Недавно я проснулся утром тихим, А в голове – настойчивая мысль: Отныне должен я писать стихи. И так наполнить смыслом свою жизнь! Я первым делом к зеркалу пошёл, Чтоб убедиться в верности решенья. Взгляд затуманен. В профиль – прям орел! Типичный вид поэта, без сомненья. Так тщательно точил карандаши, Задумчиво сидел в красивой позе. Когда душа

Jurada

Jurada Morgan Rice Diario de un Vampiro #7 En JURADA (Libro # 7 del Diario del vampiro), Caitlin y Caleb se encuentran en la Escocia medieval, en 1350, una ?poca de caballeros y de armaduras brillantes, de castillos y guerreros, de la b?squeda del Santo Grial que se dec?a conten?a la clave para la verdadera inmortalidad vampiro. Despu?s de aterrizar en las orillas de la antigua isla de Skye, un lugar remoto frente a la costa occidental de Escocia, donde s?lo viven y se entrenan los guerreros de ?lite, se re?nen con Sam y Polly, Scarlet y Ruth, un rey humano y sus guerreros, y con toda la cofrad?a de Aiden. Antes de continuar su misi?n y obtener la cuarta y ?ltima llave, es el momento para que Caleb y Caitlin se casen. Contra el tel?n de fondo m?s asombroso que Caitlin pudiera haber so?ado, se planea una elaborada boda de vampiros, incluidos todos los antiguos rituales y ceremonias que lo acompa?an. Es la boda de su vida, meticulosamente planeada por Polly y los dem?s; Caitlin y Caleb son m?s felices que nunca. Al mismo tiempo, Sam y Polly, para su propia sorpresa, se est?n enamorando profundamente el uno del otro. A medida que su relaci?n avanza, Sam sorprende a Polly con una proposici?n. Y Polly lo sorprende con su propia noticia impactante. Pero, por debajo de la superficie no todo est? bien. Blake ha aparecido de nuevo, y su profundo amor por Caitlin podr?a amenazar su casamiento el d?a antes de su boda. Sera tambi?n ha aparecido de nuevo, y jura separar lo que no puede tener. Scarlet, tambi?n, se encuentra en peligro, cuando se revela la fuente de sus poderes profundos -as? como qui?n son sus verdaderos padres. Lo peor de todo, Kyle ha aterrizado en este tiempo, y ha dado con su antiguo protegido, Rynd, a quien obligar? a usar su habilidad para cambiar de forma para enga?ar y matar a Caitlin y a su gente. A medida que caen en su elaborada trampa, Caitlin y los dem?s se encuentran en un peligro m?s serio que nunca. Ser? una carrera para encontrar la llave final, antes de que todos a quienes Caitlin quiere sean aniquilados para siempre. Esta vez, ella tendr? que tomar las decisiones m?s dif?ciles y hacer los sacrificios m?s duros de su vida. Morgan Rice jurada libro #7 del Diario del Vampiro Acerca de Morgan Rice Morgan Rice es la escritora del bestseller #1: DIARIO DE UN VAMPIRO (THE VAMPIRE JOURNALS), una saga que comprende once libros (y siguen llegando); la saga del bestseller #1: TRILOG?A DE SUPERVIVENCIA (THE SURVIVAL TRILOGY), thriller pos apocal?ptico que comprende dos libros (y siguen llegando); y la saga de fantas?a ?pica, bestseller #1: EL ANILLO DEL HECHICERO, que comprende trece libros (y contando). Los libros de Morgan est?n disponibles en audio y edici?n impresa, y la traducci?n de los libros est? disponible en alem?n, franc?s, italiano, espa?ol, portugu?s, japon?s, chino, sueco, holand?s, turco, h?ngaro, checo y eslovaco (pr?ximamente en otros idiomas). A Morgan le encantar?a tener comunicaci?n con usted, as? que visite www.morganricebooks.com (http://www.morganricebooks.com/) para unirse a la lista de correo electr?nico, recibir un libro gratuito, recibir regalos gratuitos, descargar una aplicaci?n gratuita, obtener las ?ltimas noticias exclusivas, conectarse a Facebook y Twitter, y ?mantenerse en contacto! Algunas Opiniones Acerca de las Obras de Morgan Rice “EL ANILLO DEL HECHICERO (THE SOURCERER’S RING) tiene todos los ingredientes para ser un ?xito inmediato: tramas, tramas secundarias, misterio, caballeros aguerridos y relaciones que florecen, llenos de corazones heridos, decepciones y traiciones. Lo mantendr? entretenido durante horas y satisfar? a las personas de cualquier edad.   Recomendado para la biblioteca habitual de todos los lectores de fantas?a”. –-Books and Movie Reviews, Roberto Mattos “Rice hace un gran trabajo para captar su atenci?n desde el principio, al utilizar una gran calidad descriptiva que va m?s all? de la simple descripci?n de la ambientaci?n… Bien escrito y sumamente r?pido de leer”. –-Black Lagoon Reviews (acerca de Turned) “Es una historia ideal para lectores j?venes. Morgan Rice hizo un buen trabajo dando un giro interesante… Innovador y singular. La saga se centra alrededor de una chica… ?una chica extraordinaria!  Es f?cil de leer, pero con un ritmo sumamente r?pido…  Clasificaci?n PG (Gu?a Paternal)”. –-The Romance Reviews (acerca de Turned) “Me llam? la atenci?n desde el principio y no dej? de leerlo… Esta historia es una aventura incre?ble, de ritmo r?pido y llena de acci?n desde su inicio.   No hay un momento aburrido”. –-Paranormal Romance Guild (con respecto a Turned) “Lleno de acci?n, romance, aventura y suspenso.   Ponga sus manos en ?l y vuelva a enamorarse”. –-vampirebooksite.com (con respecto a Turned) “Tiene una trama estupenda y este libro en particular, le costar? dejar de leer en la noche.  El final en suspenso es tan espectacular, que inmediatamente querr? comprar el siguiente libro, solamente para ver qu? sigue”. –-The Dallas Examiner (referente a Loved) “Es un libro equiparable a TWILIGHT y DIARIO DE UN VAMPIRO (VAMPIRE DIARIES), y har? que quiera seguir leyendo ?hasta la ?ltima p?gina!  Si le gusta la aventura, el amor y los vampiros, ?este libro es para usted!”. –-Vampirebooksite.com (con respecto a Turned) “Morgan Rice se demuestra a s? misma una vez m?s que es una narradora de gran talento… Esto atraer? a una gran audiencia, incluyendo a los aficionados m?s j?venes, del g?nero de los vampiros y de la fantas?a.   El final de suspenso inesperado lo dejar? estupefacto”. –-Rese?as de The Romance Reviews (con respecto a Loved) "Una fantas?a animada que entreteje elementos de misterio e intriga en la historia. La Senda de los H?roes trata acerca del valor y sobre la realizaci?n de un prop?sito de vida que conduce al crecimiento, la madurez y la excelencia… Para los que buscan aventuras de ficci?n sustanciosa, los protagonistas, los mecanismos y la acci?n proporcionan un conjunto vigoroso de encuentros que se centran en la evoluci?n de Thor de ser un ni?o so?ador a un adulto joven que enfrenta a situaciones imposibles para sobrevivir… Es s?lo el comienzo de lo que promete ser una saga ?pica para adultos j?venes". – Midwest Book Review (D. Donovan, eBook Reviewer) Libros de Morgan Rice EL ANILLO DEL HECHICERO (THE SORCERER’S RING) LA SENDA DE LOS H?ROES (A QUEST OF HEROES) – (Libro #1) LA MARCHA DE LOS REYES (A MARCH OF KINGS) – (Libro #2) EL DESTINO DE LOS DRAGONES (A FATE OF DRAGONS) (Libro #3) EL GRITO DE HONOR (A CRY OF HONOR) (Libro #4) UNA PROMESA DE GLORIA (A VOW OF GLORY) (Libro #5) UN DEBER DE VALOR (A CHARGE OF VALOR)  (Libro #6) UN GRITO DE ESPADAS (A RITE OF SWORDS) (Libro #7) UNA SUBVENCI?N DE ARMAS (A GRANT OF ARMS)  (Libro #8) UN CIELO DE HECHIZOS (A SKY OF SPELLS)  (Libro #9) UN MAR DE ESCUDOS (A SEA OF SHIELDS) (Libro #10) UN REINADO DE HIERRO (A REIGN OF STEEL) (Libro #11) UNA TIERRA DE FUEGO (A LAND OF FIRE) –  (Libro #12) EL DECRETO DE LAS REINAS (A RULE OF QUEENS) –  (Libro #13) LA TRILOG?A DE SUPERVIVENCIA (THE SURVIVAL TRILOGY) ARENA UNO: TRATANTES DE ESCLAVOS (SLAVERSUNNERS) –  (Libro #1) ARENA DOS (ARENA TWO) – (Libro #2) DIARIO DE UN VAMPIRO (THE VAMPIRE JOURNALS) TRANSFORMACI?N (TURNED) (Libro #1) AMORES (LOVED)  (Libro #2) TRAICI?N (BETRAYED) – (Libro #3) DESTINADO (DESTINED) (Libro #4) DESEO (DESIRED) (Libro #5) PROMETIDO (BETROTHED) (Libro #6) PROMESA (VOWED) (Libro #7) ENCUENTRO (FOUND) (Libro #8) RESURRECCI?N (RESURRECTED) (Libro #9) ANSIAS (CRAVED) (Libro #10) DESTINO (FATED) (Libro #11) ?Escuche la serie del Diario del Vampiro en formato de audio libro! Disponibles ahora en: Amazon (http://www.amazon.com/turned-book-1-vampire-journals/dp/b006m6vyjm/ref=tmm_aud_title_0) Audible (http://www.audible.com/pd/ref=sr_1_1?asin=b006lakl34&qid=1323958119&sr=sr_1_1) iTunes (http://itunes.apple.com/webobjects/mzstore.woa/wa/viewaudiobook?id=489725251&s=143441) Derechos Reservados © 2014 Morgan Rice Todos los derechos reservados. Ninguna porci?n de este libro podr? ser reproducida, almacenada en alg?n sistema de recuperaci?n, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio o ser guardado en una base de datos o sistema de recuperaci?n, sin la autorizaci?n previa del autor. Este libro electr?nico est? disponible s?lo para su disfrute personal. Este libro electr?nico no puede ser re- vendido o regalado a otras personas. Si usted desea compartir este libro con otra persona, por favor adquiera una copia adicional para cada destinatario. Si usted est? leyendo este libro y no lo compr? , o no lo compr? s?lo para su uso individual, por favor devu?lvalo y compre su propia copia. Muchas gracias por respetar el trabajo de este autor. Esta es una obra de ficci?n. Los nombres, personajes , empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son producto de la imaginaci?n del autor o han sido usados como ficci?n. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es total coincidencia. Modelo de la portada: Jennifer Onvie. Fotograf?a de la portada: Adam Luke Studios, New York. Maquillista de la modelo: Ruthie Weems. Si deseas ponerte en contact con estos artistas, comun?cate con Morgan Rice. HECHO: La isla remota de Skye (nombre N?rdico que significa"la isla en la niebla") est? ubicada frente a la costa occidental de Escocia y es un lugar muy antiguo donde han vivido y luchado varios reyes y todav?a existen castillos donde guerreros de ?lite han estado entrenando durante siglos. HECHO: En la Isla de Skye, existe un lugar llamado Faerie Glen donde se dice que si se pide un deseo, ?ste se hace realidad. HECHO: Se dice que en la Capilla Rosslyn, ubicada en un peque?o pueblo de Escocia, se encuentra el Santo Grial; dicen que est? oculto detr?s de una pared en los niveles inferiores de una cripta JULIETA: ?Qu? satisfacci?n tenerlo conmigo esta noche? ROMEO: El intercambio es fiel promesa de tu amor por el m?o. JULIETA: Yo te di el m?o sin que lo solicitaras: Y sin embargo, te lo dar?a de nuevo… Mi generosidad es tan ilimitada como el mar, Mi amor es m?s profundo, cuanto m?s te lo doy, Cuanto m?s tengo, pues ambos son infinitos.     --William Shakespeare, Romeo y Julieta CAPITULO PRIMERO Highlands, Scotland (1350) El sol era color rojo sangre cuando Caitlin se despert?. Llenaba todo el cielo y se ve?a como una pelota incre?blemente grande en el horizonte. De pie frente a Caitlin, hab?a una silueta solitaria, una figura que ella sab?a no pod?a ser m?s que su padre. Extendi? los brazos como si quisiera correr hacia ?l. Deseaba hacerlo con desesperaci?n. Pero, cuando ella trat? de incorporarse, vio que estaba encadenada a una roca y ganchos de hierro le sujetaban las mu?ecas y los pies. En una mano ten?a tres llaves -las llaves que ten?a que llevarle a su padre-y en la otra, su collar; su peque?a cruz de plata colgaba de la palma de su mano. Luch? tan fuerte como pudo, sin embargo no pudo zafarse. Caitlin parpade? y, de repente, su padre estaba junto a ella y le sonre?a. Sinti? todo su amor por ella. ?l se arrodill? y abri? suavemente sus cadenas. Cuando Caitlin lo abraz?, percibi? su calor, su tranquilidad. Se sent?a muy bien de estar en sus brazos; las l?grimas corr?an por sus mejillas. "Lo siento, padre. Te he decepcionado.” ?l se ech? hacia atr?s y le volvi? a sonre?r, mientras la miraba a los ojos. "Has hecho todo lo que esperaba de ti y mucho m?s", respondi?. “S?lo falta una ?ltima llave para que podamos estar juntos. Para siempre.” Caitlin parpade? y cuando abri? los ojos, ?l ya se hab?a ido. En su lugar hab?a dos figuras acostadas e inm?viles sobre una meseta rocosa. Eran Caleb y Scarlet. Entonces, Caitlin record?. Est?n enfermos. Trat? de ir hacia la roca pero todav?a estaba encadenada y, aunque jalone? las cadenas, no pudo soltarse. Cuando Caitlin parpade? otra vez, y Scarlet estaba junto a ella y estaba mirando. “?Mami?", la ni?a pregunt?. Scarlet le sonri? y Caitlin sinti? que su amor por ella la envolv?a. Quer?a abrazarla, y luch? con todas sus fuerzas, pero no pod?a liberarse. “?Mami?" Scarlet la llam? nuevamente, mientras extend?a su peque?a mano. Caitlin se sent? de golpe. Respirando con dificultad, se toc? las manos y las piernas para  averiguar si todav?a segu?a encadenada, o si estaba libre. Movi? las manos y los pies libremente; mir? a su alrededor pero no las cadenas. Levant? la vista y vio un enorme sol rojo sangre en el horizonte, y luego mir? a su alrededor: estaba acostada sobre una meseta rocosa. Al igual que en su sue?o. Amanec?a en el horizonte. Los picos de las monta?as estaban cubiertos por la niebla y se ve?an infinitamente hermosos contra el cielo abierto. Caitlin trat? de ver bajo la tenue luz del amanecer y de distinguir lo que hab?a a su alrededor; su coraz?n dio un brinco. A lo lejos, hab?a dos figuras acostadas, inm?viles. Inmediatamente supo quienes eran: Caleb y Scarlet. Caitlin se levant? de un salto, y corri? y se arrodill? entre ellos; puso una mano sobre el pecho de cada uno y los sacudi? levemente. Su coraz?n lat?a con miedo mientras se esforzaba por recordar los acontecimientos de su anterior encarnaci?n. Una imagen m?s horrible que la otra cruz? por su mente al recordar lo enfermo que los dos hab?an estado: Scarlet cubierta de for?nculos de la viruela, y Caleb muriendo por el veneno para vampiros. La ?ltima vez que los hab?a visto, parec?a claro de que ambos morir?an. Caitlin palp? su cuello y sinti? las dos peque?as cicatrices. Record? el fat?dico final cuando Caleb se hab?a alimentado de ella. ?S? hab?a funcionado? ?Lo hab?a podido revivir? Caitlin los sacudi? fren?ticamente. "Caleb", exclam?. “?Scarlet!" Caitlin sinti? que se le sal?an las l?grimas mientras trataba de no pensar en una vida sin ellos. No pod?a siquiera concebirla. Si no estaban con ella, entonces prefer?a no seguir adelante. De repente, Scarlet se movi?. El coraz?n de Caitlin se llen? de esperanza cuando la vio moverse lentamente, y luego extenderse poco a poco y frotarse sus ojos. La ni?a mir? a Caitlin quien pudo comprobar que su piel estaba completamente curada; sus peque?os ojos eran nuevamente de un azul brillante y reluciente. Scarlet se ilumin? con una amplia sonrisa, y el coraz?n de Caitlin se anim?. "?Mami!", Scarlet le dijo. “?D?nde estabas?" Caitlin se puso a llorar de alegr?a mientras se agachaba y sosten?a a Scarlet junto a  ella, abraz?ndola. Por encima de su hombro, le dijo: "Estoy aqu?, cari?o." "Estaba so?ando que no pod?a encontrarte," dijo ella. "Y que estaba enferma." Caitlin respir? con alivio al comprobar de que Scarlet estaba completamente curada. "Fue s?lo una pesadilla", dijo Caitlin. "Est?s bien ahora. Todo va a estar bien.” Repentinamente, se escuch? un ladrido, Caitlin se volvi? y vio a Ruth lanzarse r?pidamente hacia ellas. Caitlin se alegr? al ver que Ruth tambi?n hab?a regresado en el tiempo y le sorprendi? cuanto hab?a crecido, ahora era toda una loba. Sin embargo, Ruth todav?a actuaba como un cachorro, moviendo la cola con entusiasmo, mientras corr?a a los brazos de Scarlet. “?Ruth!" grit? Scarlet apart?ndose de Caitlin para abrazarla. Ruth apenas pod?a contener su emoci?n, y corri? con tanta fuerza que golpe? a Scarlet. Scarlet rebot? hacia arriba, gritando de risa y alegr?a. "?Qu? es todo este alboroto?" se escuch? una voz. Caleb. Al escuchar la voz de Caleb, Caitlin se dio vuelta con un escalofr?o. All? estaba de pie, sonriendo. Ella no lo pod?a creer. ?l se ve?a tan joven y saludable, mejor de lo que ella jam?s lo hab?a visto. Caitlin se levant? y le dio un abrazo, feliz de que ?l estaba con vida. Sinti? sus m?sculos fuertes mientras ?l la abrazaba; se sent?a muy bien de estar nuevamente en sus brazos. Finalmente, todo estaba bien de nuevo. Todo hab?a sido como un largo y mal sue?o. "Estaba tan asustada que hubieras muerto," le dijo Caitlin por encima del hombro. Ella se ech? hacia atr?s y lo mir?. "?Te acuerdas?", le pregunt?. "?Te acuerdas que estabas muy enfermo?" ?l frunci? el ce?o. "Vagamente", respondi?. “Siento todo como si hubiera sido un sue?o. Recuerdo … ver a Jade. Y … que me aliment? de ti.” De repente, Caleb la mir? con los ojos muy abiertos. "T? me salvaste", le dijo, asombrado. ?l se inclin? y la abraz?. "Te amo," le susurr? en el o?do mientras la abrazaba. "Te amo, tambi?n", ella respondi?. "?Pap?!" Caleb levant? a Scarlet y le dio un enorme abrazo. Luego se agach? y acarici? a Ruth, igual hizo Caitlin. Ruth no pod?a estar m?s feliz con toda la atenci?n que estaba recibiendo, saltaba y lloriqueaba tratando de abrazarlos. Despu?s de un rato, Caleb tom? la mano de Caitlin y, juntos, se volvieron y miraron hacia el horizonte. La suave luz de la ma?ana cubr?a el cielo infinito, los picos de las monta?as delineaban el horizonte y la luz color rosa perforaba la niebla espesa. Los picos se extend?an sin fin y, cuando miraron hacia abajo, vieron que estaban a miles de pies de altura. Caitlin se pregunt? d?nde podr?an estar. “Me estaba preguntando lo mismo," dijo Caleb, leyendo sus pensamientos. Examinaron el horizonte, girando en todas direcciones. “?Reconoces algo?" pregunt? Caitlin. ?l neg? lentamente con la cabeza. "Bueno, parece que s?lo tenemos dos opciones", ?l continu?. “?Hacia arriba o hacia abajo? Estamos tan alto que digo que vayamos hacia arriba. Veamos qu?  puede verse desde la cima.” Caleb asinti? con la cabeza, Caitlin tom? la mano de Scarlet, y los tres comenzaron a caminar por la pendiente. Hac?a fr?o all? arriba, y Caitlin estaba muy poco vestida para este tipo de clima. Todav?a llevaba sus botas de cuero negro, unos pantalones negros herm?ticamente cerrados, y una camisa manga larga negra de cuando hab?a entrenado en Inglaterra. Pero, su ropa no era lo suficientemente caliente para protegerla de estos vientos fr?os de monta?a. Subieron por la ladera, agarr?ndose de las rocas empujando su paso hacia la cima. A medida que el sol se elevaba en el cielo, y justo cuando estaban empezando a preguntarse si hab?an tomado la decisi?n correcta, por fin llegaron a la cima m?s alta. Sin aliento, cuando llegaron a la cima, se detuvieron y observaron los alrededores. La vista dej? sin aliento a Caitlin. Ante ellos, se extend?a el otro lado de la cordillera que llegaba hasta donde alcanzaba la vista. M?s all?, se ve?a el mar. A lo lejos, en el mar, se ve?a una isla rocosa y monta?osa, cubierta de vegetaci?n. Una isla primordial que sobresal?a en el mar, era lo m?s pintoresco que jam?s hab?a visto en su vida. Parec?a un lugar sacado de un cuento de hadas, especialmente bajo la luz de la ma?ana, porque la cubr?a una niebla misteriosa que le daba un tono naranja y morado. Y aun m?s dram?tico, lo ?nico que conectaba a la isla con el continente era un puente de cuerda sin fin, que se balanceaba violentamente en el viento y parec?a tener cientos de a?os de antig?edad. Debajo, el precipicio ca?a cientos de metros hacia el mar. "S?," dijo Caleb mientras la contemplaba con asombro. "Eso es todo. Esa isla me resulta conocida.“ "?D?nde estamos?" pregunt? Caitlin. ?l observ? la isla con reverencia, luego se volvi? y la mir?, sus ojos estaban llenos de emoci?n. "Skye", le dijo. “Es la legendaria isla de Skye. El hogar de los guerreros y de nuestra especie desde hace miles de a?os. Entonces, estamos en Escocia," dijo. "Cerca de la aproximaci?n a Skye. Es evidente que es donde debemos ir. Es un lugar sagrado.” "Vamos a volar", dijo Caitlin, sintiendo sus alas ya activas. Caleb neg? con la cabeza. "Skye es uno de los pocos lugares en la tierra donde eso no es posible. Seguramente, habr? vampiros guerreros custodiando y, lo m?s importante, hay un escudo de energ?a que lo protege de quienes buscan ingresar volando. El agua crea una barrera ps?quica a este lugar. Ning?n vampiro puede entrar sin ser invitado.” ?l se volvi? y la mir?. "Vamos a tener que entrar por el camino dif?cil: por ese puente de cuerda." Caitlin se qued? mirando el puente que se balanceaba con el viento. "Pero ese puente se ve muy traicionero", ella dijo. Caleb suspir?. "Skye es diferente a cualquier otro lugar. S?lo se le permite entrar a los dignos. La mayor?a de las personas que tratan de acercarse se enfrentan con su muerte, de una u otra manera.” Caleb la mir?. "Podemos dar la vuelta", ?l sugiri?. Caitlin lo pens? y luego neg? con la cabeza. "No", respondi? ella, decidida. "Nos pusieron aqu? por una raz?n. Vamos a hacerlo.” CAP?TULO DOS Sam se despert? sobresaltado. Su mundo giraba y se mec?a violentamente; no lograba entender d?nde estaba o qu? estaba pasando. Estaba en una posici?n muy inc?moda, acostado de espaldas sobre lo que parec?a madera. Estaba de cara al cielo y pod?a ver las nubes moverse err?ticamente. Sam se inclin?, se agarr? de un pedazo de madera y se irgui?. Cuando se sent? parpadeando, su mundo segu?a girando pero, entonces, pudo ver lo que lo rodeaba. No pod?a creerlo. Estaba sobre el piso de un barco, de un peque?o bote de madera de remos en medio del mar. El bote se sacud?a violentamente en el mar agitado, las olas lo elevaban y lo hund?an una y otra vez. Cruj?a y gem?a con el movimiento, subiendo y bajando, balance?ndose de un lado a otro. Al ver la espuma de las olas romper a su alrededor, Sam sinti? fr?o; el viento salado le eriz? el pelo y la cara. Era temprano por la ma?ana, de hecho, era un hermoso amanecer, el cielo se romp?a en una mir?ada de colores. Se pregunt? c?mo demonios hab?a terminado all?. Cuando Sam se dio vuelta y observ? el barco en la penumbra de la ma?ana, vio una figura acostada en el otro extremo, estaba acurrucada sobre el piso y estaba cubierta con un chal. Se pregunt? qui?n podr?a estar junto a ?l en este peque?o bote en el medio de la nada. Y entonces la sinti?. Fue como una descarga el?ctrica. No tuvo que ver su cara. Era Polly. Cada hueso en el cuerpo de Sam se lo dijo. Le sorprendi? c?mo pudo saberlo  tan r?pido y sin duda, era evidente de que estaba muy conectado con ella, sus sentimientos por Polly eran tan profundos que casi parec?an ser una sola persona. No entend?a c?mo hab?a podido suceder tan r?pidamente. Mientras la miraba desde all? sentado y not? que Polly permanec?a inm?vil, de repente se llen? de temor. No estaba seguro si ella estaba viva y, en ese momento, se dio cuenta que no podr?a soportar que no lo estuviera. Fue entonces cuando, de manera inequ?voca, supo que la amaba. Tambale?ndose, Sam se puso de pie; cuando una ola  empuj? y elev? la peque?a embarcaci?n, Sam logr? dar unos pasos y se arrodill? junto a Polly. Extendi? su mano, suavemente le sac? el chal, y sacudi? sus hombros. Ella no respondi?, y el coraz?n de Sam empez? lat?a con fuerza mientras esperaba. “?Polly?", pregunt?. No escuch? ninguna respuesta. "Polly", dijo con m?s firmeza. "Despi?rtate. Soy yo, Sam.” Pero ella no se movi?, y cuando Sam acarici? la piel de su hombro, sinti? que estaba demasiado fr?o. Su coraz?n se detuvo. ?Podr?a ser posible? Sam se inclin? y puso el rostro de Polly entre sus manos. Ella era tan hermosa como ?l la recordaba, su piel de un tono muy p?lido, de un blanco casi transl?cido, con el pelo de color marr?n claro, y sus rasgos perfectamente cincelados bajo el resplandor de la luz de la ma?ana. Vio sus perfectos labios carnosos, su peque?a nariz, sus grandes ojos, su pelo largo y casta?o. Recordaba esos ojos cuando estaban abiertos, de un azul incre?ble, como el mar. Anhelaba verlos abiertos de nuevo; har?a cualquier cosa para que fuera as?. Anhelaba ver su sonrisa, escuchar su voz, su risa. En el pasado, a veces le hab?a molestado que hablara demasiado. Pero ahora hubiera dado cualquier cosa por escucharla hablar. Pero su piel estaba demasiado fr?a. Fr?a congelada. Y ?l estaba empezando a desesperarse ante la idea de que sus ojos nunca m?s se volvieran a abrir. "Polly", grit? mientras escuchaba la desesperaci?n en su voz que se elevaba hacia el cielo y se mezclaba con el chillido de los p?jaros. Sam se desesperaba m?s y m?s. No sab?a qu? hacer. ?l la sacud?a m?s y m?s  pero ella no volv?a en s?. Record? cuando la hab?a visto por  ?ltima vez. Hab?a sido en el palacio de Sergei. Record? que la hab?a liberado. Hab?an regresado al castillo de Aiden, y all? hab?an encontrado a Caitlin, Caleb y Scarlet yaciendo sin vida sobre aquella cama. Aiden les hab?a dicho que hab?an regresado en el tiempo, sin ellos. ?l le hab?a implorado a Aiden que los regresara en el tiempo tambi?n. Aiden se hab?a negado, argumentando que no estaba destinado, que podr?an interferir con el destino. Pero Sam hab?a insistido. Finalmente, Aiden hab?a realizado el ritual. ?Hab?a muerto en el viaje de regreso? Sam baj? la mirada y la sacudi? de nuevo. Todav?a, nada. Finalmente, Sam se agach? y jal? a Polly junto a ?l. Le sac? su largo y hermoso cabello de la cara, puso una mano detr?s de su cuello, y acerc? su cara. Se inclin? y la bes?. Fue un beso largo e intenso que plant? en sus labios, y Sam se dio cuenta de que ?sta era la segunda vez que se hab?an besado. Los labios de Polly se sent?an muy suaves, perfectos en los suyos. Pero tambi?n los sinti? demasiado fr?os, sin vida. Mientras la besaba, se concentr? para  transmitirle su amor, quer?a regresarla a la vida. Mentalmente, quiso enviarle un mensaje claro. Har? lo que sea. Voy a pagar cualquier precio. Har? cualquier cosa para tenerte de vuelta. Solo regresa conmigo. “?Voy a pagar cualquier precio!" Sam se ech? hacia atr?s y grit? a las olas. El grito pareci? elevarse a los cielos e hizo eco en una bandada de p?jaros que volaba arriba. Sam sinti? un escalofr?o a trav?s de su cuerpo, al intuir que el universo hab?a escuchado y le estaba respondiendo. ?l sab?a, en cada onza de su cuerpo, que Polly pod?a, realmente pod?a, volver a la vida. Aun cuando no estuviera destinado. Sab?a que al haberlo exigido, hab?a roto un plan m?s grande en el universo. Y que tendr?a que pagar el precio. De repente, Sam mir? hacia abajo y los ojos de Polly se abrieron lentamente. Eran tan azules y hermosos como los recordaba, y lo miraban directamente. Por un momento, estuvieron en blanco, pero luego lo reconocieron. Y entonces se produjo la cosa m?s grandiosa y m?gica que ?l jam?s hab?a visto: una peque?a sonrisa se form? en la comisura de los labios de Polly. “?Te est?s aprovechando de una chica mientras duerme?" Polly pregunt?, con su acostumbrada jovialidad. Sam no pudo evitar sonre?r. Polly hab?a regresado. Era todo lo que le importaba en el mundo. Trat? de quitar de su mente la terrible sensaci?n de que hab?a desafiado el destino y que tendr?a que pagar el precio. Polly se sent?; era de nuevo la chica ingeniosa y feliz que ?l conoc?a, aunque  se ve?a avergonzada de estar en sus brazos, y trat? de hacerse la fuerte e independiente. Ella observ? alrededor y se agarr? de un lado de la embarcaci?n mientras una ola los elevaba y luego los hund?a. "No es exactamente lo que llamar?a una expedici?n rom?ntica en barco," dijo, vi?ndose aun un poco p?lida, mientras trataba de mantener el equilibrio en el mar que se mec?a. "?D?nde estamos exactamente? Y ?qu? es eso en el horizonte?" Sam se volvi? y mir? hacia donde Polly estaba se?alando. No lo hab?a visto antes. All?, a unos cientos de metros, hab?a una isla rocosa que sobresal?a del mar, con altos acantilados implacables. Se ve?a antigua y deshabitada, su terreno era rocoso y desolado. Se volvi? y contempl? el horizonte en todas direcciones. Era la ?nica isla en miles de kil?metros. "Parece que nos estamos dirigiendo directamente hacia all?", dijo. "Eso espero", dijo Polly. “Tengo n?useas en este barco." De repente, Polly se inclin? sobre la borda y vomit? una y otra vez. Sam se acerc? y puso una mano sobre su espalda para tranquilizarla. Polly finalmente se puso de pie, limpi?ndose la boca con el dorso de la manga y mir? hacia otro lado: estaba avergonzada. "Lo siento," dijo ella. "Estas olas son implacables." Ella lo mir?, con aire de culpabilidad. “No me debo ver muy atractiva." Pero Sam no estaba pensando en eso. Por el contrario, se estaba dando cuenta de sus fuertes sentimientos hacia Polly. "?Por qu? me miras as??" pregunt? Polly. “?Me veo horrible?" Al darse cuenta de que la estaba mirando fijamente, Sam apart? la mirada r?pidamente. "No estaba pensando eso", ?l dijo, ruboriz?ndose. Pero algo los interrumpi?. De repente, en la isla aparecieron varios guerreros en la cima de un acantilado. Aparec?a uno tras otro y, pronto, el horizonte se llen? de ellos. Sam se agach? para buscar sus armas. Pero le decepcion? comprobar que no hab?a llevado ninguna. El horizonte se ennegreci? con m?s y m?s guerreros vampiros, y Sam pudo ver que la corriente los estaba llevando directamente hacia ellos. Estaban a la deriva dirigi?ndose a una trampa, y no hab?a nada que pudieran hacer para evitarlo. "Mira", dijo Polly. "Vienen a saludarnos." Sam los examin? cuidadosamente y lleg? a una conclusi?n muy diferente. "No, no vienen a eso", dijo. "Vienen a ponernos a prueba." CAP?TULO TERCERO Caitlin estaba frente al puente de cuerda que conduc?a a Skye, Caleb estaba a su lado, y Scarlet y Ruth esperaban detr?s. Observ? la cuerda gastada balancearse violentamente, pod?a escuchar el silbido del viento a trav?s de las rocas mientras las olas romp?an contra los acantilados cientos de metros abajo. El puente estaba mojado y se ve?a resbaladizo. Si se patinaban hacia afuera Scarlet y Ruth morir?an instant?neamente, adem?s Caitlin aun no hab?a probado sus propias alas. Realmente no quer?a correr el riesgo de cruzar este puente pero necesitaban llegar a la isla de Skye. Caleb la mir?. "No tenemos muchas opciones", dijo. "Entonces no hay por qu? esperar", respondi? ella. “?Llevo a Scarlet y t? tomas a Ruth?" Caleb asinti? sombr?amente mientras Caitlin tomaba a Scarlet y la pon?a sobre su espalda, mientras que Caleb sosten?a a Ruth en sus brazos. Ruth se retorci? en un primer momento, quer?a bajarse, pero Caleb la sostuvo firmemente, y finalmente se calm?. No tuvieron m?s m?s remedio que ir en fila por el puente estrecho. Caitlin iba primero. Caitlin dio su primer paso titubeante sobre el puente e, inmediatamente, sinti? que los tablones mojados eran muy resbaladizos. Extendi? su mano y agarr? la barandilla de cuerda para mantener el equilibrio, pero el puente se balance? y la barandilla se hizo pedazos en sus manos. Cerr? los ojos, respir? hondo, y se concentr?. No pod?a confiar en su vista o en  su  equilibrio. Necesitaba recurrir a algo m?s profundo. Pens? de nuevo en las lecciones que la hab?a dado Aiden y record? sus palabras. Ya no trat? de oponerse al puente: en su lugar, trat? de sentirse en armon?a con ?l. Caitlin confi? en sus instintos internos y dio varios pasos hacia adelante. Abri? lentamente los ojos y, cuando dio un paso, un tabl?n cay? hacia el mar. Scarlet grit?, y ella perdi? el equilibrio por un momento – r?pidamente dio otro paso y lo recobr?. El viento mec?a el puente nuevamente. Caitlin sent?a como si hubiera estado all? por siempre pero, cuando mir? hacia arriba, vio que s?lo hab?a avanzado unos tres metros. Instintivamente supo que nunca lo lograr?an. Se volvi? y mir? a Caleb. Vio la expresi?n en sus ojos y supo que ?l estaba pensando lo mismo. M?s que nada quer?a simplemente extender sus alas y despegar, pero sinti? algo en el aire y supo que Caleb ten?a raz?n: hab?a una especie de energ?a invisible en torno a esta isla, y no era posible volar sin haber sido invitados primero. El viento movi? nuevamente el puente y Caitlin estaba empezando a desesperarse. Hab?an llegado demasiado lejos para dar marcha atr?s. Ella tom? instant?neamente una decisi?n. "A la de tres, salta, agarra tu lado de la barandilla, y d?jate columpiar!" grit? a Caleb. “?No hay de otra!" “??Y si se rompe!?" ?l respondi?. “?No tenemos otra opci?n! ?Si seguimos as?, vamos a morir!” Caleb no discuti?. “?UNO!" grit? ella, tomando una respiraci?n profunda, “?DOS! ?TRES!” Ella salt? en el aire a su derecha, y vio a Caleb saltar a su izquierda. Escuch? a Scarlet gritar y gemir mientras Ruth ca?a por el borde. Caitlin extendi? la mano y agarr? con fuerza la barandilla de cuerda, rogando a Dios que resistiera. Caleb hizo lo mismo. Unos segundos m?s tarde, estaban aferrados a la cuerda mientras se mov?an por el aire a toda velocidad, el agua salada se eleva desde las olas y se estrellaba contra ellos. Por un momento, Caitlin no supo si todav?a se estaban balanceando, o estaban cayendo. Pero despu?s de unos segundos, sinti? la tensi?n de la cuerda en la mano; no estaban cayendo en picada sino que se estaban columpiando hacia el acantilado. Se estaban sosteniendo. Caitlin se prepar?. La cuerda los estaba sosteniendo, era una buena se?al. Pero se estaban balanceando demasiado r?pidamente, directamente hacia el acantilado. Si se estrellaban, iba a ser muy doloroso. Gir? su hombro y coloc? a Scarlet detr?s, para que ella pudiera recibir toda la fuerza del golpe. Mir? y vio a Caleb hacer lo mismo, sosteniendo a Ruth con un brazo detr?s de ?l mientras inclinaba su hombro. Ambos se prepararon para el impacto. Un segundo m?s tarde, se estrellaron contra el muro, el dolor fue tremendo. La fuerza del impacto dej? sin aliento a Caitlin quien se qued? aturdida por un momento. Pero se aferr? a la cuerda, y vio que Caleb hac?a lo mismo. Se qued? colgando all?, aturdida durante unos segundos, mientras verificaba que Scarlet estuviera bien, y Caleb estuviera ileso. Ambos estaban bien. Lentamente, Caitlin se recuper? del golpe y empez? a jalar de la cuerda empuj?ndose hacia arriba del acantilado. Levant? la vista y vio que ten?a treinta yardas adelante para llegar a la cima. Entonces, cometi? el error de darse vuelta y mirar hacia abajo: se trataba de una ca?da peligrosa y, si la cuerda ced?a, caer?an cientos de metros en picada sobre las afiladas rocas que estaban  debajo. Caleb sigui? subiendo por su cuerda. Los dos estaban ascendiendo a una buena velocidad, aun con los acantilados cubiertos de musgo que los hac?an resbalar. De repente, Caitlin oy? un ruido horrible. Era el sonido de la cuerda  rompi?ndose. Caitlin se prepar? para caer en picada hacia su muerte, pero se dio cuenta que su cuerda no estaba rompi?ndose. Mir? por encima de su hombro y vio que era la cuerda de Caleb. Su cuerda se se estaba quebrando. Caitlin entr? en acci?n. Se alej? de la roca y ech? la cuerda cerca de ?l, y extendi? su mano libre. Se las arregl? para agarrar la mano de Caleb justo cuando estaba cayendo en picada. Lo ten?a agarrado con la mano libre y lo mantuvo as?, colgando en el aire. Luego, con un esfuerzo supremo, lo levant? varios metros hacia una grieta profunda en la pared del acantilado. Caleb, todav?a con Ruth, pudo mantenerse firme en un escal?n y agarrarse de una roca. Estaba a salvo, ella pudo ver el alivio en su rostro. Pero no hab?a tiempo para pensar. Inmediatamente, Caitlin se dio vuelta y se apur? a subir por la cuerda. Su cuerda pod?a romperse tambi?n en cualquier momento, y cargaba a Scarlet en su espalda. Finalmente, lleg? a la cima. R?pidamente, ella salt? a la meseta cubierta de hierba y deposit? a Scarlet sobre la tierra. Se sent?a tan agradecida de estar sobre la tierra -pero no perdi? el tiempo. Se dio vuelta, tom? la cuerda y la arroj? con fuerza varios metros para que colgara cerca de donde Caleb se estaba sosteniendo. Mir? hacia abajo y ?l la estaba esperando y, cuando la cuerda lleg? hasta ?l, Caleb extendi? su mano y la agarr? mientras sosten?a a Ruth con la otra mano. Se las arregl? para empujarse r?pidamente hacia arriba. Caitlin mir? detenidamente cada paso que daba, rezando para que la cuerda no se rompiera. Finalmente, llegaron a la cima y rodaron sobre la hierba. Se apresuraron a alejarse de la cornisa, y Scarlet y Ruth se abrazaron mientras Caitlin y Caleb hac?an lo propio. Al igual que Caleb, Caitlin se sinti? completamente aliviada. "Me salvaste la vida", ?l dijo. "Una vez m?s.” Ella respondi? con una sonrisa. “T? has salvado la m?a muchas veces", ella le dijo. "Te debo al menos unas cuantas." ?l le devolvi? la sonrisa. Todos se volvieron y observaron sus nuevos alrededores. La Isla de Skye. Era preciosa, impresionante, m?stica, desolada y dram?tica al mismo tiempo. La isla se ondulaba en una serie de monta?as y valles y colinas y mesetas, algunas de ellas rocosas y ?ridas, otras estaban cubiertas de un musgo verde. Todo estaba envuelto por una neblina celestial que se abr?a camino en los rincones y grietas, y se iluminaba de color naranja y rojo y amarillo bajo el sol de la ma?ana. Esta isla parec?a un lugar de ensue?o. Y tambi?n parec?a un lugar donde los seres humanos posiblemente nunca podr?an vivir. Mientras miraban el horizonte, de pronto, como si fuera una aparici?n, una docena de vampiros salieron lentamente de la niebla sobre la colina, se  dirig?an directamente hacia ellos. Caitlin no lo pod?a creer. Se prepar? para la batalla, pero, mientras todos permanec?an en sus posiciones, Caleb se acerc? y puso una mano sobre la suya para tranquilizarla. "No te preocupes", dijo Caleb. "Puedo sentirlo. Son amigables.” Al acercarse, Caitlin pudo ver sus caracter?sticas y sinti? que ten?a raz?n. De hecho, se sorprendi? de lo que vio. All?, de pie, frente a ella, estaban varios de sus viejos amigos. CAP?TULO CUATRO Mientras el barco se mec?a violentamente y era empujado hacia la costa rocosa, Sam se prepar? para la batalla. Pudo sentir la aprensi?n de Polly mientras docenas de vampiros guerreros se apresuraban hacia ellos por los acantilados escarpados. "?Y ahora qu??", pregunt? Polly cuando el barco estaba a unos pocos metros de la orilla. "No tenemos de otra", respondi? Sam. “Los enfrentaremos." Dicho esto, salt? de la embarcaci?n tomando a Polly de la mano. Los dos saltaron varios metros en el aire y aterrizaron en la orilla. Cuando el agua helada toc? sus pies descalzos, Sam sinti? un escalofr?o en su columna vertebral que lo despert? completamente. Se dio cuenta de que todav?a vest?a el equipo de batalla que hab?a usado en Londres – pantalones negros ajustados y camiseta acolchada en los hombros y los brazos, y que Polly, tambi?n. Pero no ten?a tiempo para perder. Cuando Sam mir? hacia la orilla, vio a docenas de guerreros humanos lanzarse sobre ellos. Vestidos con armaduras y cotas  de malla de pies a cabeza, blandiendo espadas y llevando escudos, era la visi?n cl?sica de los caballeros de armadura brillante que Sam hab?a visto durante su infancia en los libros ilustrados -los caballeros que una vez quiso ser. Cuando era ni?o, los hab?a idolatrado. Pero ahora, siendo un vampiro, sab?a que era mucho m?s fuerte que cualquier otro guerrero. Sab?a que ellos nunca podr?an igualar su fuerza o su velocidad, nunca llegar?an a tener sus habilidades para el combate. Por esa raz?n, Sam no ten?a miedo. Pero, le preocup? Polly. Desconoc?a sus habilidades para el combate, y la verdad no le gustaba para nada c?mo se ve?an las armas de estos seres humanos. Eran muy diferentes a otras espadas y escudos que hab?a visto antes. Pudo notar, por el brillo del sol de la ma?ana sobre las espadas, que su punta era de plata. Estaban dise?adas para matar vampiros. Sab?a que era una amenaza real que no pod?an menospreciar. Por la expresi?n en sus rostros, estos humanos hablaban en serio y por sus apretadas formaciones coordinadas era evidente de que estaban bien entrenados. Para los seres humanos, probablemente eran los mejores guerreros de su tiempo. Tambi?n estaban muy bien organizados, y se lanzaron hacia Sam y Polly desde direcciones contrarias. Sam no les dar?a la oportunidad de dar del primer golpe. Rompiendo en una carrera de velocidad, Sam se lanz? hacia los guerreros humanos movi?ndose m?s r?pidamente que ellos. Era claro que ellos no se lo esperaban. Pudo sentir su vacilaci?n, no sab?an c?mo reaccionar. Pero ?l no les dio tiempo para reaccionar. Con un salto y usando sus alas para propulsarse, vol? por encima de sus cabezas hasta que libr? a todo el grupo y aterriz? detr?s de ellos. Se agach? y agarr? una lanza de la espalda de un caballero. No bien aterriz?, la hizo girar arrojando a varios de sus caballos con un solo movimiento. Los caballos relinchaban y pateaban, afectando al resto del grupo y provocando el caos. A?n as?, estos caballeros estaban bien entrenados y no se dejaron amilanar. Otros caballeros humanos se habr?an dispersado inmediatamente, pero ?stos, para sorpresa de Sam, se dieron la vuelta y volvieron a agruparse formando una sola l?nea de carga. Sam se sorprendi? y se pregunt? d?nde estaba exactamente. ?Hab?a  aterrizado en un reino con una especie de elite guerrera? Sam no ten?a tiempo para averiguarlo. Y no quer?a matar a estos seres humanos. Una parte de ?l sent?a que ellos no quer?an matarlos, y solo quer?an confrontarlos y, tal vez, capturarlos. O, probablemente, ponerlos a prueba. Despu?s de todo, hab?an arribado a su territorio: intu?a que quer?an saber que se tra?an entre manos. Al menos, hab?a logrado desviar su atenci?n de Polly. Solo se lanzaban hacia ?l. Sam hizo la lanza hacia atr?s y la apunt? directamente al escudo de su l?der – quer?a aturdirlo pero no matarlo- y se la arroj?. Fue un golpe certero. Sac? el escudo limpiamente de su mano y lo derrib? de su caballo. El caballero aterriz? sobre el piso con un fuerte ruido met?lico. Sam salt? y sac? la espada y el escudo de las manos del caballero. Justo a tiempo, porque varios golpes cayeron sobre ?l. Sam los bloque? a todos y arranc? una maza de las manos de un caballero. Cogi? el eje de madera, lo hizo hacia atr?s, y gir? la bola mortal de metal mientras la cadena describ?a un amplio arco. Se escuch? el sonido del metal en todas direcciones mientras Sam quitaba las espadas de las manos de una docena de guerreros. La continu? balanceando golpeando varios de sus escudos y derribando a m?s guerreros. Pero, de nuevo, Sam se sorprendi?. Cualquier otro guerrero humano habr?a huido en caos; pero no estos hombres. Los que hab?an sido arrojados de sus caballos, aun aturdidos, se reagruparon, tomaron sus armas de la arena, y se formaron en torno a Sam, rode?ndolo. Esta vez, se mantuvieron a una mayor distancia de ?l, la suficiente para que Sam no pudiera golpearlos con la maza. Y aun m?s preocupante, de repente todos, desde todas las direcciones, extrajeron ballestas de sus espaldas y le apuntaron. Sam not? que estaban cargadas con flechas de punta de plata. Estaban construidas para matar. Tal vez hab?a sido demasiado indulgentes con ellos. Ellos no dispararon, pero segu?an apunt?ndole. Sam se dio cuenta de que estaba en un aprieto. No pod?a creerlo. Cualquier movimiento precipitado podr?a ser su ?ltimo. "Suelten sus arcos," se escuch? una voz acerada fr?a. Los humanos volvieron lentamente sus cabezas y Sam volvi? la suya tambi?n. No pod?a creerlo. All?, de pie, en el per?metro exterior del c?rculo estaba Polly. Sosten?a a uno de los soldados en un abrazo mortal, ten?a el antebrazo envuelto alrededor de su garganta y sosten?a una peque?a daga de plata en su garganta. El soldado se qued? all?, congelado, incapaz de zafarse del agarre de Polly; con los ojos desorbitados por el miedo, ten?a la mirada de un hombre a punto de morir. "Si no lo hacen," Polly continu?, "este hombre va a morir.” A Sam le sorprendi? el tono de su voz. Nunca hab?a visto a Polly como un guerrero, nunca la hab?a visto tan fr?a y firme. Era como si estuviera en presencia de una persona totalmente nueva y estaba muy impresionado. Al parecer, los seres humanos tambi?n lo estaban. Lentamente, de mala gana, uno por uno, dejaron caer sus ballestas en la arena. “B?jense de los caballos", Polly les orden?. Poco a poco, cada uno obedeci? y desmont?. Docenas de guerreros humanos estaban a merced de Polly quien sosten?a al hombre como reh?n. "Entonces. La chica salva al chico, ?verdad?” de repente se escuch? una voz altisonante y alegre. Le sigui? una carcajada profunda y todas las cabezas se volvieron. De la nada, apareci? un guerrero humano envuelto en pieles, con una corona,  montaba un caballo y estaba flanqueado por una docena de soldados. Por su apariencia, era evidente de que era su rey. Ten?a pelo desordenado de color naranja, una gruesa barba del mismo color y ojos verdes brillantes y traviesos. Se ech? hacia atr?s y se ri? de buena gana, mientras observaba la escena frente a ?l. "Impresionante", continu?, al parecer divertido por todo el asunto. "Muy impresionante, verdaderamente." Desmont?, e inmediatamente todos sus hombres se hicieron a un lado mientras ?l entraba al c?rculo. Sam se sinti? enrojecer, al darse cuenta de que al rey le debi? parecer que ?l no pod?a combatir y que no habr?a sabido defenderse, si no hubiera sido por Polly. Lo cual era, al menos en parte, cierto. Pero no estaba demasiado molesto porque estaba muy agradecido con ella por haberlo salvado. Y se sinti? aun m?s avergonzado cuando el rey no le hizo caso y camin? hacia Polly. "Puedes soltarlo", le dijo el Rey, sin dejar de sonre?r. "?Por qu? deber?a hacerlo?", pregunt? ella, mirando al rey y a Sam, todav?a cautelosa. "Porque no ?bamos a hacerles da?o. No era m?s que una prueba. Para saber si eran dignos de estar en Skye. Despu?s de todo,” se ri?", ?ustedes llegaron a nuestras costas!" El Rey rompi? en carcajadas otra vez, y varios de sus hombres dieron un paso adelante y le entregaron dos largas espadas enjoyadas que brillaban con la luz de la ma?ana; estaban cubiertas con rub?es y zafiros y esmeraldas. Sam se sorprendi?: eran las espadas m?s hermosas que jamas hab?a visto. "Han pasado nuestra prueba," el Rey anunci?. "Y esto es para ustedes. Es un regalo.” Sam se acerc? a Polly mientras ella lentamente soltaba a su reh?n. Cada uno tom? una espada y los dos examinaron la empu?adura con joyas incrustadas. A Sam le maravill? su artesan?a. “Para dos guerreros muy dignos", dijo. "Nos sentimos honrados de darles la bienvenida." Se dio vuelta y comenz? a caminar, era claro que Sam y Polly deb?an  seguirlo. Mientras caminaba, ?l tron?: "Bienvenidos a nuestra isla de Skye." CAP?TULO CINCO Seguidos por Scarlet y Ruth, y flanqueados por Taylor, Tyler y varios otros miembros de la cofrad?a de Aiden, Caitlin y Caleb caminaron a paso vivo a trav?s de la isla de Skye. Caitlin estaba encantado de verlos. Tras las dificultades iniciales para llegar a este lugar y a esta ?poca, por fin ten?a una sensaci?n de paz y tranquilidad; sab?a que estaban en el lugar correcto. Taylor y Tyler, y toda la gente  de Aiden, tambi?n se hab?an emocionado de verlos. Era tan extra?o encontrarlos en un tiempo y lugar tan diferentes, en este clima fr?o, en esta isla cruda y est?ril en medio de la nada. Caitlin se dio cuenta de que si bien pod?an cambiar los tiempos y lugares, la gente no lo hac?a. Taylor y Tyler los llevaron en un recorrido a paso ligero por la isla, y llevaban horas caminando. Inmediatamente, Caitlin les hab?a preguntado si ten?an alguna noticia de Sam o Polly; se sinti? abatida cuando le dijeron que no. Desesperadamente, esperaba que tambi?n hubieran regresado en el tiempo. Mientras caminaban, Taylor los puso al corriente de los rituales de su cofrad?a, sus h?bitos, los nuevos m?todos de entrenamiento, y todo lo que Caitlin podr?a querer saber. Ella se dio cuenta de que Skye era impresionante, uno de los lugares m?s hermosos en los que jam?s hab?a estado. Se ve?a antiguo, primordial, con piedras elev?ndose en el paisaje, colinas cubiertas de musgo, lagos de monta?a que reflejaban el sol de la ma?ana, y una hermosa niebla que parec?a colgar sobre todo. "La niebla nunca nos abandona," dijo Tyler, sonriendo mientras le?a la mente de Caitlin. Caitlin se sonroj?, avergonzada como siempre, por la facilidad con que los dem?s pod?an leer sus pensamientos. "De hecho, de ah? viene su nombre: Skye significa 'la isla en la niebla'", dijo Taylor. "Le da un tel?n de fondo bastante dram?tico a todo, ?no te parece?" Caitlin asinti? mientras contemplaba el paisaje. "Y es ?til cuando peleamos contra nuestros enemigos," Tyler intervino. "Sin embargo, nadie se atreve ni siquiera a acercarse a nuestras costas." “No los culpo", dijo Caleb. “No es una entrada para nada acogedora." Taylor y Tyler sonrieron. "S?lo los dignos pueden acercarse. Esa es nuestra prueba. Han pasado a?os desde la ?ltima vez que alguien trat? de visitarnos -y despu?s de muchos a?os  pasaron esa prueba y llegaron con vida a nuestras costas.” "S?lo los dignos pueden sobrevivir y entrenar aqu?", dijo Taylor. "Sin embargo, el entrenamiento es el mejor del mundo." "Skye es un lugar que no perdona", a?adi? Tyler, "un lugar de extremos. La cofrad?a de Aiden est? muy unida aqu?, como nunca antes. Casi nunca nos vamos. Entrenamos juntos casi todo el d?a, y en el m?s extremo de los ambientes -en el fr?o, la niebla, la lluvia, los acantilados, en las monta?as, en los lagos congelados, en las costas rocosas, a veces incluso en el mar. Hay pocos m?todos de entrenamiento que no hemos probado. Y somos m?s aguerridos que nunca.” "Y no entrenamos solos", a?adi? Tyler. “Los guerreros humanos viven aqu?  tambi?n, dirigidos por su Rey, McCleod. Tienen un castillo y su propia legi?n de guerreros, y todos vivimos y entrenamos juntos. Es algo fuera de lo com?n, los vampiros y los humanos entrenando juntos. Pero aqu? estamos muy cerca. Todos somos guerreros, y todos respetamos el c?digo del guerrero.” "Aunque, por supuesto," dijo Tyler, "no podemos aparearnos. A muchos de ellos les gustar?a tener nuestras habilidades de vampiro, pero Aiden tiene reglas estrictas que proh?ben convertir a los seres humanos. Los humanos se han resignado al hecho de que nunca van a ser como nosotros. Vivimos y entrenamos juntos en armon?a. Perfeccionamos sus habilidades m?s all? de lo que cualquier humano podr?a so?ar. Y nos ofrecen refugio y protecci?n. Tienen un arsenal de armas con punta de plata y, si alguna cofrad?a rival nos ataca, ellos est?n listos para defendernos.” “?Un castillo?" Scarlet pregunt? de repente. “?Un aut?ntico castillo?" Taylor mir? hacia abajo, y sonri? divertida. Se acerc? y tom? la mano de Scarlet mientras caminaba. "S?, cari?o. Te estamos llevando all? ahora mismo. De hecho,” dijo mientras  doblaba en una una colina y se?alaba, "est? justo all?.” Todos se detuvieron y a Caitlin le sorprendi? la vista. Ante ellos, se extend?an colinas, monta?as, lagos y, a lo lejos, a la orilla de un gran lago, encaramado en su propio peque?o acantilado, hab?a un antiguo castillo. “El Castillo de Dunvegan," Taylor anunci?. “El hogar de los reyes de Escocia durante siglos." "WOW!" grit? Scarlet. "Mami, ?vamos a vivir en un castillo!" Caitlin no pudo evitar sonre?r al igual que los dem?s, el entusiasmo de Scarlet era contagioso. “??Puede venir Ruth, tambi?n!?" pregunt? Scarlet. Caitlin mir? a Taylor, quien asinti? con la cabeza. "Por supuesto que puede, cari?o.” Scarlet grit? de alegr?a abrazando a Ruth, y el grupo se apresur? a bajar la pendiente hacia el castillo lejano. Mientras Caitlin observaba el castillo, percibi? que sus paredes podr?an ocultar secretos profundos, secretos que podr?an ayudarla a encontrar a su padre. Una vez m?s, sinti? que estaba en el lugar correcto. "?Est? Aiden aqu??" Caitlin le pregunt? a Tyler. "Eso es lo que nos hemos estado preguntando desde hace un tiempo," contest? Tyler. "No lo he visto en semanas. A veces desaparece por un tiempo. Ya sabes c?mo es.” Caitlin lo sab?a, por supuesto. Record? todas las ?pocas, todos los lugares en los que ella hab?a estado con ellos. Desesperadamente, necesitaba hablar con ?l ahora, para saber por qu? hab?an aterrizado all?, para averiguar si Sam y Polly estaban bien, y para saber m?s acerca de la llave final -y, sobre todo, si su padre estaba all?. Ten?a muchas preguntas candentes que se estaba muriendo por preguntarle. Como, ?qu? hab?a sucedido en Londres antes de que todos regresaran en el tiempo? ?Kyle hab?a logrado sobrevivir? Mientras se acercaban al castillo, Caitlin admir? su arquitectura -se elevaba a  cincuenta metros de altura y se extend?a por muchos niveles en forma rectangular, ten?a varias torres cuadradas y parapetos. Se ergu?a con valent?a y orgullo en la cima de un acantilado con vistas al gran lago y el cielo abierto y, a diferencia de otros castillos, era amplio y estaba bien iluminado con docenas de ventanas. Su entrada era impresionante, con una amplia calzada de piedra que conduc?a a una puerta frontal y a una imponente puerta arqueada. No era un lugar al que se pod?a acercar con facilidad y, cuando Caitlin mir? hacia arriba, vio en todas las torres guardias humanos que los observaban como si fueran halcones. Cuando se acercaron a la entrada, repentinamente se escucharon trompetas, seguidos por el estruendo de los cascos de los caballos. Caitlin se volvi?. Galopando sobre el horizonte, corriendo directamente hacia ellos, hab?a docenas de guerreros humanos vestidos con armaduras. Al frente de ellos hab?a un hombre imponente vestido con pieles, con una gran barba naranja, flanqueado por sus asistentes, ten?a el porte de un rey. Ten?a rasgos faciales suaves y parec?a ser el tipo que sonre?a con facilidad. Lo segu?a un gran s?quito de guerreros, y Caitlin se habr?a preocupado si Taylor y Tyler no hubieran estado tan  relajados. Claramente, eran amigos. Cuando los soldados se detuvieron frente a ellos y se separaron, Caitlin se detuvo en seco, sorprendida. All?, en el centro del grupo que desmontaba, hab?a dos de las personas que m?s quer?a en el mundo. No lo pod?a creer. Parpade? varias veces. Eran realmente ellos. De pie frente a ella, sonriendo, estaban Sam y Polly. * Ante los dos grandes grupos de guerreros, Caitlin y Sam se acercaron y se reunieron en un enorme abrazo. Caitlin se sinti? tan aliviada de estar abrazando a su hermano y ver y sentir que estaba vivo, y comprobar que realmente estaba  all?. Luego, abraz? a Polly, mientras Caleb se acercaba y tambi?n le daba un abrazo a Sam y a Polly. “?Polly!" Scarlet grit? mientras corr?a hacia ella con Ruth ladrando a su lado. Polly se arrodill? y le dio un gran abrazo, levant?ndola en los brazos. “?Cre? que nunca te volver?a a ver!", dijo Scarlet. Polly sonri?. “?No vas a poder deshacerte de m? tan f?cilmente!" Ruth ladr? y Polly se arrodill? y la abraz?, mientras que Sam abrazaba a  Scarlet. Caitlin sinti? la calidez de tener a su familia y seres queridos con ella. Record? los d?as en Londres cuando todos hab?an estado enfermos y moribundos, cuando no pod?a imaginar que una escena feliz pudiera ser posible. Se sent?a muy agradecida de que todo se hab?a resuelto y le maravill? pensar en todas las vidas que ya hab?a vivido. Estaba muy agradecida por la inmortalidad. No pod?a imaginar c?mo  podr?a  haber hecho tanto con una sola vida. "?Qu? pas? con ustedes?" Caitlin le pregunt? a Sam. "La ?ltima vez que te vi, me prometiste que no dejar?as a Caleb y Scarlet. Y cuando volv?, te hab?as ido.” Caitlin estaba todav?a molesta por su traici?n. Sam y Polly miraron hacia abajo avergonzados. "Lo siento mucho", dijo Sam. "Fue mi culpa. Secuestraron a Polly y fui a recatarla.” "No, es mi culpa", dijo Polly. "Sergei hab?a dicho que hab?a una cura para Caleb y Scarlet y que lo acompa?ara para buscarla. Fui muy est?pida -le cre?. Cre? que iba a salvarlos. Pero romp? mi promesa. ?Vas a perdonarme? " "?Y a m??" pregunt? Sam. Caitlin mir? sus rostros y vio que lo dec?an con total sinceridad. Una parte de ella a?n estaba molesta porque hab?an roto su promesa y hab?an dejado a  Scarlet y Caleb expuestos a los ataques. Pero, otra parte de ella, la parte que estaba cambiando, le dec?a que deb?a perdonarlos y olvidarse del asunto. Ella respir? hondo y se concentr? para soltar su pensamiento. Exhal? y asinti? con la cabeza. "S?, los perdono", dijo. Ambos sonrieron. “T? podr?s perdonarlos," el rey McCleod dijo de pronto, desmontando y caminando hacia ellos, “?pero yo no voy a perdonarlos por avergonzar a mis hombres de esa manera!", dijo, dejando escapar una carcajada. "Especialmente a Polly. Los dos avergonzaron a mis mejores guerreros. Claramente, tenemos mucho que aprender de ustedes as? como hemos aprendido de los dem?s. Los vampiros contra los humanos. Nunca es justo ", dijo, sacudiendo la cabeza con otra carcajada. McCleod dio un paso adelante y se acerc? a Caitlin y Caleb. De inmediato, a Caitlin le cay? muy bien. ?l se apresur? a sonre?r, ten?a una risa profunda y reconfortante, y parec?a que todos estaban a gusto a su alrededor. "Bienvenidos a nuestra isla", dijo tomando la mano de Caitlin y bes?ndola con una reverencia. Luego, se acerc? y estrech? calurosamente la mano de Caleb entre las suyas. "La Isla de Skye. No hay un lugar igual en el mundo. El hogar Desesperado de los mejores guerreros. Este castillo ha estado en mi familia por cientos de a?os. Se quedar?n con nosotros. Aiden se va a emocionar. As? como mis hombres. ?Oficialmente les doy la bienvenida!", dijo con voz de mando, y todos sus hombres vitorearon. Caitlin se sinti? abrumada por su hospitalidad. No sab?a qu? decir. "Es un gran gusto", ella dijo. "Y le damos gracias por su bondad," dijo Caleb. "?Eres un rey?" Scarlet dio un paso adelante y le pregunt?. "?Hay una princesa real aqu??" El rey mir? hacia abajo y se puso a re?r a carcajadas, eran m?s fuertes y m?s profundas que antes. "Bueno, ahora, yo soy el rey, s? de verdad, pero me temo que no hay una princesa aqu?. S?lo estamos nosotros, puros hombres. ?Pero quiz?s t? puedas corregir eso, mi belleza!", dijo con una risa y dio dos pasos hacia delante, levant? a Scarlet y la hizo girar. “?Y c?mo te llamas?" Scarlet se sonroj?, de repente se vio t?mida. "Scarlet", dijo ella, mirando hacia abajo. "Y esa es Ruth," dijo mientras la se?alaba. Ruth ladr? como toda respuesta, y McCleod la baj? con una sonrisa y acarici? la piel de Ruth. "Estoy seguro de que todos ustedes tienen mucho hambre", dijo. “?Vamos al castillo!", grit?. “?Es hora de celebrar!" Todos sus hombres gritaron, se dieron vuelta como un grupo, y se dirigieron a la entrada del castillo. Las filas de guardias se cuadraron. Sam pas? un brazo alrededor del hombro de Caitlin, y Caleb alrededor del hombro de  Polly mientras todos caminaban hacia la entrada del castillo. Caitlin sab?a que no deb?a pero, a pesar de s? misma, tuvo la esperanza de que, una vez m?s, hab?a encontrado un hogar permanente, un lugar en el mundo donde todos ellos podr?an, por fin, vivir en paz para siempre. CAP?TULO SEIS Era la bienvenida m?s c?lida y m?s lujosa que Caitlin hubiera podido imaginar. Su llegada hab?a iniciado una gran celebraci?n. Se hab?a encontrado con todos los dem?s miembros de la cofrad?a, y vio caras que no hab?a visto en lo que le parec?a una eternidad -Barbara, Ca?n, y muchos otros. Todos se sentaron a almorzar un banquete enorme alrededor de una mesa en el c?lido castillo de piedra, con pieles debajo de sus pies, antorchas en las paredes, la chimenea encendida y perros corriendo por todos lados. La habitaci?n era c?lida y acogedora, y Caitlin se dio cuenta de que hac?a fr?o afuera -era finales de octubre, le hab?an dicho a Caitlin. 1350. Caitlin no lo pod?a creer. Estaban a casi 700 a?os del siglo 21. Siempre hab?a tratado de imaginar como podr?a ser la vida en este tiempo, en la ?poca de los caballeros, de armaduras, castillos … pero nunca hab?a imaginado algo as?. A pesar del marcado cambio en el entorno y la ausencia de grandes pueblos o ciudades, la gente era todav?a muy c?lida, muy inteligente, muy humana. En muchos sentidos, no hab?a tanta diferencia con la gente de su tiempo. Caitlin se sinti? muy a gusto en esta ?poca y en este lugar. Hab?a pasado horas poni?ndose al d?a con Sam y Polly, escuchando sus historias, su versi?n de lo que les hab?a pasado en Inglaterra. Se hab?a horrorizado al enterarse de lo que hab?a sucedido entre Sergei y Polly, y estaba orgullosa de Sam por haberla salvado. Y durante toda la noche, no pudo dejar de notar que Sam apenas quitaba sus ojos de Polly. Como hermana mayor, sinti? que hab?a ocurrido un cambio importante en su hermano. Se ve?a m?s maduro y, por primera vez, verdadera y totalmente enamorado. Sin embargo, Polly se ve?a un poco evasiva. Fue dif?cil para Caitlin tener una idea exacta de los sentimientos de Polly hacia Sam. Tal vez porque Polly era m?s reservada. O tal vez porque, esta vez, a Polly realmente le importaba. Caitlin pod?a sentir que, en el fondo, Sam significaba el mundo para ella y que se estaba cuidando de no revelar sus sentimientos para no estropearlo todo. Caitlin se dio cuenta de que a veces, cuando Sam miraba hacia otro lado, Polly le lanzaba una mirada furtiva. Pero, luego, r?pidamente desviaba la mirada para que Sam no la atrapara mir?ndolo. Sin lugar a dudas, su hermano y su mejor amiga estaban a punto de convertirse en una pareja. La idea la emocion? mucho. Y le divert?a que ambos estaban negando lo que les estaba pasando, e incluso fing?an lo contrario. En la mesa tambi?n hab?a nuevos amigos humanos, y Caitlin conoci? a mucha gente a quien sent?a muy cercana. Todos eran guerreros. El rey se sent? en la cabecera, rodeado de docenas de caballeros. A lo largo de la tarde, todos cantaron canciones beber, y se rieron fuertemente mientras contaban historias de batallas y de cacer?as. Caitlin se dio cuenta de que estos escoceses eran c?lidos, amables, hospitalarios, les gustaba beber, y eran grandes narradores. Y sin embargo, tambi?n eran muy nobles y orgullosos, y grandes guerreros. La comida y las historias se prolongaron por horas y el almuerzo se extendi? hasta entrada la tarde. Las antorchas se extinguieron y las volvieron a encender. Agregaron docenas de le?os a la enorme chimenea de piedra y se reemplazaron las enormes cubas de vino. Eventualmente, todos los perros se cansaron y se durmieron sobre las alfombras. Scarlet finalmente se qued? dormida sobre el regazo de Caitlin, mientras Ruth se acurruc? junto a Scarlet. Ruth hab?a comido gracias a Scarlet, quien la hab?a alimentado con carne. Una docena de perros se sentaron alrededor de la mesa pidiendo las sobras, pero todos tuvieron el buen tino de mantenerse lejos de Ruth. Y Ruth tampoco parec?a interesada en jugar con ellos. Algunos de los guerreros, saciados de comida y bebida, tambi?n se quedaron dormidos en sus pieles. Caitlin se encontr? a la deriva, atenta a otros tiempos y lugares, y a otros asuntos. Se pregunt? cu?l ser?a su siguiente pista; si su padre estar?a en este lugar y este tiempo; donde la llevar?a su pr?ximo viaje. Sus ojos comenzaron a cerrarse, cuando de repente, oy? su nombre. Era el rey, McCleod, dirigi?ndose a ella por encima del estruendo. "?Y qu? piensas, Caitlin?", ?l pregunt? de nuevo. Lentamente, todos en la mesa hicieron silencio mientras se volv?an y miraban en su direcci?n. Caitlin se sinti? avergonzada porque no hab?a estado escuchando la conversaci?n. El rey la mir?, como esperando una respuesta. Finalmente, ella se aclar? la garganta. "?Qu? opinas del Santo Grial?", el rey pregunt? de nuevo. ?El Santo Grial? Caitlin se pregunt?. ?Eso era de lo que estaban hablando? No ten?a ni idea. No hab?a estado pensando en el Santo Grial para nada, y apenas sab?a lo que era. Deseaba haber estado escuchando su conversaci?n. Trat? de recordar lo que era, y volvi? a pensar en los cuentos de hadas de la infancia, en los mitos y leyendas. En las historias del Rey Arturo. Excalibur. El Santo Grial … Poco a poco, empezaba a acordarse. Si recordaba correctamente, se rumoreaba que el Santo Grial era un c?liz o copa que conten?a  un l?quido especial … .S?, ahora recordaba. Algunas personas dec?an que el Santo Grial conten?a la sangre de Cristo y, que si se beb?a, te volv?a inmortal. Si no recordaba mal, los caballeros hab?an pasado cientos de a?os busc?ndolo y hab?an arriesgado sus vidas busc?ndolo en los confines de la tierra. Y nadie lo hab?a encontrado . "?Crees que alguna vez lo encontrar?n?" McCleod pregunt? de nuevo. Caitlin se aclar? la garganta, toda la mesa la estaba mirando esperando una respuesta. "Um …" ella comenz?, "En realidad, no he pensado mucho en ello", respondi?. "Pero si realmente existe … entonces no veo por qu? no pueda encontrarlo." Hubo un peque?o rugido de aprobaci?n en la mesa. "Ves," dijo McCleod a uno de sus caballeros. "Ella es optimista. Yo tambi?n creo que se va a encontrar.” "Cuentos de viejas", dijo un caballero. "?Y qu? vas a hacer cuando lo encuentres?", pregunt? otro caballero. "Esa es la verdadera pregunta." "?Pues, voy a hacerme inmortal", contest? el rey, rompiendo en una carcajada. "Para eso no es necesario el Santo Grial", dijo otro caballero. "Todo lo que necesitas es ser convertido." De repente, un silencio tenso cay? sobre la mesa. Era evidente que este caballero hab?a hablado demasiado y hab?a cruzado una l?nea mencionando algo que era un tab?. Baj? la cabeza avergonzado reconociendo su error. Caitlin vio c?mo repentinamente McCleod oscurec?a su expresi?n y, en ese momento, se dio cuenta de que desesperadamente quer?a ser convertido. Y que estaba profundamente resentido con la cofrad?a de Aiden por no permit?rselo. Este caballero hab?a planteado un punto delicado que pon?a en tensi?n a las dos razas. "?Y c?mo es?", pregunt? el rey en voz alta, dirigiendo, por alguna raz?n, su pregunta a Caitlin. “?La inmortalidad?" Caitlin se pregunt? por qu?, de todos los vampiros en la habitaci?n, le tuvo que preguntar a ella. ?C?mo era? ?Qu? pod?a decir? Por un lado, le encantaba la inmortalidad, le encantaba vivir en todos estos tiempos y lugares, ver a su familia y amigos una y otra vez. Por otra parte, algunas partes de ella deseaba tener una vida normal, simple, que su vida tuviera un curso normal. Por encima de todo, le   sorprend?a lo breve que parec?a la inmortalidad: por un lado, se sent?a como que se viv?a para siempre pero, por otro lado, parec?a que nunca hab?a suficiente tiempo. "No se siente tan permanente como se podr?a imaginar." El resto de la mesa asinti? en se?al de aprobaci?n a su respuesta. De repente, McCleod se levant? de su silla. Todos los dem?s se levantaron tambi?n. Mientras este extra?o intercambio daba vueltas en la cabeza de Caitliny ella se  preguntaba si lo hab?a molestado, de repente sinti? la presencia del rey cerca de ella. Se dio vuelta, ?l estaba de pie a su lado. “Eres muy sabia a pesar de tu edad", dijo. "Ven conmigo. Y tambi?n tus amigos. Quiero mostrarte algo. Algo que te ha estado esperando desde hace mucho tiempo". Caitlin se sorprendi?. No ten?a idea de lo que podr?a ser. McCleod se volvi? y se pavone? por el pasillo, mientras Caitlin y Caleb, as? como Sam y Polly, se levantaron y lo siguieron. Se miraron el uno al otro con asombro. Cruzaron el amplio piso de piedra siguiendo al rey a trav?s de la enorme sala y por una puerta lateral, mientras los caballeros alrededor de la mesa se sentaron y reanudaron su comida. McCleod camin? en silencio, pavone?ndose por un estrecho pasillo iluminado por antorchas mientras Caitlin, Caleb, Sam y Polly lo segu?an. Los antiguos pasillos de piedra daban vueltas y giraban, y los condujeron a una escalera. McCleod tom? una antorcha de la pared y los gui? por una escalera hacia la total oscuridad. Mientras caminaban, Caitlin empez? a preguntarse a d?nde los estaba conduciendo. ?Qu? quer?a mostrarles? ?Una antigua arma de alg?n tipo? Finalmente, llegaron a un nivel subterr?neo bien iluminado por antorchas, y Caitlin se sorprendi? ante lo que vio. El techo abovedado bajo brillaba enchapado en oro. Caitlin vio im?genes ilustradas de Cristo, los Caballeros, escenas de la Biblia, mezclados con diversos signos y s?mbolos extra?os. El piso era de una piedra antigua y se ve?a muy gastado, Caitlin no pudo evitar sentir que hab?a  entrado a la c?mara del tesoro secreto. El coraz?n de Caitlin empez? a latir m?s r?pidamente al sentir que algo importante se avecinaba. Se apresur? para alcanzar al Rey. “Ha sido la b?veda del tesoro del clan McCleod durante mil a?os. Aqu? tenemos nuestro tesoro m?s sagrado, armas y posesiones. Pero hay una posesi?n que es m?s valiosa y m?s sagrada que todas las dem?s.” Se detuvo y se volvi? hacia ella. "Es un tesoro que hemos estado guardando para ti." Se dio vuelta y, cuando tom? una antorcha de una pared lateral, de repente, en la pared se abri? una puerta oculta en la piedra. Caitlin estaba asombrada: no se hab?a imaginado de que algo as? estuviera all?. McCleod se volvi? y los condujo por otro pasillo que daba vueltas y vueltas. Finalmente, llegaron a una peque?a sala. Ante ellos, hab?a un trono sobre el que hab?a un ?nico objeto: un peque?o cofre enjoyado. La luz de la antorcha parpade? sobre el cofre ilumin?ndolo, con cautela McCleod se agach? y lo tom?. Lentamente, levant? la tapa. Caitlin no lo pod?a creer. All?, en el interior del cofre, hab?a una pieza de pergamino antiguo, deste?ido, de color antiguo, arrugado y partido a la mitad. Estaba cubierto con una antigua escritura a mano, era una escritura delicada, en un idioma que Caitlin no reconoci?. A lo largo de sus bordes hab?a letras multicolores, dibujos y s?mbolos y, en su centro, hab?a un dibujo semi-circular. Pero, dado que estaba partido a la mitad, Caitlin no pod?a entender qu? era. “Es para ti", ?l dijo, con cautela levant?ndolo y d?ndoselo. Caitlin sostuvo el pedazo de pergamino roto, que se arrugaba en sus manos, y lo alz? a la luz de las antorchas. Era una p?gina rasgada, tal vez de un libro. Con toda su delicada simbolog?a, parec?a una obra de arte en s? mismo. "Es la p?gina que falta del Libro Sagrado", explic? McCleod. "Cuando encuentres el libro, la p?gina estar? completa. Y cuando lo est?, encontrar?s la reliquia que todos estamos buscando.” Se volvi? y la mir?. "El Santo Grial." CAP?TULO SIETE Caitlin se sent? en su enorme rec?mara en el Castillo de Dunvegan frente a un escritorio, mirando por la ventana el cielo del atardecer. Examin? la p?gina rasgada que McCleod le hab?a dado, levant?ndola contra la luz. Lentamente, pas? los dedos sobre las letras latinas en relieve. Se ve?an y se sent?an antiguas. Toda la p?gina estaba muy bella e intrincadamente dise?ada, y ella se maravill? de los colores intrincados en los bordes del papel. En aquel entonces, se dio cuenta, se hac?an libros que eran obras de arte en s? mismas. Caleb yac?a sobre su cama, mientras Scarlet y Ruth estaban tendidas sobre una pila de pieles frente a la chimenea en el lado opuesto de la habitaci?n. Esta habitaci?n era tan grande que, incluso con todos ellos all?, Caitlin pod?a sentirse  sola con sus pensamientos. En la habitaci?n contigua, sab?a, estaban Sam y Polly. Hab?a sido un largo d?a y una larga fiesta con la cofrad?a de Aiden y los hombres del rey, y todos estaban prepar?ndose para pasar la noche. Caitlin no pod?a dejar de pensar en la p?gina rasgada, la pista, a donde podr?a llevarla, y si encontrar?a la cuarta llave. ?Su padre estar? all? esta vez? ??l la estar?a esperando, muy cerca? El coraz?n le lat?a muy r?pidamente al pensar en ?l. ?Significaba que finalmente encontrar?a el escudo? ?Que todo esto habr?a terminado? ?Y qu? iba a hacer entonces? ?A d?nde ir?a? Eran demasiadas preguntas para que las pudiera pensar todas al mismo tiempo. Sent?a que ten?a que concentrarse en la pista frente a ella, y dar un paso a la vez. Pens? en lo que le hab?a dicho McCleod sobre el Santo Grial. Que ?l y sus hombres hab?an dedicado sus vidas busc?ndolo. Esa leyenda dec?a que una mujer llegar?a y los conducir?a hasta ?l. McCleod cre?a que ella, Caitlin, era esa mujer. Raz?n por la cual le hab?a dado su pista tan preciada, la antigua hoja de papel. Pero Caitlin no estaba tan segura. ?Era el grial s?lo un mito? ?O era real? Y ?c?mo se conectaba con su b?squeda? Caitlin no sab?a a d?nde podr?a conducir todo esto pero, al reflexionar, se dio cuenta de que, una vez m?s, hab?a encontrado por fin un lugar, en este castillo, con estas personas, donde experimentaba una sensaci?n de paz y comodidad. Se sent?a como en casa en Skye, en este castillo, con este rey, con sus caballeros, y por supuesto, de vuelta con la cofrad?a de Aiden. Estaba encantada de estar con Caleb, Scarlet, Sam y Polly. Sent?a que todo en el mundo de nuevo estaba bien. Hac?a fr?o y viento pero, con el fuego en su chimenea, se sent?a acogedor all? adentro, y realmente no quer?a aventurarse por ah? afuera buscando m?s pistas. Quer?a quedarse all?. Pod?a verse a s? misma construyendo una casa en Skye con Caleb, y Scarlet, y Ruth. Si la presionaban para que siguiera adelante con su misi?n, ?c?mo afectar?a eso su relaci?n con Caleb? ?O pondr?a en peligro a Scarlet o Ruth? Parec?a que cada vez que estaba m?s cerca de encontrar otra llave, empezaban a suceder cosas malas. Lentamente, Caitlin dej? la fr?gil pieza de papel y se qued? mirando su diario que estaba sin abrir sobre el escritorio. Ahora se ve?a desgastado; ancho por el uso, parec?a una reliquia en s? mismo. Lo tom? y lentamente pas? las p?ginas hasta que estuvo a punto de llegar al final. Con un sobresalto, se dio cuenta de que no le quedaban muchas p?ginas en blanco. No lo pod?a creer. La primera vez que hab?a comenz? este diario, le hab?a parecido como si fuera a durar para siempre. Levant? la pluma, la moj? en la tinta, y empez? a garabatear. No puedo creer estar casi al final de este diario. Leo algunas de mis entradas anteriores, como la de la ciudad de Nueva York, y siento como si hubiera ocurrido hace muchas vidas. Pero tambi?n siento como si todo hubiera ocurrido ayer. Pienso en todo lo que he pasado, y ni siquiera s? por d?nde empezar. Han pasado demasiadas cosas para contarlo todo. As? que s?lo escribir? las cosas m?s importantes. Caleb est? vivo. Sobrevivi? a su enfermedad. Ya estoy de vuelta con ?l ahora. Y vamos a casarnos. Nada podr?a hacerme m?s feliz. Scarlet, la ni?a de ocho a?os de edad m?s bella del mundo, est? con nosotros. Ella es nuestra hija. Sobrevivi? a su enfermedad tambi?n, y estoy muy contenta. Por no hablar de Ruth que se ha hecho m?s grande y m?s fuerte que Rose y es el animal m?s leal y protector que jam?s he visto. Ella es una parte muy importante de nuestra familia, como lo son Scarlet y Caleb. Y estoy encantada de haberme reunido con Sam y Polly. Finalmente, siento que toda mi familia est? junta otra vez, bajo un mismo techo. Estoy nerviosa de nuestra boda. Caleb y yo no hemos tenido la oportunidad de hablar de ello, pero creo que ser? pronto. Cuando era m?s joven, siempre trat? de imaginar el d?a de mi boda. Pero nunca imagin? algo remotamente parecido a lo que va a ser. ?Una boda de vampiros? ?C?mo ser?? Espero que ?l todav?a me ame tanto como yo lo amo. Tengo la sensaci?n de que s?. Me pregunto si ?l tambi?n est? nervioso por la boda. Miro mi anillo, el anillo que me dio, tan hermoso, cubierto de todas estas joyas brillantes. Todo esto no se siente real. Para nada. Pero, al mismo tiempo, siento que he estado conectado con ?l desde siempre. Quiero encontrar a mi pap?. De verdad. Pero no quiero buscar m?s, y no quiero que las cosas cambien. Nada de eso. Quiero estar con Caleb. Y quiero que tengamos nuestra boda. ?Es malo que ponga nuestra boda en primer lugar? Caitlin cerr? su diario y baj? la pluma. A?n perdida en otro mundo, parpade? y mir? alrededor de la habitaci?n. Se pregunt? cu?nto tiempo hab?a pasado desdeque se hab?a puesto a reflexionar; mir? por la ventana y vio que ya era de noche y, cuando mir? hacia la habitaci?n, vio que Scarlet y Ruth todav?a estaban profundamente dormidas. En el otro lado de la sala, bajo la luz de las antorchas, Caleb parec?a dormir tambi?n. Caitlin tambi?n se sinti? somnolienta. Sent?a que necesitaba dormir para despejar su cabeza, para tener un poco de aire. Se levant? de la mesa en silencio y cruz? la habitaci?n para deslizarse afuera. Agarr? un chal de piel y se lo envolvi? alrededor de los hombros. Sin embargo, justo cuando lleg? a la puerta, oy? a alguien aclararse la garganta. Vio a Caleb mirarla con un ojo abierto, le estaba haciendo se?as. Ella se dio vuelta y se acerc? a ?l, y mientras Caleb palmeaba la cama, ella se sent? a su lado. ?l sonri? mientras abr?a lentamente los ojos. Como siempre, a ella le impact? su belleza. Sus rasgos faciales eran tan perfectos, tan limpios y suaves: la l?nea de su  mand?bula y sus p?mulos prominentes, sus labios llenos y suaves, su nariz angular perfecta. ?l parpade? con sus largas pesta?as, luego, lentamente se acerc? y pas? una mano por el pelo de Caitlin. "Casi no hemos tenido la oportunidad de hablar", dijo. "Lo s?", ella le devolvi? la sonrisa. "Quiero que sepas lo mucho que te amo", dijo. Caitlin sonri?. “Yo tambi?n te amo." "Y no puedo esperar a estar casada contigo", ella a?adi?, sonriendo. ?l se sent? y le dio un beso, y se besaron durante mucho tiempo bajo la luz de las antorchas. Caitlin sent?a su coraz?n contento. Eso era exactamente lo que hab?a estado esperando escuchar. Era extra?o c?mo ?l siempre pod?a leer sus pensamientos. "Ahora que estamos aqu?, quiero casarme contigo. Antes de continuar nuestra b?squeda. Aqu?. En este lugar.” ?l la examin?. “?Qu? te parece?" Ella le devolvi? la mirada, con el coraz?n acelerado por sus emociones encontradas. Tambi?n, era exactamente lo que quer?a. Pero tambi?n ten?a miedo. No estaba segura de c?mo responder. Finalmente, ella se puso de pie. "?A d?nde vas?", ?l le pregunt?. "Volver? pronto", dijo. "S?lo necesito despejar mi cabeza." Ella lo bes? una ?ltima vez, luego se volvi? y sali? de la habitaci?n, cerrando la puerta suavemente detr?s de ella. Sab?a que si se quedaba, terminar?a en sus brazos, en la cama. Y primero, realmente necesitaba poner sus pensamientos en orden. No es que tuviera alguna duda sobre ?l. O acerca de su matrimonio. O acerca de su boda. Pero todav?a se sent?a en conflicto, dividida, sobre si en cambio  ten?a que estar por ah?, cumpliendo su misi?n. ?Era ego?sta de su parte poner la boda en primer lugar? Mientras Caitlin caminaba por el vac?o pasillo de piedra y sus pasos resonaban, vio una escalera que sub?a y por la que se filtraba la luz natural. Era el techo del castillo. Era el lugar donde podr?a tener la privacidad y el aire fresco que necesitaba. Caitlin se apresur? a subir las escaleras hacia el aire crepuscular. All?, hac?a m?s fr?o de lo que hab?a imaginado,;el viento de octubre soplaba fuertemente. Envolvi? con fuerza las pieles sobre sus hombros, y se sinti? mejor. Mientras Caitlin caminaba lentamente por la muralla, mir? hacia el campo iluminado con la poca luz que quedaba. Era de una belleza impresionante. Por un lado, el castillo se erig?a junto a un vasto lago cubierto por la niebla. Por otro lado, hab?a una gran extensi?n de ?rboles y colinas y valles. Este lugar era m?gico. Caitlin se acerc? al borde de la muralla, observando el paisaje -cuando, de repente, sinti? otra presencia. No sab?a c?mo pod?a ser posible, ya que no hab?a nadie en todo el techo. Poco a poco se dio vuelta, ignorando qu? pod?a esperar. No pod?a creer lo que vio. All?, de pie, en el otro extremo de la azotea, hab?a una figura solitaria que, de espaldas a ella, miraba el lago. Un estremecimiento el?ctrico recorri? su cuerpo. No necesitaba ver sus largas t?nicas, su largo cabello plateado, o el bast?n junto a ?l para saber qui?n era. Aiden. ?Podr?a ser ?l? , se pregunt?. ?O era s?lo una ilusi?n en el ocaso? Cruz? el techo, camin? lentamente hacia ?l, y se detuvo a unos metros de distancia. Estaba muy quieto, el viento soplaba su pelo, y no se daba vuelta. Por un momento, ella se pregunt? si era real. Luego, escuch? su voz. "Has llegado lejos," ?l le dijo, aun d?ndole su espalda. Poco a poco, ?l se volvi? y la mir?. Incluso en la penumbra, sus ojos eran de un azul brillante y parec?an mirar a trav?s de ella. Como de costumbre, su rostro era inexpresivo. Intenso. Caitlin estaba encantada de verlo all?. Hab?a tantas preguntas que se estaba muriendo por preguntarle y, como de costumbre, parec?a aparecer justo en el momento en que ella necesitaba m?s orientaci?n. "No sab?a si te volver?a a ver," dijo ella. "T? siempre podr?s verme", ?l respondi?. "A veces en persona, y a veces de otra manera", respondi? cr?pticamente. Un silencio se suspendi? entre ellos, mientras ella trataba de ordenar sus pensamientos. "S?lo queda una llave," le dijo. "?Eso significa que voy a ver pronto a mi padre?" ?l la examin?, luego, lentamente, mir? hacia otro lado. Finalmente, le dijo: "Eso depende de tus acciones, ?no es as??" Su h?bito de responder a una pregunta con otra pregunta siempre la sacaba de quicio. Ten?a que intentarlo de nuevo. "La nueva pista," dijo ella. "La p?gina. La p?gina arrancada. No s? a d?nde conduce. No s? qu? buscar. O d?nde.” Aiden mir? hacia el horizonte. "A veces las pistas te buscan a ti", respondi?. “Ahora lo sabes. A veces hay que esperar que las cosas se te revelen.” Caitlin pens? en lo que ?l estaba diciendo. ?Le estaba sugiriendo que no deb?a hacer nada? "Entonces … ?no hay nada que yo pueda hacer?", le pregunt?. "Es mucho lo que puedes hacer", respondi? Aiden. ?l se volvi? y la mir? de frente y, poco a poco, por primera vez en todo el tiempo que Caitlin pod?a recordar, rompi? en una sonrisa. “Tienes que planear una boda." Caitlin le devolvi? la sonrisa. “Quer?a hacerlo. Pero ten?a miedo de que fuera algo fr?volo", dijo. “Cre?a que  debo esperar. Que en primer lugar deber?a buscar la llave” Aiden sacudi? lentamente la cabeza. "Una boda vampiro no es algo fr?volo. Se trata de un acontecimiento sagrado. Es la uni?n de dos almas de vampiros. Trae m?s poder a cada uno de ustedes, y a toda nuestra cofrad?a. Y s?lo profundizar? tu crecimiento, tus habilidades. Estoy orgulloso de ti. Has crecido mucho. Pero para evolucionar al siguiente nivel, necesitas hacer esto. Cada uni?n trae su propio poder. Tanto para la pareja como para el individuo.” Caitlin se sinti? aliviada, entusiasmada, pero tambi?n nerviosa. "Pero yo no s? c?mo planear este tipo de boda. Ni siquiera sabr?a c?mo planificar una boda humana.” Aiden sonri?. "Tienes muchos amigos que te ayudar?n. Y yo voy a presidir la ceremonia.” ?l sonri?. "Despu?s de todo, soy un sacerdote." Caitlin sonri?, le gustaba la idea. "Entonces, ?qu? hago ahora?", pregunt? Caitlin, nerviosa y entusiasmada, sin saber por d?nde empezar. ?l sonri?. “Ve con Caleb. Y dile que s?. Deja que el amor se ocupe del resto.” CAP?TULO OCHO Lleno de odio, Kyle caminaba por los pantanos del sur de Escocia. Con cada paso que daba, m?s le enfurec?a que Caitlin estuviera libre, eludi?ndolo una y otra vez, en un lugar tras otro. Pensaba en c?mo podr?a capturarla y matarla, en la justa venganza. Ya hab?a agotado casi todos los m?todos que se le hab?an ocurrido, y ella siempre parec?a deslizarse de sus manos. S? hab?a logrado realizar una peque?a, venganza envenenando a su familia. Sonri? para sus adentros al pensar en ello. Pero no era suficiente. Esto ya hab?a tomado demasiado tiempo, y la ?ltima vez que se encontraron, ten?a que admitirlo, ella lo hab?a subyugado. Le hab?a  sorprendido su fuerza, sus habilidades para el combate. En realidad, lo hab?a vencido. Ella hab?a excedido sus expectativas. Una parte de ?l lo hab?a temido y por eso hab?a llegado al extremo de querer envenenarla, para evitar una confrontaci?n frente a frente. Pero eso tambi?n hab?a fracasado. ?l hab?a envenenado a Caleb por accidente y, aunque hab?a estado seguro de que su veneno hab?a matado a Caleb, no hab?a podido confirmarlo porque hab?a tenido que huir en la noche. Este ser?a el ?ltimo tiempo y lugar, Kyle se prometi? a s? mismo, en que esto pasar?a, en que la perseguir?a. O la mataba, o mor?a en el intento. Esta vez no habr?a retirada, ni rendici?n. No m?s ?pocas ni lugares a donde regresar. Esta ser?a la ?ltima y definitiva batalla. Aqu?, en Escocia. Y para esta ?ltima batalla, ten?a una gran estrategia, la m?s grande de todas. El veneno de vampiro le hab?a parecido una buena idea en ese momento pero, en retrospectiva, hab?a sido demasiado arriesgado, hab?a dejado demasiado margen para el azar. Su nueva idea, sin embargo, no podr?a fallar. Mientras elaboraba el nuevo plan, Kyle hab?a pensado en todas las veces y lugares en que hab?a acorralado a Caitlin, y trat? de recordar la vez que hab?a estado m?s cerca de matarla. Lleg? a la conclusi?n de que hab?a sido en Nueva York cuando hab?a capturado a su hermano, Sam, lo hab?a tenido bajo su control, y lo hab?a utilizado para cambiar de forma y enga?ar a Caitlin. Casi hab?a funcionado. El cambio de forma, Kyle se dio cuenta, era la clave. Con este tipo de trampas, podr?a enga?ar a Caitlin, ganar su confianza, y luego matarla para siempre. Pero el problema era que Kyle no pose?a esa habilidad. Sin embargo, conoc?a una persona, en esta ?poca y lugar, que la pose?a. Su antiguo protegido. Rynd. Siglos antes, Kyle hab?a entrenado a la banda de vampiros m?s crueles y  s?dicos que hab?an errado sobre la faz de la tierra. Rynd hab?a sido uno de sus mejores estudiantes. Se hab?a vuelto demasiado vicioso incluso para Kyle, y finalmente tuvo que expulsarlo. Lo ?ltimo que hab?a sabido era que Rynd estaba viviendo en esta ?poca y lugar, escondido en el remoto sur de Escocia. Kyle ir?a a encontrarlo. Despu?s de todo, Kyle le hab?a ense?ado todo lo que sab?a y Rynd le deb?a una. Era lo menos que pod?a hacer por su antiguo mentor. Todo lo que Kyle necesitaba era que ?l usara su viejo truco de cambiar de forma, s?lo una vez. Con el barro hasta los tobillos, Kyle sonri? al pensar en ello. S?, Rynd era exactamente lo que necesitaba para enga?ar a Caitlin y acabar con ella para siempre. Era un plan que no pod?a fallar. Kyle observ? el paisaje. Hac?a fr?o y viento, y la humedad en el aire se filtraba en sus huesos. Era el crep?sculo, su momento favorito del d?a, y una densa niebla estaba cubriendo el antiguo bosque. Era el tipo de d?a que le gustaba. Si hab?a algo que a Kyle le gustaba m?s que el crep?sculo era la niebla. Kyle se sinti? como si estuviera en casa. De repente, sus sentidos se pusieron en alerta m?xima. Una sensaci?n espeluznante le levant? el vello de la piel, y algo le dec?a que Rynd estaba cerca. Конец ознакомительного фрагмента. Текст предоставлен ООО «ЛитРес». 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