con un aspecto robusto y su perspicacia para los negocios. Era unos veinte cent?metros m?s alto que ella, as? que cuando la bes? tuve que inclinarse para hacerlo. –Report?ndome al servicio –dijo–. ?Qu? puedo hacer hoy? Sam se encogi? de hombros, mirando alrededor del lugar de una manera casi teatral. –Honestamente, no creo que haya mucho que puedas hacer. Todo est? empezando a encajar. S? que puede parecer una tonter?a, pero tal vez quieras empezar a mirar el cat?logo para decidir qu? marcas de licores prefieres servir. Puedes decidir donde quieres que est?n los peque?os altavoces para la m?sica y cosas por el estilo. Son el tipo de cosas que se dejan de lado en la confusi?n y de repente aparecen como molestias de ?ltimo minuto cerca del final del proyecto. –Supongo que puedo hacer eso –dijo, un poco decepcionada. Hubo d?as en los que entraba en el lugar de la renovaci?n y sent?a que Sam s?lo la estaba entreteniendo, d?ndole tareas menores para que ?l pudiera manejar las cosas importantes. Era algo degradante en cierto modo, pero tambi?n ten?a que recordarse a s? misma que Sam sab?a lo que estaba haciendo. ?l hab?a abierto tres bares a los cuales les estaba yendo incre?blemente bien, incluso vendi? uno de ellos a una gran compa??a nacional el a?o pasado por m?s de diez millones de d?lares. Y ahora ?l estaba eligiendo apoyarla en su propio emprendimiento. Era un emprendimiento para el cual ?l tuvo que convencerla. Insisti? en que ella ten?a la inteligencia para dirigir un lugar como este, pero s?lo despu?s de que todas las piezas sueltas se colocaran en su lugar. A la mayor?a de las chicas que salen con chicos semi-ricos se les regala joyas y autos, pens? mientras caminaba hacia el ?rea que pronto ser?a el sal?n. A m?… me regalaron un bar. No es un mal negocio, supongo. Se sent?a fuera de lugar la mayor parte del tiempo cuando pensaba en el camino que le esperaba., Ella estar?a a cargo de algo. Se encargar?a de todo y tomar?a decisiones. Tambi?n sent?a algo de culpa con esto. Sent?a que se le hab?a dado la oportunidad sin ninguna raz?n real, excepto de que ten?a una relaci?n con un tipo que sab?a c?mo empezar un negocio. Como resultado de esto, ella era consciente de que deb?a sacrificar muchas cosas y cosas que deb?a permitirle a Sam. Ella nunca cuestion? sus salidas nocturnas, siempre crey?ndole las historias de que estaba en reuniones o con los contratistas, cenando con ellos. Ella hab?a sido parte de algunas de esas reuniones, as? que sab?a que era verdad, a veces. Tambi?n sent?a que ten?a que mostrar su aprecio tan a menudo como pudiera. Eso significaba no rega?arlo despu?s de no verlo por un par de d?as. Significaba no poner demasiado reparo a ciertas cosas que ?l esperaba en el dormitorio. Significaba no enojarse porque a pesar de comprarle un bar y confiarle a ella la direcci?n, la idea del matrimonio no se hab?a mencionado ni una sola vez. Danielle estaba bastante segura de que Sam no ten?a intenciones de casarse. Y por ahora, ella estaba de acuerdo con eso, as? que no ve?a raz?n para discutir sobre ello. Adem?s… ?de qu? ten?a que quejarse? Finalmente hab?a conocido a un tipo que la trataba de la realeza, mientras estaba presente, y ella parec?a estar en camino al ?xito asegurado de una manera muy f?cil. Cuando las cosas parecen demasiado buenas para ser verdad, normalmente lo son, pens?. Cuando lleg? a la habitaci?n que ir?a a ser el ?rea del sal?n, sac? los planos digitales de su tel?fono. Coloc? indicaciones sobre d?nde podr?an ir los parlantes y tambi?n hizo una anotaci?n sobre la posibilidad de a?adir alg?n tipo de ventana polarizada en la pared del fondo. Fue al hacer cosas as? que sinti? que este sue?o se estaba haciendo realidad. De alguna manera, esto le estaba sucediendo. –Oye… Se dio vuelta y vio a Sam de pie en la puerta enmarcada. ?l le sonre?a y la miraba con la expresi?n de apetito que a menudo se le disparaba cuando se sent?a juguet?n. –Oye, t? –dijo ella. –S? que parece que te he estado ignorando –dijo–, pero realmente… estas pr?ximas semanas, todo lo que voy a necesitar de ti son unas cuantas firmas. –Me est?s haciendo trabajar demasiado duro –brome?. –Ten?a la intenci?n de que tu entrenamiento con la chica nueva del bar durara m?s tiempo. No es mi culpa que termin?ramos contratando a una cantinera brillante –se acerc? a ella y le envolvi? los brazos alrededor de la cintura. Ella tuvo que alzar la vista para poder mirarlo a los ojos, pero eso siempre la hab?a hecho sentir segura por alguna extra?a raz?n; la hac?a sentir como si este hombre literalmente siempre la proteger?a. –Almorcemos m?s tarde –dijo Sam–. Algo simple. Pizza y cerveza. –Suena bien. –Y ma?ana… ?qu? te parece si vamos a alg?n sitio? A una playa… A Carolina del Siro o algo as?. –?En serio? Eso parece muy espont?neo y un poco como una molestia con todo el trabajo que queda por hacer. En otras palabras… no suena nada como algo que t? dir?as. –Lo s?. Pero he estado muy involucrado en este proyecto y…. me doy cuenta de que te he estado descuidando. As? que quiero compens?rtelo. –Sam, me est?s dando mi propio negocio. Eso es m?s que suficiente. –Bien, entonces ser? ego?sta. Quiero alejarme de todo esto y estar desnudo y solo contigo cerca del oc?ano. ?Eso suena mejor? –De hecho, suena mejor. –Bien. Entonces ve al bar a ver c?mo est? la novata. Te recoger? para almorzar cerca del mediod?a. Lo bes? y aunque claramente ?l se estaba precipitando, el sentimiento de todo lo que le acababa de decir no le era indiferente. Ella sab?a que era dif?cil para ?l ser emocional y sincero. Rara vez pod?a ver esta lado suyo, as? que cuando aparec?a, no se atrev?a a cuestionarlo. Danielle camino de regreso entre los espacios abiertos del viejo edificio de ladrillo que pronto ser?a su pub y restaurante. Era dif?cil pensar que era suyo, pero ese era el caso. Cuando sali? el sol parec?a m?s brillante que cuando hab?a entrado. Sonr?o, aun tratando de encontrarle sentido a todo en lo que se hab?a convertido su vida. Pens? en Chloe de nuevo y tom? la decisi?n de llamarla en los pr?ximos d?as. Todo lo dem?s iba tan bien en su vida, que pod?a intentar reparar la tensa relaci?n con Chloe. Se subi? a su auto y se dirigi? al otro bar de Sam, el bar en el cual ?l la hab?a contratado para trabajar hace seis meses. Ella estaba tan distra?da por la idea de irse con ?l el fin de semana que no se dio cuenta del coche estacionado a unos metros de distancia, que arranc? detr?s de ella cuando sali?. Si lo hubiera notado, quiz?s hubiera reconocido al conductor, aunque no lo hubiera visto en mucho tiempo. Sin embargo, ?alguna hija alguna vez olvida c?mo luce la cara de su padre? CAP?TULO CINCO Cuando Chloe y Moulton llegaron a la oficina de Garc?a, el Director Johnson ya estaba all? esper?ndolos. Parec?a que Garc?a y ?l hab?an estado revisando los archivos del caso. Garc?a ten?a unos cuantos en su pantalla mientras que Johnson ten?a una peque?a pila de copias impresas frente a ?l. –Gracias por venir tan r?pido –dijo Johnson –. Tenemos un caso en Virginia, un peque?o pueblo al otro lado de Fredericksburg, en un barrio acomodado. Y probablemente deber?a comenzar diciendo que la familia de la v?ctima tiene algunos amigos pol?ticos muy poderosos. Por eso nos han llamado. Bueno, por eso y por el espantoso car?cter de la muerte. Mientras Chloe se sentaba en la peque?a mesa en la parte de atr?s de la oficina de Garc?a, quiso hacer todo lo posible para no ser obvio al tratar de crear alguna distancia entre ella y Moulton. Ella sab?a que probablemente estaba resplandeciente, radiante por c?mo hab?a pasado la noche y ma?ana. No estaba segura de c?mo podr?a Johnson pudiera reaccionar ante cualquier tipo de relaci?n entre ellos y honestamente no quer?a saberlo. –?A qu? nos estamos enfrentando? –pregunt? Chloe. –Hace cuatro d?as, un esposo lleg? a casa del trabajo y encontr? a su esposa muerta –dijo Garc?a–. Pero fue m?s que eso. No s?lo hab?a sido asesinada, sino que fue brutalmente asesinada. Hab?a m?ltiples heridas punzantes, diecis?is por el recuento del forense. La escena del crimen era un desastre… sangre por todas partes. No se parece a nada que la polic?a local haya visto jam?s. Desliz? hacia Chloe una carpeta con una mirada de advertencia. Chloe lo tom? y lo abri? lentamente. Mir? dentro y s?lo vio un destello de la foto de la escena del crimen, y la cerr? con la misma rapidez. Bas?ndose en lo que acababa de ver, parec?a m?s un matadero que una escena del crimen. –?Qui?nes son los amigos de la familia de la v?ctima? –pregunt? Moulton –. Dijiste que alguien de la pol?tica, ?verdad? –Realmente preferir?a no dar esa informaci?n –dijo Johnson–. No queremos que parezca que el FBI tiene favoritos cuando se trata de asuntos bipartidistas. –?Cu?l es el nivel de participaci?n de la polic?a local –pregunt? Chloe. –Han iniciado una cacer?a humana en todo el condado y han involucrado a la polic?a estatal –dijo Garc?a–. Pero se les pide que lo mantengan en secreto. La polic?a local est? comprensiblemente molesta porque siente que estamos obstaculizando un caso que ya est? fuera de su zona de comodidad. As? que necesito que vayan all? lo antes posible. Adem?s… y por favor, escuchen atentamente; Pens? en ustedes dos por lo bien que han trabajado juntos en el pasado. Y agente Fine, parece que tiene un don para este tipo de crimen de pueblo peque?o y comunidad aislada. Sin embargo, si el caso y las fotos de la escena del crimen la hacen sentir inc?moda, como si fuera demasiado para manejar en esta etapa de su carrera. No la juzgar? y no se volver? contra ti. Chloe y Moulton se miraron y ella pudo ver que ?l estaba tan ansioso como ella por tomar el caso. No obstante, Moulton, incapaz de contenerse, ech? un vistazo a lo que hab?a dentro de la carpeta. Puso una mueca de dolor mientras miraba las pocas fotos de la escena del crimen y escaneaba el breve informe que se encontraba en el dorso. Luego volvi? a mirar a Chloe y asinti? con la cabeza. –En lo que a m? respecta, estoy de acuerdo –dijo Chloe. –Lo mismo digo –dijo Moulton–, y aprecio la oportunidad. –Me alegra o?rlo –dijo Johnson, poni?ndose de pie–. Estoy emocionado por ver lo que ustedes dos pueden hacer. Ahora… ser? mejor que comiencen. A?n tienen que conducir. *** Moulton estaba al volante del coche de la agencia, saliendo de la carretera y dirigi?ndose hacia Virginia. Barnes Point estaba a s?lo una hora y veinte minutos de distancia, pero la interestatal 495 hac?a que cualquier lugar se sintiera como si estuviera del otro lado del planeta. –?Est?s segura de esto? –le pregunt? ?l. –?Sobre cu?l parte? –Trabajar juntos en un caso como este. Quiero decir… hace unas diez horas est?bamos bes?ndonos como un par de adolescentes lujuriosos. ?Ser?s capaz mantener tus manos alejadas de m? mientras trabajamos? –No te lo tomes a mal –dijo Chloe –, pero despu?s de lo que vi en esa carpeta, hacer eso contigo otra vez es en lo que menos estoy pensando. Moulton asinti?. Se desvi? hacia la siguiente salida, hizo un tramo recto y pis? el acelerador. –Dejando todas las bromas a un lado… me gust? lo de anoche, incluso la parte antes de tu casa. Y me gustar?a hacerlo de nuevo. Pero con este caso… –Debemos ser estrictamente profesionales –ella termin? su frase. –Exacto. Y con ese fin –dijo, sacando su iPad del centro hueco del tablero –descargue los archivos del caso mientras t? empacabas. –?T? no empacaste? –Has visto mi bolso. S?, he empacado. Pero soy muy r?pido para hacerlo –la mir? con una ligera sonrisa mientras dec?a esto, indicando qu? quiz?s ella hab?a tardado un poco m?s de lo que ?l esperaba–. Aunque no tuve oportunidad de echarle un vistazo. –Ah, un poco de lectura ligera –dijo Chloe. Ambos se rieron y cuando Moulton apoy? su mano en la rodilla de ella mientras le?a el archivo, Chloe dud? de que pudieran mantener las cosas profesionales. Revis? los archivos del caso, leyendo en voz alta las partes importantes para Moulton. Descubrieron que Garc?a y Johnson hab?an hecho un buen trabajo al resumirlo. El informe policial era bastante detallado, as? como las fotos. A?n eran dif?ciles de mirar y Chloe pod?a entender a la polic?a local. Se imagin? que cualquier polic?a de un pueblo peque?o pod?a sentirse fuera de su elemento al enfrentarse a algo tan violento y sangriento. Compartieron pensamientos y teor?as, y para cuando pasaron un cartel que les dec?a que Barnes Point estaba a 20 kil?metros de distancia, Chloe hab?a cambiado de opini?n. Pens? que ser?an capaz de trabajar profesionalmente juntos. Hab?a pasado las ?ltimas semanas tan enfocada en su atracci?n f?sica hacia ?l que casi hab?a olvidado lo agudo e intuitivo que pod?a ser cuando se trataba de un caso. Entonces se le ocurri? la idea de si pod?an hacer que funcionara, ella pod?a tener lo que casi todas las mujeres del planeta deseaban ; un hombre que la respetara como un igual laboral e intelectualmente, pero tambi?n en su dormitorio. No ha pasado ni un d?a, dijo una voz en su cabeza. Era la voz de Danielle de nuevo. ?De verdad ya est?s delirando y so?ando sobre esto? Jes?s, se besaron durante algunas horas y ni siquiera te acostaste con ?l, apenas lo conoces y… Pero Chloe eligi? ahuyentar esos pensamientos. Luego prest? atenci?n al informe del forense. Contaba la misma historia que Johnson les hab?a contado a ellos, pero con m?s detalles. Y fueron estos detalles en los que se centr?. La sangre, la violencia, el potencial motivo pol?tico. Los ley? de nuevo, estudiando con gran concentraci?n. –Estoy pensando que esto no tiene nada que ver con la pol?tica –dijo–. No creo que el asesino estuviera muy preocupado por los poderosos amigos pol?ticos que los Hilyards pudieran tener. –Pareces muy convencida de esa afirmaci?n –dijo Moulton–. Expl?came, por favor. –Lauren Hilyard fue apu?alada diecis?is veces. Y cada una de las heridas estaba centrada en el ?rea del abdomen, y s?lo una de ellas se encontraba en su seno izquierdo. El forense inform? que las heridas eran irregulares y casi una encima de la otra, lo que indica que alguien hizo el movimiento de apu?alamiento uno detr?s del otro. La nota que hay en los informes dice: como en una rabia ciega o en un frenes?. Si este fuera el acto de alguien con una motivaci?n pol?tica probablemente habr?a alg?n tipo de mensaje u otro indicador. –Muy bien–dijo Moulton–, estoy de acuerdo. No est? motivado por la pol?tica. –Eso fue f?cil. Se encogi? de hombros y dijo: –Estoy entendiendo que la gente en Washington piensa que todo tiene una motivaci?n pol?tica. ?Qu? importa si los Hilyards conocen a alguien de una alta jerarqu?a en la escalera pol?tica. No a todo el mundo le importa. –Me gusta como piensas –dijo–. Pero no s? si lo debemos descartar totalmente todav?a. Se estaban acercando a Barnes Point y el hecho de que se les hab?a confiado un caso con posibles v?nculos pol?ticas no les era menor. Era una oportunidad incre?ble para ambos y ella tuvo que asegurarse que era en eso que estaba su atenci?n por el momento. Por ahora, nada era m?s importante que eso, ni siquiera la aparici?n repentina de su padre desaparecido, ni la voz sin emoci?n de su terca hermana… ni siquiera un romance potencialmente perfecto con el hombre que estaba sentado a su lado. Por ahora, s?lo exist?a el caso y nada m?s que el caso. Y eso era m?s que suficiente para ella. CAP?TULO SEIS Barnes Point era una ciudad tranquila pero bonita, con una poblaci?n de nueve mil habitantes. La residencia de los Hilyard estaba situada justo afuera de los l?mites de la ciudad, en una subdivisi?n llamada Farmington Acres. El esposo de la v?ctima, Jerry Hilyard, a?n no hab?a podido regresar a su casa desde que descubri? el cuerpo de su esposa; al no tener familiares cercanos, lo hab?an invitado a quedarse en otro lugar del vecindario, con amigos cercanos. –Creo que necesitar?a alejarme mucho m?s que de unas pocas casas –dijo Moulton–. Quiero decir, ?te imaginas por lo que est? pasando este pobre hombre? –Pero quiz?s tambi?n podr?a necesitar estar cerca de su casa –sugiri? Chloe–.Cerca del lugar d?nde ?l y su esposa hab?an compartido una vida juntos. Moulton pareci? considerar esto mientras conduc?a su coche de alquiler hacia la subdivisi?n, en la direcci?n que les hab?a indicado la polic?a estatal mientras estaban en la ruta. Este era otro ejemplo de c?mo Chloe estaba empezando a entender y respetar la fluidez con la que se trabajaba en la agencia. Era dif?cil imaginar que cualquier informaci?n que necesitara -direcciones, n?meros de tel?fono, historiales laborales, antecedentes penales- estuvieran disponibles a s?lo una llamada o a un correo electr?nico de distancia. Ella asumi? que los agentes eventualmente se acostumbran a esto, pero por el momento, a?n se sent?a privilegiada de ser parte de tal sistema. Llegaron a la direcci?n y se dirigieron hacia la puerta. El buz?n de correo dec?a Lovingston y la casa era una copia de casi todas las otras casas del vecindario. Era el tipo de vecindario donde las casas est?n una encima de la otra, pero el ambiente era tranquilo, un buen lugar para que los ni?os pudieran aprender a andar en bicicleta y probablemente un mont?n de diversi?n durante Halloween y Navidad. Chloe llam? a la puerta y fue atendida de inmediato por una mujer con un beb? en sus brazos. –?Es usted la Sra. Lovingston? –pregunt? Chloe. –Lo soy. Y ustedes deben ser los agentes del FBI. Recibimos una llamada de la polic?a hace un rato diciendo que ustedes estaban en camino. –?Jerry Hilyard sigue aqu?? –pregunt? Moulton. Un hombre apareci? detr?s de la mujer, saliendo desde la habitaci?n de la izquierda: –S?, todav?a estoy aqu? –dijo. Se uni? a la Sra. Lovingston en la puerta y se apoy? en el marco de la puerta. Parec?a absolutamente exhausto, aparentemente no hab?a dormido bien desde que perdi? a su esposa de manera brutal. La Sra. Lovingston se volvi? hacia ?l y lo mir? de una forma que a Chloe le hizo pensar que el beb? en sus brazos pod?a esperar algunas miradas de desaprobaci?n en el futuro. –?Seguro que puedes hacer esto? –le pregunt? la mujer. –Estoy bien Claire –dijo–, gracias. Ella asinti?, sostuvo a su beb? m?s cerca de su pecho y se dirigi? a otra parte de la casa. –Pueden pasar –dijo Jerry. Los llev? a la misma habitaci?n de d?nde ?l hab?a venido. Parec?a una especie de estudio, decorada en su mayor?a con libros y dos elegantes sillas. Jerry se dej? caer en una de las sillas como si sus huesos le estuvieran fallando. –S? que Claire puede parecer un poco inquieta sobre su presencia aqu? –dijo Jerry–. Pero… ella y Lauren eran buenas amigas. Ella cree que necesito estar de luto… que es lo que estoy haciendo. Es s?lo que… Se detuvo all? y Chloe pudo ver como ?l luchaba con un torrente de emociones, tratando de sobrevivir a esta conversaci?n sin desmoronarse ante ellos. –Sr. Hilyard, soy la agente Fine y ?l es mi compa?ero, el agente Moulton. Me preguntaba si podr?a contarnos sobre los lazos pol?ticos que pueda tener su familia. –Jes?s –dijo en un suspiro–. Es algo exagerado. La polic?a local arm? un gran esc?ndalo y se escandalizaron. Estoy bastante seguro de que por eso los llamaron, ?verdad? –?Hay lazos pol?ticos? –pregunt? Moulton, ignorando la pregunta. –El padre de Lauren sol?a ser muy buen amigo del Secretario de Defensa. Crecieron juntos, jugaban al f?tbol juntos, todo eso. Todav?a se juntan de vez en cuando a cazar patos, a pescar, cosas as?. –?Lauren hablaba con el Secretario? –pregunt? Chloe. –No desde que nos casamos. Vino a nuestra boda. Recibimos una tarjeta de navidad de su familia. Pero eso es todo. –?Cree que lo que sucedi? se debe a esta relaci?n? –pregunt? Moulton. –Si lo fuera, no tengo ni idea de por qu?. Lauren no estaba metida en pol?tica en absoluto. Creo que es la forma que tiene su padre de creer que es importante. Alguien mat? a su hija, as? que debe ser porque conoce a gente importante. ?l es de ese tipo de imb?ciles. –?Qu? puede decirnos de los ?ltimos d?as de la vida de Lauren? –pregunt? Chloe. –Ya le he dicho a la polic?a todo lo que sab?a. –Lo entendemos –dijo Moulton–. Y tenemos copias de todos sus informes. Pero para que podamos afianzarnos adecuadamente, quiz?s le hagamos algunas preguntas que lo hagan repetir algunas cosas. –Muy bien, de acuerdo –dijo Jerry. Chloe pens? que el hombre quiz?s no fuera totalmente consciente de lo que estaba sucediendo. Se ve?a incre?blemente distante. Si ella no hubiera sabido por la situaci?n traum?tica que estaba atravesando, podr?a haber asumido que estaba drogado. –La primera pregunta puede parecer una tonter?a en funci?n a lo que ha sucedido –dijo Chloe–, pero, ?sabe de alguien que pudiera haber tenido una raz?n para estar molesto con su esposa? Hizo una mueca y neg? con la cabeza. Cuando habl?, su voz tembl? en una especie de bostezo eterno. –No, Lauren estaba muy reservada estos d?as. Una introvertida. Se hab?a vuelto a?n peor ?ltimamente… retray?ndose cada vez m?s, ?sabes? –?Alguna idea de por qu? era eso? –Tuvo un pasado duro. Padres desquiciados y todo eso. Era una especie de bravucona en la secundaria. Supongo que as? es como le dir?an hoy en d?a. O tal vez una chica mala. Ella hab?a estado haciendo las paces con esos errores ?ltimamente. Creo que empeor? cuando recibi? por correo la maldita invitaci?n para la reuni?n de secundaria. –?Estaba ansiosa por ir? –pregunt? Chloe. –No estoy seguro. Creo que la entristeci?… el pensar en las personas con las que hab?a sido mala. –?Se graduaron juntos? –S?. –?Y fuiste con ella a la reuni?n? –No, por Dios. Odio ese tipo de cosas. Posando y fingiendo que te cae bien la gente que odiabas en la secundaria. No. No particip?. –Dice que era introvertida –dijo Chloe–. ?No ten?a muchos amigos? –Oh, ten?a algunos. Claire era una de ellas. Y los amigos que ten?a eran como de la familia para ella. Eran muy unidos. –?Has hablado con ellos desde que esto sucedi?? –pregunt? Moulton. –S?lo con una. Ella llam? poco despu?s para preguntarme si precisaba algo. –?Son estos los amigos que tal vez fueron a la reuni?n con ella? –S?. Claire tambi?n fue. Pero tambi?n es un poco introvertida. Creo que fue s?lo por curiosidad. –?T? y Lauren tienen hijos? –pregunt? Chloe–. En un vecindario como este, me imagin? que habr?a al menos un ni?o en cada casa. –Tenemos dos. Nuestra hija mayor, Victoria, tiene dieciocho a?os; acaba de empezar la universidad este a?o. Ella… bueno, eligi? pasar este momento tan dif?cil con sus abuelos. Y como ella se fue con ellos, nuestro hijo peque?o, Carter, tambi?n quiso ir. Nunca he tenido la mejor relaci?n con mis suegros, pero el que mis hijos est?n con ellos ahora es una bendici?n. Me siento como un padre terrible, pero si mis hijos estuvieran aqu?, me desmoronar?a y creo que me har?a pedazos. –?Tiene alg?n resentimiento por que sus hijos est?n con sus abuelos ahora? –pregunt? Moulton. –Quiero que est?n aqu? conmigo… s?lo para verlos. Pero soy un desastre. Y hasta que la casa est? en mejor estado… all? es donde tienen que estar. –Ha dicho que su hija mayor eligi? estar con ellos durante este momento –dijo Moulton–. ?Por qu? es eso? –Ella no pod?a esperar a salir de nuestra casa. Tuvo una relaci?n tensa con Lauren durante los ?ltimos a?os. Cosas t?xicas de la relaci?n madre e hija- Nuestra hija… estaba trayendo chicos a nuestra casa, entrando a hurtadillas durante la noche. Estaba haciendo esto desde los trece a?os. Tuvo su primer susto de un embarazo a los quince. Y si haces los c?lculos… Lauren ten?a treinta y siete. Tuvimos a nuestra hija cuando Lauren y yo ten?amos diecinueve a?os. Chloe se imaginaba que la tumultuosa situaci?n familiar no hac?a las cosas m?s f?ciles para Jerry Hilyard. Ella cre?a que no hab?a nada que valiera la pena investigar al respecto, aunque podr?a ser bueno poder hablar con la hija. –Sr. Hilyard, ?le importar?a si echamos un vistazo a su casa? –pregunt? ella. –No hay problema. El comisario y algunos de sus hombres han entrado y salido varias veces. El c?digo para entrar es dos-dos-dos-ocho. –Gracias, Sr. Hilyard –dijo Moulton–. Por favor, cont?ctenos si se acuerdo de algo m?s. Por ahora, creo que hablaremos con la Sra. Lovingston para ver si tiene alg?n detalle para compartir. –Le ha dicho a la polic?a todo lo que sabe. Creo que est? empezando a irritarse. –?Qu? hay de su marido? ??l conoc?a a su esposa? ?Ustedes cuatro pasaban mucho tiempo juntos? –No. El marido de Claire trabaja a menudo fuera de la ciudad. Lo llam? por FaceTime para asegurarme de que estuviera de acuerdo de que yo me quedara aqu?. Y de todos modos, casi siempre eran Claire y Lauren. Ten?an una reuni?n semanal en la que beb?an vio en el porche, cambiando de casa cada semana. Claire entr? lentamente en la habitaci?n, aparentemente despu?s de haber puesto a dormir la siesta al bebe que hab?a estado cargando. –Y hac?amos las cosas predecibles que hacen las mujeres. Hablar de nuestros maridos, recordar el pasado. Yo le hablaba de los altibajos de tener un beb?. Y recientemente, habl?bamos de lo que le estaba pasando con su hija. –?Qu? puede decirnos sobre Lauren y lo que pudo haber llevado a alguien a hacer algo as?? –pregunt? Claire. –Lauren tom? algunas decisiones durante la escuela secundaria con las que sus padres no estaban de acuerdo –contest? Claire–. Una vez que Lauren se gradu? de la secundaria y tuvo a su hija… bueno, la universidad no era una opci?n. –Estaban avergonzados –a?adi? Jerry–. Se enojaron y se mudaron a Nuevo Hampshire. Le llenan la cabeza a nuestra hija con mentiras brutales sobre Lauren siempre que pueden. –Tratando de compensar sus errores y negligencia al criar a Lauren –dijo Claire–. Un par de imb?ciles, la verdad. Al sentir que la conversaci?n se dirig?a a una ronda de acusaciones, Chloe habl?: –Sra. Lovingston, ?podr?a usted pensar en alg?n enemigo o relaciones tensas que Lauren pudiera haber tenido? –pregunt? Chloe. –Nada fuera de su familia. Y aunque son un par de idiotas, ciertamente no har?an esto. Esto es… esto es deplorable. Moulton meti? la mano en su bolsillo interior y sac? una tarjeta de presentaci?n. La dej? en la mesa de caf? y dio un paso atr?s. –Por favor… si a alguno de ustedes se les ocurre algo m?s, no duden en contactarnos. Tanto Claire como Jerry s?lo asistieron bruscamente. La conversaci?n hab?a sido breve, pero les hab?a afectado. Chloe y Moulton salieron en un silencio inc?modo. Cuando estaban afuera, dirigi?ndose al coche, Chloe se detuvo un momento en la acera. Miro hacia la calle, en direcci?n a la casa de Hilyard y vio que estaba fuera de su vista. Aun as?, estaba empezando a estar de acuerdo con Moulton. Tal vez estaba demasiado cerca. Y si el dormitorio a?n se parec?a en algo a lo que hab?a visto en las fotograf?as que Johnson le hab?a mostrado, parec?a casi morboso que Jerry se quedara tan cerca. –?Listo para ir a ver la casa? –pregunt? Chloe. –En realidad no –dijo Moulton, las im?genes que hab?a visto en el archivo del caso todav?a estaban claras en su mente–. Pero supongo que debemos empezar por alg?n lado. Volvieron al coche y se dirigieron por donde hab?an venido. Inmediatamente, Chloe se dec?a a si misma que no pod?a ser tan malo como aparec?a en las fotos, todo ese rojo carmes? entre las s?banas blancas. *** Le tom? veinte segundos llegar a la casa de Hilyard. El hecho de que se pareciera tanto a la casa de Lovingston -y a las dem?s casas de la cuadra- era un detalle espeluznante para Chloe. Entraron por la puerta principal con el c?digo que Hilyard les hab?a dado y entraron en una casa absolutamente tranquila y silenciosa. Sabiendo exactamente por qu? estaban all?, no perdieron el tiempo y subieron directamente al piso de arriba. El dormitorio principal era f?cil de descubrir, la habitaci?n al final del pasillo. A trav?s de la puerta abierta, Chloe ya pod?a ver salpicones rojos en la alfombra y las s?banas. Sin embargo, se sinti? aliviada al descubrir que la escena del crimen no se ve?a tal mal como se ve?a en las fotos que el Director Johnson les hab?a mostrado. En primer lugar, el cuerpo hab?a sido retirado. En segundo lugar, las manchas de sangre estaban hace m?s tiempo, lo que las hac?a m?s p?lidas. Se dirigieron hacia la cama, con cuidado de no pisar ninguna salpicadura de sangre que quedaban. Pod?an ver las ?reas de sangre en las que accidentalmente habr?an pisado los forenses e investigadores. Chloe mir? hacia el otro lado de la habitaci?n, donde hab?a un c?moda y hab?a un peque?o televisor de pantalla plana montado a la pared. Probablemente estaba viendo la televisi?n cuando sucedi?, tal vez purgando su mente de los recuerdos de la reuni?n de la escuela secundaria… Chloe fue abajo y ech? un vistazo. No ve?a se?ales de que la entrada haya sido forzada ni indicios de que algo hubiera sido robado. Mir? alrededor de la sala de estar, la cocina y el dormitorio de hu?spedes. Incluso sali? a la terraza trasera para echar un vistazo. Hab?a una peque?a mesa de patio en la esquina. Hab?a un cenicero en el centro, bajo la sombrilla. Chloe laz? un humm como sonido de curiosidad cuando vio lo que conten?a el cenicero. No hab?a colillas en el recipiente, sino alg?n otro tipo de ceniza y papel. Se inclin? sobre ?l y olfateo ligeramente. El aroma de la marihuana era inconfundible. Trato de juntar las piezas en su mente, tratando de descifrar si esto pod?a ser relevante de alguna forma. Chloe se exalt? cuando son? su tel?fono. Moulton, sali? a la terraza trasera para unirse a ella, vio su expresi?n de sorpresa moment?nea y sonri?. Ella puso los ojos en blanco y contest? la llamada sin reconocer el n?mero. –Aqu? habla la agente Fine –contest?. –Aqu? habla Claire Lovingston. Pens? que querr?an saber que acabo de recibir una llamada de una de mis amigas, Tabby North. Ella era una de las amigas ?ntimas de las cuales Jerry les habl?. Me pregunt? si alguien m?s de la polic?a hab?a venido a hablar conmigo. Le dijo que el FBI acababa de visitarme y a ella le gustar?a hablar con ustedes. –?Tiene informaci?n para darnos? –Honestamente… no lo s?. Probablemente, no. Pero esta es una comunidad bastante peque?a. Creo que s?lo quieren llegar al fondo del asunto. Estoy segura de que le ser? de gran ayuda. –Genial. Env?eme su n?mero despu?s de esta llamada. Chloe termin? la llamada y le inform? a Moulton. –Era Claire. Dijo que una de las otras amigas de Lauren la llam? para ver su algo m?s hab?a sucedido. Le gustar?a hablar con nosotros. –Bien. No te mentir?… he tenido suficiente de este lugar. Ese dormitorio me est? dando escalofr?os. Era una buena manera de explicarlo. Chloe todav?a pod?a ver las im?genes en su mente, as? que ver la escena sin el cuerpo era como mirar un viejo lugar abandonado que no deb?a ser visto. Aun as?, volvieron al dormitorio y se tomaron el tiempo para revisar el lugar, miraron en el ba?o, en el vestidor, incluso debajo de la cama. Despu?s de no encontrar nada de inter?s, dejaron la casa y momentos despu?s, el barrio de Farmington Acres. Chloe pens? nuevamente que era incre?blemente pintoresco, el vecindario perfecto para criar una familia y crear un futuro. CAP?TULO SIETE Tabby North era una pelirroja que ten?a el tipo de cuerpo que Chloe supon?a que ir?a al gimnasio al menos cuatro d?as a la semana; tambi?n era un cuerpo al cual no le vendr?an mal algunas comidas de m?s, en la humilde opini?n de Chloe. Era hermosa de una manera muy obvia, pero parec?a que si ven?a un viento muy fuerte, se volar?a. Chloe y Moulton se encontraron con Tabby en su casa y descubrieron que hab?a invitado a otra amiga cercana, una mujer que parec?a ir al mismo gimnasio que Tabby. Esta otra mujer era Kaitlin St. John, y estaba llorando cuando llegaron Chloe y Moulton. Se reunieron en la terraza trasera de Tabby, d?nde ella les ofreci? una jarra de limonada de lavanda. Chloe no pod?a evitar los pensamientos que se agolpaban en su cabeza, todo parec?a muy pretencioso, estas mujeres que se acercan r?pidamente a los cuarenta, con sus diminutas cinturas y sus modernas bebidas saludables. Estos pensamientos ciertamente no son la raz?n por la que Johnson declar? que pensaba que ten?as un don para estos casos ocurridos en peque?os vecindarios, pens? para s? misma. Para ser educada, bebi? la limonada. Y a pesar de sus pensamientos negativos, era realmente deliciosa. –Supongo que ya han hablado con la polic?a –pregunt? Chloe. –S? –dijo Tabby–- Y aunque entiendo que est?n haciendo lo mejor que pueden, era claro que no tienen ni idea de lo que estaban haciendo. Êîíåö îçíàêîìèòåëüíîãî ôðàãìåíòà. Òåêñò ïðåäîñòàâëåí ÎÎÎ «ËèòÐåñ». Ïðî÷èòàéòå ýòó êíèãó öåëèêîì, êóïèâ ïîëíóþ ëåãàëüíóþ âåðñèþ (https://www.litres.ru/pages/biblio_book/?art=51922546&lfrom=688855901) íà ËèòÐåñ. Áåçîïàñíî îïëàòèòü êíèãó ìîæíî áàíêîâñêîé êàðòîé Visa, MasterCard, Maestro, ñî ñ÷åòà ìîáèëüíîãî òåëåôîíà, ñ ïëàòåæíîãî òåðìèíàëà, â ñàëîíå ÌÒÑ èëè Ñâÿçíîé, ÷åðåç PayPal, WebMoney, ßíäåêñ.Äåíüãè, QIWI Êîøåëåê, áîíóñíûìè êàðòàìè èëè äðóãèì óäîáíûì Âàì ñïîñîáîì.
Íàø ëèòåðàòóðíûé æóðíàë Ëó÷øåå ìåñòî äëÿ ðàçìåùåíèÿ ñâîèõ ïðîèçâåäåíèé ìîëîäûìè àâòîðàìè, ïîýòàìè; äëÿ ðåàëèçàöèè ñâîèõ òâîð÷åñêèõ èäåé è äëÿ òîãî, ÷òîáû âàøè ïðîèçâåäåíèÿ ñòàëè ïîïóëÿðíûìè è ÷èòàåìûìè. Åñëè âû, íåèçâåñòíûé ñîâðåìåííûé ïîýò èëè çàèíòåðåñîâàííûé ÷èòàòåëü - Âàñ æä¸ò íàø ëèòåðàòóðíûé æóðíàë.