Дышу огнём, питаюсь пеплом. Что сгорело, это – мне. Я тебя спасла пеклом, Жгла молитвы в темноте. Запах жаркого сандала, Искры мчатся стаей стрел. Ты смотрел как я плясала. Я смотрела как ты тлел. Тени вьются в танце светлом, Метко в сердце, как копьё. Я давно питаюсь пеплом. Что сгорело – всё моё.

Un Conde En Problemas

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Un Conde En Problemas Dawn Brower Un conde se cruza con su primer amor y debe decidir si todav?a quiere un futuro con ella. Lucas Carter, el conde de Darcy est? harto, y no cree en el amor. Su padre quiere que se case y es lo ?ltimo que ?l desea. Se encuentra en una situaci?n de la que es incapaz de liberarse y decide esconderse de sus problemas. En sus viajes se cruza con la mujer que rompi? su coraz?n y lo arruin? por amor. El perd?n parece imposible, pero a medida que pasan m?s tiempo juntos, se pregunta si tal vez su destino sea inevitable, porque ella podr?a ser la respuesta a todos sus problemas. Un conde en problemas ?ndice Agradecimientos (#ucf7bb3cc-ab6c-5294-abb5-00775092b308) CAP?TULO UNO (#u2e14ad08-fa9c-538f-9605-b11396d5c256) CAP?TULO DOS (#uab5e450a-1688-5425-bd26-dea8a1c1f0da) CAP?TULO TRES (#u238dcfc4-d8ad-5197-9eb8-b648f4c9aaae) CAP?TULO CUATRO (#u5185a06b-1832-5ea3-84c8-1ac68cdc54a4) CAP?TULO CINCO (#litres_trial_promo) CAP?TULO SEIS (#litres_trial_promo) CAP?TULO SIETE (#litres_trial_promo) CAP?TULO NUEVE (#litres_trial_promo) CAP?TULO DIEZ (#litres_trial_promo) CAP?TULO ONCE (#litres_trial_promo) Ep?logo (#litres_trial_promo) ACERCA DE LA AUTORA (#litres_trial_promo) TAMBI?N DE DAWN BROWER (#litres_trial_promo) EXTRACTO: El Conde De Harrington (#litres_trial_promo) PR?LOGO (#litres_trial_promo) CAP?TULO UNO (#litres_trial_promo) Esta es una obra de ficci?n. Los nombres, personajes, lugares e incidentes, son producto de la imaginaci?n de la autora o se utilizan de manera ficticia y no deben interpretarse como verdaderos. Cualquier semejanza con sitios, organizaciones o personas vivas o fallecidas, es mera coincidencia. Earl In Trouble Copyright © 2019 Dawn Brower Edici?n y arte de portada por Victoria Miller (https://victoriamillerartist.com/) Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser utilizada o reproducida electr?nicamente o de forma impresa sin permiso escrito, excepto en el caso de citas breves incorporadas en las revisiones. publicado por Tektime Para todos los que sufrieron con “Un beso perverso” y quisieron estrangularme por ese final. Espero que este libro lo compense al culminar con la historia de Lucas y Lia. Tuvieron un largo viaje, pero finalmente han encontrado un camino hacia un ‘felices para siempre’. Agradecimientos Gracias a mi extraordinaria editora y artista de la portada: Victoria Miller. Me has ayudado durante todo este tiempo y he aprendido mucho de ti. Sin ti, temo cu?ntos errores habr?a cometido en mi escritura. Tambi?n un gran agradecimiento a Elizabeth Evans, quien me ayuda con tantas cosas. Gracias por seguir conmigo en tantos proyectos literarios. Eres una joya que nunca esper? encontrar. “Rara vez, muy rara vez, toda la verdad le pertenece a cualquier revelaci?n humana; muy rara vez puede suceder que algo no est? un poco disfrazado, o un poco equivocado”. --EMMA, JANE AUSTEN CAP?TULO UNO Septiembre 1823 Lucas Carter, el conde de Darcy, descansaba en una silla en la sala de juegos de la mansi?n Weston. El actual duque de Weston, James Kendall, estaba alineando un tiro en la mesa de billar mientras su buen amigo, Dominic Rossington, el marqu?s de Seabrook, le daba consejos. "Vas a fallar si lo mantienes en ese ?ngulo", aconsej? Seabrook. "Yo lo mover?a un poco a la izquierda". El duque se puso de pie en toda su estatura y mir? al marqu?s con una mirada estrecha. "No necesito que tus malditas estupideces rompan mi concentraci?n. Guarda tus opiniones para ti mismo”. Un mech?n de su cabello oscuro cay? sobre sus ojos azul celeste. Levant? la mano y lo apart?, luego volvi? su atenci?n al juego. Lucas suspir? y sostuvo su copa de brandy contra su ojo. El conde de Shelby, Gregory Cain, antes le hab?a dado varios golpes en la cara por una pelea por la hermana de Shelby, lady Samantha Cain. Era una mujer encantadora, y Lucas hab?a pensado que podr?a ser una condesa maravillosa para ?l. ?ltimamente su padre estaba siendo un imb?cil y segu?a insistiendo en que sentara cabeza. Hab?a tratado de explicarle que el matrimonio no combinaba bien con ?l. Hubo un tiempo en que... Una imagen de la mujer de la que se enamor? instant?neamente hacia casi una d?cada flot? en su mente: Lia... Ten?a el cabello casta?o claro, resaltado por mechones dorados y rojos. Sus ojos eran de un verde brillante, como una esmeralda que brilla a la luz del sol. Nunca hab?a conocido a alguien tan fascinante como ella. Solo ten?an horas juntos, pero hab?a sido suficiente para que ?l quisiera pasar el resto de sus d?as con ella. Ella hab?a sido encantadora y dulce. Al menos as? era como parec?a. No mucho despu?s de que se conocieron, ella hab?a huido, y ?l no la hab?a visto desde entonces. Los pensamientos de ella se apoderaron de ?l cuando menos lo esperaba. Si se hubiera quedado... Se sacudi? eso de la cabeza. No hab?a vuelta atr?s a esa fat?dica noche de invierno, y ten?a que aceptar que ella nunca ser?a suya. No ten?a idea de d?nde hab?a ido y hac?a mucho tiempo que hab?a dejado de preocuparse. Hab?a hecho su debida diligencia y la hab?a buscado, durante un par de a?os, y luego tuvo que enfrentar los hechos. Lia no deseaba ser encontrada, y ciertamente no lo quer?a a ?l. No ayud? que solo tuviera su primer nombre y una descripci?n para buscarla. Por lo que ?l sab?a, ella estaba usando un nombre completamente diferente. Lia hab?a dejado en claro que se estaba escondiendo de un matrimonio arreglado. ?l tampoco la culpaba. Si ?l no eleg?a una novia pronto, su padre elegir?a una para ?l. Lucas quer?a que al menos le gustara a la mujer con la que ten?a que pasar su vida, de ah? su dilema actual y su rostro magullado. Se hab?a refugiado con el marqu?s y el duque porque Shelby se hab?a ido con Asthey y Harrington para hacer lo que ?nicamente Dios sabr?a. Honestamente, no le importaba mientras todos se mantuvieran alejados de ?l. Weston dio el golpe y fall?... Su bola blanca no se hab?a conectado con la bola objeto y luego aterriz? en el bolsillo de la esquina. "Trat? de decirte...". Seabrook levant? las manos y retrocedi?. “Muy bien, hazlo a tu manera. No me importa ganar si no quieres escuchar buenos consejos ". "Vete al carajo", exclam? Weston. “Quiz?s a Darcy le gustar?a una ronda contigo. Ya no estoy de humor para jugar ". Eso era lo ?ltimo que Lucas quer?a. Si dependiera de ?l, se quedar?a solo para disfrutar en paz de todo el decantador de brandy. "Yo paso", dijo. Su voz todav?a era un poco ronca despu?s del intento de Shelby de estrangularlo con sus propias manos. El maldito bastardo estaba de mal humor y con una racha de sobreprotecci?n interminable. "Aunque volver? a llenar mi copa de brandy". ?l movi? su copa hacia Weston. "?Te importar?a servir a un amigo?". El duque refunfu?? algo en voz baja, acerca de no ser un sirviente, pero volvi? a llenar la copa de Lucas. "Gracias", dijo asintiendo con la cabeza al duque. "Muy agradecido." Lucas sorbi? el l?quido ?mbar e intent? olvidar todo lo que le preocupaba, pero todo le retumbaba dentro de su cabeza. Lady Samantha habr?a resuelto todos sus problemas. Maldito sea su podrido hermano... De todos modos, ?qu? le hab?a hecho a Shelby? Pens? que se llevaban bastante bien. Aparentemente, el juicio de Lucas hacia el car?cter de una persona, hab?a ido cuesta abajo en la ?ltima d?cada. Desde que hab?a conocido a Lia... ?Por qu? segu?a persigui?ndolo? "Darcy", Seabrook casi grit? su nombre. "?Qu-qu??" Parpade? varias veces. Hab?a estado tan perdido en sus recuerdos de Lia que olvid? d?nde se encontraba. Lucas se aclar? la garganta. "Mis disculpas. ?Requieres mi atenci?n?”. Seabrook sacudi? la cabeza como disgustado con Lucas por alguna extra?a raz?n. ?Qu? hab?a hecho ahora? Parec?a que todo lo que hac?a ?ltimamente no le tra?a nada m?s que problemas. A veces parec?a que estaba completamente solo en el mundo. Sol?a hacer casi todo con su amigo m?s cercano, el marqu?s de Dashville. Tristemente, Dash se hab?a ido y casado con la hermana de Lucas y hab?a sentado cabeza. En estos d?as, Dash estaba feliz de ser esposo y padre. La mayor?a de las veces, Lucas estaba celoso de lo que Dash y Helena ten?an juntos. Su felicidad conyugal tambi?n pod?a ser nauseabunda. Sospechaba que era porque hab?a perdido su oportunidad de ser feliz, mucho antes de que Dash hubiera encontrado la suya. Pero nada de eso importaba en ese momento. Lo que lo hac?a era el resplandor que Seabrook le hab?a clavado. Lucas suspir?. "?No supongo que vayas a responderme pronto?". Seabrook sacudi? la cabeza. "?Qu? tan duro te golpe? Shelby en la cabeza?". "Mucho m?s duro de lo que me hubiera gustado, te lo aseguro. Sus pu?os son como ladrillos”. Se llev? la mano a la cara y se toc? el punto debajo del ojo. "Ya est? negro y azul, ?cierto?". "No te preocupes", dijo Weston amigablemente. "Tu cara bonita volver? antes de que te des cuenta". Hizo un gesto hacia Seabrook. “Sugiero que vayamos a dar un paseo. Ya que el billar no es de tu agrado. ?Quieres unirte a nosotros?”. Lucas contempl? su brandy y luego vaci? el contenido de un solo trago. Preferir?a beber hasta el olvido, pero ?qu? demonios? Tal vez un paseo r?pido le levantar?a el ?nimo y le dar?a una soluci?n a su dilema actual: necesitaba una novia dispuesta, y no le doler?a si tambi?n era bonita y ten?a una personalidad tolerable. No ped?a mucho ... "Me encantar?". Se puso de pie y dej? su copa de brandy vac?a en una mesa cercana. Un sirviente la encontrar?a en alg?n momento y se har?a cargo. "Mu?streme el camino, su Excelencia". ?l asinti? con la cabeza a Weston. "Tal vez Seabrook pueda perdonar mi mal humor despu?s de que ponga a prueba su montura". Weston rio entre dientes. “Ignora a Dom. Est? de mal humor por una raz?n completamente diferente que tiene que ver con mi hermana, su amada esposa". "Cierra la boca", orden? Seabrook. "Prefiero no hablar de Rosanna, si no te importa. No te preocupes, estaremos bien. Ella me ama”. Con esa ?ltima declaraci?n, el marqu?s le gui?? un ojo a Weston. "Al igual que tu esposa que a menudo te perdona los errores que cometes". Ah? estaban otra vez los celos. Estaba rodeado de gente felizmente casada, y estaba harto de eso. ?Qu? hab?a pasado con el matrimonio tradicional de tanta gente, donde los c?nyuges apenas se toleraban? "Pens? que ?bamos a montar?" “As? es”, acord? Seabrook. “Es bueno ver que finalmente est?s con nosotros. Hace un rato, no te ve?as demasiado saludable. Lo que sea que te est? preocupando, debe ser bastante serio”. "Prefiero no discutirlo". Lucas suspir?. "Cosas de familia". Era toda la explicaci?n que le dar?a a cualquiera de los dos. Realmente odiaba a su padre y a sus demandas autocr?ticas. Desde que Helena se hab?a casado, el bastardo hab?a puesto toda su atenci?n y dedicaci?n en Lucas. Hab?a podido eludir sus demandas matrimoniales durante los ?ltimos ocho a?os, pero ahora ya no pod?a seguir frenando al viejo duque. El maldito hombre pensaba que si Lucas no se casaba y engendraba un hijo, entonces el t?tulo de Montford morir?a con ?l. En lo que respectaba a Lucas, no le importaba si suced?a o no. No le gustaba la idea de tener el t?tulo ducal, incluso si eso significaba que su padre ya no estuviera presente para aterrorizarlo. "Est? bien". Seabrook asinti? con la cabeza. "Si cambias de opini?n, estaremos cerca". Hizo un gesto hacia Weston. "Es el due?o del lugar". Lucas rio. "He escuchado ese rumor". "Muy gracioso", dijo Weston sarc?sticamente. “En estos d?as, todos quieren intentar ser el buf?n de la corte. Anda, vayamos al establo". Lucas sonre?a por primera vez en d?as. Estaba contento de haber tomado la decisi?n de quedarse en Dover. La mansi?n Weston siempre hab?a sido como un segundo hogar para ?l, y hab?a sido buen amigo de los gemelos Kendall. Edward hab?a nacido primero, pero muri? poco despu?s de que Lucas conociera a Lia, dejando a James con las responsabilidades ducales. Sacudi? la cabeza. En esa ?nica cosa, no envidiaba a Weston. Si perd?a a su hermano, no estaba seguro de manejarlo bien. Por supuesto, el hombre tendr?a m?s de una d?cada para acostumbrarse a la p?rdida. Tomaba tiempo curar incluso la peor de las heridas... De cualquier manera, no importaba. Su hermana viv?a feliz con su esposo y sus dos hijos, y esperaba su tercer hijo. Era Lucas quien ten?a que definir su vida y encontrar la respuesta a todos sus problemas. L?stima que la respuesta no caer?a frente a ?l para facilitarle las cosas. Natalia Benson mir? a la mujer que hab?a sido contratada como chaperona. Lady Anne Northcott era el peor tipo de persona. Ego?sta, eg?latra y tan narcisista que incluso hablaba para ella misma. No hab?a un espejo alrededor de la dama que no le gustara. Si Natalia no necesitara los fondos, habr?a rechazado la oferta. Hab?a estado por su cuenta durante varios a?os. "?Crees que le agradar??", lady Anne hizo girar uno de sus mechones dorados con su dedo ?ndice. "Espero que s?. Necesito casarme y r?pido". Natalia puso los ojos en blanco. ?Por qu? aguantaba a la tonta chillona? "No podr?a decirlo". Y realmente no pod?a. Hab?a dejado de escuchar los balbuceos sin sentido de lady Anne momentos despu?s de conocerla. Quienquiera que fuera el pobre diablo a quien le hubiera puesto la mira, Natalia sent?a pena por ?l. Nadie merec?a casarse con lady Anne. "No eres absolutamente de ninguna ayuda". Si hubiera sido posible, lady Anne habr?a golpeado su pie. Demonios, tal vez lo hab?a hecho, pero Natalia no pod?a decirlo. Llevaban d?as en el carruaje. Esa no era la verdad exacta. Lady Anne no pod?a soportar estar en un carruaje por m?s de unas cuantas horas a la vez. Entonces se detuvieron. De repente. Con tanta frecuencia, un viaje que no deber?a haber durado m?s de un d?a, se hab?a convertido en una semana. No deb?a necesitar casarse tan r?pido como dec?a... Natalia envi? una oraci?n para tener paciencia y se record? a s? misma por qu? toleraba a la ins?pida dama. Su prima Calista hab?a desaparecido. No estaba segura de d?nde hab?a ocurrido y no pod?an encontrar rastros de ella. Era casi como si ya no estuviera viva, y tal vez ese era el caso. Ella hab?a estado haciendo algunos esfuerzos bastante arriesgados en pro de la corona durante la guerra, e incluso varios a?os despu?s. Su primo hab?a sido un esp?a con un objetivo verdadero: descubrir qui?n hab?a asesinado a su amado Edward. En ?ltimos meses, Natalia hab?a estado en Francia tratando de descubrir lo que le hab?a sucedido a Calista. Nadie lo sab?a realmente, pero todos hab?an llegado a un consenso. Tanto el marqu?s, o la marquesa de Seabrook podr?an responder a su pregunta, o tal vez incluso ambos podr?an hacerlo. Era ir?nico en cierto modo, que ella hubiera tenido que acudir a ellos en busca de ayuda. Lady Seabrook era la hermana de Edward. Natalia no hab?a querido molestar a la familia Kendall por nada. Ya era bastante malo que hubieran perdido a alguien amado. No ten?an que preocuparse por la p?rdida del ?nico miembro de la familia que a Natalia le importaba. Aunque hab?a otra persona que Natalia amaba, pero ella se hab?a mantenido alejada de ?l. Hab?a sido por su propio bien. Ella lo hab?a amado desde el primer momento en que lo conoci?. La noche en que la hab?a salvado de un accidente en su carruaje, durante una de las peores tormentas de nieve que hab?a experimentado. Era guapo, encantador y ten?a un buen coraz?n. ?l no merec?a los problemas que ella podr?a traerle. ?l podr?a ya estar comprometido por ahora. Hab?a pasado un tiempo desde que ella hab?a averiguado sobre ?l. No hab?a podido pagar por un investigador para obtener un informe m?s reciente. Sin embargo, eso no importaba. Era mejor para ?l olvidar que alguna vez se hab?a cruzado en su camino. "?Siquiera me est?s escuchando?". Bueno, no, no lo hac?a. ?Cu?ndo se dar?a cuenta lady Anne de que nadie le prestaba atenci?n? ?Por qu? deber?an hacerlo? Se hab?a enamorado de ella misma lo suficiente como por cientos de personas. Natalia suspir?. "Lamento haberme perdido en mis pensamientos. ?Qu? necesitas?”. Con suerte, era solo otra respuesta absurda que satisfar?a sus propias necesidades importantes. "Ya casi llegamos a la mansi?n Weston". Lady Anne se sent? en su lugar, acical?ndose como un p?jaro tratando de atraer a una pareja. Ella aplaudi? con entusiasmo. "No puedo esperar para verlo de nuevo. Lo s?, ha estado haciendo todo lo posible para evitar el matrimonio, pero no puede evadir la trampa del cura para siempre. La palabra en torno a la f?brica de chismes es que su padre exige que elija una novia. Me imagino, ?por qu? no yo? Despu?s de todo, ser?a una duquesa perfecta". "Claro que s?", acord? sin comprometerse. Lady Anne era la ?ltima persona que deber?a ser duquesa. Le dar?a un motivo para actuar a?n m?s ego?sta de lo que ya lo hac?a. El Se?or protegiera a los miles, si ese d?a llegaba... despu?s de todo, lady Anne ya no necesitar?a m?s la atenci?n de Natalia. Tambi?n era algo bueno, porque ya no ten?a m?s que decir. Mir? por la ventana del carruaje y jurar?a que su coraz?n salt? de su pecho. No pod?a ser... Tres hombres galopaban con sus caballos por un campo cercano, y uno de ellos le pareci? extra?amente familiar. ?Lucas?...No ... Siempre hab?a sido un riesgo venir a la mansi?n Weston. Hab?a sido amigo de Edward, pero a?n as?, esperaba que se quedara en Londres. Lejos, para que no corriera el riesgo de la tentaci?n. No hab?a ayuda para eso ahora. Tendr?a que hacer todo lo posible para mantenerse fuera de su vista y tal vez esconderse entre el personal. Ser una compa??a pagada har?a esa parte un poco m?s f?cil. Tal vez se ir?a pronto. Se supon?a que el resto de los asistentes ya hab?an partido. Carajo. ?Por qu? estaba all?? Lady Anne parloteaba mientras el mundo de Natalia se desmoronaba. Cuando el carruaje se detuvo, ella sali? como son?mbula. Siguiendo ciegamente las instrucciones de lady Anne hasta que estuvo libre para esconderse. Se le estaba acabando la suerte. En alg?n momento, terminar?a top?ndose con Lucas, y no habr?a una explicaci?n lo suficientemente buena como para salvarla de decepcionarlo. Encontrarlo de nuevo era uno de sus mayores temores, y aunque esperaba que ?l encontrara la felicidad, tambi?n tem?a que alg?n d?a estuviera en contacto con cualquier otra mujer, aparte de ella, que se la diera. Natalia rezaba por equivocarse, y que Lucas no hubiera sido uno de los hombres que cabalgaban por el campo, pero en realidad no lo cre?a. Hab?a perseguido sus sue?os durante a?os, y ella nunca olvidar?a su hermoso rostro. ?l estaba all?, y pronto habr?a un ajuste de cuentas. Uno que Natalia hab?a estado evitando y que le causar?a el peor problema. Porque ?l exigir?a respuestas, y ella no pod?a darle ninguna que ?l aceptara. El destino la hab?a alcanzado, y ella no estaba lista para enfrentarlo... CAP?TULO DOS Natalia sigui? a Lady Anne mientras las conduc?an hacia la habitaci?n que les hab?an asignado en la mansi?n Weston. Por suerte, algunos invitados se hab?an marchado temprano o podr?an no haber encontrado ning?n alojamiento para ellas. Bueno, no habr?an sido rechazadas; sin embargo, pod?an haber sido forzadas a compartir una habitaci?n. No era inaudito, pero Lady Anne habr?a sido a?n m?s dif?cil. No le iba bien compartiendo nada, y Natalia habr?a sido miserable. "Gracias a Dios que la horrible lady Samantha Cain se fue con su amiga igualmente terrible lady Marian Lindsay". Lady Anne se sent? al tocador de la habitaci?n y se coloc? frente al espejo. Se pellizc? las mejillas y apret? los labios. Natalia no entend?a bien el punto de todo eso, pero al menos no la estaba molestando en ese momento. Ya ten?a suficientes problemas para reflexionar, y no necesitaba que Lady Anne le a?adiera m?s. "Mi plan deber? funcionar, y con ellos habiendo partido, podr? atrapar al p?caro sin dificultad". "Estoy segura de que apreciar? la atenci?n que le prestes". Natalia apenas contuvo el impulso de poner los ojos en blanco. "Suena... maravilloso". A decir verdad, ella no sab?a nada sobre el hombre que Lady Anne ten?a la intenci?n de atrapar. Sin embargo, sent?a pena por el pobre infeliz. Ser?a horrible tener que pasar el resto de sus d?as con lady Anne como esposa. "Ay, lo es. Es guapo, encantador y est? bien relacionado”. Los labios de lady Anne se curvaron en una sonrisa astuta. "Y, un d?a, ?l heredar? el ducado y yo ser? una duquesa". Ella inclin? la cabeza hacia un lado. "Me pregunto cu?nto tiempo pasar? antes de que su padre muera...". Natalia dudar?a en ayudar al duque actual con su fallecimiento. "El Se?or est? al tanto de ese tipo de detalles". Ten?a que escapar de la compa??a de lady Anne y encontrar a lord Seabrook y a su esposa. Una vez que pudiera hablar con ellos y descubrir el paradero de Callista, podr?a escapar de la mansi?n Weston. Si pudiera ser tan afortunada, podr?a evitar a Lucas. Ella tem?a incluso la idea de cruzarse en su camino. ?l deb?a odiarla. Natalia quer?a desesperadamente correr hacia ?l y pedirle perd?n. Pero ella no estaba fuera de peligro, y se negaba a permitir que ?l asumiera sus problemas. Su padre todav?a la estaba buscando. Casi la hab?a encontrado varias veces desde que hab?a regresado de Inglaterra. Natalia ten?a que desaparecer de una vez por todas. Eso significaba que hab?a un lugar al que ella pod?a ir donde era poco probable que la encontrara: Am?rica. “Quiz? deber?as decir algunas palabras y ver si puedes llegar al o?do de Dios. ?l podr?a responderte cuando menos lo esperes". No es que hubiera escuchado nada de lo que Natalia hubiera dicho a lo largo de los a?os, y esperaba en verdad que cualquier ser superior ignorara los deseos codiciosos de lady Anne. "No creo en Dios", anunci? lady Anne. "Pero, si existe, estoy segura de que querr? que tenga todo lo que deseo. Me lo merezco”. ?Qu? hab?a hecho ella para merecer a gente horrible que siempre controlaba todo aspecto de su vida? Hab?a tenido unos a?os maravillosos donde no se le hab?a pedido que sirviera a ninguna persona horrible, pero luego su empleador falleci? y la hab?a dejado sola en el mundo una vez m?s. Natalia necesitaba a Callista m?s que nunca. Su prima hab?a arreglado para que ella sirviera como la compa?era de Constance De Rossi. Era una mujer inglesa que hab?a viajado por el continente. Mientras estuvo a su servicio, pudo ver mucho del mundo, que de otro modo no hubiera podido experimentar. Hab?a considerado a Italia especialmente encantadora. El signor De Rossi, el difunto esposo de Constance, era due?o de una extravagante villa cerca de N?poles. Natalia hab?a pasado mucho tiempo all? durante los ?ltimos d?as de la signora. Anhelaba el calor de la costa italiana y los d?as libres de ansiedad. Ahora ten?a que aplacar a personas como lady Anne. "Estoy segura de que tienes raz?n". Respir? hondo. “?Me requerir?s m?s? Me gustar?a ver mis propias habitaciones y acomodarme, si es posible". Ella no era una criada, por lo que tambi?n le hab?an asignado una habitaci?n. "No", dijo lady Anne y mene? su mano despectivamente. "Ve y haz lo que sea que hagas cuando no te necesito. Voy a descansar un rato. Me veo miserable y necesito un hermoso sue?o antes de ver m?s tarde a mi prometido". "Gracias", dijo Natalia e hizo una reverencia. Lady Anne esperaba ser tratada como si fuera de la realeza. No hab?a excepciones, y si Natalia no cumpl?a con sus demandas, hac?a una rabieta. "Te ver? m?s tarde". No necesitaba que se pusiera dif?cil o eso dificultar?a que pudiera escapar. Lady Anne ni siquiera se hab?a molestado en reconocer que Natalia hab?a dicho algo. Ella estaba bien con eso. Sali? de la habitaci?n antes de que lady Anne pensara en alguna tarea que quer?a que ella hiciera. Indudablemente, tendr?a mucho m?s que hacer por ella m?s tarde. Probablemente tambi?n querr?a que la ayudara a atrapar al caballero que hab?a decidido que tambi?n quer?a como esposo. A Natalia no le agradaba la idea de ayudar en ese deber, en particular. Hasta ahora, lady Anne no hab?a mencionado el nombre del pobre caballero, y Natalia lo consideraba extra?o. No pudo evitar preguntarse por qu? hab?a mantenido ese detalle en secreto. Hubo varias veces que consider? preguntarle directamente, pero rechaz? la idea tan pronto como el pensamiento le vino a la mente. Solo lady Anne quer?a que ella tuviera la informaci?n que ya le hab?a ofrecido, y a cambio, Natalia no quer?a animarla a que le hiciera preguntas sobre su propia vida. Sin embargo, todav?a le incomodaba un poco que ocultara el nombre del caballero. ?Qu? raz?n tendr?a lady Anne para reserv?rselo? ?Pensaba que Natalia la juzgar?a? No, no pod?a ser eso. Lady Anne no consideraba que su opini?n valiera la pena. Hab?a otro motivo para su silencio, pero Natalia no pod?a preocuparse por eso. Ten?a que encontrar al marqu?s y a la marquesa de Seabrook. Eran importantes en su b?squeda de Callista. Sin su ayuda, no sabr?a c?mo encontrar a su prima, y una vez que hablara con ellos, podr?a marcharse. As?, ya no tendr?a que preocuparse por lo que lady Anne tuviera planeado. Estar?a lejos de la ni?a vanidosa y no tendr?a que pensar en ella nunca m?s ... Lucas hizo un movimiento a su caballo para que siguiera a Seabrook y a Weston al galopar delante de ?l. Montar lo hab?a fortalecido, pero no le hab?a aportado ninguna perspectiva. Todav?a no ten?a idea de qu? quer?a hacer o qu? direcci?n deb?a tomar. Tal vez era hora de regresar a Londres y prepararse para encontrar una dama dispuesta a convertirse en su novia. Lady Samantha habr?a sido una buena elecci?n, pero ya no era una opci?n. Si Lucas quer?a alg?n tipo de paz de los constantes alborotos de su padre, tendr?a que casarse, cuanto antes mejor. Seabrook y Weston se detuvieron. Se encontraban paseando por el borde de los acantilados de la finca Weston. En especial, a Lucas nunca le hab?a gustado andar junto a ellos, y no ve?a el atractivo de sentarse a horcajadas sobre un caballo mientras recorr?an por el borde. "No, gracias", murmur? en voz baja. Preferir?a darse la vuelta y regresar a los establos. Lucas tir? de las riendas y fren? su caballo. Una vez que el caballo se detuvo por completo, esper? a Seabrook y Weston. En alg?n punto tuvieron que dar la vuelta para llegar a ?l. Pens? en desmontar, pero rechaz? la idea de inmediato. Ser?a mucho m?s f?cil quedarse como estaba o regresar. Quer?a volver a la mansi?n y relajarse con otra bebida o numerosas copas de brandy. Despu?s de varios minutos de quedarse parado en el lugar, finalmente Seabrook y Weston se aproximaron a ?l. ?l esper? a que se acercaran, y por fortuna, no les tom? mucho tiempo. "Olvid? que no te agradan demasiado las alturas", dijo Weston una vez que se acerc? a Lucas. "?Est?s listo para regresar?". "Lo estoy", respondi?. "Y no, nunca me han gustado los lugares altos". Seabrook se rio entre dientes. "Puede ser preocupante". Luego presion? su rodilla contra el costado de su montura. El caballo sali? al galope con un movimiento de las riendas. Weston sacudi? la cabeza. “Parece que quiere una carrera. Veamos si podemos vencerlo”. Pronto el duque corr?a tras el marqu?s. Lucas suspir?. Una carrera pod?a ser demasiado trabajo, pero al menos regresar?a pronto. Hizo un gesto para que el caballo los siguiera, y pronto el viento azot? a su alrededor. La brisa calmaba su mente devastada y logr?, al menos por un breve momento, sentir que todo era posible. Necesitaba ese momento de paz m?s de lo que se daba cuenta. Quiz? deber?a agradecer a Seabrook y Weston por haberlo alentado a montar. Doblaron la esquina, Lucas detr?s del duque y del marqu?s. A lo lejos, un carruaje rodaba por el camino hacia la mansi?n. No pensaba que se supon?a que alguien m?s llegara. Muchos de los invitados se hab?an marchado de la fiesta hac?a ya varios d?as. ?Qui?n podr?a estar visitando la mansi?n? El carruaje se detuvo frente a la casa. Lucas estaba interesado, pero ten?a que llevar su caballo de vuelta al establo. Gui? al caballo en esa direcci?n y no mir? hacia atr?s. Cuando regresara a la casa podr?a calmar su curiosidad. Cuando lleg? al establo tir? de las riendas. Al detenerse el caballo, desmont? y dej? que un mozo de cuadra lo llevara adentro. Weston y Seabrook hicieron lo mismo. Entregaron sus caballos y se pararon junto a Lucas. "Tenemos m?s invitados", dijo Weston. "No sab?a que se esperaba a nadie m?s". "?Est?s seguro de que tu esposa no invit? a nadie m?s?", pregunt? Seabrook. ?l asinti? con la cabeza hacia el carruaje. "Porque definitivamente hay alguien aqu?". Una mujer de cabello oscuro sali? primero del carruaje. Lucas no pudo distinguir sus rasgos. Estaba de espaldas a ?l la mayor parte del tiempo. Ella se movi? para que otra mujer pudiera salir. Esta ten?a el cabello rubio que, desde la distancia, parec?a casi blanco. “?Las reconoces?”, pregunt? Lucas. Weston sacudi? la cabeza. "No puedo decir que s?. Tal vez Alys las conozca, pero es dif?cil decirlo". "?Deber?amos saludarlas?", Pregunt? Seabrook. Una parte de Lucas quer?a hacer eso exactamente. Algo dentro de ?l se sent?a atra?do por ellas, y no pod?a explicar qu? era. La sensaci?n era extra?a y su columna vertebral casi hormigue?. No pod?a librarse de eso y lo intent? mientras un escalofr?o lo recorr?a. No importaba y no quer?a detenerse demasiado en pensar en eso. Las damas no eran de importancia para ?l. Aunque hab?a otra forma de considerar la nueva aparici?n. Dos mujeres nuevas se encontraban ahora en la mansi?n... Esto le daba un par de posibilidades m?s para elegir una novia. Eso significaba que podr?a quedarse un poco m?s en la mansi?n Weston. Tal vez alguna de ellas terminar?a siendo su esposa. Le daba un motivo para quedarse, y eso era todo lo que importaba. Si su padre preguntaba, podr?a, de buena fe, decir que estaba cortejando... "No estoy tan seguro de querer involucrarme en una conversaci?n. Si Alys las invit?, ella estar? all? para saludarlas”. El duque hizo un gesto hacia la parte trasera de la casa. "Entremos por el jard?n". Lucas no ten?a ning?n problema con eso. Podr?a encontrarse con las dos damas m?s tarde, durante la cena, o incluso antes, si ten?a suerte. Su vida estaba llena de agitaci?n y quer?a encontrar algo parecido a la paz. Volvi? a mirar a las dos damas y qued? congelado. La mujer de cabello oscuro parec?a muy familiar. La forma en que se mov?a y el color de su cabello ... ?l sacudi? la idea, porque no pod?a conocerla. Ella mantuvo la cabeza baja y no levant? la vista ni una vez. Eso indicaba a alguien que a menudo serv?a a otros. Era poco probable que fuera una verdadera ‘lady’ y m?s probablemente era la criada. No, eso tampoco pod?a ser correcto. Iba vestida mucho mejor que una criada. Llevaba un vestido de d?a amarillo brillante, probablemente hecho de la mejor tela. Quiz?s era t?mida, y por eso no hab?a levantado la vista. Weston y Seabrook ya se encontraban a mitad del camino hacia el jard?n, mientras que Lucas segu?a fijo en su lugar. La mujer de cabello oscuro finalmente levant? la vista y se qued? tiesa. Hab?a una muy buena raz?n por la que pensaba que ella parec?a familiar. Ninguna mujer com?n pod?a hacer que su coraz?n latiera con fuerza dentro de su pecho. Una mujer lo afectaba demasiado: Lia. Finalmente hab?a regresado a su vida, y ?l no ten?a idea de qu? deb?a hacer al respecto. Una mezcla de ira, ansiedad y aprensi?n lo llen? de esa repentina informaci?n. Finalmente tendr?a otra oportunidad con ella, si quer?a aprovecharla. Al menos tendr?a respuestas a todas las preguntas que hab?a llevado con ?l a lo largo de los a?os. Habr?a un ajuste de cuentas, y solo el tiempo dir?a qu? direcci?n tomar?a ... CAP?TULO TRES La mansi?n Weston era una enorme finca, acorde al rango de un duque. Hab?a sido construida cerca de los acantilados de Dover. Las olas golpeaban contra la orilla, llenando el aire con un roc?o salado. Natalia caminaba por los acantilados, contemplando el mar por debajo. Hac?a casi siete a?os que hab?a cruzado el canal hacia Francia. Se hab?a sentido desesperada por escapar de los planes que su padre ten?a para ella. No hab?a cruzado por Dover, pero era cerca de donde hab?a tomado un barco para lograr su traves?a. Hab?a sido una embarcaci?n de un contrabandista, y alguien en quien su prima Callista confiaba para que pudiera lograr su viaje. Todo lo que hab?a hecho desde ese momento, hab?a sido con la ayuda y orientaci?n de su prima. Sin ella, Natalia se sent?a un poco perdida e insegura de lo que deb?a hacer. Ten?a que encontrarla. ?Y si nunca lo hac?a? El temor la invadi? y su coraz?n parec?a latir a?n m?s fuerte dentro de su pecho. No abandonar?a la mansi?n Weston sin obtener respuestas. Alguien en esta finca deb?a saber lo que hab?a ocurrido a su prima. Mir? hacia el cielo. El sol empezaba a ponerse y tendr?a que regresar pronto. Hab?a dejado la mansi?n en un intento de evitar a lady Anne, pero no pod?a seguir prolong?ndolo. La mujer la necesitar?a para que la atendiera y tal vez ayudarla a vestirse. Ese se supon?a que no ten?a que ser uno de sus deberes; sin embargo, lady Anne no hab?a querido traer a su doncella. Cre?a que una criada obstaculizar?a sus planes de atrapar un marido. Natalia no entend?a por qu? pensaba que necesitaba atrapar uno y lo m?s r?pido posible. Tal vez la dama no era tan pura como se hac?a ver y necesitaba un marido para encubrir sus il?citas transgresiones. Honestamente, a Natalia no le importaba. Le desagradaba lady Anne y no pod?a esperar para liberarse de ella. Despu?s de encontrar respuestas sobre Callista, se ir?a y nunca volver?a la vista atr?s. Cuanto antes mejor, ahora que sab?a que Lucas se encontraba en la mansi?n. Si ?l se daba cuenta de que ella estaba en la finca, no sabr?a lo que pudiera hacer. Natalia suspir? y se dirigi? hacia la mansi?n. El camino no era demasiado largo y disfrut? del aire fresco. Le ayud? pensar y le dio la fuerza para continuar. Si era lo suficientemente astuta, podr?a evitar a Lucas y seguir actuando como compa?era de lady Anne. Natalia no ser?a requerida para asistir a la cena. Le enviar?an algo a su habitaci?n o tal vez incluso comer?a en la cocina. Lady Anne no la echar?a de menos. Ella ni siquiera quer?a que estuviera cerca, excepto cuando ten?a que actuar ocasionalmente como su esclava. Sin Natalia, la mujer har?a lo que quisiera y no tendr?a que dar cuentas a nadie. No es que Natalia la frenara, pero no tendr?a que actuar de cierta manera o hacer lo que se esperaba si su compa?era remunerada no estuviera a la vista. Lady Anne ten?a toda la intenci?n de seducir a su deseado caballero y la presencia de Natalia lo obstaculizar?a. Lleg? a la mansi?n y entr? discretamente por fuera de la biblioteca. Nadie parec?a estar dentro del sal?n, y respir? con alivio ante esa situaci?n. En general, no era a las personas a las que estaba evitando. Tan solo a un hombre en particular, y ten?a que tener cuidado de permanecer fuera de su l?nea de visi?n. No quer?a renovar su trato con ?l. Bueno, eso no era del todo cierto. Una parte de ella siempre hab?a querido estar con ?l. Hab?a demasiados sentimientos dif?ciles que los separaban. La idea de cualquier confrontaci?n la llenaba de aprensi?n. Natalia odiaba el conflicto y no quer?a estar en una situaci?n que provocara alguno. Ya ten?a suficientes cosas malas en su vida que no necesitaba a?adir nada m?s. Hasta ahora, hab?a logrado evitar a su padre y a los hombres que hab?a enviado a encontrarla. Quer?a mantener esa racha el mayor tiempo posible. Todo lo que necesitaba eran unos momentos a solas con el marqu?s y la marquesa de Seabrook y despu?s se ir?a en un barco, lejos de Inglaterra. Francia no estaba lo suficientemente lejos como para escapar del alcance de su padre. Esta vez, tendr?a que viajar hacia Am?rica y nunca mirar atr?s. Subi? por las escaleras de los criados hasta la parte trasera de la mansi?n. Si tomaba la escalera principal no ser?a m?s f?cil evitar a los invitados y m?s importante, a Lucas. Una vez en el segundo nivel, se mantendr?a cautelosa mientras se dirig?a hacia la habitaci?n de lady Anne. Toc? con suavidad a la puerta, pero no obtuvo respuesta. Natalia abri? y entr?. Lady Anne estaba sentada ante el tocador, arregl?ndose y aparentemente en un mundo creado por ella misma. Natalia se aproxim? y coloc? su mano sobre su hombro. Lady Anne se sobresalt? con el toque y presion? su mano contra su pecho. “Ay, Dios m?o, me sorprendiste. La pr?xima vez haz un poco m?s de ruido”. Hab?a tocado a la puerta...tal vez deb?a golpear un poco m?s fuerte la pr?xima vez. “Me esforzar? en hacerlo. ?Necesitas mi ayuda esta noche? No me estoy sintiendo bien y preferir?a no asistir a la cena”. Natalia rez? por que lady Anne no necesitara nada. Quer?a evitar a todos los que se encontraban en la mansi?n. Era muy probable que Lucas estuviera entre ellos. No estaba segura de c?mo se acercar?a al marqu?s y a la marquesa y hacerles la pregunta. Natalia hablar?a con los criados. Era m?s seguro que ellos conocieran los horarios de las personas que se encontraban all?. Despu?s de eso, tendr?a una mejor idea de d?nde y cu?ndo aproximarse a ellos. Aunque por ahora, tendr?a que jugar su papel de compa?era obediente. Lady Anne volte? y se encontr? con la mirada de Natalia. “Necesitar? que me ayudes con los ojales de mi vestido”. Se encontraba sentada ante el tocador con su ropa interior y su cors? a?n atado. Al menos Natalia no tendr?a que ayudarla con eso. Aunque necesitar?a ayudarla m?s tarde para quit?rselo... “Y necesito que entregues una carta”. Natalia contuvo el impulso de quejarse. No quer?a interpretar el papel de recadera. Lo que sea que la carta contuviera, y a quien tuviera que entregarla, no la llevar?a a nada bueno. Ciertamente no quer?a pensar d?nde tendr?a que entregarla. ?Por qu? tuvo que aceptar el empleo con lady Anne? Ten?a que ser un engendro del demonio. “?Oh?”, levant? una ceja, “mh... ?qu? carta?”. Natalia hizo todo lo posible para actuar como tonta. Ten?a el presentimiento de saber exactamente a qui?n se dirig?a la carta. Bueno, no exactamente. El esquivo caballero al que lady Anne hab?a dirigido su trampa matrimonial segu?a siendo un secreto, pero ten?a que ser la persona a la que quer?a Natalia que se la entregara. "Esta". Lady Anne levant? una carta sellada y la movi? frente a Natalia. Su perfume deb?a haber sido rociado en el papel porque el olor la penetr?, y casi se atraganta con el olor. Natalia levant? la mano para cubrirse la boca y la nariz para bloquearla y recuperar la capacidad de respirar. Trag? aire en respiraciones r?pidas y superficiales, y luego lentamente retir? la mano y rez? para que el olor ofensivo se disipara un poco. No era tan tonta como para creer que se hab?a ido por completo. "Ah...". Natalia se aclar? la garganta. "?A qui?n quieres que se la entregue?". "El qui?n no importa". Lady Anne agit? la mano. “Pregunt? en qu? habitaci?n se encuentra, y todo lo que necesitas hacer es entrar y ponerla sobre su cama. La encontrar? y vendr? a buscarme m?s tarde". Lady Anne ten?a una gran opini?n sobre ella misma. ?Por qu? un caballero respetable...? Natalia descart? ese pensamiento antes de completarlo. Ning?n hombre decente ir?a a la habitaci?n de una dama, invitado o no. Eso significar?a que este hombre en particular ser?a un completo p?caro. Si no ten?a que asistir junto con lady Anne a la cena, podr?a entregarla mientras estaban ocupados. Ese plan funcionar?a bien para ella ya que quer?a evitar ser vista. Lucas tambi?n estar?a cenando, y ella no tendr?a que verlo. Pod?a dejar la carta de lady Anne y luego ir a hablar con los criados. Despu?s de eso, podr?a retirarse a sus aposentos y hacer sus planes. "Muy bien", respondi? Natalia. "Primero veamos tu vestido, y luego puedes darme instrucciones para llegar a la habitaci?n de tu intenci?n". "Mi vestido est? por all?". Lady Anne hizo un gesto hacia la pantalla plegable en la esquina de la habitaci?n. "T?malo, y podremos comenzar". Natalia hizo lo que lady Anne le orden?. El vestido que hab?a apartado para la cena no era tan elaborado como un vestido de gala, pero segu?a siendo bastante bonito. Era de seda blanca con una capa de terciopelo color cereza y peque?as perlas cosidas alrededor del corpi?o y hacia la cintura. La suave textura era suntuosa, y Natalia casi sinti? la necesidad de acariciarla con admiraci?n. Ella misma no ten?a muchos vestidos finos y le encantar?a alg?n d?a, tener uno tan exquisito como el de lady Anne. Natalia tom? el vestido y se lo llev?. Lo mantuvo abierto para que lady Anne se lo pusiera, luego lo subi? hasta su cintura para poder deslizar sus brazos en las peque?as mangas de terciopelo. "?Crees que le gustar??", pregunt? lady Anne mientras pasaba los dedos por el corpi?o bajo. "Lo mand? hacer pensando en ?l". Natalia no conoc?a al caballero en cuesti?n, pero pod?a adivinar que el dise?o, al menos, ser?a atractivo para su parte lujuriosa. "Probablemente apreciar? la, mh... calidad. Es bastante hermoso ". No quer?a decir que tambi?n podr?a duplicar un atuendo que alguna cortesana de alto precio se pondr?a. De cualquier manera, el vestido era precioso, incluso si mostraba m?s de los atributos de lady Anne, que en lo personal, quer?a mirar. "?l apreciar? las cosas hermosas", ella estuvo de acuerdo. Una sonrisa t?mida llen? su rostro. Lady Anne probablemente estaba apostando a que el caballero tambi?n la encontrar?a atractiva ... Natalia termin? de abrochar los ganchos en la parte posterior del vestido. "Eso", dijo y dej? escapar un suspiro. "Todo listo. Ahora, ?d?nde quieres que entregue tu carta?”. No quer?a tomar la carta hasta que estuviera lista para partir. El perfume ya la hab?a asfixiado una vez, y tendr?a que contener la respiraci?n cuando saliera para que no volviera a hacerlo. Despu?s de enterarse d?nde entregarla, lo eliminar?a lo antes posible. Esperaba no tener que mantenerla en su poder demasiado tiempo. "Su habitaci?n est? en un ala diferente a la m?a". Se golpe? la barbilla pensativamente. "?Me pregunto si es la secci?n familiar de la casa? Parece ser que soy la ?nica que est? en este extremo. No he visto a nadie en el pasillo". Probablemente no hab?a salido mucho de su habitaci?n desde que hab?an llegado. A lady Anne le gustaba socializar cuando hab?a alguien cerca para fijarse en ella, no as? las peque?as multitudes. Quer?a tantos admiradores rode?ndola como fuera posible. La fiesta en la casa ya no le brindaba la atenci?n que deseaba para no asistir a otra cosa que a las reuniones grupales. La ?nica excepci?n a eso hab?a sido su cita planificada. Eso estaba destinado a ser m?s ?ntimo... "No me dignar?a a saber la respuesta a eso", respondi? Natalia secamente. Honestamente no le importaba. "Qu? ala, y d?nde est? su habitaci?n ubicada en ella". "Es el ala que da al jard?n", le dijo. "Su habitaci?n es la del medio con una puerta roja". Lady Anne se encogi? de hombros. "El sirviente me asegur? que era f?cil de localizar". Genial ... qu? maravilloso. Ten?a las peores indicaciones posibles, y lady Anne no cre?a que el nombre del caballero fuera importante. Tal vez ella solo deb?a preguntarle. Ten?a sus motivos para no averiguarlo, pero se estaba volviendo bastante rid?cula. Por otro lado, ?cu?ntos p?caros podr?an estar presentes de cualquier forma? Probablemente todos ser?an los peores tipos ... Bueno, ser?a bueno para lady Anne llamar la atenci?n de alguien equivocado. Encontrar?a un marido, pero podr?a no ser el que esperaba atrapar. "Ver? que llegue a quien es tu intenci?n". Natalia asinti? con la cabeza y luego se acerc? al tocador para tomar la carta. Contuvo el aliento, la agarr?, y luego sali? corriendo de la habitaci?n y fue a la suya. Su habitaci?n no era tan grande como la de lady Anne, pero no le importaba. Todav?a logr? encontrar un lugar para guardar la carta para que no ofendiera su nariz y pudiera respirar adecuadamente. M?s tarde la entregar?a, y luego al d?a siguiente, si todo sal?a bien, su misi?n estar?a completa. Sabr?a d?nde encontrar a Callista, y luego podr?a escapar a Am?rica. Para ella, nada parec?a mejor... CAP?TULO CUATRO La luz de las velas iluminaba el sal?n, dando la impresi?n de tranquilidad. Lucas se frot? sus manos contra las piernas del pantal?n. La mujer rubia hab?a entrado hac?a un tiempo, pero la mujer que quer?a ver, hablar, abrazar... esa mujer no se hab?a dignado a hacer acto de presencia. Pronto los llamar?an a cenar, y Lucas no ten?a apetito. ?Por qu? ten?a que molestarse en moverse? Hab?a esperado que Lia estuviera all? y el esfuerzo hubiera tenido sentido. Lo que realmente necesitaba era una bebida. Si ten?a que sufrir a trav?s de la socializaci?n, bien podr?a hacerlo ebrio. "Hola, mi se?or", dijo la mujer rubia. Hab?a estado tan perdido en sus pensamientos que no hab?a notado que se hab?a aproximado. Algo de ella le parec?a familiar, pero estaba teniendo problemas para ubicarla. "Hola...", Lucas levant? una ceja. Maldici?n, desed? poder recordar su nombre. Ten?a que haberla conocido en alg?n momento. "Mi lady…". "Anne", dijo ella. “Nos conocimos en el baile de Loxton hace unos a?os. Bueno, en realidad m?s que eso...”. Dese? que eso hubiera despertado su memoria, pero no recordaba nada. Sin embargo, eso no import?. Ser?a ben?fico si ella no se daba cuenta de que ?l no ten?a idea de qui?n era en realidad. Sin embargo, hab?a algo que pod?a hacer por ?l. Lady Anne hab?a llegado con Lia, por lo que deb?a tener informaci?n sobre ella. "El baile de Loxton suele ser una aglomeraci?n". "Tiene toda la raz?n. Es uno de los bailes m?s populares de la temporada. No asisti? este a?o”. Lady Anne sonri? descaradamente. Lucas contuvo un estremecimiento. "Sin embargo, estoy segura de que la funci?n a la que asisti? fue m?s favorable". Probablemente hab?a estado en el club port?ndose p?caramente. "No puedo decirlo de otra forma". Lucas ten?a que dirigir la conversaci?n hacia la direcci?n que quer?a tomar. “Lleg? temprano. Conf?o en que su viaje transcurri? sin incidentes”. "Por supuesto", respondi? ella. Lady Anne pr?cticamente gir? en su lugar. “Me gusta tomarme mi tiempo y viajar despacio. Hace que un viaje sea m?s llevadero". Lucas record? tener paciencia. Hab?a esperado que ella le brindara la informaci?n sobre su compa?era de viaje, sin molestarla. No parec?a probable que eso ocurriera seg?n su ?ltima declaraci?n. Ella hab?a contestado yo y no nosotros, lo que implicaba que viajaba sola. Lucas sab?a lo contrario porque hab?a vislumbrado a Lia con ella saliendo del carruaje. Ten?a que descubrir c?mo hacer que Lady Anne hablara de su compa?era de viaje, sin preguntarlo directamente. "Nunca he tenido la paciencia de tomarme el tiempo viajando. Prefiero llegar a mi destino lo m?s r?pido posible. La felicito por su fortaleza”. "He descubierto que vale la pena esperar por las mejores cosas", dijo lady Anne con un toque de audacia en su voz. Deb?a considerar sorprendente su actitud directa, pero en esta coyuntura de su vida ya nada lo hac?a. "Aunque puedo ver lo atractivo de la gratificaci?n inmediata". Lady Anne estaba coqueteando con ?l. Una parte de ?l se sent?a halagada, pero no ten?a inter?s en ella. Deb?a dejar en claro sus intenciones; sin embargo, a?n no hab?a recibido la informaci?n que necesitaba de ella. Tal vez un poco de coqueteo ayudar?a a su causa. Adem?s, lady Anne parec?a demasiado h?bil para bromas juguetonas. Probablemente hablaba de esa manera con todos los caballeros con los que se cruzaba, o tal vez ?l esperaba que lo hiciera, as? que ten?a una excusa para usarla y obtener detalles sobre Lia. “?Qu? la trae a la mansi?n Weston?”. "La fiesta en la casa, por supuesto", respondi? ella. Ella se mordisque? el labio inferior, luego ech? un vistazo alrededor del sal?n, un poco antes de volver su mirada hacia ?l. “Parece que por d?as me perd? de la mayor?a de los invitados. La desventaja de tomarme mi tiempo para llegar”. "Eso es", estuvo ?l de acuerdo. "Aunque probablemente sea mejor no haber estado aqu? antes. Hab?a estado atiborrado”. "Estoy de acuerdo. A veces, puede ser dif?cil estar entre muchas personas. Admito que estoy bastante contenta de haber llegado tarde". Конец ознакомительного фрагмента. Текст предоставлен ООО «ЛитРес». Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию (https://www.litres.ru/pages/biblio_book/?art=48773772&lfrom=688855901) на ЛитРес. Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.
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