Часть первая. Митинг для Собаки Баскервилей или Рандеву с Белой Горячкой. Пёс был огромный и чёрный. И хотя в подъезде горела всего одна лампочка, где-то в районе пятого этажа, силуэт этой зверюги виден был почти чётко. Он стоял на площадке между вторым и третьим, преграждая мне дорогу. Буквально двадцать минут назад, когда я, проснувшись с диког

Corazones Ardientes

Corazones Ardientes Aurelia Hilton ADVERTENCIA: ?ste libro es parte de la sensual, caliente y t?rrida novela rom?ntica de Aurelia Hilton… las cosas se pondr?n calientes y t?rridas… descubra lo que sucede cuando un bombero necesitado salva a una dama solitaria… ?Es salvaje! Soy Samantha, una escritora t?cnica independiente. No es nada prestigioso, en realidad, pero paga las cuentas. Tengo un buen lugar con suficiente espacio para m? y un trabajo constante. Nada de eso ayuda porque estoy sola. Mi mejor amiga tiene un esposo que ama hasta la muerte, pero ella habla mucho de ?l. Me hace sentir celos. Estoy completamente sola. Es muy dif?cil encontrar a alguien que no sea un cretino. Una noche, me fui a la cama despu?s de terminar el trabajo. Me despert? a las tres de la ma?ana para ver mi casa en llamas. ?El hombre que me rescata es el tipo al que le gust? mi perfil? No puedo ver su rostro a trav?s de su m?scara, pero su voz revuelve algo dentro de m?. Tengo que conocerlo. Grant, me llamo Grant Burns. Lo s?, ese es un nombre ir?nico para un bombero. No ser?as la primera en dec?rmelo. De todos modos, siempre he estado motivado. ?ste trabajo ha sido lo ?nico en mi vida durante 10 a?os. Es satisfactorio, y al final del d?a, estoy orgulloso de m? mismo. Pero quiero un tipo diferente de satisfacci?n. Algunas personas dicen que soy demasiado intenso. No quiero una conexi?n r?pida. La mayor?a de las chicas en los sitios de citas s?lo quieren eso. Hab?a una mujer, Samantha, que parec?a diferente. Dudaba de mis posibilidades con ella. Todo lo que hice fue darle ”Me Gusta” a su perfil, luego era hora de volver al trabajo. A las tres de la ma?ana, nos llaman al incendio de una casa. La mujer que est? no puede escapar. Entro para rescatarla. Cuando veo su rostro iluminado por las llamas, me doy cuenta de que es ella, Samantha. Nunca hab?a sentido esto tan fuertemente por nada. Mientras la sostengo, llev?ndola, apenas puedo controlarme. Ella tiene las curvas de una diosa. Por alg?n tipo de suerte, ella anota mi n?mero. ?C?mo seguir? esto? Definitivamente era una mujer que sab?a lo que quer?a. Y supe que la necesitaba. Nunca me hab?a dado cuenta de lo vac?a que se sent?a mi vida antes de que ella apareciera. Ella me complet? de una manera que nunca habr?a podido imaginar… Voy a hacer lo mismo por ella. Aurelia Hilton Corazones Ardientes CORAZONES ARDIENTES AURELIA HILTON Traducido por ROBERTO ROJAS © 2019 AURELIA HILTON Esta es una obra de ficci?n. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son producto de la imaginaci?n de la autora o se usan de manera ficticia. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, empresas, compa??as, eventos o locales es pura coincidencia. Para obtener informaci?n sobre descuentos especiales disponibles para compras a granel, promociones de ventas y recaudaci?n de fondos, comun?quese con Aurelia Hilton a trav?s de [email protected]. SAMANTHA Mis dedos bailaron sobre el teclado de mi computadora port?til mientras le daba los ?ltimos toques al ?ltimo pedido para mi cliente, Tecnolog?as Ethertron. Le di una revisi?n r?pida para asegurarme de que todo estaba correctamente formateado y que no hab?an errores ortogr?ficos, y luego sonre? mientras miraba mi nombre en los cr?ditos —Samantha Hart —. Veinte mil densas palabras para un manual que explica los pormenores de un complejo software de visi?n por computadora que probablemente se utilizar?a con bastante intensidad en el sector de fabricaci?n – Obtuve ese cheque gordo que cualquier buen escritor t?cnico merece —. Con un suspiro de satisfacci?n, quit? la computadora port?til de mi regazo y la coloqu? junto a m? en mi peque?o sof? de cuero favorito, me levant? y me pase? hasta mi peque?a cocina, en mi peque?a casa de una planta y 65 metros cuadrados para prepararme una recompensa adecuada por completar una semana de valioso trabajo independiente. En mi caso, result? ser una Chef Boyardee en el microondas. Hubiese preferido una cena a la luz de las velas en un buen restaurante italiano con un gal?n alto y fornido, pero nunca hab?a tenido tanta suerte antes, y no creo que mi suerte vaya a mejorar ahora. Pas? frente a uno de mis espejos montados en la pared de mi sala de estar (no muy lejos de mi cocina, dado el plano de mi casa), y suspir? al ver mi reflejo. Una mujer blanca de treinta a?os, de 1,63 m de estatura, cabello negro, liso con flequillo cuyas puntas rizadas bajaban alrededor de mis hombros, y un peque?o lunar justo debajo de mi ojo derecho – Por cierto, tanto el derecho como el izquierdo eran marrones —. Supongo que me habr?a gustado tener ojos de un color diferente; tal vez eso me hubiera hecho sobresalir un poco m?s, pero no fue as?, sino simplemente marrones. Supongo que podr?a ser peor – Sobresalir por las razones equivocadas habr?a hecho que mi vida fuera mucho m?s dif?cil, y, excepto por estar sola, al menos la mayor parte del tiempo, no la pas? tan mal —. No com?a exactamente saludable – Como te podr?s imaginar, Chef Boyardee no era precisamente comida saludable —, pero cuando tuve la oportunidad siempre estaba preparada para un buen batido o ensalada, y siempre, apartaba algo de tiempo todos los d?as para un buen paseo por el vecindario, que afortunadamente era bastante seguro. As? que, definitivamente no iba a ganar ning?n concurso del Se?orita Estados Unidos. Pero me gustar?a pensar, y ten?a buenas razones para creer que era cierto, a juzgar por las dos veces que me hab?an invitado a salir, o las raras ocasiones que me aventur? afuera de un bar o restaurante, que no era terriblemente fea. “Curvil?nea” ser?a la mejor palabra para describirme. Copa D, muslos gruesos, cojines en mis brazos y una barriga suave que nunca logr? convertirse en una “llantita”. Pero, incluso si no fuera poco atractiva para los hombres, para realmente atraerlos, tendr?a que conocerlos, y eso no era demasiado f?cil para m?, y no lo hab?a sido desde hace unos a?os. Nunca hab?a sido la chica m?s extrovertida en el campus de la Universidad de Stony Brook, y cuando me gradu? con una licenciatura en Comunicaciones y una especializaci?n en F?sica, s?lo hab?a tenido un par de citas con tres chicos, y nunca llegu? m?s all? de eso. En su mayor parte, pasaba mis tardes en la universidad leyendo, escribiendo y permaneciendo acurrucada en la cama escuchando m?sica. Por eso estaba complacida de haber tomado las clases que tom?; Comunicaciones significaba que era una escritora bastante buena (si se me permite decirlo), y F?sica significaba que no era del todo mala con las matem?ticas y la terminolog?a t?cnica. As? que me las arregl? para ser reclutada por una agencia especializada en la producci?n de documentaci?n (gu?as de usuario, manuales y ese tipo de cosas) para empresas en las industrias de ingenier?a y computaci?n, y al final result?; ser una escritora t?cnica (y en ocasiones, editora ) era justo el trabajo para m?. Gracias a la magia de Internet, pude establecer mis propios horarios (siempre y cuando cumpliera con los plazos, obviamente) y trabajar desde la comodidad de mi hogar. Eso encajaba perfectamente con mi personalidad. Sin embargo, no estaba completamente segura si mi personalidad realmente encajaba conmigo tanto como hubiese querido. Suspir? mientras esperaba que mi peque?o microondas terminara de calentar la peque?a taza de raviolis de carne de Boyardee, y mientras lo hac?a, busqu? un taz?n cercano y saqu? una manzana, luego la enjuagu? en el fregadero y comenc? a masticar – Le prest? algo de atenci?n a mi salud, despu?s de todo —. Conforme lo hac?a, ech? un buen vistazo a mi cocina y luego a trav?s de la puerta abierta a mi sala de estar. No puedo decir que era infeliz, no realmente. Ten?a una linda casa por la que mucha gente matar?a – Buena ubicaci?n con poca delincuencia, a poca distancia de un bullicioso distrito comercial, y lo suficientemente grande para una chica soltera —. Con 65 metros cuadrados, no era mucho m?s grande que un apartamento, pero ten?a suficiente espacio para un ba?o con tina y ducha espaciosas, una sala de estar que pod?a contener un televisor de pantalla plana de 32 pulgadas y una habitaci?n lo suficientemente grande para una cama doble y una mesita de noche. La cocina no era digna de Gordon Ramsay – Mi mayor queja – pero el horno a gas funcionaba y el refrigerador era lo suficientemente grande como para almacenar una semana de comida, as? que eso era suficiente para m?. El microondas son?. Tir? los restos de mi manzana a la basura y luego saqu? mi taza de raviolis de carne humeantes; despu?s de abrirla, la dej? reposar en el mes?n por un rato; no necesitas una especializaci?n en F?sica para saber que estaba demasiado caliente justo despu?s de ser cocinada. Mis padres y mi hermano ayudaron con la hipoteca, y eso era otra cosa por la que estaba agradecida. He escuchado que muchas personas pierden contacto con sus familias despu?s de abandonar el nido, o que sus padres no quer?an dejarlos ir, pero mis viejos nunca fueron demasiado lejos en ninguna direcci?n. Charlamos por tel?fono casi cada dos d?as, y mi pap? estaba feliz de ayudarme con mi hipoteca y el seguro de mi hogar, siempre y cuando me mantuviera con un empleo remunerado. Y aunque la escritura independiente no era exactamente un trabajo de 9:00 a.m. a 5:00 p.m., las comisiones pagaban bastante bien y eran lo suficientemente importantes (?Estaba ayudando a que la econom?a creciera!) que mis padres estaban satisfechos. Sin embargo, ya los hab?a llamado un poco m?s temprano hoy. Cuando consegu? una cuchara y comenc? a comer los raviolis, pens? en alguien m?s con quien quer?a hablar. Y cuando los termin? y tir? la taza a la basura, decid? hacer exactamente eso. Volv? a mi computadora port?til – Todav?a estaba encendida —; La puse en modo de suspensi?n, sin apagarla completamente. Despu?s de que me puse c?moda nuevamente en mi sof?, activ? Skype y sonre? a m? misma cuando vi el nombre de usuario CrystalKiwi734 aparecer en el lado izquierdo de la pantalla, en l?nea en vez de desconectado o ausente. Pulse sobre ?l y ped? una videollamada – Quer?a verla as? como escuchar su voz —, tras unos momentos, la cara sonriente de mi mejor amiga ocup? toda la pantalla de mi computadora port?til. Kendra hab?a sido mi mejor amiga desde la secundaria, y aunque no lo habr?a admitido ante mis padres, no creo que hubiese ido a Stony Brook si ella no hubiese estado all? tambi?n. Puede no haberse visto como una modelo, pero definitivamente lo hizo – Hermosa piel morena, un magn?fico cabello negro que se ve?a incre?ble si estaba naturalmente rizado o alisado (como a veces lo hac?a cada vez que iba a una de esas convenciones de Cosplay), y una perfecta figura de reloj de arena, aunque sus senos y caderas no eran del tama?o de los m?os —. “?Adivina qui?n tiene otro cheque en el banco?”, Le sonre?. “?Maldici?n, Sammy! ?Ya terminaste con ese manual?” Kendra se re?a, mostrando sus dientes perfectos, cegadoramente blancos. "Eso me habr?a llevado un mes. ?Te est?n dando un bono o algo? “?Deber?an hacerlo!”. Ahora era mi turno de sonre?r realmente. “S?, uno muy bueno, demasiado. Cien d?lares extra en el banco, nena. ?Clink, caja!”. “Oh, est?s escalando posiciones, ni?a. ?Qu? vas a hacer con ese dinero extra? S? lo yo que har?a”. Le gui?? un ojo a la c?mara en su propia computadora con un brillo lascivo en sus ojos. “Conseguirme esa lencer?a de corte alto que mi maridito se com?a con los ojos el otro d?a, cocinarnos una cena de pollo entero, y cuando est? relleno… ?Oh! ?Llevarlo a la habitaci?n, acostarme enseguida en mi cama y dejar que me monte toda la noche!” Ella se estremeci?. “Oh, recuerdo la ?ltima vez que hizo eso… Creo que a?n lo sent?a una semana despu?s. Con lencer?a o no, ?Tengo que obligarlo a hacerlo otra vez lo antes posible!”. Puse mis ojos en blanco y resopl?. “De todas formas, ?C?mo conseguiste a un tipo como ?l? Quiero decir, claro, eres hermosa, pero no es que los hombres como Tom crezcan precisamente en los ?rboles. O, si t? sabes en d?nde los abogados de 1,96 m de alto que egresaron la Universidad de Nueva York est?n a la espera de que los recojan, ?Por qu? no me lo has dicho?” Ella re?a, pero ahora hab?a m?s que un poco de simpat?a en su voz. Siempre hab?a sido as? – Vivaz, alegre y perpetuamente lista con una sonrisa, pero tambi?n ferozmente leal a sus amigos y siempre dispuesta a ayudarlos cuando estaban en un aprieto —. Creo que no podr?a haberme graduado de Stony Brook si ella no hubiese estado all? para mantenerme motivada, y podr?a no haber obtenido ?ste trabajo como escritora y editora t?cnica si ella no me hubiese animado a arriesgarme – Especialmente cuando se trataba de asistir a las ferias de trabajo de Stony Brook – . “Cari?o, ?l no cay? del cielo, tuve que salir a buscarlo. ?Ese programa de citas r?pidas que ten?an en Stony Brook fue un regalo del cielo! Te dije que te mantuvieras al d?a con eso, ?No?”. “S?, pero nunca pude encontrar a alguien con quien realmente hiciera clic”. “Claro, tuve suerte, pero tambi?n tuve algunos fracasos antes de eso. ?Tienes que ser persistente, ni?a!” Suspir?. “Lo s?, tienes raz?n. Pero all? en Stony Brook, siempre te tuve cerca, y eso hizo que salir y conocer gente fuera mucho m?s f?cil. ?No s? qu? se supone que deba hacer ahora que estoy sola!”. “Incluso si no estoy all? contigo, sabes que te respaldo, ?Cierto?”. “Seguro”. “?Entonces trata de tomar la iniciativa! ?No puedes conseguir una cuenta en uno de esos sitios de citas o algo as??". “Ya tengo una, pero ?No son demasiado riesgosos? ?Qui?n sabe qu? clase de bichos raros puedes conocer?”. "?Acaso no hay un mont?n de tipos raros en la universidad o en los bares? S?lo tienes que tener cuidado, ni?a. Cons?guete un poco de gas pimienta, habla con el tipo antes de reunirte con ?l en persona, y cuando tengan una cita, salgan a un lugar popular para que puedas conocerlo antes de llevarlo a casa". “Supongo que tienes raz?n. Est? bien, t? ganas. Navegar? por la red y ver? si puedo encontrar a alguien que no parezca un psic?pata”. “?Ese es el esp?ritu!” Entonces, Kendra se apart? de m? por un segundo, mirando a su lado. “?Oh, Tom acaba de llegar! Te ver? m?s tarde, cari?o, le promet? que esta noche tendr?a una sorpresita para ?l”. Me gui?? nuevamente y puse los ojos en blanco, sabiendo qu? tipo de sorpresa ten?a guardada para ?l. “Nos vemos, Kennie”, le dije, y cerr? la ventana de Skype. “Bien podr?a seguir su consejo”, murmur? a m? misma. Abr? mi navegador de Internet e inici? sesi?n en mi cuenta de OkCupid. Habr?a pasado un mes desde la ?ltima vez que lo vi, y… Sin coincidencias. Al menos ninguna que realmente valga la pena mencionar. Casi todas las personas a las que les gust? mi perfil y que dijeron que estaban en el ?rea no ten?an fotos de perfil suyas y parec?an ser probablemente bots. No pude evitar sentirme desanimada – Pensaba que mi foto de perfil era bastante buena, pero, de nuevo, esa era una foto m?a con un traje cuando asist? a una conferencia en nombre de Ethertron hace unos meses —. Profesional, pero no exactamente linda o sexi. Suspir? y me prepar? para cerrar sesi?n. Tal vez sea mejor que suba algunas fotos nuevas all? – Nada expl?cito, obviamente, pero con suerte, algunas que sean m?s favorecedoras —. Quiero decir, ten?a curvas, ?Por qu? no deber?a usarlas? Kendra definitivamente ayudar?a con eso. La llamar? ma?ana. Sin embargo, antes de cerrarlo, not? que una persona me hab?a dado un “Me Gusta”. Al menos, estaba bastante segura de que era una persona – Ten?a una imagen real en su perfil —. Su nombre era “Grant” y parec?a un bombero – Al menos estaba parado frente a un cami?n de bomberos y llevaba el equipo de un bombero —. Tambi?n parec?a un tipo grande, y sent? que me sonrojaba un poco. ?Un bombero grande y fornido interes?ndose en alguien como yo? Pero, de nuevo, tal vez eso habr?a sido – un poco de – demasiada suerte. La foto no fue tomada cerca y no estaba muy clara, as? que no pude ver bien la cara del chico. Y ?l simplemente me dej? un “Me Gusta”, ni un mensaje, ni nada. Mov? el rat?n sobre su perfil, decidiendo si hacer clic en ?l o no y responder, pero luego lo reconsider?. Probablemente no fue nada. Ya tuve bastante suerte, dado mi trabajo y mi c?moda casa. Un posible novio cayendo del cielo, como Kendra hab?a dicho, era probablemente, demasiado bueno para ser verdad. Se estaba haciendo tarde y me estaba dando sue?o. Sin embargo, no apagu? mi computadora port?til – La mantuve conectada al tomacorriente de la pared, justo al lado de la puerta que daba al exterior, donde tambi?n hab?a otras cosas conectadas, concretamente, el cargador de mi tel?fono celular y el cable para una peque?a l?mpara, que estaba colocada en un soporte justo al lado de una de mis plantas de macetas favoritas, un lindo cipr?s italiano que hab?a tenido desde que me mud? a esta casa —. Estaba planeando mantenerla encendida toda la noche para descargar algunas pel?culas de Netflix, y antes de irme a la cama, me asegur? de hacer una copia de seguridad de mi ?ltimo pedido de Ethertron, junto con algunos otros archivos importantes, en una Memoria USB confiable que manten?a escondida en la mesita de noche al lado de mi cama. Y a prop?sito, ya era hora de eso. Tom? una ducha r?pida, me cepill? los dientes, me puse la pijama y me fui a dormir. Конец ознакомительного фрагмента. Текст предоставлен ООО «ЛитРес». 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