Часть первая. Митинг для Собаки Баскервилей или Рандеву с Белой Горячкой. Пёс был огромный и чёрный. И хотя в подъезде горела всего одна лампочка, где-то в районе пятого этажа, силуэт этой зверюги виден был почти чётко. Он стоял на площадке между вторым и третьим, преграждая мне дорогу. Буквально двадцать минут назад, когда я, проснувшись с диког

Cronobiolog?a

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Cronobiolog?a Juan Mois?s De La Serna Ser?a bueno que todos pudi?ramos regirnos por nuestro propio tempo, el cual nos marca el ritmo optimo a la hora de desempe?ar cualquier actuacion, adem?s, y como veremos a lo largo del libro, seguirlo va a proporcionar salud. Cada uno de nosotros somos seres ?nicos, por lo que ser?a conveniente que pudi?ramos aprender a escuchar a nuestro propio organismo para saber cu?l es el tempo por el que nos regimos para, con ello, ajustarnos a ?l, ya que es con el que nos encontraremos m?s tranquilos a la vez que podremos realizar nuestras tareas mejor. Desempe?ar las actividades diarias de forma m?s acelerada a nuestro tempo, ?nicamente nos traer? estr?s y con ello las enfermedades asociadas al mismo. De igual forma, el realizarlo por debajo de nuestro ritmo nos va a provocar desesperacion y aburrimiento. En este libro se abordar? una tem?tica, de gran importancia, tanto para nuestro auto-descubrimiento personal como para nuestras relaciones sociales, pues nos permitir? acercarnos a los otros con una nueva perspectiva enriquecedora. CronoBiolog?a La Biolog?a del Tiempo Dr. Juan Mois?s de la Serna www.juanmoisesdelaserna.es (http://www.juanmoisesdelaserna.es) Copyright © 2016 Prefacio Ser?a bueno que todos pudi?ramos regirnos por el propio tempo, el cual marca el ritmo ?ptimo a la hora de desempe?ar cualquier actuaci?n, adem?s, y como veremos a lo largo del libro, seguirlo va a proporcionar salud. Cada uno de es un ser ?nico, por lo que ser?a conveniente que se pudiera aprender a escuchar al propio organismo para saber cu?l es el tempo por el que cada uno se rige para, con ello, ajustarse a ?l, ya que es con el que encontraremos m?s tranquilos a la vez que podremos realizar las tareas mejor. Desempe?ar las actividades diarias de forma m?s acelerada al tempo, ?nicamente traer? estr?s y con ello las enfermedades asociadas al mismo. De igual forma, el realizarlo por debajo del ritmo va a provocar desesperaci?n y aburrimiento. En este libro se abordar? una tem?tica, de gran importancia, tanto para el auto-descubrimiento personal como para las relaciones sociales, pues permitir? acercarnos a los otros con una nueva perspectiva enriquecedora. Objetivo: El objetivo del libro es servir como primera aproximaci?n a la rama emergente denominada Cronobiolog?a. Para ello se tratan los temas m?s relevantes ofreciendo resultados sobre las ?ltimas investigaciones desarrolladas en los dos ?ltimos a?os a lo largo del mundo sobre esta materia. Todo ello explicado con un lenguaje claro y sencillo, alejado de los tecnicismos, explicando cada concepto, de forma que pueda servir como una verdadera gu?a de iniciaci?n. Destinatarios: - Profesionales de la salud que se tienen que quieren profundizar en los efectos del tiempo en la salud - A profesores que quieren ofrecer informaci?n actualizada a sus alumnos sobre los relojes internos. - A cualquier persona interesada en conocer c?mo funcionamos y las influencias que el tiempo tiene sobre el comportamiento y la salud. Tem?tica A continuaci?n, se detallan cada uno de las tem?ticas principales de esta obra: - El ciclo de la vida: Todos los seres vivos van a estar supeditados por el paso del tiempo y sus consecuencias, y entre ellos los humanos, averigua c?mo va a afectarnos este. - El origen del control del tiempo: Una de los grandes descubrimientos de la humanidad ha sido el comprender y medir el paso del tiempo, lo que le permite realizar predicciones, en este apartado se explora la historia de la medida del tiempo. - El reloj biol?gico Se adentra en el concepto del reloj biol?gico, y de c?mo en realidad el humano tiene m?s de uno de estos relojes que ayudan a mantener el correcto funcionamiento del organismo. Indices Prefacio (#ulink_e1fd40d1-7282-5d47-b57b-b730ce87e955) Indices (#ulink_c0d6d3bd-d94b-55c4-86f9-0b1a2ae7004e) Agradecimientos (#ulink_9bd1ce28-8ac4-5e44-96b8-990bff2ac1b8) Aviso Legal (#ulink_6ffdbe1e-7750-5d5c-8798-d4ae45f9c143) Cap?tulo 1. El Mayor Descubrimiento de la Humanidad (#ulink_21721cc2-b5bf-5cee-89fd-f78f5a06945d) Cap?tulo 2. El Ciclo de la Vida (#ulink_6ac7b5ee-cbe7-5dec-bbe7-707a8a67d94c) Cap?tulo 3. El Control del Tiempo (#litres_trial_promo) Cap?tulo 4. El Reloj Humano (#litres_trial_promo) Cap?tulo 5. Las Migraciones (#litres_trial_promo) Cap?tulo 6. El Ciclo Menstrual (#litres_trial_promo) Cap?tulo 7. La Frecuencia Card?aca (#litres_trial_promo) Cap?tulo 8. El Ciclo del Sue?o (#litres_trial_promo) Cap?tulo 9. Tasa de Regeneraci?n Celular (#litres_trial_promo) Cap?tulo 10. Conclusi?n (#litres_trial_promo) Sobre Juan Mois?s de la Serna (#litres_trial_promo) Dedicado a mis padres Agradecimientos Aprovechar desde aqu? para agradecer a todas las personas que han colaborado con sus aportaciones en la realizaci?n de este texto, especialmente a D? Vilma Aho, Biocient?fica, investigadora del Equipo del Sue?o de Helsinki, Instituto de Biomedicina, Universidad de Helsinki (Finlandia) y a D. Ricardo L?pez P?rez, investigador de la cura del c?ncer y Director del Departamento de I+D+I de Immunostep. Aviso Legal No se permite la reproducci?n total o parcial de este libro, ni su incorporaci?n a un sistema inform?tico, ni su transmisi?n en cualquier forma o por cualquier medio, sea ?ste electr?nico, mec?nico, por fotocopia, por grabaci?n u otros medios, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracci?n de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del C?digo Penal). Dir?jase a C.E.D.R.O. (Centro Espa?ol de Derechos Reprogr?ficos) si necesita fotocopiar o escanear alg?n fragmento de esta obra. Puede contactar con C.E.D.R.O. a trav?s de la web www.conlicencia.com o por el tel?fono en el 91 702 19 70 / 93 272 04 47. © Juan Mois?s de la Serna, 2016 Primera Edici?n Abril del 2016 Colecci?n: CronoPsicolog?a ASIN: B01E158FME Dep?sito Legal: COI-157-2015 Cap?tulo 1. El Mayor Descubrimiento de la Humanidad Si se para uno a mirar a su alrededor, y pensar c?mo viv?an sus padres cuando ten?an su edad, se puede comprender que se ha dado un gran paso en cuanto a avances tecnol?gicos se refiere. Ellos, hace 40 a?os, desconoc?an por completo la telefon?a m?vil, y los t?rminos Facebook, Twitter o WhatsApp tan comunes en la actualidad, y que por aquel entonces eran impensables. Pero si pensamos en los padres de nuestros padres, hace ya 80 a?os, los cambios son a?n mayores comparados con cualquiera de nuestros d?as, en el que amanecemos con el despertador del m?vil, donde podemos revisar si hemos recibido mensajes de cualquier parte del mundo, ver la predicci?n del tiempo para hoy; igualmente la televisi?n de plasma puede amenizarnos el desayuno, y de camino al trabajo o a la escuela podemos ir revisando los mensajes en la BlackBerry o escuchando el ?ltimo concierto del ?dolo del momento en el iPod. Estamos tan acostumbrados a la tecnolog?a y a su avance, que se hace dif?cil comprender el concepto de civilizaci?n sin ella. De hecho, precisamente uno de los ejes por los que se define el primer mundo es por el acceso a la tecnolog?a y a los avances que proporciona en los distintos campos como en la medicina. Los pa?ses en v?as de desarrollo son aquellos que poco a poco van incrementando su uso tecnol?gico, adem?s de ir incorporando infraestructura, como pavimentaci?n, autopistas, pero tambi?n tendido el?ctrico que ilumine las calles o permita el control del tr?fico mediante sem?foros. Pero para los del tercer mundo o los pa?ses subdesarrollados, todo esto le es tan lejano, como al padre de nuestro padre, cuando ?ste era joven. Han sido tantos cambios en tan poco tiempo, y somos tan diferentes a lo que hab?amos venido siendo que algunos cient?ficos incluso han llegado a proponer que encontramos ante un nuevo paso evolutivo de la especia humana, ante el homo tecnol?gico, dejando as? definitivamente atr?s al homo sapiens, el cual surgi? hace ya miles de a?os. Han sido muchos los avances que la presente civilizaci?n ha ido experimentando a lo largo de su historia hasta llegar al desarrollo actual donde vemos como normal, avances que hace s?lo un siglo se consideraba como excepcional, como la electricidad, que ilumina cada espacio de nuestras ciudades, ya sea con los carteles luminosos publicitarios, los sem?foros o las farolas p?blicas; o el uso masivo de Internet y de la comunicaci?n a distancia, a trav?s de tabletas u otros dispositivos m?viles, pudiendo en la actualidad utilizar trenes en Jap?n que se deslizan por el aire soportados por grandes campos magn?ticos o subirnos en el famoso tren bala de China, que atraviesa la meseta de Yunnan-Guizhou, a una media de doscientos cincuenta kil?metros a la hora, lo que le permite reducir casi a la mitad el tiempo que antes se invert?a en este recorrido. Inventos que forman parte de nuestra cotidianidad, pero que apenas hace unas d?cadas era impensable, un avance que parece ser cada vez m?s acelerado, produci?ndose en un a?o, lo que antes llevaba d?cadas, y que permite que los sue?os sean cada vez m?s alcanzables, y que incluso tengamos fecha para la colonizaci?n de nuevos planetas, al menos as? lo afirman desde a N.A.S.A., quienes ya est?n seleccionando y preparando a los que ser?n los primeros exploradores del gigante rojo, Marte. Desde el 2012 est? siendo observado de cerca por el Curiosity quien, desde entonces no ha dejado de enviar im?genes sobre su superficie, adem?s de otra informaci?n que se considera vital para poder dise?ar lo que ser?a la primera colonia de la humanidad fuera de la Tierra. Un desarrollo lleno de luces y sombras, en donde los pa?ses del primer mundo, se han convertido en los grandes consumidores de cualquier avance que va surgiendo cada d?a, y todo ello a costa de los pa?ses menos desarrollados, convertidos en mano de obra barata para la explotaci?n de los recursos mineros y petroleros de sus tierras, o convertidos en manufactureros, donde las f?bricas se encargan de generar nuevos productos de consumo. Este avance tecnol?gico adem?s ha ido acompa?ado de un incremento en la atenci?n y la calidad sanitaria, permitiendo tratamientos en el coraz?n o en la cabeza que eran inimaginables apenas hace una d?cada, donde la resonancia magn?tica posibilita intervenciones quir?rgicas basadas en modelos en tres dimensiones del propio paciente. Una mejora en la calidad de vida que se ha visto acompa?ado de un incremento de la diversidad en la alimentaci?n que podemos encontrar en cualquier supermercado, procedente de Colombia, B?lgica o Marruecos. La chirimoya, el aguacate, las granadas o los d?tiles se han convertido en parte de nuestros men?s diarios, ya que est?n disponibles en cualquier ?poca del a?o. Todo esto, unido a otros factores, parecen ser clave para el incremento de la esperanza de vida, que ha pasado de los veinte y pocos, de hace unos cientos de a?os, a los cuarenta y pocos, de las generaciones pasadas, hasta casi los ochenta de la actual en pa?ses como Jap?n o Espa?a. Se puede concluir que ahora somos m?s sanos, vivimos mejor y adem?s m?s a?os y todo ello gracias al avance de la ciencia, que a pesar de su gran complejidad actual de la qu?mica org?nica o la f?sica cu?ntica, ?nicamente se han considerado a unos pocos de estos descubrimientos como los responsables de haber cambiado dr?sticamente el curso de la historia de la humanidad, sin los cuales no habr?amos podido llegar a lo que somos, ni como especie ni como civilizaci?n, y teniendo claro que sin los mismos, permanecer?amos en las cavernas como nuestros ancestros en la noche de los tiempos. Aunque no existe un consenso un?nime entre los cient?ficos y pensadores sobre los principales motores de la evoluci?n social, se suele considerar a los siguientes como los mejores candidatos: 1) La capacidad de manipulaci?n del fuego, lo que permiti? sobrevivir a los fr?os m?s intensos del invierno, as? como cambiar el modo de alimentaci?n al poder cocinar o ahumarlo, evitando as? que estos se estropeen e incluso que puedan trasmitir enfermedades que en los primeros momentos pod?an diezmar a la poblaci?n existente. Con el tiempo se convertir? en elemento esencial para el desarrollo de procesos tan determinantes como el de la fundici?n, con lo que se iniciar? uno de los per?odos m?s convulsos de la historia, la edad de los metales, donde un arma echa de metal era decisivo para cualquier contienda y batalla. Y si al principio estas eran de hierro fundido, el descubrimiento del cobre, m?s maleable pero tambi?n m?s duro, hizo que muchos ej?rcitos cayesen frente a los que hab?an conseguido dominar el secreto del fuego en beneficio propio. Pueblos como los persas, que hab?an llegado hasta Asia, o los mongoles, que hab?an conquistado todas las estepas e incluso parte de Europa, se vieron superados por las modernas armas y armaduras relucientes de los soldados y centuriones de ej?rcitos tan ordenados y organizados como los romanos, cuyas espadas eran capaces de romper la de sus contrincantes con un solo golpe. El uso de metales como el acero se ha hecho extensivo en todo tipo de veh?culos y aparatos, aunque actualmente y gracias a la nanotecnolog?a han surgido multitud de nuevos materiales y tejidos, que cumplen funciones concretas, como la de la memoria que permite recuperar el estado original del veh?culo despu?s de una colisi?n, o ropa impermeable al agua y a las manchas. 2) El desarrollo de la agricultura junto con las habilidades para criar y domesticar animales en cautividad, fueron pasos fundamentales para el abandono de la vida n?mada y migratoria, lo que permiti? realizar los primeros asentamientos al garantizarse el medio de subsistencia durante todo el a?o. Aunque actualmente siguen existiendo pueblos n?madas que van trashumando en busca de pastos verdes para sus ganados, la mayor?a de los pueblos se han asentado en lugares acotados, que consideran su territorio, lo que ha propiciado las luchas por poseer terrenos m?s all? de las propias lindes. 3) El invento de la rueda fue un elemento imprescindible ya que posibilit? el desarrollo de las primeras m?quinas tan importantes como la polea, esenciales para las edificaciones y posteriores avances arquitect?nicos; igualmente simplific? las tareas de transporte, permitiendo el traslado de materiales a grandes distancias. 4) El desarrollo del cemento, lo que posibilit? pasar de las peque?as aldeas a construir las grandes urbes, cuyo precursor fue ampliamente utilizado por los romanos mezclando cenizas de volc?n con cal viva, denominado cemento Puzol?nico, en referencia al nombre de las canteras de donde se extra?an, pr?ximas al Vesubio. Permitiendo la creaci?n de enormes arcos y b?vedas hasta ese momento imposibles. Hoy en d?a se pueden visitar muchos de estos monumentos erigidos hace miles de a?os, diseminados por la capital del Imperio Romano como el Coliseo (Anfiteatro de Flavio), las termas de Caracalla o el Pante?n de Agripa. 5) La creaci?n y perfeccionamiento del lenguaje, sobre todo el escrito, como veh?culo indispensable de difusi?n del conocimiento, superando as? las limitaciones del aqu? y del ahora, pudiendo transmitir mensajes a personas que se encuentran en lugares muy distantes e incluso en ?pocas diferentes. 6) El desarrollo de las matem?ticas, como lenguaje universal y medio de comprensi?n del entorno que rodea, lo que ha facilitado acercarnos al entendimiento de los diminutos microorganismos y a las estrellas m?s alejadas. Pero todos estos ingenios y desarrollos palidecen ante uno, que se ha convertido en imprescindible para nuestro d?a a d?a all? donde encontremos, el reloj. Un invento que trata de dar cuenta de un fen?meno que ha marcado todo acontecimiento de la vida de la humanidad, y del resto de los seres vivos, desde que surge hasta su fin, el necesario e ineludible paso del tiempo. La simple observaci?n de su transcurrir ha maravillado a la humanidad desde sus albores, ya sea para adaptarse a las condiciones clim?ticas de cada estaci?n, recoger los frutos tras la ?poca de la floraci?n, o simplemente al comprobar c?mo van creciendo los reci?n nacidos, aumentando as? el n?mero de miembros del clan. Entre las muchas evidencias de dicho transcurrir, quiz?s el m?s llamativo a la vez que intrigante ha sido el suscitado por la enorme variaci?n de luminosidad a lo largo del d?a, que descend?a hasta desaparecer. Si el d?a proporcionaba luz y calor, la noche, por su parte, tra?a oscuridad y la bajada de temperatura, lo que ha sido motivo de gran temor para nuestros antecesores, que, a diferencia de otras especies animales, no estaban especialmente adaptados para sobrevivir en ausencia de luz, pues su buena visi?n, tan necesaria para la caza, a esas horas era bastante limitada. Para lo cual fue muy ?til uno de los primeros descubrimientos, ya comentados, el domino del fuego, el cual no les era del todo desconocido, ya que lo hab?an encontrado de forma natural, en los ?rboles prendidos tras caerle un rayo, o en las zonas de actividad volc?nica. Este descubrimiento les otorg? un nuevo estatus en la cadena alimenticia, ya que pod?an usarlo como arma o para preparar la comida cazada. Igualmente era muy ?til para protegerse de los depredadores que a menudo merodeaban por las inmediaciones de los lugares en donde se refugiaban. Adem?s, no tardar?an demasiado en servirse de otras propiedades como la de generar calor, tan importante para las noches m?s fr?as o las estaciones invernales; y de su luminiscencia, algo fundamental para la vida en las cavernas escasamente iluminadas por p?lidos rayos de Luna. La admiraci?n por el ciclo d?a-noche y sus efectos en los seres vivos, ha sido uno de los fen?menos que m?s han influido en la cultura de los primeros pueblos, enraiz?ndose profundamente en sus tradiciones y creencias, generando a su alrededor multitud de mitos y leyendas que tratan de dar cuenta de este extra?o fen?meno, en el que se ven implicados dos grandes cuerpos celestes, el Sol y la Luna. El primero de ellos est? asociado con la vitalidad ya que a partir de que surg?a la claridad, sub?a la temperatura, y la mayor?a de los seres vivos recuperan su movimiento saliendo del letargo de la noche; iniciando la actividad del d?a. Los varones hom?nidos salen a cazar, mientras que las hembras se quedan para realizar las tareas de recolecci?n de las frutas silvestres de la zona. La caza se convierte as? en el eje de la vida social, donde una buena pieza es celebrada por todos, ya que proporcionar? alimento para varios d?as. As? el sol se ha convertido en el s?mbolo que representa al mundo masculino, la fuerza y vitalidad de la naturaleza, considerado por algunas culturas como la deidad principal y padre del resto de deidades; pudiendo encontrarse numerosos ejemplos de ello a lo largo de toda la Tierra, desde las civilizaciones ba?adas por el Mediterr?neo como la egipcia (Ra) o la griega (Helios), a las americanas como la Azteca (Tonatiuh) o la Inca (Inti), o las asi?ticas como la China (Ri Gong Tai Yang Xing Jun). Adem?s, esa c?lida y vital bola de fuego parece describir en el cielo siempre el mismo trazado a modo de camino que comienza en el Este por donde sale, pasando por el cenit, a mediod?a, hasta llegar al Oeste en donde se pone; trayecto que ha sido recogido por diversas tradiciones como que el Astro Rey era trasladado por un carro o barca solar a lo largo de la b?veda del cielo, del cual regresaba pasada la noche. Una poderosa convicci?n que tuvo que esperar para poder ser explicada al siglo XVII por Galileo Galilei. Se trata de un efecto visual provocado por la rotaci?n de la Tierra sobre su propio eje con un movimiento continuo hacia el Este, lo que hace que, tom?ndonos como referencia, cualquier astro externo parezca que gire en sentido contrario, tal y como le sucede al Sol, al que se le ve pasar por el firmamento de Este a Oeste. Pero quiz?s el fen?meno m?s misterioso y atrayente, que ha sorprendido y encandilado por igual a la humanidad ha sido el originado por el astro m?s pr?ximo a la Tierra, la enigm?tica Luna. La actividad que se lleva a cabo por la noche es muy distinta a la del d?a, es el momento que aprovechan los mayores para transmitir su sabidur?a y experiencia a los m?s j?venes, utilizando cuentos y f?bulas que les ayuden a recordar sus ense?anzas, reunidos al calor de una hoguera, antes de ir a descansar hasta el amanecer del nuevo d?a. Y todo ello bajo la supervisi?n de ese brillante cuerpo celeste que en ocasiones parece iluminar tanto como el Sol, y al cual suele acompa?ar una bajada notable de temperatura, a parte de la oscuridad y el surgimiento de millones de diminutos puntos brillantes en el firmamento. Al ?nico sat?lite de la Tierra se le han atribuido llamativas caracter?sticas, desde, quiz?s sobre el que existe mayor consenso, influir en las mareas, hasta el m?s discutido, liberar instintos primitivos en los humanos. Por todo lo anterior, la Luna tradicionalmente ha sido asociada al mundo de la sutileza y delicadeza, siendo representada como una deidad femenina, ya sea entre los pueblos del Mediterr?neo, como la egipcia (Isis) o la griega (Artemisa), de las americanas, como la Azteca (Coyolxauhqui) o la Inca (Mama Quilla), o las asi?ticas como la China (Chang E). Ese dr?stico cambio de luminosidad entre el d?a y la noche, permiti? a nuestros antepasados empezar a darse cuenta que algo fuera de su entendimiento afectaba a todos los seres vivos de forma inevitable, el paso del tiempo. Cada nuevo amanecer, era un d?a de vida m?s para aquellos primeros hom?nidos, que poco a poco van tomando conciencia de la importancia de atender a esas variaciones para poder comprender lo que sucede a su alrededor. Pero a diferencia del Sol, que se puede observar siempre con la misma esfericidad, la Luna parece cambiar de forma a medida que pasan las noches, vi?ndose m?s o menos redonda seg?n la fase en la que se encuentra. Iniciando el ciclo lunar desde su aparente forma m?s completa y redondeada, similar a la del Sol (Luna Llena o Plenilunio), pasando por una posici?n en la que ?nicamente se muestra una peque?a porci?n semicircular de su superficie hacia la derecha (Cuatro Creciente), hasta desaparecer, dej?ndose de ver por completo (Luna Nueva o Novilunio o Luna negra), para luego volver a presentarse poco a poco ahora por la parte de la izquierda (Cuarto Menguante), hasta completar el ciclo con la Luna Llena de nuevo. Un fen?meno astron?mico que empez? a registrarse, dado su ciclo predecible de veintinueve d?as, durando una semana en cada fase. Tras comprobar c?mo se iban sucediendo de forma exacta los cambios lunares, se pens? que esa pod?a ser una buena medida del tiempo, para poder, de alguna forma, comprender el cambiante mundo que les rodeaba. Y as? es como surgi? el primer calendario, basado precisamente en las lunas, lo que permit?a contar cada cu?ntos ciclos aparecer?a la abundante primavera o cu?ndo tendr?an que emigrar por la aparici?n de los primeros fr?os que anunciaban el duro invierno; lo que dio origen a los primeros registros sobre cambios estacionales. Pero no han sido s?lo estos fen?menos que se repiten con cierta regularidad los que han asombrado a la humanidad, dejando constancia, primero mediante pictogramas para pasar luego a la lengua escrita. En distintas latitudes encontramos registros de las apariciones de fen?menos atmosf?ricos extra?os, como las auroras o de cuerpos c?smicos que, atravesando la gran b?veda celeste, como antiguamente se denominaba al cielo, van dejando una luminosa estela. En cambio, otros muchos fen?menos pasaron desapercibidos pues carec?an de regularidad suficiente, aunque gracias a las cr?nicas de la ?poca tenemos noticias de ellos, tal y como auroras, terremotos, inundaciones o sequ?as. Un mundo remoto lleno de cambios imprevisibles que intentaban ser comprendidos por nuestros antecesores, utilizando inicialmente para ello explicaciones basadas en grandes fuerzas de la naturaleza que se comportaban ca?tica y caprichosamente, muchas veces personificadas en sus deidades mitol?gicas, a los cuales en muchos casos se adoraba e incluso se realizaban ofrendas para obtener su benepl?cito y alejar su ira. Ejemplos de ello los tenemos repartido por toda la geograf?a del mundo en las tradiciones y culturas de nuestros antecesores, as? podemos encontrar referencias a deidades como Thor, deidad del Trueno en la mitolog?a n?rdica; Namazu, deidad japonesa de los terremotos; o Eolo, deidad griega de los vientos. Pero la curiosidad humana no se qued? ah?, el paso siguiente a la acumulaci?n por a?os de estos minuciosos registros, fue buscar, en la medida de lo posible, alg?n tipo de explicaci?n, una relaci?n entre estos eventos externos que ten?an tanta influencia en las condiciones de vida, afectando tanto a la caza como a la cosecha. Quiz?s la relaci?n m?s evidente se encuentre al observar diversos cambios en la naturaleza, a nivel climatol?gico que acarrea multitud de peque?as variaciones en cuanto a disponibilidad de alimentos y agua, como a medida que lo hace cada una de las cuatro estaciones a lo largo del a?o. En primavera, florecen las flores y surgen los frutos, a la vez que se aparean los animales para procrear; todo parece ser propicio para la vida. En verano, se incrementan las temperaturas y disminuyen las lluvias y en algunos lugares el agua disponible es tan escasa que obliga a trasladarse hacia localizaciones m?s benignas. En oto?o, considerado como un tiempo de transici?n, donde se suceden los cambios de temperatura, con las frecuentes lluvias y la ca?da de las hojas de los ?rboles, es adem?s cuando los p?jaros emigran buscando lugares m?s c?lidos. En invierno, por contraposici?n al verano, es la ?poca de m?s fr?o, donde la luz es m?s tenue, las noches m?s largas y la vegetaci?n y los animales escasean en las latitudes m?s elevadas. El inter?s ya no se limitaba a dejar por escrito aquellos fen?menos y tratar de darle un significado, sino que se empez? a buscar la posibilidad de predecirlos y con ello buscar alguna forma de prepararse tanto para remediar en lo posible las adversidades, como para aprovechar los buenos momentos. Todav?a no se reg?an por los a?os de 365 d?as, tal y como los conocemos hoy, sino que se guiaban por las estaciones, empez?ndose a usar para conocer la edad de cada uno, por el n?mero de primaveras que hab?a vivido, tal y como siguen usando todav?a algunos pueblos que mantienen un contacto directo con la naturaleza. Pero en la antig?edad no s?lo se han interesado por la observaci?n de los acontecimientos atmosf?ricos o astron?micos, sino tambi?n por todo aquel fen?meno que pudiese afectar al normal desarrollo de la vida, tal y como lo muestran los antiqu?simos registros del nivel de las aguas con el que se intentaban predecir las inundaciones del Nilo en el Egipto antiguo. Para ello se desarroll? un invento denominado nil?metro, a trav?s del cual se realizaban mediciones anuales del nivel m?ximo de caudal alcanzado en la ?poca de las lluvias en distintos lugares para saber si esa agua inundar?a los campos o si ese a?o habr?a sequ?a. Se calcula que en su momento hubo hasta quince nil?metros distribuidos en todo el curso del r?o, desde la isla de Elefantina (Asu?n) en el Nilo Alto hasta el de Rawdan o Roda (El Cairo) en el delta del Nilo, pero ?C?mo llegaron a la conclusi?n de que hab?a pasado un a?o? Para poder tener un buen sistema de predicci?n, primeramente, la humanidad deb?a desarrollar una medida efectiva del tiempo, para lo cual se inici? una intensa carrera por mejorar el sistema de evaluaci?n cada vez m?s preciso que a?n hoy en d?a se contin?a. De ?sta necesidad surgi? el calendario lunar, donde un ciclo completo de la Luna se consider? como la unidad de medida del tiempo denominada mes lunar o lunaci?n, de lo cual existen algunos registros en hueso del tiempo del paleol?tico. Utilizado actualmente por algunas religiones, como la musulmana, para el c?lculo de las fechas en que celebrar sus festividades m?s importantes como el Ramad?n. Los primeros habitantes del imperio egipcio lo abandonaron para empezar a calcular el tiempo en funci?n del movimiento aparente del Sol, un sistema bastante simple de contabilizar el transcurrir de los d?as; de ?sta medici?n surgi? el calendario solar tan extendido en la actualidad. ?ste invento ha posibilitado situarnos en un presente, pudiendo conocer la distancia en siglos, lustros, d?cadas, a?os, meses o d?as que hay con respecto a un determinado acontecimiento del pasado. Dicho calendario fue perfeccionado defini?ndose con trescientos sesenta y cinco d?as e implantado por Julio C?sar en todo el Imperio Romano en la primera mitad del siglo I a.C., estableci?ndose cada 4 a?os los bisiestos, donde se a?ad?a un d?a extra. A pesar de lo ajustado de los c?lculos todav?a se produc?a cierto desfase con respecto al a?o natural o astron?mico (el tiempo que tarda la Tierra en dar la vuelta al Sol), y no fue hasta que el Papa Gregorio XIII lo modific? implantando un nuevo calendario que lleva su nombre, siendo el m?s extendido y utilizado actualmente. Estableci?ndose de ?sta forma el a?o solar o tropical (el tiempo transcurrido en pasar el Sol entre dos equinoccios iguales, por ejemplo, de primavera a primavera) en 365 d?as, 5 horas, 49 minutos y 12 segundos; siendo esas horas, minutos y segundos los que se corrigen gracias a los a?os bisiestos. Una evoluci?n del calendario solar, es el que tiene en cuenta tanto el ciclo lunar como el solar, denominado lunisolar, para lo cual precisa de aplicar complicadas f?rmulas matem?ticas, y ha sido adoptado ?nicamente por unos pocos pueblos en la actualidad, como el jud?o o el chino. Un asunto en el que tampoco se ha alcanzado un consenso ha sido a la hora de determinar a partir de qu? momento se inicia el calendario, es decir, decidir lo que se tiene en cuenta para establecer el a?o cero. En el calendario m?s extendido, el Gregoriano, al igual que lo fuese el Juliano, se inicia a partir de la fecha en que se estima que naci? Jes?s-Cristo, indic?ndose las fechas seg?n hubiesen sucedido antes de dicha fecha, a.C. (antes de Cristo) o m?s tarde, d.C. (despu?s de Cristo). En cambio, otras religiones estiman el momento cero de sus calendarios a partir de otros hechos relevantes para ellos, como el caso de los jud?os que lo inician 3761 a.C., fecha de la formaci?n de la Tierra seg?n c?lculos basados en el G?nesis; los musulmanes a partir del inicio de la Hegira (migraci?n de Mahoma de la Meca a Medina) en el 622 d.C.; los budistas a partir del nacimiento de Buda Guatama, en el 563 a.C. ?ste invento que como hemos visto ha tenido un amplio desarrollo a lo largo de la historia de la humanidad, actualmente se ha convertido en parte indispensable de nuestra vida, de hecho, es necesario incluso para determinar el n?mero de a?os que tenemos. Cap?tulo 2. El Ciclo de la Vida Como se ha comentado hasta el momento, en la naturaleza existen fen?menos puntuales e impredecibles, casi caprichosos, que se producen de forma inesperada y no se ajustan a ninguna regularidad, tal y como sucede con las tormentas el?ctricas o corrimientos de tierra. Pero no todo en la vida es c?clico, de hecho, los climat?logos hablan de singularidad, cuando se produce un fen?meno raro e inesperado, que es dif?cil de ver en otra ocasi?n, y que se debe a la confluencia de circunstancias tan especiales y espec?ficas que es dif?cil que en otro momento puedan volver a confluir esas mismas fuerzas de la naturaleza para provocar esa singularidad. En cambio, existen otros fen?menos m?s predecibles, precisamente porque se repiten con cierta regularidad, tanto atmosf?ricos como la ?poca de huracanes (en EE.UU. se producen entre agosto y septiembre) o de los monzones (en el sur de Asia se presentan de junio a septiembre); como astron?micos como las L?grimas de San Lorenzo o Perseidas (aparecen sobre la primera quincena de agosto) o algunos de los cometas que orbitan alrededor del Sol. ?Sab?as que...? El cometa Halley se acerca a la Tierra cada 76 a?os de promedio, fue registrado y calculada su ?rbita por primera vez en 1705 por Edmond Halley a quien debe su nombre y la ?ltima vez que visit? fue 1986, teniendo que volver a pasar pr?ximo a la ?rbita de la Tierra para el a?o 2061. Pero esta regularidad no s?lo afecta a los fen?menos atmosf?ricos o astron?micos; por poco que fijemos en la naturaleza, daremos cuenta de que todo a nuestro alrededor parece estar sometido de una forma u otra a cierta regularidad. Los seres vivos, por su parte siguen un cierto patr?n regular, un plan prescrito en nuestro c?digo gen?tico que inevitablemente todos deben cumplir denominado el ciclo de la vida, el cual consta de varias fases, siendo su n?mero diferente seg?n el autor que se consulte. Конец ознакомительного фрагмента. Текст предоставлен ООО «ЛитРес». Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию (https://www.litres.ru/pages/biblio_book/?art=40851181&lfrom=688855901) на ЛитРес. 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